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martes, 9 de abril de 2013
ORACION A LA VIRGEN DE GUADALUPE
ORACIÓN
A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Amén
DEMETRIO DE TESALÓNICA, SANTO - 9 DE ABRIL
Autor: . | Fuente: acoantioquena.com Demetrio de Tesalónica, Santo | |
Mártir. 9 de abril | |
MártirEtimológicamente: Demetrio = Aquel que se dedica a la agricultura o la Tierra, es de origen griego. Sus padres, quienes practicaban el Cristianismo en secreto, lo bautizaron y le enseñaron la religión. Su padre, procónsul romano, falleció cuando Demetrio era mayor de edad. El emperador Maximiano (s. IV) nombró a Demetrio gobernador y militar de toda Tesalónica. La principal función de San Demetrio era defender la provincia de los enemigos, obligándolo el emperador a que exterminara también a los cristianos. Demetrio en lugar de esto comenzó a eliminar las costumbres paganas y a los paganos los convertía a la fe cristiana. Pronto llegó a oídos del emperador que el procónsul Demetrio era cristiano; y sabiéndolo Demetrio, se preparó para la muerte, repartió sus pertenencias a los pobres, haciendo una vida de ayuno y penitencia. El emperador recluyó al procónsul y comenzó a distraerse con escenas de gladiadores y circos, donde llevaba a la arena a los cristianos. El conocido gladiador Liaco fácilmente dominaba a los sumisos cristianos en las luchas y ante la exaltada multitud los arrojaba sobre las lanzas de los guerreros. El joven cristiano San Néstor, visitó a San Demetrio en el cautiverio y San Demetrio lo bendijo para un combate cuerpo a cuerpo con Liaco. Reforzado por Dios, San Néstor venció al orgulloso gladiador. En cuanto Maximiano conoció la razón por la que Néstor había ganado, ordenó que San Demetrio fuera traspasado con las lanzas de sus celadores, y que San Néstor fuera decapitado con su propia espada. El cuerpo del mártir San Demetrio fue arrojado como alimento para las bestias, pero los pobladores lo sepultaron en secreto. Durante el gobierno del emperador Constantino el Grande (324-337) ante la tumba del mártir San Demetrio fundaron un templo y a los 100 años fueron encontradas sus santas reliquias. La biografía de san Demetrio dice que liberaba reclusos de las manos de los contrarios y les ayudaba a llegar hasta Solún. Desde el siglo VII junto a sus reliquias comenzó a fluir una aromática y milagrosa mirra, lo cual se divulgó en esa época. "por su composición no es agua, es más espesa y eso no se parece a ninguna sustancia conocida por nosotros... Es sumamente aromática no solo de lo que conocemos como artificial sino en relación a todo lo creado por Dios." |
lunes, 8 de abril de 2013
DIONISIO DE CORINTO, SANTO - 8 DE ABRIL
Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid Dionisio de Corinto, Santo | |
Obispo, 8 de abril | |
Obispo de CorintoEtimológicamente: Dionisio = Aquel que mantiene la fe en Dios, es de origen griego. Pertenece a las primeras generaciones de cristianos. Es uno de los primitivos eslabones de la larga cadena que sólo tendrá fin cuando acabe el tiempo. Por el momento en que vivió, resulta que con él entramos en contacto con la antiquísima etapa en que la Iglesia está aún, como aprendiendo a andar, dando sus primeros pasos; su expresión en palabras sólo se siente en la tierra como un balbuceo y la gente que conoce y sigue a Cristo son poco más que un puñado de hombres y mujeres echados al mundo, como a voleo, por la mano del sembrador y desparramados por el orbe. Dionisio fue un obispo que destaca por su celo apostólico y se aprecia en él la preocupación ordinaria de un hombre de gobierno. Rebasa los límites geográficos del terruño en donde viven sus fieles y se vuelca allá donde hay una necesidad que él puede aliviar o encauzar. En su vida resuena el eco paulino de sentir la preocupación por todas las iglesias. Aún la organización eclesiástica -distinta de la de hoy- no entiende de intromisiones; la acción pastoral es aceptada como buena en cualquier terreno en donde hay cristianos. Posiblemente el obispo Dionisio pensaba que si se puede hacer el bien, es pecado no hacerlo. Todas las energías se aprovechan, porque son pocos los brazos, es extenso el campo de labranza... y corto el tiempo. Siendo la labor tan amplia, el estilo que impera es prestar atención espiritual a los fieles cristianos donde quiera que se encuentren sin sentirse coartado por el espacio; la jurisdicción territorial vino después. Él se siente responsable de todos porque todos sirven al mismo Señor y tienen el mismo Dueño. Los discípulos -pocos para lo que es el mundo- se tratan mucho entre ellos, todo lo que pueden; traen y llevan noticias de unos y de otros; todos se encuentran inquietos, ocupados por la suerte del "misterio" y dispuestos siempre a darlo a conocer. Las dificultades para el contacto son muchas, lentas y hasta peligrosas algunas veces, pero por las vías van los carros y por los mares los veleros; lo que sirve a los hombres para la guerra, las conquistas, la cultura o el dinero, el cristiano lo usa —como uno más— para extender también el Reino. Se saben familia numerosa esparcida por el universo; tienen intereses, dificultades, proyectos y anhelos comunes ¡lógico que se sientan unidos en un entorno adverso en tantas ocasiones! Y en este sentido tuvo mucho que ver Corinto, —junto al istmo y al golfo del mismo nombre— que en este tiempo es la ciudad más rica y próspera de Grecia, aunque no llega al prestigio intelectual de Atenas. Corinto es la sede de Dionisio; fue, no hace mucho, aquella iglesia que fundó Pablo con la predicación de los primeros tiempos y que luego atendió, vigiló sus pasos, guió su vida y alentó su caminar. Tiene una situación privilegiada: es una ciudad con dos puertos, un importante nudo de comunicaciones en donde se mezcla el sabio griego con el comerciante latino y el rico oriental; allí viven hermanadas la grandeza y el vicio, la avaricia, la trampa, la insidia y el desconcierto; todas las razas tienen sitio y también los colores y los esclavos y los dueños. El barullo de los mercados es trajín en los puertos. Hay intercambio de culturas, de pensamiento. Entre los miles que van vienen, de vez en cuando un cristiano se acerca, contacta, trae noticias y lleva nuevas a otro sitio del Imperio. ¡Cómo aprovechó Dionisio sus posibilidades! Porque resalta su condición de escritor. Que se tengan noticias, mandó cartas a los cristianos Lacedemonios, instruyéndoles en la fe y exhortándoles a la concordia y la paz; a los Atenienses, estimulándoles para que no decaiga su fe; a los cristianos de Nicomedia para impugnar muy eruditamente la herejía de Marción; a la iglesia de Creta a la que da pistas para que sus cristianos aprendan a descubrir la estrategia que emplean los herejes cuando difunden el error. En la carta que mandó al Ponto expone a los bautizados enseñanzas sobre las Sagradas Escrituras, les aclara la doctrina sobre la castidad y la grandeza del matrimonio; también los anima para que sean generosos con aquellos pecadores que, arrepentidos, quieran volver desde el pecado. Igualmente escribió carta a los fieles de Roma en tiempos del papa Sotero; en ella, elogia los notables gestos de caridad que tienen los romanos con los pobres y testifica su personal veneración a los Vicarios de Cristo. La vida de este obispo griego —incansable articulista— terminó en el último tercio del siglo II. Sin moverse de Corinto, ejerció un fecundo apostolado epistolar que no conoció fronteras; el papel, la pluma y el mar Mediterráneo fueron sus cómplices generosos en la difusión de la fe. |
martes, 19 de marzo de 2013
ORACIÓN A SAN JOSÉ
ORACIÓN A SAN JOSÉ PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL
Castísimo José, esposo de María,: me gozo de veros elevado a tan sublime dignidad, y adornado de tan heroicas virtudes. Por los dulcísimos besos, y estrechísimos abrazos que disteis al divino Jesús, os suplico me admitáis en el número de vuestros siervos.
Castísimo José, esposo de María,: me gozo de veros elevado a tan sublime dignidad, y adornado de tan heroicas virtudes. Por los dulcísimos besos, y estrechísimos abrazos que disteis al divino Jesús, os suplico me admitáis en el número de vuestros siervos.
Proteged a los
inocentes, especialmente a los niños y alcanzadnos a todos la gracia de
conservar la pureza de cuerpo y alma.
Amparad a los pobres y a los afligidos, por la pobreza y amargas
angustias que padecisteis en compañía de Jesús y de María, en Belén,
Egipto y Nazaret y haced que, sufriendo con paciencia nuestros trabajos,
merezcamos el eterno descanso. Sed protector de los padres y esposos,
para que vivan en paz, y eduquen en el temor de Dios a sus hijos.
Dad a
los sacerdotes las virtudes que corresponden a su estado, para tratar
dignamente el cuerpo de Jesús Sacramentado.
A los que viven en
comunidad inspiradles amor a la observancia religiosa.
A los moribundos
asistidlos en aquel trance supremo, pues tuvisteis la dicha de morir en
los brazos de Jesús y de María.
Tended vuestra mano protectora a toda
la Iglesia1 pues habéis sido declarado por el Vicario de Cristo Patrono
de la Iglesia Universal.
Y pues librasteis al Hijo de Dios del furor de
Herodes, librad a la Iglesia, Esposa suya, del furor de los impíos, y
alcanzad que se abrevien los días malos, y venga la serenidad y la paz.
Así sea.
FESTIVIDAD DE SAN JOSÉ - 19 DE MARZO
Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net José, Santo | |
Esposo de la Virgen María, Marzo 19 | |
Esposo de la Virgen MaríaEtimológicamente; José = Aquel al que Dios ayuda, es de origen hebreo. Las fuentes biográficas que se refieren a san José son, exclusivamente, los pocos pasajes de los Evangelios de Mateo y de Lucas. Los evangelios apócrifos no nos sirven, porque no son sino leyendas. “José, hijo de David”, así lo llama el ángel. El hecho sobresaliente de la vida de este hombre “justo” es el matrimonio con María. La tradición popular imagina a san José en competencia con otros jóvenes aspirantes a la mano de María. La elección cayó sobre él porque, siempre según la tradición, el bastón que tenía floreció prodigiosamente, mientras el de los otros quedó seco. La simpática leyenda tiene un significado místico: del tronco ya seco del Antiguo Testamento refloreció la gracia ante el nuevo sol de la redención. El matrimonio de José con María fue un verdadero matrimonio, aunque virginal. Poco después del compromiso, José se percató de la maternidad de María y, aunque no dudaba de su integridad, pensó “repudiarla en secreto”. Siendo “hombre justo”, añade el Evangelio -el adjetivo usado en esta dramática situación es como el relámpago deslumbrador que ilumina toda la figura del santo-, no quiso admitir sospechas, pero tampoco avalar con su presencia un hecho inexplicable. La palabra del ángel aclara el angustioso dilema. Así él “tomó consigo a su esposa” y con ella fue a Belén para el censo, y allí el Verbo eterno apareció en este mundo, acogido por el homenaje de los humildes pastores y de los sabios y ricos magos; pero también por la hostilidad de Herodes, que obligó a la Sagrada Familia a huir a Egipto. Después regresaron a la tranquilidad de Nazaret, hasta los doce años, cuando hubo el paréntesis de la pérdida y hallazgo de Jesús en el templo. Después de este episodio, el Evangelio parece despedirse de José con una sugestiva imagen de la Sagrada Familia: Jesús obedecía a María y a José y crecía bajo su mirada “en sabiduría, en estatura y en gracia”. San José vivió en humildad el extraordinario privilegio de ser el padre putativo de Jesús, y probablemente murió antes del comienzo de la vida pública del Redentor. Su imagen permaneció en la sombra aun después de la muerte. Su culto, en efecto, comenzó sólo durante el siglo IX. En 1621 Gregorio V declaró el 19 de marzo fiesta de precepto (celebración que se mantuvo hasta la reforma litúrgica del Vaticano II) y Pío IX proclamó a san José Patrono de la Iglesia universal. El último homenaje se lo tributó Juan XXIII, que introdujo su nombre en el canon de la misa. |
sábado, 2 de marzo de 2013
Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net Inés de Bohemia (de Praga), Santa | ||||||||||||
Princesa y Abadesa, 2 de marzo | ||||||||||||
AbadesaEtimológicamente: Inés = Aquella que se mantiene pura, es de origen latino Fecha de canonización: 12 de noviembre de 1989 por el Papa Juan Pablo II. A través de los franciscanos, que iban a Praga como predicadores itinerantes, conoció la vida espiritual que llevaba en Asís la virgen Clara, según el espíritu de San Francisco. Quedó fascinada y decidió seguir su ejemplo. Con sus propios bienes fundó en Praga entre 1232 y 1233 el hospital de San Francisco y el instituto de los Crucíferos para que los dirigieran. Al mismo tiempo fundó el monasterio de San Francisco para las “Hermanas Pobres o Damianitas”, donde ella misma ingreso el día de Pentecostés del año 1234. Profesó los votos de castidad, pobreza y obediencia, plenamente consciente del valor eterno de estos consejos evangélicos, y se dedicó a practicarlos con fervorosa fidelidad, durante toda su vida. La virginidad por el Reino de los cielos siguió siendo siempre el elemento fundamental de su espiritualidad, implicando toda la profunda afectividad de su persona en la consagración del amor indiviso y esponsal a Cristo. El espíritu de pobreza, que ya la había inducido a distribuir sus bienes a los pobres, la llevó a renunciar totalmente a la propiedad de los bienes de la tierra para seguir a Cristo pobre en la Orden de las “Hermanas Pobres”. El espíritu de obediencia la condujo a conformar siempre su voluntad con la de Dios, que descubría en el Evangelio del Señor y en la regla de vida que la Iglesia le había dado. Trabajó junto con santa Clara para obtener la aprobación de una Regla nueva y propia que, después de confiada espera, recibió y profesó con absoluta fidelidad. Constituida, poco después de la profesión, abadesa del monasterio, conservó esta función durante toda la vida y la ejerció con humildad, sabiduría y celo, considerándose siempre como “la hermana mayor”. Amó a la Iglesia, implorando para sus hijos los dones de la perseverancia en la fe y la solidaridad cristiana. Se hizo colaboradora de los Romanos Pontífices, que para el bien de la Iglesia solicitaban sus oraciones y su mediación ante los reyes de Bohemia, sus familiares. Amó a su patria, a la que benefició con las obras de caridad individuales y sociales y con la sabiduría de sus consejos, encaminados siempre a evitar conflictos y a promover la fidelidad a la religión cristiana de los padres. En los últimos años soportó inalterable los dolores que la afligieron a ella, a la familia real, al monasterio y a la patria. Murió santamente en su monasterio el 2 de marzo de 1282. El culto tributado desde su muerte y a lo largo de los siglos a la venerable Inés de Bohemia, tuvo el reconocimiento apostólico (confirmación de culto) con el decreto aprobado por el Papa Pío IX el 28 de noviembre de 1874.
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