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lunes, 28 de septiembre de 2020
HOY SE INICIA LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, DEL 28 DE SEPTIEMBRE AL 6 DE OCTUBRE
SANTORAL DE HOY LUNES 28 DE SEPTIEMBRE DE 2020
Venceslao (Wenceslao) de Bohemia, Santo Patrono de la República Checa, 28 de septiembre |
Lioba o Leoba, Santa Abadesa, 28 de septiembre |
Nicetas Budka, Beato Obispo y Mártir, 28 de septiembre |
Simón de Rojas, Santo Sacerdote, 28 de septiembre |
Exuperio, Santo Obispo, 28 de septiembre |
Bernardino de Feltre, Beato Sacerdote, 28 de septiembre |
Fausto, Santo Obispo, 28 de septiembre |
Lorenzo Ruiz y 15 compañeros, Santos Santos Mártires en Japón, 28 de septiembre |
domingo, 27 de septiembre de 2020
BEATIFICAN A MARÍA LUIGUIA PASCALE DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO - 26 DE SEPTIEMBRE DE 2020
Beatifican a María Luigia Pascale del Santísimo Sacramento
Redacción ACI Prensa
Este sábado 26 de septiembre se llevó a cabo la Beatificación de Suor María Luigia Pascale del Santísimo Sacramento quien fundó las Hermanas Franciscanas Adoratrices de la Santa Cruz.
La ceremonia se realizó en Nápoles (Italia) y fue presidida por el arzobispo diocesano, Cardenal Crescenzio Sepe, quien representó al Papa.
En su homilía, el Cardenal Sepe destacó que la Beata María Luigia del Santísimo Sacramento “transmitió una fuerza incomparable” por lo que imploró su intercesión para que “los obispos, sacerdotes, las personas consagradas y los fieles laicos de este territorio no se cansen de anunciar con alegría y valentía el Evangelio de Cristo, muerto y resucitado”.
El arzobispo de Nápoles explicó que la Beata María Luigia fue conocida como María Velotti y destacó que “fue un modelo de virtud y de santidad de vida” porque muestra “el valor de la contemplación de Cristo en el don de la Cruz”.
“Su existencia se conformó constantemente a la pasión de Cristo. Casi podríamos decir que su vida se ha convertido en Adoración e imitación de la Cruz. Pasó por pruebas y tormentos, mientras vivió una esperanza fuerte y arraigada en Dios, y por lo tanto aprendió a ser constantemente buena y generosa con todos”, afirmó el Cardenal Sepe.
Además, el Purpurado señaló que la nueva Beata enseñó también a “entregarse a los demás a través de la caridad. Esta mujer, que murió hace unos ciento treinta años, dejó una huella tangible de su caridad” y añadió que durante su vida “poco a poco se fue abriendo al amor por los demás, poniéndose al servicio de los pobres, los desamparados, los sufrientes de espíritu, valorando a los marginados de la sociedad, con especial cuidado por las mujeres”.
En esta línea, el Cardenal Sepe subrayó la actividad catequística de la nueva Beata, que “es una de las características más relevantes de la misión de María Luigia: educar en la fe mediante la obra y la palabra; una palabra, que, si bien es sencilla por la escasez de sus recursos culturales, supo llegar al corazón, comunicando lo esencial”.
Por ello, el arzobispo de Nápoles concluyó que “la Beata María Luigia del Santísimo Sacramento es un mensaje de Dios para todos nosotros y para sus hermanas, especialmente en este tiempo difícil marcado por la precariedad a causa de la pandemia” ya que ella “humilde y silenciosa, se sumergió sin demora en las incertidumbres y miserias de su tiempo, con un marcado sentido de concreción, pero totalmente abandonada a Dios”.
Datos biográficos
María Velotti nació en Soccavo (Italia) el 16 de noviembre de 1826. Quedó huérfana de ambos padres a los cuatro años y fue hospedado en la casa de una tía en donde recibió educación cristiana y una instrucción elemental.
Por la envidia de algunos familiares empezó a ser maltratada, hasta que un matrimonio sin hijos, sus vecinos, la acogieron como a una hija.
En 1853, tras un intenso camino espiritual, ingresó en la Tercera Orden Franciscana, recibiendo el hábito y el nombre de María Luigia Pascale del Santísimo Sacramento. Al año siguiente hizo su profesión religiosa y fue a una casa religiosa en el distrito de Capodimonte de Nápoles. A partir de ese momento vivió experiencias místicas particulares.
En 1864 se trasladó a las Hermanas Teresianas de Nápoles, donde permaneció durante cuatro años. Allí conoció a una rica viuda, Eletta Albini, con quien compartió un ideal de vida religiosa apostólica.
En 1868, junto a otras jóvenes, dio inicio al Instituto de las Adoratrices de la Santa Cruz. Después de varias peregrinaciones, en 1884 la Comunidad encontró una casa en Casoria, donde se estableció y abrió también una escuela para jóvenes.
Tras las enfermedades que la acompañaron durante años, la Sierva de Dios murió en Casoria (Italia) el 3 de septiembre de 1886.
PAPA FRANCISCO ALERTA SOBRE LA RELIGIOSIDAD DE FACHADA
Redacción ACI Prensa
El Papa Francisco advirtió el peligro de “la religiosidad de fachada” y recordó que la conversión, el cambiar el corazón, es un proceso, siempre una Gracia del Señor recibida.
Así lo indicó el Santo Padre este Domingo 27 de septiembre antes del tradicional rezo del Ángelus ante fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
En esta ocasión, las personas presentes en la Plaza de San Pedro llevaban paraguas debido a la lluvia en Roma. Por ello, el Papa improvisó en su saludo y dijo: “en mi tierra se dice al mal tiempo buena cara, con esta cara les digo buenos días”.
Al reflexionar en el Evangelio dominical de San Mateo (21,28-32) en el cual Jesús relata una parábola de un padre que invita a sus dos hijos a trabajar en la viña, el Santo Padre destacó que “el primer hijo responde impulsivamente «no», pero después se arrepiente y va; sin embargo, el segundo hijo, que enseguida responde «sí», en realidad no lo hace, no va”.
“Con su predicación sobre el Reino de Dios, Jesús se opone a una religiosidad que no involucra la vida humana, que no interpela la conciencia y su responsabilidad frente al bien y al mal”, dijo el Papa quien añadió que “la obediencia no consiste en el decir «sí» o «no», sino en actuar, en cultivar la viña, en realizar el Reino de Dios, en hacer el bien”.
Con este sencillo ejemplo, el Papa explicó que “Jesús quiere superar una religión entendida solo como práctica exterior y rutinaria, que no incide en la vida y en las actitudes de las personas. Una religiosidad superficial, solamente un ritual entre comillas, en el feo sentido de la palabra”.
“Los exponentes de esta religiosidad ‘de fachada’, que Jesús desaprueba, eran en aquel tiempo «os sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, los cuales, según la admonición del Señor, en el Reino de Dios serán superados por los publicanos y las prostitutas”.
En esta línea, el Santo Padre señaló que “esta afirmación no debe inducir a pensar que hacen bien los que no siguen los mandamientos de Dios y la moral, y dicen: ‘al fin y al cabo, ¡los que van a la Iglesia son peor que nosotros!’. No, esta no es la enseñanza de Jesús. Jesús no señala a los publicanos y las prostitutas como modelos de vida, sino como ‘privilegiados de la Gracia’”.
“Quisiera subrayar esta palabra ‘Gracia’ porque la conversión siempre es una Gracia. Una conversión que Dios ofrece a todo aquel que se abre y se convierte a Él. De hecho, estas personas, escuchando su predicación, se arrepintieron y cambiaron de vida. Pensemos en San Mateo, por ejemplo, que era un publicano, un traidor a su patria”, indicó.
En este sentido, el Santo Padre destacó también que “en el Evangelio de hoy, quien queda mejor es el primer hermano, no porque ha dicho «no» a su padre, sino porque después del «no» se ha convertido en un «sí»”.
“Dios es paciente con nosotros: no se cansa, no desiste después de nuestro «no»; nos deja libres también de alejarnos de Él y de equivocarnos. Pero espera ansiosamente nuestro «sí», para acogernos nuevamente entre sus brazos paternos y colmarnos de su misericordia sin límites”, señaló el Papa.
De este modo, el Santo Padre destacó que “la fe en Dios pide renovar cada día la elección del bien respecto al mal, la elección de la verdad respecto a la mentira, la elección del amor del prójimo respecto al egoísmo” y agregó que “quien se convierte a esta elección, después de haber experimentado el pecado, encontrará los primeros lugares en el Reino de los cielos, donde hay más alegría por un solo pecador que se convierte que por noventa y nueve justos”.
Sin embargo, el Papa recordó que “la conversión, cambiar el corazón, es un proceso, un proceso de purificación de las incrustaciones morales; y en ocasiones, es un proceso doloroso, porque no existe el camino de la santidad sin la renuncia” y reiteró que: “No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual. El proceso espiritual conlleva la ascesis y la mortificación, que poco a poco conducen a vivir en la paz y en la alegría de las bienaventuranzas”.
“El Evangelio de hoy cuestiona la forma de vivir la vida cristiana, que no está hecha de sueños y de bonitas aspiraciones, sino de compromisos concretos, para abrirnos cada vez más a la voluntad de Dios y al amor hacia los hermanos. Pero esto, incluso el pequeño compromiso concreto no puede hacerse sin la Gracia, la conversión es siempre una Gracia: ‘Señor dame la gracia para ser un buen cristiano’”.
Por último, el Santo Padre rezó para que “María Santísima nos ayude a ser dóciles en la acción del Espíritu Santo. Él es quien derrite la dureza de los corazones y los dispone al arrepentimiento, para obtener la vida y la salvación prometidas por Jesús”.
A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:
Mateo 21,28-32
28 «Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: "Hijo, vete hoy a trabajar en la viña."
29 Y él respondió: "No quiero", pero después se arrepintió y fue.
30 Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: "Voy, Señor", y no fue.
31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?» - «El primero» - le dicen. Díceles Jesús: «En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios.
32 Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en él.
EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 27 DE SEPTIEMBRE DE 2020
Lecturas de hoy Domingo 26º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Hoy, domingo, 27 de septiembre de 2020
Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (18,25-28):
Así dice el Señor: «Comentáis: "No es justo el proceder del Señor". Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 24,4bc-5.6-7.8-9
R/. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando. R/.
Recuerda, Señor,
que tu ternura y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,1-11):
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,28-32):
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»
Contestaron: «El primero.»
Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»
Palabra del Señor
«¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?»
Hoy, contemplamos al padre y dueño de la viña pidiendo a sus dos hijos: «Hijo, vete hoy a trabajar en la viña» (Mt 21,29). Uno dice “sí”, y no va. El otro dice “no”, y va. Ninguno de los dos mantiene la palabra dada.
Seguramente, el que dice “sí” y se queda en casa no pretende engañar a su padre. Será simplemente pereza, no sólo “pereza de hacer”, sino también de reflexionar. Su lema: “A mí, ¿Qué me importa lo que dije ayer?”.
Al del “no”, sí que le importa lo que dijo ayer. Le remuerde aquel desaire con su padre. Del dolor arranca la valentía de rectificar. Corrige la palabra falsa con el hecho certero. “Errare, humanum est?”. Sí, pero más humano aún —y más concorde con la verdad interior grabada en nosotros— es rectificar. Aunque cuesta, porque significa humillarse, aplastar la soberbia y la vanidad. Alguna vez habremos vivido momentos así: corregir una decisión precipitada, un juicio temerario, una valoración injusta... Luego, un suspiro de alivio: —Gracias, Señor!
«En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios» (Mt 21,31). San Juan Crisóstomo resalta la maestría psicológica del Señor ante esos “sumos sacerdotes”: «No les echa en cara directamente: ‘¿Por qué no habéis creído a Juan?’, sino que antes bien les confronta —lo que resulta mucho más punzante— con los publicanos y prostitutas. Así les reprocha con la fuerza patente de los hechos la malicia de un comportamiento marcado por respetos humanos y vanagloria».
Metidos ya en la escena, quizá echemos de menos la presencia de un tercer hijo, dado a las medias tintas, en cuyo talante nos sería más fácil reconocernos y pedir perdón, avergonzados. Nos lo inventamos —con permiso del Señor— y le oímos contestar al padre, con voz apagada: ‘Puede que sí, puede que no…’. Y hay quien dice haber oído el final: ‘Lo más probable es que a lo mejor quién sabe…’.
+Dr. Josef ARQUER
(Berlin, Alemania)
HOY LA IGLESIA CELEBRA A SAN VICENTE DE PAÚL, PATRONO DE LAS OBRAS DE CARIDAD, 17 DE SEPTIEMBRE
Memoria Litúrgica, 27 de septiembre
Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net
Sacerdote y Fundador
Martirologio Romano: Memoria de san Vicente de Paúl, presbítero, que, lleno de espíritu sacerdotal, vivió entregado en París, en Francia, al servicio de los pobres, viendo el rostro del Señor en cada persona doliente. Fundó la Congregación de la Misión (Paúles), al modo de la primitiva Iglesia, para formar santamente al clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación de santa Luisa de Marillac fundó también la Congregación de Hijas de la Caridad (†:1660).
Etimológicamente: Vicente = “vencedor”. Viene de la lengua griega.
Breve Biografía
Podemos titular la vida de este santo como la vida de los encuentros que fueron moldeando su personalidad hasta convertirla de pastor en el campo a fundador de una de las Congregaciones que más gloria y honra han dado y dan a la Iglesia con las “Hijas de la Caridad.”
Nació en Dax, muy cerca de la frontera española, en la región de las Landas. Sus padres eran muy pobres . Trabajó de pequeño en el campo como pastor.
Alguien que vio sus buenas cualidades, lo envió a estudiar a Zaragoza y a Toulouse. Tal fue su aprovechamiento que a los 19 años lo ordenaron de sacerdote. Una edad temprana para este ministerio.
Todo el mundo se le abría ante sus ojos como una forma de transformar la sociedad en la que vivía. Se entregó a los pobres de manera completa. En este ingente trabajo le ayudaba María Luisa de Marillac, también santa.
Con esta mujer, dotada de cualidades y de grandes virtudes, fundó la Sociedad de las Hijas de la Caridad (1632). Juntamente con esta Sociedad fundó otra para que se encargara de misionar a los habitantes del campo. Serían los “Sacerdotes de la Misión”(1625).
Por eso tuvo una gran preocupación por la formación de los apóstoles del Evangelio. Con este fin creó seminarios.
A cualquiera extraño a la obra de Dios en el mundo de las personas que se dejan permear por el Espíritu, esto les puede parecer algo extraño.
Vicente mantenía su calma en todo. Solía decir: "Estamos convencidos de que en todo y por todo somos un deshecho y de lo más apremiante, a causa de la oposición que ofrecemos de nuestra parte a la santidad y perfecciones de Dios".
Con esta actitud no tenía dificultades en ser amigo de los pobres y hasta del mismo rey Luis XIII.
Fue amigo y confidente de san Francisco de Sales del que aprendió – como D. Bosco – la dulzura en el trato con la gente. Murió diciendo estas palabras: ”¡Confianza! ¡Jesús!. Era el año 1660.
¡Felicidades a los Vicentes y a la Hijas de la caridad!