domingo, 27 de febrero de 2022

IMÁGENES DE MIÉRCOLES DE CENIZA - 2 DE MARZO DE 2022




















 

6 CONSEJOS PARA VIVIR BIEN LA CUARESMA



 6 consejos prácticos para vivir bien la Cuaresma

Redacción ACI Prensa




La Cuaresma, que este año inicia el 2 marzo, es un tiempo litúrgico de conversión en la que todo cristiano se prepara espiritualmente para vivir la Semana Santa.

Durante este tiempo especial de purificación, los católicos nos arrepentimos de nuestros pecados y nos comprometemos a cambiar algo de nosotros para vivir cada vez más cerca de Cristo.

Shaun McAfee, laico dominico con una Maestría en Teología Dogmática, y autor de diversos libros que ayudan a la formación espiritual de los católicos, ofreció en el National Catholic Register seis consejos prácticos para ayudarte a vivir bien esta Cuaresma.


1. Encuentra algo para renunciar

La Cuaresma es nuestro tiempo especial de penitencia. Se trata de sacrificio, dirigir nuestra atención y devoción a honrar a Cristo, que voluntariamente se sacrificó por nuestro bien.

Una forma de hacerlo es encontrando algo a lo que renunciar. No tiene que ser demasiado austero, ni tampoco tiene que ser único para este año, puede ser algo simple, incluso algo a lo que hayas renunciado cada Cuaresma en el pasado.

Una buena regla de medida es renunciar a algo de lo que dependes, como puede ser un antojo, un acto habitual o alguna cosa que te facilita hacer algo. Solo recuerda que no se trata de renunciar a algo que ya es pecaminoso, pues el pecado es algo a lo que debes renunciar para siempre.

Algunos ejemplos pueden ser renunciar a usar tu almohada; desactivar la opción que te permite repetir la alarma de tu celular, de modo que te obligue a levantarte al primer timbrado en lugar de seguir durmiendo; dejar de consumir cualquier tipo de alcohol o chocolate; o renunciar a los baños de burbujas.

Toma nota de estas cosas en tu vida y elige una o varias cosas a las que renunciar en esta Cuaresma. Si no se te ocurre nada, responde este cuestionario en inglés.


2. Realiza una acción concreta o devoción

Además de los pequeños actos de renuncia, no como sustitución, muchos católicos también eligen comprometerse y realizar un acto o devoción específicos.

Por ejemplo, dar limosna, ser voluntario, dedicar tiempo a la Adoración Eucarística, practicar la devoción al Rosario o rezar la coronilla de la Divina Misericordia son prácticas comunes y alentadoras muy recomendables. En conclusión, sea devoto y abierto a realizar una obra de misericordia corporal o espiritual durante la Cuaresma.


3. Realiza una peregrinación si es posible

Existen numerosos lugares católicos de peregrinación en los cinco continentes, sin embargo, debido a las restricciones de viaje que hay en varios países por la pandemia, es recomendable buscar destinos de peregrinación en la localidad donde se reside.

Es importante recordar que debido a la pandemia del COVID-19, muchas peregrinaciones se han suspendido y algunos países aún se encuentran bajo medidas de aislamiento social, y por tanto, los fieles no pueden visitar los templos o no pueden realizar ciertas actividades turísticas. Por esto, es importante tomar este consejo con la debida prudencia y de acuerdo al contexto.


4. Planifica con anticipación

Planifique todas las actividades que se realizará durante este tiempo con antelación, de modo que pueda participar de las Misas de precepto o realizar el ayuno y abstinencia necesarios durante Semana Santa.

Por ejemplo, no programe esa noche de hamburguesas y cerveza en su casa en Viernes de Cuaresma. Recuerde que este día está obligado a abstenerse de consumir carnes, así que piénselo dos veces antes de organizar una cena en un restaurante especializado en carnes y parrillas o confirmar su asistencia a alguna reunión similar.


5. Realice el Vía Crucis

El Vía Crucis sigue siendo un ritual importante para reflexionar sobre la Pasión y el sacrificio en la Cruz de Nuestro Señor, especialmente durante la Cuaresma. Esta actividad también requiere planificarse con anticipación, pero también es importante manejar sus expectativas.

Quizás el día que planificó el Vía Crucis quiera ver el partido de fútbol que comienza a las 6 p.m. o quizás justo se estrena el capítulo de su serie favorita; sin embargo, va a tener que hacer sacrificios para dedicar tiempo a rezar. Si planifica realizar el Vía Crucis todos los viernes de Cuaresma, dígaselo a su familia para ayudarlos a aclarar sus horarios también.


6. Céntrese en lo importante

En Semana Santa suelen aumentar las ofertas para comer pescado en muchas localidades. Si bien la comida siempre es una gran oportunidad para el compañerismo, e incluso, la idea de acudir a estos restaurantes podría ayudar a los pequeños comerciantes locales o a iniciativas de recaudación de fondos para alguna causa solidaria, es importante ser prudente.

Recuerde que la Cuaresma es una temporada de penitencia y comer pescado es una conmemoración del contexto de sacrificio de este tiempo litúrgico. No se atiborre con un festín como un glotón. Sea solemne, sea sacrificado y sea penitencial. Tenga por seguro que vivirá y será más feliz este tiempo si está sincronizado con lo que nuestra Iglesia nos invita a vivir.

Solo en caso sea posible, es muy recomendable ir a Misa diaria, rezar el Rosario diario con sus hijos, venerar reliquias e iconografía católica presente en su localidad, ver menos televisión, estar menos tiempo en las redes sociales o frente a la pantalla de su celular, y pasar más tiempo en familia y oración diaria con su cónyuge. 

OREMOS POR UCRANIA - JORNADA DE AYUNO POR LA PAZ - MIÉRCOLES 2 DE MARZO DE 2022 - MIÉRCOLES DE CENIZA

 

PAPA FRANCISCO: DIOS ESTÁ CON QUIEN HACE LA PAZ - SOBRE EL CONFLICTO EN UCRANIA



“Dios está con quien hace la paz”, dice el Papa Francisco sobre conflicto en Ucrania

POR ALMUDENA MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa

Vatican Media



Al finalizar el Ángelus este domingo 27 de febrero, el Papa Francisco lamentó la situación que están viviendo los ucranianos, quienes luchan por sobrevivir ante los ataques rusos, y aseguró que “Dios está con quien hace la paz”. 

En el marco del conflicto en Ucrania, que resiste la invasión de Rusia desde el 24 de febrero, el Santo Padre lamentó que durante estos días “nos ha conmocionado algo trágico: La guerra. Muchas veces hemos rezado para que no se tome este camino”.

El Papa señaló que a pesar de las circunstancias, es ahora cuando debemos “rogar a Dios más intensamente”. 

“Por eso renuevo la invitación a todos para que el 2 de marzo sea un día de oración y ayuno por la paz en Ucrania, un día para estar cerca del sufrimiento del pueblo ucraniano y para decir que todos somos hermanos y para implorar a Dios el fin de la guerra”, dijo.  

“La lógica diabólica y perversa de las armas” 

Después de la reflexión del Evangelio, el Santo Padre defendió que “quien hace la guerra, se olvida de la humanidad. No es parte del pueblo. No mira la vida concreta de las personas, sino que antepone los intereses partidistas y el poder a todo”.  

El Papa Francisco advirtió que quien decide defender la guerra, “se apoya en la lógica diabólica y perversa de las armas, que es la más alejada de la voluntad de Dios y se aleja del pueblo que quiere la paz, y que es la primera víctima, que paga en su propia piel las locuras de la guerra”. 

El Santo Padre dirigió su mirada hacia “los ancianos que buscan refugio en estos momentos, en las madres que huyen con sus hijos. Son hermanos y hermanas, para los que es urgente abrir caminos humanitarios” y señaló que todas estas personas que huyen de la guerra “deben ser acogidos”. 


“Dios está con los que hacen la paz” 

El Papa Francisco se manifestó también “desconsolado” por lo que está ocurriendo en Ucrania, y pidió que no se olviden las "guerras en otras partes del mundo, como Yemen, Siria y Etiopía".

Además, reiteró: “Que no haya armas: Dios está con los que hacen la paz, no con los que usan la violencia, porque los que aman la paz, como dice la Constitución italiana, repudian la guerra como instrumento de ofensa a la libertad de los demás pueblos y como medio para resolver las controversias internacionales”.  

PAPA FRANCISCO: ES IMPORTANTE PERDONAR A LOS DEMÁS COMO LO HACE DIOS



Papa Francisco: Es importante perdonar a los demás como lo hace Dios

POR ALMUDENA MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa

Foto: Vatican Media.



Durante el rezo del Ángelus dominical este 27 de febrero, el Papa Francisco explicó la importancia de tener “una mirada limpia” y reconocer las “miserias” y los errores de uno mismo sin juzgar a los demás, igual que lo hace Dios, que “siempre está dispuesto a perdonar los errores”. 

Desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano, el Santo Padre reflexionó acerca del Evangelio de San Lucas, e invitó a los fieles a no juzgar a otras personas y a tener una mirada pura y cuidar las palabras, aquellas que “muestran lo que hay dentro del corazón”. 

“En el Evangelio de la Liturgia de hoy, Jesús nos invita a reflexionar sobre nuestra mirada y nuestras palabras”, dijo.

“En primer lugar, sobre nuestra mirada. El riesgo que corremos, dice el Señor, es concentrarnos en mirar la astilla en el ojo de nuestro hermano sin fijarnos en la viga de madera en el nuestro”, continuó.

Al actuar así, advirtió, estamos “muy atentos a las faltas de los demás, incluso a las más pequeñas, pasando por alto las nuestras, dándoles poco peso”. 

En este sentido, el Papa lamentó que “siempre encontramos razones para culpar a los demás y justificarnos”.

Y tantas veces nos quejamos de las cosas que están mal en la sociedad, en la Iglesia, en el mundo, sin cuestionarnos primero a nosotros mismos y sin comprometernos a cambiarnos primero. Cada cambio efectivo debe comenzar por nosotros mismos”, señaló. 

A continuación, destacó las palabras de Jesús y dijo que “un ciego no puede guiar a otro ciego” y que “el Señor nos invita a limpiar nuestra mirada, nos pide que miremos dentro de nosotros mismos para reconocer nuestras miserias”.

“Porque si no somos capaces de ver nuestros propios defectos, siempre estaremos inclinados a magnificar los de los demás”.

“Si por el contrario reconocemos nuestros errores y nuestras miserias, se nos abre la puerta de la misericordia. Y después de mirar dentro de nosotros mismos, Jesús nos invita a mirar a los demás como lo hace Él”, expresó.

El Papa Francisco indicó que “este es el secreto, mirar al otro como lo hace Dios, que no ve primero el mal, sino el bien. Así es como nos mira Dios: no ve en nosotros errores irremediables, sino hijos que se equivocan”, destacó.

“ Se cambia la óptica. No se concentra en los errores, sino en sus hijos que se equivoca”, explicó el Santo Padre.

Asimismo, aseguró que “Dios siempre distingue a la persona de sus errores. Siempre cree en la persona y siempre está dispuesto a perdonar los errores. Sabemos que Dios perdona siempre.Y nos invita a hacer lo mismo: no buscar el mal en los demás, sino el bien”.  

Las palabras muestran lo que hay en el corazón 

A continuación, el Papa dijo que Jesús también nos invita a reflexionar sobre nuestras palabras: “El Señor explica que la boca expresa lo que abunda en el corazón. Es cierto, por la forma en que uno habla se puede saber lo que hay en su corazón”.

“Las palabras que utilizamos dicen quiénes somos. Sin embargo, a veces prestamos poca atención a nuestras palabras y las utilizamos de forma superficial. Pero las palabras tienen peso: nos permiten expresar pensamientos y sentimientos, dar voz a los miedos que tenemos y a los planes que queremos hacer, bendecir a Dios y a los demás”. 

“Pero, desgraciadamente, con la lengua también podemos alimentar prejuicios, levantar barreras, atacar e incluso destruir a nuestros hermanos: las habladurías hieren y la calumnia puede ser más afilada que un cuchillo”, lamentó el Pontífice.  

El Papa explicó que hoy en día, sobre todo en el mundo digital, “las palabras viajan rápido; pero demasiadas de ellas transmiten ira y agresividad, alimentan noticias falsas y se aprovechan de los miedos colectivos para propagar ideas distorsionadas”.  

“Un diplomático, que fue Secretario General de la ONU y ganó el Premio Nobel de la Paz, dijo que ‘abusar de las palabras es despreciar al ser humano’, dijo el Papa, recordando al político sueco Dag Hammarskjöld.

Por último, el Santo Padre invitó a los fieles a preguntarse qué tipo de palabras suelen utilizar: “¿Utilizamos palabras que expresan atención, respeto, comprensión, cercanía, compasión, o palabras que tienen como objetivo principal quedar bien ante los demás?”.

“Y entonces, ¿hablamos con mansedumbre o contaminamos el mundo esparciendo veneno: criticando, quejándose, alimentando la agresividad generalizada?”, cuestionó.

“Que María, por cuya humildad ha velado Dios, la Virgen del silencio a la que ahora rezamos, nos ayude a purificar nuestra mirada y nuestra palabra”, concluyó el Santo Padre. 

A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco este domingo 27 de febrero: 

Del Evangelio según San Lucas 

Lc 6, 39-45 

Y les dijo una parábola: “¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en un pozo? Ningún discípulo es superior al maestro; pero cuando esté completamente entrenado, cada discípulo será como su maestro. 

¿Por qué notas la astilla en el ojo de tu hermano, pero no percibes la viga de madera en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Hermano, déjame quitarte esa astilla que tienes en el ojo', cuando ni siquiera te das cuenta de la viga de madera que tienes en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Quita primero la viga de madera de tu ojo; entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano. 

“Un buen árbol no da frutos podridos, ni un árbol podrido da frutos buenos. Porque cada árbol se conoce por su propio fruto. Porque la gente no recoge higos de los espinos, ni recoge uvas de las zarzas. Una persona buena, del depósito de bondad en su corazón produce el bien, pero una persona mala, del depósito de maldad produce el mal; porque de la plenitud del corazón habla la boca.   

ÁRBOLES SANOS - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 27 DE FEBRERO DE 2022



ÁRBOLES SANOS


La advertencia de Jesús es fácil de entender. «No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto. No se cosechan higos en las zarzas ni se vendimian racimos en los espinos».

En una sociedad dañada por tantas injusticias y abusos, donde crecen las «zarzas» de los intereses y las mutuas rivalidades, y donde brotan tantos «espinos» de odios, discordia y agresividad, son necesarias personas sanas que den otra clase de frutos. ¿Qué podemos hacer cada cual para sanar un poco la convivencia social tan dañada entre nosotros?

Tal vez hemos de empezar por no hacer a nadie la vida más difícil de lo que es. Esforzarnos para que, al menos junto a nosotros, la vida sea más humana y llevadera. No envenenar el ambiente con nuestra amargura. Crear en nuestro entorno unas relaciones diferentes hechas de confianza, bondad y cordialidad.

Necesitamos entre nosotros personas que sepan acoger. Cuando acogemos a alguien, lo estamos liberando de la soledad y le estamos infundiendo nuevas fuerzas para vivir. Por muy difícil que sea la situación en que se encuentra, si descubre que no está solo y tiene a alguien a quien acudir, se despertará de nuevo su esperanza. Qué importante es ofrecer refugio, acogida y escucha a tantas personas maltratadas por la vida.

Hemos de desarrollar también mucho más la comprensión. Que las personas sepan que, por muy graves que sean sus errores, en mí encontraran siempre a alguien que las comprenderá. Hemos de empezar por no despreciar a nadie, ni siquiera interiormente: no condenar ni juzgar precipitadamente. La mayoría de nuestros juicios y condenas solo muestran nuestra poca calidad humana.

También es importante contagiar aliento a quien sufre. Nuestro problema no es tener problemas, sino no tener fuerza para enfrentarnos a ellos. Junto a nosotros hay personas que sufren inseguridad, soledad, fracaso, enfermedad, incomprensión… No necesitan recetas para resolver su crisis. Necesitan a alguien que comparta su sufrimiento y ponga en sus vidas la fuerza interior que las sostenga.

El perdón puede ser otra fuente de esperanza en nuestra sociedad. Las personas que no guardan rencor ni alimentan el resentimiento, y saben perdonar de verdad, siembran esperanza a su alrededor. Junto a ellas siempre crece la vida.

No se trata de cerrar los ojos al mal y a la injusticia. Se trata sencillamente de escuchar la consigna de Pablo de Tarso: «No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien». La manera más sana de luchar contra el mal en una sociedad tan dañada como la nuestra es hacer el bien «sin devolver a nadie mal por mal…; en lo posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres» (Romanos 12,17-18).


 Evangelio Comentado por:

José Antonio Pagola

Lc (6,39-45) 

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