martes, 4 de octubre de 2022

ESTOS SEIS SANTOS FUERON AMIGOS DE LOS ANIMALES

 



Estos 6 santos fueron amigos de los animales

POR MARÍA XIMENA RONDÓN | ACI Prensa



Uno de los santos que destacó por su amor a la creación y cercanía con los animales fue San Francisco de Asís, cuya fiesta se celebra este 4 de octubre. Al igual que él, hay otros santos que también demostraron su amor a los animales.


1. San Francisco de Asís

En la ciudad italiana de Gubbio, en Umbría, provincia de Perugia, había un lobo que atemorizaba a la población, ya que devoraba animales y personas. Frente a ello, San Francisco quiso ayudar y fue hasta el lugar donde se encontraba la bestia.

Cuando el animal se le acercó, el santo le hizo la señal de la Cruz en el hocico y le dijo: “¡Ven aquí, hermano lobo! Yo te mando de parte de Cristo que no hagas daño ni a mí ni a nadie”.

Entonces el lobo se acercó mansamente y el santo le pidió que no vuelva a hacer daño a ningún hombre o animal y le prometió que a cambio los habitantes le darían alimento.

San Francisco le tendió una mano y el animal puso en ella una de sus patas delanteras a modo de “acuerdo”. Desde entonces el lobo recorría la ciudad sin hacer daño a nadie, e incluso la muerte del animal fue lamentada por el pueblo.

El santo también solía predicar a las aves que se reunían a su alrededor. El amor de San Francisco de Asís por la naturaleza era tan grande que llegó a componer un cántico para agradecer y alabar a Dios por toda la creación.


2. San Pío de Pietrelcina

El P. Jean Marie Benjamin es un sacerdote francés que en los años 60 asistió a una Misa celebrada por San Pío de Pietrelcina en San Giovanni Rotondo (Italia).

Según relató el sacerdote a ACI Stampa, agencia en italiano del Grupo ACI, en el momento en que el santo las palabras para consagrar la hostia, los pájaros que estaban en las ventanas de la iglesia dejaron de cantar.


3. San José de Cupertino

Uno de los diversos dones sobrenaturales de San José de Cupertino, además de la levitación, fue el don de comunicarse con los animales. Por ejemplo, las ovejas lo escuchaban con atención cuando rezaba y las golondrinas lo seguían mientras caminaba.

La estadounidense Joan Carroll Cruz escribió en su libro “Misterios, Maravillas y Milagros en las vidas de los Santos” la historia de un pájaro que solía acompañar con sus cantos a las religiosas de Santa Clara en la ciudad de Cupertino.

Según señala Carroll, un día dos novicias comenzaron a pelear y el ave se puso en medio. Frente al inesperado suceso, una de ellas lo atacó y el pájaro se alejó. Entonces, las religiosas le pidieron al santo que lo llamara de vuelta y el ave regresó.

En otra ocasión, el pájaro ingresó al área del coro y dejó que las religiosas lo acariciaran. De pronto, una de ellas le ató una campanita en la pata y el pájaro huyó. Al ver que no regresaba, las monjas volvieron a recurrir a San José de Cupertino.

El santo respondió al llamado y dijo que había enviado al ave para que cantara con ellas y no para que toque una campana. Luego le pidió al pajarito que regresara y este se quedó con las monjas.


4. Don Bosco

En 1883, mientras caminaba por la ciudad italiana de Turín, San Juan Bosco notó que un perro grande lo seguía. El santo se acercó al animal para acariciarlo y debido a su color gris lo llamó “Grigio”.

Desde entonces, el perro lo seguía cuando caminaba solo en las noches. En una ocasión, un hombre disparó a Don Bosco y Grigio apareció inmediatamente para defenderlo.

En otra ocasión el perro atacó a un bandido que había colocado una bolsa en la cabeza al santo.

Otro día, un desconocido quiso herir a San Juan Bosco con una estaca, pero él se defendió. Frente a su respuesta, el delincuente llamó a gritos a sus cómplices y de pronto apareció Grigio y comenzó a ladrarle.

Entonces, el hombre le pidió al santo que tranquilizara al perro y Don Bosco accedió a su pedido con la condición de que ni él ni sus compañeros volvieran a atacarlo.


5. San Antonio María Claret

San Antonio María Claret, fundador de la orden de los Misioneros Claretianos, narró en su autobiografía que cuando oía el canto de las aves durante sus viajes, se acercaba a estas y “les hablaba del cántico eterno y nuevo del cielo”.

Por su parte, la autora Joan Carroll Cruz también cuenta en su libro “Misterios, Maravillas y Milagros en las vidas de los Santos” que durante el funeral de San Antonio María Claret, apareció un pájaro y comenzó a cantar las melodías de los salmos que entonaban los asistentes.


6. San Francisco Javier

En una de las paredes de la basílica dedicada a San Francisco Javier en Navarra (España), está plasmado un suceso curioso que vivió el santo durante uno de sus viajes.

Un día, mientras navegaba rumbo a las islas Molucas, en Indonesia, se desató una tormenta y lanzó su crucifijo al mar para calmar las aguas.

Cuando llegó a la playa, se sorprendió al ver a un cangrejo que sostenía entre sus pinzas el crucifijo. 


EL EVANGELIO DE HOY MARTES 4 DE OCTUBRE DE 2022 - SAN FRANCISCO DE ASÍS -



Martes 27 del tiempo ordinario

Martes 4 de octubre de 2022



1ª Lectura (Gál 1,13-24): Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco.

Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y me quedé quince días con él. Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor. Dios es testigo de que no miento en lo que os escribo. Fui después a Siria y a Cilicia. Las Iglesias cristianas de Judea no me conocían personalmente; sólo habían oído decir que el antiguo perseguidor predicaba ahora la fe que antes intentaba destruir, y alababan a Dios por causa mía.



Salmo responsorial: 138

R/. Guíame, Señor, por el camino eterno.

Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.


Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras.


Conocías hasta el fondo de mi alma, no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra.


Versículo antes del Evangelio (Lc 11,28): Aleluya. Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor. Aleluya.

Texto del Evangelio (Lc 10,38-42): En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada».



«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola»

Rev. D. Josep RIBOT i Margarit

(Tarragona, España)



Hoy, como cada día, puedes aprender del Evangelio. Jesús, invitado en el hogar de Betania, nos da una lección de humanidad: Él, que quería a la gente, se deja querer, porque las dos cosas son importantes. Rechazar las muestras de afecto, de Dios y de los demás, sería un grave error, de consecuencias nefastas para la santidad.

¿Marta o María? Pero..., ¿por qué enfrentar a quienes tanto se querían, y querían tanto a Dios? Jesús amaba a Marta y María, y a su hermano Lázaro, y nos ama a cada uno de nosotros.

En el camino de la santidad no hay dos almas iguales. Todos procuramos amar a Dios, pero con estilo y personalidad propios, sin imitar a nadie. Nuestro modelo está en Cristo y la Virgen. ¿Te molesta la manera de tratar a Dios de otros? Intenta aprender de su piedad personal.

«Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude» (Lc 10,40). Servir a los demás, por amor a Dios, es un honor, no una carga. ¿Servimos con alegría, como la Virgen a su prima santa Isabel o en las bodas de Caná, o como Jesús, en el lavatorio de los pies en la Última Cena?

«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola» (Lc 10,41-42). No perdamos la paz, ni el buen humor. Y para eso, cuidemos la presencia de Dios. «Sabedlo bien: hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno de vosotros descubrir (…); o sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca» (San Josemaría).

«María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada» (Lc 10,42). Dios nos quiere felices. Que nuestra Madre del Cielo nos ayude a experimentar la alegría de la entrega.  

SAN FRANCISCO DE ASIS.... RUEGA POR NOSOTROS!!!! IMÁGENES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS























  

domingo, 2 de octubre de 2022



 Domingo XXVII (C) del tiempo ordinario

Domingo 2 de octubre de 2022



1ª Lectura (Hab 1,2-3; 2,2-4): ¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me oigas, te gritaré: ¡Violencia!, sin que me salves? ¿Por qué me haces ver crímenes y contemplar opresiones? ¿Por qué pones ante mí destrucción y violencia, y surgen disputas y se alzan contiendas? Me respondió el Señor: Escribe la visión y grábala en tablillas, que se lea de corrido; pues la visión tiene un plazo, pero llegará a su término sin defraudar. Si se atrasa, espera en ella, pues llegará y no tardará. Mira, el altanero no triunfará; pero el justo por su fe vivirá.



Salmo responsorial: 94

R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.


Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.


Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masa en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras».

2ª Lectura (2Tim 1,6-8.13-14): Querido hermano: Te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de templanza. Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios. Ten por modelo las palabras sanas que has oído de mí en la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Vela por el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.

Versículo antes del Evangelio (1Pe 1,25): Aleluya. La palabra de Dios permanece para siempre. Y ésa es la palabra que se os ha anunciado. Aleluya.

Texto del Evangelio (Lc 17,5-10): En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor; «Auméntanos la fe». El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: ‘Arráncate y plántate en el mar’, y os habría obedecido.

»¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: ‘Pasa al momento y ponte a la mesa?’. ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?’. ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: ‘Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer’».


«Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer»

+ Rev. D. Josep VALL i Mundó

(Barcelona, España)


Hoy, Cristo nos habla nuevamente de servicio. El Evangelio insiste siempre en el espíritu de servicio. Nos ayuda a ello la contemplación del Verbo de Dios encarnado —el siervo de Yavé, de Isaías— que «se anonadó y tomó la condición de esclavo» (Flp 2,2-7). Cristo afirma también: «Yo estoy entre vosotros como el que sirve» (Lc 22,27), pues «el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos» (Mt 20,28). En una ocasión, el ejemplo de Jesús se concretó realizando el trabajo de un esclavo al lavar los pies de sus discípulos. Quería dejar así bien claro, con este gesto, que sus seguidores debían servir, ayudar y amarse unos a otros, como hermanos y servidores de todos, tal como propone la parábola del buen samaritano.

Debemos vivir toda la vida cristiana con sentido de servicio sin creer que estamos haciendo algo extraordinario. Toda la vida familiar, profesional y social —en el mundo político, económico, etc.— ha de estar impregnada de este espíritu. «Para servir, servir», afirmaba san Josemaría Escrivá; él quería dar a entender que para “ser útil” es preciso vivir una vida de servicio generoso sin buscar honores, glorias humanas o aplausos.

Los antiguos afirmaban el “nolentes quaerimus” —«buscamos para los cargos de gobierno a quienes no los ambicionan; a quienes no desean figurar»— cuando había que hacer nombramientos jerárquicos. Ésta es la intencionalidad propia de los buenos pastores dispuestos a servir a la Iglesia como ella quiere ser servida: asumir la condición de siervos como Cristo. Recordemos, según las conocidas palabras de san Agustín, cómo debe ejercerse una función eclesial: «Non tam praeesse quam prodesse»; no tanto con el mando o la presidencia sino, más bien, con la utilidad y el servicio. 

HOY SE INICIA LA NOVENA DE SAN JUAN XXIII, EL PAPA BUENO - DEL 2 AL 10 DE OCTUBRE DE 2022

 



Este 2 de octubre se inicia la novena a San Juan XXIII, el Papa que inauguró el Concilio Vaticano II, el evento eclesial más importante en el siglo XX, que marcó un antes y después en la Iglesia Católica, especialmente con la celebración de la Misa.


“Oh, Espíritu Santo Paráclito, (...) haz fuerte y continua la oración que elevamos en nombre del mundo entero; apresura para cada uno de nosotros el tiempo de una profunda vida interior; impulsa nuestro apostolado, que quiere llegar a todos los hombres y a todos los pueblos”, expresó alguna vez San Juan XXIII, cuya fiesta es el 11 de octubre.

Cercanos a la celebración del llamado “Papa Bueno” por su sencillez y cercanía, aquí una novena para pedir su intercesión.




Primer Día de la Novena a San Juan XXIII



Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial
Infinitas gracias doy a Dios, porque desde siempre te eligió para tan altos misterios, y te adornó con las virtudes de la caridad, pobreza, humildad y obediencia.

Te pido nos alcances la paz para todos los pueblos, la unidad de las iglesias, la caridad para todos los hombres.

Tú, el Papa Bueno, ayúdanos a vivir como verdaderos hijos de Dios, como fieles discípulos de Jesús y apóstoles de su palabra. Te pido de manera especial, por todas las familias para que sean santuario de vida y amor, bendícelas y líbralas de todo mal.

Intercede por todos nosotros en unión de nuestra Madre Santísima María. Amén.

Primer día: Juan XXIII elegido por Dios
A Jesús le decía su apóstol Natanael: “de Nazareth puede salir algo bueno”.  El pueblo de Jesús era de mala fama, era pobre y no de los pueblos conocidos o de prestigio.  Juan XXIII era del campo, de una familia que vivía de las cuatro vacas y del trabajo de sol a sol en la finca de un rico agricultor de su pueblito.  Su familia era numerosa y realmente católica.  Dios nos conduce por los caminos de la vida, San Pablo decía, “el Señor me abrió una puerta para que me diera cuenta de lo que tenía que hacer, dónde predicar el evangelio”. En la vida de todos nosotros hay puertas abiertas o cerradas, hay momentos oscuros, sendas estrechas y caminos fáciles de recorrer.  En todas las situaciones de la vida, según nuestro Señor Jesucristo, está la mano y el cuidado del Padre con nosotros.  Por eso el Señor nos dice que el Padre Dios tiene bien contados todos nuestros pelos, alimenta los pájaros del cielo y viste elegantemente las flores del campo.  El joven Angelo, más tarde Juan XXIII, se acordaba siempre con mucho agrado de donde él era.  Durante toda la vida el Papa mantuvo contacto con su familia y su campo porque sabía que Dios lo había conducido por estas vías.  Tambiénnosostros somos de nuestro pueblo, de nuestro campo o de una ciudad de Puerto Rico.  Así Dios ha conducido a Juan XXIII pero también a nosotros y lo hará en el futuro.

Oración a San Juan XXIII
Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.

Te pedimos Padre por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.

Ayúdanos Señor a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.

Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.

Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del cielo y en especial a este Papa bueno te suplico Padre Santo esta gracia particular que necesito (haga aquí su petición).

Gracias te doy de antemano, Señor, porque al ruego de tan gran intercesor estoy seguro de que me será concedida. Amén.

Oración final
Dios todopoderoso y eterno, que llamaste a tu hijo Angelo a cumplir el ministerio petrino bajo el nombre de Juan XXIII, ten misericordia de nosotros y danos, por intercesión del "Papa Bueno", la caridad y la paz, para vivirlas en cada momento de nuestras vidas, hasta el momento que dispongas de nosotros en esta tierra.

Ayúdanos para alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesús, y permite que esta petición, que humildemente te solicitamos, sea iluminada por el Espíritu Santo. Amen.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Segundo Día de la Novena a San Juan XXIII


Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial
Infinitas gracias doy a Dios, porque desde siempre te eligió para tan altos misterios, y te adornó con las virtudes de la caridad, pobreza, humildad y obediencia.

Te pido nos alcances la paz para todos los pueblos, la unidad de las iglesias, la caridad para todos los hombres.

Tú, el Papa Bueno, ayúdanos a vivir como verdaderos hijos de Dios, como fieles discípulos de Jesús y apóstoles de su palabra. Te pido de manera especial, por todas las familias para que sean santuario de vida y amor, bendícelas y líbralas de todo mal.

Intercede por todos nosotros en unión de nuestra Madre Santísima María. Amén.

Segundo día: Católico desde el primer día.
El día 25 de noviembre de 1881, nació Angel Guiseppe Roncalli de una familia modesta que ya tenía 3 hijas.  El mismo día, por la tarde, la mamá, acompañada por su esposo, llevó al recién nacido a la Iglesia para que se bautizara ese mismo día.  Porque Dios era primero, el centro y el fin de su vida y así lo querían para su hijito. Por eso, se bautizó el primer día de su vida, el día de su nacimiento. En la familia aumentó el número de los que comían a 28, durante los años que Angelo pasó con sus familiares, ya que la familia estaba compuesta de los padres, abuelos, tíos y tías con sus respectivos hijos.  Todos vivían bajo el mismo techo. En el día del bautismo no se notaba ninguna señal extraordinaria del bebé que hiciera pensar a alguien que este niño llegaría a ser el sucesor de San Pedro o algo grande. A todos nosotros nos ha pasado algo parecido. Somos de una familia católica y pronto después del nacimiento la gracia del bautismo nos convirtió en un hijo de Dios y miembro de la Iglesia Católica. Conociendo la realidad de nuestras familias sabemos que no todos tienen la dicha de ser de una familia bien ordenada y haber recibido una educación católica. Por ello es importante ayudar especialmente a los que han sufrido por la desintegración de su familia, y por la falta de una educación católica.

Oración a San Juan XXIII
Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.

Te pedimos Padre por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.

Ayúdanos Señor a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.

Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.

Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del cielo y en especial a este Papa bueno te suplico Padre Santo esta gracia particular que necesito (haga aquí su petición).

Gracias te doy de antemano, Señor, porque al ruego de tan gran intercesor estoy seguro de que me será concedida. Amén.

Oración final
Dios todopoderoso y eterno, que llamaste a tu hijo Angelo a cumplir el ministerio petrino bajo el nombre de Juan XXIII, ten misericordia de nosotros y danos, por intercesión del "Papa Bueno", la caridad y la paz, para vivirlas en cada momento de nuestras vidas, hasta el momento que dispongas de nosotros en esta tierra.

Ayúdanos para alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesús, y permite que esta petición, que humildemente te solicitamos, sea iluminada por el Espíritu Santo. Amen.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Tercer Día de la Novena a San Juan XXIII

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial
Infinitas gracias doy a Dios, porque desde siempre te eligió para tan altos misterios, y te adornó con las virtudes de la caridad, pobreza, humildad y obediencia.

Te pido nos alcances la paz para todos los pueblos, la unidad de las iglesias, la caridad para todos los hombres.

Tú, el Papa Bueno, ayúdanos a vivir como verdaderos hijos de Dios, como fieles discípulos de Jesús y apóstoles de su palabra. Te pido de manera especial, por todas las familias para que sean santuario de vida y amor, bendícelas y líbralas de todo mal.

Intercede por todos nosotros en unión de nuestra Madre Santísima María. Amén.

Tercer día: Juan XXIII y su familia.
Los días de nuestra novena son de reflexión sobre la vida de Juan XXIII, de nuestra propia vida y del futuro de nosotros y de los demás. La familia campesina del futuro Papa era católica y todos los días rezaba el Santo Rosario por la noche. El tío Zaverio leía la Biblia y el periódico católico por la noche en voz alta porque la familia no tenía ni radio, ni televisor.  Su tío funcionaba como catequista de la familia e informaba sobre lo que pasaba en el mundo leyendo el periódico de Bergamo. Con seis años mandaron al jovencito Angelo a la escuela de la Parroquia y porque progresaba bastante, de allí lo enviaron a la Parroquia vecina, donde el párroco enseñaba latín.  Más tarde se hizo alumno del seminario menor de la Diócesis de Bargamo.  La experiencia en su casa fue favorable para toda la vida y por eso escribió en el año 1932: “La educación que deja más profunda huella es siempre la que se recibe en su casa.  Yo he olvidado muchas cosas, que he leído en los libros, pero recuerdo perfectamente lo que aprendí de mis padres y de mis mayores”.

En el hogar se aprende lo que es el valor de la familia, del matrimonio, lo que es una mujer, una madre, un papa, ser hijo y hermano. Es cierto que en su casa uno aprende a amar y a ser amado, comprender y ser comprendido, sentirse protegido y proteger, perdonar y ser perdonado, ser feliz, contento, seguro, misericordioso, obediente y sobre todo pertenecer o ser de una familia. El Papa Juan XXIII era de una verdadera familia. Durante toda su vida era agradecido a Dios por este regalo.

Oración a San Juan XXIII
Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.

Te pedimos Padre por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.

Ayúdanos Señor a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.

Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.

Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del cielo y en especial a este Papa bueno te suplico Padre Santo esta gracia particular que necesito (haga aquí su petición).

Gracias te doy de antemano, Señor, porque al ruego de tan gran intercesor estoy seguro de que me será concedida. Amén.

Oración final
Dios todopoderoso y eterno, que llamaste a tu hijo Angelo a cumplir el ministerio petrino bajo el nombre de Juan XXIII, ten misericordia de nosotros y danos, por intercesión del "Papa Bueno", la caridad y la paz, para vivirlas en cada momento de nuestras vidas, hasta el momento que dispongas de nosotros en esta tierra.

Ayúdanos para alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesús, y permite que esta petición, que humildemente te solicitamos, sea iluminada por el Espíritu Santo. Amen.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Cuarto Día de la Novena a San Juan XXIII

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial
Infinitas gracias doy a Dios, porque desde siempre te eligió para tan altos misterios, y te adornó con las virtudes de la caridad, pobreza, humildad y obediencia.

Te pido nos alcances la paz para todos los pueblos, la unidad de las iglesias, la caridad para todos los hombres.

Tú, el Papa Bueno, ayúdanos a vivir como verdaderos hijos de Dios, como fieles discípulos de Jesús y apóstoles de su palabra. Te pido de manera especial, por todas las familias para que sean santuario de vida y amor, bendícelas y líbralas de todo mal.

Intercede por todos nosotros en unión de nuestra Madre Santísima María. Amén.

Cuarto día: Las normas de su vida
Por su aspecto físico y por sus intenciones personales calificaba la cura de atención a las almas para ser cura rural, un hombre de oración, de misa, de devociones populares. Juan XXIII servía para eso y, como la historia probó, para mucho más. Su vida es una enseñanza para nosotros, es un testimonio, es un estímulo para la vida cristiana y la santificación. Él era un gran hombre de Dios.  No trataba de imponerse ni de imponer; oraba y perdonaba, por eso lo llamaban Juan el bueno. Él se olvidaba de las ofensas.  No se preocupaba de una vanidosa elegancia, ni trata de ganar simpatías. Era un hombre de diálogo profundo con Dios, en la oración y muy capaz de dialogar con los demás. La vida era un servicio, como su maestro Jesucristo que no había venido para ser servido, sino para servir, Juan XXIII había aprendido a someter el propio yo, a la voluntad de Dios y sus superiores.  Fue un hombre firme y rígido en sus principios, pero flexible por su comprensión y caridad. Se decía que él nunca mentía. Su vida fue reconocida como un paso hacia el futuro. Era un revolucionario como los santos, los profetas y un hombre del evangelio del pobre, humilde y misericordioso. Él decía que el alma del apostolado era el silencio y la contemplación, la interioridad, la pobreza, los medios consagrados, la sencillez de palabras y métodos. Practiquemos lo que el beato hacía; hablar con la vida, corregir con humildad.

Oración a San Juan XXIII
Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.

Te pedimos Padre por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.

Ayúdanos Señor a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.

Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.

Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del cielo y en especial a este Papa bueno te suplico Padre Santo esta gracia particular que necesito (haga aquí su petición).

Gracias te doy de antemano, Señor, porque al ruego de tan gran intercesor estoy seguro de que me será concedida. Amén.

Oración final
Dios todopoderoso y eterno, que llamaste a tu hijo Angelo a cumplir el ministerio petrino bajo el nombre de Juan XXIII, ten misericordia de nosotros y danos, por intercesión del "Papa Bueno", la caridad y la paz, para vivirlas en cada momento de nuestras vidas, hasta el momento que dispongas de nosotros en esta tierra.

Ayúdanos para alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesús, y permite que esta petición, que humildemente te solicitamos, sea iluminada por el Espíritu Santo. Amen.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Quinto Día de la Novena a San Juan XXIII

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial
Infinitas gracias doy a Dios, porque desde siempre te eligió para tan altos misterios, y te adornó con las virtudes de la caridad, pobreza, humildad y obediencia.

Te pido nos alcances la paz para todos los pueblos, la unidad de las iglesias, la caridad para todos los hombres.

Tú, el Papa Bueno, ayúdanos a vivir como verdaderos hijos de Dios, como fieles discípulos de Jesús y apóstoles de su palabra. Te pido de manera especial, por todas las familias para que sean santuario de vida y amor, bendícelas y líbralas de todo mal.

Intercede por todos nosotros en unión de nuestra Madre Santísima María. Amén.

Quinto día: Juan XXIII y su vocación
Querido beato Juan XXIII: Ya conozco algunos momentos de tu vida. Sé que fuiste bautizado, un día ordenado sacerdote, más tarde Obispo, cardenal, nuncio, arzobispo de Venecia y por fin Papa de la Iglesia. Admiro tu generosidad. Dijiste que sí a la voluntad de Dios y sabías que su voluntad es amor de Él. Con tu obediencia te acercaste a nuestro Señor cuya vida era hacer la voluntad de su Padre Celestial. Fuiste como Abraham, saliste de tu tierra y llegaste ya anciano a Roma para ser Papa. Te pusiste el nombre de Juan por tu amor a Juan, el evangelista y a Juan Bautista, que era el precursor de Cristo. Me sorprende que nunca pusieras un pero, nunca abusaste de tu inteligencia para buscar un pretexto, una excusa barata. Tu amor a la Virgen María te hacía decir sí a una madre firme y humilde.  En cambio yo soy muy distinto, busco escapes, pretextos. Tengo un doctorado de excusas, fácilmente me escondo, no escucho, no obedezco, no soy generoso como el Señor y con la Iglesia. Tomaste en serio tu vocación cristiana, sacerdotal y papal, tu vocación a la santidad. Admiro tus renuncias a la mediocridad. Quiero imitar tu entrega de corazón, porque no buscaste ni prestigio, ni puestos elevados. Fuiste desde tu casa un muy obediente con amor, humildad, y audacia. Has sido un hombre ejemplar. Yo quiero ser de los tuyos, que llevan tu amor, y compartir tu amor a la Iglesia, este amor que siento como tú por la Iglesia Universal, pero especialmente por la de mi patria.

Oración a San Juan XXIII
Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.

Te pedimos Padre por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.

Ayúdanos Señor a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.

Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.

Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del cielo y en especial a este Papa bueno te suplico Padre Santo esta gracia particular que necesito (haga aquí su petición).

Gracias te doy de antemano, Señor, porque al ruego de tan gran intercesor estoy seguro de que me será concedida. Amén.

Oración final
Dios todopoderoso y eterno, que llamaste a tu hijo Angelo a cumplir el ministerio petrino bajo el nombre de Juan XXIII, ten misericordia de nosotros y danos, por intercesión del "Papa Bueno", la caridad y la paz, para vivirlas en cada momento de nuestras vidas, hasta el momento que dispongas de nosotros en esta tierra.

Ayúdanos para alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesús, y permite que esta petición, que humildemente te solicitamos, sea iluminada por el Espíritu Santo. Amen.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Sexto Día de la Novena a San Juan XXIII

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial
Infinitas gracias doy a Dios, porque desde siempre te eligió para tan altos misterios, y te adornó con las virtudes de la caridad, pobreza, humildad y obediencia.

Te pido nos alcances la paz para todos los pueblos, la unidad de las iglesias, la caridad para todos los hombres.

Tú, el Papa Bueno, ayúdanos a vivir como verdaderos hijos de Dios, como fieles discípulos de Jesús y apóstoles de su palabra. Te pido de manera especial, por todas las familias para que sean santuario de vida y amor, bendícelas y líbralas de todo mal.

Intercede por todos nosotros en unión de nuestra Madre Santísima María. Amén.

Sexto día: Juan XXIII en las rutas de la Providencia de Dios
Virgen María, Madre de la Providencia: Juan XXIII era tu hijo como Juan Pablo II quien tenía en su lema papal: “Soy todo tuyo”.  La Madre de Dios es siempre instrumento de Dios, esposa del Espíritu Santo, Madre de Dios Hijo e hija de Dios Padre. Tú Señor, enseñaste a Juan XXIII en el rosario, a unir siempre el gozo, el dolor y la Gloria de la vida, como la Madre se unió a tu Persona. Ayúdanos querida Virgen de la Providencia a confiar en ti, a aceptar las inspiraciones del Espíritu Santo, la ruta de la fe en todas las conducciones de la Providencia. Virgen María, haznos luchar heroicamente contra las tentaciones de la carne. Danos valor para callar y mantener la calma ante las ofensas y peligros. Danos fuerza para guardar lo que no debemos revelar. Necesitamos tu apoyo para vivir como cristianos los momentos de la cruz.

Oración a San Juan XXIII
Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.

Te pedimos Padre por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.

Ayúdanos Señor a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.

Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.

Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del cielo y en especial a este Papa bueno te suplico Padre Santo esta gracia particular que necesito (haga aquí su petición).

Gracias te doy de antemano, Señor, porque al ruego de tan gran intercesor estoy seguro de que me será concedida. Amén.

Oración final
Dios todopoderoso y eterno, que llamaste a tu hijo Angelo a cumplir el ministerio petrino bajo el nombre de Juan XXIII, ten misericordia de nosotros y danos, por intercesión del "Papa Bueno", la caridad y la paz, para vivirlas en cada momento de nuestras vidas, hasta el momento que dispongas de nosotros en esta tierra.

Ayúdanos para alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesús, y permite que esta petición, que humildemente te solicitamos, sea iluminada por el Espíritu Santo. Amen.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Séptimo Día de la Novena a San Juan XXIII

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial
Infinitas gracias doy a Dios, porque desde siempre te eligió para tan altos misterios, y te adornó con las virtudes de la caridad, pobreza, humildad y obediencia.

Te pido nos alcances la paz para todos los pueblos, la unidad de las iglesias, la caridad para todos los hombres.

Tú, el Papa Bueno, ayúdanos a vivir como verdaderos hijos de Dios, como fieles discípulos de Jesús y apóstoles de su palabra. Te pido de manera especial, por todas las familias para que sean santuario de vida y amor, bendícelas y líbralas de todo mal.

Intercede por todos nosotros en unión de nuestra Madre Santísima María. Amén.

Séptimo día: Elegido para ser Papa
Señor Jesús: Tú regalaste a tu servidor Angelo Quiseppe Roncalli, el privilegio de ser Papa de nuestra Iglesia. Tú sabes que no era el favorito entre los candidatos al papado, pero Tú, Señor, lo elegiste. Para imitarte e imitar a dos de tus primeros colaboradores; Juan el Evangelista, tu discípulo preferido, y a tu precursor Juan Bautista, y por querer ponerse humildemente en la fila de 22 papas que ya habían llevado el nombre de Juan.  Por eso, él escogió este nombre.  El aceptó ser cabeza visible de tu Iglesia, Señor, sucesor de Pedro y de 262 Papas, entre ellos santos, mártires y hombres pecadores.

El Cardenal Roncalli aceptó el cargo del Papado, sabiendo que tenía que pastorear tus ovejas y fortalecer la fe de tu rebaño. Había sido toda su vida un cura rural y más tarde a través del Concilio del Vaticano Segundo, se hizo uno de los Papas más importantes de la historia. Gracias a ti Señor, porque los últimos serán los primeros y el que quiere ser primero sera el servidor de todos.  Así el Papa Juan XXIII vivió los años de su ministerio papal, murió así y se perfeccionó.


Oración a San Juan XXIII
Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.

Te pedimos Padre por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.

Ayúdanos Señor a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.

Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.

Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del cielo y en especial a este Papa bueno te suplico Padre Santo esta gracia particular que necesito (haga aquí su petición).

Gracias te doy de antemano, Señor, porque al ruego de tan gran intercesor estoy seguro de que me será concedida. Amén.

Oración final
Dios todopoderoso y eterno, que llamaste a tu hijo Angelo a cumplir el ministerio petrino bajo el nombre de Juan XXIII, ten misericordia de nosotros y danos, por intercesión del "Papa Bueno", la caridad y la paz, para vivirlas en cada momento de nuestras vidas, hasta el momento que dispongas de nosotros en esta tierra.

Ayúdanos para alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesús, y permite que esta petición, que humildemente te solicitamos, sea iluminada por el Espíritu Santo. Amen.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



Octavo Día de la Novena a San Juan XXIII
Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial
Infinitas gracias doy a Dios, porque desde siempre te eligió para tan altos misterios, y te adornó con las virtudes de la caridad, pobreza, humildad y obediencia.

Te pido nos alcances la paz para todos los pueblos, la unidad de las iglesias, la caridad para todos los hombres.

Tú, el Papa Bueno, ayúdanos a vivir como verdaderos hijos de Dios, como fieles discípulos de Jesús y apóstoles de su palabra. Te pido de manera especial, por todas las familias para que sean santuario de vida y amor, bendícelas y líbralas de todo mal.

Intercede por todos nosotros en unión de nuestra Madre Santísima María. Amén.

Octavo día: Juan XXIII y el Santo Espíritu de Dios:
Gracias Espíritu Santo, por haber engendrado en María a Jesús, por haber ungido a Jesús como Mesías en el día del bautismo, por haber fortalecido y llenado con tu presencia a los apóstoles en el cenáculo el día de Pentecostés y por haber estado presente en la Iglesia hasta el día de hoy.  Muchas gracias por haber inspirado al Papa Juan XXIII a convocar el concilio y ayudar así a la Iglesia para un Nuevo Pentecostés. Los que habían pensado que Juan XXIII, por su edad y su sencillez, no podía hacer una gran cosa como Papa, se equivocaron. Todos quedaron sorprendidos.  En realidad la Iglesia no es de los hombres, es de Dios, guiada por ti, Espíritu Santo y capacitada por ti para continuar la obra salvífica de Cristo para los hombres.

Oración a San Juan XXIII
Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.

Te pedimos Padre por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.

Ayúdanos Señor a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.

Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.

Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del cielo y en especial a este Papa bueno te suplico Padre Santo esta gracia particular que necesito (haga aquí su petición).

Gracias te doy de antemano, Señor, porque al ruego de tan gran intercesor estoy seguro de que me será concedida. Amén.

Oración final
Dios todopoderoso y eterno, que llamaste a tu hijo Angelo a cumplir el ministerio petrino bajo el nombre de Juan XXIII, ten misericordia de nosotros y danos, por intercesión del "Papa Bueno", la caridad y la paz, para vivirlas en cada momento de nuestras vidas, hasta el momento que dispongas de nosotros en esta tierra.

Ayúdanos para alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesús, y permite que esta petición, que humildemente te solicitamos, sea iluminada por el Espíritu Santo. Amen.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Noveno Día de la Novena a San Juan XXIII


Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial
Infinitas gracias doy a Dios, porque desde siempre te eligió para tan altos misterios, y te adornó con las virtudes de la caridad, pobreza, humildad y obediencia.

Te pido nos alcances la paz para todos los pueblos, la unidad de las iglesias, la caridad para todos los hombres.

Tú, el Papa Bueno, ayúdanos a vivir como verdaderos hijos de Dios, como fieles discípulos de Jesús y apóstoles de su palabra. Te pido de manera especial, por todas las familias para que sean santuario de vida y amor, bendícelas y líbralas de todo mal.

Intercede por todos nosotros en unión de nuestra Madre Santísima María. Amén.

Noveno día: La muerte de Juan XXIII
Querido Santo Juan XXIII: En esta novena te hemos pedido, si fuera posible, vivir el evangelio de Cristo como tú. Cuando el médico te diagnosticó un tumor canceroso, dijiste; “No te preocupes por mí, porque mi equipaje está preparado y yo estoy dispuesto a partir”. Con tranquilidad hablaste a tus hermanos y hermanas diciendo, “soy feliz porque dentro de muy poco veré a nuestros Padres en el cielo.

Por eso dijiste al doctor: “No se esfuerce, lo entiendo, estoy preparado”. Especialmente gracias Santo Padre Juan XXIII que nos dijiste: “yo soy tu hermano”, pero no solamente de nosotros los católicos, sino de todos los hombres. Dame la fuerza de ser un hermano de todos y convertir al mundo entero en una patria, una tierra de hermanos en amor y paz. Amén.

Oración a San Juan XXIII
Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.

Te pedimos Padre por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.

Ayúdanos Señor a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.

Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.

Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del cielo y en especial a este Papa bueno te suplico Padre Santo esta gracia particular que necesito (haga aquí su petición).

Gracias te doy de antemano, Señor, porque al ruego de tan gran intercesor estoy seguro de que me será concedida. Amén.

Oración final
Dios todopoderoso y eterno, que llamaste a tu hijo Angelo a cumplir el ministerio petrino bajo el nombre de Juan XXIII, ten misericordia de nosotros y danos, por intercesión del "Papa Bueno", la caridad y la paz, para vivirlas en cada momento de nuestras vidas, hasta el momento que dispongas de nosotros en esta tierra.

Ayúdanos para alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesús, y permite que esta petición, que humildemente te solicitamos, sea iluminada por el Espíritu Santo. Amen.



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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