viernes, 27 de mayo de 2016

LOS SANTOS DE HOY VIERNES 27 DE MAYO DEL 2016

SAN AGUSTÍN DE CANTERBURY, EL APÓSTOL DE INGLATERRA, 27 DE MAYO


Hoy 27 de mayo celebramos a  San Agustín de Canterbury, el apóstol de Inglaterra
Por Diego López Marina

 (ACI).- San Agustín de Canterbury fue un monje de la Orden de San Benito, el primer Arzobispo de Canterbury en Inglaterra, uno de los padres de la Iglesia latina y de los más grandes evangelizadores europeos junto a San Patricio de Irlanda y San Bonifacio en Alemania.

Se desconoce la fecha de su nacimiento pero se sabe que falleció el 26 de mayo del 604. El inicio de su vida apostólica y misionera fue en el 597, cuando salió de Roma por orden del Papa San Gregorio Magno para evangelizar Gran Bretaña acompañado de 39 monjes.

Desde la época apostólica Gran Bretaña había sido evangelizada, no obstante, esta patria recayó en el paganismo tras la invasión sajona en el siglo V y VI.

A pesar de esta situación, el rey Etelberto de Kent (sudeste de la Inglaterra medieval) –quien posteriormente se convertiría al catolicismo y llegaría a ser santo- permitió la llegada y la evangelización de los misioneros benedictinos, pese a ser pagano. El hecho de que su esposa fuese una princesa cristiana influyó sin lugar a dudas.

Antes de que los misioneros llegaran al pueblo de Thanet, en Kent, y fueran inmediatamente recibidos por Etelberto, el Papa San Gregorio Magno ya había nombrado abad y designado como Obispo a Agustín.

Tras el encuentro, el rey les concedió permiso para predicar en todo el pueblo y les entregó la iglesia de San Martín para que pudiesen celebrar la Misa y otras liturgias. Desde ese momento las conversiones empezaron a multiplicarse, y pronto el rey y su corte fueron bautizados en Pentecostés del año 597.

La evidente sinceridad de los misioneros, su sencillez de intención, su fortaleza a toda prueba, y, sobre todo, el carácter desinteresado del mismo Agustín acompañado de su doctrina, causaron una profunda impresión en la mente del rey.

Agustín envió a dos de sus mejores monjes a Roma a contarle al Sumo Pontífice lo acontecido. El Papa en respuesta lo nombró Arzobispo de Canterbury y al mismo tiempo lo amonestó paternalmente para que no se enorgulleciera por los éxitos alcanzados ni por el honor del alto cargo que se le confería.

Siguiendo las indicaciones del Papa para la repartición en territorios eclesiásticos, Agustín erigió otras sedes episcopales, la de Londres y la de Rochester, consagrando obispos a Melito y a Justo.

Después de haber trabajado por varios años con todas sus fuerzas por convertir al cristianismo el mayor número posible de ingleses, San Agustín de Canterbury murió el 26 de mayo del año 604.

IMÁGENES DE SANTA MARIANA DE JESÚS PAREDES






SANTA MARIANA DE JESÚS, LA AZUCENA DE QUITO


Santa Mariana de Jesús, la azucena de Quito
Por Abel Camasca





 (ACI).- “Su pobreza da testimonio gozoso y creíble de Dios como la verdadera riqueza del corazón humano, contesta la idolatría del dinero y se hace voz profética en medio de la sociedad”, dijo San Juan Pablo II sobre Santa Mariana de Jesús Paredes, invocada como la “azucena de Quito” y cuya fiesta es el 26 de mayo.

Mariana de Jesús de Paredes y Flores nació en Quito (Ecuador) en 1618. Desde pequeña mostró inclinación hacia el pudor y la modestia. Quedó huérfana de padres a los cuatro años y estuvo al cuidado de su hermana ya casada.

Tenía talento para la música y para el coser, labrar, tejer y bordar. Además, solía retirarse a orar en algún rincón de la casa y hacer penitencia.

Después de su Primera Comunión hizo voto de perpetua castidad al que luego juntó los de pobreza y obediencia. Posteriormente, con la orientación de sus directores espirituales comprendió que Dios no la quería en un monasterio.


Armó un espacio cerrado en su casa donde oraba con un horario semanal de penitencias y ayunos, saliendo solo para ir a Iglesia en las mañanas. Así mantuvo una vida de austeridad desde la adolescencia.

Su apostolado estuvo en la oración por el prójimo, sus consejos a los que acudían a ella logrando paz entre los que se peleaban y la conversión de muchos pecadores. Más adelante, por consejo de sus confesores, se hizo terciaria de San Francisco de Asís. Además se consideraba discípula espiritual de Santa Teresa de Ávila y, al mismo tiempo, se sentía hija de la Compañía de Jesús.

Un día le dijo a un sacerdote vanidoso, después de un brillante sermón: “mire padre, que Dios lo envió a recoger almas para el cielo, y no a recoger aplausos de este suelo". Así el clérigo dejó de buscar la estimación al predicar.

Una vez que estuvo enferma le sacaron sangre, que fue depositada en una matera en la que floreció una bella azucena.

Por aquel entonces se produjeron terribles terremotos y la Santa ofreció su vida a Dios para que cesen. Al salir del templo empezó a sentirse enferma y ya no se repitieron estas catástrofes que cobraron muchas vidas y destruyeron casas.

Una terrible epidemia también estaba causando la muerte de cientos de personas. Santa Mariana ofreció su vida y sus dolores para que eso se detuviera y desde aquel día ya no murió más gente de ese mal. Por eso el Congreso de Ecuador en 1946 le otorgó el título de “Heroína de la Patria”.

Partió a la Casa del Padre el 26 de mayo de 1645 y a su entierro acudió una gran cantidad de fieles. Fue canonizada por el Papa Pío XII en 1950.

jueves, 26 de mayo de 2016

LOS SANTOS DE HOY JUEVES 26 DE MAYO 2016

Ponciano Ngondwe, SantoPonciano Ngondwe, Santo
Laico Mártir, 26 de mayo
Andrés Franchi, BeatoAndrés Franchi, Beato
Obispo, Mayo 26
Francisco Patrizi de Siena, BeatoFrancisco Patrizi de Siena, Beato
Presbítero Servita, Mayo 26
Pedro Sanz y Jordá, SantoPedro Sanz y Jordá, Santo
Mártir, Mayo 26
Didier (o Desiderio) de Vienne, SantoDidier (o Desiderio) de Vienne, Santo
Obispo y Mártir, 26 de mayo
Mariana de Jesús de Paredes y Flores, SantaMariana de Jesús de Paredes y Flores, Santa
La Azucena de Quito, 26 de Mayo







Exuperancio, Santo
Monje, 26 de Mayo

Eleuterio, SantoEleuterio, Santo
Abad, 6 de septiembre
Felipe Neri, SantoFelipe Neri, Santo
Apóstol de Roma, Mayo 26

SAN FELIPE NERI, PATRÓN DE EDUCADORES Y HUMORISTAS, 26 DE MAYO

San Felipe Neri, Sacerdote Fundador
26 de Mayo


San Felipe nació en Florencia, Italia, en 1515. Su padre se llamaba Francisco Neri. Desde pequeño demostraba tal alegría y tan grande bondad, que la gente lo llamaba "Felipín el bueno". En su juventud dejó fama de amabilidad y alegría entre sus compañeros y amigos.

Habiendo quedado huérfano de madre, lo envió su padre a casa de un tío muy rico, el cual planeaba dejarlo heredero de todos sus bienes. Pero allá Felipe se dio cuenta de que las riquezas le podían impedir el dedicarse a Dios, y un día tuvo lo que él llamó su primera "conversión". Y consistió en que se alejó de la casa del riquísimo tío y se fue para Roma llevando únicamente la ropa que llevaba puesta. En adelante quería confiar solamente en Dios y no en riquezas o familiares pudientes.

Al llegar a Roma se hospedó en casa de un paisano suyo de Florencia, el cual le cedió una piecita debajo de una escalera y se comprometió a ofrecerle una comida al día si él les daba clases a sus hijos. La habitación de Felipe no tenía sino la cama y una sencilla mesa. Su alimentación consistía en una sola comida al día: un pan, un vaso de agua y unas aceitunas. El propietario de la casa, declaraba que desde que Felipe les daba clases a sus hijos, estos se comportaban como ángeles.

Los dos primeros años Felipe se ocupaba casi únicamente en leer, rezar, hacer penitencia y meditar. Por otros tres años estuvo haciendo estudios de filosofía y de teología.

Pero luego por inspiración de Dios se dedicó por completo a enseñar catecismo a las gentes pobres. Roma estaba en un estado de ignorancia religiosa espantable y la corrupción de costumbres era impresionante. Por 40 años Felipe será el mejor catequista de Roma y logrará transformar la ciudad.

Felipe había recibido de Dios el don de la alegría y de amabilidad. Como era tan simpático en su modo de tratar a la gente, fácilmente se hacía amigo de obreros, de empleados, de vendedores y niños de la calle y empezaba a hablarles del alma, de Dios y de la salvación. Una de sus preguntas más frecuentes era esta: "amigo ¿y cuándo vamos a empezar a volvernos mejores?". Si la persona le demostraba buena voluntad, le explicaba los modos más fáciles para llegar a ser más piadosos y para comenzar a portarse como Dios quiere.

A aquellas personas que le demostraban mayores deseos de progresar en santidad, las llevaba de vez en cuando a atender enfermos en hospitales de caridad, que en ese tiempo eran pobrísimos y muy abandonados y necesitados de todo.

Otra de sus prácticas era llevar a las personas que deseaban empezar una vida nueva, a visitar en devota procesión los siete templos principales de Roma y en cada uno dedicarse un buen rato a orar y meditar. Y así con la caridad para los pobres y con la oración lograba transformar a muchísima gente.

Desde la mañana hasta el anochecer estaba enseñando catecismo a los niños, visitando y atendiendo enfermos en los hospitales, y llevando grupos de gentes a las iglesias a rezar y meditar. Pero al anochecer se retiraba a algún sitio solitario a orar y a meditar en lo que Dios ha hecho por nosotros. Muchas veces pasó la noche entera rezando. Le encantaba irse a rezar en las puertas de los templos o en las catacumbas o grandes cuevas subterráneas de Roma donde están enterrados los antiguos mártires. Lo que más pedía Felipe al cielo era que se le concediera un gran amor hacia Dios. Y la vigilia de la fiesta de Pentecostés, estando aquella noche rezando con gran fe, pidiendo a Dios el poder amarlo con todo su corazón, éste se creció y se le saltaron dos costillas. Felipe entusiasmado y casi muerto de la emoción exclamaba: "¡Basta Señor, basta! ¡Que me vas a matar de tanta alegría!". En adelante nuestro santo experimentaba tan grandes accesos de amor a Dios que todo su cuerpo de estremecía, y en pleno invierno tenía que abrir su camisa y descubrirse el pecho para mitigar un poco el fuego de amor que sentía hacia Nuestro Señor. Cuando lo fueron a enterrar notaron que tenía dos costillas saltadas y que estas se habían arqueado para darle puesto a su corazón que se había ensanchado notablemente.

En 1458 fundó con los más fervorosos de sus seguidores una cofradía o hermandad para socorrer a los pobres y para dedicarse a orar y meditar. Con ellos fundó un gran hospital llamado "De la Santísima Trinidad y los peregrinos", y allá durante el Año del Jubileo en 1757, atendieron a 145,000 peregrinos. Con las gentes que lo seguían fue propagando por toda Roma la costumbre de las "40 horas", que consistía en colocar en el altar principal de cada templo la Santa Hostia, bien visible, y dedicarse durante 40 horas a adorar a Cristo Sacramentado, turnándose las personas devotas en esta adoración.

A los 34 años todavía era un simple seglar. Pero a su confesor le pareció que haría inmenso bien si se ordenaba de sacerdote y como había hecho ya los estudios necesarios, aunque él se sentía totalmente indigno, fue ordenado de sacerdote, en el año 1551.

Y apareció entonces en Felipe otro carisma o regalo generoso de Dios: su gran don de saber confesar muy bien. Ahora pasaba horas y horas en el confesionario y sus penitentes de todas las clases sociales cambiaban como por milagro. Leía en las conciencias los pecados más ocultos y obtenía impresionantes conversiones. Con grupos de personas que se habían confesado con él, se iba a las iglesias en procesión a orar, como penitencia por los pecados y a escuchar predicaciones. Así la conversión era más completa.

San Felipe quería irse de misionero al Asia pero su director espiritual le dijo que debía dedicarse a misionar en Roma. Entonces se reunió con un grupo de sacerdotes y formó una asociación llamada el "Oratorio", porque hacían sonar una campana para llamar a las gentes a que llegaran a orar. El santo les redactó a sus sacerdotes un sencillo reglamento y así nació la comunidad religiosa llamada de Padres Oratorianos o Filipenses. Esta congregación fue aprobada por el Papa en 1575 y ayudada por San Carlos Borromeo.

San Felipe tuvo siempre en don de la alegría. Donde quiera que él llegaba se formaba un ambiente de fiesta y buen humor. Y a veces para ocultar los dones y cualidades sobrenaturales que había recibido del cielo, se hacía el medio payaso y hasta exageraba un poco sus chistes y chanzas. Las gentes se reían de buena gana y aunque a algunos muy seriotes les parecía que él debería ser un poco más serio, el santo lograba así que no lo tuvieran en fama de ser gran santo (aunque sí lo era de verdad).

En su casa de Roma reunía centenares de niños desamparados para educarlos y volverlos buenos cristianos. Estos muchachos hacían un ruido ensordecedor, y algunos educadores los regañaban fuertemente. Pero San Felipe les decía: "Haced todo el ruido que queráis, que a mí lo único que me interesa es que no ofendáis a Nuestro Señor. Lo importante es que no pequéis. Lo demás no me disgusta". Esta frase la repetirá después un gran imitador suyo, San Juan Bosco.

Una vez tuvo un ataque fortísimo de vesícula. El médico vino a hacerle un tratamiento, pero de pronto el santo exclamó: "Por favor háganse a un lado que ha venido Nuestra Señora la Virgen María a curarme". Y quedó sanado inmediatamente. A varios enfermos los curó al imponerles las manos. A muchos les anunció lo que les iba a suceder en el futuro. En la oración le venían los éxtasis y se quedaba sin darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor. Muchas personas vieron que su rostro se llenaba de luces y resplandores mientras rezaba o mientras celebraba la Santa Misa. Y a pesar de todo esto se mantenía inmensamente humilde y se consideraba el último de todos y el más indigno pecador.

Los últimos años los dedicó a dar dirección espiritual. El Espíritu Santo le concedió el don de saber aconsejar muy bien, y aunque estaba muy débil de salud y no podía salir de su cuarto, por allí pasaban todos los días numerosas personas. Los Cardenales de Roma, obispos, sacerdotes, monjas, obreros, estudiantes, ricos y pobres, jóvenes y viejos, todos querían pedirle un sabio consejo y volvían a sus casas llenos de paz y de deseos de ser mejores. Decían que toda Roma pasaba por su habitación. Empezó a sentir tales fervores y tan grandes éxtasis en la Santa Misa, después de la consagración, que el que le acolitaba, se iba después de la elevación y volvía dos horas después y alcanzaba a llegar para el final de la misa.

El 25 de mayo de 1595 su médico lo vio tan extraordinariamente contento que le dijo: "Padre, jamás lo había encontrado tan alegre", y él le respondió: "Me alegré cuando me dijeron: vayamos a la casa del Señor". A la media noche le dio un ataque y levantando la mano para bendecir a sus sacerdotes que lo rodeaban, expiró dulcemente. Tenía 80 años.

Fue declarado santo en el año 1622 y en Roma lo consideraron como a su mejor catequista y director espiritual.

IMÁGENES DE CORPUS CHRISTI








VAS POR DELANTE, SEÑOR!! CORPUS CHRISTI


¡Vas por delante, Señor! Corpus Christi


Porque, conociendo la humanidad del hombre,
sabes que necesita de tu mano y de tus huellas
para no perder el norte de su existencia.

Que, sin Ti, está abocada  a la desilusión y al desencanto
a la tibieza, al pesimismo o al enfrentamiento.
Sales, en este día del Corpus Christi,
y empujado con la fuerza o el secreto del amor.

¡Inyecta, Señor, un poco de tu sangre en nuestro mundo!
Porque, nuestros cuerpos, se encuentran débiles
Porque, la sangre que corre por nuestras venas,
además de roja y viva queremos que sea divina
¡Danos un poco de tu Cuerpo, oh Cristo!

Porque, en las mesas de nuestra vida,
sobra el pan que se cuece en un simple horno
y nos falta ese otro Pan que se dora en el amor divino

¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Sales en la custodia y rodeado de mis vasallos
Somos nosotros, Señor, tus amigos
los que, un día sí y otro también,
queremos llevarte como el mejor tesoro al mundo
Los que, envueltos en contradicciones,
somos miembros de tu Cuerpo
y anunciadores de tus buenos y santos misterios.

¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Mira al enfermo que, desde el azotea de su sufrimiento,
te grita: ¡ten compasión de mi!
Detén tu mirada sobre el que, muerto aún estando vivo,
te pide un poco de esperanza en su caminar
No dejes de bendecir a los que, abriendo su corazón,
te dicen que, entre todo lo conocido,
Tú eres lo mejor y digno de ser adorado

¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Gracias, Jesús, por compartir nuestras prisas
y ofrecernos un poco de calma
Gracias, Jesús, por no ser indiferente a nuestra vida
y colmarnos con tu gracia.
Gracias, Jesús, por contemplar nuestra situación
y regalarnos tantas caricias con serenas respuestas
Gracias, oh Cristo, porque tu Cuerpo y tu Sangre
nos redime, nos hace fuertes, decididos, valientes,
entusiastas, comprometidos….
y nos hace sentir hoy,  más que  nunca,
que merece la pena caminar y vivir contigo.
Amén.


Javier Leoz
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...