miércoles, 28 de marzo de 2018

16 PELÍCULAS RECOMENDADAS PARA SEMANA SANTA


16 películas recomendadas para Semana Santa
Por Abel Camasca


 (ACI).- Semana Santa es un tiempo propicio para conocer y reflexionar más sobre el sentido de ser cristianos y qué mejor si es con la ayuda de una buena película. A continuación 16 filmes con claves de fe que marcaron y cambiaron la vida de muchos de sus espectadores.

Risen (2016)

Iniciamos la lista con un filme que se estrenará durante la Semana Santa del presente año en América Latina. Según Sony, "Risen" presenta "la épica historia bíblica de la Resurrección narrada a través de los ojos de un agnóstico. Clavius (Joseph Fiennes), un poderoso centurión romano, y su edecán Lucius (Tom Felton), reciben la misión de resolver el misterio de lo que ocurrió con Jesús en las semanas siguientes a la crucifixión para desmentir los rumores de un Mesías que resucitó y evitar una revuelta en Jerusalén".


La Pasión de Cristo (2004)

Es una adaptación de los últimos días de Jesucristo realizada por Mel Gibson. Rodada en latín y en arameo, idiomas que habló Jesús, y proyectada en todo el mundo en versión original por deseo del director, la película atrajo la atención de todos por la crudeza y realismo de sus imágenes.


Ben Hur (1959)

William Wyler firmó una épica superproducción protagonizada por Charlton Heston, Stephen Boyd y Jack Hawkins que obtuvo once premios Oscar. Una historia de dos viejos amigos que se enfrentan y en la que no se muestra el rostro de Jesucristo, aunque su presencia marcará toda la vida de Judá Ben-Hur.


Jesús de Nazareth (1977)

Aunque se trata de una miniserie de televisión y no una película, la obra de Franco Zeffirelli es quizás el mejor relato global del nacimiento, obra y muerte de Jesucristo. El Beato Pablo VI, tras visionar esta producción, recibió en audiencia al director de cine Franco Zefirelli, y le agradeció por esta obra de la vida del Señor.


Los Diez Mandamientos (1956)

Charlton Heston vuelve a aparecer con la adaptación del pasaje de Moisés y Los Diez Mandamientos que dirigió el legendario Cecil B. DeMille. Una colosal superproducción de proporciones bíblicas: casi cuatro horas de duración.


Quo Vadis? (1951)

El título significa en latín “¿A dónde vas?” y se refiere a las palabras de Pedro cuando se encuentra con Cristo en la Vía Apia. La cinta muestra el amor de un soldado romano por una joven doncella, integrante del primer grupo de cristianos en Roma, y que será puesto a prueba después que Nerón queme Roma y les eche la culpa a los cristianos.


Marcelino, pan y vino (1954)

Relata la historia de un niño huérfano que cambiará la vida y el nombre de los frailes. Con su inocencia y picardía se hará querer hasta por el propio Cristo en la cruz. Se llevó el Oso de Plata en el Festival de Berlín. En el 2013 se lanzó una nueva versión de esta obra.


La misión (1986)

El largometraje está situado en la época colonial de Sudamérica. Los valientes misioneros jesuitas buscan evangelizar a los indígenas, instruirlos y protegerlos de los tratantes de esclavos. Pero los planes políticos contra el trabajo de los jesuitas harán que los religiosos desencadenen una emotiva y dura muestra de fe.


Escarlata y negro (1983)

Refleja parte de lo que se vivió durante la ocupación nazi en Roma y las tensiones contra el Vaticano por refugiar judíos y perseguidos políticos de los alemanes. Un sacerdote, que salvó la vida de cientos de personas, estará en la mira de los altos oficiales nazis, pero no podrán tocarlo por estar dentro del territorio papal.


Cristiada (2012)

Película que describe la dramática e histórica persecución del gobierno mexicano contra la Iglesia Católica en la década de 1920’s. Muchos fieles fueron llevados al martirio, otros optaron por el camino de las armas, pero la fuerza de “¡Viva Cristo Rey!” hará resonar la verdad.


Un Dios prohibido (2013)

Narra el martirio de 51 miembros de la Congregación Claretiana durante la Guerra Civil Española. El hecho ocurrió en 1936 en la localidad de Barbastro, en Zaragoza. Ellos fueron beatificados por San Juan Pablo II en 1992.


Encontrarás dragones (2011)

Drama épico dirigido por Roland Joffé, ambientado en la Guerra Civil española, que narra la vida de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Ambientada en la época de la Guerra Civil Española, trata temas como la amistad, el amor, el odio, la traición, el perdón y la búsqueda del sentido de la vida.


De dioses y de hombres (2010)

Película francesa sobre unos monjes cristianos en Argelia que viven en armonía con la población musulmana hasta que estalla la guerra civil que azotó al país entre 1991 y 2002. Esta producción fue ganadora del Premio del Jurado y el Premio del Jurado Ecuménico del Festival de Cannes de 2010.


I am David (La fuerza del valor 2003)

Davis tiene 12 años que escapa de un campo de concentración nazi con la ayuda de Johannes, su amigo y protector. El pequeño deberá llegar a Dinamarca con un sobre sellado que le está prohibido abrir. Esta obra destaca la fuerza y el valor inquebrantable de un niño.


La última cima (2010)

Documental español basado en la vida del alegre P. Pablo Domínguez que murió en un accidente en una cima española, tras intentar salvar la caída de su acompañante. Esta obra refleja la profunda huella que puede dejar un buen sacerdote entre las personas.


El Príncipe de Egipto (1998)



Pensando en los más pequeños se incluye en la lista esta historia de Moisés que fue la primera película de animación tradicional producida y distribuida por Dreamworks, la productora creada por Steven Spielberg.

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES SANTO 28 MARZO 2018


Lecturas del Miércoles Santo
Miércoles, 28 de marzo de 2018




Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (50,4-9a):

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado. Tengo cerca a mi defensor, ¿quién pleiteará contra mí? Comparezcamos juntos. ¿Quién tiene algo contra mí? Que se me acerque. Mirad, el Señor me ayuda, ¿quién me condenará?

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 68,8-10.21-22.31.33-34

R/. Señor, que me escuche tu gran bondad el día de tu favor

Por ti he aguantado afrentas, 
la vergüenza cubrió mi rostro. 
Soy un extraño para mis hermanos, 
un extranjero para los hijos de mi madre; 
porque me devora el celo de tu templo, 
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/.

La afrenta me destroza el corazón, y desfallezco. 
Espero compasión, y no la hay; 
consoladores, y no los encuentro. 
En mi comida me echaron hiel, 
para mi sed me dieron vinagre. R/.

Alabaré el nombre de Dios con cantos, 
proclamaré su grandeza con acción de gracias.
Miradlo, los humildes, y alegraos, 
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. 
Que el Señor escucha a sus pobres, 
no desprecia a sus cautivos. R/.

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Lectura del santo evangelio según san Mateo (26,14-25):

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?» 
Él contestó: «ld a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. 
Mientras comían dijo: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?»
Él respondió: «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.»
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?»
Él respondió: «Tú lo has dicho.»

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio del miércoles, 28 de marzo de 2018
Adrián de Prado Postigo, cmf


Queridos hermanos:

Hoy es Miércoles Santo. Un día «santo» porque en él se trasluce el misterio último de la libertad del hombre. No se trata de una libertad cualquiera: es la libertad del ser humano que ha sido hecho capaz de pronunciar su palabra y ofrecer su servicio delante de Dios.
Dios se nos ha hecho tan cercano en Jesús –somos tan libres a su lado- que a veces dejamos de ser conscientes de que dicha libertad es nuestra condición más propia. Vemos al Señor yendo y viniendo entre los hombres, lo vemos hablándolos y dejándose preguntar por ellos, tocándolos, esperándolos, corrigiéndolos, entrando en sus casas, sentándose a sus mesas. Y nos parece que su cercanía es una obviedad, algo que es así y no puede ser de otra manera: quizá a veces nos sintamos lejos del querer de Dios pero no solemos dudar de que Él tiene que estar al alcance de nuestro querer.

Sin embargo, la libertad de que gozamos no es una prerrogativa del hombre, sino un fruto de la liberalidad de Dios. Un Dios que pudo haber permanecido oculto en la esfera de su gloria, alejado de toda volubilidad humana. Pero Él nos habló y nos dio la libertad de hablarle; se entregó a nosotros y nos dio la libertad de entregarnos a Él. Lo dice Isaías, en una imagen que bien puede aplicarse al mismo Cristo: «Yo no me resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda, (...) las mejillas, (...) el rostro». En Jesús, Dios hizo posible que nos relacionásemos con él por nuestra propia voluntad, incluso hasta el extremo de poder pleitear contra él y hasta condenarle en un juicio sumarísimo.

El evangelio muestra con claridad esta libertad mayúscula de que gozamos. Tenemos, en primer lugar, una palabra libre ante Dios: «¿Soy yo acaso, Maestro?», pregunta Judas. «Tú lo has dicho», dice Jesús. Nuestra palabra tiene consistencia delante de Cristo, incluso cuando es una palabra blasfema, envenenada. Tenemos también, en segundo lugar, una misión libre ante Dios: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?», dicen los discípulos. «Id a la ciudad», dice Jesús. Nuestro servicio tiene consistencia delante de Cristo, incluso si es un servicio torpe o ingenuo. Podemos inquirir a Cristo y obedecerle, podemos hablarle y servirle... Ahora bien, nuestra palabra y ofrenda, que son libres ante Dios, acabarán corrompiéndose si no se convierten poco a poco en lo que están llamadas a ser: palabra y ofrenda libres con y para Dios.

Dejemos hoy que la libertad del hombre llegue hasta nosotros en todo su misterio, que Cristo nos diga a cada uno: «Tú lo has dicho». Y al hablarle, ¿será nuestro diálogo el culmen de la amistad o el comienzo del desencuentro?

Fraternalmente:
Adrián de Prado Postigo, cmf.

SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 28 MARZO 2018

Cirilo de Heliópolis, SantoCirilo de Heliópolis, Santo
Diácono y Mártir, 28 de marzo
Conón de Naso, BeatoConón de Naso, Beato
Abad, 28 de marzo
Antonio de Monticiano, BeatoAntonio de Monticiano, Beato
Presbitero, 28 de marzo







Ruperto de Salzburgo, Santo
Obispo, 28 de marzo...

IMÁGENES DE MIÉRCOLES SANTO






martes, 27 de marzo de 2018

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 27 MARZO 2018 - MARTES SANTO


Lecturas de hoy Martes Santo
Hoy, martes, 27 de marzo de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (49,1-6):

Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos:
El Señor me llamó desde el vientre materno, de las entrañas de mi madre, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo:
- «Tú eres mi siervo, Israel, por medio de ti me glorificaré».
Y yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas». En realidad el Señor defendía mi causa, mi recompensa la custodiaba Dios. Y ahora dice el Señor,el que me formó desde el vientre como siervo suyo, para que le devolvise a Jacob, para que le reuniera a Israel; he sido glorificado a los ojos de Dios. Y mi Dios era mi fuerza:
- «Es poco que seas mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y traer de vuelta a los supervivientes de Israel. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15.17

R/. Mi boca contará tu salvación, Señor

A ti, Señor, me acojo: 
no quede yo derrotado para siempre; 
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, 
inclina a mí tu oído, y sálvame. R.

Sé tú mi roca de refugio, 
el alcázar donde me salve, 
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R. 

Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza 
y mi confianza, Señor, desde mi juventud. 
En el vientre materno ya me apoyaba en ti, 
en el seno tú me sostenías. R.

Mi boca contará tu justicia, 
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud, 
y hasta hoy relato tus maravillas. R.

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Lectura del santo evangelio según san Juan (13,21-33.36-38):

En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo:
- «En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar».
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.
Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía.
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
- «Señor, ¿quién es?».
Le contestó Jesús:
- «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».
Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote.
Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:
- «Lo que vas hacer, hazlo pronto».
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.
Cuando salió, dijo Jesús:
- «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Me busca¬réis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros:
"Donde yo voy, vosotros no podéis ir"»
Simón Pedro le dijo:
- «Señor, ¿a dónde vas?».
Jesús le respondió:
- «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó:
- «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó:
- «¿Con que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy martes, 27 de marzo de 2018
Adrián de Prado Postigo, cmf

Queridos hermanos:

Hoy es Martes Santo. Un día «santo» porque en él se trasluce el misterio último de la libertad de Cristo. No se trata de una libertad cualquiera: es la libertad de un hombre que ha querido llevar a término humanamente el amor que Dios tiene por el hombre.
A lo largo de toda su existencia, Jesús había ido creciendo como lo que Él ya era desde siempre: el Hijo de Dios, el Salvador. La voz de Dios sobre las aguas del Jordán y en medio de la luz del Tabor, habían confirmado, como dice Isaías, que el Señor «defendía la causa» de Jesucristo, que su recompensa «la custodiaba Dios». Pero no bastaba con que Cristo supiera que Él había venido al mundo para traer la salvación divina a los hombres; era necesario que Jesús lo quisiera y lo realizara humanamente. La historia del Hijo encarnado no es la de los héroes griegos, abocados a un destino fatal, sino la de un hombre radicalmente libre, que «aprendió, sufriendo, a obedecer», para conformar su vida con el plan de Dios. De hecho, sin el concurso de su doble voluntad divina y humana, la muerte de Cristo hubiera sido muy otra, pues no habría podido convertirse en fuente de salvación para nosotros.

En este sentido, la escena que el evangelio de Juan pone hoy delante de nuestros ojos puede resultar engañosa porque, en contra de lo que pudiera parecer, el foco no está puesto sobre la vergonzante traición de Judas o la torpe temeridad de Pedro, sino sobre la libertad suprema de Jesús. La clave está en el comienzo del texto, allí donde dice que Jesús «se turbó en su espíritu y dio testimonio». En estas dos mociones de Cristo -una pasiva, interior y poco frecuente en Jesús: la turbación; y otra activa, exterior y más común en Él: el testimonio-, queda sintetizado cómo el Hijo asumió libre y humanamente el proyecto de Dios. Jesús se turba, se inquieta, padece el dolor humano ante lo que se avecina -Él sintió con corazón de hombre-, pero no rechaza las circunstancias adversas, sino que opta por vivirlas hasta el final para dar testimonio del rostro amoroso de Dios -Él eligió con corazón de hombre-. El sentir y la libertad de Jesucristo dan la talla de su entrega, que es única e irrepetible. Por eso Pedro no le podía acompañar aún: porque desconocía que la libertad humana debe elegir la cruz para dar cuenta del amor divino.

Dejemos hoy que la libertad de Cristo llegue hasta nosotros en todo su misterio, que Él nos diga a cada uno: «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde». Y al escucharlo, ¿sabremos esperar para escoger con Él la puerta estrecha o saldremos inmediatamente a cerrar un trato con la muerte?

Fraternalmente:
Adrián de Prado Postigo, cmf.

IMÁGENES DE MARTES SANTO






lunes, 26 de marzo de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DE LA SEMANA SANTA 2018


Una reflexión para cada día 
de la Semana Santa 2018



Tenemos la suerte de saber, por el evangelio, lo que hizo Jesucristo cada uno de los días de la Semana Santa. Aquí lo tienes. Es la semana más importante de todo el año. Con cada cosa que hizo y dijo, nos quiso enseñar. Habla con Él de eso.

El jueves, viernes y domingo hay Oficios; aunque el jueves y el viernes no es obligatoria la asistencia, ojalá puedas ir los tres días.



LUNES SANTO (26 de Marzo)
¿Qué hizo hoy Jesús? Jesús ha dormido en el pueblo de Betania, en la casa de Lázaro, Marta y María, sus mejores amigos. A media mañana sube andando a Jerusalén, que está a unos cuatro kilómetros. En el camino, como es la hora de comer tiene hambre. Se acerca a una frondosa higuera, llena de hojas, pero en la que no hay higos, entonces la secó por no tener frutos. Al llegar a Jerusalén, va al templo y lo encuentra lleno de comerciantes haciendo negocios y los echa a latigazos, pidiéndonos que tratemos con respeto a Dios y a las cosas de Dios. Por la tarde pasa por el monte de los olivos, donde estuvo haciendo un rato de oración, y vuelve a pie a Betania.

A lo mejor Dios tampoco encuentra en ti los frutos que Él esperaba. Pídele perdón. ¿Tratas con respeto a Dios y a sus cosas? ¿Cómo te comportas en Misa, en el Oratorio, o en la Iglesia? ¿Haces con cariño las genuflexiones? Cuando oyes blasfemias, ¿pides perdón a Dios interiormente?

Fíjate como Jesús dedicaba todos los días a hacer un rato de oración como tú ahora. No lo dejes ningún día, aunque sea unos pocos minutos.


MARTES SANTO (27 de marzo)
Jesús vuelve a Jerusalén. Pasan por el lugar de la higuera maldecida. Al ver el templo, profetiza que será destruído. Los discípulos están tristes porque Jesús les anuncia que dentro de dos días le matarán. Los cristianos, como Él, hemos aprendido a cumplir siempre la voluntad de Dios Padre, por encima de todo. Por ejemplo, Juana de Arco, cuando estaba al frente de sus soldados franceses, en una gran batalla contra Inglaterra, Dios le anuncia que ese día será herida. Entonces una amiga suya le dice que no vaya a pelear. Y Juana le contesta en tono irónico: "sal tú y di a mis generales que Juana de Arco no luchará porque tiene miedo a ser herida". Y salió valerosamente al frente de sus soldados, y fue gravemente herida.

No tengamos miedo de aceptar la voluntad de Dios. ¡Señor, sí, Tú siempre quieres lo mejor para mí! Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero mientras quieras.


MIÉRCOLES SANTO (28 de Marzo)
Jesús se queda en Betania. Simón, el leproso que había sido curado por Jesús, invita al Señor a comer en su casa, por lo agradecido que le estaba. Mientras están comiendo, entra en la casa una mujer del pueblo llamada María; rompe un frasco de perfume carísimo y lo echa a los pies del Señor. Los besa y los seca con sus cabellos. A Jesús le gustó ese detalle de cariño.

Es entonces cuando Judas busca a los jefes del pueblo judío y les dice: "¿Qué me dais si os lo entrego?". Ellos se alegraron y prometieron darle dinero.

¿Eres agradecido como Simón por las veces que a ti también te he curado de tus pecados? Cada vez, después de confesarte, dale gracias por haberte perdonado.

A Jesús le gustará que hoy tengas algún detalle de cariño con Él, como María. Piensa ahora uno concreto y regálaselo ya.


JUEVES SANTO (29 de marzo)

La última Cena. Por la mañana de¡ Jueves, Pedro y Juan se adelantan para preparar la cena en Jerusalén. A la tarde llegaron al Cenáculo. Allí Jesús lavó los pies uno a uno. Luego, sentados a la mesa celebra la primera Misa: les da a comer su Cuerpo y su Sangre y les ordena sacerdotes a los Apóstoles para que, en adelante, ellos celebren la Misa. Judas salió del Cenáculo antes, para entregarle. Jesús se despidió de su Madre y se fue al huerto de los Olivos. Allí sudó sangre, viendo lo que le esperaba. Los discípulos se durmieron. Llegó Judas con todos los de la sinagoga y le da un beso. Entonces, le cogieron preso y todos los Apóstoles huyeron. Lo llevan al Palacio de Caifás, el Sumo Sacerdote. Le interrogan durante toda la noche: no duerme nada.

Hazle tú hoy compañía al Señor, que está solo. Haz el propósito de no abandonarle nunca, y de visitarle con frecuencia en el sagrario.


VIERNES SANTO (30 de Marzo)

Hoy muere. Al amanecer del viernes, le juzgan. Tiene sueño, frío, le han dado golpes. Deciden condenarle y lo llevan a Pilatos. Judas, desesperado, no supo volver con la Virgen y pedir perdón, y se ahorcó. Los judíos prefirieron a Barrabás. Pilatos se lava las manos y manda crucificar a Jesús. Antes, ordenó que le azotaran. La Virgen está delante mientras le abren la piel a pedazos con el látigo. Después, le colocan una corona de espinas y se burlan de Él. Jesús recorre Jerusalén con la Cruz. Al subir al Calvado se encuentra con su Madre. Simón le ayuda a llevar la Cruz. Alrededor de las doce del mediodía, le crucificaron. Nos dio a su Madre como Madre nuestra y hacia las tres se murió y entregó el espíritu al Padre. Para certificar la muerte, le traspasaron con una lanza. Por la noche, entre José de Arimatea y Nicodemo le desclavan, y dejan el Cuerpo en manos de su Madre. Son cerca de las siete cuando le entierran en el sepulcro.

¡Dame, Señor dolor de amor! Ojalá lleves en el bolsillo un crucifijo y lo beses con frecuencia.



SÁBADO SANTO (31 de marzo)

Jesús ha muerto. Todo el día de hoy, su Cuerpo reposa en el sepulcro, frío y sin vida. Ahora nos damos cuenta de lo que pesan nuestros pecados. Jesús ha muerto para redimirnos.

Estamos tristes. La Virgen María también está triste, pero contenta porque sabe que resucitará. Los Apóstoles van llegando a su lado, y Ella les consuela.

Pasa el día unido a la Virgen, y con Ella acompáñale a Jesús en el sepulcro. Haz el propósito de correr al regazo de la Virgen cuando te hayas separado de Él.



DOMINGO DE RESURRECCIÓN (1 de Abril)

En cuanto se hace de día, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su Cuerpo. Un Ángel les dice que ha resucitado. Van corriendo donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia: ¡Ha resucitado! Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. Ahora entienden que Jesús es Dios. El desconsuelo que tenían, ayer, se transforma en una inmensa alegría. Y rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos. Y todos permanecen con la Virgen esperando el momento de volver a encontrarse con el Señor.

Desde entonces, todos los cristianos podemos tratar al Señor, que está Vivo. Hoy estamos muy contentos y es momento de darle constantemente gracias a Dios.

Como Pedro y Juan, tú también tienes que preocuparte de que tus amigos sepan que Jesús ha resucitado, y le traten. Pídele esa preocupación.


Texto del P. José Pedro Manglano Castellary

EL EVANGELIO DE HOY LUNES SANTO 26 MARZO 2018


Lecturas de hoy Lunes Santo
Hoy, lunes, 26 de marzo de 2018




Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (42,1-7):

Así dice el Señor:
«Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas.
Esto dice el Señor, Dios, que crea y despliega los cielos, consolidó la tierra con su vegetación, da el respiro al pueblo que la habita y el aliento a quienes caminan por ella:
«Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te he formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas».

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 26,1.2.3.13-14

R/. El Señor es mi luz y mi salvación

El Señor es la defensa de mí vida, 
¿quién me hará temblar? R.

Cuando me asaltan los malvados 
para devorar mi carne, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen. R.

Si un ejército acampa contra mí, 
mi corazón no tiembla; 
si me declaran la guerra, 
me siento tranquilo. R.

Espero gozar de la dicha del Señor 
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente, 
ten ánimo, espera en el Señor. R.

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Lectura del santo evangelio según san Juan (12,1-11):

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo:
- «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy lunes, 26 de marzo de 2018
Adrián de Prado Postigo, cmf


Queridos hermanos:

Hoy es Lunes Santo. Un día «santo» porque en él se trasluce el misterio último de la libertad de Dios. No se trata de una libertad cualquiera: es la libertad de un Dios que se ha comprometido hasta el fondo con la salvación del ser humano.

En las palabras del profeta Isaías, vemos a Dios Padre entregando a su Hijo al mundo como justicia, alianza y luz. Jesucristo es a la vez el Hijo y el Enviado. Como Hijo, es el elegido de Dios, aquel a quien Dios ha llamado, ha cogido de la mano, ha infundido su espíritu, ha sostenido por los siglos. Sin embargo, como Enviado, habrá de transitar los caminos de la paciencia, la humildad, el abajamiento, el desprecio y la muerte. No se pueden disociar las dos caras del misterio: Jesús es Hijo amado siendo Siervo sufriente y es Siervo sufriente porque es Hijo amado. Y... Dios es consciente de ello. Es consciente de que, en el gesto de enviarnos a su Hijo, nos está dando la posibilidad de vivir en plenitud, pero sabe también que Jesucristo habrá de convertirse en siervo para llevar a término su oferta de salvación. Así pues, la cruz no forma parte de la voluntad del Padre, pero, una vez que aparece en el horizonte, Dios la asume con generosidad, porque no quiere dar un paso atrás en su libre decisión de amarnos, aunque ello implique adentrarse en las tinieblas.

Estas dos caras del misterio de Cristo, que hunden sus raíces en la libertad amorosa del Padre, tienen también su reflejo en el fragmento del evangelio de Juan que hoy escuchamos. En un ambiente cargado de presagios de muerte, Jesús actúa con la libertad de Dios, asumiendo que su condición de Hijo amado le llevará a tomar la condición de Esclavo sufriente. Cuando María, la hermana de Lázaro, mira a Jesús, ve al Hijo; cuando lo mira Judas, ve al Esclavo. Por eso ella no duda en derramar sobre sus pies un ungüento carísimo, tan valioso y tan sobreabundante como el amor que Dios nos tiene a nosotros en su Hijo. Por su parte, Judas trata de aminorar el mérito de Jesús, reduciéndolo a la indignidad de quien no merece ser embalsamado ni siquiera después de muerto. María y Judas no discuten por los pobres sino por Cristo: con su gesto desproporcionado, ella recibe a Jesús como la gran riqueza de su vida –Él es su salvación– mientras que Judas lo desprecia como la gran decepción de su historia –Él es su perdición–.

Dejemos hoy que la libertad de Dios llegue hasta nosotros en todo su misterio, que Dios nos diga a cada uno: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo». Y al mirarlo, ¿se llenará nuestra casa de la fragancia del perfume o del frío metal de las treinta monedas?

Fraternalmente:
Adrián de Prado Postigo, cmf.

SANTORAL DE HOY LUNES 26 MARZO 2018

Montano y Máxima, SantosMontano y Máxima, Santos
Esposos mártirres, 26 de marzo








Cástulo, Santo
Mártir, 26 de marzo...

IMÁGENES DE LUNES SANTO



domingo, 25 de marzo de 2018

DOMINGO DE RAMOS, SOLEMNIDAD LITÚRGICA, 25 MARZO 2018


Domingo de Ramos
Solemnidad Litúrgica, 25 de marzo de 2018
Por: n/a | Fuente: ACI Prensa 




Solemnidad
Martirologio Romano: Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, cuando nuestro Señor Jesucristo, como indica la profecía de Zacarías, entró en Jerusalén sentado sobre un pollino de borrica, y a su encuentro salió la multitud con ramos de olivos.

El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Marcos.

En este día, se entrecruzan las dos tradiciones litúrgicas que han dado origen a esta celebración: la alegre, multitudinaria, festiva liturgia de la iglesia madre de la ciudad santa, que se convierte en mimesis, imitación de los que Jesús hizo en Jerusalén, y la austera memoria - anamnesis - de la pasión que marcaba la liturgia de Roma. Liturgia de Jerusalén y de Roma, juntas en nuestra celebración. Con una evocación que no puede dejar de ser actualizada.

Vamos con el pensamiento a Jerusalén, subimos al Monte de los olivos para recalar en la capilla de Betfagé, que nos recuerda el gesto de Jesús, gesto profético, que entra como Rey pacífico, Mesías aclamado primero y condenado después, para cumplir en todo las profecías. .

Por un momento la gente revivió la esperanza de tener ya consigo, de forma abierta y sin subterfugios aquel que venía en el nombre del Señor. Al menos así lo entendieron los más sencillos, los discípulos y gente que acompañó a Jesús, como un Rey.

San Lucas no habla de olivos ni palmas, sino de gente que iba alfombrando el camino con sus vestidos, como se recibe a un Rey, gente que gritaba: "Bendito el que viene como Rey en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en lo alto".

Palabras con una extraña evocación de las mismas que anunciaron el nacimiento del Señor en Belén a los más humildes. Jerusalén, desde el siglo IV, en el esplendor de su vida litúrgica celebraba este momento con una procesión multitudinaria. Y la cosa gustó tanto a los peregrinos que occidente dejó plasmada en esta procesión de ramos una de las más bellas celebraciones de la Semana Santa.

Con la liturgia de Roma, por otro lado, entramos en la Pasión y anticipamos la proclamación del misterio, con un gran contraste entre el camino triunfante del Cristo del Domingo de Ramos y el Viacrucis de los días santos.

Sin embargo, son las últimas palabras de Jesús en el madero la nueva semilla que debe empujar el remo evangelizador de la Iglesia en el mundo.

"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Este es el evangelio, esta la nueva noticia, el contenido de la nueva evangelización. Desde una paradoja este mundo que parece tan autónomo, necesita que se le anuncie el misterio de la debilidad de nuestro Dios en la que se demuestra el culmen de su amor. Como lo anunciaron los primeros cristianos con estas narraciones largas y detallistas de la pasión de Jesús.

Era el anuncio del amor de un Dios que baja con nosotros hasta el abismo de lo que no tiene sentido, del pecado y de la muerte, del absurdo grito de Jesús en su abandono y en su confianza extrema. Era un anuncio al mundo pagano tanto más realista cuanto con él se podía medir la fuerza de la Resurrección.

La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.
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