domingo, 7 de febrero de 2021

DÍA DE ORACIÓN CONTRA LA TRATA: CELEBRARÁN MISA EN LUGAR DE BAUTIZO DE SANTA JOSEFINA BAKHITA

 


 Día de oración contra la trata: Celebrarán Misa en lugar de bautizo de Santa Josefina Bakhita

Redacción ACI Prensa



Con ocasión de la Jornada Mundial de oración y reflexión contra la trata de personas, que será el próximo 8 de febrero, se celebrará una Misa y un momento de oración en la iglesia donde fue bautizada Santa Josefina Bakhita.

Se trata de una pequeña iglesia, localizada en las cercanías de la Basílica de la Virgen de la Salud en Venecia (al norte de Italia), que conserva la fuente bautismal en la que el 9 de enero de 1890 Santa Josefina Bakhita recibió los sacramentos de la iniciación cristiana.

La Eucaristía será presidida por el Patriarca de Venecia, Mons. Francesco Moraglia, quien después guiará una oración contra la trata de personas y la prostitución.

La Jornada Mundial de oración y reflexión contra la trata de personas se celebra cada año el 8 de febrero, memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, y es promovida por la Red Internacional de la Vida Consagrada Talitha Kum.

“En el oratorio de San Juan Bautista, a pocos metros de la gran Basílica de la Virgen de la Salud, se celebró el Bautismo de Santa Josefina Bakhita, una monja canosiana que llegó a Venecia desde Darfur (Sudán Occidental), después de una vida dramática y compleja que la llevó a conocer al Señor y elegirlo como el único y verdadero ‘Paròn’ (como decía la misma Santa en dialecto veneciano), un maestro que en realidad es Padre y desea el bien y la libertad de sus hijos”, describe una nota de la asociación “Papa Giovanni XXIII” que promueve esta iniciativa.

Santa Josefina Bakhita fue una religiosa que desde niña fue esclava y víctima de torturas, y que luego “se convirtió en santa y en símbolo universal del compromiso de la Iglesia contra la esclavitud”.

“Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa”, afirmó la santa que hoy representa un ícono de la historia de África.

San Juan Pablo II la beatificó en 1992 y la canonizó durante el Jubileo del año 2000. Además, Benedicto XVI, al publicar su carta encíclica Spe Salvi en 2007, la propuso como ejemplo de vida para hablar de la esperanza.

El Papa Francisco recordó el 8 de febrero de 2015 que la santa fue una “religiosa sudanesa que de niña vivió la dramática experiencia de ser víctima de la trata”, y alentó “a cuantos están comprometidos a ayudar a hombres, mujeres y niños esclavizados, explotados y abusados como instrumentos de trabajo o placer, y a menudo torturados y mutilados”.

“Deseo que cuantos tienen responsabilidades de gobierno tomen decisiones para remover las causas de esta vergonzosa plaga, plaga indigna de una sociedad civil. Que cada uno de nosotros se sienta comprometido a ser portavoz de estos hermanos y hermanas nuestros, humillados en su dignidad”, dijo entonces el Papa Francisco.


Datos biográficos

No se conocen datos exactos sobre su vida, se dice que podría ser del pueblo de Olgossa en Darfur, y que 1869 podría ser el año de su nacimiento. Creció junto con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.

Bakhita, que significa "afortunada", es el nombre que se le puso cuando fue secuestrada, porque nunca llegó a recordar su verdadero nombre. Josefina es el nombre que recibió en el bautismo.

Cuando tenía aproximadamente 9 años fue capturada por buscadores de exclavos Luego de ser capturada, Bakhita fue llevada a la ciudad de El Obeid, donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos.

En 1884 Josefina llegó a Italia acompañando de su quinto amo y a un amigo de este, Augusto Michieli. Este amigo se convirtió en su nuevo dueño posteriormente y la llevó a vivir con su familia.

Bakhita trabajó de niñera en su nuevo hogar y se hizo muy amiga de la hija de sus nuevos amos, Minnina. Más adelante ambas ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia, por consejo de las religiosas.

Fue en este proceso en el que Bakhita conoció a Dios y supo que "Él había permanecido en su corazón" y le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, "pero recién en ese momento sabía quién era".


Traducido y adaptado por Mercedes De La Torre. Publicado originalmente en ACI Stampa

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