Benedetta Bianchi Porro, Beata
Virgen Laica, 23 de enero
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Mártir, 23 de enero
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Ildefonso, Santo
Memoria Litúrgica, 23 de enero
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jueves, 23 de enero de 2020
LOS SANTOS DEL DÍA DE HOY JUEVES 23 DE ENERO DE 2020
ORACIÓN PARA UNA VISITA A JESÚS SACRAMENTADO
Oración para una visita a Jesús Sacramentado
¡Oh Jesús de mi alma, encanto único de mi corazón!, heme aquí postrado a tus plantas, arrepentido y confuso, como llegó el hijo pródigo a la casa de su padre. Cansado de todo, sólo a Ti quiero, sólo a Ti busco, sólo en Ti hallo mi bien. Tú, que fuiste en busca de la Samaritana; Tú, que me llamaste cuando huía de Ti, no me arrojarás de tu presencia ahora que te busco.
Señor, estoy triste, bien lo sabes, y nada me alegra; el mundo me parece un desierto. Me hallo en oscuridad, turbado y lleno de temor e inquietudes...; te busco y no te encuentro, te llamo y no respondes, te adoro, clamo a Ti y se acrecienta mi dolor. ¿Dónde estás, Señor, dónde, pues no gusto las dulzuras de tu presencia, de tu amor?
Pero no me cansaré, ni el desaliento cambiará el afecto que me impulsa hacia Ti. ¡Oh buen Jesús! Ahora que te busco y no te encuentro recordaré el tiempo en que Tú me llamabas y yo huía... Y firme y sereno, a despecho de las tentaciones y del pesar, te amaré y esperaré en Ti.
Jesús bueno, dulce y regalado padre y amigo incomparable, cuando el dolor ofusque mi corazón, cuando los hombres me abandonen, cuando el tedio me persiga y la desesperación clave su garra en mí, al pie del Sagrario, cárcel donde el amor te tiene prisionero, aquí y sólo aquí buscaré fuerza para luchar y vencer.
No temas que te abandone, cuando más me huyas, más te llamaré y verteré tantas lágrimas que, al fin, vendrás... Sí..., vendrás, y al posarte, disfrutaré en la tierra las delicias del cielo.
Dame tu ayuda para cumplir lo que te ofrezco; sin Ti nada soy, nada puedo, nada valgo... Fortaléceme, y desafiaré las tempestades.
Jesús, mío, dame humildad, paciencia y gratitud, amor..., amor, porque si te amo de veras, todas las virtudes vendrán en pos del amor.
Te ruego por los que amo... Tú los conoces, Tú sabes las necesidades que tienen; socórrelos con generosidad. Acuérdate de los pobres, de los tristes, de los huérfanos, consuela a los que padecen, fortalece a los débiles, conmueve a los pecadores para que no te ofendan y lloren sus extravíos.
Ampara a todos tus hijos, Señor, más tierno que una madre.
Y a mí, que te acompaño cuando te abandonan otros, porque he oído la voz de la gracia; a mí, que no te amo por el cielo, ni por el infierno te temo; a mí, que sólo busco tu gloria y estoy recompensado con la dicha de amarte, auméntame este amor y dadme fortaleza para luchar y obtener el apetecido triunfo.
Adiós, Jesús de mi alma salgo de tu presencia, pero te dejo mi corazón; en medio del bullicio del mundo estaré pensando en Ti, y a cada respiración, entiende. oh Jesús, que deseo ser tuyo.
Amén.
LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 23 DE ENERO DE 2020
Lecturas de hoy Jueves de la 2ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 23 de enero de 2020
Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (18,6-9;19,1-7):
Cuando volvieron de la guerra, después de haber matado David al filisteo, las mujeres de todas las poblaciones de Israel salieron a cantar y recibir con bailes al rey Saúl, al son alegre de panderos y sonajas.
Y cantaban a coro esta copla: «Saúl mató a mil, David a diez mil.»
A Saúl le sentó mal aquella copla, y comentó enfurecido: «iDiez mil a David, y a mí mil! iYa sólo le falta ser rey!»
Y, a partir de aquel dia, Saúl le tomó ojeriza a David. Delante de su hijo Jonatán y de sus ministros, Saúl habló de matar a David.
Jonatán, hijo de Saúl, quería mucho a David y le avisó: «Mi padre Saúl te busca para matarte. Estate atento mañana y escóndete en sitio seguro; yo saldré e iré al lado de mi padre, al campo donde tú estés; le hablaré de ti y, si saco algo en limpio, te lo comunicaré.»
Así, pues, Jonatán habló a su padre Saúl en favor de David: «¡Que el rey no ofenda a su siervo David! Él no te ha ofendido. y lo que él hace es en tu provecho: se jugó la vida cuando mató al filisteo, y el Señor dio a Israel una gran victoria; bien que te alegraste al verlo. ¡No vayas a pecar derramando sangre inocente, matando a David sin motivo!»
Saúl hizo caso a Jonatán y juró: «¡Víve Dios, no morirá!»
Jonatán llamó a David y le contó la conversación; luego lo llevó adonde Saul, y David siguió en palacio como antes.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 55,2-3.9-10.11-12.13
R/. En Dios confío y no temo
Misericordia, Dios mío, que me hostigan,
me atacan y me acosan todo el día;
todo el día me hostigan mis enemigos,
me atacan en masa. R/.
Anota en tu libro mi vida errante,
recoge mis lágrimas en tu odre, Dios mío.
Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco,
y así sabré que eres mi Dios. R/.
En Dios, cuya promesa alabo,
en el Señor, cuya promesa alabo,
en Dios confío y no temo;
¿qué podrá hacerme un hombre? R/.
Te debo, Dios mío, los votos que hice,
los cumpliré con acción de gracias. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,7-12):
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.
Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios.»
Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy jueves, 23 de enero de 2020
José Luis Latorre, cmf
Una multitud sedienta
Queridos amigos
El evangelista nos presenta a Jesús entre una multitud de gente de muchos lugares diferentes que han venido a verle, escucharle, tocarle… En el fondo hay un deseo de conocer a este personaje que está en boca de todos. Es una multitud sedienta de Jesús. Las multitudes son volubles –hoy desean una cosa y mañana la contraria-, pero Jesús no renuncia a evangelizarlas y anunciarlas el Reino de Dios. Entre esa multitud hay un gran grupo de enfermos que buscan en Él la curación y el poder vivir dignamente.
Con esta escena el evangelista parece decirnos que es toda la humanidad –multitud- la que necesita luz y salvación. Y es en Jesús donde puede encontrarla. Él la ofrece a todos con su cercanía amorosa, su palabra iluminadora y su gesto liberador. “Él es el camino, la verdad y la vida”, dice San Juan. Y Él ha venido para salvar al mundo, no para condenarlo. Él ha venido a este mundo “lleno de gracia y de verdad”. “En Él está la plenitud de la salvación”. “Él es el Redentor del hombre” (S. Juan Pablo II). La humanidad no tiene otro camino de salvación que Jesús; no hay otro Salvador ni Liberador. Él es el único que puede sanarnos de todo mal. Y Él es el único que nos ofrece la salvación definitiva y plena.
Nosotros, los cristianos, estamos inmersos en una humanidad sedienta de Dios y necesitada de sanación física y espiritual. ¿Con qué ojos la miramos? ¿Tenemos el mismo sentimiento de compasión que Jesús sentía por la multitud que le buscaba? ¿Nos preguntamos también cómo hacer presente a Jesús a través de nuestras personas? ¿O por el contrario decimos “no se puede hacer nada”, “es muy difícil hablar de Jesús hoy pues te miran como un bicho raro”? ¿No sería mejor hacer lo que dice San Pablo “vence al mal con el bien”?, es decir primero mirar la realidad con los ojos de Jesús y luego actuar como hizo Él intentando llevar esperanza y optimismo, porque Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Es muy importante hoy el testimonio y el talante de los cristianos. “Los cristianos somos como el alma en el cuerpo”, decía la carta a Diogneto del siglo II. El alma da vida al cuerpo, lo mueve, lo empuja, lo ilusiona por algo, lo empuja hacia adelante, evita que sea inoperante y se muera. Pues igual los cristianos en el mundo. Ese es nuestro papel no otro.
José Luis Latorre, Misionero Claretiano
miércoles, 22 de enero de 2020
APRENDE A APRECIAR EL ESFUERZO
Aprende a apreciar el esfuerzo
Un hijo debe aprenda a apreciar el esfuerzo y tener la experiencia de la dificultad y aprender la habilidad de trabajar con los demás
Por: Fray Nelson Medina, OP | Fuente: fraynelson.com
Aprende a apreciar el esfuerzo
Un joven fue a solicitar un puesto importante en una empresa grande. Pasó la entrevista inicial e… iba a conocer al director para la entrevista final. El director vio su CV, era excelente. Y le preguntó: ” ¿Recibió alguna beca en la escuela?” el joven respondió “no”.
“¿Fue tu padre quien pagó tus estudios? “
” Si.”-respondió.
“¿Dónde trabaja tu padre? “
“Mi padre hace trabajos de herreria.”
El director pidió al joven que le mostrara sus manos. El joven mostró un par de manos suaves y perfectas.
“¿Alguna vez has ayudado a tu padre en su trabajo? “
“Nunca, mis padres siempre quisieron que estudiara y leyera más libros. Además, él puede hacer esas tareas mejor que yo.
El director dijo:
“Tengo una petición: cuando vayas a casa hoy, ve y lava las manos de tu padre, y luego ven a verme mañana por la mañana.”
El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era alta.
Cuando regresó a su casa le pidió a su padre que le permitiera lavar sus manos.
Su padre se sintió extraño, feliz pero con sentimientos encontrados y mostró sus manos a su hijo. El joven lavó las manos poco a poco. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su padre estaban arrugadas y tenían tantas cicatrices. Algunos hematomas eran tan dolorosos que su piel se estremeció cuando él la tocó.
Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de lo que significaban este par de manos que trabajaban todos los días para poder pagar su estudio. Los moretones en las manos eran el precio que tuvo que pagar por su educación, sus actividades de la escuela y su futuro.
Después de limpiar las manos de su padre, el joven se puso en silencio a ordenar y limpiar el taller. Esa noche, padre e hijo hablaron durante un largo tiempo.
A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director.
El director se dio cuenta de las lágrimas en los ojos del joven cuando le preguntó: “¿Puedes decirme qué has hecho y aprendido ayer en tu casa?”
El joven respondió: -“lavé las manos de mi padre y también terminé de asear y acomodar su taller”
“Ahora sé lo que es apreciar, reconocer. Sin mis padres, yo no sería quien soy hoy. Al ayudar a mi padre ahora me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir hacer algo por mi cuenta. He llegado a apreciar la importancia y el valor de ayudar a la familia.
El director dijo: “Esto es lo que yo busco en mi gente. Quiero contratar a una persona que pueda apreciar la ayuda de los demás, una persona que conoce los sufrimientos de los demás para hacer las cosas, y una persona que no ponga el dinero como su única meta en la vida”. “Estás contratado”.
Un niño que ha sido protegido y habitualmente se le ha dado lo que él quiere, desarrolla una “mentalidad de tengo derecho” y siempre se pone a sí mismo en primer lugar. Ignoraría los esfuerzos de sus padres.
Si somos este tipo de padres protectores ¿realmente estamos demostrando el amor o estamos destruyendo a nuestros hijos?
Puedes dar a tu hijo una casa grande, buena comida, clases de computación, ver en una gran pantalla de televisión. Pero cuando estás lavando el piso o pintando una pared, por favor que también él lo experimente. Después de comer que lave sus platos junto con sus hermanos y hermanas. No es porque no tengas dinero para contratar quien lo haga, es porque quieres amarlos de la manera correcta. No importa cuán rico seas, lo que quieres es que entienda. Un día tu pelo tendrá canas, igual que la madre de ese joven.
Lo más importante es que tu hijo aprenda a apreciar el esfuerzo y tenga la experiencia de la dificultad y aprenda la habilidad de trabajar con los demás para hacer las cosas.
HOY ES LA FIESTA DE LA BEATA LAURA VICUÑA, 22 DE ENERO
Hoy es la fiesta de la Beata Laura Vicuña, protectora de la dignidad y pureza de la mujer
Redacción ACI Prensa
“Gracias Jesús, gracias María", fueron las últimas palabras que pronunció la Beata Laura Vicuña, cuya fiesta se celebra cada 22 de enero. Ofreció su vida a Dios para que su mamá se convierta y deje de convivir con un hombre que las maltrataba y que intentó sobrepasarse con la pequeña beata.
Laura Vicuña Pino nació en Santiago (Chile), en 1891. Su padre pertenecía a una familia aristocrática de gran influencia política y alto nivel social. Su madre, en cambio, era de condición humilde.
Por ese tiempo se da una revolución en Chile. La familia tiene que huir de la capital y refugiarse a 500 Km de distancia. El papá muere y la madre queda en la indigencia a cargo de dos niñas, Laurita de dos años y Julia. Las tres emigran hacia Argentina y la madre, Mercedes, empieza a convivir con Manuel Mora.
En 1900, Laura ingresa como interna en el Colegio de las Hijas de María Auxiliadora en Junín de los Andes. Al poco tiempo empieza a destacar por su devoción y sueña con ser religiosa.
Cierto día escuchó de la maestra que a Dios le disgustan mucho los que conviven sin casarse y Laurita cayó desmayada por el susto. En la siguiente clase, cuando la profesora volvió a tocar el tema de la unión libre, la pequeña beata empezó a palidecer.
Laura comprende la situación en que vive su madre y a su tierna edad siente mucho dolor cuando Dios es ofendido. No se resiente con su madre, sino que, en cambio, decide entregar su vida a Dios para que su mamá se salve.
La beata le comunica su plan al confesor, el sacerdote salesiano Crestanello, quien le dice: "Mira que eso es muy serio. Dios puede aceptarte tu propuesta y te puede llegar la muerte muy pronto". Pero Laura continuó resuelta con su ofrenda.
El día de su primera comunión, a sus diez años, se ofrece a Dios y es admitida como “Hija de María”. Sin embargo, en su casa, Mora trata de manchar la virtud de Laura y ella valientemente se resiste muchas veces con la fuerza derivada de la fe auténtica.
El hombre la botó de la casa, la hizo dormir a la intemperie y dejó de pagarle la escuela. Pero las Hijas de María Auxiliadora la aceptan gratuitamente. Un día Laurita vuelve a casa y Mora la golpea salvajemente.
En pleno invierno se produce una inundación en la escuela y Laura, ayudando a salvar a las más pequeñas, pasa horas con los pies en el agua helada. Se enferma de los riñones con grandes dolores y su madre se la lleva a casa, pero no se recupera.
Al entrar en agonía, la beata dice: "Mamá, desde hace dos años ofrecí mi vida a Dios en sacrificio para obtener que tú no vivas más en unión libre. Que te separes de ese hombre y vivas santamente".
Mercedes, llorando, exclamó: “¡Oh Laurita, qué amor tan grande has tenido hacia mí! Te lo juro ahora mismo. Desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida. Desde hoy cambiará mi vida”.
La beata manda llamar al confesor y le dice: “Padre, mi mamá promete solemnemente a Dios abandonar desde hoy mismo a aquel hombre”. Entonces, mamá e hija se abrazaron llorando.
El rostro de Laura cambió por completo y se tornó sereno y alegre porque sintió que cumplió su misión en la tierra. Recibe la unción de los enfermos, el viático y besa varias veces el crucifijo.
A su amiga que rezaba con ella le dijo: “¡Qué contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima!” Luego, mirando la imagen de la Virgen, agradece alegremente a Jesús y María y parte a la Casa del Padre un 22 de enero de 1904.
La mamá tuvo que cambiarse de nombre y disfrazarse para salir de la región porque Manuel Mora la perseguía. El resto de su vida Mercedes llevó una vida santa.
San Juan Pablo II beatificó a Laura Vicuña en 1988 y en aquella ocasión el Papa peregrino dijo: “La suave figura de la Beata Laura… a todos enseñe que, con la ayuda de la gracia, se puede triunfar sobre el mal”.
PAPA FRANCISCO: LA HOSPITALIDAD ES UNA IMPORTANTE VIRTUD ECUMÉNICA
Papa Francisco: “La hospitalidad es una importante virtud ecuménica”
Redacción ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
“La hospitalidad es una importante virtud ecuménica”. Así lo aseguró el Papa Francisco en su catequesis pronunciada este miércoles 22 de enero en la Audiencia General celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano.
El Santo Padre explicó que la hospitalidad “significa reconocer que los otros cristianos son verdaderamente nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Somos hermanos. Alguno te dirá ese es protestante, ese es ortodoxo, sí, pero somos hermanos en Cristo”.
En su catequesis, Francisco insistió en que la hospitalidad “no es un acto de generosidad de una sola dirección, porque cuando acogemos a otros cristianos los acogemos como un regalo que se nos es concedido. Somos recompensados, recibimos aquello que el Espíritu Santo ha sembrado en esos hermanos y hermanas nuestros, y eso se convierte en un don también para nosotros”.
Estas reflexiones del Pontífice se producen en el contexto de la Semana de Oración para la Unidad de los Cristianos, que se está celebrando del 18 al 25 de enero con el tema de la hospitalidad.
El Pontífice recordó cómo en el libro de los Hechos de los Apóstoles se describe la hospitalidad practicada por la comunidad de Malta con San Pablo y sus más de 200 compañeros de viaje cuando naufragó en sus costas el barco que los trasladaba a Roma.
En ese episodio se narra cómo “el barco en el que viajaba Pablo estaba a merced de los elementos. Llevaban a la deriva en el mar catorce días y, puesto que ni el sol ni las estrellas eran visibles, los viajeros se sentían desorientados, perdidos. Debajo de ellos, el mar golpeaba con violencia el barco y temían que se despedazara por la fuerza de las olas. Por arriba, los golpeaba el viento y la lluvia”.
Pero Pablo, destacó el Papa, era un hombre de fe: “La fe le dice que su vida está en las manos de Dios, que ha resucitado a Jesús de entre los muertos y lo ha llamado a él, a Pablo, para llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra. Su fe le dice también que Dios, según cuanto ha revelado Jesús, es un Padre amoroso. Por ello, Pablo se dirige a sus compañeros de viaje e, inspirado por la fe, les anuncia que Dios no permitirá que ni un pelo de sus cabezas se pierda”.
“Esta profecía”, señaló el Papa Francisco, “se cumple cuando el barco llega a la costa de Malta y todos los pasajeros se encuentran sanos y salvos en tierra firme. Allí experimentan algo nuevo. En contraste con la brutal violencia del mar y de la tempestad, reciben el testimonio de la ‘rara humanidad’ de los habitantes de la isla”.
Los náufragos, que para los malteses eran extranjeros, reciben la atención de los isleños: “Encienden fuego para que se calienten, les ofrecen refugio de la lluvia y comida. Incluso aunque todavía no han recibido la Buena Nueva de Cristo, manifiestan el amor a Dios en los actos concretos de gentileza”.
De hecho, “la hospitalidad espontánea y los gestos comunican el amor de Dios. Y la hospitalidad de los isleños malteses es devuelta con milagros de curación que Dios opera por medio de Pablo en la isla. Por lo tanto, si la gente de Malta fue un signo de la Providencia de Dios para el Apóstol, también él, Pablo, fue testigo del amor misericordioso de Dios para ellos”.
Tras esta explicación, el Papa Francisco recordó cómo “hoy el mismo mar en el que naufragaron Pablo y sus compañeros es de nuevo un lugar peligroso para la vida de otros navegantes”.
“En todo el mundo, hombres y mujeres migrantes afrontan viajes peligrosos para escapar de la violencia, para escapar de la guerra, para escapar de la pobreza”.
Lamentó que “como Pablo y sus compañeros, experimentan la indiferencia, la hostilidad del desierto, de los ríos, de los mares. Muchas veces no les dejan desembarcar en los puertos. Sino que, por desgracia, encuentran la hostilidad, mucho peor, de los hombres. Son explotados por traficantes criminales, hoy; son tratados como números y como una amenaza por algunos gobiernos, hoy; a veces, la falta de hospitalidad los rechaza como una ola hacia la pobreza o hacia los peligros de los que han escapado”.
El Papa Francisco finalizó su catequesis afirmando que “nosotros, como cristianos, debemos trabajar juntos para mostrar a los migrantes el amor de Dios revelado por Jesucristo. Podemos y debemos testimoniar que no hay únicamente hostilidad e indiferencia, sino que cada persona es preciosa para Dios y amada por Él. Las divisiones que todavía existen entre nosotros nos impiden ser plenamente signo del amor de Dios”.
SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 22 DE ENERO DE 2020
Domingo de Sora, Santo
Abad, 22 de enero
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Anastasio (Magundat), Santo
Monje y Mártir, 22 de enero
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Vicente Pallotti, Santo
Presbítero y Fundador, 22 de enero
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Guillermo José Chaminade, Beato
Presbítero y Fundador, 22 de enero
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Ladislao Batthyány-Strattmann, Beato
Médico Laico, 22 de enero
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Valero (Valerio), Santo
Obispo de Zaragoza, 22 de enero
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Francisco Gil de Federic y Mateo Alonso de Leciniana, Santos
Sacerdotes y Mártires, 22 de enero
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Antonio della Chiesa, Beato
Presbítero, 22 de enero
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Laura Vicuña, Beata
Virgen Adolecente, 22 de enero
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Gaudencio de Novara, Santo
Obispo, 22 de enero
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Valerio (Valero) de Zaragoza, Santo
Obispo, Enero 22
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Vicente, Santo
Memoria Litúrgica, 22 de enero
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LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 22 DE ENERO DE 2020
Lecturas de hoy Miércoles de la 2ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 22 de enero de 2020
Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (17,32-33.37.40-51):
En aquellos días, Saúl mandó llamar a David, y éste le dijo: «Majestad, no os desaniméis. Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo.»
Pero Saúl le contestó: «No podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él, porque eres un muchacho, y él es un guerrero desde mozo.»
David le replicó: «El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de las manos de ese filisteo.»
Entonces Saúl le dijo: «Anda con Dios.»
Agarró el cayado, escogió cinco cantos del arroyo, se los echó al zurrón, empuñó la honda y se acercó al filisteo. Éste, precedido de su escudero, iba avanzando, acercándose a David; lo miró de arriba abajo y lo despreció, porque era un muchacho de buen color y guapo, y le gritó: «¿Soy yo un perro, para que vengas a mi con un palo?»
Luego maldijo a David, invocando a sus dioses, y le dijo: «Ven acá, y echaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.»
Pero David le contestó: «Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy hacia ti en nombre del Señor de los ejércitos, Dios de las huestes de Israel, a las que has desafiado. Hoy te entregará el Señor en mis manos, te venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los del campamento filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra; y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel; y todos los aquí reunidos reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una guerra del Señor, y él os entregará en nuestro poder.»
Cuando el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección de David, éste salió de la formación y corrió velozmente en dirección del filisteo; echó mano al zurrón, sacó una piedra, disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la piedra se le clavó en la frente, y cayó de bruces en tierra. Así venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada. David corrió y se paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo remató, cortándole la cabeza. Los filisteos, al ver que había muerto su campeón, huyeron.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 143,1.2.9-10
R/. Bendito el Señor, mi Roca
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea. R/.
Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos. R/.
Dios mio, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,1-6):
En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.
Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio.»
Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»
Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Lo extendió y quedó restablecido.
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 22 de enero de 2020
José Luis Latorre, cmf
“Levántate y ponte en medio”.
Queridos amigos
El evangelista nos narra una nueva controversia de Jesús con los fariseos: el hombre de la mano paralizada. Ante esta situación Jesús le dice al hombre “levántate y ponte en medio”.
-Levántate: En otros muchos relatos de curaciones se repite esta indicación de Jesús. Él tiene otra mirada sobre estas personas: son hijos de Dios necesitados que esperan ser liberados y curados. Y los hijos de Dios necesitados deben ser atendidos ya. El evangelista dice que Jesús lo curó en sábado, precisamente el día en que los judíos celebraban al Dios creador y liberador. ¿Hay otra forma mejor de honrar a Dios que salvar una vida, puesto que en su nombre siempre se debe hacer el bien? ¿No dice el primer mandamiento que hay que amar a Dios y al próximo, y que no hay mandamiento mayor que éstos?
Por eso Jesús se indigna y entristece cuando ve que a los fariseos no les importa el sufrimiento de aquel hombre de la mano paralizada y que interpretan y utilizan las normas según sus conveniencias e intereses. So capa de religiosidad ocultan sus malas intenciones de utilizar el sufrimiento ajeno para salvar la sacralidad del sábado y poder acusar a Jesús de quebrantarlo.
-Ponte en medio: Para Jesús colocar a la persona vulnerable en el centro no quiere decir ponerla en el centro geográfico del lugar, sino en el centro del corazón. Con este gesto Jesús instaura una nueva sacralidad: la persona y sus necesidades. Ya no importa el día, el lugar y la hora que necesite ayuda. La persona es lo más valioso e importante de todo. Y hay que dejarlo todo –aunque sea la oración y la Misa- por ayudarle si así lo precisa. El Papa Francisco dice: la casa común de todos los hombres debe continuar levantándose sobre el respeto a la sacralidad de cada vida humana.
Con este gesto –levántate y ponte en medio- Jesús nos desafía a hacer lo mismo con nuestros hermanos necesitados. Muchas veces se echa a un lado a los que sufren: viven solos su dolor, en silencio, lejos de la vista de los demás, se les deja solos. Jesús, por el contrario, les hace sentir que están en el centro de su misericordia y compasión, que son tan importantes como los demás que no necesitan ser sanados o liberados, pues Jesús vino a buscar al que estaba perdido, la oveja descarriada, el ladrón arrepentido…
José Luis Latorre, Misionero Claretiano
martes, 21 de enero de 2020
SANTA INÉS, VIRGEN Y MÁRTIR, 21 DE ENERO
Biografía de Santa Inés
21 de enero
Y añade el santo: "Se refiere que ella tenía sólo trece años cuando fue martirizada. Y notemos el poder de la fe que consigue hacer mártires valientes en tan tierna edad. Casi no había sitio en tan pequeño cuerpo para tantas heridas. Se mostró valientísima ante las más ensangrentadas manos de los verdugos y no se desanimó cuando oyó arrastrar con estrépito las pesadas cadenas. Ofreció su cuello a la espada del soldado furioso. Llevada contra su voluntad ante el altar de los ídolos, levantó sus manos puras hacia Jesucristo orando, y desde el fondo de la hoguera hizo el signo de la cruz, señal de la victoria de Jesucristo. Presentó sus manos y su cuello ante las argollas de hierro, pero era tan pequeña que aquellos hierros no lograban atarla. Todos lloraban menos ella. Las gentes admiraban la generosidad con la cual brindaba al Señor una vida que apenas estaba empezando a vivir. Estaban todos asombrados de que a tan corta edad pudiera ser ya tan valerosa mártir en honor de la Divinidad. Cuántas amenazas empleó el tirano para persuadirla. Cuántos halagos para alejarla de su religión. Mas ella respondía: La esposa injuria a su esposo si acepta el amor de otros pretendientes. Únicamente será mi esposo el que primero me eligió, Jesucristo. ¿Por qué tardas tanto verdugo? Perezca este cuerpo que no quiero sea de ojos que no deseo complacer. Llegado el momento del martirio. Reza. Inclina la cabeza. Hubierais visto temblar el verdugo lleno de miedo, como si fuera él quien estuviera condenado a muerte. Su mano tiembla. Palidece ante el horror que va a ejecutar, en tanto que la jovencita mira sin temor la llegada de su propia muerte. H aquí dos triunfos a un mismo tiempo para una misma niña: la pureza y el martirio".
Era de la noble familia romana Clodia. Nació cerca del año 290. Recibió muy buena educación cristiana y se consagró a Cristo con voto de virginidad.
Volviendo un día del colegio, la niña se encontró con el hijo del alcalde de Roma, el cual se enamoró de ella y le prometió grandes regalos a cambio de la promesa de matrimonio. Ella respondió: "He sido solicitada por otro Amante. Yo amo a Cristo. Seré la esposa de Aquel cuya Madre es Virgen; lo amaré y seguiré siendo casta".
El hijo recurre a su padre, el alcalde. Este la hace apresar. La amenazan con las llamas si no reniega de su religión pero no teme a las llamas. Entonces la condenan a morir degollada. Sus padres recogen el cadáver. La sepultan en el sepulcro paterno. Pocos días después su hermana Emerenciana cae martirizada a pedradas por estar rezando junto al sepulcro.
"Con mínimas fuerzas superó grandes peligros", dice San Dámaso en su epitafio.
Todos los historiadores coinciden en proclamarla mártir de la virginidad. Es patrona de las jóvenes que desean conservar la pureza. Cada año, el 21 de enero, día de Santa Inés, se bendicen los corderos con cuya lana se tejen los "palios", o sea el distintivo de los arzobispos.
En este tiempo de materialismo sea ella un modelo de castidad para la juventud.
La liturgia la presenta como modelo de los éxitos que logra alcanzar una persona cuando tiene una gran fe. La fe en Dios y en la eternidad lleva al heroísmo.
HOY 21 DE ENERO SE INICIA EL TRIDUO A SAN FRANCISCO DE SALES
Hoy se inicia el Triduo a San Francisco de Sales, patrono de la prensa católica
Redacción ACI Prensa
“La verdadera y sólida devoción consiste en una voluntad constante, resuelta, pronta y activa de ejecutar lo que se conoce ser del agrado de Dios”, decía San Francisco de Sales, Patrono de la prensa católica, Doctor de la Iglesia y conocido como el Santo de la amabilidad.
Próximos a la fiesta litúrgica de este Santo francés que se celebra cada 24 de enero, aquí un Triduo de oraciones en su honor para pedir su intercesión ante Dios misericordioso.
Oración inicial
Glorioso San Francisco de Sales,
vuestro nombre porta la dulzura del corazón mas afligido;
vuestras obras destilan la selecta miel de la piedad;
vuestra vida fue un continuo holocausto de amor perfecto
lleno del verdadero gusto por las cosas espirituales,
y del generoso abandono en la amorosa divina voluntad.
Enséñame la humildad interior,
la dulzura de nuestro exterior,
y la imitación de todas las virtudes que has sabido copiar
de los Corazones de Jesús y de María. Amén
Oración para pedir la gracia que se necesita
Señor, Dios nuestro, tú has querido que el santo obispo Francisco de Sales se entregara a todos generosamente para la salvación de los hombres; concédenos, a ejemplo suyo, manifestar la dulzura de tu amor en el servicio a nuestros hermanos. Te rogamos por su intercesión nos alcances la gracia de............., que tan ardientemente deseamos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Se dice un un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Luego se repite tres veces: “San Francisco de Sales, ruega por nosotros”.
Letanías a San Francisco de Sales
Señor ten piedad, Señor ten piedad
Cristo ten piedad, Cristo ten piedad
Señor ten piedad, Cristo ten piedad
Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros
Trinidad Santa un solo Dios, ten piedad de nosotros
-S Francisco admirable obispo, ruega por nosotros
-S Francisco amado de Dios, ruega por nosotros
-S Francisco imitador de Jesucristo, ruega por nosotros
-S Francisco lleno de los dones del Señor, ruega por nosotros
-S Francisco favorito de la madre de Dios, ruega por nosotros
-S Francisco devoto de los santos, ruega por nosotros
-S Francisco encendido de amor por la Cruz de Cristo, ruega por nosotros
-S Francisco unido íntimamente a la Divina Voluntad, ruega por nosotros
-S Francisco vaso de elección, ruega por nosotros
-S Francisco luz de la Iglesia, ruega por nosotros
-S Francisco modelo perfecto de religioso, ruega por nosotros
-S Francisco fuente de sabiduría, ruega por nosotros
-S Francisco defensor de la fe Católica, ruega por nosotros
-S Francisco buen pastor de su rebaño, ruega por nosotros
-S Francisco predicador incomparable, ruega por nosotros
-S Francisco azote de las herejías, ruega por nosotros
-S Francisco modelo de justicia, ruega por nosotros
-S Francisco espejo de humildad, ruega por nosotros
-S Francisco despegado del mundo, ruega por nosotros
-S Francisco amante de la pobreza, ruega por nosotros
-S Francisco maestro de dulzura, ruega por nosotros
-S Francisco conquistador de las pasiones carnales, ruega por nosotros
-S Francisco terror de los demonios, ruega por nosotros
-S Francisco pronta ayuda de los penitentes, ruega por nosotros
-S Francisco refugio de los pecadores, ruega por nosotros
-S Francisco providencia de los pobres, ruega por nosotros
-S Francisco consolador de los afligidos, ruega por nosotros
-S Francisco ejemplo de perfección, ruega por nosotros
-S Francisco arca de santidad, ruega por nosotros
-S Francisco imitador de la pureza de los ángeles, ruega por nosotros
-S Francisco querubín de sabiduría, ruega por nosotros
-S Francisco serafín de amor, ruega por nosotros
-S Francisco nuestro santo patrono, ruega por nosotros
-S Francisco nuestra dulce luz, ruega por nosotros
-S Francisco nuestro poderoso protector, ruega por nosotros
-S Francisco nuestro guía en los caminos de Dios, ruega por nosotros
-S Francisco nuestro refugio, ruega por nosotros
-S Francisco competencia de los ángeles, ruega por nosotros
-S Francisco imitador de los Apóstoles, ruega por nosotros
-S Francisco participante de la gloria de los mártires, ruega por nosotros
-S Francisco gloria de los santos confesores, ruega por nosotros
-S Francisco maestro y doctor de vírgenes, ruega por nosotros
-S Francisco glorioso ciudadano de todos los santos, ruega por nosotros
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros.
V. Ruega por nosotros oh bendito San Francisco de Sales
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Oración final
Oh Dios, que por tu santa voluntad el bendito Francisco, tu confesor y obispo, se dio a todos los hombres por la salvación de sus almas, concédenos que llenos de tu dulce amor, podamos, por la guía de sus consejos y la ayuda de sus méritos, obtener los goces de la vida eterna. Amén.
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