jueves, 29 de diciembre de 2016

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 29 DICIEMBRE 2016


Un día cualquiera, en medio de innumerable gente, en un niño común
Lucas 2, 22-35, V día de la Octava de Navidad, Ciclo A, Jesús es presentadc en el templo.


Por: H. Balam Loza, LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Espíritu Santo, fuente de luz, ilumíname. Dame tu luz y tu gracia para que pueda reconocer a Jesús. Que en medio de las fiestas navideñas pueda descubrir el gran misterio que hay detrás de todo. Ayúdame para que no me quede en la mera celebración superficial, sino que pueda tener un encuentro profundo con Jesús, que viene a mi corazón.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según Lucas 2,22-35
Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, Ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús. para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
"Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos, luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la Madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la Madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
El corazón del hombre busca a Dios. El anciano Simeón había buscado durante toda su vida, había esperado con paciencia y al fin su alma se había saciado del agua viva. Había visto a Jesús. Y eso era el mayor regalo que podía desear.
Cuántas veces podemos buscar a Jesús y quedarnos en la superficie. Celebramos la Navidad, vamos a misa, compramos y regalos y al final pasan los días y nuestra vida sigue igual. No ha cambiado mucho y decimos, bueno, otra vez a trabajar, otra vez clases, otra vez la vida ordinaria… Pareces que nada ha cambiado.
Sin embargo, es un momento para hacer una pausa y descubrir que ese Jesús al que buscamos está dentro y quiere que entablar una amistad con nosotros. Por esto es necesario el Espíritu Santo que nos indique el camino que tenemos que seguir. Que nos descubra a Jesús en medio de cualquier circunstancia.
Pensemos un poco en Simeón. Era un anciano, tal vez un poco ciego, y supo descubrir al Mesías en medio de una innumerable cantidad de gente que iba y venía, en un día cualquiera, en un niño común. ¿Por qué? Porque supo escuchar la voz del Espíritu que lo guiaba; supo ver en ese niño al esperado por todos.
«También nosotros, como María y Simeón, queremos llevar hoy en brazos a Jesús para que se encuentre con su pueblo, y seguro que lo conseguiremos si nos dejamos poseer por el misterio de Cristo. Guiemos el pueblo a Jesús dejándonos a su vez guiar por Él. Eso es lo que debemos ser: guías guiados.»
(Homilía de S.S. Francisco, 2 de febrero de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy, Señor, voy a hacer una hora Eucarística o al menos voy a hacer un rato de adoración, para pensar en lo verdaderamente importante de la Navidad y renovar la gratitud y la alegría de saber que Tú vienes a mi corazón.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

SANTOS INOCENTES, 28 DE DICIEMBRE


Hoy 28 de diciembre se celebra a los Santos Inocentes, los niños que murieron por Cristo


 (ACI).- “Todavía no hablan, y ya confiesan a Cristo. Todavía no pueden entablar batalla valiéndose de sus propios miembros, y ya consiguen la palma de la victoria”, dijo una vez San Quodvultdeus al exhortar a los fieles sobre los Santos Inocentes, los niños que murieron por Cristo y cuya fiesta se celebra el 28 de diciembre.

De acuerdo al relato de San Mateo, el rey Herodes mandó a matar en Belén y sus alrededores a los niños menores de dos años, al verse burlado por los Reyes Magos, quienes regresaron a sus países por otra ruta para no revelarle dónde estaba el Mesías.


En el siglo IV se instituyó esta fiesta para venerar a estos niños que murieron como mártires. La tradición oriental los recuerda el 29 de diciembre, mientras que la latina, el 28.

Posteriormente, San Quodvultdeus, Padre de la Iglesia del Siglo V y Obispo de Cartago (norte de África), dio un sermón sobre este lamentable hecho.

“¿Qué temes, Herodes, al oír que ha nacido un Rey? Él no ha venido para expulsarte a ti, sino para vencer al Maligno. Pero tú no entiendes estas cosas, y por ello te turbas y te ensañas, y, para que no escape el que buscas, te muestras cruel, dando muerte a tantos niños”, expresó.

Más adelante el Santo le señala al rey asesino: “Matas el cuerpo de los niños, porque el temor te ha matado a ti el corazón. Crees que, si consigues tu propósito, podrás vivir mucho tiempo, cuando precisamente quieres matar a la misma Vida”.

“Los niños, sin saberlo, mueren por Cristo; los padres hacen duelo por los mártires que mueren. Cristo ha hecho dignos testigos suyos a los que todavía no podían hablar”, enfatizó San Quodvultdeus.

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Santos Inocentes Martires
28 de Diciembre


El día de hoy se conmemora a los Niños Inocentes que el cruel Herodes mandó matar.

Según señala el Evangelio de San Mateo, Herodes llamó a los Sumos Sacerdotes para preguntarles en qué sitio exacto iba a nacer el rey de Israel, al que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: "Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: "Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel" (Miq. 5, 1).

Entonces Herodes se propuso averiguar exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran. Y fingiendo dijo a los Reyes Magos: - "Vayan y averiguen acerca de ese niño, cuando lo encuentren regresan y me lo informan, para ir yo también a adorarlo". Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. En sueños recibieron el aviso divino de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, y el pérfido Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido. Esto lo enfureció hasta el extremo, por lo que rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y dio la orden de matar a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y alrededores.

El mismo evangelista San Mateo afirmará que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: "Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen" (Jer. 31, 15).

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 28 DICIEMBRE, SANTOS INOCENTES


Obedecer con prontitud, porque se confía
Mateo 2, 13-18. Santos Mártires Inocentes. Ciclo A.


Por: H. Rubén Tornero, LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, te doy gracias de todo corazón por este momento que me regalas para tener un encuentro personal contigo. Amado Jesús, creo en Ti. Creo que te has hecho hombre porque me amas y quieres que yo también te amé. Confío en Ti. Confío en que puedo abandonarme en tus manos. Confío en tus obras, pues aunque no siempre las entienda, sé que Tú sólo quieres y haces lo que es mejor para mí. Te amo, Jesús, por ser Tú quien eres y porque me amas así como soy. Gracias por todo, Jesús.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-18
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su Madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su Madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por su hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
San José, hoy te miro en el Evangelio y encuentro en ti un ejemplo hermoso de las características que debe tener mi vida de cristiano: escucha atenta, obediencia pronta y vida cristocéntrica.
Por un lado, José, me maravilla la capacidad que tienes de descubrir la voz de Dios aun en una cosa que podría parecer tan pequeña y banal como lo es un sueño. Tú estás atento a la voz de Dios en cada momento.
¡Qué contraste con mi vida! A menudo yo le pido a Dios que me muestre su voluntad… pero le pido que sea con grandes señales, con cosas extraordinarias que no dejen lugar a la duda. Y por esperar esas cosas grandes, muchas veces no soy capaz de reconocer la voluntad de Dios en el pobre que pide limosna en la calle, en el silencio de mi oración, en aquél que se encuentra a mi lado y necesita un consejo, o solamente ser escuchado.
Tú, José, escuchas y obedeces con prontitud. No pones excusas ni quejas… ¡Ni siquiera pides más explicaciones! Obedeces, ya que confías en que Dios sabe lo que hace aunque tú no lo entiendas.
¡Y yo, en cambio, tantas veces siento a Dios en el banquillo de los acusados! No me canso de preguntarle – y en ocasiones, casi de exigirle – el porqué de su actuar. No consigo aceptar su voluntad pues tantas veces estoy tan aferrado a mi manera de pensar, a mi modo de hacer las cosas, que me quejo y quisiera corregirle la plana a Dios. Si obedezco, tantas veces lo hago a regañadientes y no con la prontitud con la que Tú obedeces.
José, Tú escuchas y obedeces porque quieres defender a Jesús y a María sin importar lo costoso que sea. Tú vives para custodiarlos, vives para ellos. Para ti, Jesús lo es todo y no permites que nada ni nadie te lo quite… ¡Preferirías primero perder la vida a perder a Jesús!
¿También yo sería capaz de hacer lo mismo? Me ruboriza recordar todos mis pecados, que no son otra cosa que el haber entregado a Jesús a Herodes, es decir, a mis pasiones, a mis apetitos, a mis egoísmos. ¡Tantas veces he permitido que las tentaciones me arrebaten a Jesús!
Querido José, tú sabes que no quiero perder nunca más a Jesús de mi vida. Intercede por mí ante Jesús para que Él me conceda la gracia de imitar tu ejemplo de vida santa. Defiéndeme de todos aquellos que quieran apartarme de Jesús y María, y pídele a Dios que algún día pueda llegar a estar con ustedes en el cielo.
«A cada uno de ustedes, y de nosotros, porque yo también soy hijo de una familia, nos entregan en plan de Dios para llevarlo adelante. El a?ngel del Sen?or le revelo? a Jose? los peligros que amenazaban a Jesu?s y Mari?a, obliga?ndolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret. Asi? tambie?n, en nuestro tiempo, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier dan?o. Y estad atentos, estad atentos con las nuevas ideologías colonizadoras. Existen colonizaciones ideológicas que buscan destruir la familia. No nacen del sueño de la oración, del encuentro con Dios, de la misión que Dios nos da. Vienen de afuera, por eso digo que son colonizaciones, no perdamos la libertad de la misión que Dios nos da, la misión de la familia.»
(Homilía de S.S. Francisco, 16 de enero de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a rezar una oración a san José.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, te doy gracias de todo corazón por este momento que me regalas para tener un encuentro personal contigo. Amado Jesús, creo en Ti. Creo que te has hecho hombre porque me amas y quieres que yo también te amé. Confío en Ti. Confío en que puedo abandonarme en tus manos. Confío en tus obras, pues aunque no siempre las entienda, sé que Tú sólo quieres y haces lo que es mejor para mí. Te amo, Jesús, por ser Tú quien eres y porque me amas así como soy. Gracias por todo, Jesús.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-18
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su Madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su Madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por su hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Obedecer con prontitud, porque se confía.
San José, hoy te miro en el Evangelio y encuentro en ti un ejemplo hermoso de las características que debe tener mi vida de cristiano: escucha atenta, obediencia pronta y vida cristocéntrica.
Por un lado, José, me maravilla la capacidad que tienes de descubrir la voz de Dios aun en una cosa que podría parecer tan pequeña y banal como lo es un sueño. Tú estás atento a la voz de Dios en cada momento.
¡Qué contraste con mi vida! A menudo yo le pido a Dios que me muestre su voluntad… pero le pido que sea con grandes señales, con cosas extraordinarias que no dejen lugar a la duda. Y por esperar esas cosas grandes, muchas veces no soy capaz de reconocer la voluntad de Dios en el pobre que pide limosna en la calle, en el silencio de mi oración, en aquél que se encuentra a mi lado y necesita un consejo, o solamente ser escuchado.
Tú, José, escuchas y obedeces con prontitud. No pones excusas ni quejas… ¡Ni siquiera pides más explicaciones! Obedeces, ya que confías en que Dios sabe lo que hace aunque tú no lo entiendas.
¡Y yo, en cambio, tantas veces siento a Dios en el banquillo de los acusados! No me canso de preguntarle – y en ocasiones, casi de exigirle – el porqué de su actuar. No consigo aceptar su voluntad pues tantas veces estoy tan aferrado a mi manera de pensar, a mi modo de hacer las cosas, que me quejo y quisiera corregirle la plana a Dios. Si obedezco, tantas veces lo hago a regañadientes y no con la prontitud con la que Tú obedeces.
José, Tú escuchas y obedeces porque quieres defender a Jesús y a María sin importar lo costoso que sea. Tú vives para custodiarlos, vives para ellos. Para ti, Jesús lo es todo y no permites que nada ni nadie te lo quite… ¡Preferirías primero perder la vida a perder a Jesús!
¿También yo sería capaz de hacer lo mismo? Me ruboriza recordar todos mis pecados, que no son otra cosa que el haber entregado a Jesús a Herodes, es decir, a mis pasiones, a mis apetitos, a mis egoísmos. ¡Tantas veces he permitido que las tentaciones me arrebaten a Jesús!
Querido José, tú sabes que no quiero perder nunca más a Jesús de mi vida. Intercede por mí ante Jesús para que Él me conceda la gracia de imitar tu ejemplo de vida santa. Defiéndeme de todos aquellos que quieran apartarme de Jesús y María, y pídele a Dios que algún día pueda llegar a estar con ustedes en el cielo.
«A cada uno de ustedes, y de nosotros, porque yo también soy hijo de una familia, nos entregan en plan de Dios para llevarlo adelante. El a?ngel del Sen?or le revelo? a Jose? los peligros que amenazaban a Jesu?s y Mari?a, obliga?ndolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret. Asi? tambie?n, en nuestro tiempo, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier dan?o. Y estad atentos, estad atentos con las nuevas ideologías colonizadoras. Existen colonizaciones ideológicas que buscan destruir la familia. No nacen del sueño de la oración, del encuentro con Dios, de la misión que Dios nos da. Vienen de afuera, por eso digo que son colonizaciones, no perdamos la libertad de la misión que Dios nos da, la misión de la familia.»
(Homilía de S.S. Francisco, 16 de enero de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a rezar una oración a san José.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 28 DE DICIEMBRE DEL 2016

Mattía Nazarei, Beata
Abadesa Clarisa, 28 Diciembre
Catalina (Caterina) Volpicelli, SantaCatalina (Caterina) Volpicelli, Santa
Fundadora, 28 de diciembre
Gregorio (Hryhorij) Khomysyn, BeatoGregorio (Hryhorij) Khomysyn, Beato
Obispo y Mártir, 28 de diciembre
Gaspar de Búfalo, SanGaspar de Búfalo, San
Presbítero y Fundador, 28 de diciembre
Los Santos InocentesLos Santos Inocentes
Fiesta Litúrgica 28 de diciembre

martes, 27 de diciembre de 2016

ORACIÓN A SAN JUAN EVANGELISTA


Oración a San Juan Evangelista

Glorioso san Juan Evangelista, a vos acudimos,
llenos de confianza en vuestra intercesión.

Nos sentimos atraídos a vos con una especial devoción
y sabemos que nuestras súplicas serán
más agradables a Dios nuestro Señor, si vos,
que tan amado sois de Él, se las presentáis.

Vuestra caridad, reflejo admirable de la de Dios,
os inclina a socorrer toda miseria, a consolar toda pena
y a complacer todo deseo y necesidad,
si ello ha de ser provechoso para nuestra alma.

Mirad, pues,
nuestra necesidad de conocer al Maestro,
tú que estuviste cerca de Él.

Mira nuestros trabajos y necesidades,
nuestros buenos deseos,
y alcanzadnos que aseguremos cada día más
nuestro conocimiento del evangelio
del que tu fuiste un testigo privilegiado.

SAN JUAN EVANGELISTA, EL DISCÍPULO AMADO DE JESÚS, 27 DE DICIEMBRE


 San Juan Evangelista, el discípulo amado de Jesús
27 de diciembre


 (ACI).- "Hijitos míos, amaos entre vosotros”, solía decir San Juan Evangelista, el más joven de los Apóstoles y a quien se distingue como el “discípulo amado de Jesús”. Fue quien acogió a la Virgen María en su casa y es patrón de teólogos y escritores. Su fiesta se celebra cada 27 de diciembre.

San Juan era judío de Galilea, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor, con quien era pescador. Fue el elegido para acompañar a Pedro a preparar la última cena, donde reclinó su cabeza sobre el pecho de Jesús. Estuvo al pie de la cruz con la Virgen María, a quien llevó físicamente a su casa como Madre para honrarla, servirla y cuidarla en persona.

Asimismo, cuando llegó la noticia del sepulcro vacío de Jesús, fue San Juan quien corrió junto a San Pedro para constatarlo. Es ahí donde los dos “vieron y creyeron”. Más adelante, cuando Jesús se les apareció a orillas del lago de Galilea, Pedro preguntó sobre el futuro de Juan y el Señor contestó: “Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme”.

Por esta respuesta se corrió el rumor de que Juan no iba a morir, algo que el mismo Apóstol desmintió al indicar que el Señor nunca dijo: "No morirá". Escribió el Apocalipsis, el Evangelio de San Juan, donde se refiere a sí mismo como “el discípulo a quien Jesús amaba”, y tres epístolas.

Según San Clemente de Alejandría, en una ciudad San Juan vio a un joven en la Congregación y, con el sentimiento de que mucho de bueno podría sacarse de él, lo llevó ante el Obispo, que el mismo Juan había consagrado, y le dijo: "En presencia de Cristo y ante esta congregación, recomiendo este joven a tus cuidados".

A recomendación de San Juan, el joven se hospedó en la casa del Obispo, quien lo instruyó en la fe, lo bautizó y confirmó. Sin embargo, las atenciones del Obispo se enfriaron, el muchacho frecuentó malas compañías y se convirtió en asaltante de caminos.

Después de un tiempo, San Juan volvió y le pidió al Obispo el encargo que Jesucristo y él le habían encomendado a su cuidado ante la Iglesia. El Prelado se sorprendió pensando que se trataba de algún dinero, pero el Apóstol le explicó que se refería al joven.

El Obispo exclamó: "¡Pobre joven! Ha muerto". "¿De qué murió?”, preguntó San Juan. "Ha muerto para Dios, puesto que es un ladrón", le respondió. Al oír esto, el anciano Apóstol pidió un caballo y con la ayuda de un guía se dirigió a las montañas donde los asaltantes de camino tenían su guarida. Tan pronto como entró, lo tomaron prisionero.

En el escondite de los maleantes, el joven reconoció al Santo e intentó huir, pero el Apóstol le gritó: "¡Muchacho! ¿Por qué huyes de mí, tu padre, un viejo y sin armas? Siempre hay tiempo para el arrepentimiento. Yo responderé por ti ante mi Señor Jesucristo y estoy dispuesto a dar la vida por tu salvación. Es Cristo quien me envía".

El muchacho se quedó inmóvil, bajó la cabeza, se puso a llorar y se acercó al Santo para implorarle una segunda oportunidad. San Juan, por su parte, no abandonó la guarida de ladrones hasta que el pecador quedó reconciliado con la Iglesia.

Esta caridad, que buscaba inflamar en los demás, se reflejaba en su dicho: “Hijitos míos, amaos entre vosotros". Una vez le preguntaron por qué repetía siempre la frase y respondió San Juan: "Porque ése es el mandamiento del Señor y si lo cumplís ya habréis hecho bastante".

A diferencia de todos los demás Apóstoles que murieron en el martirio, San Juan partió pacíficamente a la Casa del Padre en Éfeso hacia el año cien de la era cristiana y a los 94 años, según San Epifanio.

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SANTORAL DE HOY MARTES 27 DE DICIEMBRE DEL 2016

Loreta o Lorena Fusconi,  BeataLoreta o Lorena Fusconi, Beata
Religiosa, 27 de diciembre
Odoardo Focherini, BeatoOdoardo Focherini, Beato
Martir Laico, 27 de diciembre
Sara Salkahazi, BeataSara Salkahazi, Beata
Religiosa y Mártir, 27 de iciembre
José María Corbín Ferrer, BeatoJosé María Corbín Ferrer, Beato
Mártir de Valencia, 27 Diciembre
Francisco Spoto, BeatoFrancisco Spoto, Beato
Sacerdote y Mártir, 27 Diciembre
Alfredo Parte, BeatoAlfredo Parte, Beato
Mártir Escolapio, 27 Diciembre
Fabiola de Roma, SantaFabiola de Roma, Santa
Matrona romana, 27 de diciembre
Juan, SantoJuan, Santo
Fiesta Litúrgica, 27 de diciembre

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 27 DE DICIEMBRE DEL 2016


Vio y creyó
Juan 20, 2-9, Fiesta de San Juan Apóstol, Ciclo A,


Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Quisiera hoy, Jesús, estar contigo… no importa si no te hablo, ni me dices nada. Al final, simplemente quiero estar contigo. Dame la gracia de ponerme en tu presencia. Ahí, junto a Ti, sin hablar, sin decir nada… sólo estar.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 20, 2-9
El primer día después del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
San Juan, el discípulo a quién Jesús tanto quería; el discípulo que estuvo sobre el pecho de Jesús; el que estuvo al píe de la cruz…el discípulo amado.Este discípulo se vio inmerso ante la duda en aquellos tres días. Sabía que amaba, sabía muy bien lo que sentía, pero… no veía nada.
La voz de María Magdalena entró a su corazón como luz de sol que penetra el cielo nublado. Era una luz de esperanza.
Llevado por la emoción, corre con la ilusión de darle sentido a ese amor que sabía que tenía…sabía que existía, mas no lo veía.
Observa, contempla…recuerda y al final: Vio y creyó. Constató que aquello que vivió con Jesús…, los latidos de su corazón, la cruz, su amor… era real.
El amor no puede acabar. Entendió que había que morir para resucitar. El sufrimiento es parte del amor…pero no es el final.
Ésa es la esperanza que tiene que guiar mi vida; pues aunque pasen 3 o más días, en la obscuridad o la duda, jamás puedo olvidar que el amor que Dios me ha tenido desde la eternidad es verdadero… es real.
Señor, muchas veces pierdo el sentido en mi vida, y sólo veo signos, recuerdos… los lienzos que has dejado en mi historia. Dame la gracia de cada día poder ver y creer. Ser testigo fiel de tu amor en mi ayer y mi hoy… en las cosas pequeñas y también en las grandes, para así creer. Señor… aumenta mi fe.
«Pedro, después de haber escuchado a las mujeres y de no haberlas creído, «sin embargo, se levantó» (v.12). No se quedó sentado a pensar, no se encerró en casa como los demás. No se dejó atrapar por la densa atmósfera de aquellos días, ni dominar por sus dudas; no se dejó hundir por los remordimientos, el miedo y las continuas habladurías que no llevan a nada. Buscó a Jesús, no a sí mismo. Prefirió la vía del encuentro y de la confianza y, tal como estaba, se levantó y corrió hacia el sepulcro, de dónde regresó “admirándose de lo sucedido”.»
(Homilía de S.S. Francisco, 26 de marzo de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicar un tiempo en el día para hacer una lista de los momentos en mi vida en que he «visto y creído». Aquellos momentos grandes y sencillos en que Jesús se ha hecho presente en la propia historia. Escribirlos en una hoja que se pueda guardar en un lugar personal para algún tiempo de duda, sequedad… recordar con el testigo de la vida misma que Dios siempre está.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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