Ramón Peiró Victori, Beato
Presbítero y Mártir, 21 de agosto
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Bruno Zembol, Beato
Mártir, 21 de agosto
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Sidon (Sidonio) Apolinar, Santo
Obispo, 21 de agosto
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Pedro Sadurní Raventós, Beato
Sacerdote y Mártir, 21 de agosto
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Juan Cuscó Oliver, Beato
Sacerdote y Mártir, 21 de agosto
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Ladislao Findysz, Beato
Sacerdote y Mártir, 21 de agosto
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Victoria Rasoamanarivo, Beata
Viuda y Princesa de Madagascar, 21 de agosto
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Pío X, Santo
CCLVII Papa, 21 de agosto
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viernes, 21 de agosto de 2020
SANTORAL DE HOY VIERNES 21 DE AGOSTO DE 2020
jueves, 20 de agosto de 2020
ORACIÓN A JESÚS EUCARISTÍA DE SANTA TERESA DE LISIEUX
Oración de santa Teresa de Lisieux «Al amor de los amores Jesús Sacramentado»
Sagrario del Altar el nido de tus más tiernos y regalados amores. Amor me pides, Dios mío, y amor me das; tu amor es amor de cielo, y el mío, amor mezclado de tierra y cielo; el tuyo es infinito y purísimo; el mío, imperfecto y limitado.
Sea yo, Jesús mío, desde hoy, todo para Ti, como Tú los eres para mí. Que te ame yo siempre, como te amaron los Apóstoles; y mis labios besen tus benditos pies, como los besó la Magdalena convertida. Mira y escucha los extravíos de mi corazón arrepentido, como escuchaste a Zaqueo y a la Samaritana.
Déjame reclinar mi cabeza en tu sagrado pecho como a tu discípulo amado San Juan. Deseo vivir contigo, porque eres vida y amor.
Por solo tus amores, Jesús, mi bien amado, en Ti mi vida puse, mi gloria y porvenir. Y ya que para el mundo soy una flor marchita, no tengo más anhelo que, amándote, morir.
Amén.
SAN BERNARDO DE CLARAVAL, CAZADOR DE ALMAS Y VOCACIONES, 20 DE AGOSTO
San Bernardo Claraval
20 de agosto
Nace en Borgoña, Francia (cerca de Suiza) en el año 1090. Sus padres tuvieron siete hijos y a todos los formaron estrictamente haciéndoles aprender el latín, la literatura y, muy bien aprendida, la religión.
La familia que se fue con Cristo
Esta familia ha sido un caso único en la historia. Cuando Bernardo se fue de religioso, se llevó consigo a sus 4 hermanos varones, y un tío, dejando a su hermana a que cuidará al papá (la mamá ya había muerto) y el hermanito menor para que administrara las posesiones que tenían. Dicen que cuando llamaron al menor para anuanciarle que ellos se iban de religiosos, el muchacho les respondió: "¡Ajá! ¿Conque ustedes se van a ganarse el cielo, y a mí me dejan aquí unicamente en la tierra? Esto no lo puedo aceptar". Y un tiempo después, también él se fue de religioso. Y más tarde llegaron además al convento el papá y el esposo de la hermana (y ella también se fué de monja). Casos como este son más únicos que raros.
La personalidad de Bernardo
Pocos individuos han tenido una personalidad tan impactante y atrayente, como San Bernardo. El poseía todas las ventajas y cualidades que pueden hacer amable y simpático a un joven. Inteligencia viva y brillante. Temperamento bondadoso y alegre, se ganaba la simpatía de cuantos trataban con él. Esto y su físico lleno de vigor y lozanía era ocasión de graves peligros para su castidad y santidad. Por eso durante algún tiempo se enfrió en su fervor y empezó a inclinarse hacia lo mundano y lo sensual. Pero todo esto lo llenaba de desilusiones. Las amistades mundanas por más atractivas y brillantes que fueran lo dejaban vacío y lleno de hastío. Después de cada fiesta se sentía más y más desilusionado del mundo y de sus placeres.
A mal grave, remedio terrible
Como sus pasiones sexuales lo atacaban violentamente, una noche se revolcó entre el hielo hasta quedar casi congelado. Y el tremendo remedio le trajo mucha paz.
Una visión cambia su rumbo: una noche de Navidad, mientras celebraban las ceremonias religiosas en el templo se quedó dormido y le pareció ver al Niño Jesús en Belén en brazos de María, y que la Santa Madre le ofrecía al Niñito Santo para que lo amara y lo hiciera amar mucho por los demás. Desde este día ya no pensó sino en consagrarse a la religión y al apostolado.
Un hombre que arrastra con todo lo que encuentra
Bernardo se fue al convento de monjes benedictinos llamado Cister, y pidió ser admitido. El superior, San Esteban, lo aceptó con gran alegría pues, en aquel convento, hacía 15 años que no llegaban religiosos nuevos.
Bernardo volvió a su familia a contar la noticia y todos se opusieron. Los amigos le decían que esto era desperdiciar una gran personalidad para irse a sepultarse vivo en un convento. La familia no aceptaba de ninguna manera.
Pero aquí sí que apareció el poder tan sorprendente que este hombre tenía para convencer a los demás e influir en ellos y ganarse su voluntad. Empezó a hablar tan maravillosamente de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, que logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tío y casi a todos los jóvenes de los alrededores, y junto con 31 compañeros llegó al convento de los Cistercienses a pedir ser admitidos de religiosos. Pero antes en su finca los había preparado a todos por varias semanas, entrenándolos acerca del modo como debían comportarse para ser unos fervorosos religiosos. En el año 1112, a la edad de 22 años, se fue de religioso al convento.
El papá, el hermano Nirvardo, el cuñado y la hermana, ya irán llegando uno por uno a pedir ser recibidos como religiosos.
Formidable poder de atracción. En toda la historia de la Iglesia es difícil encontrar otro hombre que haya sido dotado por Dios de un poder de atracción tan grande para llevar gentes a las comunidades religiosas, como el que recibió Bernardo. Las muchachas tenían terror de que su novio hablara con el santo, porque lo mas probable era que se iría de religioso. En las universidades, en los pueblos, en los campos, los jóvenes al oírle hablar de las excelencias y ventajas de la vida en un convento, se iban en numerosos grupos a que él los instruyera y los formara como religiosos. Durante su vida fundó más de 300 conventos para hombres, e hizo llegar a gran santidad a muchos de sus discípulos. Lo llamaban "el cazador de almas y vocaciones". Con su apostolado consiguió que 900 monjes hicieran profesión religiosa.
Fundador de Claraval
En el convento del Císter demostró tales cualidades de líder y de santo, que a los 25 años (con sólo tres de religioso) fue enviado como superior a fundar un nuevo convento. Escogió un sitio sumamente árido y lleno de bosques donde sus monjes tuvieran que derramar el sudor de su frente para poder cosechar algo, y le puso el nombre de Claraval, que significa valle muy claro, ya que allí el sol ilumina fuerte todo el día.
Supo infundir del tal manera fervor y entusiasmo a sus religiosos de Claraval, que habiendo comenzado con sólo 20 compañeros a los pocos años tenía 130 religiosos; de este convento de Claraval salieron monjes a fundar otros 63 conventos.
La oratoria de santo. Después de San Juan Crisóstomo y de San Agustín, es difícil encontrar otro orador católico que haya obtenido tantos éxitos en su predicación como San Bernardo. Lo llamaban "El Doctor boca de miel" (doctor melífluo) porque sus palabras en la predicación eran una verdadera golosina llena de sabrosura, para los que la escuchaban. Su inmenso amor a Dios y a la Virgen Santísima y su deseo de salvar almas lo llevaban a estudiar por horas y horas cada sermón que iba a pronunciar, y luego como sus palabras iban precedidas de mucha oración y de grandes penitencias, el efecto era fulminante en los oyentes. Escuchar a San Bernardo era ya sentir un impulso fortísimo a volverse mejor.
Su amor a la Virgen Santísima
Los que quieren progresar en su amor a la Madre de Dios, necesariamente tienen que leer los escritos de San Bernardo, porque entre todos los predicadores católicos quizás ninguno ha hablado con más cariño y emoción acerca de la Virgen Santísima que este gran santo. Él fue quien compuso aquellas últimas palabras de la Salve: "Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María". Y repetía la bella oración que dice: "Acuérdate oh Madre Santa, que jamás se oyó decir, que alguno a Ti haya acudido, sin tu auxilio recibir".
El pueblo vibraba de emoción cuando le oía clamar desde el púlpito con su voz sonora e impresionante. "Si se levantan las tempestades de tus pasiones, mira a la Estrella, invoca a María. Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu, levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María. Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios. Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás. Y guiado por Ella llegarás seguramente al Puerto Celestial". Sus bellísimos sermones son leídos hoy, después de varios siglos, con verdadera satisfacción y gran provecho.
Viaje incansable
El más profundo deseo de San Bernardo era permanecer en su convento dedicado a la oración y a la meditación. Pero el Sumo Pontífice, los obispos, los pueblos y los gobernantes le pedían continuamente que fuera a ayudarles, y él estaba siempre pronto a prestar su ayuda donde quiera que pudiera ser útil. Con una salud sumamente débil (porque los primeros años de religioso, por imprudente, se dedicó a hacer demasiadas penitencias y se le daño la digestión) recorrió toda Europa poniendo la paz donde había guerras, deteniendo fuertemente las herejías, corrigiendo errores, animando desanimados y hasta reuniendo ejércitos para defender la santa religión católica. Era el árbitro aceptado por todos.
Exclamaba: A veces no me dejan tiempo durante el día ni siquiera para dedicarme a meditar. Pero estas gentes están tan necesitadas y sienten tanta paz cuando se les habla, que es necesario atenderlas (ya en las noches pararía luego sus horas dedicado a la oración y a la meditación).
De Carbonero a Pontífice
Un hombre muy bien preparado le pidió que lo recibiera en su monasterio de Claraval. Para probar su virtud lo dedicó las primeras semanas a transportar carbón, y el otro lo hizo de muy buena voluntad. Después llegó a ser un excelente monje, y más tarde fue nombrado Sumo Pontífice: Eugenio III. El santo le escribió un famoso libro llamado "De consideratione", en el cual propone una serie de consejos importantísimos para que los que están en puestos elevados no vayan a cometer el gravísimo error de dedicarse solamente a actividades exteriores descuidando la oración y la meditación. Y llegó a decirle: "Malditas serán dichas ocupaciones, si no dejan dedicar el debido tiempo a la oración y a la meditación".
Despedida Gozosa
Después de haber llegado a ser el hombre más famoso de Europa en su tiempo y de haber conseguido varios milagros (como por ej. Hacer hablar a un mudo, el cual confesó muchos pecados que tenía sin perdonar) y después de haber llenado varios países de monasterios con religiosos fervorosos, ante la petición de sus discípulos para que pidiera a Dios la gracia de seguir viviendo otros años más, exclamaba: "Mi gran deseo es ir a ver a Dios y a estar junto a Él. Pero el amor hacia mis discípulos me mueve a querer seguir ayudándolos. Que el Señor Dios haga lo que a Él mejor le parezca". Y a Dios le pareció que ya había sufrido y trabajado bastante y que se merecía el descanso eterno y el premio preparado para los discípulos fieles, y se lo llevó a sus eternidad feliz el 20 de agosto del año 1153. Solamente tenía 63 años pero había trabajado como si tuviera más de cien. El sumo pontífice lo declaró Doctor de la Iglesia.
EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 20 DE AGOSTO DE 2020
Lecturas de hoy Jueves de la 20ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 20 de agosto de 2020
Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (36,23-28):
Así dice el Señor: «Mostraré la santidad de mi nombre grande, profanado entre los gentiles, que vosotros habéis profanado en medio de ellos; y conocerán los gentiles que yo soy el Señor –oráculo del Señor–, cuando les haga ver mi santidad al castigaros. Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar. Y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 50,12-13.14-15.18-19
R/. Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará de todas vuestras inmundicias
Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R/.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,1-14):
En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy jueves, 20 de agosto de 2020
Edgardo Guzmán, cmf.
Queridos amigos y amigas:
En la oración del Padre Nuestro, Jesús nos enseña a dirigirnos al Padre invocando: «sea santificado tu nombre» (Mt 6,9). Aquí es el Señor mismo que dice: «mostraré la santidad de mi nombre grande». En los versículos precedentes (16-20) Él mismo cuenta cómo su nombre ha sido deshonrado en medio de los pueblos extranjeros por culpa de Israel. Ahora Él está por realizar un cambio radical de la situación, liberará a Israel del yugo enemigo, por amor a su pueblo y también por amor a su nombre, para manifestar su poder y su fidelidad delante de todos los pueblos.
El Señor comunica la forma de cómo realizará su proyecto. Él hará regresar a su pueblo del exilio; será como un nuevo éxodo, una nueva liberación. Purificará radicalmente a su pueblo, erradicando todo aquello que es impuro en ellos. Pero sobre todo transformará a las personas «desde dentro» haciéndolas una nueva creatura.
Esta transformación íntima viene representada con la imagen del «corazón nuevo», una imagen presente también en Jr 31, 31-34. El corazón es el centro del pensamiento, de la voluntad, de los sentimientos, de la vida moral, de las decisiones radicales: el corazón es el más profundo. En lugar de este «corazón de piedra» (duro, insensible, pesado), Dios dará a cada uno un «corazón de carne»; un corazón que es capaz de amar y de ser amado, dócil, acogedor, vivo, sintonizado con su corazón. Como en la creación del primer ser humano, de la misma forma ahora, el Espíritu dará una nueva vida y sostendrá siempre vivo la relación entre Dios y la humanidad. Sólo animado por el Espíritu, el pueblo de Israel podrá vivir las exigencias de la alianza. De la misma forma también nosotros sólo a través del Espíritu podremos dar testimonio y hacer creíble la Buena Noticia de Jesús en nuestro mundo.
En el Evangelio Jesús nos presenta el Reino de Dios como una fiesta gozosa, similar a un banquete de bodas, que en la tradición bíblica es la expresión más alta de la fiesta. En la parábola lo sorprendente es que el banquete es preparado por el rey para la fiesta de boda de su hijo. Todo, hace prever una celebración gozosa. Pero hay unos elementos sorpresas -imprevistos-: los invitados se niegan a participar. En la perspectiva teológica de Mateo, no es difícil percibir en esta historia, la historia de Israel desde sus inicios hasta la llegada del Mesías. El banquete «ya preparado» no viene cancelado por el rechazo constante de los primeros invitados, se abre a otros, a todos. Los nuevos comensales constituyen el nuevo Israel -la Iglesia, comunidad de seguidores de Jesús- siempre necesitada de conversión, siempre llamada a conservar su belleza para banquete del Reino.
Fraternalmente,
Edgardo Guzmán, cmf.
eagm796@hotmail.com
SANTORAL DE HOY JUEVES 20 DE AGOSTO DE 2020
Teófilo Matulionis, Beato
Obispo y Mártir, 20 de agosto
|
Manuel López Álvarez y 2 comapañeros, Beatos
Mártires, 20 de agosto
|
Filiberto de Jumièges, Santo
Abad, 20 de agosto
|
Magín Albaigés Escoda, Beato
Sacerdote y Mártir, 20 de agosto
|
Serapio Sanz Iranzo, Beato
Religioso y Mártir, 20 de agosto
|
Francisco Llagostera Bonet, Beato
Sacerdote y Mártir, 20 de agosto
|
Tomás Campo Marín, Beato
Sacerdote y Mártir, 20 de agosto
|
Pablo Segalá Solé, Beato
Sacerdote y Mártir, 20 de agosto
|
Francisco Segalá Solé, Beato
Sacerdote y Mártir, 20 de agosto
|
Silverio de San Luis Gonzaga Perucho Fontarro, Beato
Sacerdote y Mártir, 20 de agosto
|
George Hafner, Beato
Sacerdote y Mártir, 20 de agosto
|
Maria de Mattias, Santa
Fundadora, 20 de agosto
|
Bernardo Tolomei, Santo
Abad y Fundador, 20 de agosto
|
Samuel, Santo
Juez y Profeta de Israel, 20 de agosto
|
Bernardo de Claraval, Santo
Memoria Litúrgica, 20 de agosto
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miércoles, 19 de agosto de 2020
INAUGURAN ORATORIO EN HOSPITAL DEDICADO A SAN MARTÍN DE PORRES
Inauguran oratorio en hospital dedicado a San Martín de Porres
POR CYNTHIA PÉREZ | ACI Prensa
Crédito: Facebook - Hospital de la Caridad de San Martín de Porres
El Hospital de la Caridad de San Martín de Porres, creado en Lima (Perú) para atender a los más necesitados, inauguró su oratorio con una imagen que es réplica fiel del rostro y cuerpo de San Martín de Porres.
La inauguración del oratorio se realizó el sábado 15 de agosto. El hospital entró en funcionamiento meses atrás, y para su creación la orden dominica donó y adaptó las instalaciones de lo que era el centro de formación de aspirantes a frailes dominicos.
El hospital se encuentra en el centro de Lima, frente a la casa de Santa Rosa de Lima y al costado de la vivienda donde nació San Martín de Porres.
En declaraciones a ACI Prensa, el director del Hospital de la Caridad de San Martín de Porres (HCSMP), doctor Valiery Cersso Vergara, señaló que desde el inicio del proyecto se decidió tener un oratorio para acercar más la obra a los pacientes, ya que “creemos que la presencia de San Martín de Porres en este hospital es garantía de buen trato en salud”.
Indicó que un grupo de devotos a San Martín de Porres llamados “Martinianos de Corazón” recolectaron los fondos económicos para hacer realidad el oratorio, capilla e imagen del santo.
Destacó que la imagen del santo de la escoba es inédita, pues es una copia fiel de San Martín de Porres, pues las características del rostro fueron obtenidas hace unos años atrás, de su propio cráneo por medio de una técnica forense. La imagen también tiene las dimensiones antropométricas del santo.
La imagen está hecha de resina y mide 1.70 metros de alto y 0.65 cm de ancho, está vestida con un hábito y cuenta con otros elementos representativos como un rosario, una escoba y una aureola de 0.30 cm.
En la inauguración estuvieron los fundadores de la obra: el P. Rómulo Vásquez Gavidia, actual prior provincial y el P. Luis Enrique Ramírez Camacho; el doctor Cersso; y también, se contó con la presencia del P. José Hien, un sacerdote dominico de Vietnam, país que tiene un Santuario Nacional en honor a San Martín de Porres.
La bendición del oratorio e imagen estuvo a cargo del P. Vásquez, que agradeció “de corazón” a los benefactores y afirmó que San Martín de Porres es “un hermano que nos enseña que la manera de amar al prójimo es hacernos servidores suyos”.
“En su vida, él nunca imaginó que ahora le estaríamos rindiendo homenaje, porque no pensó en eso. Nosotros, como gratitud, porque queremos seguir también ese ejemplo, lo estamos poniendo a él en varias instituciones y templos que nos ayudan a darle sentido a nuestra vida, a practicar la fe con obras que vienen fruto de la fe”, afirmó.
El P. Ramírez también pidió por el personal de salud del hospital y por “todos los devotos que acudirán aquí en busca de salud por intercesión de Martín de Porres, quien alentaba a los pacientes que venían a él a tener fe en Dios, aunque sean los seres humanos los que atienden, los que curan”.
Asimismo, el P. Ramírez se refirió a la Virgen María, cuya fiesta de su Asunción se celebró el 15 de agosto, como modelo superior de amor cristiano que da el aliento “para ser agradecidos con Dios a través del servicio” como ella lo hizo.
El HCSMP es una obra de la orden dominica inaugurada el 23 de enero de este año para cuidar la salud de los más pobres del país, con atención a bajos precios e incluso gratuita para los que realmente no pueden pagar el costo, así como para los nativos de la selva sur oriente, donde la orden dominica tienen obras de misión.
Al inicio de la pandemia, el hospital tuvo que suspender sus atenciones ambulatorias por la emergencia sanitaria, pero desde fines de mayo retomaron la atención en sus 12 especialidades de forma remota y presencial según la necesidad; y desde el 15 de junio realizan pruebas rápidas para detectar COVID-19.
Cersso señaló que actualmente su atención se enfoca en la atención de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes e hipertensión, pues el sistema de salud nacional no lo está atendiendo de forma eficiente debido a la pandemia del COVID-19.
En ese sentido, dijo que desde junio al día de hoy atendieron a cerca de 5.500 personas con un 40% de atenciones presenciales y un 60% de atenciones virtuales; y que su novedoso sistema de teleconsultas le permite programar citas presenciales con todas las medidas de bioseguridad establecidas para cuidar la salud de médicos y pacientes.
Agradeció a los pacientes que sí pueden pagar los bajos costos de los servicios de salud, pues por sus aportes siguieron asignando becas integrales de salud a muchos “pacientes de caridad” que no tienen los recursos para atenderse con especialistas, “que de alguna forma se sienten excluidos” y que “con todos sus males son vulnerables a la pandemia que vivimos”.
“Convocamos a más personas que deseen atenderse en nuestros servicios de salud que solventan estas atenciones gratuitas. También, invitamos a más profesionales de la salud a sumarse a esta noble causa de atender a los pacientes que menos tienen en el HCSMP”, concluyó.
Los interesados en más información sobre los servicios del Hospital de la Caridad de San Martín de Porres, pueden comunicarse a los siguientes números de celular por llamada telefónica y Whatsapp: 986 083 458 y 990 318 272. También se puede programar citas médicas a través de su página de Facebook.
EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 19 DE AGOSTO DE 2020
Lecturas de hoy Miércoles de la 20ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 19 de agosto de 2020
Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (34,1-11):
Me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza, diciéndoles: "¡Pastores!, esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No son las ovejas lo que tienen que apacentar los pastores? Os coméis su enjundia, os vestís con su lana; matáis las más gordas, y las ovejas no las apacentáis. No fortalecéis a las débiles, ni curáis a las enfermas, ni vendáis a las heridas; no recogéis a las descarriadas, ni buscáis las perdidas, y maltratáis brutalmente a las fuertes. Al no tener pastor, se desperdigaron y fueron pasto de las fieras del campo. Mis ovejas se desperdigaron y vagaron sin rumbo por montes y altos cerros; mis ovejas se dispersaron por toda la tierra, sin que nadie las buscase, siguiendo su rastro. Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor: '¡Lo juro por mi vida! –oráculo del Señor–. Mis ovejas fueron presa, mis ovejas fueron pasto de las fieras del campo, por falta de pastor; pues los pastores no las cuidaban, los pastores se apacentaban a sí mismos; por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor. Así dice el Señor: Me voy a enfrentar con los pastores; les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas, para que dejen de apacentarse a si mismos los pastores; libraré a mis ovejas de sus fauces, para que no sean su manjar. Así dice el Señor Dios: "Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro."»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 22,1-3a.3b-4.5.6
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.
Tu bondad y tu misericordia
me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (20,1-16):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña." Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno. Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 19 de agosto de 2020
Edgardo Guzmán, cmf.
Queridos amigos y amigas:
Después de la caída de Jerusalén, el profeta Ezequiel asume la tarea de reencender la esperanza del pueblo, exhortándolo a la confianza y una fidelidad plena en Dios. El texto que leemos hoy está puesto en esta nueva perspectiva. El oráculo encuentra su punto culminante en la última frase: «Yo mismo en persona buscaré mis ovejas, siguiendo su rastro» (v. 11). ¡Este es el mensaje de esperanza!
Con la imagen de los pastores y las ovejas se describe la experiencia que ha vivido el pueblo de Israel con sus gobernantes (rey, sacerdotes, ancianos) que no han sido fieles a la misión que se les ha confiado. Su culpa principal ha sido el egoísmo, el abuso de poder, aprovecharse del pueblo y la búsqueda de sus propios intereses. El oráculo repite continuamente: se apacientan a sí mismos, en lugar de ofrecer su servicio al rebaño: defender las ovejas de las fieras, llevarlas a buenos pastos, buscar la que se pierde y cuidar las más débiles (vv.35). La tragedia de Israel se debe en gran parte a estos malos pastores. El profeta anuncia que el Señor pedirá cuentas de los daños que han causado y les quitará el poder sobre el pueblo.
Esta experiencia del Pueblo de Israel se sigue dando en nuestros tiempos. La historia se repite. Gran parte de nuestros países están gobernados por políticos que explotan, roban, se aprovechan al máximo del poder que tienen para sus propios intereses. Es escandalosa la corrupción en algunos de nuestros gobiernos también en esta situación de emergencia por el COVID. El grito de muchos pueblos es: ¿Dónde está el dinero? Que debió haber destinado para hospitales, medicinas, alimentos, seguridad para la población. En medio de esta situación el profeta Ezequiel nos anima porque nos sigue dando una buena noticia: El Señor prometió que Él mismo cuidará de su pueblo. Esa es la esperanza que sostiene a tantas personas: ¡Solo Dios con nosotros! Esta imagen de «Yahvé pastor» es familiar en la tradición de Israel. Esta imagen viene enriquecida en el Nuevo testamento cuando Jesús se la aplica a sí mismo: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas» (Jn 10,11).
El Evangelio de hoy está en continuidad con el de los días anteriores. La parábola de los trabajadores de la viña, concluye con la afirmación: «Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos»; esta frase se conecta con las últimas palabras del Evangelio de ayer: «muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros» (19,30). Al joven rico Jesús le había hecho notar que: «Uno solo es el bueno», ahora en 20,15, las palabras finales del patrón frente al trabajador de la primera hora suenan así: «¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?».
Esta parábola contada con vivacidad constituye un apelo no sólo al pueblo de Israel, llamado “primero” para que gozará de la libertad sorprendente del Señor, que mira primero a los últimos -paganos, publicanos, pecadores-; sino también a los creyentes cristianos. Para que estén siempre atentos y convertirse a los criterios de Dios, liberándose del orgullo del corazón, de las comparaciones egoístas y competitivas. Nuestra manera de pensar y de actuar se deben transformar; Dios hace entrar en su Reino primero al pobre y no al rico, da la precedencia a los últimos y no a los primeros, da gratuitamente sus dones no sobre la base de los méritos adquiridos con anterioridad.
Si al joven rico que siempre ha observado la ley, Jesús le pide un salto de calidad, lo mismo nos pide a todos sus seguidores, deshacernos de nuestros propios juicios fundados en cálculos exactos, para gozar de la bondad de Dios y de la sobreabundancia de su gracia. Dios entra en diálogo con el ser humano en largos espacios de amor, no en los angostos límites de los derechos y la contabilidad. «El amor no contradice la justicia, solo alarga sus límites». El Dios en quien creemos es un Dios de un gran corazón que solo puede ser acogido con un corazón grande.
Fraternalmente,
Edgardo Guzmán, cmf.
eagm796@hotmail.com
HOY INICIA LA NOVENA A SAN AGUSTÍN, DEL 19 AL 27 DE AGOSTO
Hoy comienza la novena a San Agustín, patrono de "los que buscan a Dios”
POR LILIANA MONTES | ACI Prensa
Nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, bajo el nombre en latín Aurelius Augustinus Hipponensis; fue llamado a la Casa del Padre estando en Hipona el 28 de agosto de 430; convirtiéndose con el tiempo en un gran santo, padre y doctor de la Iglesia católica.
En 385 Agustín se convirtió al cristianismo, gracias a las intensas oraciones de su madre, Santa Mónica. Es considerado el máximo pensador dentro del primer siglo del cristianismo y uno de los más grandes genios de la humanidad, pues dedicó gran parte de su vida a escribir sobre filosofía y teología. Sus obras más destacadas son “Confesiones” y “La ciudad de Dios”.
Primer Día de la Novena a San Agustín
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,
y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia
no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades', úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua
y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí! (Confesiones X)
Primer Día
Lectura
"Jesús, sabiendo que el Padre le había puesto todo en su mano, y sabiendo que había venido de Dios y que a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ciñó una toalla; echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que llevaba ceñida". Jn 13,23
Reflexión
El Señor por su infinita misericordia, ha querido que yo ocupara este lugar y me dedicara al ministerio pastoral; por. ello debo tener presente dos cosas, distinguiéndolas bien, a saber:
que por una parte soy cristiano y por otra soy obispo. El ser cristiano se me ha dado como don propio; el ser obispo, en cambio, lo he recibido pará vuestro bien. Consiguientemente, por mi condición dé cristiano debo pensar en mi salvación, en cambio, por mi condición de obispo debo ocuparme de la vuestra.
En la Iglesia hay muchos que, siendo cristianos pero sin ser prelados, llegan a Dios; ellos andan, sin duda, por un camino tanto más fácil y con un proceder tanto menos peligroso cuanto su carga es más ligera. Yo, en cambio además de ser cristiano, soy obispo; por ser cristiano deberé dar cuenta a Dios de mi propia vida por ser obispo deberé dar cuenta de mi ministerio.
San Agustín Sermón 46
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Oración Final
Señor, estabas dentro de mi,
pero yo de mi mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba... Estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que,
si en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Que yo te conozca, Dios mío,
de modo que te ame y no te pierda.
Que me conozca a mi mismo,
de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna.
Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma,
de modo que esté siempre contigo.
Que muera a mi mismo y renazca en ti.
Que sólo tú seas mi verdadera vida
y mi salud perfecta para siempre. Amén
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Segundo Día de la Novena a San Agustín
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,
y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia
no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades', úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua
y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí! (Confesiones X)
Segundo Día
Lectura
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.
Jn 10,14-16
Reflexión
No recogéis a las descarriadas, ni buscáis a las perdidas. En este mundo andamos siempre entre las manos de los ladrones y los dientes de los lobos feroces y, a causa de estos peligros nuestros, os rogamos que oréis. Además, las ovejas son obstinadas. Cuando se extravían y las buscamos, nos dicen, para su error y perdición, que no tienen nada que ver con nosotros: «¿Para qué nos queréis? ¿Para qué nos buscáis?» Como si el hecho de que anden errantes y en peligro de perdición no fuera precisamente la causa de que vayamos tras de ellas y las busquemos. «Si ando errante –dicen–, si estoy perdida, ¿para qué me quieres? ¿Para qué me buscas?» Te quiero hacer volver precisamente porque andas extraviada; quiero encontrarte porque te has perdido.
San Agustín Sermón 46
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Oración Final
Señor, estabas dentro de mi,
pero yo de mi mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba... Estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que,
si en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Que yo te conozca, Dios mío,
de modo que te ame y no te pierda.
Que me conozca a mi mismo,
de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna.
Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma,
de modo que esté siempre contigo.
Que muera a mi mismo y renazca en ti.
Que sólo tú seas mi verdadera vida
y mi salud perfecta para siempre. Amén
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Tercer Día de la Novena a San Agustín
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,
y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia
no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades', úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua
y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí! (Confesiones X)
Tercer Día
Lectura
Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaúm y se difundió la noticia de que estaba en la casa.
Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y él les anunciaba la Palabra.
Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres.
Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico.
Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados te son perdonados". Mc 2, 1-5
Reflexión
En tal disposición interior se encontraba aquel paralítico al que, como sus portadores no podían introducirle ante la presencia del Señor, hicieron un agujero en el techo, y por allí lo descolgaron. Es decir, para conseguir lo mismo en lo espiritual, tienes que abrir efectivamente el techo y poner en la presencia del Señor el alma paralítica, privada de la movilidad de sus miembros y desprovista de cualquier obra buena, gravada además por sus pecados y languideciendo a causa del morbo de su concupiscencia. Si, efectivamente, se ha alterado el uso de todos sus miembros y hay una auténtica parálisis interior, si es que quieres llegar hasta el médico –quizás el médico se halla oculto, dentro de ti: este sentido verdadero se halla oculto en la Escritura–, tienes que abrir el techo y depositar en presencia del Señor al paralítico, dejando a la vista lo que está oculto.
San Agustín Sermón 46
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Oración Final
Señor, estabas dentro de mi,
pero yo de mi mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba... Estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que,
si en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Que yo te conozca, Dios mío,
de modo que te ame y no te pierda.
Que me conozca a mi mismo,
de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna.
Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma,
de modo que esté siempre contigo.
Que muera a mi mismo y renazca en ti.
Que sólo tú seas mi verdadera vida
y mi salud perfecta para siempre. Amén
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuarto Día de la Novena a San Agustín
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,
y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia
no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades', úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua
y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí! (Confesiones X)
Cuarto Día
Lectura
En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador;
2pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.
A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera. Jn 10, 1-3
Reflexión
El Señor nos ayudará a decir cosas que sean verdaderas, en vez de decir cosas que sólo sean nuestras. Pues, si sólo dijésemos las nuestras, seríamos pastores que nos estaríamos apacentando a nosotros mismos, y no a las ovejas; en cambio, si lo que decimos es suyo, él es quien os apacienta, sea por medio de quien sea. Esto dice el Señor: «¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No son las ovejas lo que tienen que apacentar los pastores?» Es decir, que no tienen que apacentarse a sí mismos, sino a las ovejas. Ésta es la primera acusación dirigida contra estos pastores, la de que se apacientan a sí mismos en vez de apacentar a las ovejas. ¿Y quiénes son ésos que se apacientan a sí mismos? Los mismos de los que dice el Apóstol: Todos sin excepción buscan su interés, no el de Jesucristo.
San Agustín Sermón 46
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Oración Final
Señor, estabas dentro de mi,
pero yo de mi mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba... Estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que,
si en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Que yo te conozca, Dios mío,
de modo que te ame y no te pierda.
Que me conozca a mi mismo,
de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna.
Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma,
de modo que esté siempre contigo.
Que muera a mi mismo y renazca en ti.
Que sólo tú seas mi verdadera vida
y mi salud perfecta para siempre. Amén
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Quinto Día del a Novena a San Agustín
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,
y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia
no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades', úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua
y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí! (Confesiones X)
Quinto Día
Lectura
Entonces Jesús les dijo de nuevo: "En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas.
Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon.
Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto.
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Jn 10, 7-10
Reflexión
El pastor negligente, cuando recibe en la fe a alguna de estas ovejas débiles, no le dice: Hijo mío, cuando te acerques al temor de Dios, prepárate para las pruebas; mantén el corazón firme, sé valiente. Porque quien dice tales cosas, ya está confortando al débil, ya está fortaleciéndole, de forma que, al abrazar la fe, dejará de esperar en las prosperidades de este siglo. Ya que, si se le induce a esperar en la prosperidad, esta misma prosperidad será la que le corrompa; y, cuando sobrevengan las adversidades, lo derribarán y hasta acabarán con él.
San Agustín Sermón 46
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Oración Final
Señor, estabas dentro de mi,
pero yo de mi mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba... Estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que,
si en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Que yo te conozca, Dios mío,
de modo que te ame y no te pierda.
Que me conozca a mi mismo,
de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna.
Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma,
de modo que esté siempre contigo.
Que muera a mi mismo y renazca en ti.
Que sólo tú seas mi verdadera vida
y mi salud perfecta para siempre. Amén
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sexto Día de la Novena a San Agustín
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,
y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia
no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades', úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua
y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí! (Confesiones X)
Sexto Día
Lectura
Todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".
Mt 7, 24-27
Reflexión
Dice el Apóstol: Todo el que se proponga vivir piadosamente en Cristo será perseguido. Y tú, pastor que tratas de buscar tu interés en vez del de Cristo, por más que aquél diga: Todo el que se proponga vivir piadosamente en Cristo será perseguido, tú insistes en decir: «Si vives piadosamente en Cristo, abundarás en toda clase de bienes. Y, si no tienes hijos, los engendrarás y sacarás adelante a todos, y ninguno se te morirá». ¿Es ésta tu manera de edificar? Mira lo que haces, y dónde construyes. Aquel a quien tú levantas está sobre arena. Cuando vengan las lluvias y los aguaceros, cuando sople el viento, harán fuerza sobre su casa, se derrumbará, y su ruina será total.
Sácalo de la arena, ponlo sobre la roca; aquel que tú deseas que sea cristiano, que se apoye en Cristo.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Oración Final
Señor, estabas dentro de mi,
pero yo de mi mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba... Estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que,
si en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Que yo te conozca, Dios mío,
de modo que te ame y no te pierda.
Que me conozca a mi mismo,
de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna.
Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma,
de modo que esté siempre contigo.
Que muera a mi mismo y renazca en ti.
Que sólo tú seas mi verdadera vida
y mi salud perfecta para siempre. Amén
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Séptimo Día de la Novena a San Agustín
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,
y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia
no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades', úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua
y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí! (Confesiones X)
Séptimo Día
Lectura
Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen.
Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.
El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Jn 10, 27-29
Reflexión
De manera que seguiré llamando a las que andan errantes y buscando a las perdidas. Lo haré, quieras o no quieras. Y, aunque en mi búsqueda me desgarren las zarzas del bosque, no dejaré de introducirme en todos los escondrijos, no dejaré de indagar en todas las matas; mientras el Señor a quien temo me dé fuerzas, andaré de un lado a otro sin cesar. Llamaré mil veces a la errante, buscaré a la que se halla a punto de perecer.
San Agustín Sermón 46
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Oración Final
Señor, estabas dentro de mi,
pero yo de mi mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba... Estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que,
si en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Que yo te conozca, Dios mío,
de modo que te ame y no te pierda.
Que me conozca a mi mismo,
de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna.
Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma,
de modo que esté siempre contigo.
Que muera a mi mismo y renazca en ti.
Que sólo tú seas mi verdadera vida
y mi salud perfecta para siempre. Amén
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Octavo Día de la Novena a San Agustín
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,
y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia
no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades', úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua
y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí! (Confesiones X)
Octavo Día
Lectura
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor.
El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas.
Jn 10,10-13
Reflexión
Ya habéis oído lo que los malos pastores aman. Ved ahora lo que descuidan. No fortalecéis a las débiles, ni curáis a las enfermas, ni vendáis a las heridas, es decir, a las que sufren; no recogéis a las descarriadas, ni buscáis a las perdidas, y maltratáis brutalmente a las fuertes, destrozándolas y llevándolas a la muerte. Decir que una oveja ha enfermado quiere significar que su corazón es débil, de tal manera que puede ceder ante las tentaciones en cuanto sobrevengan y la sorprendan desprevenida...
San Agustín Sermón 46
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Oración Final
Señor, estabas dentro de mi,
pero yo de mi mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba... Estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que,
si en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Que yo te conozca, Dios mío,
de modo que te ame y no te pierda.
Que me conozca a mi mismo,
de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna.
Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma,
de modo que esté siempre contigo.
Que muera a mi mismo y renazca en ti.
Que sólo tú seas mi verdadera vida
y mi salud perfecta para siempre. Amén
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Noveno Día de la Novena a San Agustín
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,
y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia
no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades', úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua
y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí! (Confesiones X)
Noveno Día
Lectura
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos. Mc 16, 15-17
Reflexión
Oigo al Apóstol que dice: Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo. ¿A quiénes insistiré a tiempo, y a quiénes a destiempo? A tiempo, a los que quieren escuchar; a destiempo, a quienes no quieren. Soy tan inoportuno que me atrevo a decir: «Tú quieres extraviarte, quieres perderte, pero yo no quiero.»
San Agustín Sermón 46
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Oración Final
Señor, estabas dentro de mi,
pero yo de mi mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba... Estabas conmigo,
pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que,
si en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Que yo te conozca, Dios mío,
de modo que te ame y no te pierda.
Que me conozca a mi mismo,
de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna.
Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma,
de modo que esté siempre contigo.
Que muera a mi mismo y renazca en ti.
Que sólo tú seas mi verdadera vida
y mi salud perfecta para siempre. Amén
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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