martes, 7 de abril de 2020

15 PELÍCULAS RECOMENDADAS PARA SEMANA SANTA


15 películas recomendadas para Semana Santa
Redacción ACI Prensa





Semana Santa es un tiempo propicio para conocer y reflexionar más sobre el sentido de ser cristianos y qué mejor si es con la ayuda de una buena película.

Durante este tiempo de cuarentena que el mundo atraviesa por el coronavirus, te dejamos 15 filmes con claves de fe que marcaron y cambiaron la vida de muchos de sus espectadores.


1. La Pasión de Cristo (2004)

Iniciamos la lista con la adaptación de Mel Gibson de los últimos días de Jesucristo. El filme fue rodado en latín y en arameo, idiomas que habló Jesús, y fue proyectado en todo el mundo en versión original por deseo del director. Además, atrajo la atención de todos por la crudeza y realismo de sus imágenes.


2. Pablo, Apóstol de Cristo (2018)

Jim Caviezel, conocido por su papel como Jesús en “La Pasión de Cristo”, regresa para protagonizar a San Lucas, en una película que narra la persecución contra los primeros cristianos en la antigua Roma y cómo a pesar de ello la Iglesia primitiva salió adelante.


3. Ben Hur (1959)

William Wyler firmó una épica superproducción protagonizada por Charlton Heston, Stephen Boyd y Jack Hawkins que obtuvo once premios Oscar. Una historia de dos viejos amigos que se enfrentan y en la que no se muestra el rostro de Jesucristo, aunque su presencia marcará toda la vida de Judá Ben-Hur.


4. Jesús de Nazareth (1977)

Aunque se trata de una miniserie de televisión y no una película, la obra de Franco Zeffirelli es quizás el mejor relato global del nacimiento, obra y muerte de Jesucristo. El Beato Pablo VI, tras visionar esta producción, recibió en audiencia al director de cine Franco Zefirelli y le agradeció por su obra.


5. Los Diez Mandamientos (1956)

Charlton Heston vuelve a aparecer con la adaptación del pasaje de Moisés y Los Diez Mandamientos que dirigió el legendario Cecil B. DeMille. Una colosal superproducción de proporciones bíblicas: casi cuatro horas de duración.


6. Risen (2016)

"Risen" es un filme estrenado en el 2016 que presenta la Resurrección de Cristo narrada a través de los ojos de un agnóstico. Clavius (Joseph Fiennes), un poderoso centurión romano, y su edecán Lucius (Tom Felton), reciben la misión de resolver el misterio de lo que ocurrió con Jesús en las semanas siguientes a la crucifixión para desmentir los rumores de un Mesías que resucitó y evitar una revuelta en Jerusalén.


7. Quo Vadis? (1951)

El título significa en latín “¿A dónde vas?” y se refiere a las palabras de Pedro cuando se encuentra con Cristo en la Vía Apia. La cinta muestra el amor de un soldado romano por una joven doncella, integrante del primer grupo de cristianos en Roma, y que será puesto a prueba después que Nerón queme Roma y les eche la culpa a los cristianos.


8. Marcelino, pan y vino (1954)

Relata la historia de un niño huérfano que cambiará la vida y el nombre de los frailes. Con su inocencia y picardía se hará querer hasta por el propio Cristo en la cruz. Se llevó el Oso de Plata en el Festival de Berlín. En el 2013 se lanzó una nueva versión de esta obra.


9. Escarlata y negro (1983)

Refleja parte de lo que se vivió durante la ocupación nazi en Roma y las tensiones contra el Vaticano por refugiar judíos y perseguidos políticos de los alemanes. Un sacerdote, que salvó la vida de cientos de personas, estará en la mira de los altos oficiales nazis, pero no podrán tocarlo por estar dentro del territorio papal.


10. Cristiada (2012)

Película que describe la dramática e histórica persecución del gobierno mexicano contra la Iglesia Católica en la década de 1920’s. Muchos fieles fueron llevados al martirio, otros optaron por el camino de las armas, pero la fuerza de “¡Viva Cristo Rey!” hará resonar la verdad.


11. Un Dios prohibido (2013)

Narra el martirio de 51 miembros de la Congregación Claretiana durante la Guerra Civil Española. El hecho ocurrió en 1936 en la localidad de Barbastro, en Zaragoza. Ellos fueron beatificados por San Juan Pablo II en 1992.


12. Encontrarás dragones (2011)

Drama épico dirigido por Roland Joffé, ambientado en la Guerra Civil española, que narra la vida de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Ambientada en la época de la Guerra Civil Española, trata temas como la amistad, el amor, el odio, la traición, el perdón y la búsqueda del sentido de la vida.


13. De dioses y de hombres (2010)

Película francesa sobre unos monjes cristianos en Argelia que viven en armonía con la población musulmana hasta que estalla la guerra civil que azotó al país entre 1991 y 2002. Esta producción fue ganadora del Premio del Jurado y el Premio del Jurado Ecuménico del Festival de Cannes de 2010.


14. I am David (2003)

Davis tiene 12 años que escapa de un campo de concentración nazi con la ayuda de Johannes, su amigo y protector. El pequeño deberá llegar a Dinamarca con un sobre sellado que le está prohibido abrir. Esta obra destaca la fuerza y el valor inquebrantable de un niño.


15. El Príncipe de Egipto (1998)

Pensando en los más pequeños se incluye en la lista esta historia de Moisés que fue la primera película de animación tradicional producida y distribuida por Dreamworks, la productora creada por Steven Spielberg.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 7 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Martes Santo
Hoy, martes, 7 de abril de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (49,1-6):

Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos:
El Señor me llamó desde el vientre materno, de las entrañas de mi madre, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo:
- «Tú eres mi siervo, Israel, por medio de ti me glorificaré».
Y yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas». En realidad el Señor defendía mi causa, mi recompensa la custodiaba Dios. Y ahora dice el Señor,el que me formó desde el vientre como siervo suyo, para que le devolvise a Jacob, para que le reuniera a Israel; he sido glorificado a los ojos de Dios. Y mi Dios era mi fuerza:
- «Es poco que seas mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y traer de vuelta a los supervivientes de Israel. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15.17

R/. Mi boca contará tu salvación, Señor

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. R.

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.

Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R.

Mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (13,21-33.36-38):

En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo:
- «En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar».
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.
Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía.
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
- «Señor, ¿quién es?».
Le contestó Jesús:
- «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».
Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote.
Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:
- «Lo que vas hacer, hazlo pronto».
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.
Cuando salió, dijo Jesús:
- «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Me busca¬réis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros:
"Donde yo voy, vosotros no podéis ir"»
Simón Pedro le dijo:
- «Señor, ¿a dónde vas?».
Jesús le respondió:
- «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó:
- «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó:
- «¿Con que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy martes, 7 de abril de 2020
Rosa Ruiz, Misionera Claretiana


Queridos amigos y amigas:

Cuanto todo se para de repente (no solo local, sino a nivel mundial), podemos pasar por muchísimas reacciones distintas. Lo que creíamos imprescindible, no lo es tanto. Lo que no podíamos retrasar de fecha, se anula. Semanas diciendo que necesitamos un descanso y cuando tenemos que quedarnos en casa, nos agobiamos.

Podíamos hacer nuestro el lamento de Isaías: “En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas”. Y en buena parte, tendríamos razón. Cada uno vivimos con nuestras propias preocupaciones, tareas, sueños, traumas… Nos creemos distintos, pero a la hora de la verdad, nos parecemos todos bastante.

Fijaos en los discípulos en el evangelio de hoy: Judas, Juan y Pedro.

- Juan, recostado en Jesús, tranquilo en su posición privilegiada y amable, ajeno a la gravedad de lo que se venía encima.

- Judas, enzarzado en su propio plan, que no le deja ver más allá y le empuja como un autómata a llevarlo a cabo

- Pedro, el bueno de Pedro, tan centrado en sí mismo y en sus propias fuerzas y fervores que no escucha lo que está viviendo Jesús. Solo le preocupa dejar claro que él sí estará a la altura.

A veces creo que no somos conscientes de nuestras propias fijaciones, de todo lo que nos centra en nosotros mismos y no nos permite atender al otro. Cuidado: porque eso no solo le pasa a Judas, “el traidor”; le pasa también a Juan “el discípulo amado” y a Pedro “cabeza de la Iglesia”. Eso nos pasa a todos. Por eso no nos viene nada mal que de vez en cuando algo nos golpee por dentro -y por fuera- para exclamar de corazón: en vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas … Y mi Dios era mi fuerza, no yo mismo...

Porque de lo contrario, corremos el peligro de estar sentados a la mesa y a la vida de Jesús y no enterarnos de nada…

Vuestra hermana en la fe,

Rosa Ruiz, Misionera Claretiana

EL PAPA FRANCISCO INVITA A PEDIR A DIOS LA PERSEVERANCIA EN EL SERVICIO


El Papa Francisco invita a pedir a Dios “la perseverancia en el servicio”
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El Papa Francisco animó a recorrer el camino del siervo al imitar a Jesús en su actitud de servicio, a pesar de las caídas, para arrepentirse y pedir perdón, como lo hizo el apóstol Pedro, por lo que invitó a pedirle al Señor “la gracia de perseverar en el servicio”.

Así lo indicó el Santo Padre durante su homilía pronunciada en la Misa de la Casa Santa Marta este 7 de abril.

Al reflexionar en la primera lectura del profeta Isaías (49:1-6) que dice “el Señor nos ha elegido desde el vientre materno” el Papa señaló que En la vida hay caídas: cada uno de nosotros es un pecador y puede caer, y ha caído. Sólo la Virgen y Jesús...(no), todos los demás hemos caído, somos pecadores”.

En esta línea, el Pontífice explicó que “lo que importa es la actitud ante el Dios que me eligió, que me ungió como siervo; es la actitud de un pecador que es capaz de pedir perdón, como Pedro, que jura: ‘no, nunca te negaré, Señor, nunca, nunca, nunca’, pero luego, cuando el gallo canta, llora. Se arrepiente. Este es el camino del siervo: cuando resbala, cuando cae, pide perdón”.

Luego, al reflexionar en el pasaje del Evangelio de San Juan (13:21-33, 36-38) que describe cuando Jesús sufrió la traición de Judas y de San Pedro el Papa subrayó que “en cambio, cuando el siervo no puede comprender que ha caído, cuando la pasión lo toma de tal manera que lo lleva a la idolatría, abre su corazón a satanás, entra en la noche: eso es lo que le pasó a Judas”.

“Pensemos hoy en Jesús, el siervo, fiel en el servicio. Su vocación es servir hasta la muerte, y la muerte en la Cruz. Pensemos en cada uno de nosotros, parte del pueblo de Dios: somos servidores, nuestra vocación es servir, no aprovechar nuestro lugar en la Iglesia. Servir. Siempre en servicio”.

Por ello, el Santo Padre animó a pedir “la gracia de perseverar en el servicio. A veces con resbalones, caídas, pero la gracia de al menos llorar como Pedro lloró”.

Imitar a Jesús en el camino del servicio
“Jesús, sirvió hasta la muerte: parecía una derrota, pero era la manera de servir. Y esto subraya la manera de servir que debemos tener en nuestras vidas. Servir es darse a sí mismo, darse a los demás. Servir no es pretender para cada uno de nosotros otro beneficio que no sea el de servir. Servir es la gloria, y la gloria de Cristo es servir hasta el punto de aniquilarse hasta la muerte, la muerte en la cruz. Jesús es el servidor de Israel”.

En este sentido, el Pontífice advirtió que “el pueblo de Dios es siervo, y cuando el pueblo de Dios se aleja de esta actitud de servicio es un pueblo apóstata: se aleja de la vocación que Dios le ha dado”.

“Y cuando cada uno de nosotros se aleja de esta vocación de servicio, se aleja del amor de Dios, y construye su vida sobre otros amores, muchas veces idólatras”, concluyó el Papa.

Lecturas comentadas por el Papa Francisco:
Isaías 49:1-6

1 ¡Oídme, islas, atended, pueblos lejanos! Yahveh desde el seno materno me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre. 2Hizo mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me escondió; hízome como saeta aguda, en su carcaj me guardó. 3Me dijo: «Tú eres mi siervo (Israel), en quien me gloriaré.» 4 Pues yo decía: «Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi vigor he gastado. ¿De veras que Yahveh se ocupa de mi causa, y mi Dios de mi trabajo?» 5 Ahora, pues, dice Yahveh, el que me plasmó desde el seno materno para siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una. Mas yo era glorificado a los ojos de Yahveh, mi Dios era mi fuerza. 6 «Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob, y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.»

Juan 13:21-33, 36-38

21Cuando dijo estas palabras, Jesús se turbó en su interior y declaró: «En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará.» 22 Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. 23Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. 24 Simón Pedro le hace una seña y le dice: «Pregúntale de quién está hablando.» 25 El, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién es?» 26 Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar.» Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. 27Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto.» 28 Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. 29Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres. 30En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche. 31Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. 32Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto.» 33 «Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros. 36 Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?» Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde.» 37 Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti.» 38 Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces.»

SANTORAL DE HOY MARTES 7 DE ABRIL DE 2020

Pedro Nguyen Van Luu; SantoPedro Nguyen Van Luu; Santo
Presbítero y Mártir, 7 de abril
Hegesipo, SantoHegesipo, Santo
Laico, 7 de abril
Jorge de Mitilene, SantoJorge de Mitilene, Santo
Obispo, 7 de abril
Eduardo (Edward) Oldcorne, BeatoEduardo (Edward) Oldcorne, Beato
Mártir Jesuita, 7 de abril
Germán José de Colonia, SantoGermán José de Colonia, Santo
Presbítero Premostratense, 7 de abril
Enrique (Henry) Walpole, SantoEnrique (Henry) Walpole, Santo
Mártir Jesuita, 7 de abril
María Assunta Pallotta, BeataMaría Assunta Pallotta, Beata
Virgen Misionera Franciscana, 7 de abril
Juan Bautista de la Salle, SantoJuan Bautista de la Salle, Santo
Memoria Litúrgica, 7 de abril

¡QUÉDATE EN CASA!





lunes, 6 de abril de 2020

¿QUÉ ES LA SEMANA SANTA?


¿Qué es la Semana Santa?



Explicación de la celebración

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido solo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.

Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.

A la Semana Santa se le llamaba en un principio “La Gran Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.

Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.

Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.

La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.


Domingo de Ramos

Celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Por esto, nosotros llevamos nuestras palmas a la Iglesia para que las bendigan ese día y participamos en la misa.


Jueves Santo

Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicialidad. En la Última Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Es el Jueves Santo cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la Última Cena, Jesús se fue a orar al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo.


Viernes Santo

Ese día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: Su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Lo conmemoramos con un Vía Crucis solemne y con la ceremonia de la Adoración de la Cruz.


Sábado Santo o Sábado de Gloria

Se recuerda el día que pasó entre la muerte y la Resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. Por la noche se lleva a cabo una Vigilia Pascual para celebrar la Resurrección de Jesús. Vigilia quiere decir “la tarde y noche anteriores a una fiesta.”. En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos.


Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua

Es el día más importante y más alegre para todos nosotros, los católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios. Pascua es el paso de la muerte a la vida.

¿Por qué la Semana Santa cambia de fecha cada año?

El pueblo judío celebraba la fiesta de Pascua en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto, el día de la primera luna llena de primavera. Esta fecha la fijaban en base al año lunar y no al año solar de nuestro calendario moderno. Es por esta razón que cada año la Semana Santa cambia de día, pues se le hace coincidir con la luna llena.

En la fiesta de la Pascua, los judíos se reunían a comer cordero asado y ensaladas de hierbas amargas, recitar bendiciones y cantar salmos. Brindaban por la liberación de la esclavitud.

Jesús es el nuevo cordero pascual que nos trae la nueva liberación, del pecado y de la muerte.


Sugerencias para vivir la Semana Santa

Asistir en familia o a los oficios y ceremonias propios de la Semana Santa porque la vivencia cristiana de estos misterios debe ser comunitaria.
Se puede organizar una pequeña representación acerca de la Semana Santa.
Poner algún propósito concreto a seguir para cada uno de los días de la Semana Santa.
Elaborar unos cartelones en los que se escriba acerca de los días de la Semana Santa y algunas ideas importantes acerca de cada uno de los días.


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Fuente: Catholic.net

UNA PRECIOSA ORACIÓN PARA REZAR EN FAMILIA EL JUEVES SANTO, DÍA DEL AMOR FRATERNO


Una preciosa oración para rezar en familia el Jueves Santo, Día del Amor Fraterno
Redacción ACI Prensa






La Conferencia Episcopal Española y Cáritas España invitaron a celebrar el Jueves Santo, también conocido como Día del amor fraterno, como “un momento privilegiado, en estos días que celebramos como Iglesia la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para llamar a vivir la fraternidad y hacer vida real el mandamiento nuevo del amor”.

Por eso animaron a expresar de manera concreta la “solidaridad y cercanía con todos aquellos que atraviesan por circunstancias difíciles a causa del coronavirus”.

Una de ellas es el gesto que Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen para el día de Jueves Santo bajo el lema “La fraternidad alumbra la esperanza”.

Se trata de encender una vela en el momento de compartir la cena, acompañado de una oración-bendición. Con este gesto se invita a unirse a Jesús en su Última Cena y a todos por los que Él se entrega.

“En un día donde, a causa del aislamiento, sólo hemos podido celebrar la Eucaristía de manera virtual, este gesto nos ayudará a sentirnos, si cabe, más unidos entre nosotros, más en común-unión con todos y con toda la Humanidad sufriente por esta pandemia global. Al encender una vela, nos unimos en comunidad fraterna y alumbramos la Pascua que esperamos”, precisan.


Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen esta oración-bendición para acompañar el encendido de la vela en el momento de la cena:

Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final,
hasta el extremo que se puede amar: dar la vida por otro.


Gracias Señor, porque en la última cena
partiste tu pan y vino, para saciar nuestra hambre y nuestra sed…

Gracias Señor, porque en la Eucaristía nos haces UNO contigo,
nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos
a entregar la nuestra…

Gracias Señor, porque en el pan y el vino
nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.

Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa
con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.

Bendice nuestra cena, Señor; bendice a nuestros hermanos más frágiles
y enfermos con quienes hoy nos sentimos especialmente unidos;
que la fraternidad alumbre para ellos la esperanza.


AMEN. 



Entre otras propuestas, también animan a mostrar el amor al prójimo a través del apoyo económico a las personas más vulnerables. Es decir, una cercanía solidaria con los afectados ante el impacto del coronavirus que puede manifestarse a través del apoyo económico a la campaña de emergencia “Cada gesto cuenta” lanzada por Cáritas para apoyar las necesidades más urgentes de las personas en situación más vulnerable.

Las 70 Cáritas Diocesanas que hay en España han lanzado innumerables proyectos e iniciativas solidarias bajo el lema “La Caridad No Cierra” para acompañar las necesidades básicas de quienes se encuentran en condiciones de mayor precariedad, como son, entre otros, las personas sin hogar, los mayores o las familias con escasos recursos.

Según precisan, “los efectos del Covid-19 en las condiciones económicas y sociales del país están siendo muy intensos y todo indica que, debido a la crisis de empleo en ciernes y la falta de ingresos a la que ya se enfrentan cientos de miles de familias, las demandas de apoyo urgente van a multiplicarse”.

Ante esta situación, los esfuerzos de acompañamiento de Cáritas estarán allí donde las necesidades de las personas más frágiles sean mayores.

También recuerdan que cada Jueves Santo, la Iglesia hace memoria agradecida de la Última Cena de Jesús con sus discípulos y de esa experiencia radical del amor fraterno que Jesús quiso expresar en el gesto del lavatorio de los pies, que es expresión del amor hecho servicio. 

“No hay amor si no se aprende a conjugar el verbo servir, si no se está dispuesto a despojarse de todo aquello que estorba, sin ponerse a los pies de aquel que nos necesita”, precisan.

Por eso, en este Día del Amor Fraterno de 2020, “cuando Jesús nos invita a sentarnos a su mesa, a compartir el pan y la vida, a aprender la lección del servicio, es el momento en el que este servicio debemos centrarlo de forma concreta en los golpeados por el coronavirus y, especialmente, en quienes están en situación de mayor vulnerabilidad y exclusión social ante la pandemia”.

Dentro de la llamada que Cáritas y la Conferencia Episcopal lanzan para vivir este año la jornada del Amor Fraterno potencian el valor de la acogida, se apuntan algunas actitudes que pueden ayudar a vivir el amor fraternal como son la mirada atenta para descubrir la necesidad del otro, comenzando por aquellos con quienes compartimos el hogar y el confinamiento.

La humildad para reconocer la propia vulnerabilidad y acoger el cariño y la cercanía del otro, la ayuda mutua, porque es la hora de una fraternidad inteligente, ejemplar y creativa para superar el individualismo y descubrir que nos necesitamos todos, así como la compasión, es decir, sentir con el otro y estar al lado compartiendo desalientos y esperanzas.

También animan a la responsabilidad para cuidarse y cuidar al otro, asumiendo las consecuencias de las propias acciones, la gratuidad, porque amar es dar, es dar-se, ofrecer lo que soy y tengo, aunque parezca insignificante y acompañar como expresión del amor hecho servicio generoso, entregado y cercano.

Y a unirse a la oración contemplando a Cristo en su Cruz y mirando con ternura a todos los que sufren, así como la esperanza, la que viene de Cristo resucitado, que ilusiona y abre al futuro porque con la Pascua llegan días de salvación y alegría. 

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 6 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Lunes Santo
Hoy, lunes, 6 de abril de 2020




Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (42,1-7):

Así dice el Señor:
«Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas.
Esto dice el Señor, Dios, que crea y despliega los cielos, consolidó la tierra con su vegetación, da el respiro al pueblo que la habita y el aliento a quienes caminan por ella:
«Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te he formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas».

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 26,1.2.3.13-14

R/. El Señor es mi luz y mi salvación

El Señor es la defensa de mí vida,
¿quién me hará temblar? R.

Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen. R.

Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo. R.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (12,1-11):

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo:
- «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy lunes, 6 de abril de 2020
Rosa Ruiz, Misionera Claretiana


Queridos amigos y amigas:

La Palabra de esta semana no solo es eficaz porque consigue irnos adentrando en el Misterio Pascual, sino que es también profundamente bella y a poco que te dejes “tocar”, te conmueve.

“Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco”, dice el Señor por boca de Isaías. Y miramos a su Siervo, a Jesús. Un hombre bastante solo en estos días; alrededor de Jerusalén, entrando y saliendo de la ciudad con cuidado para no ser detenido. Hasta que llegue el momento. Un hombre fiel, sereno, que sigue con libertad adelante. Pero un hombre que necesita ser sostenido; le sostiene el Padre. Quizá también Jesús recordó aquellos días el salmo 26 que hoy rezamos: Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.

O quizá lo escuchó en boca de sus amigos, en Betania, donde se sentía a salvo. Gracias a Dios, hay personas en nuestra vida con las que nos sentimos seguros; nos ayudan a experimentar que Dios nos cuida y que con ellos nada malo va a pasarnos. Por eso todos necesitamos ir a Betania de vez en cuando. Y más aún cuando “la cosa pinta mal”.

En estos días de aislamiento por el COVID 19 (1 de cada 3 personas en el mundo está ya confinada en sus casas), seguramente estamos experimentando otras formas nuevas de buscar apoyo, cariño, cercanía… Porque no podemos abrazar a los amigos ni visitar a nuestra familia, ni compartir unas risas, ni acariciar… El tacto no puede suplirse con nada, pero como canta Drexler, “no se toca el corazón solamente con la mano” .

Sin pandemia, María la de Betania sabía bien que “la dolencia de amor no se cura sino con la presencia y la figura”, en palabras de San Juan de la Cruz. Por eso ella “miró al Siervo” que necesita ser sostenido y no dijo nada. Ni una palabra. Sólo tomó el mejor y más costoso perfume que pudo encontrar y acarició (ungió) los pies de Jesús, enjugándolos con su cabellera.

Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. La casa se llenó del gesto, de la cercanía sin palabras, del amor más desinteresado: ese que damos cuando nos damos a nosotros mismos. Cuando damos sin ganar nada con ello. Pura desproporción. Puro derroche. Pura gratuidad. Solamente queremos consolar, sostener, calmar, cuidar… Y eso, seguramente, irritará a muchos: algunos te pedirán cuentas, como Judas, porque siempre hay urgencias mayores y necesidades que nos reclaman… Pero María elige y prefiere acariciar el corazón de Jesús, de su amigo que pasa por un momento complicado. Su amigo que, además, es el Señor de su vida.

Ojalá recordemos a esta mujer toda la Semana Santa. Sobre todo, cuando tengamos que elegir entre hacer algo importante, costoso, visible, práctico… o tener un momento de cercanía sencilla con Jesús, nuestro amigo y nuestro Señor. Todo lo demás no está mal (prácticas religiosas, ritos, sacrificios, ofrendas, rezos, vigilias…) pero hay momentos en que merece la pena elegir un perfume y derramarlo con alguien. Y si esto vale para Jesús, ¿por qué no vivirlo también con los hermanos?

Vuestra hermana en la fe,

Rosa Ruiz, Misionera Claretiana
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