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miércoles, 17 de junio de 2015
SAN ISMAEL, MÁRTIR, 17 DE JUNIO
Ismael, Santo
Ismael, Santo
Mártir, 17 de junio
Por: P. Felipe Santos |
Mártir
Etimológicamente significa “Dios escucha”. Viene de la lengua hebrea.
Esta primavera es visible donde el espíritu de misericordia aparece para humanizar nuestro corazón por la claridad de un amor fraterno. Y allí se enciende una hoguera.
Incluso bajo las cenizas, una brasa continuará ardiendo.
Ismael y dos hermanos, Manuel y Savelio, eran primaveras en su tierra porque quisieron humanizar a los pueblos.
Eran muy conocidos en Calcedonia y Bitinia. ¿Por qué razón?, te preguntarás.
Y es muy sencilla. Querían que Juliano el Apóstata y el rey de Persia llegaran a un acuerdo para que reinase la paz entre los súbditos.
Ellos, en el hogar, habían recibido una densa y práctica formación cristiana, al mismo tiempo que una amplia cultura.
Todo se debió, en gran parte, a su preceptor Eunoico.
El testimonio de sus vidas les llevó, sin querer, a verse envueltos en un acontecimiento que dio lugar a otra dura persecución.
El templo del dios Sol se incendió. Y, naturalmente, les echaron la culpa a ellos.
Vinieron una serie de interrogatorios postizos, una pura farsa. Al final de los mismos, se les entregó al martirio tal día como hoy del año 326.
De las brasas de su martirio por la fe en Cristo, su testimonio continuó ardiendo por siglos y siglos.
Juliano el Apóstata no respetó los tratados de paz, y le hizo la vida imposible a los persas.
Al clavársele una flecha en una batalla, exclamó:"Venciste, Galileo". Juliano el Apóstata murió en el año 363.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Esta primavera es visible donde el espíritu de misericordia aparece para humanizar nuestro corazón por la claridad de un amor fraterno. Y allí se enciende una hoguera.
Incluso bajo las cenizas, una brasa continuará ardiendo.
Ismael y dos hermanos, Manuel y Savelio, eran primaveras en su tierra porque quisieron humanizar a los pueblos.
Eran muy conocidos en Calcedonia y Bitinia. ¿Por qué razón?, te preguntarás.
Y es muy sencilla. Querían que Juliano el Apóstata y el rey de Persia llegaran a un acuerdo para que reinase la paz entre los súbditos.
Ellos, en el hogar, habían recibido una densa y práctica formación cristiana, al mismo tiempo que una amplia cultura.
Todo se debió, en gran parte, a su preceptor Eunoico.
El testimonio de sus vidas les llevó, sin querer, a verse envueltos en un acontecimiento que dio lugar a otra dura persecución.
El templo del dios Sol se incendió. Y, naturalmente, les echaron la culpa a ellos.
Vinieron una serie de interrogatorios postizos, una pura farsa. Al final de los mismos, se les entregó al martirio tal día como hoy del año 326.
De las brasas de su martirio por la fe en Cristo, su testimonio continuó ardiendo por siglos y siglos.
Juliano el Apóstata no respetó los tratados de paz, y le hizo la vida imposible a los persas.
Al clavársele una flecha en una batalla, exclamó:"Venciste, Galileo". Juliano el Apóstata murió en el año 363.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
martes, 16 de junio de 2015
SANTA LUTGARDA, MÍSTICA, 16 DE JUNIO
Lutgarda, Santa
Mística, Junio 16
Por: . | Fuente: Corazones.org
Virgen
Santa Mística sisterciense de Aywieres, Bélgica.
Nace en 1182. A los doce años de edad fue encomendada a las monjas benedictinas cerca de Saint-Trond, no por piedad sino porque el dinero para su dote matrimonial había sido perdido por su padre. Era la costumbre de la época.
Lutgarda era bonita y le gustaba divertirse sanamente y vestir bien. No aparentaba vocación religiosa, por lo que en el convento vivía como una especie de pensionista, libre para entrar y salir. Sin embargo, un día, mientras charlaba con unas amistades, tuvo una visión de Nuestro Señor Jesucristo que le mostraba sus heridas y le pedía que lo amase solo a El. Lutgarda aquel día descubrió el amor de Jesús y lo aceptó al instante como su Prometido. Desde aquel momento su vida cambió.
Algunas monjas que observaron el cambio en Lutgarda vaticinaron que aquello no duraría. Se equivocaron, ya que su amor por Jesús mas bién crecía. Al rezar lo veía con sus ojos corporales, hablaba con El en forma familiar. Cuando la llamaban para algún servicio, le decía a Jesús: "Aguárdame aquí, mi Señor; volveré tan pronto como termine esta tarea". También tuvo visiones de Santa Catalina, la patrona de su convento y San Juan Evangelista. En éxtasis a veces se alzaba un palmo del suelo o su cabeza irradiaba luz.
Compartió místicamente los sufrimientos de Jesús cuando meditaba la Pasión. En esas ocasiones aparecían en su frente y cabellos minúsculas gotas de sangre. Su amor se extendía a todos de manera que sentía como propios los dolores y penurias ajenas.
Después de doce años en el convento de Santa Catalina, sintió la inspiración de abrazar la regla cisterciense que es mas estricta. Siguiendo el consejo de su amiga Santa Cristina que era de su mismo convento, ingresó en el Cister de Aywieres a pesar que allí solo se hablaba francés, idioma que desconocía.
Tenía gran humildad y solo se quejaba de su propia impotencia para responder como era debido a las gracias de Dios. En una ocasión oraba ofreciendo vehemente su vida al Señor, cuando se le reventó una vena que le causó una fuerte hemorragia. Le fue revelado que, en el cielo, su efusión se aceptaba como un martirio.
Tenía el don de curación de enfermos, de profetizar, de entender las Sagradas Escrituras, de consolar espiritualmente. Según la beata María de Oignies, Lutgarda es una intercesora sin igual por los pecadores y las almas del purgatorio.
Tuvo visiones del Sagrado Corazón de Jesús. En una ocasión Nuestro Señor le preguntó que regalo ella deseaba. Ella respondió: "Quiero Tu Corazón", a lo que Jesús respondió: "Yo quiero tu corazón". Entonces ocurrió un evento sin precedentes conocidos: Nuestro Señor místicamente intercambió corazones con Lutgarda.
Once años antes de morir perdió la vista, lo cual recibió con gozo, como una gracia para desprenderse mas del mundo. Aun ciega ayunaba severamente. El Señor se le apareció para anunciarle su próxima muerte y las tres cosas que debía hacer para prepararse: 1-dar gracias a Dios sin cesar por los bienes recibidos; 2- orar con la misma insistencia por la conversión de los pecadores; 3- Para todo confiar únicamente en Dios.
Predijo su muerte que ocurrió en la noche del sábado posterior a la Santísima Trinidad, precisamente cuando comenzaba el oficio nocturno del domingo. Era el 16 de junio del 1246.
SANTOS QUIRICO Y JULITA, MÁRTIRES, 16 DE JUNIO
Ciro (Ciriaco) y Julita, Santos
Ciro (Ciriaco) y Julita, Santos
Mártires, 16 de junio
Por: Alban Butler |
Niño Mártir y su Madre
(al niño también se lo comoce como San Quirico)
Martirologio Romano: En la provincia romana de Asia Menor, conmemoración de los santos Quirico y Julita, mártires.
Etimoligìa: Ciro = Aquel que es señorial. Viene del griego.
Cuando los edictos de Diocleciano contra los cristianos se aplicaban con la máxima severidad en Licaonia, una viuda llamada Julita, que vivía en Iconio, juzgó prudente retirarse de un distrito donde ocupaba una posición prominente y buscar un refugio seguro bajo un régimen más clemente. En consecuencia, tomó consigo a su hijo Ciríaco o Quiricio, de tres años de edad, y a dos de sus servidoras y escapó hacia Seleucia. Ahí quedó consternada al descubrir que la persecución era todavía más cruel, bajo la dirección de Alejandro, el gobernador y, por lo tanto, continuó su huida hasta Tarso. Su arribo a la ciudad fue inoportuno, puesto que coincidió con el de Alejandro; algunos de los miembros de la comitiva del gobernador reconocieron al pequeño grupo de peregrinos. Casi inmediatamente, Julita fue detenida y encerrada en la prisión. Al comparecer ante los jueces del tribunal que iba a juzgarla, llevaba a su hijo de la mano y denotaba una absoluta serenidad. Julita era una dama de noble linaje con muy vastas y ricas posesiones en Iconio, pero en respuesta a las preguntas sobre su nombre, posición social y lugar de nacimiento, sólo afirmó que era cristiana. En consecuencia, el proceso no tuvo lugar y se la condenó a recibir el castigo de los azotes atada a las estacas. Antes de que se cumpliera con la sentencia, le fue arrebatado su hijo Ciríaco, a pesar de sus lágrimas y sus protestas.
En la leyenda sobre estos santos se dice que Ciríaco era un niño muy hermoso y que el gobernador lo tomó en sus brazos y lo sentó sobre sus rodillas, en un vano intento para que dejase de llorar. La criatura no quería más que volver al lado de su madre y extendía sus brazos hacia ella mientras la azotaban y, cuando Julita gritó, en medio de la tortura: «¡Soy cristiana!», el niño repuso como un eco: «¡Yo soy crisitano también!». En un momento dado, a impulsos de la ansiedad por librarse de las manos que le retenían y correr hacia su madre, el chiquillo comenzó a debatirse y, como Alejandro se esforzaba por contenerle, le propinó algunas patadas y le rasguñó la cara. La actitud del niño, completamente natural en aquellas circunstancias, encendió la cólera del gobernador. Se levantó hecho una furia, alzó a la criatura por una pierna y lo arrojó con fuerza sobre los escalones, al pie de su tribuna; el cráneo se le fracturó y quedó muerto al instante. Julita lo había presenciado todo desde las estacas donde estaba atada, pero en vez de manifestar su dolor, levantó la voz para dar gracias a Dios por haber concedido a su hijo la corona del martirio. Su actitud no hizo más que aumentar el furor de Alejandro. Este mandó que desgarrasen los costados de la infortunada mujer con los garfios, que fuese decapitada y que su cuerpo, junto con el de su hijo, fuera arrojado a los basureros en las afueras de la ciudad, con los restos de los malhechores. Sin embargo, después de la ejecución, el cadáver de Julita y el de Ciríaco fueron rescatados por las dos criadas que habían traído desde fconio, quienes los sepultaron sigilosamente en un campo vecino.
Cuando Constantino restableció la paz para la Iglesia, una de aquellas servidoras reveló el lugar donde se hallaban enterrados los restos de los mártires, y los fieles acudieron en tropel a venerarlos. Se dice que las supuestas reliquias de san Ciríaco se trasladaron de Antioquía durante el siglo cuarto, por iniciativa de san Amador, obispo de Auxerre. Esto extendió el culto por este niño santo en Francia, con el nombre de san Cyr, pero en realidad no hay ninguna prueba concreta para relacionar a los santos históricos Julita y Ciríaco -si aceptamos su existencia- con la ciudad de Antioquía. A pesar de que posiblemente fueron martirizados un 15 de julio, fecha en que se conmemora su fiesta en el Oriente, el Martirologio Romano los festeja el 16 de junio.
Es una pena tener que descartar una historia tan conmovedora y a la que tanto crédito se dio durante la Edad Media en Oriente y Occidente; pero la leyenda, tal como se ha conservado en todas sus formas, es positivamente una ficción. Las «Actas de Ciríaco y Julita» fueron proscritas en el decreto de Pseudo-Gelasio en relación con los libros que no debían ser leídos y, a pesar de que esta ordenanza no procedía del Papa San Gelasio, llega hasta nosotros revestida con la autoridad de su antigüedad y de haber sido generalmente aceptada. El padre Delehaye favorece la opinión de que Ciríaco fue el verdadero mártir y el personaje central de la leyenda fabricada posteriormente. Tal vez procedía de Antioquía, como se afirma en el Hieronymianum, pero lo cierto es que su nombre aparece solo y no unido al de Julita en muchas inscripciones y dedicatorias de iglesias y lugares diversos, en toda Europa y el Cercano Oriente. Las muy diversas formas en que se ha conservado la leyenda hasta nuestros días, son un testimonio de su popularidad.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Etimoligìa: Ciro = Aquel que es señorial. Viene del griego.
Cuando los edictos de Diocleciano contra los cristianos se aplicaban con la máxima severidad en Licaonia, una viuda llamada Julita, que vivía en Iconio, juzgó prudente retirarse de un distrito donde ocupaba una posición prominente y buscar un refugio seguro bajo un régimen más clemente. En consecuencia, tomó consigo a su hijo Ciríaco o Quiricio, de tres años de edad, y a dos de sus servidoras y escapó hacia Seleucia. Ahí quedó consternada al descubrir que la persecución era todavía más cruel, bajo la dirección de Alejandro, el gobernador y, por lo tanto, continuó su huida hasta Tarso. Su arribo a la ciudad fue inoportuno, puesto que coincidió con el de Alejandro; algunos de los miembros de la comitiva del gobernador reconocieron al pequeño grupo de peregrinos. Casi inmediatamente, Julita fue detenida y encerrada en la prisión. Al comparecer ante los jueces del tribunal que iba a juzgarla, llevaba a su hijo de la mano y denotaba una absoluta serenidad. Julita era una dama de noble linaje con muy vastas y ricas posesiones en Iconio, pero en respuesta a las preguntas sobre su nombre, posición social y lugar de nacimiento, sólo afirmó que era cristiana. En consecuencia, el proceso no tuvo lugar y se la condenó a recibir el castigo de los azotes atada a las estacas. Antes de que se cumpliera con la sentencia, le fue arrebatado su hijo Ciríaco, a pesar de sus lágrimas y sus protestas.
En la leyenda sobre estos santos se dice que Ciríaco era un niño muy hermoso y que el gobernador lo tomó en sus brazos y lo sentó sobre sus rodillas, en un vano intento para que dejase de llorar. La criatura no quería más que volver al lado de su madre y extendía sus brazos hacia ella mientras la azotaban y, cuando Julita gritó, en medio de la tortura: «¡Soy cristiana!», el niño repuso como un eco: «¡Yo soy crisitano también!». En un momento dado, a impulsos de la ansiedad por librarse de las manos que le retenían y correr hacia su madre, el chiquillo comenzó a debatirse y, como Alejandro se esforzaba por contenerle, le propinó algunas patadas y le rasguñó la cara. La actitud del niño, completamente natural en aquellas circunstancias, encendió la cólera del gobernador. Se levantó hecho una furia, alzó a la criatura por una pierna y lo arrojó con fuerza sobre los escalones, al pie de su tribuna; el cráneo se le fracturó y quedó muerto al instante. Julita lo había presenciado todo desde las estacas donde estaba atada, pero en vez de manifestar su dolor, levantó la voz para dar gracias a Dios por haber concedido a su hijo la corona del martirio. Su actitud no hizo más que aumentar el furor de Alejandro. Este mandó que desgarrasen los costados de la infortunada mujer con los garfios, que fuese decapitada y que su cuerpo, junto con el de su hijo, fuera arrojado a los basureros en las afueras de la ciudad, con los restos de los malhechores. Sin embargo, después de la ejecución, el cadáver de Julita y el de Ciríaco fueron rescatados por las dos criadas que habían traído desde fconio, quienes los sepultaron sigilosamente en un campo vecino.
Cuando Constantino restableció la paz para la Iglesia, una de aquellas servidoras reveló el lugar donde se hallaban enterrados los restos de los mártires, y los fieles acudieron en tropel a venerarlos. Se dice que las supuestas reliquias de san Ciríaco se trasladaron de Antioquía durante el siglo cuarto, por iniciativa de san Amador, obispo de Auxerre. Esto extendió el culto por este niño santo en Francia, con el nombre de san Cyr, pero en realidad no hay ninguna prueba concreta para relacionar a los santos históricos Julita y Ciríaco -si aceptamos su existencia- con la ciudad de Antioquía. A pesar de que posiblemente fueron martirizados un 15 de julio, fecha en que se conmemora su fiesta en el Oriente, el Martirologio Romano los festeja el 16 de junio.
Es una pena tener que descartar una historia tan conmovedora y a la que tanto crédito se dio durante la Edad Media en Oriente y Occidente; pero la leyenda, tal como se ha conservado en todas sus formas, es positivamente una ficción. Las «Actas de Ciríaco y Julita» fueron proscritas en el decreto de Pseudo-Gelasio en relación con los libros que no debían ser leídos y, a pesar de que esta ordenanza no procedía del Papa San Gelasio, llega hasta nosotros revestida con la autoridad de su antigüedad y de haber sido generalmente aceptada. El padre Delehaye favorece la opinión de que Ciríaco fue el verdadero mártir y el personaje central de la leyenda fabricada posteriormente. Tal vez procedía de Antioquía, como se afirma en el Hieronymianum, pero lo cierto es que su nombre aparece solo y no unido al de Julita en muchas inscripciones y dedicatorias de iglesias y lugares diversos, en toda Europa y el Cercano Oriente. Las muy diversas formas en que se ha conservado la leyenda hasta nuestros días, son un testimonio de su popularidad.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 16 DE JUNIO DEL 2015
Amen a sus enemigos y rueguen por los que les persiguen
Tiempo Ordinario
Mateo 5, 43-48. Si realmente creyéramos que somos hijos del Padre celestial y que estamos destinados a la vida eterna, todo en nosotros cambiaría.
Por: David Varela Flores | Fuente: Catholic.net
Del Santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiaras a tu enemigo. Pero yo os digo: amen a sus enemigos y rueguen por los que les persiguen, para que sean hijos de su Padre Celestial, que hace salir el sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si aman a quienes les aman, ¿qué recompensa tendrán? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludan sino a sus hermanos, ¿qué hacen de particular? ¿No hacen lo mismo los gentiles? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto.
Oración introductoria
Jesucristo, yo quiero darte lo mejor de mí. Sabes que lo busco en serio, pero soy débil. Busco la santidad y la anuncio, pero me avergüenzo de ella; quiero cambiar, pero me gusta mi imperfección. Necesito de ti para enorgullecerme y amar la santidad. Jesús, que no me quede en palabras.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiaras a tu enemigo. Pero yo os digo: amen a sus enemigos y rueguen por los que les persiguen, para que sean hijos de su Padre Celestial, que hace salir el sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si aman a quienes les aman, ¿qué recompensa tendrán? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludan sino a sus hermanos, ¿qué hacen de particular? ¿No hacen lo mismo los gentiles? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto.
Oración introductoria
Jesucristo, yo quiero darte lo mejor de mí. Sabes que lo busco en serio, pero soy débil. Busco la santidad y la anuncio, pero me avergüenzo de ella; quiero cambiar, pero me gusta mi imperfección. Necesito de ti para enorgullecerme y amar la santidad. Jesús, que no me quede en palabras.
Petición
Señor, quítame el miedo a la santidad. Dame tu gracia para comprender que la santidad es la verdadera donación y que no consiste en grandes proyectos, sino en el trato personal con los que me rodean, rezando por los que nos persiguen, amando a los que nos odian, saludando a los que no nos conocen.
Meditación del Papa Francisco
Señor, quítame el miedo a la santidad. Dame tu gracia para comprender que la santidad es la verdadera donación y que no consiste en grandes proyectos, sino en el trato personal con los que me rodean, rezando por los que nos persiguen, amando a los que nos odian, saludando a los que no nos conocen.
Meditación del Papa Francisco
Jesús, en el Evangelio, replica: “Sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”. Estas palabras nos interpelan a todos nosotros, discípulos del Señor; y hoy se dirigen especialmente a mí y a ustedes […] Imitar la santidad y la perfección de Dios puede parecer una meta inalcanzable. Sin embargo, la Primera Lectura y el Evangelio sugieren ejemplos concretos de cómo el comportamiento de Dios puede convertirse en la regla de nuestras acciones. Pero recordemos, todos nosotros, que, sin el Espíritu Santo, nuestro esfuerzo sería vano. La santidad cristiana no es en primer término un logro nuestro, sino fruto de la docilidad ―querida y cultivada― al Espíritu del Dios tres veces Santo.
El Levítico dice: “No odiarás de corazón a tu hermano... No te vengarás, ni guardarás rencor... sino que amarás a tu prójimo...”. Estas actitudes nacen de la santidad de Dios. Nosotros, sin embargo, a veces somos tan diferentes, tan egoístas y orgullosos...; pero la bondad y la belleza de Dios nos atraen, y el Espíritu Santo nos puede purificar, nos puede transformar, nos puede modelar día a día. (Homilía de S.S. Francisco, 23 de febrero de 2014).
Reflexión apostólica
Nos falta fe. Si realmente creyéramos que somos hijos de nuestro Padre celestial y que estamos destinados a la vida eterna, todo en nosotros cambiaría. Entonces, comprenderíamos que esta vida con sus sufrimientos y sus pesares, son sólo una preparación para la vida eterna. Esa vida eterna en la que nos sorprenderíamos de lo que hay. Una vida en la que me saludarán incluso los desconocidos, en la que estaremos cerca de la perfección.
Lo mejor de todo es que no hay que esperar tanto; podemos empezar ahora. Sólo hay que acoger al Señor y amarlo con el corazón para traer el cielo a la tierra. Al inicio, costará, pero poco a poco la caridad dará otro sabor al sacrificio, hasta que encontremos que hacer el bien es lo más agradable que existe en el mundo. Y, entonces, disfrutaremos el perdonar, el renunciar a nuestros gustos por los demás, el amor. Entonces, y sólo, entonces, habremos comprendido lo que significa el Cristianismo: ser felices haciendo felices a los demás.
Propósito
Ofreceré la actividad que más me gusta por amor a Dios.
Diálogo con Cristo
Jesús, te pido que aumentes mi fe para que me de cuenta de que la santidad no es hacer lo que no me gusta, sino lo que te gusta a Ti. Dame tu gracia para perdonar de corazón como Tú me has perdonado, Dios mío; para amar no sólo a los que me quieren, sino a los que me han hecho algún daño; para parecerme cada día más a ti.
Se considera como perfección el esfuerzo constante por la perfección. (San Jerónimo, Epist. 254)
Nos falta fe. Si realmente creyéramos que somos hijos de nuestro Padre celestial y que estamos destinados a la vida eterna, todo en nosotros cambiaría. Entonces, comprenderíamos que esta vida con sus sufrimientos y sus pesares, son sólo una preparación para la vida eterna. Esa vida eterna en la que nos sorprenderíamos de lo que hay. Una vida en la que me saludarán incluso los desconocidos, en la que estaremos cerca de la perfección.
Lo mejor de todo es que no hay que esperar tanto; podemos empezar ahora. Sólo hay que acoger al Señor y amarlo con el corazón para traer el cielo a la tierra. Al inicio, costará, pero poco a poco la caridad dará otro sabor al sacrificio, hasta que encontremos que hacer el bien es lo más agradable que existe en el mundo. Y, entonces, disfrutaremos el perdonar, el renunciar a nuestros gustos por los demás, el amor. Entonces, y sólo, entonces, habremos comprendido lo que significa el Cristianismo: ser felices haciendo felices a los demás.
Propósito
Ofreceré la actividad que más me gusta por amor a Dios.
Diálogo con Cristo
Jesús, te pido que aumentes mi fe para que me de cuenta de que la santidad no es hacer lo que no me gusta, sino lo que te gusta a Ti. Dame tu gracia para perdonar de corazón como Tú me has perdonado, Dios mío; para amar no sólo a los que me quieren, sino a los que me han hecho algún daño; para parecerme cada día más a ti.
Se considera como perfección el esfuerzo constante por la perfección. (San Jerónimo, Epist. 254)
lunes, 15 de junio de 2015
LOS SANTOS DE HOY: LUNES 15 DE JUNIO DEL 2015
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SANTA VITO DE LUCANIA, ADOLESCENTE MÁRTIR, 15 DE JUNIO
Vito de Lucania, Santo
Vito de Lucania, Santo
Adolescente Mártir, 15 de junio
Fuente: Santopedia.com | ACI Prensa
Adolescente Mártir
Hijo de un pagano siciliano, tuvo como preceptores a los cristianos Santa Crescencia y San Modesto, que le bautizaron a escondidas de su padre. Intentó, sin éxito, convertir al hijo del gobernador Valeriano. Estuvo encarcelado durante siete años a causa de su fe cristiana.
Murió martirizado en 303 junto a Santa Crescencia y San Modesto durante las persecuciones de Diocleciano. Su cuerpo se conserva en la Iglesia Colegiata de Omegna, guardado en una urna es sacado en una procesión solemne el último sábado de agosto
El culto a estos tres santos se remonta a tiempos muy antiguos; sus nombres aparecen en el llamado martirologio de San Jerónimo o Hieronymianum. Dieron su vida por la fe en la provincia romana de Lucania, en el sur de Italia.
La veneración a San Vito se extendió tanto por Alemania, que su nombre se incluyó entre los Catorce Santos Protectores y se le consideró como patrono especial de los epilépticos y de los afectados por esa enfermedad nerviosa llamada ‘Baile de San Vito’ (el nombre actual de esta enfermedad es corea de Sydenham), tal vez por eso se le tiene también por protector de los bailarines y actores. Asimismo, se le invocaba contra el peligro de las tormentas, contra el exceso de sueño, mordeduras de serpientes y contra todo daño que las bestias pueden hacer a los hombres. A menudo se le representa acompañado de alguna fiera. San Vito, Modesto y Crescencia, a los que se le atribuían poderes sobrenaturales, murieron por negarse rotundamente a rendir sacrificio a los dioses. Fueron sometidos a diversas torturas de las que salieron ilesos. Los mártires murieron en Lucania, agotados por sus sufrimientos.
La catedral de Praga está dedicada a este santo.
Murió martirizado en 303 junto a Santa Crescencia y San Modesto durante las persecuciones de Diocleciano. Su cuerpo se conserva en la Iglesia Colegiata de Omegna, guardado en una urna es sacado en una procesión solemne el último sábado de agosto
El culto a estos tres santos se remonta a tiempos muy antiguos; sus nombres aparecen en el llamado martirologio de San Jerónimo o Hieronymianum. Dieron su vida por la fe en la provincia romana de Lucania, en el sur de Italia.
La veneración a San Vito se extendió tanto por Alemania, que su nombre se incluyó entre los Catorce Santos Protectores y se le consideró como patrono especial de los epilépticos y de los afectados por esa enfermedad nerviosa llamada ‘Baile de San Vito’ (el nombre actual de esta enfermedad es corea de Sydenham), tal vez por eso se le tiene también por protector de los bailarines y actores. Asimismo, se le invocaba contra el peligro de las tormentas, contra el exceso de sueño, mordeduras de serpientes y contra todo daño que las bestias pueden hacer a los hombres. A menudo se le representa acompañado de alguna fiera. San Vito, Modesto y Crescencia, a los que se le atribuían poderes sobrenaturales, murieron por negarse rotundamente a rendir sacrificio a los dioses. Fueron sometidos a diversas torturas de las que salieron ilesos. Los mártires murieron en Lucania, agotados por sus sufrimientos.
La catedral de Praga está dedicada a este santo.
EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 15 DE JUNIO DEL 2015
Los reconocerán por el amor
Tiempo Ordinario
Mateo 5, 38-42. Tiempo Ordinario. Jesucristo ha venido a mostrarnos una nueva forma de ver la vida, basada en el amor por encima del odio.
Por: Juan Fidel Medina | Fuente: Catholic.net
Del Santo Evangelio según San Mateo 5, 38-42
Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente". Pues yo os digo: no resistáis el mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha, ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto; y al que te obligue andar una milla, vete con él dos. A quien te pida, da, y al que desee que le prestes algo, no le vuelvas la espalda.
Oración introductoria
Señor, no puedo quedar indiferente ante esta invitación que me haces a ser más generoso. Que vea tu ejemplo de amor por los demás y me esfuerce por imitarlo.
Petición
Señor Jesús, dame la fortaleza necesaria para vivir tu enseñanza de amor. Ayúdame a darme cuenta de que me invitas a ser más generoso. Que acoja esta invitación de forma que me done a los demás.
Meditación del Papa Francisco
Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente". Pues yo os digo: no resistáis el mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha, ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto; y al que te obligue andar una milla, vete con él dos. A quien te pida, da, y al que desee que le prestes algo, no le vuelvas la espalda.
Oración introductoria
Señor, no puedo quedar indiferente ante esta invitación que me haces a ser más generoso. Que vea tu ejemplo de amor por los demás y me esfuerce por imitarlo.
Petición
Señor Jesús, dame la fortaleza necesaria para vivir tu enseñanza de amor. Ayúdame a darme cuenta de que me invitas a ser más generoso. Que acoja esta invitación de forma que me done a los demás.
Meditación del Papa Francisco
También Jesús nos habla en el Evangelio de la santidad, y nos explica la nueva ley, la suya. Lo hace mediante algunas antítesis entre la justicia imperfecta de los escribas y los fariseos y la más alta justicia del Reino de Dios. La primera antítesis del pasaje de hoy se refiere a la venganza. “Han oído que se les dijo: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Pues yo les digo: ...si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra”. No sólo no se ha devolver al otro el mal que nos ha hecho, sino que debemos de esforzarnos por hacer el bien con largueza.
La segunda antítesis se refiere a los enemigos: «Han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Yo, en cambio, os digo: “Amen a sus enemigos y recen por los que los persiguen”. A quien quiere seguirlo, Jesús le pide amar a los que no lo merecen, sin esperar recompensa, para colmar los vacios de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades, en el mundo. (Homilía de S.S. Francisco, 23 de febrero de 2014).
Reflexión
El mundo en que vivimos sería realmente diferente si creyéramos en la fuerza del amor. La experiencia nos demuestra que donde se ha sembrado el rencor, sólo se han cosechado frutos amargos. El amor es la cura para tantos males que padece el mundo. El remedio para la soledad, el abandono y la tristeza es el amor. Con la fuerza del amor nos podemos enfrentar a los retos que nos va a presentar la vida. Un amor que nos libera de nuestro egoísmo y nos ayuda a abrirnos a los demás.
Propósito
Hoy tendré un detalle con algún familiar y perdonaré al que me ofenda.
Diálogo con Cristo
Jesús, gracias por haberme llamado a formar parte de tus discípulos. Dame la gracia de servir a los demás sin cálculo y sin medida, así como Tú lo hiciste. Tú has dicho: "Nadie tiene mayor amor que aquél que da la vida por sus amigos". Sé que hay muchas personas que esperan ser amadas, y yo estoy dispuesto. Pero este amor perderá su fuerza si Tú no lo alimentas, si Tú no lo alientas. No quiero tener límites en mi amor. Que cuando sirva a las personas con las que convivo, recuerde que te lo estoy haciendo a ti.
El amor se manifiesta mejor con hechos que con palabras. (Santo Cura de Ars, Sermón sobre Jesucristo)
domingo, 14 de junio de 2015
LOS SANTOS DE HOY: DOMINGO 14 DE JUNIO 2015
Metodio de Constantinopla, Santo
Patriarca, Junio 14
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Francisca de Paula de Jesús, Beata
Laica, 14 de junio
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Digna, Anastasio y Félix, Santos
Mártires, 14 de junio
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SANTOS DIGNA, ANASTASIO Y FÉLIX, MÁRTIRES, 14 DE JUNIO
Digna, Anastasio y Félix, Santos
Digna, Anastasio y Félix, Santos
Mártires, 14 de junio
Por: Alban Butler | Fuente: Vidas de los santos, Alban Butler
Mártires de Córdoba
Martirologio Romano: En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santos mártires Anastasio, presbítero, Félix, monje, y Digna, virgen, que murieron el mismo día. Anastasio, por confesar su fe cristiana ante los jueces musulmanes, fue decapitado, y con él murió también Félix, originario de Getulia, en África del Norte, que había profesado la fe católica y la vida monástica en Asturias. Digna, aún joven, por haber reprendido al juez por la muerte de los dos anteriores, fue decapitada de inmediato. († 853)
Breve Biografía
San Anastasio era un sacerdote de Córdoba, hombre venerable que había sido elevado al sacerdocio después de largos años pasados en el estado monástico. Al día siguiente del martirio de san Fándilas, se presentó ante los cónsules de la ciudad y atacó también él, en términos vehementes, a los enemigos de la fe. Inmediatamente le cortaron la cabeza. Al mismo tiempo ejecutaron a un monje llamado Félix, originario de Getulia, en África, que había venido por azar a España; allí se había convertido y abrazado el estado monástico. Ambos cuerpos, decapitados, se exhibieron junto al río, como el de San Fándilas.
En la tarde de ese mismo día, martirizaron igualmente a una joven religiosa, llamada Digna. Esta que, a causa de su profunda humildad, se consideraba la última de todas sus hermanas, decía con frecuencia de la manera más emocionante: «No me llaméis Digna, sino Indigna, porque mi nombre debe expresar lo que soy». Durante un sueño vio a santa Ágata deslumbrante de belleza y con lirios y rosas en sus manos. La santa mártir le dio una rosa roja, exhortándola a combatir valerosamente por Cristo. Desde entonces, Digna sintió un vivo deseo de martirio y, cuando los rumores de la ejecución de Anastasio y de Félix llegaron hasta ella, comprendió que su hora había llegado. Salió secretamente del monasterio y se presentó ante el juez para reprocharle abiertamente los asesinatos que acababa de cometer con hombres sin más culpa que la de adorar al verdadero Dios y de confesar a la Trinidad Santísima. A su vez, Digna fue decapitada y colgada, como los mártires que le precedieron. La Iglesia ha reunido a estos tres mártires el día 14 de junio.
En la tarde de ese mismo día, martirizaron igualmente a una joven religiosa, llamada Digna. Esta que, a causa de su profunda humildad, se consideraba la última de todas sus hermanas, decía con frecuencia de la manera más emocionante: «No me llaméis Digna, sino Indigna, porque mi nombre debe expresar lo que soy». Durante un sueño vio a santa Ágata deslumbrante de belleza y con lirios y rosas en sus manos. La santa mártir le dio una rosa roja, exhortándola a combatir valerosamente por Cristo. Desde entonces, Digna sintió un vivo deseo de martirio y, cuando los rumores de la ejecución de Anastasio y de Félix llegaron hasta ella, comprendió que su hora había llegado. Salió secretamente del monasterio y se presentó ante el juez para reprocharle abiertamente los asesinatos que acababa de cometer con hombres sin más culpa que la de adorar al verdadero Dios y de confesar a la Trinidad Santísima. A su vez, Digna fue decapitada y colgada, como los mártires que le precedieron. La Iglesia ha reunido a estos tres mártires el día 14 de junio.
EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 14 DE JUNIO 2015
domingo 14 Junio 2015
Undécimo Domingo del tiempo ordinario
Santa Digna Córdoba, Beata Francisca de Paula de Jesús
Leer el comentario del Evangelio por
San Pedro Crisólogo : "Más cuando se la siembra, crece y sobrepasa a las demás hortalizas"
Ezequiel 17,22-24.
Así habla el Señor: Yo también tomaré la copa de un gran cedro, cortaré un brote de la más alta de sus ramas, y lo plantaré en una montaña muy elevada:
lo plantaré en la montaña más alta de Israel. El echará ramas y producirá frutos, y se convertirá en un magnífico cedro. Pájaros de todas clases anidarán en él, habitarán a la sombra de sus ramas.
Y todos los árboles del campo sabrán que yo, el Señor, humillo al árbol elevado y exalto al árbol humillado, hago secar al árbol verde y reverdecer al árbol seco. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.
Salmo 92(91),2-3.13-14.15-16.
Es bueno dar gracias al Señor,
y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre;
proclamar tu amor de madrugada,
y tu fidelidad en las vigilias de la noche,
El justo florecerá como la palmera,
crecerá como los cedros del Líbano:
trasplantado en la Casa del Señor,
florecerá en los atrios de nuestro Dios.
En la vejez seguirá dando frutos,
se mantendrá fresco y frondoso,
para proclamar qué justo es el Señor,
mi Roca, en quien no existe la maldad.
San Pablo a los Corintios 2 5,6-10.
Por eso, nos sentimos plenamente seguros, sabiendo que habitar en este cuerpo es vivir en el exilio, lejos del Señor;
porque nosotros caminamos en la fe y todavía no vemos claramente.
Sí, nos sentimos plenamente seguros, y por eso, preferimos dejar este cuerpo para estar junto al Señor;
en definitiva, sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él, nuestro único deseo es agradarlo.
Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal.
Marcos 4,26-34.
Y decía: "El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra:
sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo.
La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga.
Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha".
También decía: "¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo?
Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra,
pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra".
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender.
No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Pedro Crisólogo (c. 406-450), obispo de Ravenna, doctor de la Iglesia
Sermón 98, 1-2; CCL 24A, 602
"Más cuando se la siembra, crece y sobrepasa a las demás hortalizas"
Hermanos, habéis aprendido cómo el Reino de los cielos, con toda su grandeza, se compara a un grano de mostaza... ¿Es esto lo que los creyentes esperan? ¿Lo que los fieles entienden ?... «¿Es lo que el ojo no vio, ni el oído oyó, ni el corazón del hombre puede entender ?... ¿Es lo que promete el apóstol Pablo y que ha estado reservado en el misterio inexplicable de salvación, para aquellos que le aman?» (1Co 2,9). No nos dejemos desconcertar por las palabras del Señor. Si, en efecto, "la debilidad de Dios es más fuerte que el hombre, y si la locura de Dios es más sabia que el hombre" (1Co 1,25), esta pequeña cosa, que es propiedad de Dios, es más espléndida que toda la inmensidad del mundo. Nosotros solamente podemos sembrar en nuestro corazón esta semilla de mostaza, de modo que llegue a ser un gran árbol del conocimiento (Gn 2,9), sobrepasando su altura para elevar nuestro pensamiento hasta el cielo, y desplegando todas las ramas de la inteligencia...
Cristo es el Reino. A manera de una semilla de mostaza, ha sido sembrado en un jardín, el cuerpo de la Virgen. Creció y llegó a ser el árbol de la cruz que cubre la tierra entera. Después de que hubiera sido triturado por la Pasión, su fruto produjo bastante sabor para dar su buen gusto y su aroma a todos los seres vivos que lo tocan. Porque, mientras la semilla de mostaza permanezca intacta, sus virtudes quedan escondidas, pero despliegan toda su potencia cuando la semilla es molida. De igual modo, Cristo quiso que su cuerpo fuera molido para que su fuerza no quede escondida... Cristo es rey, porque es el principio de toda autoridad. Cristo es el Reino, porque en él reside toda la gloria de su reino.
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