Vincenc Prennushi, Beato
Arzobispo y Mártir, 19 de marzo
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Juan de Parrano, Santo
Abad, 19 de marzo
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Juan Buralli de Parma, Beato
Sacerdote, 19 de marzo
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Isnardo de Chiampro, Beato
Presbítero Dominico, 19 de marzo
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Narciso Turchan, Beato
Sacerdote y Mártir, 19 de marzo
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Andrés Gallerani, Beato
Laico Fundador, 19 de marzo
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Marcos de Montegallo, Beato
Creador del Monte de Piedad, 19 de marzo
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Sibilina (Sibila) Biscossi de Pavia, Beata
Terciaria Dominica, 19 de marzo
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Marcel o Marcelo Callo, Beato
Mártir Laico, 19 de marzo
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José, Santo
Solemnidad Litúrgica, 19 de marzo
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lunes, 19 de marzo de 2018
SANTORAL DE HOY LUNES 19 MARZO 2018
HOY 19 MARZO ES LA SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ, ESPOSO DE MARÍA, PADRE DE JESÚS
SAN JOSÉ
ESPOSO DE MARÍA y PADRE VIRGINAL DE JESUS
FIESTA: 19 de marzo
Modelo de padre y esposo, patrón de la Iglesia universal, de los trabajadores, de infinidad de comunidades religiosas y de la buena muerte.
A San José Dios le encomendó la inmensa responsabilidad y privilegio de ser esposo de la Virgen María y custodio de la Sagrada Familia. Es por eso el santo que más cerca esta de Jesús y de la Stma. Virgen María.
Nuestro Señor fue llamado "hijo de José" (Juan 1:45; 6:42; Lucas 4:22) el carpintero (Mateo 12:55).
No era padre natural de Jesús (quién fue engendrado en el vientre virginal de la Stma. Virgen María por obra del Espíritu Santo y es Hijo de Dios), pero José lo adoptó y Jesús se sometió a el como un buen hijo ante su padre. ¡Cuánto influenció José en el desarrollo humano del niño Jesús! ¡Qué perfecta unión existió en su ejemplar matrimonio con María!
San José es llamado el "Santo del silencio" No conocemos palabras expresadas por él, tan solo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del bienestar de su amadísima esposa y de su excepcional Hijo. José fue "santo" desde antes de los desposorios. Un "escogido" de Dios. Desde el principio recibió la gracia de discernir los mandatos del Señor.
Las principales fuentes de información sobre la vida de San José son los primeros capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas. Son al mismo tiempo las únicas fuentes seguras por ser parte de la Revelación.
San Mateo (1:16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3:23), su padre era Heli. Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era descendiente. Pero al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciación), San José vivía en Nazaret.
Según San Mateo 13:55 y Marcos 6:3, San José era un "tekton". La palabra significa en particular que era carpintero. San Justino lo confirma (Dial. cum Tryph., lxxxviii, en P. G., VI, 688), y la tradición ha aceptado esta interpretación.
Si el matrimonio de San José con La Stma. Virgen ocurrió antes o después de la Encarnación aun es discutido por los exegetas. La mayoría de los comentadores, siguiendo a Santo Tomás, opinan que en la Anunciación, la Virgen María estaba solo prometida a José. Santo Tomás observa que esta interpretación encaja mejor con los datos bíblicos.
Los hombres por lo general se casaban muy jóvenes y San José tendría quizás de 18 a 20 años de edad cuando se desposó con María. Era un joven justo, casto, honesto, humilde carpintero...ejemplo para todos nosotros.
La literatura apócrifa, (especialmente el "Evangelio de Santiago", el "Pseudo Mateo" y el "Evangelio de la Natividad de la Virgen María", "La Historia de San José el Carpintero", y la "Vida de la Virgen y la Muerte de San José) provee muchos detalles pero estos libros no están dentro del canon de las Sagradas Escrituras y no son confiables.
Amor virginal
Algunos libros apócrifos cuentan que San José era un viudo de noventa años de edad cuando se casó con la Stma. Virgen María quien tendría entre 12 a 14 años. Estas historias no tienen validez y San Jerónimo las llama "sueños". Sin embargo han dado pie a muchas representaciones artísticas. La razón de pretender un San José tan mayor quizás responde a la dificultad de una relación virginal entre dos jóvenes esposos. Esta dificultad responde a la naturaleza caída, pero se vence con la gracia de Dios. Ambos recibieron extraordinarias gracias a las que siempre supieron corresponder. En la relación esposal de San José y la Virgen María tenemos un ejemplo para todo matrimonio. Nos enseña que el fundamento de la unión conyugal está en la comunión de corazones en el amor divino. Para los esposos, la unión de cuerpos debe ser una expresión de ese amor y por ende un don de Dios. San José y María Santísima, sin embargo, permanecieron vírgenes por razón de su privilegiada misión en relación a Jesús. La virginidad, como donación total a Dios, nunca es una carencia; abre las puertas para comunicar el amor divino en la forma mas pura y sublime. Dios habitaba siempre en aquellos corazones puros y ellos compartían entre sí los frutos del amor que recibían de Dios.
El matrimonio fue auténtico, pero al mismo tiempo, según San Agustín y otros, los esposos tenían la intención de permanecer en el estado virginal. (cf.St. Aug., "De cons. Evang.", II, i in P.L. XXXIV, 1071-72; "Cont. Julian.", V, xii, 45 in P.L.. XLIV, 810; St. Thomas, III:28; III:29:2).
Pronto la fe de San José fue probada con el misterioso embarazo de María. No conociendo el misterio de la Encarnación y no queriendo exponerla al repudio y su posible condena a lapidación, pensaba retirarse cuando el ángel del Señor se le apareció en sueño:
"Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Despertado José del sueño, hizo como el Angel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer." (Mat. 1:19-20, 24).
Unos meses mas tarde, llegó el momento para S. José y María de partir hacia Belén para apadrinarse según el decreto de Cesar Augustus. Esto vino en muy difícil momento ya que ella estaba en cinta. (cf. Lucas 2:1-7).
En Belén tuvo que sufrir con La Virgen la carencia de albergue hasta tener que tomar refugio en un establo. Allí nació el hijo de la Virgen. El atendía a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual sería su estado de admiración a la llegada de los pastores, los ángeles y mas tarde los magos de Oriente. Referente a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice: "Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él".(Lucas 2:33).
Después de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de envidia y obsesionado con su poder, quiso matar al niño. San José escuchó el mensaje de Dios transmitido por un ángel: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» Mateo 2:13. San José obedeció y tomo responsabilidad por la familia que Dios le había confiado.
San José tuvo que vivir unos años con la Virgen y el Niño en el exilio de Egipto. Esto representaba dificultades muy grandes: la Sagrada familia, siendo extranjera, no hablaba el idioma, no tenían el apoyo de familiares o amigos, serían víctimas de prejuicios, dificultades para encontrar empleo y la consecuente pobreza. San José aceptó todo eso por amor sin exigir nada.
Una vez mas por medio del ángel del Señor, supo de la muerte de Herodes: "«Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.» El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea". Mateo 2:22.
Fue así que la Sagrada Familia regresó a Nazaret. Desde entonces el único evento que conocemos relacionado con San José es la "pérdida" de Jesús al regreso de la anual peregrinación a Jerusalén (cf. Lucas 2, 42-51). San José y la Virgen lo buscaban por tres angustiosos días hasta encontrarlo en el Templo. Dios quiso que este santo varón nos diera ejemplo de humildad en la vida escondida de su sagrada familia y su taller de carpintería.
Lo mas probable es que San José haya muerto antes del comienzo de la vida pública de Jesús ya que no estaba presente en las bodas de Canaá ni se habla mas de él. De estar vivo, San José hubiese estado sin duda al pie de la Cruz con María. La entrega que hace Jesús de su Madre a San Juan da también a entender que ya San José estaba muerto.
Según San Epifanius, San José murió en sus 90 años y la Venerable Bede dice que fue enterrado en el Valle de Josafat. Pero estas historias son dudosas.
La devoción a San José se fundamenta en que este hombre "justo" fue escogido por Dios para ser el esposo de María Santísima y hacer las veces de padre de Jesús en la tierra. Durante los primeros siglos de la Iglesia la veneración se dirigía principalmente a los mártires. Quizás se veneraba poco a San José para enfatizar la paternidad divina de Jesús. Pero, así todo, los Padres (San Agustín, San Jerónimo y San Juan Crisóstomo, entre otros), ya nos hablan de San José. Según San Callistus, esta devoción comenzó en el Oriente donde existe desde el siglo IV, relata también que la gran basílica construida en Belén por Santa Elena había un hermoso oratorio dedicado a nuestro santo.
San Pedro Crisólogo: "José fue un hombre perfecto, que posee todo género de virtudes" El nombre de José en hebreo significa "el que va en aumento. "Y así se desarrollaba el carácter de José, crecía "de virtud en virtud" hasta llegar a una excelsa santidad.
En el Occidente, referencias a (Nutritor Domini) San José aparecen en el siglo IX en martirologios locales y en el 1129 aparece en Bologna la primera iglesia a él dedicada. Algunos santos del siglo XII comenzaron a popularizar la devoción a San José entre ellos se destacaron San Bernardo, Santo Tomás de Aquino, Santa Gertrudiz y Santa Brígida de Suecia. Según Benito XIV (De Serv. Dei beatif., I, iv, n. 11; xx, n. 17), "La opinión general de los conocedores es que los Padres del Carmelo fueron los primeros en importar del Oriente al Occidente la laudable práctica de ofrecerle pleno culto a San José".
En el siglo XV, merecen particular mención como devotos de San José los santos Vicente Ferrer (m. 1419), Pedro d`Ailli (m. 1420), Bernadino de Siena (m. 1444) y Jehan Gerson (m. 1429). Finalmente, durante el pontificado de Sixto IV (1471 - 84), San José se introdujo en el calendario Romano en el 19 de Marzo. Desde entonces su devoción ha seguido creciendo en popularidad. En 1621 Gregorio XV la elevó a fiesta de obligación. Benedicto XIII introdujo a San José en la letanía de los santos en 1726.
San Bernardino de Siena "... siendo María la dispensadora de las gracias que Dios concede a los hombres, ¿con cuánta profusión no es de creer que enriqueciese de ella a su esposo San José, a quién tanto amaba, y del que era respectivamente amada? " Y así, José crecía en virtud y en amor para su esposa y su Hijo, a quién cargaba en brazos en los principios, luego enseñó su oficio y con quién convivió durante treinta años.
Los franciscanos fueron los primeros en tener la fiesta de los desposorios de La Virgen con San José. Santa Teresa tenía una gran devoción a San José y la afianzó en la reforma carmelita poniéndolo en 1621 como patrono, y en 1689 se les permitió celebrar la fiesta de su Patronato en el tercer domingo de Pascua. Esta fiesta eventualmente se extendió por todo el reino español. La devoción a San José se arraigo entre los obreros durante el siglo XIX. El crecimiento de popularidad movió a Pío IX, el mismo un gran devoto, a extender a la Iglesia universal la fiesta del Patronato (1847) y en diciembre del 1870 lo declaró Santo Patriarca, patrón de la Iglesia Católica. San Leo XIII y Pío X fueron también devotos de San José. Este últimos aprobó en 1909 una letanía en honor a San José.
Santa Teresa de Jesús "Tomé por abogado y señor al glorioso San José." Isabel de la Cruz, monja carmelita, comenta sobre Santa Teresa: "era particularmente devota de San José y he oído decir se le apareció muchas veces y andaba a su lado."
"No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo...No he conocido persona que de veras le sea devota que no la vea mas aprovechada en virtud, porque aprovecha en gran manera a las almas que a El se encomiendan...Solo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no le creyere y vera por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso patriarca y tenerle devocion..." -Sta. Teresa.
San Alfonso María de Ligorio nos hace reflexionar: "¿Cuánto no es también de creer aumentase la santidad de José el trato familiar que tuvo con Jesucristo en el tiempo que vivieron juntos?" José durante esos treinta años fue el mejor amigo, el compañero de trabajo con quién Jesús conversaba y oraba. José escuchaba las palabras de Vida Eterna de Jesús, observaba su ejemplo de perfecta humildad, de paciencia, y de obediencia, aceptaba siempre la ayuda servicial de Jesús en los quehaceres y responsabilidades diarios. Por todo esto, no podemos dudar que mientras José vivió en la compañía de Jesús, creció tanto en méritos y santificación que aventajó a todos los santos.
Bibliografía: Souvay, Charles L., Saint Joseph, Catholic Encyclopedia, Encyclopedia Press, Inc. 1913.
sábado, 17 de marzo de 2018
LECTURAS BÍBLICAS DEL V DOMINGO DE CUARESMA, 18 MARZO 2018
Lecturas del Domingo 5º de Cuaresma - Ciclo B
Domingo, 18 de marzo de 2018
Primera lectura
Lectura del profeta Jeremías (31,31-34):
Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor –oráculo del Señor–. Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días –oráculo del Señor–: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: "Reconoce al Señor." Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande –oráculo del Señor–, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.
Palabra de Dios
_______________
Salmo
Sal 50
R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R/.
__________
Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (5,7-9):
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando es su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.
Palabra de Dios
_________
Lectura del santo evangelio según san Juan (12,20-33):
En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.»
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
Jesús les contestó: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este. mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.»
Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.»
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.»
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.
Palabra del Señor
_________
Comentario al Evangelio del domingo, 18 de marzo de 2018
Fernando Torres cmf
Si el grano de trigo no muere...
Se acerca la celebración de la Semana Santa. Haremos memoria del momento cumbre de la vida de Jesús: su muerte. Es curioso que la muerte sea el momento cumbre de la vida pero es así. Porque en ella se confirma el sentido de todo lo vivido. Mirando a Jesús en el momento de su muerte comprendemos mucho mejor todo lo que ha hecho a lo largo de su vida, entendemos su sentido. Lo que en el primer momento se nos hacía confuso y oscuro se ve ahora desde una nueva perspectiva que ilumina y clarifica. El modo de morir de Jesús confirma lo que fue su estilo de vida: una vida entregada a hacer el bien y a predicar el reino de Dios.
Pero es necesario ese último paso. Sin él su vida quedaría colgada en el vacío. Es necesario para que nos demos cuenta de que su amor al Padre es total, incondicional, sin reservas. Es necesario para que nos demos cuenta de que su amor por nosotros es igualmente incondicional, sin reservas. Su entrega produjo el fruto de la vida. Es decir, la nueva alianza entre Dios y los hombres de que habla el profeta Jeremías en la primera lectura. En ella la ley de Dios está inscrita en nuestros corazones. Basta con abrir el corazón para que Dios se nos meta bien adentro y nunca más vuelva a salir. Ya nadie nos tendrá que enseñar nada de Dios, porque todos los reconoceremos. Esa es la nueva Alianza que Jesús selló con su muerte, con su entrega. Para que tuviéramos vida y vida verdadera.
Pero todo eso no sucede sin dolor. La muerte de Jesús fue el paso necesario. El amor no se manifiesta sin entrega, sin renuncia a la propia voluntad. De eso saben mucho los esposos. No hay matrimonio que funcione bien sin una buena dosis de sacrificio, de renuncia, de entrega. Del mismo modo la nueva alianza se firma en la entrega mutua. Pero como es iniciativa de Dios, como es voluntad de Dios el firmar esta Alianza con la humanidad, el regalarnos la vida, es Dios el que da el primer paso en esa entrega. Para demostrarnos su buena voluntad, se hizo uno de nosotros, pasó por las mismas alegrías y dificultades que nosotros y terminó muriendo como nosotros. Pero con una diferencia: hizo de su muerte signo de su amor por nosotros. Y su muerte se convirtió en signo de vida. Su muerte es el grano de trigo que muere y, al morir, da mucho fruto. Su muerte es ya resurrección para todos porque al ser elevado en la cruz, atrae a todos hacia él. La cruz, signo de muerte, se transforma en signo de vida. El signo que muchos cristianos llevamos colgado de nuestro cuello es signo del triunfo de la vida, de la alianza de Dios con nosotros, de nuestra esperanza en el que al morir nos regaló la vida.
Para la reflexión
¿Conocemos algún caso en que la muerte o el dolor hayan sido ocasiones para crecer en el amor y en la vida? Cuando miramos a la cruz, ¿reconocemos ahí un signo de vida o de muerte? ¿Queremos hacer de nuestra vida una entrega a los demás “para que tengan vida”? ¿Cómo?
SANTORAL DE HOY SÁBADO 17 MARZO 2018
Conrado de Baviera, Beato
Eremita, 17 de marzo
|
María Bárbara de la Santísima Trinidad Maix, Beata
Fundadora, 17 de marzo
|
Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno, Beato
Presbítero y Fundador, 17 de marzo
|
Gabriel Lalemant, Santo
Mártir jesuita, 17 de marzo
|
Gertrudis de Nivelles, Santa
Abadesa, 17 de marzo
|
Juan Sarkander, Santo
Sacerdote y Mártir, 17 de marzo
|
Patricio, Santo
Obispo y patrón de Irlanda, 17 de marzo
|
EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 17 MARZO 2018
Lecturas de hoy Sábado de la 4ª semana de Cuaresma
Hoy, sábado, 17 de marzo de 2018
Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (11,18-20):
EL Señor me instruyó, y comprendí,
me explicó todas sus intrigas.
Yo, como manso cordero,
era llevado al matadero;
desconocía los planes
que estaban urdiendo contra mí:
«Talemos el árbol en su lozanía,
arranquémoslo de la tierra de los vivos,
que jamás se pronuncie su nombre».
Señor del universo,
que juzgas rectamente,
que examinas las entrañas y el corazón,
deja que yo pueda ver
cómo te vengas de ellos,
pues a ti he confiado mi causa.
Palabra de Dios
_______
Salmo
Sal 7,2-3.9bc-10.11-12
R/. Señor, Dios. mío, a ti me acojo
V/. Señor, Dios mío, a ti me acojo,
líbrame de mis perseguidores y sálvame;
que no me atrapen como leones
y me desgarren sin remedio. R/.
V/. Júzgame, Señor, según mi justicia,
según la inocencia que hay en mí.
Cese la maldad de los culpables,
y apoya tú al inocente,
tú que sondeas el corazón y las entrañas,
tú, el Dios justo. R/.
V/. Mi escudo es Dios,
que salva a los rectos de corazón.
Dios es un juez justo,
Dios amenaza cada día. R/.
_________________
Lectura del santo evangelio según san Juan (7,40-53):
EN aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían:
«Este es de verdad el profeta».
Otros decían:
«Este es el Mesías».
Pero otros decían:
«¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?».
Y así surgió entre la gente una discordia por su causa.
Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron:
«¿Por qué no lo habéis traído?».
Los guardias respondieron:
«Jamás ha hablado nadie como ese hombre».
Los fariseos les replicaron:
«También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la ley son unos malditos».
Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo:
«¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?».
Ellos le replicaron:
«¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas».
Y se volvieron cada uno a su casa.
Palabra del Señor
______________
Comentario al Evangelio de hoy sábado, 17 de marzo de 2018
Eguione Nogueira, cmf
¡Hermanas y hermanos! ¡Paz y bien!
La liturgia de la Palabra de hoy señala la importancia de la confianza y la fidelidad a Dios, principalmente en los momentos de incomprensión y persecución. Es lo que la primera lectura deja patente en la experiencia del profeta Jeremías, que puede decir a Dios: “a ti he confiado mi causa” (Jr 11,20). Aún más, el propio Dios le había instruido acerca de las intrigas de los enemigos. Con esto, podemos decir que nuestra vida está en las manos de Dios, aun cuando todo parezca decir lo contrario.
Es esta fuerza la que encontramos en Jesús, que no le deja sucumbir ante las acusaciones de sus adversarios. Como ayer, el Evangelio de hoy nos presenta los cuestionamientos acerca de la identidad de Jesús. Lo que escandaliza no es tanto el origen inmediato de Jesús (“¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?” Jn 7,41), sino que Dios pueda ser un hombre concreto, encarnado en nuestra historia, que camina como uno más con su pueblo. El problema nos que Jesús sea Dios, sino que Dios pueda ser Jesús, un hombre que siente hambre, sed, se cansa, duerme. Pero la lógica de la salvación pasa por asumir la carne, nuestra carne, pues como decía San Irineo “para eso se hizo el Verbo hombre, y el Hijo de Dios Hijo del Hombre, para que el hombre mezclándose con el Verbo y recibiendo la filiación adoptiva, se hiciese hijo de Dios” (Contra los herejes III,19,1).
Los textos de hoy nos llenan de coraje y esperanza, pues si miramos nuestra vida, veremos muchos momentos de dificultades, pero también podemos ver la confianza que hemos depositado en el Señor y cómo Él nos ha librado. ¿Cuántas veces en el desánimo e incluso cuando la esperanza parecía perder su puesto en nuestra vida, hemos visto las señales de Dios y dimos la vuelta en nuestra vida? ¿Cuántas veces no hemos pensado en abandonar todo porque las cosas no salieron como esperábamos, pero sentimos desde dentro que Dios nos sacaba de la desilusión y seguimos adelante?
La fe nos lleva a transponer barreras, a mirar más lejos y descubrir que Dios, que se hizo uno como nosotros, nos acompaña y nos alienta a seguir adelante, aún cuando todo parece decir lo contrario. La cruz será la máxima expresión de eso. Por eso, repitamos a lo largo del día: “Señor, Dios mío, a ti me acojo” (Sal 7).
Vuestro hermano en la fe,
Eguione Nogueira, cmf
eguionecmf@gmail.com
viernes, 16 de marzo de 2018
ORACIÓN A SAN JOSÉ DEL ROSARIO BROCHERO - EL CURA BROCHERO
Oración a San José del Rosario Brochero
Señor, de quien procede todo don
perfecto: Tú dispusiste que San
José Gabriel del Rosario
fuese Pastor y guía de una porción de
tu Iglesia, y lo esclareciste por su celo
misionero, su predicación evangélica y
una vida pobre y entregada: te suplicamos
que por su Intercesión alcancemos
la gracia que humildemente
te pedimos… (Pedir la gracia)
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
SAN JOSÉ GABRIEL DEL ROSARIO BROCHERO, 16 DE MARZO
José Gabriel del Rosario Brochero, Santo
Fiesta Litúrgica, 16 de marzo
Por: Seminario de Córdoba - Argentina | Fuente: seminariocordoba.org.ar
Sacerdote
En Villa del Transito, Córdoba, Argentina, SanJosé Gabriel del Rosaro Brochero, sacerdote diocesano († 1914)
Fecha de beatificación: 14 de septiembre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.
Fecha de canonización: 16 de octubre de 2016 por S.S. Francisco.
Breve Biografía
José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de marzo de 1840 en Santa Rosa de Río Primero, Córdoba.
Entró al Seminario Mayor de Córdoba “Nuestra Señora de Loreto”, el 5 de marzo de 1856, cuando tenía 16 años. Un amigo suyo escribió: “Muchas veces le he oído contar [a Brochero] que la constante preocupación de su juventud fue el sacerdocio… No sabía qué vocación seguir: la laical o la sacerdotal… Su espíritu fluctuaba y su corazón sufría con esta indecisión. Un día, dominado por esta preocupación, asistió a un sermón en que se bosquejaron las exigencias y sacrificios de una y otra… y apenas concluyó de escucharlo, la duda ya no atormentaba su alma, y ser sacerdote era para él una resolución inquebrantable” (CÁRCANO, RAMÓN J., José Gabriel Brochero, en: Periódico Los Principios, Córdoba, 30 de enero de 1916).
Es ordenado presbítero el 4 de noviembre de 1866 por el Obispo Vicente Ramírez de Arellano. El 10 de diciembre del mismo año celebra su primera misa en la capilla del Colegio Seminario “Nuestra Señora de Loreto”, cuando ésta se encontraba en la casa detrás de la Catedral, donde hoy se encuentra la Plazoleta del Fundador.
En diciembre de 1869 asume el Curato de San Alberto, siendo San Pedro la villa que hacía de cabecera en aquel departamento. Por aquel tiempo el extenso Curato de San Alberto (de 4.336 kilómetros cuadrados) contaba con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas, desperdigados por las Sierras Grandes de más de 2.000 metros de altura. Era triste el estado moral y la indigencia material de la gente. El corazón apostólico de Brochero no se desanima, sino que desde ese momento dedicará su vida toda no sólo a llevar el Evangelio sino a educar y promocionar a sus habitantes.
Al año siguiente de llegar, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios Espirituales recorriendo unos 200 kilómetros cruzando las sierras. Dicha travesía requería tres días a lomo de mula y las caravanas muchas veces superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve. Al regresar, luego de nueve días de silencio, oración y penitencia sus feligreses iban cambiando de vida, siguiendo el Evangelio y buscando el desarrollo económico de la zona.
En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Transito (localidad que hoy lleva su nombre). Fue inaugurada en 1877 con tandas que superaron las 700 personas, pasando por la misma, durante el ministerio parroquial del Siervo de Dios, más 40.000 personas. También construyó la casa para las religiosas, el Colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes.
Con sus feligreses construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran, “abandonados de todos pero no por Dios”, como solía repetir.
“Un sacerdote que vivió una verdadera pasión por el evangelio que testimonió y transmitió en medio de una considerable transformación cultural en nuestro país después de los acontecimientos de la organización nacional. Sin ingenuidad, pero también sin ceder a lamentos o enfrentamientos estériles se dedicó con empeño y con espíritu constructivo a la maravillosa tarea de la evangelización. De su pasión por el evangelio brotaba también su pasión por sus hermanos y el deseo de brindarles las condiciones de una vida digna. Por eso trabajó incansablemente por levantar templos o capillas, la casa de ejercicios espirituales en la Villa del Tránsito, escuelas y otras obras que aseguraran a todos una existencia que mereciera el título de humana y cristiana.” (Mons. Carlos Ñáñez, homilía Misa Crismal 1º de abril de 2010).
Pocos días después de su muerte, el diario católico de Córdoba escribe: “Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí”. Debido a su enfermedad, renunció al Curato, viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del Transito, muriendo leproso y ciego el 26 de enero de 1914.
SANTORAL DE HOY VIERNES 16 MARZO 2018
José Gabriel del Rosario Brochero, Santo
Fiesta Litúrgica, 16 de marzo
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Hilario y Taciano de Aquilea, Santos
Mártires, 16 de marzo
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Julián de Anazarbo, Santo
Mártir, 16 de marzo
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Eusebia de Hamay, Santa
Abadesa, 16 de marzo
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Juan Cacciafronte de Sordi, Beato
Obispo, 16 de marzo
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Juan Amias y Roberto Dalby, Beatos
Mártires, 16 de marzo
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Juan de Brébeuf, Santo
Sacerdote y Mártir, 16 de marzo
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Heriberto de Colonia, Santo
Obispo, 16 de marzo
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Benedicta de Asís, Beata
Abadesa, 16 de marzo
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