Justo de Urgel, Santo
Obispo, 28 de mayo
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Antonio Julián Nowowiejski, Beato
Obispo y Mártir, 28 de mayo
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Ladislao Demski, Beato
Sacerdote y Mártir, 28 de mayo
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Tomás Ford, Juan Shert y Roberto Johnson, Beatos
Presbíteros y Mártires, 28 de mayo
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Herculano de Piegaro, Beato
Sacerdote, 28 de mayo
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Lanfranco de Canterbury, Beato
Obispo, 28 de mayo
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Guillermo de Gelona, Santo
Monje, 28 de mayo
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Carauno de Chartres, Santo
Diácono y Mártir, 28 de mayo
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Margarita Pole, Beata
Martir, 28 de mayo
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María Bartolomé Bagnesi, Beata
Dominica, Mayo 28
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Germán de París, Santo
Obispo, 28 de mayo
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lunes, 28 de mayo de 2018
SANTORAL DE HOY LUNES 28 MAYO 2018
EL EVANGELIO DE HOY LUNES 28 MAYO 2018
Lecturas de hoy Lunes de la 8ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 28 de mayo de 2018
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (1,3-9):
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 110,1-2.5-6.9ab.10c
R/. El Señor recuerda siempre su alianza
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R/.
El da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R/.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza;
la alabanza del Señor dura por siempre. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,17-27):
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!»
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy lunes, 28 de mayo de 2018
CR
Queridos amigas y amigos:
El evangelio de hoy recoge, probablemente, uno de los episodios más tristes de la vida pública de Jesús: una vocación frustrada. Tras su mirada amorosa y la invitación a su seguimiento, se encuentra con el tristísimo rechazo de aquel hombre que antes había corrido a su encuentro de Jesús y se había arrodillado ante él. Según los evangelios de Mateo y de Lucas se trataba de un “joven”. La juventud, edad de las grandes elecciones, lo es también de rechazos y miedos. Cuando Quevedo hablaba de “juventud, robusta y altiva”, tal vez estuviera pensando en aquella ingenua autosuficiencia que esconde la edad dorada, esa que según dos evangelistas hermoseaba a nuestro joven personaje.
Una pregunta mal formulada. El hombre que en aquella ocasión corrió al encuentro de Jesús y se arrodilló ante él… no formuló bien su primera pregunta. Tenía trampa. Utilizó el verbo “tener” que en el seguimiento de Jesús está de sobra. Y menos si el sujeto agente del mismo es el “yo”. Se equivocó. O mejor dicho, quedó manifiestamente a la vista su intención. En las cosas del Reino uno ni es protagonista, ni debe tratar de añadir otra propiedad más a las que ya se tienen. No es cuestión prioritariamente de hacer para tener, sino de entrar. El Reino siempre es un don gratuito, un regalo inmerecido, una meta inalcanzable. Por eso, Jesús le corrigió con delicadeza, pero sin adular ni hacer concesiones.
Comenzar por los mandamientos. A continuación, Jesús le recomendó empezar por el principio, esto es, por hacer lo justo y debido: lo mandado por Dios. Hablar hoy de mandamientos nos resulta algo molesto y ya superado. Soportamos mal las imposiciones y por eso no nos gusta hablar de mandamientos, sobretodo cuando son incómodos. Y sin embargo son imprescindibles. Particularmente aquellos que cumplen tres requisitos que los acreditan: proteger valores fundamentales, evitar el subjetivismo y preservar en la debilidad. Tal vez tendríamos que recordarnos con más frecuencia que ésta fue la primera llamada de Jesús: A ser buenos. En el sentido machadiano del término. Sin esto, no se puede iniciar otros vuelos más altos.
Y después, venderlo todo. Esta es la segunda llamada. No se trata de una praxis ascética, ni de un desprecio de las realidades creadas, en particular de las más queridas o necesarias. Venderlo todo sólo puede entenderse desde la acogida de la propuesta de seguir a Jesús. O en términos de Pablo, hacer la “experiencia de la basura”, esto es, comprobar que todo lo que existe, y que en tantas ocasiones nos roba el corazón, es nada comparado con la suerte de conocer personalmente a Jesús, amarle intensamente y seguirle sin mirar atrás.
Seguro que muchos de nosotros estaremos de acuerdo en que siguen existiendo personas como este personaje: buenas pero sin pasarse… y también sus contrarias. Pero, ¿y yo?... suponiendo que sea una persona “decente” y buen cristiano, ¿me queda algo por vender?
domingo, 27 de mayo de 2018
SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, DOMINGO 27 MAYO 2018
Hoy celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad, el misterio del amor de Dios
Redacción ACI Prensa
La Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tres personas un solo Dios verdadero, es la solemnidad litúrgica que la Iglesia Universal celebra hoy.
El Papa Francisco en 2013 al explicar a unos niños las tres personas de la Santísima Trinidad les dijo que “el Padre crea el mundo, Jesús nos salva ¿y el Espíritu Santo qué hace? Nos ama, nos da el amor”.
El misterio de la Trinidad no se puede entender precisamente porque es un misterio, Santa Juana de Arco afirmaba que “Dios es tan grande que supera nuestra ciencia”, por tanto supera el entendimiento humano.
En una oportunidad San Agustín caminaba por la playa cuando observó a un niño que hacía un hoyo en la arena, y el santo le preguntó qué intentaba hacer, el niño le dijo que pensaba meter toda el agua del mar en ese hoyo.
San Agustín, admirado, le dijo: “pero ¡¿no te das cuenta que es imposible?!”, el niño le contestó que “es más posible meter toda el agua del mar en este agujero que intentar meter el misterio de la Trinidad en tu cabeza”.
El santo irlandés, San Patricio, para explicar este misterio lo comparaba con una hoja de trébol. Decía que cada hoja es diferente, pero las tres forman el trébol, y que lo mismo pasa con Dios donde cada persona es Dios y forman la Santísima Trinidad.
ORACIONES A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Himno a la Santísima Trinidad
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,
La Iglesia nos sumerge en tu misterio;
te confesamos y te bendecimos,
Señor Dios nuestro.
Como un río en el mar de tu grandeza,
el tiempo desemboca en hoy eterno,
lo pequeño se anega en lo infinito,
Señor, Dios nuestro.
Oh, Palabra del Padre, te escuchamos;
oh, Padre, mira el rostro de tu Verbo;
oh, Espíritu de amor, ven a nosotros;
Señor, Dios nuestro.
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,
haced de nuestros almas vuestro cielo,
llevadnos al hogar donde tú habitas,
Señor, Dios nuestro.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu:
Fuente de gozo pleno y verdadero,
al Creador del cielo y de la tierra,
Señor, Dios nuestro.
Amén.
(1as Vísperas de la Solemnidad de la Santísima Trinidad.)
Oración a la Santísima Trinidad
La Santísima Trinidad es el misterio de un sólo Dios en tres personas. El hombre debe inclinarse con respeto ante ese misterio sublime y creerlo sin procurar profundizarlo, porque se halla por encima de la luz de su razón.
La Santísima Trinidad es el misterio fundamental de nuestra religión. En su nombre hemos sido bautizados. La señal de la cruz nos la recuerda, y el sacerdote, en el altar, la invoca para terminar todas sus oraciones. En su nombre somos absueltos en el tribunal de la penitencia, y en su nombre, se renueva todos los días, en nuestros altares, el sacrificio del Calvario.
La Santísima Trinidad es, además, prenda de nuestra felicidad eterna: Dios mismo será nuestra recompensa si hemos guardado su ley.
Santo, Santo, Santo, es el Señor, Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra de su gloria.
Os adoro, Dios tres veces santo, Padre, que nos habéis creado, Hijo que nos habéis, redimido con vuestra sanare, Espíritu Santo, que nos santificáis con las gracias que nos concedéis todos los días. Haced que guarde en mi alma vuestra semejanza o imagen, a fin de que, un día, me reconozcáis y reine con vos en la eternidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Así sea.
(Texto de una estampa religiosa de finales del siglo XIX)
Oración a la Santísima Trinidad de San Luigi Orione
Oh Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Te adoramos y te damos gracias
por la inmensa caridad
que has infundido en el corazón
de San Luis Orione
y por habernos dado en El
al apóstol de la caridad,
al padre de los pobres,
al bienhechor de la humanidad
dolorida y desamparada.
Concédenos imitar
el amor ardiente y generoso que San Luis Orione
ha mostrado hacia Ti, la Santísima Virgen María,
la Iglesia, el Papa y todos los afligidos.
Por sus méritos e intercesión,
concédenos la gracia que te pedimos
para experimentar tu Divina Providencia.
(pidamos confiadamente la gracia que deseamos alcanzar)
Gloria al Padre...
(rezar tres Glorias a la Ssma. Trinidad)
Oración a la Santísima Trinidad de la Beata Isabel de la Trinidad
Dios mío, Trinidad que adoro,
ayúdame a olvidarme
enteramente de mí mismo
para establecerme en ti,
inmóvil y apacible
como si mi alma estuviera
ya en la eternidad;
que nada pueda turbar mi paz,
ni hacerme salir de ti, mi inmutable,
sino que cada minuto me lleve más lejos
en la profundidad de tu Misterio.
Pacifica mi alma.
Haz de ella tu cielo,
tu morada amada y el lugar de tu reposo.
Que yo no te deje jamás solo en ella,
sino que yo esté allí enteramente,
totalmente despierta en mi fe,
en adoración, entregada sin reservas
a tu acción creadora.
Amén
SANTORAL DE HOY DOMINGO 27 MAYO 2018
Bruno de Wurzburgo, Santo
Obispo, 27 de mayo
|
Julio de Durostoro, Santo
Mártir Laico, 27 de mayo
|
Bruno de Würzburg, Santo
Obispo, Mayo 27
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Agustín de Canterbury , Santo
Memoria Litúrgica, 27 de mayo
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