martes, 6 de enero de 2015

¿QUÉ ES LA EPIFANÍA? 6 DE ENERO


¿Qué es la Epifanía?
La celebración de esta fiesta es ligeramente posterior a la de Navidad
Por: www.aciprensa.com




Epifanía significa "manifestación". Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:

- Su Epifanía ante los Reyes Magos (Mt 2, 1-12)

- Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán

- Su Epifanía a sus discípulos y comienzo de Su vida pública con el milagro en Caná.

La Epifanía que más celebramos en la Navidad es la primera.

La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la Iglesia de Oriente. A diferencia de Europa, el 6 de enero tanto en Egipto como en Arabia se celebraba el solsticio, festejando al sol victorioso con evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que los paganos celebraban el solsticio invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado este cambio; nos dice además que los paganos hacían una fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos celebraban una fiesta mucho antes que los cristianos con ritos nocturnos en los que gritaban: "la Virgen ha dado a luz, la luz crece".

Entre los años 120 y 140 AD los gnósticos trataron de cristianizar estos festejos celebrando el bautismo de Jesús. Siguiendo la creencia gnóstica, los cristianos de Basílides celebraban la Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue bautizado. Epifanio trata de darles un sentido cristiano al decir que Cristo demuestra así ser la verdadera luz y los cristianos celebran su nacimiento.

Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a celebrar en este día la Epifanía del Señor. Al igual que la fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica que la Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es decir, la santa luz.

Esta fiesta nacida en Oriente ya se celebraba en la Galia a mediados del s IV donde se encuentran vestigios de haber sido una gran fiesta para el año 361 AD. La celebración de esta fiesta es ligeramente posterior a la de Navidad.



Los Reyes Magos

Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús al mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos (Mt 2 1-12) como símbolo del reconocimiento del mundo pagano de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.

De acuerdo a la tradición de la Iglesia del siglo I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. Del pasaje bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo trajeron incienso, oro y mirra; de la tradición de los primeros siglos se nos dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltazar. Hasta el año de 474 AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia) y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta nuestros días.

El hacer regalos a los niños el día 6 de enero corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis" (Mt. 25, 40); a los niños haciéndoles vivir hermosa y delicadamente la fantasía del acontecimiento y a los mayores como muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.

lunes, 5 de enero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 5 DE ENERO DEL 2015


Jesús predica en Galilea
Navidad

Mateo 4, 12-17. 23-25. Navidad. Jesús nos invita a convertirnos porque... ¡El Reino de los cielos ya ha llegado! 


Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Mateo 4, 12-17. 23-25
Al enterarse Jesus de que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea. Y dejando Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí; para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías:¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los gentiles!. El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de sombras de muerte una luz les ha amanecido. Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado.» Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Su fama llegó a toda Siria; y le trajeron todos los que se encontraban mal con enfermedades y sufrimientos diversos, endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curó. Y le siguió una gran muchedumbre de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán.

Oración introductoria
Creo en Ti Señor porque eres la Verdad misma. Espero en Ti porque eres la Misericordia infinita. Te amo, pero ayúdame a amarte más porque Tú eres el único digno de ser amado sobre todas las cosas.

Petición
Señor, cúrame, hazme ser fiel a tu amor. Concédeme ser un apóstol esforzado y fiel de tu Reino.

Meditación del Papa Francisco
Con sus invitaciones a la conversión, este tiempo viene providencialmente a despertarnos, a sacudirnos de la apatía, del riesgo de seguir adelante por inercia. La exhortación que el Señor nos dirige por medio del profeta Joel es fuerte y clara: “Convertíos a mí de todo corazón”. ¿Por qué debemos volver a Dios? Porque algo no está bien en nosotros, no está bien en la sociedad, en la Iglesia, y necesitamos cambiar, dar un viraje. Y esto se llama tener necesidad de convertirnos. Una vez más este tiempo nos dirige su llamamiento profético, para recordarnos que es posible realizar algo nuevo en nosotros mismos y a nuestro alrededor, sencillamente porque Dios es fiel, es siempre fiel, porque no puede negarse a sí mismo, sigue siendo rico en bondad y misericordia, y está siempre dispuesto a perdonar y recomenzar de nuevo. Con esa confianza filial, pongámonos en camino.» (Cf. S.S. Francisco, 5 de marzo de 2014).

Reflexión
Todos somos testigos de la gran luz que nos ha iluminado. Cristo niño se ha hecho hombre por amor a nosotros para convertirse en la luz que guiará nuestros pasos.

Se dice que cuando la noche es más oscura es cuando más brillan las estrellas. Podríamos decir también que cuando más oscuro es nuestro peregrinar por este mundo es cuando más brilla la luz de Cristo en nuestros corazones. Cuando más solos nos sentimos es cuando Cristo está más cerca de nosotros. Porque como dice el profeta Isaías: "este mundo camina en tinieblas pero ya ha visto una gran luz que viene a salvarle". No permitamos que la ceguera de nuestro egoísmo entenebrezca la luz de Cristo en nuestros corazones. Tengamos bien abiertos los ojos de la fe en Dios para caminar por la senda del verdadero amor y de la verdadera esperanza.

Sabemos por el evangelio de hoy que el Reino de los cielos ha llegado, pero ¿cómo le hemos recibido? ¿Nos hemos dado cuenta de su llegada? O por el contrario, ¿hemos permitido que otras luces que no es la de Cristo guíen nuestra vida? No gastemos nuestro fuego en otros infiernillos. Confiemos en que Jesús es la verdadera luz que nos traerá aquella felicidad que buscamos en las cosas de este mundo. Porque sólo Cristo llenará las ansias de felicidad que buscamos.

Propósito
Conocer, para vivir, la Palabra de Dios,

Diálogo con Cristo
Jesús, quiero tener esa disponibilidad que tuviste siempre para con los demás. Abre mis ojos y mi corazón a las necesidades de quienes están más cerca. Quiero saber salir de mí mismo, de mi comodidad, para ser un auténtico misionero de tu amor en tu Iglesia. Que mi única ilusión sea la de poder gastar, minuto a minuto, la vida que me has ha dado, siguiendo fielmente las indicaciones de tus Pastores.

SAN JUAN NEPOMUCENO NEUMANN, OBISPO Y FUNDADOR, 5 DE ENERO


Juan Nepomuceno Neumann, Santo
Obispo y fundador, 5 de enero. 


Por: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net




Sacerdote Redentorista, Obispo y fundador de las Hermanas Terciarias Franciscanas

Martirologio Romano: En la ciudad de Filadelfia, del estado de Pensilvania, en los Estados Unidos de Norteamérica, san Juan Nepomuceno Neumann, obispo, de la Congregación del Santísimo Redentor, quien se distinguió por su solicitud a favor de los inmigrantes pobres, ayudándoles con sus consejos y su caridad, así como en la educación cristiana de los niños (1860). 

Fecha de canonización: 19 de junio de 1977 por el Papa Paulo VI

Juan Nepomuceno Neumann nació en 1811 en Prachatitz, entonces parte del Imperio Austro-Húngaro, hoy población checa. Juan fue el tercero de una familia de seis hijos. Durante los estudios de filosofía, realizados con los cistercienses, su afición eran las ciencias naturales tanto que pensó en estudiar medicina, pero, motivado por su madre, ingresó al seminario.

En el año 1831, mientras estudiaba teología en el seminario de Budweis se interesó vivamente por las misiones y decidió dedicarse a la evangelización en América. 

Habiéndole llegado la hora de la ordenación sacerdotal, su obispo la defirió por tiempo indefinido. En esas circunstancias decidió partir para Estados Unidos, invitado por el obispo de Filadelfia. Desde Budweis escribió a sus padres: “Mi inalterable resolución, hace ya tres años acariciada y ahora próxima a cumplirse, de ir en auxilio de las almas abandonadas, me persuade de que es Dios el que me exige este sacrificio... Yo os ruego, queridos padres, que llevéis con paciencia esta cruz que Dios ha puesto sobre vuestros hombros y los míos.” 

Llegó a Nueva York en 1836, siendo ordenado sacerdote ese mismo año en la catedral de San Patricio. Inmediatamente se le destinó a la región de las cataratas del Niágara. Movido por un deseo de mayor entrega a Dios e impresionado por la eficacia del apostolado realizado por los misioneros redentoristas, quienes intentaban establecerse en aquellas tierras, pidió ser admitido en la congregación. Como redentorista ejerció el ministerio sagrado en Baltimore. Fue nombrado sucesivamente vicario del provincial, consejero, y finalmente superior de comunidad, en Filadelfia.

Estando esta ciudad, fue nombrado obispo de Filadelfia. En su labor pastoral, ideó un plan llamado sistema de escuelas parroquiales para dotar a cada parroquia con una escuela católica; en sus ocho años de episcopado se abrieron setenta escuelas. En el centenario de su muerte, celebrado en Pennsylvania en el año 1960, fue reconocido por el Senado como hombre insigne, pionero y promotor del sistema escolar católico de Estados Unidos.

Entre 1854 y 1855 se ausentó de su diócesis para ir a Roma en visita “ad límina”. El 8 de diciembre recibió la gracia de estar presente en la basílica de San Pedro cuando el papa Pío IX proclamó solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción. A él correspondió sostener el libro en el que el Papa leyó las palabras de la proclamación del dogma. 

De regreso a su diócesis llevó a cabo un permiso recibido del papa Pío IX: recibió los votos religiosos de tres mujeres que pertenecían a la tercera orden de San Francisco y convirtió su asociación en congregación religiosa: las Hermanas Terciarias Franciscanas, para quienes redactó unas constituciones. Murió en 1860. Fue beatificado en 1963 y canonizado en 1977 por el papa Pablo VI.

SAN EDUARDO III, EL CONFESOR, LAICO, 5 DE ENERO DEL 2015

Eduardo III el Confesor, Santo
Laico, 5 de enero 



Por: P. Angel Amo | Fuente: Catholic.net





Rey


Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, san Eduardo, apellidado el Confesor, que, siendo rey de los ingleses, fue muy amado por su eximia caridad, y trabajó incansablemente por mantener la paz en sus estados y la comunión con la Sede Romana (1066).

Etimología: Eduardo = Aquel que es un guardián glorioso

Eduardo, nieto de San Eduardo llamado el Mártir, nació en 1004 en Islip, cerca de Oxford. Su padre era el rey Etelredo II, llamado el Desaconsejado. Siendo todavía niño, tuvo que emprender el camino del destierro y vivió del 1014 al 1041 en Normandía con unos familiares de su madre.

Se dice que hizo el voto de ir en peregrinación a Roma si la Divina Providencia lo llevaba de nuevo a su patria. Cuando esto sucedió, Eduardo quería cumplir fielmente el voto, pero el Papa lo dispensó. El dinero que iba a gastar en el viaje lo dio a los pobres y otra parte del mismo lo dedicó a la restauración del monasterio al oeste de Londres (west minster, hoy Westminster).

A pesar de los fracasos políticos de su gobierno, Eduardo rey de Inglaterra del 1043 al 1066, dejó un vivísimo recuerdo en su pueblo. Las razones de esta veneración, que continuó con los siglos, hay que buscarlas no sólo en algunas medidas sabias administrativas, como la abolición de un pesado impuesto militar que agobiaba a toda la nación, sino sobre todo en su temperamento suave y generoso (jamás un desacato o una palabra de reproche o un gesto de ira ni siquiera con los súbditos más humildes) y en su vida privada.

Un año después de su coronación se había casado con la cultísima Edith Godwin, hija de su más terrible adversario del barón Godwin de Wessex.

Había sido una hábil jugada política de su suegro, pues tenía la esperanza de que Eduardo, a quien ya llamaban “el Confesor”, le confiaría la administración del gobierno para dedicarse con más libertad a sus oraciones y a la meditación
El plan, demasiado sutil, sólo tuvo éxito en parte, porque hacia 1051 el barón fue desterrado y la reina fue encerrada en un convento. Pero sólo fue un paréntesis, porque el acuerdo entre Eduardo y la reina era muy profundo, hasta el punto que, según los biógrafos, los dos habían hecho de común acuerdo voto de virginidad.

La solemne inauguración del famoso coro del Monasterio de Westminster, que él mismo había financiado, tuvo lugar el 28 de diciembre de 1065. Pero el rey ya estaba gravemente enfermo.

Murió el 5 de enero de 1066 y fue enterrado en la Iglesia de la abadía recientemente restaurada. Pronto hubo muchas peregrinaciones a su tumba. En el reconocimiento de 1102 encontraron su cuerpo incorrupto y el 17 de febrero de l161 el Papa Alejandro III lo incluyó en la lista de los santos. El día de su fiesta coincide con la fecha en que Santo Tomás Bechet trasladó solemnemente sus reliquias al coro de la misma Iglesia.

Hoy, a la distancia de casi diez siglos, aún Inglaterra llama a su Corona "de San Eduardo".

No lo tuvo fácil ¿verdad? Recuerdo ahora ese maravilloso refrán castellano que dice: "Todos los días son buenos para alabar a Dios".

LOS SANTOS DE HOY: LUNES 5 DE ENERO DEL 2015

Sinclética, Santa
Virgen, 5 de enero


Hoy también se festeja a:

Rogerio de Todi, Beato
Presbítero Franciscano, 5 de enero
Eduardo III el Confesor, Santo
Laico, 5 de enero
Deogratias, Santo
Obispo, 5 de Enero
Marcelina Darowska, Beata
Fundadora, 5 de enero
María Repetto, Beata
Religiosa, 5 de enero
Pedro Bonilli, Beato
Sacerdote y Fundador, 5 de enero
Genoveva Torres Morales, Santa
Fundadora, 5 de enero
Juan Nepomuceno Neumann, Santo
Obispo y fundador, 5 de enero.

domingo, 4 de enero de 2015

LOS SANTOS DE HOY: DOMINGO 4 DE ENERO DEL 2015

Gregorio de Langres, Santo
Obispo, 4 de enero

Hoy también se festeja a:

Rigoberto de Reims, Santo
Obispo, 4 de enero
Beato José Manuel González García
Vivencias de alguien que lo conoció.
Ángela de Foligno, Santa
Terciaria Franciscana, 4 de enero
Isabel Ana Bayley Seton, Santa
Fundadora, 4 de enero
Dafrosa de Roma, Santa
Viuda y Mártir, 4 de enero
Manuel González García, Beato
Obispo y Fundador, 4 de Enero

SANTA DAFROSA DE ROMA, VIUDA Y MÁRTIR, 4 DE ENERO


Dafrosa de Roma, Santa
Dafrosa de Roma, Santa

Viuda y Mártir, 4 de enero 


Fuente: Archidiócesis de Madrid



Viuda y Mártir


Mujer fuerte, cristiana de cuerpo entero. Esposa y madre de familia que tiene bien grabado en su alma el principio y fin de su estado y su función: ganar el cielo para ella y para los suyos. Sí, es como si la vida consistiera en un desbaratarse en el ámbito del Amor.

Primero a su marido y a sus hijos, luego al prójimo restante y al mundo, todo en el amplio ámbito de Dios que da sentido a los amores, sanos y nobles, pero con minúscula.

Y como el amor lleva a darse en búsqueda del bien de quien se ama, ahí la vemos dejando su casa en Sevilla y emigrando a la cabeza del Imperio con toda su familia a la búsqueda de un bienestar mejor. Porque era española y sevillana, de los de siempre, aún antes de que se llamaran andaluces o existiera la Giralda y antes de que fueran sus señales el toro, el albero, los palillos, el faralai y el ´`ozú ¡que caló!.

Su marido Flaviano, muere mártir en Roma. Por estar casada con un cristiano irreductible ella es condenada al destierro. A su vuelta el prefecto Aproniano la encarcela porque sigue aferrada a su principio de no sacrificar y casi enferma de hambre. El prefecto prepara las cosas para recasarla con un tal Fausto con la esperanza de que la obligue a cambiar; pero resulta el cazador casado, porque Dafrosa lo instruye en la fe cristiana, lo bautiza el presbítero Juan y acaba muriendo mártir. Como su cuerpo fue expuesto a los perros, por la noche lo recoge Dafrosa y le da sepultura cristiana. Esto la llevó definitivamente al martirio, el 4 de Enero del 362, cuando era ya único emperador Juliano.

Encantador relato que realza la entereza y la actuación, desde la feminidad, de esta mujer cristiana cabal ¿verdad? Se conocen los hechos -posiblemente agrandados en los siglos y en la distancia- por el historiador hagiógrafo hispalense Antonio Quintana quien a su vez los retoma de Pedro Julián. Cuando se narra la vida y muerte de Dafrosa se habla de toda una familia mártir - también se afirma que sus hijas Demetria y Bibiana murieron mártires en Roma, en el 362- cuya fuente impulsora es la madre, firme, fuerte y muy capaz.

Es curioso ver en la historia el papel de los aduladores del que manda. No fue precisamente el tiempo de Juliano uno de los que se caractericen por violenta persecución. El Apóstata sólo estuvo preocupado por la restauración en el Imperio del paganismo como religión oficial, al tiempo que mejoraba la administración e impulsaba la economía. Juliano no quiso mártires, sólo paganos. Pero, bien fuera por adulación, bien por odio a la fe, dicen que el prefecto Aproniano llevó esta familia a la muerte porque eran seguidores cabales del judío Cristo, el Señor.

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 4 DE ENERO DEL 2015

domingo 04 Enero 2015
Segundo Domingo después de Navidad
Santa Isabel Ana Seton, Beato Manuel Gonzalez Garcia 


Eclesiástico 24,1-2.8-12.
La sabiduría hace el elogio de sí misma 
y se gloría en medio de su pueblo, 
abre la boca en la asamblea del Altísimo 
y se gloría delante de su Poder. 
«El Creador de todas las cosas me dio una orden, 
el que me creó me hizo instalar mi carpa. 
Él me dijo: "Levanta tu carpa en Jacob 
y fija tu herencia en Israel". 
El me creó antes de los siglos, desde el principio, 
y por todos los siglos no dejaré de existir. 
Ante Él, ejercí el ministerio en la Morada santa, 
y así me he establecido en Sión; 
Él me hizo reposar asimismo en la Ciudad predilecta, 
y en Jerusalén se ejerce mi autoridad. 
Yo eché raíces en un Pueblo glorioso, 
en la porción del Señor, en su herencia». 



Salmo 147,12-13.14-15.19-20.
¡Glorifica al Señor, Jerusalén, 
alaba a tu Dios, Sión!
El reforzó los cerrojos de tus puertas 
y bendijo a tus hijos dentro de ti.

El asegura la paz en tus fronteras 
y te sacia con lo mejor del trigo. 
Envía su mensaje a la tierra, 
su palabra corre velozmente.

Revela su palabra a Jacob, 
sus preceptos y mandatos a Israel:
a ningún otro pueblo trató así 
ni le dio a conocer sus mandamientos.



San Pablo a los Efesios 1,3-6.15-18.
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, 
y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. 
El nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, 
para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido. 
Por eso, habiéndome enterado de la fe que ustedes tienen en el Señor Jesús y del amor que demuestran por todos los hermanos, 
doy gracias sin cesar por ustedes recordándolos siempre en mis oraciones 
Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. 
Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, 



Juan 1,1-18.
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. 
Al principio estaba junto a Dios. 
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. 
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 
La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. 
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. 
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. 
El no era la luz, sino el testigo de la luz. 
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. 
Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. 
Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. 
Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. 
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. 
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. 
Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo". 
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: 
porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. 
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre. 




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. 
Leer el comentario del Evangelio por : 

Beato Guerrico de Igny (c. 1080-1157), abad cisterciense 
1er sermón para la Navidad 

“Aquí tenéis la señal: un recién nacido… acostado en un pesebre” (Lc 2,12)

“Nos ha nacido un niño” (Is 9,5). Y el Dios de majestad, anonadándose a sí mismo (Flp 2,7) se hizo semejante a nosotros, no tan sólo tomando un cuerpo terrestre de mortal, sino todavía más, en la edad tierna y débil de los niños… ¡Oh santa y dulce infancia que restituyes al hombre la verdadera inocencia! Gracias a ti cualquier edad puede llegar a ser una dichosa infancia (Mt 18,3) y ser conforme al Niño-Dios, no por la pequeñez de sus miembros, sino por la humildad del corazón y la suavidad de sus costumbres…

Para servirte de ejemplo, Dios ha querido, siendo al más grande de todos, hacerse el más humilde y pequeño de todos. Era poco para él estar por debajo de los ángeles tomando la condición de la naturaleza mortal; ha sido preciso hacerse más pequeño que los hombres tomando la edad y la debilidad de un niño. Que preste atención el hombre piadoso y humilde y se felicite de esta verdad. Que preste atención el hombre impío y orgulloso y sea confundido. Que vean al Dios infinito hecho niño, un pequeño a quien hay que adorar…

En esta primera manifestación a los mortales, Dios ha preferido presentarse bajo los rasgos de un niño pequeño, aparecer más amable que temido. Así, puesto que viene a salvar y no a juzgar, muestra por el momento lo que puede suscitar amor, y deja para más tarde lo que podría inspirar el temor. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de su gracia (Hb 4,16), nosotros que no podemos ni tan sólo pensar sin temblar en el trono de su gloria. Aquí no hay nada terrible ni severo que temer. Por el contrario, todo es bondad y dulzura para inspirar confianza. Verdaderamente, nada hay más fácil de apaciguar que el corazón de este niño; a ti, el culpable, adelanta tus ofrendas de paz y de satisfacción y, el primero, te envía mensajeros de paz para alentarte a una reconciliación.
Sólo necesitas querer lo que te envía, y quererlo verdadera y perfectamente. No sólo te concederá el perdón, sino que te colmará de su gracia. Más aún, apreciando que no es una ganancia despreciable el hecho de haber encontrado a la oveja perdida, celebrará por ello una fiesta con sus ángeles (Lc 15.7).

FIESTA DE LA EPIFANÍA O DÍA DE REYES



Fiesta de la Epifanía o Día de Reyes



Los pastores y reyes del Oriente visitan a Jesús el Mesias, le llevan regalos y lo adoran con oro, incienso y mirra. 


Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net



Origen de la fiesta:

El 6 de enero se celebraba desde tiempos inmemoriales en Oriente, pero con un sentido pagano: En Egipto y Arabia, durante la noche del 5 al 6 de enero se recordaba el nacimiento del dios Aion. Creían que él se manifestaba especialmente al renacer el sol, en el solsticio de invierno que coincidía hacia el 6 de Enero. En esta misma fecha, se celebraban los prodigios del dios Dionisio en favor de sus devotos.
La fiesta de la Epifanía sustituyó a los cultos paganos de Oriente relacionados con el solsticio de invierno, celebrando ese día la manifestación de Jesús como Hijo de Dios a los sabios que vinieron de Oriente a adorarlo. La tradición pasó a Occidente a mediados del siglo IV, a través de lo que hoy es Francia.

La historia de los Reyes Magos se puede encontrar en Mateo 2, 1-12

“Después de haber nacido Jesús en Belén de Judea, en el tiempo del Rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: ¿dónde está el que ha nacido, el Rey de los Judíos? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.
Al oír esto, el Rey Herodes se puso muy preocupado; entonces llamó a unos señores que se llamaban Pontífices y Escribas (que eran los que conocían las escrituras) y les preguntó el lugar del nacimiento del Mesías, del Salvador que el pueblo judío esperaba hacia mucho tiempo.
Ellos contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito por el Profeta:

Y tú, Belén tierra de Judá
de ningún modo eres la menor
entre las principales ciudades de Judá
porque de ti saldrá un jefe
que será el pastor de mi pueblo Israel

Entonces Herodes, llamando aparte a los magos, los envió a la ciudad de Belén y les dijo: Vayan e infórmense muy bien sobre ese niño; y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo.
Los Reyes Magos se marcharon y la estrella que habían visto en el Oriente, iba delante de ellos hasta que fue a pararse sobre el lugar donde estaba el Niño. Al ver la estrella, sintieron una gran alegría.
Entraron en la casa y vieron al niño con María su madre. Se hincaron y lo adoraron. Abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Luego, habiendo sido avisados en sueños que no volvieran a Herodes, (pues él quería buscar al Niño para matarlo), regresaron a su país por otro camino.”

Podemos aprovechar esta fiesta de la Iglesia para reflexionar en las enseñanzas que nos da este pasaje evangélico:

*Los magos representan a todos aquellos que buscan, sin cansarse, la luz de Dios, siguen sus señales y, cuando encuentran a Jesucristo, luz de los hombres, le ofrecen con alegría todo lo que tienen.

* La estrella anunció la venida de Jesús a todos los pueblos. Hoy en día, el Evangelio es lo que anuncia a todos los pueblos el mensaje de Jesús.

* Los Reyes Magos no eran judíos como José y María. Venían de otras tierras lejanas (de Oriente: Persia y Babilonia), siguiendo a la estrella que les llevaría a encontrar al Salvador del Mundo. Representan a todos los pueblos de la tierra que desde el paganismo han llegado al conocimiento del Evangelio.

* Los Reyes Magos dejaron su patria, casa, comodidades, familia, para adorar al Niño Dios. Perseveraron a pesar de las dificultades que se les presentaron. Era un camino largo, difícil, incómodo, cansado. El seguir a Dios implica sacrificio, pero cuando se trata de Dios cualquier esfuerzo y trabajo vale la pena.

* Los Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no veían, aunque no entendían. Quizá ellos pensaban encontrar a Dios en un palacio, lleno de riquezas y no fue así, sino que lo encontraron en un pesebre y así lo adoraron y le entregaron sus regalos. Nos enseñan la importancia de estar siempre pendientes de los signos de Dios para reconocerlos.

Los Reyes Magos fueron generosos al ir a ver a Jesús, no llegaron con las manos vacías. Le llevaron:
  • oro: que se les da a los reyes, ya que Jesús ha venido de parte de Dios, como rey del mundo, para traer la justicia y la paz a todos los pueblos;

  • incienso: que se le da a Dios, ya que Jesús es el hijo de Dios hecho hombre;

  • mirra: que se untaba a los hombres escogidos, ya que adoraron a Jesús como Hombre entre los hombres.
Esto nos ayuda a reflexionar en la clase de regalos que nosotros le ofrecemos a Dios y a reconocer que lo importante no es el regalo en sí, sino el saber darse a los demás. En la vida debemos buscar a Dios sin cansarnos y ofrecerle con alegría todo lo que tenemos.

* Los Reyes Magos sintieron una gran alegría al ver al niño Jesús. Supieron valorar el gran amor de Dios por el hombre.

* Debemos ser estrella que conduzca a los demás hacia Dios.

Significado de la fiesta:

Antes de la llegada del Señor, los hombres vivían en tinieblas, sin esperanza. Pero el Señor ha venido, y es como si una gran luz hubiera amanecido sobre todos y la alegría y la paz, la felicidad y el amor hubieran iluminado todos los corazones. Jesús es la luz que ha venido a iluminar y transformar a todos los hombres.

Con la venida de Cristo se cumplieron las promesas hechas a Israel. En la Epifanía celebramos que Jesús vino a salvar no sólo a Israel sino a todos los pueblos.
Epifanía quiere decir "manifestación", iluminación. Celebramos la manifestación de Dios a todos los hombres del mundo, a todas las regiones de la tierra. Jesús ha venido para revelar el amor de Dios a todos los pueblos y ser luz de todas las naciones.

En la Epifanía celebramos el amor de Dios que se revela a todos los hombres. Dios quiere la felicidad del mundo entero. Él ama a cada uno de los hombres, y ha venido a salvar a todos los hombres, sin importar su nacionalidad, su color o su raza.
Es un día de alegría y agradecimiento porque al ver la luz del Evangelio, salimos al encuentro de Jesús, lo encontramos y le rendimos nuestra adoración como los magos.

Origen de la Rosca de Reyes


Después de que los Reyes adoraron a Jesús, un ángel les avisó que no regresaran donde Herodes y ellos regresaron por otro camino. Herodes al enterarse que había nacido el Rey que todos esperaban, tuvo miedo de perder su puesto y ordenó matar a todos los niños menores de dos años entre los cuales se encontraría dicho Rey.
La Sagrada Familia huyó a Egipto y el niño Dios se salvó, otras familias escondieron a los bebés en tinajas de harina y así no fueron vistios y salvaron sus vidas. Desde entonces, los judíos comían pan ázimo el 6 de enero en el que escondían un muñeco de barro recordando este acontecimiento.

Los primeros cristianos tomaron un poco de esta tradición y la mezclaron con la historia de la visita de los Reyes Magos para la celebración de la Epifanía: cambiaron el pan ázimo por pan de harina blanca y levadura, cocida en forma de Rosca, endulzándolo con miel y adornándolo con frutos del desierto, como higos, dátiles y algunas nueces.

Para los cristianos, la forma circular de la rosca simboliza el amor eterno de Dios, que no tiene principio ni fin. Los confites son las distracciones del mundo que nos impiden encontrar a Jesús.

El muñequito escondido dentro de la rosca, simboliza al Niño Jesús que los reyes no encontraban porque la estrella desaparecía.

Esta costumbre de los cristianos de Palestina llegó a Europa y posteriormente a América.

En México, el que encuentra el muñequito de la rosca se convierte en el centro de la fiesta: se le pone una corona hecha de cartón y cubierta de papel dorado y se le da el nombramiento de “padrino del Niño Jesús”.

El padrino deberá vestir con ropas nuevas a la imagen del niño Jesús del nacimiento y presentarlo en la Iglesia el día 2 de Febrero, día de la Candelaria. Después hará una fiesta con tamales y atole.

Sugerencias para vivir esta fiesta
 
  • Reflexionar y contestar las siguientes preguntas: ¿qué regalo le voy a dar a Jesús este año que comienza?; ¿qué puedo cambiar para ser mejor?; ,¿qué regalos le voy a ofrecer a Jesús?; ¿me encuentro alegre porque Dios me ama?; ¿tengo fe en Dios?; ¿sé vivir en la pobreza?; ¿soy generoso (con mi tiempo, con mi persona, con los demás)?; ¿suelo perseverar en mi vida espiritual a pesar de las dificultades que se me presentan?; ¿obedezco a Dios con prontitud?
  • Recomendamos para los niños, Los Magos de Ángel LLorente M.
  • Consulta también:
De Sabios, tesoros y estrellas. Consideraciones filosóficas sobre los reyes magos
La epifanía del Señor: La Ciudad Iluminada
 de Jesús Martí Ballester
Los grandes expertos no dudan Los Reyes Magos son Melchor, Gaspar y Baltasar, vaya pregunta más tonta de José Antonio Fúster


La fotografía de la rosca de reyes, es cortesía de "Mexican Comida and Something More..." J. L. Pulido
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Del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12

Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.» AL oír esto, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel.Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino. 
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