María Teresa de Soubiran, Beata
Fundadora, 7 de junio
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Antonio María Gianelli, Santo
Obispo y Fundador, 7 de junio
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María Teresa de Soubiran, Beata
Fundadora, 7 de junio
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Ana de San Bartolomé, Beata
Carmelita Descalza, Junio 7
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Roberto de Newminster, Santo
Abad cisterciense, 7 de junio
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martes, 7 de junio de 2016
LOS SANTOS DE HOY MARTES 7 DE JUNIO DEL 2016
BEATA ANA DE SAN BARTOLOMÉ, MÍSTICA CARMELITA, 7 DE JUNIO
Hoy es la fiesta de la Beata Ana de San Bartolomé, mística carmelita
Por Diego López Marina
(ACI).- La Beata Ana de San Bartolomé fue una religiosa carmelita, mística, discípula predilecta de Santa Teresa de Jesús y difusora de la reforma de la Orden carmelita descalza por Francia y los Países Bajos.
Fue considerada por todos y proclamada la Libertadora de Amberes (Bélgica); ya que, debido a sus oraciones, Dios salvó la ciudad del ataque de los herejes holandeses.
Ana de San Bartolomé nació el 1 de octubre de 1549 con el nombre Ana García Manzanas en Almendral de la Cañada (Toledo, España).
Vivió en tiempos del siglo de oro español, cuando en América se desarrollaba la conquista y el proceso de evangelización. A pesar de todo, España libró duras y sangrientas guerras de religión ante del avance del protestantismo. Por su parte, la Iglesia impulsó la Contrarreforma con el concilio de Trento, promoviendo la reforma de las Órdenes religiosas para oponerse a las ideas protestantes.
En ese contexto vivió la joven Ana, que sintió un llamado a la vocación religiosa desde niña. Sin embargo, al no recibir el apoyo de sus hermanos su salud se vio afectada y enfermó gravemente. Estos no fueron indiferentes y rezaron una novena al apóstol San Bartolomé por su curación.
El 24 de agosto de 1570, día de la fiesta del santo, Ana fue llevada a una ermita dedicada a su advocación y se curó milagrosamente. Ese mismo año ingresó al convento de San José de Ávila como hermana lega y eligió a San Bartolomé para su nuevo nombre de carmelita descalza.
Siendo novicia, conoció a la Doctora de la Iglesia, Santa Madre Teresa de Jesús, que desde un principio le dio permiso para la profesión, y en cuyas manos hizo sus votos el 15 de agosto de 1572. Además, se convirtió en su secretaria particular.
Aprendió a escribir de modo milagroso. Destacó siempre por su extraordinaria caridad, tanto para con Dios como para con el prójimo.
Tras el fallecimiento de Santa Teresa, la hoy Beata viajó a Francia para fundar varios conventos, dando maravillosos ejemplos de todas las virtudes.
En su autobiografía, escrita por obediencia, dejó constancia de las muchas gracias místicas que gozó durante su vida y sus luchas contras los ataques y tentaciones del demonio.
Tuvo el don de la bilocación, cuando se enteró que su confesor el P. Juan de San Cirilo estaba por morir, oró por él y se vio a su lado dándole consejos a su enfermero. También tuvo el don del conocimiento de almas, el que usaba para orar por los demás y aconsejarlos antes de que le contaran sus problemas.
En 1624 sufrió una apoplejía, de la que no se terminó de recuperar. El 7 de junio de 1626, luego de la extremaunción y haber comulgado, tuvo un éxtasis de unos 15 minutos y después falleció en paz.
Fue beatificada en 1917 por el Papa Benedicto XV.
EL EVANGELIO DE HOY MARTES 7 DEL 2016
Ustedes son la luz del mundo y sal de la tierra
Tiempo Ordinario
Tiempo Ordinario. Si ya no alumbras, acércate a Cristo porque Él es la luz.
Por: P. Cristian González | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-16
«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Oración introductoria
Dios mío, me has llamado a la santidad. Ilumina mi mente y mi corazón en esta oración para descubrir dónde se encuentra la verdadera felicidad, sólo ésta quiero desear y no las burdas imitaciones que me ofrece el mundo.
Petición
Señor, te pido que deje entrar tu luz a mi conciencia para ser sal que ilumine y dé sabor a la vida de los demás.
Meditación del Papa Francisco
«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Oración introductoria
Dios mío, me has llamado a la santidad. Ilumina mi mente y mi corazón en esta oración para descubrir dónde se encuentra la verdadera felicidad, sólo ésta quiero desear y no las burdas imitaciones que me ofrece el mundo.
Petición
Señor, te pido que deje entrar tu luz a mi conciencia para ser sal que ilumine y dé sabor a la vida de los demás.
Meditación del Papa Francisco
¿Quiénes eran aquellos discípulos? Eran pescadores, gente sencilla... Pero Jesús los mira con los ojos de Dios, y su afirmación se entiende precisamente como consecuencia de las Bienaventuranzas. Él quiere decir: si seréis pobres de espíritu, si seréis mansos, si seréis puros de corazón, si seréis misericordiosos... ¡Ustedes serán la sal de la tierra y la luz del mundo!
Para comprender mejor estas imágenes, tengamos en cuenta que la ley judía prescribía poner un poco de sal sobre cada oferta presentada a Dios, como un signo de alianza. La luz, entonces, para Israel era el símbolo de la revelación mesiánica que triunfa sobre las tinieblas del paganismo. Los cristianos, el nuevo Israel, reciben, entonces, una misión para con todos los hombres: con la fe y la caridad pueden orientar, consagrar, hacer fecunda la humanidad. Todos los bautizados somos discípulos misioneros y estamos llamados a convertirnos en un Evangelio vivo en el mundo: con una vida santa daremos "sabor" a los diferentes ambientes y los defenderemos de la corrupción, como hace la sal; y llevaremos la luz de Cristo a través del testimonio de una caridad genuina. Pero si los cristianos perdemos sabor y apagamos nuestra presencia de sal y de luz, perdemos la efectividad.» (Ángelus de S.S. Francisco, 9 de febrero de 2014).
Reflexión
"Miren cómo se aman" decían de los primeros cristianos. Ése era su distintivo: el amor.
Parecería que Cristo nos está pidiendo que no seamos humildes: "Brille así vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras -pero es ahora donde viene lo importante:- y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
No dejemos de hacer el bien por esa falsa humildad, el secreto está en que no nos glorifiquen a nosotros sino a Dios, pero recordemos que somos luz, sal, estamos hechos para brillar, para dar sabor, que el mundo vuelva a sentir nuestra presencia, y que cuando nos vean tengan que exclamar asombrados: "Miren cómo se aman". Miren cómo brillan en el mundo, miren cómo iluminan el camino, son como una lámpara que hay que poner en lo alto, para que alumbre a todos. No se nos olvide que somos lámpara, llevamos la luz en nosotros, pero la luz es Cristo, es a Él a quien tienen que dar gloria. Se tienen que admirar de la luz, que es Cristo.
Cristo hace milagros. Dice el evangelio que si la sal se desvirtúa ya no sirve para nada, pero todo tiene solución mientras dura la vida porque Dios es omnipotente. Si tú, siendo cristiano, siendo sal de la tierra, crees que has perdido el sabor, confía plenamente en que hay uno que se lo puede devolver, confía en que hay uno que puede hacerte ser otra vez sal de la buena, de ser sal insípida a ser sal que da sabor. Si tú te consideras una lámpara sin luz, de esas que sí se tendrían que poner debajo del celemín porque ya no alumbran, acércate a Cristo porque Él es la luz, es Él el que da sentido a nuestra vida, Él nos hará ser lo que debemos ser y así prenderemos fuego al mundo entero.
Así podrán exclamar un día también de nosotros como exclamaban de los primeros cristianos: "Miren cómo se aman". ¡Ánimo! ¡Como los primeros!
Propósito
Ser el primero en disculparme u ofrecer una solución en alguna discusión que se presente.
Diálogo con Cristo
Jesús, me llamas a ser la sal y la luz para los demás, esto implica que mi testimonio de vida, palabras y acciones deben ser un reflejo de tu amor, de tu misericordia infinita. Tu gracia es la fuente para la felicidad. Ayúdame, Señor, a guiarme en todo por el Espíritu Santo, para que Él sea quien edifique, en mí, al auténtico testigo de tu amor.
domingo, 5 de junio de 2016
MEDITACIÓN Y EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 5 DE JUNIO DEL 2016
X del Tiempo Ordinario – Ciclo C
Domingo 5 de Junio de 2016
“Jesús me lleva de la muerte a la vida“
Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes 17,17-24
En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la señora de la casa. La enfermedad era tan grave que se quedó sin respiración. Entonces la mujer dijo a Elías: «¿Qué tienes tú que ver conmigo? ¿Has venido a mi casa para avivar el recuerdo de mis culpas y hacer morir a mi hijo?» Elías respondió: «Dame a tu hijo.» Y, tomándolo de su regazo, lo subió a la habitación donde él dormía y lo acostó en su cama. Luego invocó al Señor: «Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me hospeda la vas a castigar, haciendo morir a su hijo?» Después se echó tres veces sobre el niño, invocando al Señor: «Señor, Dios mío, que vuelva al niño la respiración.» El Señor escuchó la súplica de Elías: al niño le volvió la respiración y revivió. Elías tomó al niño, lo llevó al piso bajo y se lo entregó a su madre, diciendo: «Mira, tu hijo está vivo.» Entonces la mujer dijo a Elías: «Ahora reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad.»
Palabra de Dios
______________________
Salmo
Salmo Responsorial: 29
R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.R/
Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante; su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo.R/
.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas. Señor,
Dios mío, te daré gracias por siempre. R/
______________________
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 1,11-19
Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. Habéis oído hablar de mi conducta pasada en él judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas, y me quedé quince días con él. Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor.
Palabra de Dios
_________________________
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (7,11-17)
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.» Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!» El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.
Palabra del Señor
«No llores»
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy también nosotros quisiéramos enjugar todas las lágrimas de este mundo: «No llores» (Lc 7,13). Los medios de comunicación nos muestran —hoy más que nunca— los dolores de la humanidad. ¡Son tantos! Si pudiéramos, a tantos hombres y mujeres les diríamos «levántate» (Lc 7,14). Pero…, no podemos, ¡no podemos, Señor! Nos sale del alma decirle: —Mira, Jesús, que nos vemos desbordados por el dolor. ¡Ayúdanos!
Ante esta sensación de impotencia, procuremos reaccionar con sentido sobrenatural y con sentido común. Sentido sobrenatural, en primer lugar, para ponernos inmediatamente en manos de Dios: no estamos solos, «Dios ha visitado a su pueblo» (Lc 7,16). La impotencia es nuestra, no de Él. La peor de todas las tragedias es la moderna pretensión de edificar un mundo sin Dios e, incluso, a espaldas de Dios. Desde luego es posible edificar “algo” sin Dios, pero la historia nos ha mostrado sobradamente que este “algo” es frecuentemente inhumano. Aprendámoslo de una vez por todas: «Sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5).
En segundo lugar, sentido común: el dolor no podemos eliminarlo. Todas las “revoluciones” que nos han prometido un paraíso en esta vida han acabado sembrando la muerte. Y, aun en el hipotético caso (¡un imposible!) de que algún día se pudiera eliminar “todo” dolor, no dejaríamos de ser mortales… (por cierto, un dolor al que sólo Cristo-Dios ha dado respuesta real).
El espíritu cristiano es “realista” (no esconde el dolor) y, a la vez, “optimista”: podemos “gestionar” el dolor. Más aún: el dolor es una oportunidad para manifestar amor y para crecer en amor. Jesucristo —el “Dios cercano”— ha recorrido este camino. En palabras del Papa Francisco, «conmoverse (“moverse-con”), compadecerse (“padecer-con”) del que está caído, son actitudes de quien sabe reconocer en el otro su propia imagen [de fragilidad]. Las heridas que cura en el hermano son ungüento para las propias. La compasión se convierte en comunión, en puente que acerca y estrecha lazos».
«No llores»
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy también nosotros quisiéramos enjugar todas las lágrimas de este mundo: «No llores» (Lc 7,13). Los medios de comunicación nos muestran —hoy más que nunca— los dolores de la humanidad. ¡Son tantos! Si pudiéramos, a tantos hombres y mujeres les diríamos «levántate» (Lc 7,14). Pero…, no podemos, ¡no podemos, Señor! Nos sale del alma decirle: —Mira, Jesús, que nos vemos desbordados por el dolor. ¡Ayúdanos!
Ante esta sensación de impotencia, procuremos reaccionar con sentido sobrenatural y con sentido común. Sentido sobrenatural, en primer lugar, para ponernos inmediatamente en manos de Dios: no estamos solos, «Dios ha visitado a su pueblo» (Lc 7,16). La impotencia es nuestra, no de Él. La peor de todas las tragedias es la moderna pretensión de edificar un mundo sin Dios e, incluso, a espaldas de Dios. Desde luego es posible edificar “algo” sin Dios, pero la historia nos ha mostrado sobradamente que este “algo” es frecuentemente inhumano. Aprendámoslo de una vez por todas: «Sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5).
En segundo lugar, sentido común: el dolor no podemos eliminarlo. Todas las “revoluciones” que nos han prometido un paraíso en esta vida han acabado sembrando la muerte. Y, aun en el hipotético caso (¡un imposible!) de que algún día se pudiera eliminar “todo” dolor, no dejaríamos de ser mortales… (por cierto, un dolor al que sólo Cristo-Dios ha dado respuesta real).
El espíritu cristiano es “realista” (no esconde el dolor) y, a la vez, “optimista”: podemos “gestionar” el dolor. Más aún: el dolor es una oportunidad para manifestar amor y para crecer en amor. Jesucristo —el “Dios cercano”— ha recorrido este camino. En palabras del Papa Francisco, «conmoverse (“moverse-con”), compadecerse (“padecer-con”) del que está caído, son actitudes de quien sabe reconocer en el otro su propia imagen [de fragilidad]. Las heridas que cura en el hermano son ungüento para las propias. La compasión se convierte en comunión, en puente que acerca y estrecha lazos».
SAN BONIFACIO, OBISPO Y MÁRTIR, 5 DE JUNIO
Bonifacio, Santo
Obispo y Mártir, 5 de junio
Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Apóstol de Alemania
Martirologio Romano: Memoria de san Bonifacio, obispo y mártir. Monje en Inglaterra con el nombre de Wifrido por el bautismo, al llegar a Roma el papa san Gregorio II lo ordenó obispo y cambió su nombre de pila por el de Bonifacio, enviándolo después a Germania para anunciar la fe de Cristo a aquellos pueblos, donde logró ganar para la religión cristiana a mucha gente. Rigió la sede de Maguncia (Mainz) y, hacia el final de su vida, al visitar a los frisios en Dokkum, consumó su martirio al ser asesinado por unos paganos. († 754)
También se lo conoce como: Bonifacio de Maguncia, Bonifacio de Crediton
Breve Biografía
La obra misionera de San Bonifacio no habría sido posible sin la organización política y social europea de Carlomagno. Bonifacio o Winfrid parece que perteneció a una noble familia inglesa de Crediton del condado de Devonshire, en donde nació en el año 673 (o 680). Fue monje en la abadía de Exeter, y después se dedicó a la evangelización de los pueblos germánicos, más allá del Rin. Quiso ir a Frisia, pero no le fue posible por la hostilidad entre el duque alemán Radbod y Carlos Martelo.
Entonces Winfrid fue a Roma en peregrinación para orar sobre las tumbas de los mártires y recibir la bendición del Papa. San Gregorio. II apoyó el compromiso misionero, y Winfrid regresó a Alemania. Se detuvo en Turingia, luego pasó a Frisia, recientemente sometida por los francos, y allí logró las primeras conversiones.
Durante tres años recorrió gran parte del territorio germánico. Los Sajones correspondieron con entusiasmo a su predicación. El Papa lo llamó a Roma, lo consagró obispo y le dio el nuevo nombre de Bonifacio. Durante el viaje de regreso a Alemania, en un bosque de Hessen, hizo derribar un gigantesco roble al que los pueblos paganos le atribuían poderes mágicos, porque decían que era sede de un dios. Ese gesto fue considerado como un desafío a la divinidad y los paganos corrieron para presenciar la venganza del dios ofendido. Bonifacio aprovechó la ocasión para transmitirles el mensaje evangélico. A los pies del roble derribado hizo construir la primera iglesia, que dedicó a San Pedro.
Antes de organizar la Iglesia a orillas del Rin, pensó en la fundación, entre las regiones de Hessen y Turingia, de una abadía, que fuera el centro propulsor de la espiritualidad y de la cultura religiosa de Alemania. Así nació la célebre abadía de Fulda, comparable con la de los benedictinos de Montecassino por la actividad y el prestigio. Eligió a Maguncia como sede arzobispal, pero expresó el deseo de ser enterrado en Fulda.
Ya anciano, pero todavía infatigable, regresó a Frisia. Lo acompañaban unos cincuenta monjes. El 5 de junio había citado cerca de Dokkum a un grupo de catecúmenos. Era el día de Pentecostés; estaban comenzando la celebración de la Misa cuando un grupo de Frisones armadas con espadas asaltaron a los misioneros. Bonifacio les dijo a los compañeros: “No teman. Todas las armas de este mundo no pueden matar nuestra alma”. Cuando la espada de un infiel cayó sobre su cabeza, él trató de cubrirse con el misal, pero el enemigo derribó el libro y le cortó la cabeza al mártir.
LOS SANTOS DE HOY DOMINGO 5 DE JUNIO DEL 2016
Sancho de Córdoba, Beato
Mártir, 5 de Junio
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Margarita María Szewczyk, Beata
Fundadora, 5 de junio
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Doroteo de Tiro, Santo
Obispo y Mártir, Junio 5
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Bonifacio, Santo
Obispo y Mártir, 5 de junio
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VIDA Y OBRAS DE SAN ESTANISLAO DE JESÚS Y MARÍA (JUAN PAPCZYNSKI), 17 DE SEPTIEMBRE
Estanislao de Jesús y María (Juan Papczynski), Santo
Presbítero y Fundador, 17 de septiembre
Por: Varios | Fuente: Vatican.va // ACI Prensa
Sacerdote y Fundador
- Su hagiografía (biografía)
- ¿Cuál fue el milagro para su beatificación?
- ¿Cuál fue el milagro para su canonización?
Martirologio Romano: En Gora Kalwaria, Polonia, San Estanislao de Jesús y María Papczynski, presbítero y fundador de los Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María († 1701)
Etimológicamente: Estanislao = Aquel que es gloria y honor de su pueblo, es de origen polaco y eslavo.
Fecha de beatificación: 16 de septiembre de 2007, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI
Fecha de canonización: 5 de junio de 2016, durante el pontificado de S.S. Francisco.
Fecha de canonización: 5 de junio de 2016, durante el pontificado de S.S. Francisco.
Biografía
Estanislao de Jesús y María (nombre de pila Juan) Papczynski, sacerdote y fundador de los Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, primera congregación masculina polaca, fue beatificado el domingo 16 de septiembre en Polonia, en el santuario mariano de Lichen, por el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, s.d.b.
El crecimiento en las virtudes y en la educación
"Son dos los adornos que dan mucho brillo a las santas instituciones religiosas: la virtud y la educación", así escribía el padre Papczynski en el ocaso de su vida (1690), en una de sus cartas, mencionando asimismo los atributos que caracterizaron también su propia vida. Nació en Podegrodzie, en el seno de una familia numerosa, cerca de Stary Sacz, el 18 de mayo de 1631.
Corrían los tiempos en que Polonia, uno de los mayores Estados de Europa, con un territorio de casi un millón de kilómetros cuadrados, gozaba con orgullo de su poderío y esplendor. En aquellos días no se prestaba gran atención a los acontecimientos que hoy consideramos signos que auguraban las tragedias nacionales, cuyas tristes consecuencias, en corto tiempo, también el padre Papczynski tendría que sufrir.
Su padre, Tomás, que era un sencillo y apreciado herrero, durante algunos años fue alcalde y encargado de la iglesia en Podegrodzie. Su madre era una mujer piadosa y diligente. Eran relativamente pudientes por la posición social que tenían, y no ahorraron esfuerzos ni medios para la sólida educación y formación de su hijo, quien, no sin considerables dificultades, estudió en colegios de escolapios y jesuitas. Tuvo que interrumpir en varias ocasiones sus estudios, al principio a causa de dificultades en el aprendizaje, y más tarde como resultado de las guerras y epidemias que se difundían por el país. Así, en 1648, como consecuencia de la epidemia que se extendía en Lvov, enfermó gravemente; con la ayuda de personas desconocidas, se salvó de forma verdaderamente milagrosa.
En 1650 interrumpió sus estudios en Podoliniec (hoy Eslovaquia) porque la epidemia que se aproximaba del lado de Hungría obligó a las autoridades a cerrar el colegio escolapio. Más tarde, en 1651, tuvo que escapar de Lvov, junto con otros estudiantes del colegio jesuita, porque después de la derrota de los ejércitos reales se aproximaba a la ciudad el ejército cosaco.
De igual manera, tuvo que interrumpir sus estudios teológicos cuando, en mayo de 1656, a causa de la guerra con Suecia, estalló un combate por la ocupación de la ciudad. Durante estos intervalos en sus estudios realizaba trabajos físicos en el campo. Más adelante, en Secreta conscientiae, confesaría: "Le doy gracias a Dios porque, por voluntad suya, fui entonces obligado por mis padres a apacentar rebaños, porque (me atrevo a declararlo con conciencia tranquila), al pasar el tiempo en los pastizales, en medio de los rebaños, conservé una conciencia pura y santa. ¡Señor mío! Lo que te suplico humildemente es que este género de providencia de tu majestad —el cual espero para el futuro y en el cual creo— me conduzca hasta el final de mi vida, para que tú seas glorificado en todos mis actos, pensamientos y palabras".
Las dificultades en la consecución de su propia educación y su solicitud personal por ser fiel a Dios, le exigieron magnanimidad y firmeza de espíritu. Su valoración del estudio y la educación fue el fruto de aquellas virtudes; el padre Estanislao llegó a ser un buen maestro y educador de la juventud.
Primera vocación
Después de terminar la retórica y el curso de dos años de filosofía en el colegio jesuita en Rawa Mazowiecka, a la edad de 23 años, ingresó en la Orden de las Escuelas Pías (escolapios), oponiéndose a los insistentes esfuerzos de su madre y de su familia por casarlo. Los escolapios habían iniciado su actividad en Polonia en 1642 y gozaban ya de un considerable reconocimiento. Juan los conocía, con anterioridad a su ingreso, porque en los años 1649-1650 había estudiado en sus colegios de Podoliniec. La decisión había sido discernida con detenimiento y brotaba de la fe. No se excluye que esta decisión haya sido fortalecida, además, por la necesidad de oponerse a sus parientes, que veían su futuro de modo diferente.
Después de muchos años confesaba: "Es muy difícil expresar lo mucho que aprecié mi vocación, la cual era promovida sólo por Dios mismo". Esperó algunos años para poder ingresar, ya que en 1646 los escolapios fueron reconocidos como congregación, pero sin derecho a la profesión de votos, y este estado se prolongó hasta el año 1656. Como Orden de carácter mariano, le parecía muy adecuada para él por su amor a María, en el que se había formado desde la infancia. Además, su dedicación a la formación de la juventud descuidada y pobre de origen campesino, y la idea de "suprema pobreza" contenida en aquella espiritualidad, hicieron que Juan se identificara con esta comunidad y se adhiriese a ella de corazón. Llamaba a su Orden: "La más santa congregación", "más valiosa que la vida", "la más amada".
En el noviciado recibió el nombre religioso de Estanislao de Jesús y María. En el primer año del noviciado hizo tales progresos en la vida religiosa, que al inicio del segundo año fue enviado a realizar estudios teológicos en Varsovia. Allí, el 22 de julio de 1656, profesó los tres votos simples de castidad, pobreza y obediencia e hizo el juramento de permanecer en la Orden hasta el final de su vida. Al recibir las órdenes menores y el subdiaconado algunos días después, tuvo que abandonar el claustro junto con otros escolapios, porque cerca de los muros de Varsovia se desencadenó una batalla contra los ejércitos suecos. Los religiosos huyeron a Rzeszów y después se refugiaron en Podoliniec, donde, a comienzos de 1658, le fue encomendada al hermano Estanislao la enseñanza de retórica en el colegio local. El 12 de marzo de 1661 recibió la ordenación sacerdotal de manos del obispo de Przemysl, Estanislao Sarnowski. Después de tres años de trabajo como profesor de retórica en Rzeszów, fue trasladado a Varsovia.
En búsqueda de la perfección evangélica
Con todo el celo y la pasión propios de su carácter, el padre Estanislao se involucra en el trabajo pastoral. Había comenzado a enseñar retórica ya desde antes de su ordenación. Con el tiempo, para las necesidades de sus estudiantes, elaboró y entregó a la imprenta el Prodromus reginae artium, un manual de retórica que después sería varias veces renovado. Consideraba la enseñanza, que lo ponía en contacto con la juventud, como el medio perfecto para formar una nueva generación de ciudadanos de Polonia.
Procuraba transmitir no sólo la manera de "pronunciar bellas palabras", sino también consejos "para una buena y noble vida", para que los alumnos "con el paso de los años, mediante la adquisición de sabiduría y todo género de virtudes, se convirtieran en la verdadera gloria de su familia, en la verdadera gloria de Polonia". Tenía consciencia de la trágica situación de su país: guerras incesantes y agotadoras que abarcaban todo el territorio, el ahondamiento de la miseria social, el vaciamiento del tesoro real, el descuido en el área de la fe y la moral, los irreprimibles privilegios de la nobleza, las luchas de partidos, la parálisis del parlamento. Por lo tanto, incluyó en su enseñanza elementos de crítica a la desigualdad y a las degeneraciones sociales, y publicó sus opiniones en dos manuales impresos.
El padre Papczynski, ya desde 1663, se había hecho famoso en Varsovia no sólo como profesor de retórica, sino también como maestro de vida espiritual, predicador y confesor. Imprimió algunos de sus sermones, entre otros, Orator crucifixus (1670), que contiene consideraciones sobre las últimas siete palabras de Cristo. Fue también un incansable propagador del culto a la Inmaculada Concepción de María, dirigiendo, entre otras obras, la cofradía establecida en su honor en la iglesia de los escolapios en Varsovia.
En la Orden, se le encomendó la tarea de prefecto del colegio, el encargo de recolectar las cartas de solicitud en el proceso de beatificación del padre José de Calasanz, y fue también elegido como delegado para el capítulo provincial. Sin embargo, al mismo tiempo, las controversias aumentaban. El padre Estanislao, inspirado por el espíritu del fundador, defendió celosamente la observancia primitiva de la Orden de las Escuelas Pías y el derecho de elección de los superiores provinciales en las provincias.
Sin embargo, comenzaron a aparecer contra él, por parte de otros hermanos, acusaciones de instigación y rebeldía. A este período de su vida lo denominó "martirio de larga duración". Buscó fuerza y apoyo en la cruz de Cristo. De estas experiencias nació el libro Christus patiens, que contiene consideraciones acerca de la pasión del Señor basadas en fragmentos del Evangelio.
Finalmente, movido por un verdadero amor, y deseando el restablecimiento de la paz en la provincia dividida a causa de las controversias, solicitó en 1669 el permiso de abandonar la Orden de las Escuelas Pías y lo obtuvo mediante un breve apostólico del día 11 de diciembre de 1670.
Fundador de los Clérigos Marianos
Mientras aguardaba que llegara la autorización para su partida, en la residencia escolapia de Kazimierz, cerca de Cracovia, el padre Estanislao, de manera inesperada, y ante todos los allí congregados, leyó su Oblatio, un acto —previamente preparado— de consagración total a Dios uno y trino y a la Madre de Dios María Inmaculada, y anunció su propósito de fundar la "Asociación de sacerdotes marianos de la Inmaculada Concepción".
Al mismo tiempo, confesó su fe en la Inmaculada Concepción y profesó el llamado "voto de sangre", es decir, la disposición de defender esta verdad incluso hasta dar la vida por ella. En los planes de la Providencia divina, la Orden de los Escolapios fue para el padre Estanislao una escuela de vida religiosa, un lugar de preparación para entrar en una nueva vocación. Más tarde confesó que aquel acto de consagración lo hizo por inspiración divina, y que la "visión" de la nueva congregación fue formada en su mente por el Espíritu Santo. Inmediatamente después de abandonar la Orden de los Escolapios, comenzó a buscar formas de realización de esos propósitos y, por esa razón, no aceptó las invitaciones de otras congregaciones que le ofrecieron el ingreso en sus comunidades. También rechazó varios beneficios que le fueron ofrecidos por algunos obispos.
Con el apoyo del obispo de Poznan, Esteban Wierzbowski, se instaló en un terreno de su diócesis, y en 1671 vistió allí un hábito blanco para honrar a la Inmaculada Concepción. Entre tanto, preparó para la futura congregación una nueva regla y la llamó Norma vitae. Para dar inicio a su instituto se encaminó a una pequeña comunidad de ermitaños en Puszcza Korabiewska (hoy Puszcza Marianska) y les expuso su visión de la vida religiosa. Los "Ermitaños Marianos" obtuvieron la aprobación eclesial el 24 de octubre de 1673 mediante el decreto del obispo Estanislao Swiecicki. En 1677, el obispo Esteban Wierzbowski donó a los marianos la iglesia de la Última Cena en Nowa Jerozolima (hoy Gora Kalwaria), junto a la cual surgió la nueva casa religiosa. El 21 de abril de 1679, ese mismo obispo erigió canónicamente la congregación de los Marianos en el territorio de su diócesis. El padre Estanislao no cesó en sus esfuerzos por conferirle una forma de vida que no fuera ermitaña —con la que había surgido la primera casa religiosa—, sino apostólica, según el modelo escolapio que conocía y apreciaba en gran manera.
El carisma y desarrollo de la Congregación
Antes que Estanislao Papczynski fundara la Orden de los Marianos, cuyo primer objetivo era la difusión del culto a la Inmaculada Concepción de la santísima Virgen María, la espiritualidad mariana había impregnado ya completamente medio siglo XVII. Esta espiritualidad estaba vinculada a variadas y bastante originales formas de piedad, entre las cuales la más significativa era la esclavitud mariana. Elaborada teológicamente y siendo bastante popular entre la sociedad, con seguridad tuvo influencia en los votos del rey Jan Kazimierz y la consagración de Polonia como esclava de María.
Aunque la espiritualidad de la congregación de los Marianos refleja, de algún modo, la espiritualidad y la mentalidad de la Iglesia en Polonia, al mismo tiempo se puede advertir que su fundador no quería ser un simple continuador de esa devoción mariana. Concentró su atención, sobre todo, en el misterio de la Inmaculada Concepción, hallando en él, de alguna manera, el corazón del cristianismo: el don gratuito del infinito amor de Dios por los hombres, obtenido por Cristo, es acogido por María como la primera entre los creyentes, en total amor y docilidad a Dios, durante toda su vida.
También, por esa razón puso en este misterio una gran esperanza de alcanzar los bienes celestiales, orando con frecuencia: "Que la Inmaculada Concepción de la Virgen María sea nuestra salvación y protección". Vio en la imitación evangélica de la vida de María la forma fundamental del culto a la Inmaculada Concepción.
Su sensibilidad a la actuación del Espíritu Santo y a los signos de los tiempos, en especial a las vicisitudes de los más pobres, hicieron que en 1676 añadiera al objetivo original de la Congregación la oración por los difuntos, sobre todo por los soldados caídos y por las víctimas de las epidemias. Los primeros biógrafos del padre Estanislao citan que él mismo frecuentaba los campos de batalla, curaba las heridas de los soldados, enterraba a los muertos y oraba por ellos. Son aquí significativas las reminiscencias de su servicio durante la batalla contra los turcos en territorio ucraniano, en los años 1675-1676.
El padre Estanislao tuvo muchas experiencias místicas vinculadas con el purgatorio, durante las cuales hubo de experimentar los sufrimientos de los difuntos sometidos a la purificación. Además de orar más por ellos en forma personal y de asumir diferentes actos de penitencia por esa intención, exhortó a sus hermanos a hacer lo mismo.
El fundador de los Marianos también deseaba ayudar a los párrocos en su trabajo pastoral y se dedicó con celo a esta actividad apostólica. La crisis de Polonia, sentida por todos en aquel tiempo, afectó también a la Iglesia y se manifestó no sólo en la falta de formación religiosa —en especial entre las capas sociales más bajas— sino también, en la carencia de sacerdotes. En su celo por la santificación del pueblo, el padre Estanislao escribió y editó en 1675, en Cracovia, el libro titulado Templum Dei mysticum. En él expone a los fieles laicos la manera de aspirar a la santidad, apoyándose en las palabras de san Pablo referentes a que el cristiano es "templo de Dios" (1 Co 3, 16). El padre Estanislao también se dedicó con celo a las obras de misericordia, tanto espirituales como materiales.
Con el objeto de obtener la aprobación pontificia, en 1690 se dirigió a Roma, pero desafortunadamente se encontró con la muerte del Papa Alejandro VII. Mientras esperaba la elección del nuevo Papa, cayó enfermo y tuvo que regresar a su país. Solamente alcanzó a obtener el consentimiento de los franciscanos observantes para poner bajo su cuidado la congregación de los Marianos. Esta anexión a los franciscanos había sido solicitada por él en 1691 a fin de asegurar un desarrollo estable para la nueva comunidad. Después de regresar a Polonia, convencido de la proximidad de su muerte, escribió su testamento. No obstante, recobró la salud y continuó dirigiendo el desarrollo de la comunidad.
En la primavera de 1698, como no se sentía con suficientes fuerzas para hacerlo él mismo, envió a Roma al procurador general Kozlowski con la tarea de obtener la aprobación pontificia, y en el otoño de ese mismo año emprendió la fundación en Gozlin, Mazovia. Kozlowski obtuvo la aprobación pontificia para los Marianos en el año de 1699, después de recibir la Regula decem beneplacitorum. El 24 de noviembre de 1699, Inocencio XII aprobó canónicamente a los Marianos, la última Orden de clero regular en la historia de la Iglesia. El Papa encomendó al nuncio de Varsovia que recibiera la profesión de votos solemnes de los religiosos Marianos.
Estanislao Papczynski fue superior general hasta el final de su vida. Murió el 17 de septiembre de 1701 en la casa religiosa de Gora Kalwaria, pronunciando las palabras: "En tus manos Señor, encomiendo mi espíritu", bendiciendo antes a quienes lo acompañaban, animándolos a conservar la Regla y las Constituciones, y expresando su ardiente deseo de unirse a Cristo.
La Orden fundada por él fue desarrollándose, aunque no sin considerables dificultades. Al poco tiempo de la muerte de su fundador, atravesó una crisis que por poco no acabó con su existencia. Después de superar las dificultades, la comunidad salió fortalecida y comenzó el dinámico desarrollo de los Marianos en Polonia, en Portugal y en Roma. El siglo XIX trajo un tiempo de encarnizadas persecuciones por parte de las autoridades seculares y la clausura de las casas religiosas en todos los países en los que se encontraba la Orden de los Marianos.
A comienzos del siglo XX, quedaba un solo sacerdote Mariano, en Mariámpole, Lituania. No obstante, Dios salvó su obra sirviéndose del beato Jorge Matulaitis Matulewicz quien, con el consentimiento de la Santa Sede y en cooperación con el superior general, ingresó en secreto en la Orden y, a escondidas de las autoridades seculares, llevó a cabo una reforma. El rápido desarrollo que siguió a la reforma hizo que los Marianos emprendieran sucesivas obras en nuevos países. Al presente, la Congregación cuenta con más de 500 miembros en 18 países, en todos los continentes.
Historia del proceso de beatificación
Estanislao Papczynski murió en olor de santidad. Esta fama de santidad era conocida ya durante su vida terrena. Sin embargo, como resultado de las dificultades que atravesó la Orden de los Marianos después de su muerte, no se emprendieron entonces las gestiones para su beatificación. La actividad intensa en esa dirección fue iniciada por el siervo de Dios Kazimierz Wyszynski, sacerdote Mariano, a mediados del siglo XVIII. El proceso informativo, iniciado en la diócesis de Poznan, duró desde 1767 a 1769.
A principios del siglo XX, inmediatamente después del renacimiento de la Congregación, durante el capítulo general presidido por el beato Jorge Matulaitis Matulewicz en 1923, se tomó la decisión de reanudar las gestiones del proceso de beatificación. Sin embargo, el proceso sólo se inició formalmente en 1953. La Congregación para las causas de los santos emitió en 1992 el decreto sobre la heroicidad de las virtudes del padre Estanislao, y el 16 de diciembre del 2006, emitió el decreto que reconocía el milagro realizado por su intercesión.
¿Cuál fue ese milagro?
Ocurrió a finales de marzo en 2001, una mujer estaba embarazada y la estaba pasando muy mal, estaba en el hospital, tenía apenas dos meses de embarazo. Todo el mundo tenía motivo de preocupación. El año anterior había perdido un hijo por un aborto involuntario.
Tras los exámenes, su médico descubrió que el saco fetal se había reducido debido a la falta de flujo de sangre a través del cordón umbilical. Además, la mujer tenía un desgarro en su saco amniótico por el que se había drenado prácticamente todo el líquido amniótico. Pruebas realizadas al bebé dentro del útero confirmaron que el corazón del bebé había dejado de latir. El médico declaró que el bebé muerto. Al día siguiente, una segunda prueba confirma que el feto no tenía latido del corazón.
Pero la familia de ella, en especial su primo Zbigniew Chojnowski, no dejaron de rezar pidiendo la intercesión del Siervo de Dios Estanislao.
Pasaron dos días, la madre desconsolada aún no había abortado, por lo que su médico preparó todo para llevar a cabo la cirugía para quitar el bebé muerto del vientre de su madre.
Sin embargo, justo antes de la cirugía, mediante una ecografía el médico descubrió un latido del corazón. Otras pruebas confirmaron que el bebé estaba vivo y que la sangre fluía a través del cordón umbilical. La presencia de líquido amniótico también indicó que el desgarro se había reparado.
"Este fue el octavo día de mi novena", relató Zbigniew. Sebastián nació en octubre de 2001.
fuente de este relato: varios sitios en Internet
El segundo milagro, el de la canonización
Fue la curación de una joven polaca de 20 años y que sucedió poco después de la beatificación del sacerdote en 2007. La mujer sufría de un problema respiratorio que se asemejaba a un resfriado común, sin embargo todos los tratamientos antibióticos fallaron.
Fue la curación de una joven polaca de 20 años y que sucedió poco después de la beatificación del sacerdote en 2007. La mujer sufría de un problema respiratorio que se asemejaba a un resfriado común, sin embargo todos los tratamientos antibióticos fallaron.
Su condición se deterioraba hasta que perdió la conciencia y su cuerpo comenzó a apagarse. El doctor informó a la familia que sus pulmones estaban destruidos y que su muerte era inminente.
Luego de consultar con la familia, los médicos decidieron remover el soporte que la mantenía con vida. Esto fue el miércoles de Semana Santa. La madre, llena de dolor, fue a la iglesia a rezar. Ahí se le acercó una catequista que la vio llorando, y le entregó un folleto que contenía instrucciones para rezar una novena para pedir la intercesión del Beato Estanislao.
La mujer animó a la madre a recitar la novena y confiar en la gracia de Dios a través del beato polaco. La mamá, junto a su esposo y otros familiares comenzaron a rezar.
Por su parte, aunque le habían quitado el soporte vital, la joven no había muerto. Por el contrario recuperó la conciencia y durante los días que se rezó la novena se recuperó totalmente.
Esto hizo que los médicos –el último día de la novena–, hicieran una nueva prueba de rayos x a los pulmones. Desconcertados, vieron que los pulmones de la joven estaban curados, como si fueran los pulmones de un bebé.
La joven fue dada de alta del hospital durante la semana de Pascua con una curación médicamente inexplicable. Su boda, previamente programada, tuvo lugar poco después. Se casó con el joven que, aunque débil en la fe, se mantuvo a su lado todo el tiempo de la hospitalización. Ahora tienen dos niños y está en perfecto estado de salud.
Un equipo médico de la Santa Sede revisó el caso y el 17 de septiembre de 2015 (en el 314° aniversario de la muerte del beato), afirmó por unanimidad que la curación de la mujer no tiene una explicación científica o natural.
El 10 de noviembre el equipo de teólogos declaró que la curación ocurrió por intercesión del Beato Estanislao; y el 13 de enero de 2016 la Congregación para la Causa de los Santos aprobó el milagro. Ocho días después el Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto.
El relato sobre este milagro fue publicado originalmente en ACI Prensa
Mensaje para el siglo XXI
Podría parecer que las circunstancias de la vida de Estanislao Papczynski, quien vivió hace más de 300 años, no tienen mucho que decirle al hombre contemporáneo. Sin embargo, la divina Providencia, en la que él confió toda su vida sin límites y con perseverancia, quiere que los ojos del hombre de hoy se vuelvan hacia la persona de un religioso que persiguió un fin: que el hombre, redimido por la sangre de Cristo, acoja plenamente la verdad del Evangelio y la gracia de Dios, y que responda a ella con la totalidad de su vida. Con estos objetivos fundó la Congregación; esta es la verdad que procuró llevar a los hombres. Encontró la inspiración para sus convicciones en el misterio de la Inmaculada Concepción, en el que descubrió la inmensidad del amor de Dios por cada hombre, desde el inicio de su existencia y sin mérito alguno de su parte.
Podría parecer que las circunstancias de la vida de Estanislao Papczynski, quien vivió hace más de 300 años, no tienen mucho que decirle al hombre contemporáneo. Sin embargo, la divina Providencia, en la que él confió toda su vida sin límites y con perseverancia, quiere que los ojos del hombre de hoy se vuelvan hacia la persona de un religioso que persiguió un fin: que el hombre, redimido por la sangre de Cristo, acoja plenamente la verdad del Evangelio y la gracia de Dios, y que responda a ella con la totalidad de su vida. Con estos objetivos fundó la Congregación; esta es la verdad que procuró llevar a los hombres. Encontró la inspiración para sus convicciones en el misterio de la Inmaculada Concepción, en el que descubrió la inmensidad del amor de Dios por cada hombre, desde el inicio de su existencia y sin mérito alguno de su parte.
La hagiografía fue publicada originalmente en Vatican.va y es reproducida con su autorización
NUEVA SANTA DE LA IGLESIA, MARÍA ISABEL HESSELBLAD, RELIGIOSA BRIGIDINA, 24 DE ABRIL
María Isabel Hesselblad, Santa
Religiosa Brigidina, 24 de abril
Por: n/a | Fuente: Vatican.va
Abadesa
Martirologio Romano: En Roma, Santa María Isabel Hesselblad, virgen, la cual, oriunda de Suecia, después de varios años de trabajar en un hospital restauró la Orden de Santa Brígida, notable por su solicitud hacia la contemplación, la caridad para con los necesitados y la unidad de los cristianos (†1957)
Etimológicamente: María = Aquella señora bella que nos guía, es de origen hebreo.
Etimológicamente: Isabel = Aquella a quien Dios da la salud, es de origen hebreo.
Etimológicamente: Isabel = Aquella a quien Dios da la salud, es de origen hebreo.
Fecha de beatificación: 9 de abril de 2000 por S.S. Juan Pablo II
Fecha de canonización: 5 de junio de 2016 por S.S. Francisco
Fecha de canonización: 5 de junio de 2016 por S.S. Francisco
Breve Biografía
La Santa nació en un pequeño pueblito de Fâglavik, en la provincia de Âlvsborg, Suecia, el 4 de junio de 1870. Fueron sus padres el Sr. Augusto Roberto Hesselblad y la Sra. Cajsa Pettesdotter Dag, fue la quinta de trece hijos. Recibió el bautismo en la Iglesia Luterana de su Parroquia de Hundene, Suecia y transcurrió su infancia por diversos lugares, siguiendo a su familia que por motivos económicos buscaban lugares de trabajo.
En el año de 1886, para ganarse el pan y contribuir al sostenimiento de su familia, se fue a trabajar en Kârlosborg y después en Estados Unidos de América donde frecuentó la escuela de enfermería en el Hospital Roosvelt en Nueva York.
Ahí se dedicó a asistir a los enfermos a domicilio, este trabajo fue muy duro para ella porque no se sentía bien de salud, sin embargo el contacto con los enfermos católicos y la sed que tenía por buscar la verdad contribuyeron a tener viva en su alma la búsqueda del redil de Cristo.
La oración, el estudio y la devoción filial por la Madre del Redentor la condujeron decididamente hacia la Iglesia Católica y el 15 de agosto de 1902, en el Convento de la Visitación en Washington, recibió el sacramento del bautismo "bajo condición" de las manos del P. Juan Hagen, S.I., que fue también su director espiritual.
En Roma recibió el sacramento de la Confirmación y vio claramente que debía dedicarse a la unidad de los cristianos. Visitó también el templo y la casa de Santa Brígida de Suecia (+ 1373), recibiendo una grande y profunda impresión a tal grado que mientras se encontraba en oración en ese lugar, escuchó una voz que le decía: "Es aquí donde deseo que te pongas a mi servicio".
Regresó a Estados Unidos sin embargo aunque no se encontraba bien de salud dejó todo y el 25 de marzo de 1904 se estableció en Roma en la casa de Santa Brígida, donde fue recibida cariñosamente por las monjas que vivían ahí.
En el silencio y en la oración conoció profundamente el amor de Cristo, cultivó y difundió la devoción de Santa Brígida y de Santa Catarina de Suecia, tuvo siempre una creciente preocupación espiritual por su país por la Iglesia.
En 1906 San Pío X le concedió llevar el hábito de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida y de profesar sus votos religiosos como hija espiritual de la santa de Suecia. Su sueño de dar vida en Roma a una comunidad Brigidina no se realizó, sin embargo, floreció una nueva rama del antiguo troneo Brigidino, y así, el 9 de septiembre de 1911 la Santa comenzando con 3 jóvenes postulantes inglesas, refundó la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida con la misión de orar y trabajar especialmente por la unión de los cristianos de Escandinavia con la Iglesia Católica.
En 1931 tuvo la grande alegría de obtener perpetuamente por parte de la Santa Sede, la iglesia y la casa de Santa Brígida en Roma que llegaron a ser el centro de la Orden.
Durante y después de la segunda Guerra Mundial la Santa realizó una intensa Obra de caridad a favor de los pobres y de los perseguidos por leyes de racismo; promovió un movimiento por la paz con católicos y no católicos, trabajando fuertemente en el ecumenismo.
Desde el inicio de su Fundación atendió su preocupación la formación de sus hijas espirituales para las que fue madre y maestra. Les recomendaba la unión con Dios, la ardiente flama de asemejarse al Divino Salvador, el amor a la Iglesia y al Romano Pontífice y de hacer oración para que existiera un solo redil y un solo Pastor añadiendo: "Este es el fin primario de nuestra vocación".
La Santa fue fiel toda su vida al Señor, esto lo comprobamos en sus escritos de 1904 donde dice "Amado Señor, no te pido que me enseñes el sendero, te seguiré fuertemente de tu mano en la obscuridad, en los momentos de angustia y de miedo, cerraré los ojos para hacerte ver cuanta fe tengo en ti Esposo de mi alma".
La esperanza en Dios y en su providencia la sostuvo en cada momento de su vida, sobre todo en las horas de la prueba, de la preocupación y de la cruz. Puso siempre en primer lugar las cosas del cielo a las de la tierra, la voluntad de Dios a su voluntad y el bien del prójimo a la propia utilidad. Contemplando el amor infinito del Hijo de Dios que se inmoló por nuestra salvación, alimentó en su corazón la flama de la caridad que manifestó con la bondad de sus obras.
A sus hijas les decía continuamente: "Debemos nutrir un gran amor hacia Dios y hacia el prójimo, un amor fuerte, ardiente, que queme todas las imperfecciones, soporte fuertemente un acto de impaciencia, una palabra hiriente y con esto se presta a llegar con premura a un acto de caridad".
La Santa se asemejaba a un jardín en el cual el sol de la caridad hace florecer obras de misericordia espirituales y corporales. Siempre tuvo atenciones hacia sus hijas religiosas, se preocupó por lo pobres, por los enfermos, por los judíos perseguidos, por los sacerdotes, por los niños a los que les enseñaba la doctrina cristiana, por su familia de origen y por toda la gente de Suecia y de Roma.
Fue una mujer humilde y servicial con todos los que le pedían ayuda, siempre tuvo la alegría de condividir con los demás los dones que recibía del Señor. Fue prudente en las iniciativas por el Reino de Dios en el hablar, en el aconsejar y en el corregir.
Tuvo grande respeto por la libertad religiosa de los no cristianos y de los no católicos que recibió en su casa. Practicó la justicia hacia Dios y hacia el prójimo, la templanza, el dominio de sí, el alejarse de los honores de las cosas del mundo, la humildad, la castidad, la obediencia, la fortaleza en las tribulaciones, la perseverancia en la oración y en el servicio a Dios, la fidelidad en su consagración religiosa.
Caminó con Dios abrazando la cruz de Cristo que la acompañó desde su juventud. "Para mí, afirmaba la Santa, el camino de la cruz fue el más hermoso que he visto porque en él conocí a mi Señor y Salvador", junto a los sufrimientos morales padeció también interrumpidamente sufrimientos físicos. La cruz llegó a ser en manera particular dolorosa y pesada en los últimos años de su vida. Debido a su constancia en la oración vivió serenamente la voluntad de Dios y así se preparó al encuentro definitivo con el Esposo Divino que la llamó en las primeras horas del 24 de abril de 1957.
Vivió y murió en fama de santidad, esta fama ha crecido también después de su muerte, y por la misma se comenzó su causa a los altares.
Reproducido con autorización de Vatican.va
El milagro para su canonización
En el 2006, Carlos Miguel Valdés Rodríguez, un pequeño niño de apenas dos años, se encontraba en el hospital de la ciudad de Santa Clara, provincia de Villa Clara, Cuba, estaba en estado vegetativo incurable, pero luego fue sanado por la intercesión de la Beata Hesselblad, este milagro es el que -una vez aprobado- permitió su canonización. Varios médicos villaclareños trataron al pequeño niño, entre ellos un ex-alumno marista. Además, varios religiosos y laicos de Santa Clara presenciaron el caso.
Su estado se debió a una riesgosa operación a la que fue sometido, luego de que se le diagnosticara meduloblastoma cerebeloso y cuadriplejia por compresión medular. Después de la extirpación de un tumor cerebral, el niño quedó en total estado vegetativo. Fue trasladado al hospital de La Habana durante varios meses recibió distintos tratamientos médicos. Nada obtenía un efecto positivo.
La madre decidió sacar al niño del hospital habanero, -según relata Mons. Arturo González, obispo de Santa Clara-, y antes de llevarlo a casa fueron al convento de las Brigidinas, donde la superiora y las religiosas se unieron en oración por la salud de Carlitos, presentándole al enfermo una reliquia de primer grado de la Beata que conservan en dicho convento: una falange de uno de sus dedos.
Una semana después el niño fue al hospital de Santa Clara y entró caminando. Poco después corría. Nunca más ha tenido problemas de salud. En el 2016, ya con 12 años de edad, Carlos Miguel es un magnifico estudiante completamente normal, que disfruta de los deportes y su sana juventud.
Fueente: varios sitios en Internet
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