domingo, 13 de julio de 2025

LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO Y SU DEVOCIÓN EN EL MES DE JULIO

 



 La Preciosísima Sangre de Cristo y su Devoción en el Mes de Julio

La Preciosísima Sangre de Cristo es uno de los misterios más profundos de la fe cristiana.

Por: Llucià Pou Sabaté | Fuente: Catholic.Net


Significado Teológico de la Preciosísima Sangre

La Preciosísima Sangre de Cristo es uno de los misterios más profundos de la fe cristiana. Representa la sangre derramada por Jesús durante su Pasión y Crucifixión, y es considerada el precio de nuestra redención y la salvación de toda la humanidad.

Cristo, el Cordero sin mancha, ofreció su vida y su sangre como sacrificio supremo para liberarnos del pecado y abrirnos las puertas de la vida eterna. En la Eucaristía, los católicos creemos que el vino consagrado se convierte realmente en la Sangre de Cristo, actualizando en cada Misa el sacrificio redentor del Calvario. Por eso, la Sangre de Cristo es fuente de purificación, reconciliación, fortaleza y vida nueva para los creyentes.


Origen de la devoción en Julio

La devoción a la Preciosísima Sangre tiene raíces antiguas en la tradición cristiana, pero su dedicación especial al mes de julio se consolidó en el siglo XIX.

En 1849, durante la Primera Guerra Italiana por la Independencia, el Papa Pío IX, exiliado en Gaeta, recibió de Don Giovanni Merlini la propuesta de instituir una fiesta universal en honor a la Preciosísima Sangre, como súplica por la paz y el fin de la guerra.

El Papa Pío IX fijó inicialmente la fiesta en el primer domingo de julio, y más tarde el Papa Pío X estableció definitivamente el 1 de juliocomo día de la fiesta.

Tras el Concilio Vaticano II, la celebración fue suprimida del calendario litúrgico universal, aunque se mantiene la posibilidad de celebrar Misas votivas en honor a la Preciosísima Sangre durante julio y en otros momentos del año.

Así, julio quedó consagrado a la contemplación y veneración de este misterio redentor.


Sentido espiritual de la devoción

Durante el mes de julio, la Iglesia nos invita a profundizar en el misterio del amor redentor de Cristo, meditando en el valor infinito de su sangre derramada. Esta devoción tiene varios sentidos espirituales:

Reflexión sobre el sacrificio de Cristo: La Sangre de Cristo es el signo supremo de su amor. Cada gota derramada habla del precio pagado por nuestra salvación.

Purificación y fortaleza espiritual: La Sangre de Cristo purifica nuestras almas, nos libera del pecado y nos fortalece para vivir con fidelidad nuestra vocación cristiana.

Oración y meditación: En este mes se reza especialmente la Corona de la Preciosísima Sangre, recordando los momentos en que Jesús derramó su sangre: la circuncisión, la agonía en el huerto, la flagelación, la coronación de espinas, el camino al Calvario, la crucifixión y la lanzada en el costado.

Esperanza y gratitud: La Sangre de Cristo es fuente de esperanza. Nos recuerda que somos amados infinitamente, que no estamos solos en nuestras luchas, y que nuestro destino es la vida eterna.

Prácticas devocionales: Durante julio se rezan las Letanías de la Preciosísima Sangre, se meditan textos de la Pasión y se recomienda la participación frecuente en la Eucaristía, donde se hace presente la Sangre redentora de Cristo.

Indulgencias: La Iglesia concede indulgencias a quienes recitan oraciones y practican actos de piedad en honor a la Preciosísima Sangre, promoviendo así la reflexión sobre el misterio redentor y la conversión del corazón.

La devoción y la vida cristiana

La devoción a la Preciosísima Sangre no es solo una práctica piadosa, sino una escuela de vida cristiana. Quien medita en este misterio descubre el infinito valor de cada alma y aprende que la salvación nos ha sido regalada a un precio muy alto: la Sangre del Hijo de Dios.


Esta devoción nos impulsa a:

Perdonar a los demás, sabiendo cuánto hemos sido perdonados.

Vivir con esperanza, incluso en medio de sufrimientos, porque la Sangre de Cristo ha vencido al pecado y a la muerte.

Ofrecer nuestros sacrificios diarios en unión con el sacrificio de Cristo, transformando el dolor en amor redentor.

Practicar la misericordia, imitando el amor sacrificial de Jesús hacia los más necesitados.

Como dice san Pedro en su carta: “Fuisteis rescatados […] no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha ni defecto.” (1 Pe 1,18-19)


Conclusión

Dedicar el mes de julio a la Preciosísima Sangre de Cristo es abrir nuestro corazón a la contemplación de un misterio de amor y misericordia. Es un tiempo para renovar nuestra fe, nuestra gratitud y nuestro compromiso cristiano.

Que cada gota de la Sangre de Cristo, derramada por amor, inspire en nosotros deseos de conversión, fortaleza en las pruebas y esperanza cierta en la vida eterna. Y que, al contemplar su sacrificio, sepamos repetir con fe y confianza:

“Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación, líbranos.”

NOVENA A SANTA MARÍA MAGDALENA: DEL 13 AL 21 DE JULIO











 Novena a Santa María Magdalena

Lo más importante es saber acompañar a Jesús en su crucifixión, a semejanza de Santa María Magdalena.

Por: Ana Paula Morales | Fuente: Catholic.net



Terra Sancta México, en colaboración con la teóloga Patricia Pimentel, profesora de la Universidad Católica Lumen Gentium, han tenido la iniciativa de realizar una novena dedicada a Santa María Magdalena, que tendrá lugar del 13 al 21 de julio, siendo el 22 de julio el día que la Iglesia celebra la Fiesta de la “Apóstola de los Apóstoles”.

Para ver la Novena en formato PDF pulsa el link: https://cutt.ly/mLczAG4


Sobre Santa María de Magdala hay poca información dentro del Nuevo Testamento, puesto que son cuatro escasas referencias atestiguadas por los evangelistas, sin embargo, al ser un testimonio múltiple en casi todos los casos da fuerza a la veracidad de los hechos.

Los cuatro momentos en que es mencionada son: María Magdala, liberada por Jesús de siete demonios, lo seguía como discípula suya y lo servía con sus bienes (Lc 8, 2); estuvo al pie de la cruz (Jn 19, 25; par. Mt 27, 56; Mc 15, 40; Lc 23, 49); vio el lugar donde fue colocado el cuerpo de Jesús (Mt 27, 61; Mc 15, 47; Lc 23, 55; Jn 19, 38-42); fue junto con otras mujeres muy de madrugada al sepulcro (Mt 28, 1; Mc 16, 1; Lc 24, 1), pero ella fue la primera en encontrarse con Jesús Resucitado y el Señor la envía a proclamar la Buena Nueva a los discípulos (Jn 20, 1-18; par. Lc 24, 10).

A partir de estos pasajes, se hizo una investigación en los escritos de los Padres de la Iglesia, en un texto aprobado por el Magisterio y lo dicho por los tres últimos Sumos Pontífices en una carta apostólica y audiencias generales para obtener fragmentos de la reflexión de los textos.

Sobre la intencionalidad de elegir los temas de los nueve días basados en los cuatro momentos de Santa María Magdalena, Patricia Pimentel comentó: “El objetivo de esta novena es poder encontrarnos con Cristo resucitado, viéndonos reflejados nosotros mismos en Santa María Magdalena, es decir, desde el momento en que el Señor nos rescató, ya sea en una conversión o desde un evento difícil que haya marcado nuestras vidas”.

A lo que añadió la teóloga: “Lo más importante es saber acompañar a Jesús en su crucifixión, a semejanza de Santa María Magdalena, ofreciéndole nuestras alegrías y tristezas, nuestros logros y fracasos, de otro modo no podemos contemplarlo resucitado”.

Esta novena consta de una antífona inicial y se pide la intercesión de Santa María Magdalena, después se procede a la reflexión y meditación del tema del día, para finalizar rezando un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


SANTORAL DE HOY DOMINGO 13 DE JULIO DE 2025

 

José Wang Kuiju, SantoJosé Wang Kuiju, Santo
Mártir Laico, 13 de julio
Pablo Liu Jinde, SantoPablo Liu Jinde, Santo
Mártir Laico, 13 de julio
Manuel Lê Van Phung, SantoManuel Lê Van Phung, Santo
Mártir Laico, 13 de julio
Tomás Tunstal, BeatoTomás Tunstal, Beato
Sacerdote y Mártir, 13 de julio
Serapión, SantoSerapión, Santo
Máetir, 13 de julio
Esdras, SantoEsdras, Santo
Sacerdote, 13 de julio
Silas (Silvano), SantoSilas (Silvano), Santo
Discípulo de los Apóstoles, 13 de julio
Clelia Barbieri, SantaClelia Barbieri, Santa
Virgen y Fundadora, 13 de julio
Fernando María Baccilieri, BeatoFernando María Baccilieri, Beato
Presbítero y Fundador, 13 de julio
Enrique, SantoEnrique, Santo
Memoria Litúrgica, 13 de julio
Eugenio de Cartago, SantoEugenio de Cartago, Santo
Obispo, 13 de julio

PAPA LEÓN XIV RECUERDA QUE JESÚS NO SÓLO TIENE COMPASIÓN CON QUIEN TIENE LA MISMA NACIONALIDAD O RELIGIÓN

 

El Papa reza ante el Santísimo antes de comenzar la celebración | Crédito: Vatican Media

 León XIV recuerda que Jesús no sólo tiene compasión con “quien tiene la misma nacionalidad o religión”

Por Victoria Cardiel

13 de julio de 2025



El Papa León XIV instó a “sentir y actuar con las mismas entrañas compasivas de Dios” y recordó que esto incluye también a los que no tienen la “misma nacionalidad o religión”.

“A veces nos contentamos solamente con hacer nuestro deber o consideramos como nuestro prójimo sólo a quien es de nuestro círculo, a quien piensa como nosotros, a quien tiene la misma nacionalidad o religión”, lamentó el Pontífice durante la homilía que pronunció este domingo en la Parroquia Pontificia de San Tommaso da Villanova, (Santo Tomás de Villanueva) en el centro histórico de Castel Gandolfo, donde está transcurriendo un periodo de reposo.

La celebración contó con la presencia del Obispo de Albano, Mons. Vincenzo Viva, y del alcalde de Castel Gandolfo, Alberto De Angelis, así como numerosos fieles que llenaron por completo la pequeña parroquia. Entre los concelebrantes se encontraba el Cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Antes de la Misa, León XIV recorrió las calles de Castel Gandolfo en uno de los dos papamóviles eléctricos y ecológicos que le regalaron el pasado domingo y que también usará para sus próximos viajes apostólicos, ya que están diseñados para poder caber en un avión. El Pontífice saludó a los cientos de fieles que desde primera hora de la mañana se congregaron en las inmediaciones de esta iglesia.

En la homilía, el Santo Padre reflexionó sobre la parábola del buen samaritano en la que Jesús “invierte la perspectiva” porque nos presenta a “un extranjero y herético que se hace prójimo de aquel hombre herido” y “nos pide que hagamos lo mismo”.

“La primera mirada de la que quiere hablarnos la parábola es de aquella que Dios ha tenido hacia nosotros, para que también nosotros aprendamos a tener sus mismos ojos, llenos de amor y compasión hacia los demás”, aseguró.

Así, contrapuso esta forma de mirar “más profunda, con una empatía que nos hace entrar en la situación del otro” con el modo de ver “exterior, distraído y apresurado” que no se deja “afectar ni interpelar por la situación”.


El riesgo de una "fe acomodada"

De este modo, previno del riesgo de “una fe acomodada” sólo “ordenada en la observancia exterior de la ley” y dejó claro Cristo es “la manifestación de un Dios compasivo”.

De esta manera indicó que hoy ese camino que desciende de Jerusalén a Jericó —una ciudad que se encuentra bajo el nivel del mar— es el camino que “recorren todos aquellos que se hunden en el mal, en el sufrimiento y en la pobreza”; el de “tantas personas agobiadas por las dificultades o heridas por las circunstancias de la vida”; el de todos aquellos que “se derrumban hasta perderse y tocar fondo”.


Pueblos "estafados y arrasados, víctimas de sistemas políticos opresivos"

En esta lista el Pontífice también citó a tantos “pueblos despojados, estafados y arrasados, víctimas de sistemas políticos opresivos, de una economía que los obliga a la pobreza, de la guerra que mata sus sueños y sus vidas”.

A continuación, invitó a los fieles a preguntarse:  “¿Qué hacemos nosotros? ¿Vemos y pasamos de largo, o nos dejamos traspasar el corazón como el samaritano?”.

En su homilía también pidió a volver al “propio corazón” para descubrir que “precisamente allí Dios ha escrito su ley del amor”.

Y agregó: “Creer en Él y seguirlo como sus discípulos significa dejarse transformar para que también nosotros podamos tener sus mismos sentimientos; un corazón que se conmueve, una mirada que ve y no pasa de largo, dos manos que socorren y alivian las heridas, los hombros fuertes que se hacen cargo de quien tiene necesidad”.


La revolución del amor 

El Santo Padre insistió en que obedecer a los mandamientos del Señor y convertirse a Él “no significa multiplicar actos exteriores, sino, al contrario, se trata de volver al propio corazón para descubrir que precisamente allí Dios ha escrito su ley del amor”. 

Y especificó a este respecto: “Sanados y amados por Cristo, nos convertimos también nosotros en signos de su amor y de su compasión en el mundo. Hermanos y hermanas, hoy se necesita esta revolución del amor”. 

León XIV puso en evidencia que Francisco muchas veces ha recordado “que Dios es misericordia y compasión” y que Benedicto XVI dejó claro que el buen samaritano “no se pregunta hasta dónde llega su obligación de solidaridad ni tampoco cuáles son los méritos necesarios para alcanzar la vida eterna”.

Finalmente, pidió mirar a los demás “sin pasar de largo”, deteniendo “nuestras carreras ajetreadas”.  “Esto nos hace prójimos los unos de los otros, genera una auténtica fraternidad, derriba muros y vallas. Y finalmente el amor se abre camino, volviéndose más fuerte que el mal y que la muerte”, concluyó.


La iglesia fue construida entre 1658 y 1661 por encargo del papa Alejandro VII, quien confió el diseño al célebre arquitecto Gian Lorenzo Bernini. Se trata de una iglesia de tamaño menor  en la que no caben más 300 personas sentadas. Muchos de los fieles han seguido la celebración desde el exterior. Desde 1929, la parroquia está confiada a los Salesianos, que mantienen una intensa actividad pastoral.


El Papa regala un cáliz a la parroquia de Castel Gandolfo

Al término de la celebración, el Papa obsequió a la parroquia un cáliz de oro, que definió como “un instrumento de comunión”. Con este gesto simbólico, renovó su llamado a vivir en comunión y a promover una fraternidad que se traduzca en gestos concretos en la vida cotidiana. “El cáliz que ofrezco a esta iglesia quiere ser signo de unidad: nos recuerda que, en la Eucaristía, se forja la comunión que estamos llamados a vivir y a testimoniar”, afirmó el Pontífice.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 13 DE JULIO DE 2025

 



Domingo 15 (C) del tiempo ordinario

Domingo 13 de julio de 2025



1ª Lectura (Dt 30,10-14): Moisés habló al pueblo, diciendo: «Escucha la voz del Señor, tu Dios, observando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el libro de esta ley, y vuelve al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. Porque este precepto que yo te mando hoy no excede tus fuerzas, ni es inalcanzable. No está en el cielo, para poder decir: ‘¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?’. Ni está más allá del mar, para poder decir: ‘¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?’. El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que lo cumplas».



Salmo responsorial: 68

R/. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Mi oración se dirige a ti, Señor, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia; por tu gran compasión, vuélvete hacia mi.


Yo soy un pobre malherido; Dios mío, tu salvación me levante. Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias.


Miradlo, los humildes, y alegraos; buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos.


Dios salvará a Sión, reconstruirá las ciudades de Judá. La estirpe de sus siervos la heredará, los que aman su nombre vivirán en ella.


O bien: Sal 18

R/ Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.


La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye a los ignorantes.


Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.


El temor del Señor es puro y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.


Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal que destila.

2ª Lectura (Col 1,15-20): Cristo Jesús es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles. Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Versículo antes del Evangelio (Jn 6,63c.68c): Aleluya. Tus palabras, Señor, son Espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. Aleluya.

Texto del Evangelio (Lc 10,25-37): En aquel tiempo, se levantó un maestro de la Ley, y para poner a prueba a Jesús, le preguntó: «Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia la vida eterna?». Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?». Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo». Díjole entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás».


Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?». Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: ‘Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva’.


»¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?». Él dijo: «El que practicó la misericordia con él». Díjole Jesús: «Vete y haz tú lo mismo».



«Un samaritano (...) tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas (...) y, montándole sobre su propia cabalgadura...»


Rev. D. Jordi POU i Sabater

(Sant Jordi Desvalls, Girona, España)

Hoy, nos preguntamos: «Y, ¿quién es mi prójimo?» (Lc 10,29). Cuentan de unos judíos que sentían curiosidad al ver desaparecer su rabino en la vigilia del sábado. Sospecharon que tenía un secreto, quizá con Dios, y confiaron a uno el encargo de seguirlo... Y así lo hizo, lleno de emoción, hasta una barriada miserable, donde vio al rabino cuidando y barriendo la casa de una mujer: era paralítica, y la servía y le preparaba una comida especial para la fiesta. Cuando volvió, le preguntaron al espía: «¿Dónde ha ido?; ¿al cielo, entre las nubes y las estrellas?». Y éste contestó: «¡No!, ha subido mucho más arriba».


Amar a los otros con obras es lo más alto; es donde se manifiesta el amor. ¡No pasar de largo!: «Es el propio Cristo quien alza su voz en los pobres para despertar la caridad de sus discípulos», afirma el Concilio Vaticano II en un documento.


Hacer de buen samaritano significa cambiar los planes («llegó junto a él»), dedicar tiempo («cuidó de él»)... Esto nos lleva a contemplar también la figura del posadero, como dijo san Juan Pablo II: «¡Qué habría podido hacer sin él? De hecho, el posadero, permaneciendo en el anonimato, realizó la mayor parte de la tarea. Todos podemos actuar como él cumpliendo las propias tareas con espíritu de servicio. Toda ocupación ofrece la oportunidad, más o menos directa, de ayudar a quien lo necesita (...). El cumplimiento fiel de los propios deberes profesionales ya es practicar el amor por las personas y la sociedad».


Dejarlo todo para acoger a quien lo necesita (el buen samaritano) y hacer bien el trabajo por amor (el posadero), son las dos formas de amar que nos corresponden: «‘¿Quién (...) te parece que fue prójimo?’. ‘El que practicó la misericordia con él’. Díjole Jesús: ‘Vete y haz tú lo mismo’» (Lc 10,36-37).


Acudamos a la Virgen María y Ella —que es modelo— nos ayude a descubrir las necesidades de los otros, materiales y espirituales. 

FELIZ DOMINGO!!!!

 





 
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