María Luisa Merkert, Beata
Cofundadora, 14 de noviembre
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Juan Liccio (Licci), Beato
Dominico, 14 de Noviembre
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Nicolás Tavelic y 3 compañeros mártires, Santos
Mártires Franciscanos, 14 de Noviembre
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Esteban Teodoro Cuenot, Santo
Obispo y Mártir, 14 de noviembre
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Serapio de Algeria (Serapión), Santo
Mártir, 14 de noviembre
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Lorenzo O'Toole, Santo
Obispo de Dublín, 14 de noviembre
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José Pignatelli, Santo
Restaurador de los Jesuitas, 14 de Noviembre
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martes, 14 de noviembre de 2017
SANTORAL DE HOY MARTES 14 NOVIEMBRE 2017
lunes, 13 de noviembre de 2017
EL EVANGELIO DE HOY LUNES 13 NOVIEMBRE 2017
Lecturas de hoy Lunes de la 32ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 13 de noviembre de 2017
Primera lectura
Comienzo del libro de la Sabiduría (1,1-7):
Amad la justicia, los que regís la tierra, pensad correctamente del Señor y buscadlo con corazón entero. Lo encuentran los que no exigen pruebas, y se revela a los que no desconfían. Los razonamientos retorcidos alejan de Dios, y su poder, sometido a prueba, pone en evidencia a los necios. La sabiduría no entra en alma de mala ley ni habita en cuerpo deudor del pecado. El espíritu educador y santo rehúye la estratagema, levanta el campo ante los razonamientos sin sentido y se rinde ante el asalto de la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres que no deja impune al deslenguado; Dios penetra sus entrañas, vigila puntualmente su corazón y escucha lo que dice su lengua. Porque el espíritu del Señor llena la tierra y, como da consistencia al universo, no ignora ningún sonido.
Palabra de Dios
___________
Salmo
Sal 138,1-3a.3b-6.7-8.9-10
R/. Guíame, Señor, por el camino eterno
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso. R/.
Todas mis sendas te son familiares.
No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco. R/.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.
Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R/.
____________
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,1-6):
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás.»
Los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.»
El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería.»
Palabra del Señor
______________
Comentario al Evangelio de hoy lunes, 13 de noviembre de 2017
Alejando Carbajo, cmf
Queridos hermanos, paz y bien.
¡Auméntanos la fe! ¡Auméntamela, Señor! Buena falta nos hace, para afrontar los problemas de cada día. Sobre todo, en las comunidades. Donde la suma de personalidades a veces genera conflictos. En nuestra vida hay muchas ocasiones en las que nos sentimos indignados. Y muchas veces nos parece que no podemos hacer nada, que debe de ser así. “Vamos tirando”, y creemos que, hagamos lo que hagamos, el mundo no va a cambiar.
No sé si ésta es la postura correcta para un cristiano. Es verdad que, en nuestro camino, habrá problemas y dificultades. -pero también tenemos la fe, no solo para los buenos momentos, sino, sobre todo, para los malos. Y siempre con un corazón de madre, sintiendo que el otro puede cambiar, “arrepentirse”, como dic e el Evangelio hoy. Así es como nuestra fe, incluso si es pequeña, puede hacer milagros.
Si creemos, confiamos en Dios. Y Dios confía en nosotros, en cada uno de nosotros. Dios, Padre Bueno, nos recuerda que, si nuestra fe no es tan grande que nos permita vivir así, tenemos que pedirle que nos la aumente. Con el perdón, demostramos el respeto al otro y la conciencia de no ser mejores que nadie (todos comentemos errores, y todos tenemos que pedir perdón).
Además, el Señor nos dice que somos responsables no solo de nosotros mismos. Alrededor nuestro hay una zona de influencia, e influimos en el bien que allí se hace, como en el mal. Nadie está solo, nadie vive aislado. ¿Cómo son mis relaciones? ¿Soy consciente de que lo que para mí es normal, para otros puede ser un escándalo? ¿Tengo en cuenta la variedad de mentalidades, de educación de experiencias vividas? Respetar a los demás, saber perdonar, no convertirnos en obstáculos para los demás con nuestras actitudes y con nuestras palabras, son medios que tenemos para llegar a ser semejantes a Dios. Todo por la fe. Lo imposible se vuelve posible.
Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.
SANTORAL DE HOY LUNES 13 NOVIEMBRE 2017
Leandro de Sevilla, Santo
Memoria litúrgica, 13 de noviembre
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Nicolás I, Santo
CV Papa, 13 de noviembre
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Roberto Montserrat Beliart, Beato
Sacerdote y Mártir, 13 de noviembre
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Carl Lampert, Beato
Sacerdote y Mártir, 13 de noviembre
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Kamen Vitchev, Pavel Djidjov y Josaphat Chichkov, Beatos
Presbíteros y Mártires, 13 de noviembre
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María Teresa de Jesús (María Scrilli), Beata
Fundadora, 13 de noviembre
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Homobono de Cremona, Santo
Sastre laico, 13 Noviembre
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Agustina Livia Pietrantoni, Santa
Religiosa, 13 Noviembre
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María Patrocinio Giner Gomis de San Juan, Beata
Mártir, 13 Noviembre
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Christian, Santo
Uno de los patronos de Polonia, 13 de noviembre
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domingo, 12 de noviembre de 2017
SANTORAL DE HOY DOMINGO 12 NOVIEMBRE 2017
Margarito Flores García, Santo
Mártir, 12 Noviembre
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Josafat Kunsevich, Santo
Memoria Litúrgica, 12 de noviembre
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Gabriel Ferretti, Beato
Franciscano, 12 Noviembre
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Emiliano (Millán) de la Cogolla, Santo
Monje, 12 de noviembre
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Diego de Alcalá, Santo
Franciscano, 12 de noviembre
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EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 12 NOVIEMBRE 2017
Domingo 32º del Tiempo Ordinario – Ciclo A
Domingo 12 de noviembre de 2017
“Quien espera la llamada de Jesús que no olvide el cargador“
Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (6,12-16):
La sabiduría es radiante e inmarcesible, la ven fácilmente los que la aman, y la encuentran los que la buscan; ella misma se da a conocer a los que la desean. Quien madruga por ella no se cansa: la encuentra sentada a la puerta. Meditar en ella es prudencia consumada, el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones; ella misma va de un lado a otro buscando a los que la merecen; los aborda benigna por los caminos y les sale al paso en cada pensamiento.
Palabra de Dios
______________________
Salmo
Salmo: 62,2.3-4.5-6.7-8
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansía de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas
canto con júbilo. R/.
______________________
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4,13-17):
No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.
Palabra de Dios
______________
Lectura del santo evangelio según san Mateo (25, 1-13):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!” Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: “Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.” Pero las sensatas contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.” Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: “Señor, señor, ábrenos.” Pero él respondió: “Os lo aseguro: no os conozco.” Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»
Palabra del Señor
__________________
Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mt 25, 1-13
ENCENDER UNA FE GASTADA
La primera generación cristiana vivió convencida de que Jesús, el Señor resucitado, volvería muy pronto lleno de vida. No fue así. Poco a poco, los seguidores de Jesús se tuvieron que preparar para una larga espera.
No es difícil imaginar las preguntas que se despertaron entre ellos. ¿Cómo mantener vivo el espíritu de los comienzos? ¿Cómo vivir despiertos mientras llega el Señor? ¿Cómo alimentar la fe sin dejar que se apague? Un relato de Jesús sobre lo sucedido en una boda les ayudaba a pensar la respuesta.
Diez jóvenes, amigas de la novia, encienden sus lámparas y se preparan para recibir al esposo. Cuando, al caer el sol, llegue el novio a tomar consigo a la esposa, los acompañarán a ambos en el cortejo que los llevará hasta la casa del esposo, donde se celebrará el banquete nupcial.
Hay un detalle que el narrador quiere destacar desde el comienzo. Entre las jóvenes hay cinco «sensatas» y previsoras que toman consigo aceite para alimentar sus lámparas a medida que se vaya consumiendo la llama. Las otras cinco son unas «necias» y descuidadas que se olvidan de tomar aceite, con el riesgo de que se les apaguen las lámparas.
Pronto descubrirán su error. El esposo se retrasa y no llega hasta medianoche. Cuando se oye la llamada a recibirlo, las sensatas alimentan con su aceite la llama de sus lámparas y acompañan al esposo hasta entrar con él en la fiesta. Las necias no saben sino lamentarse: «Que se nos apagan las lámparas». Ocupadas en adquirir aceite, llegan al banquete cuando la puerta está cerrada. Demasiado tarde.
Muchos comentaristas tratan de buscar un significado secreto al símbolo del aceite. ¿Está Jesús hablando del fervor espiritual, del amor, de la gracia bautismal…? Tal vez es más sencillo recordar su gran deseo: «Yo he venido a traer fuego a la tierra, ¿y qué he de querer sino que se encienda?». ¿Hay algo que pueda encender más nuestra fe que el contacto vivo con Jesús?
¿No es una insensatez pretender conservar una fe gastada sin reavivarla con el fuego de Jesús? ¿No es una contradicción creernos cristianos sin conocer su proyecto ni sentirnos atraídos por su estilo de vida?
Necesitamos urgentemente una calidad nueva en nuestra relación con él. Cuidar todo lo que nos ayude a centrar nuestra vida en su persona. No gastar energías en lo que nos distrae o desvía de su Evangelio. Encender cada domingo nuestra fe rumiando sus palabras y comulgando vitalmente con él. Nadie puede transformar nuestras comunidades como Jesús.
sábado, 11 de noviembre de 2017
EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 11 NOVIEMBRE 2017
Lecturas del Sábado de la 31ª semana del Tiempo Ordinario
Sábado, 11 de noviembre de 2017
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (16,3-9.16.22-27):
Saludos a Prisca y Aquila, colaboradores míos en la obra de Cristo Jesús; por salvar mi vida expusieron su cabeza, y no soy yo sólo quien les está agradecido, también todas las Iglesias del mundo pagano. Saludad a la Iglesia que reúne en su casa. Saludos a mi querido Epéneto, el primero convertido de Cristo en Asia. Saludos a María, que ha trabajado mucho por vosotros. Saludos a Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros de prisión, ilustres entre los apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo. Saludos a Ampliato, mi amigo en el Señor. Saludos a Urbano, colaborador mío en la obra de Cristo y a mi querido Estaquis. Saludaos unos a otros con el beso santo. Todas las iglesias de Cristo os saludan. Yo, Tercio, que escribo la carta, os mando un saludo cristiano. Os saluda Gayo, que me hospeda, y toda esta Iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y nuestro hermano Cuarto. Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús –revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en la Sagrada Escritura, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe–, al Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios
________
Salmo
Sal 144
R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey
Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, y merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R/.
Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta sus hazañas;
alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R/.
Que todas las criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
_________
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (16,9-15):
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Ganaos amigos con el dinero injusto, para que cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».
Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo: «Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres, Dios la detesta.»
Palabra del Señor
_____________
Comentario al Evangelio del sábado, 11 de noviembre de 2017
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
NO PODÉIS SERVIR A DIOS Y AL DINERO
(...Continúa desde ayer)
No faltará quien piense en su interior, e incluso lo diga abiertamente: ¿Y por qué tengo que compartir lo mío con los otros, con el esfuerzo y los sacrificios que honradamente me ha supuesto, más aún si no se lo merecen, o van a desperdiciarlo, o no se han esforzado por ganárselo honradamente, o no son de nuestro país...?
Juan Pablo II, en uno de sus viajes a Brasil, dijo que no era admisible un sistema económico que se despreocupa de los más necesitados, que deja sin trabajo a una parte de la población, o les da un trabajo con un salario que no llega a un mínimo indispensable. Y un dirigente empresarial, respondió diciendo que las palabras del Papa eran muy hermosas, pero irrealizables, porque «las leyes de la economía obligan a preocuparse más del dinero que de las personas».
La mayoría de las preguntas con que terminábamos ayer no tienen respuesta directa en el Evangelio, ni hay recetas universales. Pero sí hay alguna clave propuesta por Jesús. Por tanto: ¿Qué supone SERVIR AL SEÑOR o SERVIR AL DINERO? ¿Cómo puedo yo saber a quién estoy sirviendo realmente?
Por una parte podemos fijarnos en el «tiempo» que dedicamos a uno y a otro. Y no me refiero al tiempo que nos pasamos rezando, sino al tiempo y las energías que dedicamos a «los demás» o a nuestros personales intereses.
En segundo lugar: el dinero (con todos sus discípulos y ropajes) es un señor tremendamente exigente que nos pide grandes sacrificios: a veces es el tiempo que debiéramos dedicar a la familia o a nuestra vida interior; a veces está atacando directamente a nuestra salud: estrés, falta de descanso, un ritmo de vida vertiginoso y superficial, irritabilidad... A veces nos hace romper con familiares y amigos: quién paga tal cosa, cómo se reparte una herencia. De manera que revisando estas cosas, podemos encontrar pistas muy seguras sobre quién es nuestro «señor».
Por otra parte, el dinero y la riqueza (ahorros, reservas, acumulación, cuentas bancarias...) cuentan con unos aliados muy poderosos: el consumismo y la publicidad. Se encargan de multiplicar nuestros deseos, siempre insaciables, por mucho que gastemos y compremos y experimentemos... Cada vez «necesitamos» más chismes tecnológicos, y más nuevos, con posibilidades que ni siquiera llegamos a conocer o dominar; más ropa, más metros cuadrados, más viajes y desplazamientos (contaminación, gasolina...), más cosas nuevas simplemente porque son nuevas y nos parece que «lo nuevo» siempre es mejor que lo que tenemos (jejeje, uno se sorprende de esas enormes colas de días que se organizan cuando va a salir al mercado un nuevo, iphone, «ipod», o cualquier cosa que empiece por «i»). Sin embargo, todos reconocemos que «tener» y «comprar» todo eso... no nos hace más felices. Que la felicidad está en otra parte. Pero gastamos, compramos, coleccionamos, acumulamos, desperdiciamos, derrochamos...
«La Tierra dejó de ser suficiente para el hombre desde 1976, cuando comenzamos a consumir más de lo producido anualmente. Y si se sigue esta tendencia, en 2030 se necesitarían dos planetas para abastecernos. En una parte es debido al crecimiento de la población mundial, pero sobre todo a los estilos de vida y a la dependencia de los combustibles fósiles. En tan solo siete meses, todos los recursos producidos en 2017 se han consumido, según el estudio anual de Global Footprint Network, un instituto de investigación internacional de Oakland (California). El estudio, con datos de la ONU, compara la huella ecológica humana, que mide la explotación de los recursos naturales de la Tierra con la biocapacidad del planeta. Según sus cálculos, el consumo de la humanidad excede el 70% de los recursos disponibles. En otras palabras, se necesita el equivalente de 1,7 planetas para satisfacer las necesidades humanas».
En cambio, podemos decir que servimos a Dios cuando somos capaces de «darnos cuenta» de las necesidades del prójimo y preocuparnos por echarles una mano porque también son «asunto» nuestro. El consumista» poco a poco se va volviendo insolidario. No por maldad, sino que no «ve» las necesidades y sufrimientos de los otros. Más aún: los otros no me incumben. Y se va cerrando en sí mismo y en unos pocos de los «suyos». Por eso, el Dios-Amor, el Dios de los pobres que le ayudaría a poner las cosas en su sitio, no tiene sitio en su corazón. En todo caso, convertirá su relación con Dios en otro negocio: «encargar» (nefasta palabra) misas, hacer rezos, acudir al culto para tranquilizar la conciencia, ganar méritos y poseer el cielo. «No podéis servir a Dios y al dinero». No se puede vivir consumiendo egoístamente toda clase de bienes y pretender, al mismo tiempo, ser fieles a un Dios que pide amor y fraternidad.
Servimos al Señor cuando las personas son nuestra mayor riqueza: y cuidamos a los amigos, a la familia («si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis, no hacen lo mismo los pecadores?», Lc 6, 32)..., y también a los que se sienten solos, a los que están enfermos, a los que tienen dificultades de cualquier tipo.
«Benditas las manos que se abren para acoger a los pobres y ayudarlos: son manos que traen esperanza. Benditas las manos que vencen las barreras de la cultura, la religión y la nacionalidad derramando el aceite del consuelo en las llagas de la humanidad. Benditas las manos que se abren sin pedir nada a cambio, sin «peros» ni «condiciones»: son manos que hacen descender sobre los hermanos la bendición de Dios».
Papa Francisco, I Jornada Mundial de los pobres, 19 de Noviembre 2017
Así no se multiplicará nuestra cuenta corriente, ni nuestros incontables caprichos y gastos innecesarios... cuanto el número de personas a las que queremos, que nos quieren, o a las que hemos ayudado desinteresadamente, que nos ocupan el tiempo y el corazón... y no pocas veces nos vacían el bolsillo.
¿Y cuánto hay que dar? Comentaba el Papa Francisco en una de sus homilías que «nunca ha visto que detrás de un cortejo fúnebre vaya un camión de mudanzas transportando los bienes del difunto. Sólo nos llevamos con nosotros, lo que hayamos dado a los otros». Y San Agustín: los pobres son, si lo deseamos, nuestros correos y porteadores: nos permiten transferir, desde ahora, nuestros bienes en la morada que se está construyendo para nosotros en el más allá.
La situación de crisis global que llevamos tiempo padeciendo está mandando al paro a tantos hombres y mujeres, y en no pocos casos sin ninguna tipo de asistencia, nos tiene que obligar a revisar nuestros presupuestos de vida, para ver cómo podemos reducirlos, y solidarizarnos de manera concreta con los más pobres. Este sería el mejor «test» para descubrir si servimos a Dios o a nuestro dinero.
Siento haberme alargado con este «tema». Pero lo más importante no es reflexionar, analizar, estar o no de acuerdo... sino... Ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
SANTORAL DE HOY SÁBADO 11 NOVIEMBRE 2017
José Alberich Lluch, Beato
Religioso Mártir, 11 de noviembre
|
Vicente Eugenio Bossilkov, Beato
Obispo y mártir, 11 de noviembre
|
Julio Alameda Camarero y compañeros, Beatos
Religigosos y Mártires, 11 de noviembre
|
Vicenta María (Luisa) Poloni, Beata
Cofundadora, 11 de noviembre
|
Marina Omura, Santa
Virgen y Mártir, 11 Noviembre
|
Menas de Egipto, Santo
Mártir, 11 Noviembre
|
Teodoro el Estudita, Santo
Abad, 11 Noviembre
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Verano de Vence, Santo
Obispo, 11 de noviembre
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Bartolome el Joven de Rossano, Santo
Abad, 11 Noviembre
|
Martín de Tours, Santo
Memoria Litúrgica, 11 de noviembre
|
viernes, 10 de noviembre de 2017
CÓMO SAN JUAN PABLO II AYUDÓ A DERRUMBAR EL MURO DE BERLÍN?
¿Cómo San Juan Pablo II ayudó a derrumbar el Muro de Berlín?
Por David Ramos
Foto: Departamento de Defensa de Estados Unidos - Dominio público / Retrato oficial de San Juan Pablo II.
(ACI).- Al celebrarse este 9 de noviembre los 28 años de la caída del Muro de Berlín, resulta importante recordar el papel clave de San Juan Pablo II en la caída de los regímenes totalitarios comunistas en Europa oriental.
“La verdad es que el 50% de la caída del muro pertenece a Juan Pablo II, el 30% a Solidaridad y Lech Walesa y solo el 20% al resto del mundo. Esa era la verdad entonces y es la verdad ahora”, sentenciaba Walesa ya en 2009.
Walesa, líder político polaco y cofundador del partido Solidaridad, ganó el Premio Nobel de la Paz en 1983, por sus esfuerzos de llevar la democracia y acabar con la tiranía comunista en su natal Polonia.
La construcción del Muro de Berlín comenzó en 1961, pero los problemas se remontan al fin de la Segunda Guerra Mundial.
Caído el régimen nazi, los aliados se repartieron el control de Berlín, la capital de Alemania, así como el país: la parte oriental quedó en manos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), y el oeste bajo el control de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Berlín quedó enteramente dentro del lado soviético, pero dividida a la mitad.
El muro fue construido como un esfuerzo del régimen soviético para evitar el escape desde el territorio que controlaban hacia el lado occidental y democrático. La estructura se convirtió así en un símbolo de la llamada “cortina de hierro” entre los países occidentales y la URSS y sus países satélite.
Pero un punto clave de la caída del régimen soviético llegó cuando San Juan Pablo II fue elegido Papa, en octubre de 1978.
Para Walesa, antes del pontificado de San Juan Pablo II, “el mundo estaba dividido en dos bloques” y “nadie sabía cómo deshacerse del comunismo”.
“En Varsovia (Polonia), en 1979, él (San Juan Pablo II) simplemente dijo: ‘No tengan miedo’, y luego rezó: ‘Que tu Espíritu descienda y cambie la imagen de la tierra… de esta tierra’”.
El movimiento Solidaridad, bajo el liderazgo de Walesa y con la inspiración del Papa, llegó a aglomerar a más de un tercio de los trabajadores de Polonia y tuvo un papel clave en el fin del comunismo en ese país y luego en el resto de la URSS.
En un comentario póstumo por la muerte de San Juan Pablo II en 2005, el historiador británico Timothy Garton Ash, un agnóstico liberal, indicó que si bien “nadie puede probar de forma concluyente que él (San Juan Pablo II) fuera la principal causa del fin del comunismo”, pero destacó que “las figuras más importantes en todos los bandos”, entre ellos el fallecido expresidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, “están de acuerdo en que él lo fue”.
“Sin el Papa polaco, no hubiera habido la revolución de Solidaridad en Polonia en 1980; sin Solidaridad, no se habría producido ningún cambio dramático en la política soviética hacia Europa oriental bajo (Mijaíl) Gorbachov; sin ese cambio, no hubiera habido revolución de terciopelo en 1989”, en Checoslovaquia.
El 9 de noviembre de 1989, luego de que las autoridades soviéticas permitieran el paso del este al oeste de Berlín, comenzó la demolición del muro. En 1991, Mijaíl Gorbachov disolvió la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Un fragmento del Muro de Berlín se conserva en el Santuario de Fátima como agradecimiento a la Virgen María por guiar “con cariño maternal” a los pueblos “hacia la libertad”.
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