sábado, 25 de enero de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: 25.01.2014 - LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO

Autor: Noé Patiño | Fuente: Catholic.net
Conversión de Pablo
Marcos 16, 15-18. Fiesta de la Conversión San Pablo. No esperemos más, convirtámonos en esos apóstoles resucitados.
 
Conversión de Pablo
Del santo Evangelio segú san Marcos 16, 15-18


En aquel tiempo se apareció Jesús a los Once y les dijo: Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.

Oración introductoria

Señor, permite que esta meditación me marque el camino para seguir el gran ejemplo de la vida del apóstol san Pablo, que una vez que experimentó tu amor ya no hubo nada ni nadie que lo apartará de su misión. En este nuevo año quiero sepultar a ese hombre viejo que hay en mí para dejarme conquistar por tu amor.

Petición

Señor, concédeme que mi testimonio comunique la alegría de mi fe.

Meditación del Papa Francisco

Una Iglesia cerrada es lo mismo: es una Iglesia enferma. La Iglesia debe salir de sí misma. ¿Adónde? Hacia las periferias existenciales, cualesquiera que sean. Pero salir.
Jesús nos dice: "Id por todo el mundo. Id. Predicad. Dad testimonio del Evangelio". Pero ¿qué ocurre si uno sale de sí mismo? Puede suceder lo que le puede pasar a cualquiera que salga de casa y vaya por la calle: un accidente. Pero yo os digo: prefiero mil veces una Iglesia accidentada, que haya tenido un accidente, que una Iglesia enferma por encerrarse.
Salid fuera, ¡salid! Pensad en lo que dice el Apocalipsis. Dice algo bello: que Jesús está a la puerta y llama, llama para entrar a nuestro corazón. Este es el sentido del Apocalipsis. Pero haceos esta pregunta: ¿cuántas veces Jesús está dentro y llama a la puerta para salir, para salir fuera, y no le dejamos salir sólo por nuestras seguridades, porque muchas veces estamos encerrados en estructuras caducas, que sirven sólo para hacernos esclavos y no hijos de Dios libres? En esta "salida" es importante ir al encuentro; esta palabra para mí es muy importante: el encuentro con los demás. (S.S. Francisco, 18 de mayo de 2013).

Reflexión:

Nos encontramos en el monte de los olivos, en el mismo lugar donde cuarenta días antes, Jesús era entregado por uno de sus discípulos y donde todos los demás le abandonaron. Pero las cosas han cambiado y ya no son los mismos apóstoles de antes, la Resurrección los ha cambiado. Y Jesús se da cuenta de esto, por eso, les da una nueva misión: predicar el evangelio a todos los hombres, suscitar la fe, transmitir la salvación mediante el bautismo: he aquí la misión de los apóstoles después de la Resurrección. Y nosotros católicos somos hoy en día esos apóstoles resucitados.

Es verdad que en nuestras vidas hemos abandonado a Cristo muchas veces, pero eso a Jesús no le importa. Él nos llama a predicar el evangelio como volvió a llamar a los apóstoles y como un día llamó a san Pablo, cuya conversión celebramos hoy. San Pablo persiguió a los apóstoles y quería borrar el nombre de Jesús de Nazareth de la faz de Israel. Pero Jesús resucitado le convierte de un perseguidor a un precursor de la Buena Nueva y en un apóstol apasionado de este Cristo a quien perseguía. Jesús nos manda a predicar el Evangelio y es el primero que nos da ejemplo convirtiendo al más "temido" de todos los judíos.

La conversión infundió en Saulo una fe que lo hace ser misionero incansable; enciende en su alma un ardor de caridad que le obliga a transmitir a los demás la verdad que ha encontrado; le da la fuerza para ser tanto de palabra como de obra un ferviente testimonio del evangelio. Ahora bien, ¿qué nos diferencia a nosotros de san Pablo? Tenemos la misma fe, la misma caridad, la misma doctrina, el mismo Dios... Pero nos falta su amor apasionado a Cristo, que le llevó a considerar todo basura y estiércol comparado con Cristo.

Propósito

Hoy es un día de conversión. No esperemos más, convirtámonos en esos apóstoles resucitados y pidamos esa fe y ese amor que convirtió a san Pablo para que nos convierta también a nosotros en luz y fuego en medio de la oscuridad del mundo.

Diálogo con Cristo 

Señor, ¡quiero ser un san Pablo para mi familia y el mundo de hoy! Quiero dejarme conquistar por la fe para lograr mi transformación interior y poder llegar a decir, por la gracia que me das, que ya no vivo yo sino que es Cristo quien vive en mí. Quiero dejar el afán por el aparecer, por el bienestar, por las posesiones, por el éxito pero, sobre todo, teniendo en cuenta que mi vida cristiana no se resume en negaciones sino en la entrega, por amor, a los demás. 

Los Santos de hoy sábado 25 de enero de 2014

Los Santos de hoy sábado 25 de enero de 2014
 La conversión de San Pablo
Fiesta Litúrgica, 25 de enero
 Enrique Suso, Beato
Presbítero Dominico, 25 de enero
 Antonio Migliorati de Amándola, Beato
Presbítero, 25 de enero
 María Antonia (Teresa) Grillo. Beata
Viuda y Fundadora, 25 de enero
 Manuel Domingo y Sol, Beato
Sacerdote y Fundador, 25 de enero
 Arcángela Girlani, Beata
Virgen Carmelita, 25 de enero
 Popón, Santo
Abad, 25 de enero
 Bretanión de Tomis, Santo
Obispo, 25 de enero
 Artemio, Santo
Mártir, 25 de enero
 Gregorio Nacianceno, Santo
Doctor de la Iglesia, 25 de enero
 Ananías, Santo
Bautizó a San Pablo, 25 de enero
 Otros Santos y Beatos
Completando el santoral de este día, 25 de enero

SAN GREGORIO NACIANCENO, DOCTOR DE LA IGLESIA, 25 DE ENERO

Autor: . | Fuente: Corazones.org
Gregorio Nacianceno, Santo
Doctor de la Iglesia, 25 de enero
 
Gregorio Nacianceno, Santo

Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: En la ciudad de Nacianzo (hoy Turquía), de la región de Capadocia, muerte de san Gregorio, obispo, cuya memoria se celebra el día dos de enero (379).
San Gregorio Nacianceno, Llamado el Demóstenes cristiano por su elocuencia y, en la iglesia Oriental le dicen "el teólogo", por la profundidad de su doctrina y el encanto de su elocuencia. Es uno de los Padres Capadocios, muy cercano a los hermanos San Basilio y San Gregorio de Nicea, los llamados "Padres Capadocios" con quienes cooperó para derrotar la herejía arriana. Es uno de los cuatro grandes Doctores de la Iglesia Griega.

Nació en Nacianzo, Cappadocia (hoy en Turquia), el mismo año que su gran amigo San Basilio.
Perteneció a una familia de santos: Su padre fue un judío converso, obispo de Nacianzo por 45 años (san Gregorio El Mayor), su madre, santa Nona. Sus hermanos, santos Cesáreo y Gorgonia;

Estudió en Cesarea, en Palestina, donde conoció a San Basilio. Estudió leyes por diez años en Atenas. Entre sus compañeros de estudio estaba San Basilio y el futuro emperador, Julián el Apóstata. Gregorio volvió a Nacianzo a los 30 años (aprox.) y se unió a San Basilio por 2 años en vida solitaria.

Aunque prefería la vida solitaria, regresó para ayudar a su padre anciano en la administración de la diócesis. Fue ordenado contra su voluntad por su padre en el 362. Huyó para volver a la vida monacal con Basilio. Pero en 10 semanas regresó a sus responsabilidades como sacerdote. Escribió una apología sobre las responsabilidades del sacerdote.

Alrededor del 372, fue consagrado obispo por S. Basilio de Sasima pero no lo aceptó. Siguió como coajutor de su padre. Esto causó la ruptura de la amistad entre Basilio y Gregorio pero se reconciliarion despues.

Se retiró por 5 años a un monasterio en Seleucia, Isauria. Al morir el emperador Valens se mietigó la persecución de los ortodoxos y un grupo de obispos lo invitaron a Constantinople. La ciudad había sido dominada por 30 años por los arianos. Fue nombrado obispo. Sufrió mucho por difamaciones y persecución de los arianos y otros herejes.

El Concilio de Constantinopla estableció y confirmó las conclusiones de Nicea. Poco después de su consagración como obispo de Constantinopla, sus enemigos pusieron en duda la validez de su elección en 381. El, para restaurar la paz, resignó. Volvió a Nacianzo, donde la cede estaba vacante y administró la diócesis hasta que eligieron a un sucesor. Alrededor del año 384 se retiró. Fue entonces que escribió sus famosos poemas y su autobiografía. Murió en Nacianzo 25 de enero de 389 o 390.

Enseñanza y escritos: 45 discursos, 244 cartas y 400 o más poemas.
En la iconografía aparece como obispo oriental, con el palio y un libro. 
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