SÚPLICA EN TIEMPOS DIFÍCILES
AL DIVINO NIÑO JESÚS
Divino Niño Jesús:
Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis soledades: acompáñame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En las horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón paternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme. Amén.
ORACIÓN DEL ENFERMO
AL DIVINO NIÑO JESÚS
Oh querido y dulce Niño Jesús, vengo a tu presencia agobiado por el sufrimiento que ocasiona mi enfermedad y movido por la más grande confianza para implorar tu ayuda divina.
Sé que cuando estabas en este mundo te compadecías de la muchedumbre que sufría, sobre todo de aquellos que eran atormentados por el dolor. Por el infinito amor que tenías, los curabas de sus males y tus milagros fueron la demostración palpable de tu amor y misericordia.
Por ello, oh Divino Niño, te pido humildemente que me concedas la fortaleza necesaria para soportar el dolor, el alivio y consuelo en los momentos más difíciles y sobre todo la gracia muy especial de recuperar mi salud, si conviene para el bien de mi alma. Con ella podré alabarte, darte gracias y adorarte durante toda mi vida. Amén
Plegaria para obtener serenidad al Niño Jesús
Niño Jesús: Tú eres el Rey de la Paz, ayúdame a aceptar sin amarguras las cosas que no puedo cambiar.
Tú eres la fortaleza del cristiano; dame valor para transformar aquello que en mí debe mejorar.
Tú eres la sabiduría eterna; enséñame en cada instante cómo debo obrar para agradar más a Dios y hacer mayor bien a las demás personas. Te lo suplico, por los méritos de tu infancia a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Consagración del hogar
AL DIVINO NIÑO JESÚS
Divino Niño Jesús que bendices y proteges las casas donde está expuesta y es honrada tu Sagrada Imagen: Te elegimos hoy y para siempre por Señor y Dueño de nuestra casa, y te pedimos que te dignes demostrar en ella tu poderoso auxilio, preservándola de las enfermedades, del fuego, del rayo, de las inundaciones, de los terremotos, de los ladrones, de las discordias, y de los peligros de la guerra.
Bendice y protege a las personas que aquí habitan y concédeles la paz, una gran fe, verdadero amor a Dios y al prójimo, paciencia en las penas, esperanza en la vida eterna, facilidades de trabajo, empleo y estudio, y la gracia de evitar los malos ejemplos, el vicio, el pecado, la condenación eterna y todas las demás desgracias y accidentes. Amén.