jueves, 17 de julio de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 17 DE JULIO DEL 2014

Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
Manso y humilde de corazón
Mateo 11, 28-30. Tiempo Ordinario. Cristo te invita a acercarte a Él con confianza, deja en sus manos crucificadas todos tus yugos.
 
Manso y humilde de corazón
Del santo Evangelio según san Mateo 11, 28-30

En aquel tiempo, tomó Jesús la palabra y dijo: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera. 

Oración introductoria

Señor, ¡gracias!, por ofrecerme tu consuelo, tu compañía, tu infinita misericordia. Te ofrezco humildemente mi corazón, mi vida entera. Ilumina mi oración porque quiero seguir el camino que me lleve a vivir en plenitud el amor.

Petición

Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo.

Meditación del Papa Francisco

Con su mansedumbre. Jesús nunca ha dejado de ser cordero: manso, bueno, lleno de amor, cercano a los pequeños, cercano a los pobres. Estaba allí, entre la gente, curaba a todos, enseñaba, rezaba. Pero, tan débil Jesús: como un cordero. Pero ha tenido la fuerza para cargar sobre sí todos nuestros pecados: todos. "Pero, padre, usted no sabe mi vida: tengo uno que... pero, ni siquiera puedo llevarlo con un camión...". Muchas veces, cuando miramos en nuestra conciencia, nos encontramos con algunos que son grandes, ¿eh? Pero Él los lleva. Él ha venido para eso: para perdonar, para traer la paz en el mundo, pero primero en el corazón. Quizá cada uno de nosotros tiene una tormenta en el corazón, quizá tiene una oscuridad en el corazón, quizá se siente un poco triste por una culpa... Él ha venido a quitar todo eso. Él nos da la paz, Él lo perdona todo. (S.S. Francisco, 19 de enero de 2014).

Reflexión

Jesús sabe que estamos cansados y fatigados. Son muchas las cargas de la vida; muchas las que nos imponemos culpablemente o no, y muchas las que otros nos imponen de igual manera. Jesús, buen amigo, no pasará sin darnos una mano para aliviarnos y para que nuestro yugo sea blando y ligero. Sólo nos pide a cambio aprender de Él a ser mansos y humildes de corazón. ¡Y qué razón tiene!, pues nuestra carga más pesada y nuestro yugo más duro y amargo, es el que nos impone el propio orgullo y soberbia.

Las almas sencillas se liberan de rencores y de intrigas tan inútiles cuanto pesados. Las almas mansas y humildes, a ejemplo de Cristo, llevan sus propias cargas con paciencia y amor, con alegría, como si no pesasen e, incluso, tienen la fuerza para ayudar a los demás a llevar las propias. Son esas almas recias las que viven sonriendo y tendiendo una mano al prójimo necesitado. Su grandeza es su pequeñez. Son mansas y humildes de corazón.

Cristo te invita a acercarte a Él con confianza. Dale todas tus cargas. Deja en sus manos crucificadas todos tus yugos. Él, enseñándote a ser humilde, te dará las fuerzas para seguir sus huellas de amor.

Propósito

En las dificultades que hoy se me presenten, pedir la ayuda de Dios en vez de ser autosuficiente.

Diálogo con Cristo

Encontrar descanso, es algo que todos siempre buscamos, descanso que no implica el que los problemas o el esfuerzo vayan terminar. Las cosas parece que siguen igual, pero con Cristo, se viven desde diferente perspectiva. Gracias, Señor, por ofrecerme esa paz. Para alcanzarla, te pido me des: fe, generosidad, fuerza de voluntad, confianza y, sobre todo, amor. Con estos dones y tu gracia, tendré la fuerza necesaria para vivir tu voluntad. 

Los Santos de hoy jueves 17 de julio de 2014

Los Santos de hoy jueves 17 de julio de 2014
 Alejo, Santo
Laico, 17 de julio
 Justa y Rufina, Santas
Mártires, 17 de julio
 Eduviges de Polonia, Santa
Reina, 17 de julio
 Teresa de San Agustín y Compañeras, Beatas
Mártires de Compiegne, 17 de julio
 Carlota de la Resurección, Beata
Mártir Carmelita, 17 de julio
 Mártires Escilitanos, Santos
Mártores. 17 de julio
 Marcelina, Santa
Virgen, 17 de julio
 León IV, Santo
CIII Papa, Julio 17
 Pablo (Pedro) Gojdic, Beato
Obispo y Mártir, 17 de julio
 Ennodio de Pavia, Santo
Obispo, 17 de julio
 Kenelmo, Santo
Mártir, 17 de julio
 Colmano, Santo
Peregrino, 17 de julio
 Otros Santos y Beatos
Completando el santoral de este día, 17 de julio

SANTA EDUVIGES DE POLONIA, REINA, 17 DE JULIO

Autor: _ | Fuente: Corazones.org
Eduviges de Polonia, Santa
Reina, 17 de julio
 
Eduviges de Polonia, Santa
Eduviges de Polonia, Santa

Martirologio Romano: En Cracovia, ciudad de Polonia, santa Eduviges, reina, que nacida en Hungría, heredó el reino de Polonia y se casó con Jaguelón, gran señor de Lituania, que recibió en el bautismo el nombre de Ladislao, y con quien implantó la fe católica en ese territorio de Lituania (1399).

Etimológicamente: Eduviges = Eduvigis = Aquella que es una luchadora victoriosa, es de origen germánico.
Eduviges fue coronada reina a los diez años (en 1384) y murió a los 25 años. A pesar de su corta vida, fue suficiente para lograr mucho. Inspiró al pueblo con su amor por los pobres y campesinos.

Su matrimonio con el gran duque Jagello de Lituania cambió la historia de Europa al llevar los confines de la civilización occidental a las fronteras orientales del reino polaco-lituano. Por ello se la considera protagonista de la evangelización europea y “figura puente” del cristianismo occidental y oriental.

Eduviges no se encerró en su corte. Esta mujer, que vivió hace mas de seiscientos años, participó activamente en la vida del enorme estado polaco-lituano. Consciente del valor de la cultura como vehículo de la fe, fundó la facultad de Teología de la universidad de Cracovia, una de las más antiguas de Europa. Juan Pablo II, recordando la altura científica de la Universidad de Cracovia (“la Jaguelloniana”), en la que enseñó Copérnico, y en la que él mismo tuvo la oportunidad de estudiar, afirmó que «la verdadera riqueza de un país son sus universidades».

Eduviges también desplegó gran actividad a favor de los pobres y enfermos, fundando hospitales y centros de asistencia.

En la canonización de la reina Eduviges ha pesado decisivamente la admiración ininterrumpida de todo su pueblo durante seis siglos. Su causa de beatificación se abrió en 1426, 27 años después de su muerte. En 1987, la reina Eduviges fue beatificada, y sus reliquias fueron transferidas al altar del Cristo Crucificado de la Catedral de Cracovia. El Papa Juan Pablo II la canonizó en el año 1997.

Es la santa patrona de las reinas y de la Europa Unida.

Oración 1
Santa Eduviges
que amaste la virginidad como forma de agradar a Dios;
que honraste el matrimonio como esposa fiel y madre amorosa;
y que, viuda, escogiste la vida religiosa
como forma de consagrar por entero al Señor el resto de tu vida,
ayúdame a servir a Dios,
conservando puro mi corazón
y cumpliendo fielmente la misión que Él me confió en este mundo.
Amén.

Oración 2
¡Oh Dios!
Que enseñaste a la bienaventurada Eduvigis
a renunciar de todo corazón a las pompas del mundo,
por seguir con humildad el camino de tu cruz;
concédenos por sus méritos que aprendamos,
a ejemplo suyo a menospreciar las perecederas delicias de este siglo
y a vencer por tu amor
todas las adversidades de esta vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración 3
Gloriosa Princesa Santa Eduvigis,
que pasaste por la tierra socorriendo necesidades,
amparando huérfanos, ayudando doncellas abandonadas,
pagando deudas de los pobres insolventes,
procurando vivienda a los necesitados.
Hoy acudo a ti como modelo que imitar en este ferviente amor al prójimo.
Enséñame la caridad.
En tus manos pongo hoy mis intenciones y necesidades para que las presentes al señor
(Pídase la gracia que se desea).

Como mi modelo y protectora
quiero imitar su resignación a la voluntad divina.
Presenta al Señor mis intenciones.
Oh gloriosa Santa Eduvigis,
abogada de los deudores,
de los pobres desvalidos,
ruega por nosotros.
Así sea.

Oración 4
Señor Dios nuestro,
que por vuestro Unigénito Hijo,
habéis revelado a Santa Eduviges los secretos del cielo,
haced por su piadosa intercesión,
que vuestros servidores un día se regocijen eternamente
en la posesión de vuestra gloria.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

SAN ALEJO, LAICO, 17 DE JULIO

Autor: . | Fuente: Corazones.org
Alejo, Santo
Laico, 17 de julio
 
Alejo, Santo

Mendigo

Martirologio Romano: En Roma, en la basílica situada en el monte Aventino, se celebra con el nombre de Alejo a un hombre de Dios que, como cuenta la tradición, dejó su opulenta casa para vivir como un pobre mendigo pidiendo limosna (s. IV).

Etimologicamente: Alejo = Aquel que es el defensor, es de origen griego.

"El hombre de Dios" de Edesa, Siria.

A finales del siglo IV, vivía en Edesa, Siria, un mendigo a quien el pueblo veneraba como un santo. Después de su muerte, un anónimo escribió su biografía. Como ignoraba el nombre del mendigo, le llamó simplemente "el hombre de Dios". Según ese documento, el hombre de Dios vivió en la época del obispo Rábula, quien murió el año 436. El mendigo compartía con otros pobres la limosna que recogía a las puertas de las iglesias.

La leyenda

San Alejo es hijo de un senador romano. A la edad de veinte años comprendió que su vida rodeada de riquezas era un peligro para su alma. Para servir a Dios en la mayor humildad, se fue de Roma a Edesa disfrazado de mendigo. En Siria vivió por 17 años dedicado a la oración y a la penitencia. Mendigaba para vivir y para ayudar a otros. Cuando se descubrió que era hijo de una familia rica de Roma, Alejo temió que le rindieran honores y regresó a Roma, a casa de su padre donde vivió por años de incógnito, como un criado, durmiendo debajo de una escalera. Todo lo aceptaba con humildad y lo ofrecía por los pecadores. Ya moribundo, reveló a sus padres que era su hijo y que había escogido vivir aquella vida por penitencia. Los dos ancianos lo abrazaron llorando y lo ayudaron a bien morir. Cuando el obispo se enteró del caso, mandó exhumar el cadáver, pero no se encontraron más que los andrajos del hombre de Dios y ningún cadáver. La fama del suceso se extendió rápidamente.

Antes del siglo IX, se había dado en Grecia al hombre de Dios, el nombre de Alejo y San José el Hinmógrafo (833) dejó escrita en un "kanon" la leyenda, adornada naturalmente con numerosos detalles. Aunque se tributaba ya cierto culto al santo en España, la devoción a San Alejo se popularizó en occidente gracias a la actividad de un obispo de Damasco, Sergio, desterrado a Roma a fines del siglo X. Dicho obispo estableció en la iglesia de San Bonifacio del Aventino un monasterio de monjes griegos, y nombró a San Alejo co-patrono de la iglesia.

Se cuenta que en el siglo XII la leyenda de San Alejo ejerció profunda influencia sobre el hereje Pedro Waldo.

En el siglo XV, los Hermanos de San Alejo le eligieron por patrono y, en 1817, la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María le nombró patrono secundario. También en el oriente le profesa el pueblo gran devoción y aun le llama "el hombre de Dios."

En 1217 se encontraron unas reliquias en la iglesia de San Bonifacio, Roma, pero ningún martirologio antiguo y ningún libro litúrgico romano menciona el nombre de San Alejo, el cual, según parece, era desconocido en la Ciudad Eterna hasta el año 972.

ORACIÓN
¡Oh gloria de la nobleza romana
y verdadero amador de la pobreza
e ignominia de Cristo!
¡Oh Alejo bendito!
que en la flor de tu juventud,
por obedecer a la inspiración del Señor,
dejaste a tu esposa y saliste como otro
Abraham de la casa de tus padres,
y habiendo repartido lo que llevabas
con los pobres,
viviste como pobre y mendigo tantos años
desconocido y menospreciado entre los hombres.
Tú fuiste muy regalado y favorecido de la Virgen María
nuestra Reina y señora,
y huyendo de las alabanzas de los hombres,
volviste por instinto de Dios
a la casa de tus padres
que por su voluntad habías dejado,
para darnos ejemplo de humildad,
de paciencia, de sufrimiento y constancia,
y para triunfar de tí
y del mundo con un género de victoria tan nuevo y tan glorioso.

Pues, ¡oh santo bienaventurado!
rico y pobre, noble y humilde,
casado y puro, llorado de tus padres,
denostado de tus criados,
desestimado de los hombres
y honrado de los ángeles,
abatido en el suelo
y sublimado en el cielo,
yo te suplico,
Alejo dulcísimo,
que por tus merecimientos y oraciones
yo alcance del Señor
la virtud de la perfecta castidad,
de obediencia, de menosprecio de todas las cosas transitorias,
y gracia para vivir como hombre peregrino de su patria,
y desconocido y muerto al mundo. Amén. 
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