viernes, 13 de agosto de 2021

PAPA FRANCISCO: LA ORACIÓN OXIGENA LA VIDA, NO SE PUEDE SER CRISTIANO SIN REZAR

 



 Papa Francisco: La oración oxigena la vida, no se puede ser cristiano sin rezar

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

Foto: Vatican Media



El Papa Francisco destacó este 13 de agosto la importancia de la oración debido a que “oxigena la vida” por lo que concluyó que no se puede “ser cristiano sin rezar”.

Así lo dijo el Santo Padre en un mensaje a través de su cuenta oficial de Twitter @Pontifex_es en el que advirtió que “así como no se puede vivir sin respirar, tampoco se puede ser cristiano sin rezar”.

El Papa Francisco impartió una larga serie de catequesis sobre la oración durante las tradicionales Audiencias Generales de los miércoles en la cual utilizó diferentes imágenes para ayudar a los fieles a aprender a rezar.

En varias ocasiones, el Santo Padre ha colocado como modelo de oración a Jesús para recordar que Cristo “no fue un filántropo que se hizo cargo de los sufrimientos y de las enfermedades humanas” sino que “fue y es mucho más”.

En esta línea, “la oración es una de las características más evidentes de la vida de Jesús. Jesús rezaba y rezaba mucho. Durante su misión, Jesús se sumerge en ella, porque el diálogo con el Padre es el núcleo incandescente de toda su existencia”.

Entre los ejemplos presentados, el Santo Padre describió que “en medio del drama, en el dolor atroz del alma y del cuerpo, Jesús reza con las palabras de los salmos; con los pobres del mundo, especialmente con los olvidados por todos” y pronunció “las palabras del Salmo 22: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’ Él sentía el abandono y rezaba”.

Asimismo, el Papa subrayó que “Jesús reza en las horas decisivas de la pasión y de la muerte” y “con la Resurrección el Padre responderá a su oración”.

“La oración de Jesús es intensa, la oración de Jesús es única, y también se convierte en el modelo de nuestra oración”, añadió entonces el Pontífice.

En otra ocasión, el Santo Padre explicó cómo rezar con las Sagradas Escrituras y describió los tres pasos del método de la “lectio divina”.

En ese mismo día, el Papa señaló que la Palabra de Dios no se puede leer como una novela, ni recitarse como loros, sino que la Biblia se dirige “al corazón”.

“Las palabras de la Sagrada Escritura no han sido escritas para quedarse atrapadas en el papiro, en el pergamino o en el papel, sino para ser acogidas por una persona que reza, haciéndolas brotar en su corazón”, afirmó el Papa.

Por último, el Santo Padre indicó que “la prueba de la oración es el amor concreto por el prójimo” porque la oración “no es un ‘encerrarse’ con el Señor para maquillarse el alma”, sino que es un encuentro con Dios para “dejarse enviar al servicio de los hermanos”.

“No debe existir dicotomía en la vida de quien reza, no hay diferencia: se está delante del Señor y se va al encuentro de los hermanos a los que Él envía. La oración no es un ‘encerrarse’ con el Señor para maquillarse el alma, no, esto no es oración, esta es oración fingida, la oración es un encuentro con Dios y un dejarse enviar al servicio de los hermanos”, advirtió el Papa.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 13 DE AGOSTO DE 2021



Viernes 19 del tiempo ordinario

Viernes 13 de agosto de 2021



1ª Lectura (Jos 24,1-13): En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor. Josué habló al pueblo: «Así dice el Señor, Dios de Israel: ‘Al otro lado del río Éufrates vivieron antaño vuestros padres, Teraj, padre de Abrahán y de Najor, sirviendo a otros dioses. Tomé a Abrahán, vuestro padre, del otro lado del río, lo conduje por todo el país de Canaán y multipliqué su descendencia dándole a Isaac. A Isaac le di Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña de Seír, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto. Envié a Moisés y Aarón para castigar a Egipto con los portentos que hice, y después os saqué de allí. Saqué de Egipto a vuestros padres; y llegasteis al mar. Los egipcios persiguieron a vuestros padres con caballería y carros hasta el mar Rojo. Pero gritaron al Señor, y él puso una nube oscura entre vosotros y los egipcios; después desplomó sobre ellos el mar, anegándolos.

»Vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto. Después vivisteis en el desierto muchos años. Os llevé al país de los amorreos, que vivían en Transjordania; os atacaron, y os los entregué. Tomasteis posesión de sus tierras, y yo los exterminé ante vosotros. Entonces Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, atacó a Israel; mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijera; pero yo no quise oír a Balaán, que no tuvo más remedio que bendeciros, y os libré de sus manos. Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó. Los jefes de Jericó os atacaron: los amorreos, fereceos, cananeos, hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos; pero yo os los entregué; sembré el pánico ante vosotros, y expulsasteis a los dos reyes amorreos, no con tu espada ni con tu arco. Y os di una tierra por la que no habíais sudado, ciudades que no habíais construido, y en las que ahora vivís, viñedos y olivares que no habíais plantado, y de los que ahora coméis’».



Salmo responsorial: 135

R/. Porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Señor porque es bueno.


Dad gracias al Dios de los dioses.


Dad gracias al Señor de los señores.


Guió por el desierto a su pueblo.


Él hirió a reyes famosos.


Dio muerte a reyes poderosos.


Les dio su tierra en heredad.


En heredad a Israel, su siervo.


Y nos libró de nuestros opresores.

Versículo antes del Evangelio (1Tes 2,13): Aleluya. Recibid la palabra de Dios, no como palabra humana, sino como palabra divina, tal como es en realidad. Aleluya.

Texto del Evangelio (Mt 19,3-12): En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: «¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?». Él respondió: «¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre».

Dícenle: «Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?». Díceles: «Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer -no por fornicación- y se case con otra, comete adulterio».

Dícenle sus discípulos: «Si tal es la condición del hombre respecto de su mujer, no trae cuenta casarse». Pero Él les dijo: «No todos entienden este lenguaje, sino aquellos a quienes se les ha concedido. Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda».



«Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre»

Fr. Roger J. LANDRY

(Hyannis, Massachusetts, Estados Unidos)



Hoy, Jesús contesta a las preguntas de sus contemporáneos acerca del verdadero significado del matrimonio, subrayando la indisolubilidad del mismo.

Su respuesta, sin embargo, también proporciona la base adecuada para que los cristianos podamos responder a aquellos que intentan buscar la ampliación de la definición de matrimonio para las parejas homosexuales.

Al hacer retroceder el matrimonio al plan original de Dios, Jesús subraya cuatro aspectos relevantes por los cuales sólo pueden ser unidos en matrimonio un hombre y una mujer:

1) «El Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra» (Mt 19,4). Jesús nos enseña que, en el plan divino, la masculinidad y la feminidad tienen un gran significado. Ignorarlo, pues, es ignorar lo que somos.

2) «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer» (Mt 19,5). El plan de Dios no es que el hombre abandone a sus padres y se vaya con quien desee, sino con una esposa.

3) «De manera que ya no son dos, sino una sola carne» (Mt 19,6). Esta unión corporal va más allá de la poco duradera unión física que ocurre en el acto conyugal. Se refiere a la unión duradera que se presenta cuando un hombre y una mujer, a través de su amor, conciben una nueva vida que es el matrimonio perdurable o unión de sus cuerpos. Es obvio que un hombre con otro hombre, o una mujer con otra mujer, no pueden considerarse un único cuerpo de esa forma.

4) «Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre» (Mt 19,6). Dios mismo ha unido en matrimonio al hombre y a la mujer, y siempre que intentemos separar lo que Él ha unido, lo estaremos haciendo por nuestra cuenta y a expensas de la sociedad.

En su catequesis sobre el Génesis, el Papa San Juan Pablo II dijo: «En su respuesta a los fariseos, Jesucristo plantea a sus interlocutores la visión total del hombre, sin la cual no es posible ofrecer una respuesta adecuada a las preguntas relacionadas con el matrimonio».

Cada uno de nosotros está llamado a ser el “eco” de esta Palabra de Dios en nuestro momento.

EXPLICACIÓN Y IMÁGENES DE LOS 7 SACRAMENTOS


 

 ¿Cuáles son los 7 Sacramentos de la Iglesia? Te los explicamos con caricaturas

Escrito por: Mauricio Montoya


Los Sacramentos son acciones de la Iglesia, que por medio de la acción de Cristo, edifican a la misma. El carácter sacramental es un sello espiritual conferido tanto por el bautismo como por la confirmación y el orden sacerdotal.

Por medio de este sello, el cristiano queda configurado con Cristo, participando de diversos modos en su sacerdocio y formando parte de la Iglesia. El carácter sacramental es indeleble, por lo cual solo se puede recibir una vez en la vida.

Los siete Sacramentos, no solo suponen la fe sino que la alimentan, fortalecen y expresan. En ellos, la Iglesia recibe un anticipo de la vida eterna. Hoy quisimos explicarte cada uno a través de caricaturas:





1. El bautismo

Es el primer sacramento de la iniciación cristiana. En razón de su nombre el rito central de este sacramento consiste en «sumergir» en el agua a quien se bautiza. Este sumergir en el agua es también un sumergir en la vida en Cristo, es decir que durante el bautismo la persona se une a la muerte y resurrección de Cristo y así se hace una nueva criatura. Esto es lo más importante de este sacramento, pues nos hacemos hijos de Dios por adopción en Cristo.

El bautismo se celebra en la Iglesia desde Pentecostés, llevando así la salvación a todos aquellos que han recibido el anuncio del Evangelio. Además este sacramento constituye el fundamento de la comunión con los demás cristianos, otorgando los dones del Espíritu Santo.

«Y acercándose Jesús les dijo: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id pues y enseñad a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». (Mt 28, 18-19)



2. La confesión

También conocido como el sacramento de la penitencia o reconciliación, es necesario ya que la vida nueva recibida en el bautismo, no suprimió la debilidad de la naturaleza humana ni la inclinación al pecado. Por esto Cristo ha instituido este sacramento, para la conversión de los bautizados que se han alejado de Él por el pecado.

Jesús instituye este sacramento cuando en la tarde de Pascua se muestra a sus apóstoles y les dice: «Recibid el Espíritu Santo, a quien perdonéis los pecados les serán perdonados, a quien se los retuviereis, les serán retenidos». (Juan 20, 22-23)

Este sacramento consiste en la curación del alma que se encuentra enferma a causa del pecado, y se compone de dos elementos esenciales que son: los actos que lleva a cabo el hombre que se convierte bajo la acción del Espíritu y la absolución del sacerdote.



3. La Eucaristía

Es el sacrificio mismo del Cuerpo y la Sangre de Jesús. Fui instituida por Él mismo en la noche de la Última Cena con sus apóstoles, para perpetuar en los siglos el sacrificio de la cruz, confiando a la Iglesia, en memoria de su Muerte y Resurrección.

La Eucaristía es la fuente y el culmen de toda la vida cristiana, pues en ella está contenido todo el bien espiritual de la Iglesia, Cristo. La celebración eucarística se compone de dos momentos: la liturgia de la Palabra y la liturgia de la Eucaristía.

«Tomando pan se los dio diciendo: este es mi cuerpo que es entregado por vosotros, haced esto en memoria mía. Así mismo tomo el cáliz diciendo: este es el cáliz de la nueva Alianza en mi sangre que será derramada por vosotros». (Lucas 22, 19-20)



4. La confirmación

En Pentecostés, los apóstoles reciben el Espíritu Santo y anuncian las maravillas de Dios, luego comunican a los bautizados este mismo Espíritu, mediante la imposición de las manos. La Iglesia a lo largo de los siglos ha seguido viviendo de la fuerza del Espíritu y sigue comunicándolo a sus hijos.

Llamamos confirmación al sacramento por el cual se confirma y refuerza la gracia bautismal. Debe conducir al cristiano a una unión más íntima con Cristo, una familiaridad con el Espíritu Santo, su acción, sus dones y llamadas.

La parte fundamental del rito de este sacramento es la «Crismación», que es la unción con el Santo Crisma. Los efectos de este sacramento son: la especial efusión del Espíritu Santo, que otorga el crecimiento de la gracia bautismal, une más fuertemente con Cristo y su Iglesia, y fortaleciendo los dones del Espíritu en el corazón del hombre, le concede una fuerza especial para dar testimonio de la fe cristiana.

«Cuando los apóstoles oyeron cómo había recibido Samaria la Palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan, los cuales bajando, oraron sobre ellos para que recibiesen el Espíritu Santo, pues aún no había venido sobre ninguno de ellos. Solo habían sido bautizados en el nombre del señor Jesús. Entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo». (Hechos 8, 14-17)





5. El matrimonio

La celebración de este sacramento por el cual se bendice la unión de un hombre y una mujer, se da por medio de una celebración pública en presencia del sacerdote o diácono, y los testigos. El momento central de este sacramento es el consentimiento de los novios, donde reconocen su amor y prometen su fidelidad, donde se crea un vínculo perpetuo y exclusivo.

«En cuanto a los casados, el precepto no es mío sino del Señor, que la mujer no se separe del marido y si se separa que no vuelva a casarse, y el marido que no repudie a la mujer». (1 Corintios 7, 10-11)



6. Orden sacerdotal

Es el sacramento por el cual la misión confiada por Cristo a sus apóstoles continua siendo ejercida hasta el fin de los tiempos. Este sacramento, confiere por un don singular del Espíritu Santo la potestad sagrada al servicio del pueblo de Dios en nombre y con la autoridad de Cristo.

Este sacramento se confiere por la imposición de manos sobre la cabeza del ordenado por parte del obispo, quien pronuncia la solemne oración consagratoria. «Les constituyeron presbíteros en cada iglesia por la imposición de las manos, orando y ayunando y los encomendaron al Señor». (Hechos 14, 23)



7. La unción de los enfermos

Este sacramento junto con la penitencia, conforman el grupo de los sacramentos de curación o sanación. La Iglesia ha recibido de Cristo el mandato de curar a los enfermos y es por esto que con la oración de intercesión y con la unción con el óleo, les acompaña y asiste en el sufrimiento.

Este sacramento lo puede recibir cualquier fiel que comienza a encontrarse en peligro de muerte por enfermedad o vejez. El momento esencial del rito de este sacramento es la unción con el óleo de los enfermos por un sacerdote.

«¿Alguno entre vosotros está enfermo? Que haga llamar a los presbíteros de la Iglesia y oren sobre él, ungiéndole con el óleo en el nombre del Señor». (Santiago 5,14)

IMÁGENES DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA A LOS CIELOS, 15 DE AGOSTO

 
















miércoles, 11 de agosto de 2021

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 11 DE AGOSTO DE 2021

  


Miércoles 19 del tiempo ordinario

Miércoles 11 de agosto de 2021



1ª Lectura (Dt 34,1-12): En aquellos días, Moisés subió del valle de Moab al monte Nebo, a la cima del Pisgá, que mira hacia Jericó. Desde ahí le mostró el Señor todo el país: la región de Galaad hasta Dan; el territorio de Neftalí, de Efraín y de Manasés; todo el territorio de Judá hasta el mar Mediterráneo; las tierras del sur; el amplio valle que circunda a Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Soar, y le dijo: «Esta es la tierra que les prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciéndoles que se la daría a sus descendientes. A ti te la he dejado ver con tus propios ojos, pero tú no entrarás en ella».

Y Moisés, siervo del Señor, murió ahí, en Moab, como había dicho el Señor. Lo enterraron en el valle de Moab, frente a Bet Fegor, pero hasta el día de hoy nadie ha conocido el lugar de su tumba. Moisés murió a la edad de ciento veinte años y no había perdido la vista ni las fuerzas. Los israelitas estuvieron llorando a Moisés en el valle de Moab treinta días, tiempo señalado para el duelo de Moisés.

Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos. Los israelitas lo obedecieron, como el Señor se lo había ordenado a Moisés. No ha vuelto a surgir en Israel ningún profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; ni semejante a él en las señales y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto, contra el faraón, su corte y su país; ni por su poder y los grandes portentos que hizo en presencia de todo el pueblo de Israel.



Salmo responsorial: 65

R/. Bendito sea el Señor.

Que aclame al Señor toda la tierra. Celebremos su gloria y su poder, cantemos un himno de alabanza, digamos al Señor: «¡Tu obra es admirable!».

Admiremos las obras del Señor, los prodigios que ha hecho por los hombres. Naciones, bendigan a nuestro Dios, hagan resonar sus alabanzas.

Cuantos temen a Dios, vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí. A él dirigí mis oraciones y mi lengua le cantó alabanzas.

Versículo antes del Evangelio (2Cor 5,19): Aleluya. Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de Cristo, y nos ha encomendado a nosotros el mensaje de la reconciliación. Aleluya.

Texto del Evangelio (Mt 18,15-20): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano. Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».



«Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él (...) donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos»

Rev. D. Pedro-José YNARAJA i Díaz

(El Montanyà, Barcelona, España)


Hoy, en este breve fragmento evangélico, el Señor nos enseña tres importantes formas de proceder, que frecuentemente se ignoran.

Comprensión y advertencia al amigo o al colega. Hacerle ver, en discreta intimidad («a solas tú con él»), con claridad («repréndele»), su equivocado proceder para que enderece el camino de su vida. Acudir a la colaboración de un amigo, si la primera gestión no ha dado resultado. Si ni aun con este obrar se logra su conversión y si su pecar escandaliza, no hay que dudar en ejercer la denuncia profética y pública, que hoy puede ser una carta al director de una publicación, una manifestación, una pancarta. Esta manera de obrar deviene exigencia para el mismo que la practica, y frecuentemente es ingrata e incómoda. Por todo ello es más fácil escoger lo que llamamos equivocadamente “caridad cristiana”, que acostumbra a ser puro escapismo, comodidad, cobardía, falsa tolerancia. De hecho, «está reservada la misma pena para los que hacen el mal y para los que lo consienten» (San Bernardo).

Todo cristiano tiene el derecho a solicitar de nosotros los presbíteros el perdón de Dios y de su Iglesia. El psicólogo, en un momento determinado, puede apaciguar su estado de ánimo; el psiquiatra en acto médico puede conseguir vencer un trastorno endógeno. Ambas cosas son muy útiles, pero no suficientes en determinadas ocasiones. Sólo Dios es capaz de perdonar, borrar, olvidar, pulverizar destruyendo, el pecado personal. Y su Iglesia atar o desatar comportamientos, trascendiendo la sentencia en el Cielo. Y con ello gozar de la paz interior y empezar a ser feliz.

En las manos y palabras del presbítero está el privilegio de tomar el pan y que Jesús-Eucaristía realmente sea presencia y alimento. Cualquier discípulo del Reino puede unirse a otro, o mejor a muchos, y con fervor, Fe, coraje y Esperanza, sumergirse en el mundo y convertirlo en el verdadero cuerpo del Jesús-Místico. Y en su compañía acudir a Dios Padre que escuchará las súplicas, pues su Hijo se comprometió a ello, «porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18,20).

5 COSAS QUE DEBES SABER SOBRE SANTA CLARA DE ASÍS

 



 5 cosas que debes saber sobre Santa Clara de Asís

Redacción ACI Prensa




El 11 de agosto se celebra la fiesta de la confundadora de las Hermanas Clarisas pobres y primera abadesa de San Damián, Santa Clara de Asís. Aquí te presentamos 5 cosas que todo católico debe saber sobre la vida de esta gran santa.


1. Es patrona de la televisión y las telecomunicaciones

A finales de los años 50, la televisión se estaba convirtiendo en una de las formas de comunicación más importantes de la sociedad moderna.

Por ello, el Papa Pío XII quiso ofrecer la bendición y protección de la Iglesia para esta nueva tecnología. Así, en 1958 publicó la Carta Apostólica proclamando a Santa Clara Patrona de la Televisión.

En esta se proclama que la Iglesia apoya la innovación tecnológica, el avance y recomienda el uso de la tecnología moderna para la proclamación del Evangelio. Reconoce que la televisión es capaz tanto del bien como del mal, por lo que quiere que tenga un santo patrono para la protección espiritual.

El Santo Padre eligió a Santa Clara de Asís (del siglo XIII) por el siguiente motivo: Cuenta la historia de que en una Navidad, Santa Clara estaba enferma y no podía salir de su cama para asistir a la Misa.

Sin embargo, milagrosamente, Dios le dio una visión de la Eucaristía en su convento en tiempo real, algo parecido a una “televisión espiritual”.


2. Fue gran amiga de San Francisco de Asís

En la Audiencia General del 15 de septiembre de 2010, el Papa Benedicto XVI afirmó que “para Clara, sobre todo al principio de su experiencia religiosa, Francisco de Asís no solo fue un maestro cuyas enseñanzas seguir, sino también un amigo fraterno”.

Cuando Clara tenía 18 años, San Francisco acudió a la iglesia de San Giorgio de Asís para predicar durante la Cuaresma. Clara, después de escucharlo, sintió en su interior una llama que encendió su corazón y pronto le hizo suplicar a San Francisco que la ayudara a vivir también “según el modo del Santo Evangelio”.

San Francisco, que enseguida reconoció en Clara una de esas almas escogidas destinadas por Dios para grandes cosas, prometió ayudarla y se convirtió en su guía espiritual.

En 1212, Clara huyó de su casa y se encaminó a la Porciúncula (Italia), donde entró a formar parte de la Orden de los Hermanos Menores. Clara prometió obedecer a San Francisco en todo. Tiempo más tarde ella y sus seguidoras se trasladaron al convento de San Damián, donde la santa permaneció 41 años hasta el día de su muerte.

Ese mismo año, Santa Clara y San Francisco de Asís fundaron la segunda orden franciscana o de hermanas clarisas.


3. Es la primera y única mujer en escribir una regla de vida religiosa para mujeres

Benedicto XVI indicó que “Clara fue la primera mujer en la historia de la Iglesia que compuso una Regla escrita, sometida a la aprobación del Papa, para que el carisma de Francisco de Asís se conservara en todas las comunidades femeninas que ya se iban fundando en gran número en su tiempo y que deseaban inspirarse en el ejemplo de Francisco y de Clara”.

Su decisión de escribir una regla fue una desviación radical de las normas religiosas de su tiempo. Solo después de insistir, el Papa Inocencio IV lo aprobó dos días antes de la muerte de Clara, el 11 de agosto de 1253.


4. Hizo sorprendentes milagros con panes

Cierto día, tenían un solo pan para 50 hermanas clarisas. Santa Clara lo bendijo y rezando todas juntas el Padre Nuestro, multiplicó el pan y lo repartió a sus hermanas.

Luego envió la otra mitad a los hermanos menores. Ante esto, dijo: "Aquel que multiplica el pan en la Eucaristía, el gran misterio de fe, ¿acaso le faltará poder para abastecer de pan a sus esposas pobres?".

En otra ocasión, en una de las visitas del Papa Inocencio III al convento, Santa Clara hizo preparar las mesas y poner el pan en ellas para que el Santo Padre bendijera.

El Pontífice pidió a la santa que fuera ella quien lo hiciera, a lo que Clara se opuso rotundamente.

El Papa la instó a que hiciera la señal de la cruz sobre los panes y los bendijera en el nombre de Dios. Santa Clara, como verdadera hija de obediencia, bendijo muy devotamente aquellos panes con la señal de la cruz, y al instante apareció en todos los panes marcada la señal de la cruz.


5. Padeció enfermedad por muchos años

Santa Clara estuvo enferma 27 años en el convento de San Damián, soportando todos los sufrimientos de su enfermedad. En su lecho bordaba, hacía costuras y oraba sin cesar.

El Papa la visitó dos veces y exclamó: “Ojalá yo tuviera tan poquita necesidad de ser perdonado como la que tiene esta santa monjita”.

Cardenales y obispos iban a visitarla y a pedirle sus consejos.

San Francisco ya había muerto pero tres de los discípulos preferidos del santo, Fray Junípero, Fray Angel y Fray León, le leyeron a Clara la Pasión de Jesús mientras agonizaba.

La santa repetía: “Desde que me dediqué a pensar y meditar en la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, ya los dolores y sufrimientos no me desaniman sino que me consuelan”.

SANTA CLARA DE ASÍS, 11 DE AGOSTO

 


 

Clara de Asís, Santa

Memoria Litúrgica, 11 de agosto

Por: n/a | Fuente: Archidiócesis de Madrid



Virgen y Fundadora

Martirologio Romano: Memoria de santa Clara, virgen, que, como primer ejemplo de las Damas Pobres de la Orden de los Hermanos Menores, siguió a san Francisco, llevando una áspera vida en Asís, en la Umbría, pero, en cambio, rica en obras de caridad y de piedad. Enamorada de verdad por la pobreza, no consintió ser apartada de la misma ni siquiera en la extrema indigencia y enfermedad († 1253).


Breve Biografía

Nació en Asís el año 1193.  Fue conciudadana, contemporánea y discípula de San Francisco y quiso seguir el camino de austeridad señalado por él a pesar de la durísima oposición familiar.

Si retrocedemos en la historia, vemos a la puerta de la iglesia de Santa María de los Ángeles (llamada también de la Porciúncula), distante un kilómetro y medio de la ciudad de Asís, a Clara Favarone, joven de dieciocho años, perteneciente a la familia del opulento conde de Sasso Rosso.

En la noche del domingo de ramos, Clara había abandonado su casa, el palacio de sus padres, y estaba allí, en la iglesia de Santa María de los Ángeles. La aguardaban san Francisco y varios sacerdotes, con cirios encendidos, entonando el Veni Creátor Spíritus.

Dentro del templo, Clara cambia su ropa de terciopelo y brocado por el hábito que recibe de las manos de Francisco, que corta sus hermosas trenzas rubias y cubre la cabeza de la joven con un velo negro. A la mañana siguiente, familiares y amigos invaden el templo. Ruegan y amenazan. Piensan que la joven debería regresar a la casa paterna. Grita y se lamenta el padre. La madre llora y exclama: "Está embrujada". Era el 18 de marzo de 1212.

Cuando Francisco de Asís abandonó la casa de su padre, el rico comerciante Bernardone, Clara era una niña de once años. Siguió paso a paso esa vida de renunciamiento y amor al prójimo. Y con esa admiración fue creciendo el deseo de imitarlo.

Clara despertó la vocación de su hermana Inés y, con otras dieciséis jóvenes parientas, se dispuso a fundar una comunidad.

La hija de Favarone, caballero feudal de Asís, daba el ejemplo en todo. Cuidaba a los enfermos en los hospitales; dentro del convento realizaba los más humildes quehaceres. Pedía limosnas, pues esa era una de las normas de la institución. Las monjas debían vivir dependientes de la providencia divina: la limosna y el trabajo.

Corrieron los años. En el estío de 1253, en la iglesia de San Damián de Asís, el papa Inocencio IV la visitó en su lecho de muerte. Unidas las manos, tuvo fuerzas para pedirle su bendición, con la indulgencia plenaria. El Papa contestó, sollozando: "Quiera Dios, hija mía, que no necesite yo más que tú de la misericordia divina".

Lloran las monjas la agonía de Clara. Todo es silencio. Sólo un murmullo brota de los labios de la santa.

- Oh Señor, te alabo, te glorifico, por haberme creado.

Una de las monjas le preguntó:

- ¿Con quién hablas?

Ella contestó recitando el salmo.

- Preciosa es en presencia del Señor la muerte de sus santos.


Y expiró. Era el 11 de agosto de 1253. Fue canonizada dos años más tarde, el 15 de agosto de 1255, por el papa Alejandro IV, quien en la bula correspondiente declaró que ella "fue alto candelabro de santidad", a cuya luz "acudieron y acuden muchas vírgenes para encender sus lámparas".

Santa Clara fundó la Orden de Damas Pobres de San Damián (hoy llamada Orden de las hermanas pobres de Santa Clara), llamadas normalmente Clarisas, rama femenina de los franciscanos, a la que gobernó con fidelidad exquisita al espíritu franciscano hasta su muerte y desde hace siete siglos reposa en la iglesia de las clarisas de Asís.

De ella dijo su biógrafo Tomás Celano: "Clara por su nombre; más clara por su vida; clarísima por su muerte".

SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 11 DE AGOSTO DE 2021

 

Susana, SantaSusana, Santa
Mártir, 11 de agosto.
Tiburcio de Roma, SantoTiburcio de Roma, Santo
Mártir, 11 de agosto
Rufino de Asís, SantoRufino de Asís, Santo
Obispo y Mártir, 11 de agosto
Equicio, SantoEquicio, Santo
Abad, 11 de agosto
Gaugerico de Cambrai, SantoGaugerico de Cambrai, Santo
Obispo, 11 de agosto
Carlos Díaz Gandía, BeatoCarlos Díaz Gandía, Beato
Mártir Laico, 11 de agosto
Rafael Alonso Gutiérrez, BeatoRafael Alonso Gutiérrez, Beato
Mártir Laico, 11 de agosto
Mauricio Tornay, BeatoMauricio Tornay, Beato
Presbítero y Mártir, 11 de agosto
Luis Biragui, BeatoLuis Biragui, Beato
Sacerdote Fundador, 11 de agosto
Alejandro el Carbonero, SantoAlejandro el Carbonero, Santo
Mártir y Obispo, 11 de agosto
Clara de Asís, SantaClara de Asís, Santa
Memoria Litúrgica, 11 de agosto
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