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martes, 28 de abril de 2020

HOY 28 DE ABRIL ES LA FIESTA DE SANTA GIANNA BERETTA, PATRONA DE LAS MADRES, MÉDICOS Y NIÑOS POR NACER


Hoy es la fiesta de Santa Gianna Beretta, patrona de las madres, médicos y niños por nacer
Redacción ACI Prensa






El 28 de abril la Iglesia celebra a Santa Gianna, declarada patrona de madres, médicos y niños por nacer, a quien el Beato Pablo VI describió como “una madre que, para dar a luz a su bebé, sacrificó la suya propia en una inmolación deliberada".

Gianna Beretta nació en 1922 en Magenta, ciudad ina a Milán. Desde pequeña acompañaba a su madre a Misa todos los días. A los 15 años, después de un retiro según el método de San Ignacio de Loyola, tomó el propósito de “mil veces morir antes que cometer un pecado mortal”.

Fue muy devota de la Virgen, tanto así que al morir su madre le dijo a María: “confío en vos, dulce Madre, y tengo la certeza de que nunca me abandonaréis”. Solía hablar de la Madre de Dios en sus encuentros con las chicas de la Acción Católica y en las cartas a su novio que luego fue su esposo.


Se hizo médico y con un firme propósito: “No olvidemos que en el cuerpo de nuestro paciente existe un alma inmortal. Seamos honestos y médicos de fe”. Por ello alentaba a las embarazadas para que tuvieran a sus hijos como un regalo de Dios y a rechazar el aborto.

Después de discernir, vio que Dios la llamaba por la vida matrimonial y tuvo con su esposo tres hijos. Al comienzo del cuarto embarazo, tenía que pasar por una cirugía debido a un tumor ubicado en el útero, pero ella pidió que se preocuparan por la vida de la criatura.

La Santa rechazó someterse al aborto “terapéutico” que le proponían los médicos, y la extirpación del fibroma. Optó por no recurrir a esta práctica .

Fue intervenida y logran salvar a la bebé. Meses después, antes del parto, afirmó: “si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no duden; elijan -lo exijo- la suya. Sálvenlo”.

Dio a luz a su hija el 21 de abril de 1962. Sin embargo, Santa Gianna no quedó bien y el 28 de abril con fuertes dolores y repitiendo “Jesús, te amo; Jesús te amo”, partió a la Casa del padre con 39 años de edad. Fue canonizada por San Juan Pablo II en el 2004.

sábado, 27 de abril de 2019

8 DATOS QUE NO SABÍAS SOBRE SANTA GIANNA BERETTA MOLLA


8 datos que no sabías sobre Santa Gianna Beretta Molla
POR MARÍA XIMENA RONDÓN | ACI Prensa
Santa Gianna Beretta Molla / Foto: Vatican.va




"Jamás creí estar viviendo con una santa. Mi esposa tenía infinita confianza en la Providencia y era una mujer llena de alegría de vivir”, dijo en una ocasión Pietro, el esposo de Gianna Beretta Molla.

Por ello, en ocasión de la fiesta de esta madre coraje italiana que se celebra el 28 de abril, brindamos ocho datos inspiradores que tal vez no conocías sobre su vida.

1.- Fue “médico de los pobres”

Santa Gianna Beretta obtuvo el título de doctor en medicina y cirugía en 1949 en la Universidad de Pavía; y en 1952 se especializó en pediatría en la Universidad de Milán.

Según indica su biografía, ella “prefería entre sus pacientes a los pobres”, así como a las embarazadas, a los niños y a los ancianos.  

“No olvidemos que en el cuerpo de nuestro paciente existe un alma inmortal. Seamos honestos y médicos de fe”, solía decir.

2.- Contagió a los demás su devoción por la Virgen María

Santa Gianna fue muy devota de la Virgen. Cuando murió su madre, ella le dijo a María: “confío en vos, dulce Madre, y tengo la certeza de que nunca me abandonaréis”.


Ella hablaba de la Madre de Dios a las jovencitas de la Acción Católica y en las cartas dirigidas a su novio Pietro, que luego fue su esposo.

En su libro “Gianna Molla Beretta. Escritos, recuerdos, testimonios", Pietro indicó que el día de su boda, la santa “donó su bouquet de flores al altar de la Virgen de la cual era muy devota”.

3.- Demostró que se puede alcanzar la santidad en el matrimonio

Gianna conoció a su esposo en una Misa en 1954. Él era ingeniero y también pertenecía a la Acción Católica. La biografía de la santa describe que durante el noviazgo, ella fue “clarísima en sus propósitos y en proyectar su nueva familia, y al mismo tiempo, era maravillosa transmitiendo a Pietro su gran alegría de vivir”.

La pareja contrajo matrimonio el 24 de septiembre de 1955. Gianna fue “una esposa feliz” y supo “supo armonizar, con sencillez y equilibrio su deberes de madre y de médico”.

Pietro la apoyó en su decisión de no abortar a su bebé, como algunos médicos le sugerían para salvar su vida, y tras la muerte de Gianna, el esposo nunca se volvió a casar y se hizo cargo de los cuatro hijos.

4.- Rechazó someterse a un aborto “terapéutico”

Al inicio de su cuarto embarazo, los médicos le detectaron un tumor en el útero y le sugirieron que se sometiera a un aborto “terapéutico” para poder salvarse. Ella se negó y pidió al cirujano que “a toda costa” preserve a su bebé.

Fue operada y la criatura logró salvarse. Antes del parto, Santa Gianna dijo a los médicos: “si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no duden; elijan -lo exijo- la suya. Sálvenlo”.

Según indica su biografía, la santa consideraba que su bebé “tenía los mismos de vivir” que sus otros tres hijos y que ella “solo era el instrumento de la Providencia para que esa nueva criaturita viniera al mundo”.

5.- Dio a luz a su última hija durante un Sábado Santo

La biografía de la santa precisa que el 21 de abril de 1962, un Sábado Santo, ella dio a luz a su cuarta hija, Gianna Emmanuela, por cesárea.

Una hora después del parto, Santo Gianna empezó a sufrir dolores abdominales y fiebre debido a una peritonitis séptica. Su condición se agravó en los días siguientes. En medio de los sufrimientos ella recibió la Eucaristía y no dejaba de pronunciar jaculatorias de amor a Jesús.


Murió el 28 de abril a los 39 años.

6.- La hija que salvó leyó una carta suya ante miles de familias  

El 26 de septiembre de 2015, durante el Encuentro Mundial de las Familias (EMF) realizado en Filadelfia (Estados Unidos), Gianna Emanuela leyó una carta de amor que le escribió su madre a su padre cuando ambos aún eran novios.

Luego la hija de la santa saludó al Papa Francisco y le regaló una reliquia de su madre.

7.- Tres de sus hermanos abrazaron la vida consagrada

Según su biografía, Santa Gianna era la décima de trece hijos y tres de sus hermanos abrazaron la vida consagrada.

Su hermano Enrico perteneció a la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y fue misionero en Brasil. Giuseppe, otro de sus hermanos fue sacerdote en la diócesis italiana de Bérgamo y su hermana Virginia fue religiosa en la congregación de las Hijas de la Caridad Canossianas.

Sor Virginia expresó en una ocasión que mientras estaba en la India como misionera, “de forma inesperada y providencial, el Señor me hizo regresar a Italia a tiempo para alcanzar a Gianna, justo cuatro días antes que ella muriera. Pude así asistirla y confortarla en esos momentos tan dolorosos y preciosos a los ojos de Dios, y de esos momentos guardo un recuerdo muy vivo”.

8.- Fue beatificada y canonizada por San Juan Pablo II

Gianna Beretta Molla fue beatificada por San Juan Pablo II el 24 de abril de 1994, durante el Año Internacional de la Familia; y canonizada por el mismo Pontífice 16 de mayo de 2004. Es patrona de la defensa de la vida.

sábado, 28 de abril de 2018

SANTA GIANNA BERETTA MOLLA, 28 ABRIL


Santa Gianna Beretta Molla, 28 abril 



Durante los años de Liceo y de Universidad, en los que se dedica con diligencia a los estudios, traduce su fe en fruto generoso de apostolado en la Acción católica y en la Sociedad de San Vicente de Paúl, dedicándose a los jóvenes y al servicio caritativo con los ancianos y necesitados. Habiendo obtenido el título de Doctor en Medicina y Cirugía en 1949 en la Universidad de Pavía, abre en 1950 un ambulatorio de consulta en Mésero, municipio vecino a Magenta. En 1952 se especializa en Pediatría en la Universidad de Milán. En la práctica de la medicina, presta una atención particular a las madres, a los niños, a los ancianos y a los pobres.

Su trabajo profesional, que considera como una «misión», no le impide el dedicarse más y más a la Acción católica, intensificando su apostolado entre las jovencitas.

Se dedica también a sus deportes favoritos, el esquí y el alpinismo, encontrando en ellos una ocasión para expresar su alegría de vivir, recreándose ante el encanto de la creación.

Se interroga sobre su porvenir, reza y pide oraciones, para conocer la voluntad de Dios. Llega a la conclusión de que Dios la llama al matrimonio. Llena de entusiasmo, se entrega a esta vocación, con voluntad firme y decidida de formar una familia verdaderamente cristiana.

Conoce al ingeniero Pietro Molla. Comienza el período de noviazgo, tiempo de gozo y alegría, de profundización en la vida espiritual, de oración y de acción de gracias al Señor. El día 24 de septiembre de 1955, Gianna y Pietro contraen matrimonio en Magenta, en la Basílica de S. Martín. Los nuevos esposos se sienten felices. En noviembre de 1956, Gianna da a luz a su primer hijo, Pierluigi. En diciembre de 1957 viene al mundo Mariolina y en julio de 1959, Laura. Gianna armoniza, con simplicidad y equilibrio, los deberes de madre, de esposa, de médico y la alegría de vivir.

En septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, es presa del sufrimiento. El diagnóstico: un tumor en el útero. Se hace necesaria una intervención quirúrgica. Antes de ser intervenida, suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno, y se confía a la oración y a la Providencia. Se salva la vida de la criatura. Ella da gracias al Señor y pasa los siete meses antes del parto con incomparable fuerza de ánimo y con plena dedicación a sus deberes de madre y de médico. Se estremece al pensar que la criatura pueda nacer enferma, y pide al Señor que no suceda tal cosa.

Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, está dispuesta a dar su vida para salvar la de la criatura: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo».

La mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela. El día 28 de abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo», muere santamente. Tenía 39 años.

Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración. La Sierva de Dios reposa en el cementerio de Mésero, a 4 kilómetros de Magenta.

«Meditada inmolación», Pablo VI definió con esta frase el gesto de la beata Gianna recordando, en el Ángelus del domingo 23 de septiembre de 1973: «una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia». Es evidente, en las palabras del Santo Padre, la referencia cristológica al Calvario y a la Eucaristía.

Fue beatificada el 24 de abril de 1994, durante el Año Internacional de la Familia; y canonizada el 16 de mayo de 2004 por Juan Pablo II.

martes, 28 de abril de 2015

SANTA GIANNA BERETTA MOLLA, MÉDICO, ESPOSA Y MADRE DE FAMILIA, 28 DE ABRIL



Gianna Beretta Molla, Santa
Médico, esposa y madre de familia, 28 de abril 
Por: . | Fuente: Vatican.va




Médico, esposa y madre de familia
Martirologio Romano: En Magenta, localidad cercana a Milán, en Italia, santa Juana Beretta Molla, madre de familia, que, esperando un hijo, no dudó en anteponer con amor la vida de la criatura a la suya propia.(†1962)

Fecha de canonización: 16 de mayo de 2004, por el Papa Juan Pablo II.


Breve Biografía
Gianna Beretta nació en Magenta (provincia de Milán) el día 4 de octubre de 1922. Desde su tierna infancia, acoge el don de la fe y la educación cristiana que recibe de sus padres. Considera la vida como un don maravilloso de Dios, confiándose plenamente a la Providencia, y convencida de la necesidad y de la eficacia de la oración.

Durante los años de Liceo y de Universidad, en los que se dedica con diligencia a los estudios, traduce su fe en fruto generoso de apostolado en la Acción católica y en la Sociedad de San Vicente de Paúl, dedicándose a los jóvenes y al servicio caritativo con los ancianos y necesitados. Habiendo obtenido el título de Doctor en Medicina y Cirugía en 1949 en la Universidad de Pavía, abre en 1950 un ambulatorio de consulta en Mésero, municipio vecino a Magenta. En 1952 se especializa en Pediatría en la Universidad de Milán. En la práctica de la medicina, presta una atención particular a las madres, a los niños, a los ancianos y a los pobres.

Su trabajo profesional, que considera como una «misión», no le impide el dedicarse más y más a la Acción católica, intensificando su apostolado entre las jovencitas.

Se dedica también a sus deportes favoritos, el esquí y el alpinismo, encontrando en ellos una ocasión para expresar su alegría de vivir, recreándose ante el encanto de la creación.

Se interroga sobre su porvenir, reza y pide oraciones, para conocer la voluntad de Dios. Llega a la conclusión de que Dios la llama al matrimonio. Llena de entusiasmo, se entrega a esta vocación, con voluntad firme y decidida de formar una familia verdaderamente cristiana.

Conoce al ingeniero Pietro Molla. Comienza el período de noviazgo, tiempo de gozo y alegría, de profundización en la vida espiritual, de oración y de acción de gracias al Señor. El día 24 de septiembre de 1955, Gianna y Pietro contraen matrimonio en Magenta, en la Basílica de S. Martín. Los nuevos esposos se sienten felices. En noviembre de 1956, Gianna da a luz a su primer hijo, Pierluigi. En diciembre de 1957 viene al mundo Mariolina y en julio de 1959, Laura. Gianna armoniza, con simplicidad y equilibrio, los deberes de madre, de esposa, de médico y la alegría de vivir.

En septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, es presa del sufrimiento. El diagnóstico: un tumor en el útero. Se hace necesaria una intervención quirúrgica. Antes de ser intervenida, suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno, y se confía a la oración y a la Providencia. Se salva la vida de la criatura. Ella da gracias al Señor y pasa los siete meses antes del parto con incomparable fuerza de ánimo y con plena dedicación a sus deberes de madre y de médico. Se estremece al pensar que la criatura pueda nacer enferma, y pide al Señor que no suceda tal cosa.

Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, está dispuesta a dar su vida para salvar la de la criatura: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo».

La mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela. El día 28 de abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo», muere santamente. Tenía 39 años.

Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración. La Sierva de Dios reposa en el cementerio de Mésero, a 4 kilómetros de Magenta.

«Meditada inmolación», Pablo VI definió con esta frase el gesto de la beata Gianna recordando, en el Ángelus del domingo 23 de septiembre de 1973: «una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia». Es evidente, en las palabras del Santo Padre, la referencia cristológica al Calvario y a la Eucaristía.

S.S. Juan Pablo II la canonizó el 16 de mayo de 2004.
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