jueves, 30 de noviembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 30 NOVIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Fiesta de San Andrés apostol
 Hoy, jueves, 30 de noviembre de 2017




Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (10,9-18):

Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación. Dice la Escritura: «Nadie que cree en él quedará defraudado.» Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues «todo el que invoca el nombre del Señor se salvará.» Ahora bien, ¿cómo van a invocarlo, si no creen en él?; ¿cómo van a creer, si no oyen hablar de él?; y ¿cómo van a oír sin alguien que proclame?; y ¿cómo van a proclamar si no los envían? Lo dice la Escritura: «¡Qué hermosos los pies de los que anuncian el Evangelio!» Pero no todos han prestado oído al Evangelio; como dice Isaías: «Señor, ¿quién ha dado fe a nuestro mensaje?» Así pues, la fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo. Pero yo pregunto: «¿Es que no lo han oído?» Todo lo contrario: «A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 18,2-3.4-5

R/. A toda la tierra alcanza su pregón

El cielo proclama la gloria de Dios, 
el firmamento pregona la obra de sus manos: 
el día al día le pasa el mensaje, 
la noche a la noche se lo susurra. R/.

Sin que hablen, sin que pronuncien, 
sin que resuene su voz, 
a toda la tierra alcanza su pregón 
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (4,18-22):

En aquel tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 30 de noviembre de 2017
Luis Manuel Suárez CMF


Queridos amigos:

¿Cómo te encuentras en tus tareas o, si la tienes, en tu profesión?

Andrés, de quién hoy celebramos su fiesta, parece que se encontraba a gusto. Ahí le tenemos, echando el copo en el lago. Lo que había visto hacer a su padre, lo que antes había hecho el padre de su padre… Una tarea útil, que aporta alimento para otros… Una forma honrada de ganarse la vida. No era un alto cargo, pero te permitía vivir.

Pero he aquí que pasa Jesús y le llama. Y le ofrece un nuevo oficio: ser “pescador de hombres”. Seguirá siendo pescador: habrá que seguir esforzándose, madrugar y embarcar; habrá que seguir teniendo una sensibilidad fina como para saber cuándo y dónde echar la red; habrá que seguir teniendo fuerza como para tirar cuando haga falta; habrá que seguir repartiendo el fruto del trabajo, unos días más y otros menos… Pero ya no serán los peces el centro de la vida, sino las personas. Ya no habrá redes, sino palabras. Y ya no habrá una pequeña barca, sino que se trata de que todos vayamos en el mismo barco en las cosas importantes, en las cosas de Dios.

¿Cómo les sonaría a aquellos primeros discípulos la llamada a ser “pescadores de hombres”? ¿Qué tendría la mirada y la llamada de Jesús, para que lo dejaran todo y le siguieran?

Jesús también hoy sigue llamando. Como hace dos mil años, a algunos les pide que cambien de oficio. A otros, que sigan en el que están, pero de otra manera. Seas de los que seas, te invito a percibir la mirada que hoy Jesús te dirige y la llamada que te hace. Desde donde estás. Contando con lo que eres y tienes. Tenerle como patrón del nuevo negocio que te ofrece.

Escucharle y responderle. Algo que no se hace de una vez para siempre, sino que se repite una y otra vez a lo largo de la vida. Eso es el seguimiento de Jesús.

En ello estamos.

Vuestro hermano en la fe: 
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)

SANTORAL DE HOY JUEVES 30 NOVIEMBRE 2017

José López Piteira, BeatoJosé López Piteira, Beato
Mártir, 30 de noviembre
Ludovico Roch Gietyngier, BeatoLudovico Roch Gietyngier, Beato
Sacerdote y Mártir, 30 de noviembre
Cutberto (Cuthbert) Mayne, SantoCutberto (Cuthbert) Mayne, Santo
Mártir, 30 Noviembre
Federico de Ratisbona, BeatoFederico de Ratisbona, Beato
Leñador, 30 Noviembre
José Marchand, SantoJosé Marchand, Santo
Mártir, 30 Noviembre
José Otín Aquilué, BeatoJosé Otín Aquilué, Beato
Mártir salesiano, 30 Noviembre
Everardo de Stahleck, SantoEverardo de Stahleck, Santo
Monje, 30 de noviembre
Andrés, SantoAndrés, Santo
Fiesta Litúrgica, 30 de Noviembre

FELIZ JUEVES!!!





miércoles, 29 de noviembre de 2017

SAN GREGORIO, TAUMATURGO, 29 NOVIEMBRE


Hoy 29 de noviembre es la fiesta de San Gregorio, Taumaturgo
Por Diego López Marina





 (ACI).- San Gregorio Taumaturgo fue uno de los Padres de la Iglesia cuyos escritos, a pesar de ser pocos, ayudaron grandemente a la formación de la doctrina católica.

"Taumaturgo" se le dice a aquella persona que hace muchos milagros y, según indica la tradición popular, no se había visto a un hombre conseguir tantos milagros como los que obtuvo San Gregorio desde tiempos de Moisés.

Nació en Neocesarea en el Ponto, hoy territorio de Turquía, alrededor del año 213. En su juventud planeó trasladarse a Beritos, en Fenicia, para asistir a la escuela de Derecho, pero a pedido de su hermana, cuyo marido había sido nombrado gobernador de Palestina, se trasladó a Cesárea de Palestina.

Al llegar conoció a Orígenes, el sabio más grande de su tiempo y director de la escuela catequética de Alejandría. Desde su primer encuentro, Orígenes se dio cuenta de que Gregorio poseía unas cualidades innatas para el estudio y lo recibió en su famosa escuela.

Gregorio emprendió primero el estudio de filosofía y luego teología, pero su mente continuó inclinada hacia los estudios filosóficos, a tal extremo que ya en su juventud anhelaba fuertemente demostrar que la religión cristiana era la única verdadera y buena filosofía. Por siete años sobrellevó la disciplina mental y moral de Orígenes.

En el año 238, cuando Gregorio terminó sus estudios, elaboró un hermoso discurso de despedida a su maestro, alabando sus métodos para educar.

Al llegar a su tierra natal de Neocesarea del Ponto, fue nombrado obispo a pesar de su corta edad y empezó entonces una cadena incontable de milagros.

Cuando estalló la persecución del emperador romano Decio, en el 250, San Gregorio aconsejó a los cristianos que se escondieran para no ponerse en el peligro de renegar de su fe cristiana por temor a los tormentos.

Se hizo célebre en la historia de la Iglesia por esta frase poco antes de morir entre el 270 y 275: "¿Cuántos infieles quedan aún en la ciudad sin convertirse al cristianismo?" Le respondieron: "Quedan diecisiete", y él exclamó gozoso: "Gracias Señor: ese era el número de cristianos que había en esta ciudad cuando yo llegué a misionar aquí. En ese tiempo no había sino 17 cristianos, y ahora no hay sino 17 paganos".

Tras su fallecimiento el pueblo lo invocaba ante la amenaza de inundaciones y terremotos, debido a que, en vida, con sus oraciones y sacrificios logró detener terribles inundaciones que amenazaban acabar con todos los cultivos y hogares de la ciudad.

Se conservan hasta el día hoy 7 ítems entre libros y cartas, de distinto valor y profundidad teológica de San Gregorio Taumaturgo.

NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN, DEL 29 NOVIEMBRE AL 7 DICIEMBRE


 Novena a la Inmaculada Concepción, camino al Año de la Misericordia
30 Noviembre al 7 de Diciembre
Por Abel Camasca




 (ACI).- “La Beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original desde el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano”, afirma la Bula “Ineffabilis Deus” sobre la Inmaculada Concepción de María.

Cercanos a esta gran Solemnidad mariana que se celebra cada 8 de diciembre y que este año coincidirá con el inicio del Año de la Misericordia convocado por el Papa Francisco, aquí una Novena para pedir la intercesión de la Virgen María ante Dios.

Por la señal de la Santa Cruz...

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Ante tu divina presencia reconozco que he pecado muchas veces y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa haberte ofendido. Ayudado de tu divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y cumplir la penitencia que el confesor me imponga. Amén.

Oración preparatoria

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios, no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro haya sido desamparado. 


No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.


PRIMER DÍA 
Lectura bíblica (Gn. 3, 9 - 15)

Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?", Este contestó: "Te oí caminar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo: por eso me escondí". Dios le replicó: "¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? Acaso comiste del árbol del que te prohibí comer?" Dijo el hombre: "La mujer que me diste por compañera me dió del árbol y comí". Dios le dijo entonces a la mujer: "Por qué lo hiciste?". Contestó la mujer: "La serpiente me engañó y comí". Entonces Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho esto, serás maldita entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Caminarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaJe y su linaJe: él aplastará tu cabeza, mientras tu le atacarás el talón". PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos cómo Eva fue desobediente. Su desobediencia fue causa de muerte para sí misma y para toda la raza humana. Al contrario, María Santísima, por su obediencia a la Palabra de Dios, se convirtió en causa de salvación para sí como para todo el género humano. Sucedió, pues, que el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María. Porque lo que Eva había fuertemente ligado con su incredulidad, la Virgen María la libertó por su fe.
Procuremos imitar la fe y la obediencia de la Santísima Virgen María, para que, como Ella, seamos colaboradores en la obra salvadora de Jesucristo.


Oración para el primer día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo redentor nuestro! Así como preservaste a María del pecado original en su Inmaculada Concepción y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de libramos de él por medio de tu santo Bautismo, así te rogamos humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como buenos cristianos, regenerados en Ti. Amén.

(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, 
ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo, 
Dios, Espíritu Santo, 
Santísima Trinidad, un solo Dios,

Santa María, 
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la divina gracia, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Madre de misericordia, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración: 
Te rogamos nos concedas, 
Señor Dios nuestro, 
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión 
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas. 
Por Cristo nuestro Señor. 
Amén.



SEGUNDO DÍA 

Lectura bíblica (Est. 15, 4-7.12-13. 9.10,5,3.7.3-4)

Al terminar la oración, Ester se vistió con todo lujo. Luego, invocando al Dios y salvador que vela sobre todos, marchó con el rostro alegre, pero con el corazón angustiado. Atravesó todas las puertas, hasta quedar de pie ante el rey. Este levantó la cabeza y miró a Ester. La reina palideció, se apoyó en el hombro de una doncella y se desmayó. El rey entonces se inquietó; saltó de su trono y tomó a Ester en sus brazos preguntándole: "¿Qué te pasa, reina Ester? Pídeme lo que sea y te daré hasta la mitad de mi reino". La reina Ester respondió: "Si he encontrado gracia a tus ojos, perdóname mi vida y la de mi pueblo. Eso es lo que quiero y lo que te pido". El rey extendió hacia Ester el cetro de oro y ella se levantó y quedó en pie ante el rey. PALABRA DE DIOS.


Consideración
Consideremos a María Santísima preservada de la ley universal del pecado original, como lo fue la Reina Ester de la ley común del rey Asuero. María Inmaculada es la bendita entre todas las mujeres, es la que halló gracia a los ojos de Dios. Ella es la Reina de misericordia, que desde la cumbre de su grandeza, puede compadecerse mejor y socorrer nuestras necesidades intercediendo ante su Divino Hijo Jesucristo.
Procuremos cumplir en nuestra vida diaria las promesas bautismales. Por el Bautismo hemos nacido a la vida de la gracia. Esforcémonos por mantenernos en amistad con Jesucristo.



Oración del segundo día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la confesión para remediarlo, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia, la de salir de él cuanto antes, por medio de una buena confesión.

(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, 
ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo, 
Dios, Espíritu Santo, 
Santísima Trinidad, un solo Dios,

Santa María, 
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la divina gracia, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Madre de misericordia, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración: 
Te rogamos nos concedas, 
Señor Dios nuestro, 
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión 
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas. 
Por Cristo nuestro Señor. 
Amén.


TERCER DÍA
Lectura bíblica (Lc. 1,26-38)
Dios envió al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José de la familia de David: el nombre de la Virgen era María. El ángel le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está Contigo". Ella se turbó y pensaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Vas a concebir en tu seno y vas a dar a luz un hijo al que pondrás el nombre de Jesús. El será grande y con razón lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su antepasado. Reinará sobre la casa de Jacob por siempre y su reino no tendrá fin'.
María entonces dijo al ángel: “¿Cómo podré ser madre si no tengo relación con ningún hombre?” Contestó el ángel: "El Espíritu Santo descenderá sobre Ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso tu hijo será Santo y con razón lo llamarán hijo de Dios". María dijo entonces: “Yo soy la esclava del Señor. Hágase en mí, según tu palabra”. PALABRA DE DIOS.

Consideración
Consideremos cómo María Santísima no fue un instrumento puramente pasivo en las manos de Dios, sino que cooperó a la salvación de los hombres con fe y obediencia libres. Ella, enriquecida desde el primer instante de su concepción con una Santidad en extremo singular, al aceptar el mensaje divino se convirtió en Madre de Jesús, y al abrazar de todo corazón, sin entorpecimiento de pecado alguno la voluntad salvífica de Dios, se consagró totalmente como esclava del Señor a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo con diligencia al misterio de la Redención con Él y bajo Él, con la gracia de Dios omnipotente. Por esto la Iglesia llama a la Madre de Dios "totalmente santa e Inmune de toda mancha de pecado, como plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo".
Procuremos quitar de nuestra vida todo obstáculo, todo pecado que nos impida llegar a Jesucristo haciendo una buena confesión.

Oración del tercer día
¡Oh santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado venial en toda su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras almas, para ser dignos de Ti, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar los pecados veniales y de procurar y obtener cada día más pureza y delicadez de conciencia.
(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)
Letanías a la Virgen
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oración:
Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CUARTO DÍA 
Lectura Bíblica (Lc. 1,46-55)

María dijo: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su Nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace maravillas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre”. PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos cómo María Santísima nos enseña a ser agradecidos con Dios y a alabarlo por todos los beneficios que nos concede.
Por otra parte, las maravillas que Dios hizo en María Santísima desde su Inmaculada Concepción y su entrega total y amorosa a la obra de su Hijo en favor del género humano, justifican las oraciones y el honor que todas las generaciones cristianas le han rendido.
Toda alabanza a María Santísima es un homenaje tributado a Dios del cual Ella es su criatura más perfecta; la obra maestra de su creación.
El Señor ha querido que María Inmaculada sea modelo para quienes no aceptan pasivamente las circunstancias adversas de la vida personal y social y proclaman que Dios ensalza a los humildes y, si es el caso, derriba a los poderosos de sus tronos.
Procuremos dedicar diariamente unos minutos a hablar con Dios y de esta manera disponernos a cumplir su voluntad a animarnos a hacer el bien a nuestros semejantes. El que ora está en armonía con Dios y con su prójimo.

Oración del cuarto día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como libraste a María del pecado y le diste dominio perfecto sobre todas sus pasiones, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de ir domando nuestras pasiones y destruyendo nuestras malas inclinaciones, para que Te podamos servir con verdadera libertad de espíritu y sin imperfección ninguna.

(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, 
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, 
Dios, Espíritu Santo, 
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María, 
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la divina gracia, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Madre de misericordia, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración: 
Te rogamos nos concedas, 
Señor Dios nuestro, 
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión 
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas. 
Por Cristo nuestro Señor. 
Amén.


QUINTO DÍA
Lectura bíblica (Jn. 2, 1-11)


Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la Madre de Jesús. Fue Invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. El vino faltó y le dijo a Jesús su Madre: "No tienen Vino". Jesús contesta: "Mujer, ¿Cómo se te ocurre? Todavía no ha llegado mi hora". Su madre, sin embargo, dijo a los servidores: "Hagan todo lo que Él les diga". Jesús les dice: "llenen las tinajas de agua". Los sirvientes las llenaron hasta el borde. Entonces Jesús les dijo: "Saquen ahora y llévenle al mayordomo para que lo pruebe". Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vine y como él no sabía de dónde era, llamó al novio y le dijo: "Todos sirven primero el vine bueno y después el peor, pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora". Así Jesús comenzó sus signos y manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él. PALABRA DE DIOS.


Consideración

Consideremos cómo el vino de las bodas de Caná simboliza la plenitud de los bienes espirituales que Jesús trajo a los hombres. El vino del banquete nupcial de modo especial, nos recuerda la Eucaristía. María, aparece unida a su Hijo en Caná para que entendamos que Ella está siempre presente en la Celebración Eucarística anunciada y prefigurada en aquel banquete de bodas.
Pensemos en el gran amor de Cristo a nosotros que lo llevó a quedarse realmente presente en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. La Purísima, dando Cuerpo y Sangre al Hijo de Dios Eterno colaboró activamente a nuestra Redención y a la Eucaristía. El Cuerpo y Sangre de Cristo que recibimos en la Eucaristía es carne que Él tomó de la Virgen María.
Procuremos imitar la pureza de corazón de María Inmaculada para prepararnos convenientemente a recibir la Santa Comunión.


Oración del quinto día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como desde el primer instante de su Concepción diste a María más gracia que a todos los Santos y Ángeles del cielo, así te rogamos humildemente por intercesión de tu Madre Inmaculada nos inspires un aprecio singular de la divina gracia que tú nos adquiriste con tu sangre y nos concedas el aumentarla más y más con nuestras buenas obras y con la recepción de tus santos sacramentos, especialmente el de la comunión.
(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, 
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, 
Dios, Espíritu Santo, 
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María, 
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la divina gracia, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Madre de misericordia, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oración: 
Te rogamos nos concedas, 
Señor Dios nuestro, 
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión 
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas. 
Por Cristo nuestro Señor. 
Amén.


SEXTO DÍA
Lectura bíblica (Ef. 1, 3-ó.11- 12)


Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que por Él nos ha bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu.
Porque nos ha elegido en Cristo antes de la creación del mundo para ser santos e inmaculados en su presencia por el amor; destinándonos ya entonces a ser adoptados por hijos suyos por medio de Jesucristo, conforme a su querer y a su designio, a ser un himno a su gloriosa generosidad.
A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según el previo designio del que realiza todo conforme a la decisión de su voluntad, para ser nosotros alabanza de su gloria. PALABRA DE DIOS.


Consideración

Consideremos cómo Dios eligió y señaló, desde el principio y antes de los tiempos, una Madre, para que su Unigénito Hijo, hecho carne de ella, naciese en la dichosa plenitud de los tiempos; y tanto la amó por encima de todas las demás creaturas, que en solo Ella se complació con señaladísima benevolencia Por lo cual, la llenó de tanta gracia, sacada del tesoro de su Divinidad, muy por encima de todos los ángeles y los santos, que Ella absolutamente siempre libre de toda mancha de pecado y toda hermosa y perfecta, manifestase tal plenitud de inocencia y santidad que no se concibe, en modo alguno, mayor después de Dios y nadie puede imaginar fuera de Dios. Procuremos amar con sincera piedad filial a la Purísima Virgen María, la toda hermosa. Coloquemos en un lugar de honor de nuestro hogar su Sagrada Imagen y manifestemos con nuestra caridad que somos sus hijos.


Oración del sexto día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como desde el primer instante infundiste en María, con toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo, así Te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de cristianos.

(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, 
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, 
Dios, Espíritu Santo, 
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María, 
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la divina gracia, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Madre de misericordia, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oración: 
Te rogamos nos concedas, 
Señor Dios nuestro, 
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión 
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas. 
Por Cristo nuestro Señor. 
Amén.


SÉPTIMO DÍA
Lectura bíblica (Ef. 1, 3-ó.11- 12)


Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que por Él nos ha bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu.
Porque nos ha elegido en Cristo antes de la creación del mundo para ser santos e inmaculados en su presencia por el amor; destinándonos ya entonces a ser adoptados por hijos suyos por medio de Jesucristo, conforme a su querer y a su designio, a ser un himno a su gloriosa generosidad.
A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según el previo designio del que realiza todo conforme a la decisión de su voluntad, para ser nosotros alabanza de su gloria. PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos cómo Dios eligió y señaló, desde el principio y antes de los tiempos, una Madre, para que su Unigénito Hijo, hecho carne de ella, naciese en la dichosa plenitud de los tiempos; y tanto la amó por encima de todas las demás creaturas, que en solo Ella se complació con señaladísima benevolencia Por lo cual, la llenó de tanta gracia, sacada del tesoro de su Divinidad, muy por encima de todos los ángeles y los santos, que Ella absolutamente siempre libre de toda mancha de pecado y toda hermosa y perfecta, manifestase tal plenitud de inocencia y santidad que no se concibe, en modo alguno, mayor después de Dios y nadie puede imaginar fuera de Dios. Procuremos amar con sincera piedad filial a la Purísima Virgen María, la toda hermosa. Coloquemos en un lugar de honor de nuestro hogar su Sagrada Imagen y manifestemos con nuestra caridad que somos sus hijos.

Oración del sexto día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como desde el primer instante infundiste en María, con toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo, así Te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de cristianos.

(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, 
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, 
Dios, Espíritu Santo, 
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María, 
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la divina gracia, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Madre de misericordia, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oración: 
Te rogamos nos concedas, 
Señor Dios nuestro, 
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión 
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas. 
Por Cristo nuestro Señor. 
Amén.

OCTAVO DÍA 
Lectura bíblica (AP. 12,1-6.10.17)


Apareció una señal portentosa en el cielo: Una mujer vestida del sol, la luna por pedestal y coronada con doce estrellas. Estaba en cinta y gritaba porque iba a dar a luz.
Apareció otro portento en el cielo: un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo la tercera parte de las estrellas, arrojándolas a la tierra. El dragón estaba enfrente de la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a tragarse al niño en cuanto naciera.
La mujer dio a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los pueblos. El niño fue arrebatado y lo llevaron junto al trono de Dios. Mientras tanto, la mujer escapaba al desierto.
Se oyó una gran voz: Ya llega la victoria, el poder y el reino de nuestro Dios y el mando de su Mesías.
Despechado el dragón por causa de la mujer, se marchó a hacer la guerra al resto de su descendencia, a los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús. PALABRA DE DIOS.


Consideración

Consideremos cómo los cristianos guiados por el Espíritu Santo, honramos con filial afecto de piedad a la Virgen Inmaculada como a Madre. Ella nos dio a luz entre dolores al pie de la cruz. Esta maternidad de la Purísima sobre nosotros no termina nunca.
Ella nos cuida mientras peregrinamos por este mundo para animarnos en los momentos de peligro y de angustia y nos fortalece para luchar contra el mal y para lograr la fraternidad universal hasta que seamos llevados a la Patria feliz.
La Purísima es como la señal que anima siempre a la Iglesia para que sea fiel a Jesús.
Alegrémonos al pensar que en la Iglesia Católica tenemos una verdadera Madre que es la misma Madre de Cristo.
Procuremos tomar en serio nuestra pertenencia a la Iglesia. No faltemos a la Misa dominical y hagamos todo lo posible por participar en las actividades que se organicen en nuestra Parroquia.

Oración del octavo día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como diste a María la gracia de una ardentísima caridad y amor de Dios sobre todas las cosas, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor sincero a ti, oh Dios y Señor nuestro, nuestro verdadero bien, nuestro bienhechor, nuestro Padre, y que antes queramos perder todas las cosas que ofenderte con un solo pecado.

(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, 
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, 
Dios, Espíritu Santo, 
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María, 
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la divina gracia, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Madre de misericordia, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oración: 
Te rogamos nos concedas, 
Señor Dios nuestro, 
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión 
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas. 
Por Cristo nuestro Señor. 
Amén.



NOVENO DÍA
Lectura bíblica (Ecco. 24, 5-6.14.24.30-31)

Yo salí de la boca del Altísimo engendrada primero que existiese ninguna criatura. Yo hice nacer en los cielos la luz indeficiente y como nube cubrí toda la tierra. Desde el principio y antes de los siglos fui creada y no dejaré de existir en todos los siglos venideros. Yo soy la Madre del amor hermoso y del temor y de la ciencia y de la santa esperanza. En mí está toda la gracia para conocer el camino de la verdad; en mí toda esperanza de vida y de virtud. Vengan a mí todos los que me desean y sáciense de mis frutos. El que me escucha, jamás tendrá que avergonzarse; aquellos que se guían por mí, no pecarán. Los que me dan a conocer tendrán la vida eterna. PALABRA DE DIOS.


Consideración

Consideremos las palabras con las que el Romano Pontífice, Vicario de Jesucristo, definió como verdad infalible de nuestra fe católica la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Dijo el Papa: "Para honra de la Santísima Trinidad, para gloria de la Virgen María, Madre de Dios, para alegría de la Iglesia Católica y aumento de la Religión Cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la Nuestra, declaramos, afirmamos y definimos que ha sido revelada por Dios y, de consiguiente, debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada Inmune de toda mancha de culpa original en el primer Instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano".
Procuremos despertar y avivar en nuestro corazón el amor filial a la Virgen Inmaculada y que el cariño hacia Ella nos conduzca a la amistad con Jesucristo y a la reconciliación con nuestros prójimos.


Oración del noveno día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como has concedido a María la gracia de ir al cielo y de ser en él colocada en el primer lugar después de ti, así te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas una buena muerte, que recibamos bien los últimos sacramentos, que expiremos sin mancha ninguna de pecado en la conciencia y vayamos al cielo para siempre gozar en tu compañía y la de nuestra Madre, con todos los que se han salvado por ella.


(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, 
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, 
Dios, Espíritu Santo, 
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María, 
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la divina gracia, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Madre de misericordia, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oración: 
Te rogamos nos concedas, 
Señor Dios nuestro, 
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión 
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas. 
Por Cristo nuestro Señor. 
Amén



Oración final

Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía! Así sea.
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