viernes, 29 de octubre de 2021

IMÁGENES DEL SIGNIFICADO DE LA OFRENDA DE LOS MUERTOS - DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS 2 DE NOVIEMBRE

 









 

CONOCEMOS A SAN JUDAS TADEO, IMÁGENES Y ORACIONES

 





 

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 29 DE OCTUBRE DE 2021


 

Viernes 30 del tiempo ordinario

Viernes 29 de octubre



1ª Lectura (Rom 9,1-5): Hermanos: Digo la verdad en Cristo; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante en mi corazón, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo. Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según la carne, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén.




Salmo responsorial: 147

R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.

Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión: que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.


Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz.


Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos.



Versículo antes del Evangelio (Jn 10,27): Aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. Aleluya.


Texto del Evangelio (Lc 14,1-6): Un sábado, Jesús fue a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Había allí, delante de Él, un hombre hidrópico. Entonces preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?». Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento?». Y no pudieron replicar a esto.



«¿Es lícito curar en sábado, o no?»

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)



Hoy fijamos nuestra atención en la punzante pregunta que Jesús hace a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?» (Lc 14,3), y en la significativa anotación que hace san Lucas: «Pero ellos se callaron» (Lc 14,4).

Son muchos los episodios evangélicos en los que el Señor echa en cara a los fariseos su hipocresía. Es notable el empeño de Dios en dejarnos claro hasta qué punto le desagrada ese pecado —la falsa apariencia, el engaño vanidoso—, que se sitúa en las antípodas de aquel elogio de Cristo a Natanael: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño» (Jn 1,47). Dios ama la sencillez de corazón, la ingenuidad de espíritu y, por el contrario, rechaza enérgicamente el enmarañamiento, la mirada turbia, el ánimo doble, la hipocresía.

Lo significativo de la pregunta del Señor y de la respuesta silenciosa de los fariseos es la mala conciencia que éstos, en el fondo, tenían. Delante yacía un enfermo que buscaba ser curado por Jesús. El cumplimiento de la Ley judaica —mera atención a la letra con menosprecio del espíritu— y la fatua presunción de su conducta intachable, les lleva a escandalizarse ante la actitud de Cristo que, llevado por su corazón misericordioso, no se deja atar por el formalismo de una ley, y quiere devolver la salud al que carecía de ella.

Los fariseos se dan cuenta de que su conducta hipócrita no es justificable y, por eso, callan. En este pasaje resplandece una clara lección: la necesidad de entender que la santidad es seguimiento de Cristo —hasta el enamoramiento pleno— y no frío cumplimiento legal de unos preceptos. Los mandamientos son santos porque proceden directamente de la Sabiduría infinita de Dios, pero es posible vivirlos de una manera legalista y vacía, y entonces se da la incongruencia —auténtico sarcasmo— de pretender seguir a Dios para terminar yendo detrás de nosotros mismos.

Dejemos que la encantadora sencillez de la Virgen María se imponga en nuestras vidas.

BUENOS DÍAS!!!





 

martes, 26 de octubre de 2021

ESTOS 4 SACERDOTES DIERON SU VIDA POR CRISTO EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Y AHORA SERÁN BEATIFICADOS

 


Estos 4 sacerdotes dieron su vida por Cristo en la Guerra Civil Española y ahora serán beatificados

Redacción ACI Prensa

 Crédito: Hermandad de sacerdotes operarios



El próximo 30 de octubre tendrá lugar la beatificación de cuatro sacerdotes operarios que murieron mártires durante la persecución religiosa en España en el siglo XX, que se desarrolló con especial virulencia durante los años de la Guerra Civil Española (1936-1939). 

Estos 4 sacerdotes operarios mártires serán beatificados en la catedral de la diócesis de Tortosa, Tarragona (España). Son el P Francisco Cástor Sojo López, P. Millán Garde Serrano, P. Manuel Galcerá Videllet y P. Aquilino Pastor. 

La ceremonia comenzará a las 11:00 a.m en la Catedral de Santa María de Tortosa y estará presidida por el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. 

Junto a él concelebrarán el Obispo de Tortosa, Mons. Enrique Benavent; el Director General de la Hermandad, P. Florencio Núñez; así como cuatro cardenales, 20 obispos y más de 80 sacerdotes. 

El postulador de la causa de martirio, el sacerdote operario P. Carlos Comendador, aseguró que “estos sacerdotes no buscaron la muerte directamente, pero tampoco huyeron, y ofrecieron su vida permaneciendo fieles a la fe cristiana y a su sacerdocio sin renegar. Son, por ello, testigos de la fe y de su sacerdocio”. 

El P. Comendador destacó la vida anterior al martirio de los cuatro próximos beatos, dedicados a la formación sacerdotal y recordó a los cristianos que, como estos sacerdotes en su momento, sufren hoy la persecución por causa de la fe en diversas partes del mundo.

El Director general de la Hermandad, el P. Florencio Núñez, manifestó su alegría por la próxima beatificación. 

“Elevamos juntos nuestra acción de gracias a Dios por este bien que hace a la Iglesia y a la Hermandad. Que el testimonio de los beatos Francisco Cástor, Millán, Manuel y Aquilino ilumine nuestras vidas. Que su sangre derramada sea fuente de nuevas vocaciones y ayude a todos los sacerdotes y a todos los creyentes a descubrir en la configuración con Cristo el único verdadero proyecto para sus vidas”, aseguró. 

Con motivo de esta celebración, la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos ha organizado una serie de actos para la ocasión, entre ellos, el viernes 29 de octubre, a la 09:30 p.m se celebrará una vigilia de oración por las vocaciones.

La Eucaristía de Beatificación se celebrará el sábado 30 de octubre, a las 11:00 a.m., en la Catedral de Santa María de Tortosa. 

Posteriormente se desarrollarán una serie de propuestas culturales y espirituales como adoración eucarística en la iglesia de la Reparación, una exposición sobre los mártires de la Hermandad, entre otros.  

El domingo 31 de octubre, a las 10:00 a.m, se celebrará la Misa de acción de gracias por la beatificación de los mártires operarios en la Catedral y por la tarde, el Seminario acogerá un encuentro de seminaristas con Mons. Jorge Carlos Patrón Wong, Secretario para los Seminarios de la Sagrada Congregación para el Clero. 

El lunes 1 de noviembre, se celebrará la Eucaristía en la Solemnidad de Todos los Santos, en la iglesia de la Reparación.


Causa de martirio

El 29 de septiembre de 2020, el Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto de martirio de estos cuatro sacerdotes operarios diocesanos. Ellos dieron su vida por Cristo durante la Guerra Civil Española, cuando ejercían como formadores en los seminarios de Ciudad Real, León y Baeza (España). 

El P. Francisco Cástor Sojo López nació en Madrigalejo (Cáceres) y murió en Ciudad Real el 12 de septiembre de 1936, cuando tenía 55 años.

El P. Millán Garde Serrano era originario de Vara del Rey (Cuenca). Murió en Cuenca el 7 de julio de 1938, a la edad de 62 años.

El P. Manuel Galcerá Vidallet nació en Caseras (Tarragona). Murió en Ibros (Jaén) el 3 de septiembre de 1936, con 59 años.

El P. Aquilino Pastor Camberos era natural de Zarza de Granadilla (Cáceres). Murió en Úbeda (Jaén) el 29 de agosto de 1936, con tan solo 25 años y tras haber cumplido uno como sacerdote.

Estos cuatro operarios son los últimos beatificados de un grupo de 30 que perdieron la vida durante la persecución religiosa que se desarrolló en la Guerra Civil española. 

Los primeros mártires operarios fueron beatificados por San Juan Pablo II el 1 de octubre de 1995, era el grupo del P. Pedro Ruiz de los Paños y 8 compañeros mártires. 

El segundo grupo de sacerdotes mártires lo encabezó el P. Joaquín Jovaní Marín y 14 compañeros, la beatificación tuvo lugar en Tarragona el 13 de octubre de 2013. 

Dos sacerdotes operarios más fueron beatificados el 25 de marzo de 2017, dentro de la causa del P. José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros, de la diócesis de Almería.


Hermandad de Sacerdotes Operarios

La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos es una asociación de sacerdotes diocesanos que se unen para ayudarse como sacerdotes en el camino de la santidad y para ser más eficaces en el ejercicio del ministerio. 

Según explican en su página web, el operario es un sacerdote secular incardinado en su propia diócesis pero que, con permiso de su obispo, se vincula a la Hermandad para dedicarse a los ministerios que le son propios. Esto quiere decir que sólo los clérigos pueden ser operarios y para vincularse a la Hermandad hay que ser, al menos, diácono.

El sacerdote operario sigue manteniendo una relación personal con su Obispo y con el presbiterio de su diócesis de incardinación y vive una incardinación afectiva con la diócesis donde trabaja mostrando una colaboración estrecha con el Obispo y los sacerdotes. Y tiene una especial disponibilidad y libertad para ir a trabajar a cualquier parte del mundo.

La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos fue fundada en 1883 por el Beato Manuel Domingo y Sol, conocido como Mosén Sol.

Los objetivos que la Hermandad desarrolla desde su origen son el fomento, sostenimiento y cuidado de las vocaciones eclesiásticas, religiosas y apostólicas, la formación cristiana de la juventud y el incremento del espíritu de reparación y de la devoción al Corazón de Jesús, especialmente en la Eucaristía.

En 1898 la Santa Sede reconoció oficialmente la peculiaridad de la Hermandad: sacerdotes seculares con vida común, por eso no fue hasta en 1927 que la Hermandad fue aprobada por la Santa Sede como Sociedad de vida común sin votos; y más tarde, en 1952, como Instituto Secular.

Actualmente la Hermandad es una Asociación Pública Clerical de Derecho Pontificio, aprobada como tal por Benedicto XVI en 2008 y están presentes en Alemania, Angola, Argentina, Brasil, Cuba, España, Estados Unidos, Italia, Perú, Portugal, República Democrática del Congo, Venezuela y Zambia.

NIÑA CON DAÑO CEREBRAL ALTA FIXSLER FALLECE TRAS SER RETIRAD SU SOPORTE VITAL

 



 Niña con daño cerebral Alta Fixsler fallece tras ser retirado su soporte vital

POR DIEGO LÓPEZ MARINA | ACI Prensa




Alta Fixsler, una niña de dos años con daño cerebral, cuyos padres lucharon por mantenerla con vida, falleció la semana pasada después de que le retiraran su soporte vital en un hospicio donde recibía cuidado.

“Tristes noticias, el soporte vital de la pequeña Alta Fixsler se desconectó esta tarde y murió en el hospicio con sus padres a su lado”, indicó un comunicado de un representante de sus padres, Chaya y Abraham Fixsler.

Según los informes, Alta falleció el 18 de octubre y vivió durante más de una hora una vez que se retiraron las máquinas.

Debido a una lesión cerebral grave sufrida al nacer, Fixsler no podía comer ni respirar sin ayuda y había pasado toda su vida en el Royal Manchester Children’s Hospital (RMCH), un centro médico gestionado por el Manchester University NHS Foundation Trust. Sus padres, judíos jasídicos, se opusieron a retirarla del soporte vital y lucharon por continuar con su cuidado.

Los médicos habían creído anteriormente que Fixsler solo viviría horas después de su nacimiento debido a la gravedad de la lesión.

La batalla legal por su vida comenzó en mayo cuando el Manchester University NHS Foundation Trust solicitó al Tribunal Superior de Londres permiso para retirarle el soporte vital. El fideicomiso argumentó que Alta no tenía calidad de vida y estaba experimentando dolor.

Otros no estuvieron de acuerdo. Varios neurólogos pediátricos dijeron que Alta no sentía dolor. Sin embargo, los tribunales no se pusieron del lado de la familia Fixsler, incluso cuando recurrieron al Tribunal Superior, el Tribunal de Apelación y la Corte Europea de Derechos Humanos.

El caso de Fixsler atrajo la atención internacional cuando sus padres intentaron trasladarla a otro país para que reciba tratamiento experimental.

Después de perder sus apelaciones, los Fixsler preguntaron si podían sacar a su hija del hospital para que muriera en su casa. Eso también fue denegado, y un juez dictaminó que debía morir en un hospicio para niños.

Los jueces dijeron que sacar a la niña del hospital no traería "ningún beneficio médico" y era riesgoso.

Un portavoz de los Fixsler expresó su decepción por las decisiones judiciales que eventualmente resultarían en la muerte de Alta, y pidió una legislación para proteger los derechos de los padres a tomar decisiones médicas por sus hijos.

En el judaísmo, cualquier niño nacido de madre judía se considera automáticamente judío.

 “A pesar de nuestros mejores esfuerzos y discusiones profundas para continuar con los cuidados críticos de Alta y brindarle la mejor calidad de vida posible, estamos consternados por la decisión tomada por la corte de poner fin a su vida”, dijo el portavoz.

“Creemos firmemente que tomar decisiones que cambian la vida en nombre de los niños debe ser un derecho de los padres y es importante que abramos el debate en torno a esto. Hacemos un llamado al gobierno para que revise la legislación actual y la cambie”, agregó.

Su padre, que es ciudadano estadounidense e israelí, obtuvo una visa para su hija en un intento de llevarla a los Estados Unidos para recibir atención médica. No se les permitió salir del hospital. Su madre también es ciudadana israelí.

Inclusive el presidente de Israel, Reuven Rivlin, apeló en junio al príncipe británico Carlos. La autoridad israelí señaló que la situación de la niña era “un asunto de importancia humanitaria grave y urgente”.

Según los informes, Alta Fixsler será enterrada en Israel.

SANTORAL DE HOY MARTES 26 DE OCTUBRE DE 2021

 

Fulco de Pavia, SantoFulco de Pavia, Santo
Obispo, 26 de octubre
Cedda (Cedd), SantoCedda (Cedd), Santo
Obispo, 26 de octubre
Buenaventura de Potenza, BeatoBuenaventura de Potenza, Beato
Franciscano conventual, 26 Octubre
Alfredo el Grande, SantoAlfredo el Grande, Santo
Rey de Wessex, 26 Octubre
Celina Chludzinska Borzecka, BeataCelina Chludzinska Borzecka, Beata
Viuda y fundadora, 26 de Octubre
Damián de Finario, BeatoDamián de Finario, Beato
Presbítero, 26 de Octubre
Tadeo Machar, SantoTadeo Machar, Santo
Obispo, 26 de octubre
Paulina Jaricot, VenerablePaulina Jaricot, Venerable
Fundadora, 26 de octubre

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 26 DE OCTUBRE DE 2021

 



 Martes 30 del tiempo Ordinario

Martes 26 de octubre de 2021



1ª Lectura (Rom 8,18-25): Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.



Salmo responsorial: 125

R/. El Señor ha estado grande con nosotros.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.


Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos». El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.


Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.


Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas.



Versículo antes del Evangelio (Cf. Mt 11,25): Aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. Aleluya.


Texto del Evangelio (Lc 13,18-21): En aquel tiempo, Jesús decía: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas». Dijo también: «¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo».




«¿A qué es semejante el Reino de Dios?»

+ Rev. D. Francisco Lucas MATEO Seco

(Pamplona, Navarra, España)



Hoy, los textos de la liturgia, mediante dos parábolas, ponen ante nuestros ojos una de las características propias del Reino de Dios: es algo que crece lentamente —como un grano de mostaza— pero que llega a hacerse grande hasta el punto de ofrecer cobijo a las aves del cielo. Así lo manifestaba Tertuliano: «¡Somos de ayer y lo llenamos todo!». Con esta parábola, Nuestro Señor exhorta a la paciencia, a la fortaleza y a la esperanza. Estas virtudes son particularmente necesarias a quienes se dedican a la propagación del Reino de Dios. Es necesario saber esperar a que la semilla sembrada, con la gracia de Dios y con la cooperación humana, vaya creciendo, ahondando sus raíces en la buena tierra y elevándose poco a poco hasta convertirse en árbol. Hace falta, en primer lugar, tener fe en la virtualidad —fecundidad— contenida en la semilla del Reino de Dios. Esa semilla es la Palabra; es también la Eucaristía, que se siembra en nosotros mediante la comunión. Nuestro Señor Jesucristo se comparó a sí mismo con el «grano de trigo [que cuando] cae en tierra y muere (...) da mucho fruto» (Jn 12,24).

El Reino de Dios, prosigue Nuestro Señor, es semejante «a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo» (Lc 13,21). También aquí se habla de la capacidad que tiene la levadura de hacer fermentar toda la masa. Así sucede con “el resto de Israel” de que se habla en el Antiguo Testamento: el “resto” habrá de salvar y fermentar a todo el pueblo. Siguiendo con la parábola, sólo es necesario que el fermento esté dentro de la masa, que llegue al pueblo, que sea como la sal capaz de preservar de la corrupción y de dar buen sabor a todo el alimento (cf. Mt 5,13). También es necesario dar tiempo para que la levadura realice su labor.

Parábolas que animan a la paciencia y la segura esperanza; parábolas que se refieren al Reino de Dios y a la Iglesia, y que se aplican también al crecimiento de este mismo Reino en cada uno de nosotros.

BUENOS DÍAS!!!

 





 

domingo, 24 de octubre de 2021

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 24 DE OCTUBRE E 2021

 



EL EVANGELIO DE HOY

 Domingo 30 (B) del tiempo ordinario

Domingo 24 de octubre de 2021



1ª Lectura (Jer 31,7-9): Así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los pueblos; proclamad, alabad y decid: El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel. Mirad que yo os traeré del país del norte, os congregaré de los confines de la tierra. Entre ellos hay ciegos y cojos, preñadas y paridas: una gran multitud retorna. Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos; los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán. Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito».



Salmo responsorial: 125

R/. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.


Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos». El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.


Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.


Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas.

2ª Lectura (Heb 5,1-6): Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec».

Versículo antes del Evangelio (2Tim 1,10b): Aleluya. Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. Aleluya.

Texto del Evangelio (Mc 10,46-52): En aquel tiempo, cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle». Llaman al ciego, diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama». Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!». Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.



«‘¿Qué quieres que te haga?’. El ciego le dijo: ‘Rabbuní, ¡que vea!’»

+ Rev. D. Pere CAMPANYÀ i Ribó

(Barcelona, España)


Hoy, contemplamos a un hombre que, en su desgracia, encuentra la verdadera felicidad gracias a Jesucristo. Se trata de una persona con dos carencias: la falta de visión corporal y la imposibilidad de trabajar para ganarse la vida, lo cual le obliga a mendigar. Necesita ayuda y se sitúa junto al camino, a la salida de Jericó, por donde pasan muchos viandantes.

Por suerte para él, en aquella ocasión es Jesús quien pasa, acompañado de sus discípulos y otras personas. Sin duda, el ciego ha oído hablar de Jesús; le habrían comentado que hacía prodigios y, al saber que pasa cerca, empieza a gritar: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» (Mc 10,47). Para los acompañantes del Maestro resultan molestos los gritos del ciego, no piensan en la triste situación de aquel hombre, son egoístas. Pero Jesús sí quiere responder al mendigo y hace que lo llamen. Inmediatamente, el ciego se halla ante el Hijo de David y empieza el diálogo con una pregunta y una respuesta: «Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: ‘¿Qué quieres que te haga?’. El ciego le dijo: ‘Rabbuní, ¡que vea!’» (Mc 10,51). Y Jesús le concede doble visión: la física y la más importante, la fe que es la visión interior de Dios. Dice san Clemente de Alejandría: «Pongamos fin al olvido de la verdad; despojémonos de la ignorancia y de la oscuridad que, cual nube, ofuscan nuestros ojos, y contemplemos al que es realmente Dios».

Frecuentemente nos quejamos y decimos: —No sé rezar. Tomemos ejemplo entonces del ciego del Evangelio: Insiste en llamar a Jesús, y con tres palabras le dice cuanto necesita. ¿Nos falta fe? Digámosle: —Señor, aumenta mi fe. ¿Tenemos familiares o amigos que han dejado de practicar? Oremos entonces así: —Señor Jesús, haz que vean. ¿Es tan importante la fe? Si la comparamos con la visión física, ¿qué diremos? Es triste la situación del ciego, pero mucho más lo es la del no creyente. Digámosles: —El Maestro te llama, preséntale tu necesidad y Jesús te responderá generosamente.

¿CÓMO DEBE SER LA ORACIÓN DEL CRISTIANO?, EL PAPA FRANCISCO LO EXPLICA

 



 ¿Cómo debe ser la oración del cristiano?

El Papa Francisco lo explica

POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa

 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco abogó por una oración “valiente e insistente” para que sea efectiva, pues el Señor “está impaciente en derramar su alegría en nuestros corazones”.

Durante el rezo del Ángelus este domingo 24 de octubre en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre señaló que “lamentablemente somos nosotros los que mantenemos las distancias, por timidez, flojera o incredulidad”.

Sin embargo, recordó, “a Jesús, que todo puede, se le pide todo”. Para explicarlo recurrió a la figura del ciego Bartimeo, cuya curación por parte de Jesús se narra en el Evangelio de San Marcos de este domingo.

El Papa explicó cómo Jesús, “saliendo de Jericó, devuelve la vista a Bartimeo, un ciego que mendiga a lo largo del camino. Es un encuentro importante, el ultimo antes de la entrada del Señor en Jerusalén para Pascua”.

“Bartimeo había perdido la vista, pero no la voz. De hecho, cuando siente que Jesús va a pasar, comienza a gritar: ‘Hijo de David, Jesús, ¡ten compasión de mí!’. Los discípulos y la multitud molestos por sus gritos trataron de hacerlo callar. Pero él gritaba mucho más: ‘¡Hijo de David, ten compasión de mí!’”.

Ante la llamada de Bartimeo “Jesús escucha y se detiene de inmediato. Dios escucha siempre el grito del pobre, y no se molesta en absoluto por la voz de Bartimeo, es más, constata que está llena de fe, una fe que no teme en insistir, en llamar al corazón de Dios, a pesar de las incomprensiones y las reprimendas. Y aquí se encuentra la raíz del milagro. De hecho, Jesús le dice: ‘Tu fe te ha salvado’”.

En ese sentido, el Papa explicó que “la fe de Bartimeo trasluce de su oración. No es una oración tímida y convencional. Ante todo, llama al Señor ‘Hijo de David’, es decir, lo reconoce Mesías, Rey que viene al mundo”.

“Después lo llama por su nombre, con confianza: ‘Jesús’. No tiene miedo de Él, no se distancia. Y así, desde el corazón, grita a Dios amigo todo su drama: ‘¡Ten piedad de mí!’. No le pide una dádiva como hace con los viandantes. A Aquel que puede todo pide todo: ‘Ten piedad de mí, de todo aquello que soy’. No pide una gracia, sino que se presenta a sí mismo: pide misericordia para su persona, para su vida. No es una simple petición, pero es muy bella, porque invoca a la piedad, ósea a la compasión, a la misericordia de Dios, a su ternura”.

“Bartimeo no usa muchas palabras”, continuó su enseñanza el Pontífice. “Dice lo esencial y se confía en el amor de Dios, que puede hacer volver a florecer su vida cumpliendo aquello que es imposible a los hombres. Por esto no pide al Señor una limosna, sino manifiesta todo, su ceguera y su sufrimiento, que iba más allá del no poder ver. La ceguera era la punta del iceberg, pero en su corazón había otras heridas, humillaciones, sueños rotos, errores, remordimientos”.

El Santo Padre propuso convertir esa frase, “Hijo de David, Jesús, ¡ten compasión de mí!” en “nuestra esta oración. Repitámosla. Y preguntémonos: ‘¿Cómo es mi oración?’. ¿Es valiente, tiene la insistencia buena de aquella de Bartimeo, sabe ‘aferrar’ al Señor mientras pasa, o se conforma en hacerle un saludo formal de vez en cuando, cuando me acuerdo? Esas oraciones tibias que no ayudan nada”.

“Y también: ¿mi oración es ‘sustanciosa’, descubre el corazón delante del Señor? ¿Le presento la historia y los rostros de mi vida? O es anémica, superficial, ¿hecha de rituales sin afecto y sin corazón? Cuando la fe es viva, la oración es sentida: no mendiga centavos, no se reduce a las necesidades del momento”.

El Papa lamentó que “muchos de nosotros cuando rezamos no creemos que el Señor puede hacer el milagro”.

En ese sentido, el Santo Padre recordó una experiencia personal, cuando fue testigo de cómo a un padre los médicos le habían dicho que “su hija de 9 años no superaría la noche, estaba en el hospital. Y él tomó un bus y se fue a 70 kilómetros al Santuario de la Virgen. Estaba cerrado. Y él, agarrado a la valla, se pasó toda la noche rezando. ‘Señor, sálvala. Señor, dale la vida’. A la Virgen, a Él. Pero toda la noche gritando desde el corazón a Dios”.

“Después, por la mañana, cuando volvió al hospital, encontró a su mujer llorando. Y él pensó: ‘Ya ha muerto’. Y la mujer le dijo: ‘No se entiende, no se entiende. Los médicos dicen que es una cosa extraña. Parece que está curada’. Aquel grito de aquel hombre que pedía todo, fue escuchado por el Señor, que le dio todo. Esta no es una historia, esto lo he visto yo en la otra diócesis”.

Por eso, el Papa preguntó a los fieles: “¿Tenemos esta valentía en la oración? A Aquel que puede darnos todo, pidámosle todo, como Bartimeo, que es un gran maestro de oración”.

El Papa Francisco concluyó su catequesis animando a “que Bartimeo nos sirva como ejemplo con su fe concreta, insistente y valiente”.

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