martes, 24 de marzo de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 24 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 4ª semana de Cuaresma
Hoy, martes, 24 de marzo de 2020




Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (47,1-9.12):

EN aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo del Señor.
De debajo del umbral del templo corría agua hacia el este —el templo miraba al este—. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar.
Me hizo salir por el pórtico septentrional y me llevó por fuera hasta el pórtico exterior que mira al este. El agua corría por el lado derecho.
El hombre que llevaba el cordel en la mano salió hacia el este, midió quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta los tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta las rodillas. Midió todavía otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta la cintura. Midió otros quinientos metros: era ya un torrente que no se podía vadear, sino cruzar a nado.
Entonces me dijo:
«¿Has visto, hijo de hombre?»,
Después me condujo por la ribera del torrente.
Al volver vi en ambas riberas del torrente una gran arboleda. Me dijo:
«Estas aguas fluyen hacia la zona oriental, descienden hacia la estepa y desembocan en el mar de la Sal, Cuando hayan entrado en él, sus aguas serán saneadas. Todo ser viviente que se agita, allí donde desemboque la corriente, tendrá vida; y habrá peces en abundancia. Porque apenas estas aguas hayan llegado hasta allí, habrán saneado el mar y habrá vida allí donde llegue el torrente.
En ambas riberas del torrente crecerá toda clase de árboles frutales; no se marchitarán sus hojas ni se acabarán sus frutos; darán nuevos frutos cada mes, porque las aguas del torrente fluyen del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 45,2-3.5-6.8-9

R/. El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob

V/. Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar. R/.

V/. Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora. R/.

V/. El Señor del universo está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (5,1-16):

SE celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.
Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
«¿Quieres quedar sano?».
El enfermo le contestó:
«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
Jesús le dice:
«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».
Él les contestó:
«El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».
Ellos le preguntaron:
«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.
Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy martes, 24 de marzo de 2020
José Luis Latorre, cmf



Queridos.

Las lecturas de hoy nos ofrecen dos imágenes muy hermosas: el torrente de agua cada vez más abundante que mana del santuario de Dios y que a su paso todo lo transforma en vida, y la piscina de Siloé que cura a los enfermos que pueden sumergirse en ella. Dos imágenes que simbolizan la sobreabundancia de vida que procede Dios y de Jesús, el Hijo de Dios.

El Evangelio nos presenta a un paralítico que es curado treinta y ocho años después por el poder de la Palabra de Jesús y no por haber entrado en la piscina. Este hombre se curó por haber entrado en contacto con el Señor; y le curó de la parálisis y de algo peor “el pecado” que nos desconecta de Dios y de su proyecto, y es causa de otras parálisis personales: el egoísmo, el odio, el rencor, la envidia, la injusticia… que nos destruyen como personas.

Cuando Jesús sale al encuentro del paralítico se interesa primero por su voluntad “¿quieres?”. Después pronuncia su palabra poderosa que le pone en pie. Dios, en Jesús, se ha acercado a los enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, a los deseosos de sanar, de caminar, de anunciar, de cuestionar el mundo que los quiere postrados. El hecho de que Jesús ordene al paralítico curado que cargue con su camilla en sábado lo introduce en un ámbito nuevo, en el que lo importante no es saber qué trabajos puede hacer en sábado, sino liberar a las personas de todo aquello que les paraliza y les impide ser felices y vivir con dignidad y libertad. Por eso Jesús se opone con fuerza y valentía a que el pecado, las críticas o la legislación lo bloqueen en su proyecto de vida, de resurrección y salvación.

Al hombre de hoy, y de siempre, sentado en los límites de la esperanza sin poder comprometerse con la vida, desilusionado de los demás y con frecuencia también de la religión, es al que Cristo viene a buscar allí donde se encuentre, paralizado por el sufrimiento, el pecado o por las distintas circunstancias de la vida. A este hombre Jesús le pregunta sencillamente “¿Quieres curarte? Y si como el paralítico le dice “Señor, no tengo a nadie que me eche una mano”, oirá de Jesús “Levántate y echa a andar”. No son los ritos vacíos o alguna agua milagrosa la que cura, sino el poder de la Palabra de Jesús que recrea, rompe las ataduras que nos aprisionan, y sobre todo nos libera del pecado y sus consecuencias. Jesús en el corazón del hombre es “el surtidor de agua que salta hasta la vida eterna”, como él mismo le dijo a la Samaritana. La presencia de Jesús transforma el corazón de las personas y las hace vivir con ilusión y esperanza. Por eso el hombre vive en plenitud cuando Dios está en él.

José Luis Latorre

Misionero Claretiano

OREMOS POR LOS SACERDOTES FALLECIDOS A CAUSA DEL CORONAVIRUS


Más de 50 sacerdotes muertos en Italia por coronavirus
Redacción ACI Prensa





La epidemia de coronavirus COVID-19 sigue causando estragos entre el clero italiano, sobre todo en las diócesis del norte de Italia.

Según datos facilitados al periódico de la Conferencia Episcopal Italiana, Avvenire, la cifra asciende ya a más de 50 sacerdotes fallecidos por causa del coronavirus en 20 días. La mayoría de ellos son sacerdotes mayores de 70 años. Desde el viernes 20 de marzo han fallecido 10 sacerdotes.

De los sacerdotes fallecidos, 20 son de la Diócesis de Bérgamo, 6 de la Diócesis de Parma, 4 son de la Archidiócesis de Milán, 4 de la Diócesis de Cremona, 4 de la Diócesis de Lodi, 3 de la Diócesis de Pesaro, 2 de la Diócesis de Piacenza-Bobbio y 2 de la Diócesis de Brescia.

Asimismo, en las Diócesis de Nuoro, Pavía, Trento, Bolzano-Bressanone, Reggio Emilia-Guastalla, Casale Monferrato, Tortona, Salerno-Campagna-Acerno, Vallo della Lucania ha fallecido 1 sacerdote en cada una.

De los sacerdotes fallecidos hasta el momento, el más joven es el P. Sandro Brignone, de 45 años, de la Diócesis de Salerno. En cambio, el más anciano es el P. Mario Cavalleri, de 104 años, de la Diócesis de Cremona.






Fraile franciscano es el primer fallecido por coronavirus Washington DC
Redacción ACI Prensa
Hermano John Sebastian Laird-Hammond / Crédito: Cortesía del Monasterio Franciscano de Tierra Santa en América




Un fraile franciscano es la primera víctima mortal conocida del coronavirus (COVID-19) en la capital de Estados Unidos, Washington DC (oficialmente el Distrito de Columbia).

El hermano John-Sebastian Laird-Hammond fue hospitalizado con el virus la semana pasada y murió el viernes 20 de marzo, informó el Washington Post.

El fraile, que también era diácono permanente, había residido en el “Monasterio Franciscano de Tierra Santa en América” desde la década de 1980 hasta septiembre de 2019, dijo a CNA -agencia en inglés del Grupo ACI- el 22 de marzo el P. Larry Dunham, superior del monasterio.

Laird-Hammond, de 59 años, había estado luchando contra la leucemia durante años, dijo el P. Dunham, y había estado viviendo temporalmente solo para concentrarse mejor en sus tratamientos contra el cáncer.


El P. Dunham enfatizó que Laird-Hammond no estaba en el monasterio cuando contrajo COVID-19.

“Cuando me informó por mensaje de texto que estaba en el hospital y que los médicos inicialmente sospechaban de COVID-19, fue un completo shock. Que él sea la primera muerte por coronavirus en el Distrito solo nos entristece más por todas las víctimas de esta terrible plaga”, dijo el sacerdote. 

El alcalde de Washington, Muriel Bowser, anunció la primera muerte del Distrito relacionada con el virus el viernes, pero no reveló su identidad.

Laird-Hammond era el secretario de la junta directiva del monasterio, según el sitio web de la institución religiosa. El fraile había estado dirigiendo las operaciones diarias del monasterio como gerente comercial durante los últimos 14 años, dijo el P. Dunham al Washington Post.

El religioso había sido aprobado recientemente para ser transferido a un convento en Nueva York, donde iba a participar en los esfuerzos de recaudación de fondos para misiones en América Central, según el medio local.

El P. Dunham dijo que antes de aceptar la nueva asignación, el fraile decidió tomar “un pequeño permiso para ausentarse” y así tratar mejor su leucemia. 

“Sería como un enfoque y una vida completamente nueva para él. Esa fue su nueva tarea que nunca se materializó”, dijo el P. Dunham al Washington Post.

El Priorato de la Orden de los Frailes Menores, los franciscanos, ha tenido la misión de apoyar a los cristianos en Tierra Santa y servir como custodios o guardianes de los lugares sagrados de Tierra Santa desde 1342. El monasterio franciscano en Washington DC está afiliado directamente con esa misión.

Hasta este 23 de marzo de 2020 el estado de Washington DC tiene 2.221 casos confirmados de COVID-19.

Un sacerdote en la Diócesis de Yakima (Washington) fue el primer sacerdote estadounidense que recibió un diagnóstico de COVID-19 el 15 de marzo. Un segundo sacerdote estadounidense, el P. Stephen Planning, SJ, presidente de la escuela secundaria Gonzaga College de DC, anunció esta semana que también tiene el virus. En Italia, al menos 30 sacerdotes hasta ahora han muerto por el coronavirus.

El recuento global de casos confirmados del coronavirus COVID-19 en todo el mundo ahora supera los 300.000.





Sacerdote con coronavirus renuncia a respirador para salvar vida de joven
Redacción ACI Prensa



Un sacerdote de 72 años con coronavirus falleció hace unos días en Italia luego de haber renunciado al respirador que necesitaba para que se lo dieran a un paciente más joven.

Se trata del P. Giuseppe Berardelli, de Casnigo, en la diócesis italiana de Bérgamo, la más golpeada por el COVID-19. El respirador al que renunció había sido comprado por la comunidad parroquial a la que servía.


“Don Giuseppe murió como sacerdote. Y me conmueve profundamente el hecho que él, arcipreste de Casnigo, haya renunciado para destinarlo a alguien más joven que él”, expresó un operador sanitario de la casa de reposo San Giuseppe al periódico "Araberara".

El P. Berardelli falleció en el hospital de Lovere.

“Era un sacerdote que escuchaba a todos, sabía escuchar, quienquiera que se dirigía a él sabía que podía contar con su ayuda”, afirmó Clara Poli, por años alcaldesa de Fiorano, y que destacó que gracias al presbítero, junto a otro sacerdote, se llegó a abrir un centro de ayuda para las familias. “Cuando se le veía pasar era siempre alegre y lleno de entusiasmo. Ha regalado paz y alegría a nuestra comunidad”, expresó.

El P. Giuseppe Berardelli nació el 21 de agosto de 1947 en Fonteno  (Italia). Fue ordenado sacerdote el 30 de junio de 1973. Desde que el coronavirus llegó a Italia han fallecido más de 50 sacerdotes en la península.

SANTORAL DE HOY MARTES 24 DE MARZO DE 2020

Aldemar de Cápua, SantoAldemar de Cápua, Santo
Religioso, 24 de marzo
Macartan de Clogher, SantoMacartan de Clogher, Santo
Obispo, 24 de marzo
Oscar Romero, SantoOscar Romero, Santo
Arzobispo y Mártir, 24 de marzo
Juan del Báculo, BeatoJuan del Báculo, Beato
Monje y Presbítero, 24 de marzo
María Karlowska, BeataMaría Karlowska, Beata
Fundadora, 24 de marzo
Agapito de Sínada, SantoAgapito de Sínada, Santo
Obispo de Sínada, 24 de marzo
Diego José de Cadiz, BeatoDiego José de Cadiz, Beato
Sacerdote Capuchino, 24 de marzo
Catalina de Suecia, SantaCatalina de Suecia, Santa
Virgen, 24 de marzo

¡QUÉDATE EN CASA!






lunes, 23 de marzo de 2020

SANACIÓN INTERIOR DE LAS HERIDAS


Sanación interior de las heridas
Sanación interior es pedir a Jesús retroceder al tiempo en que fuimos heridos, para que ahora nos libere de ello.


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer




Sanación interior es pedir a Jesús retroceder al tiempo en que fuimos heridos, para que ahora nos libere de ello. Esto implica dos pasos:

Sacar a la luz las cosas que nos han herido. Conviene hacerse ciertas preguntas que generalmente nos revelan las heridas básicas por las que debemos orar:

(1) ¿Cuándo comenzó todo esto? O también: ¿fue una niñez feliz? Muchas de las heridas más profundas se remontan a los primeros 2 o 3 años de vida, o sea, al tiempo en que fuimos más vulnerables y menos capaces de defendernos a nosotros mismos. Pero también es verdad que algunos han recibido sus heridas posteriormente en la escuela, en algunas experiencias sexuales desdichadas, etc.

(2) ¿Qué fue lo que causó la herida? Muchas veces ya la respuesta a la primera pregunta revela las razones de las viejas heridas. Muchas de ellas arrancan de algún rechazo o alguna relación rota. Particularmente importantes son nuestras relaciones con los padres. Si la madre no acarició lo suficiente al niño, si el padre regresaba del trabajo cansado y apenas hablaba con el niño o lo castigaba duramente, si había demasiados niños para una madre enfermiza y no tuvo tiempo de demostrarles afecto, o si uno de los padres falleció siendo todavía pequeño el niño. Todas estas penosas experiencias dejan heridas que afectan profundamente los sentimientos básicos de la persona.

Eso se logra mejor al dialogar con otra persona; incluso el hablar del problema constituye ya un proceso de curación.

Orar al Señor para que nos cure de esas heridas. Si alcanzamos a recordar cómo y por qué comenzó todo, entonces pedimos a Jesús que nos acompañe al pasado. Él, como Señor del tiempo, es capaz de hacer lo que nosotros no podemos. Él puede curar esas heridas del pasado que todavía nos hacen sufrir, a veces en forma inmediata.
Después de haber orado por la sanación de la herida, aspecto negativo de la curación, podemos pedir al Señor que llene en forma positiva la vida nuestra de todo lo que estábamos echando de menos.

Dado que tenemos una necesidad tan profunda de amor, la conclusión de la oración de sanación interior es, por lo general, llenar del amor de Dios todos los ámbitos vacíos de nuestro corazón.

La curación interior da tanta paz y alegría a las personas, que es una pena que sean tan pocos los que entiendan y practiquen esta clase de oración.

Así de manera sencilla, podemos decir que ponemos la purificación del subconsciente en manos del Señor pidiéndole que Él cure las heridas.

Unas palabras sobre la imposición de las manos. No es necesario para la curación. Sin embargo, esta práctica que ya encontramos en el Nuevo Testamento, tiene sus ventajas. Parece que algo, como una corriente de energía curativa fluye del ministro a la persona enferma, una transferencia de poder vivificante. Además, la preocupación y el amor se comunican mucho mejor por el tacto que por la palabra; existe una sensación profunda de comunión y de amor en la imposición de manos.

Oración para sanación interior
Y ahora les quiero hacer una sugerencia. Les voy a entregar una oración para sanación interior que hace algún tiempo cayó en mis manos. La idea es, rezarla personalmente, en forma meditativa y con fe sencilla, en un momento de gran paz y serenidad, frente al Señor, a lo mejor en un Santuario.

Parece que esta clase de oración tiene generalmente una respuesta perceptible. Aunque tal vez la curación sea progresiva y necesite de varios intentos, quiere decir, rezar esta oración de sanación interior varias veces. Pero antes de rezarla tendrían que haber reflexionado y trabajado seriamente sobre sus heridas interiores o impresiones no digeridas del subconsciente.

EL PAPA FRANCISCO SEÑALA LOS 3 ELEMENTOS QUE DEBE TENER UNA ORACIÓN VERDADERA


El Papa señala los 3 elementos que debe tener una oración verdadera
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El Papa Francisco explicó, durante la Misa celebrada este lunes 23 de marzo en Casa Santa Marta, cuáles son los tres elementos que debe tener una oración para que sea efectiva: fe, perseverancia y valentía.

En primer lugar, la fe. El Santo Padre explicó que muchas veces la oración se limita a la repetición mecánica de unas palabras, pero esa oración “no viene de la fe, del corazón. O es una fe débil”.

“La fe en la oración. Rezar con fe, tanto cuando rezamos fuera, como cuando venimos aquí (a la capilla), y el Señor está ahí (en el Sagrario). ¿Tengo fe o es sólo un hábito? Estemos atentos en la oración, caer en la costumbre sin la conciencia de que está el Señor, que estoy hablando con el Señor, y que Él es capaz de resolver el problema. La primera condición para una oración verdadera es la fe”.

La segunda condición es la perseverancia. “Algunos piden y luego, como no viene la gracia… No tienen esa perseverancia, porque, en el fondo, no tienen necesidad, o no tienen fe. Y Jesús mismo nos enseña la parábola de aquel señor que va junto al vecino a pedir pan por la noche. La perseverancia al llamar a la puerta. O la viuda con el juez injusto: insiste, insiste, insiste. Perseverancia”.

El Papa explicó que “fe y perseverancia van juntos. Porque si tienes fe, tú estás seguro de que el Señor te dará aquello que pides. Y si el Señor te hace esperar: llama, llama, llama. Al final el Señor da la gracia. Pero esto el Señor no lo hace para hacerse el interesante o porque diga que mejor esperemos. No. Lo hace por nuestro bien, para que nos tomemos las cosas en serio. Tomarnos en serio la oración. No como papagayos: bla, bla, bla y nada más”.

“El mismo Jesús nos reprende: ‘No seáis como los paganos que creen en la eficacia de la oración y en las palabras, en muchas palabras’. No. La perseverancia y la fe”.

La tercera cosa que Dios quiere en la oración es la valentía. “Alguno puede pensar: pero, ¿hace falta valentía para rezar? Para estar delante del Señor, hace falta. La valentía de estar ahí, pidiendo, y avanzando, incluso casi, casi, no quiero decir una herejía, como amenazando al Señor”.

Esa es la misma valentía que mostró Moisés “cuando Dios quería destruir el pueblo y a él hacerlo jefe de otro pueblo. No: ‘Yo con el pueblo’. Valentía. La valentía de Abraham, cuando negocia la salvación de Sodoma. Y si fuesen 30, si fuesen 25, si fuesen 20… Ahí, valentía”.

“Esta virtud de la valentía es muy necesaria”, subrayó el Pontífice. “No sólo para las acciones apostólicas, también para la oración”.


“Fe, perseverancia y valentía. En estos días que es necesario rezar cada vez más, pensemos si nosotros rezamos así: con fe de que el Señor puede intervenir, con perseverancia y con valentía. El Señor no decepciona, nos hace esperar, se toma su tiempo, pero no decepciona. Fe, perseverancia y valentía”, concluyó el Papa Francisco.

A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Juan 4:43-54
43 Pasados los dos días, partió de allí para Galilea.
44 Pues Jesús mismo había afirmado que un profeta no goza de estima en su patria.
45 Cuando llegó, pues, a Galilea, los galileos le hicieron un buen recibimiento, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
46 Volvió, pues, a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm.
47 Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue donde él y le rogaba que bajase a curar a su hijo, porque se iba a morir.
48 Entonces Jesús le dijo: «Si no veis señales y prodigios, no creéis.»
49 Le dice el funcionario: «Señor, baja antes que se muera mi hijo.»
50 Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive.» Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino.
51 Cuando bajaba, le salieron al encuentro sus siervos, y le dijeron que su hijo vivía.
52 El les preguntó entonces la hora en que se había sentido mejor. Ellos le dijeron: «Ayer a la hora séptima le dejó la fiebre.»
53 El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia.
54 Esta nueva señal, la segunda, la realizó Jesús cuando volvió de Judea a Galilea.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 23 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Lunes de la 4ª semana de Cuaresma
Hoy, lunes, 23 de marzo de 2020




Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (65,17-21):

ESTO dice el Señor:
«Mirad: voy a crear un nuevo cielo
y una nueva tierra:
de las cosas pasadas
ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento.
Regocijaos, alegraos por siempre
por lo que voy a crear:
yo creo a Jerusalén “alegría”,
y a su pueblo, “júbilo”.
Me alegraré por Jerusalén
y me regocijaré con mi pueblo,
ya no se oirá en ella ni llanto ni gemido;
ya no habrá allí niño
que dure pocos días,
ni adulto que no colme sus años,
pues será joven quien muera a los cien años,
y quien no los alcance se tendrá por maldito.
Construirán casas y las habitarán,
plantarán viñas y comerán los frutos».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 29,2.4.5-6.11-12a.13b

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

V/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

V/. Tañed para el Señor, fieles suyos,
celebrad el recuerdo de su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.

V/. Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (4,43-54):

EN aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado:
«Un profeta no es estimado en su propia patria».
Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose.
Jesús le dijo:
«Si no veis signos y prodigios, no creéis».
El funcionario insiste:
«Señor, baja antes de que se muera mi niño».
Jesús le contesta:
«Anda, tu hijo vive».
El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron:
«Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre».
El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 23 de marzo de 2020
José Luis Latorre, cmf



Queridos amigos.

La Cuaresma es el camino que hacemos hacia la Pascua, la fiesta de la luz, de la vida y de la alegría. Pero este año un tanto doloroso para todos por el coronavirus. Y en medio de este caminar difícil el Profeta Isaías nos anuncia con fuerza que Dios va a “crear un nuevo cielo y una nueva tierra”, que se va a producir una transformación y un cambio profundos y que el pueblo lo va a ver y experimentar. Que Dios no nos abandona y que toda esta pandemia va a dar frutos buenos en cada uno y en toda la sociedad. La voz del Profeta es una llamada a los cristianos a no perder la esperanza y la confianza en medio de la prueba y a no olvidarnos que “Dios escribe recto con renglones torcidos”.

Sabemos que este anuncio del Profeta tuvo pleno cumplimiento en Jesús: su Palabra realizó –y realiza hoy- prodigios y maravillas. Pero hay que creer en Él con una fe que no está contaminada por el propio interés o el sentido mágico, sino llena de confianza pues estamos seguros que Jesús actúa siempre o liberándonos de una enfermedad, una pandemia, una situación difícil… o fortaleciéndonos interiormente en la esperanza y el amor, o afianzándonos en nuestras convicciones y valores. La Palabra siempre se cumple.

Juan nos narra la escena del funcionario real que acude a Jesús para pedirle la curación de su hijo gravemente enfermo. A la petición del funcionario Jesús le dice: “Vete, tu hijo vive”. El funcionario creyó en la palabra del Señor y se volvió a su casa. Creyó y obedeció; escuchó a Jesús y puso en práctica lo que le dijo; superó sus temores y dudas y bajó hacia su casa. En este camino de vuelta a su casa le acompañó únicamente la Palabra de Jesús, y esta Palabra también sostuvo cada uno de sus pasos de regreso a casa. Y desde casa los criados le salen al encuentro con la grata certeza y con las mismas palabras que le había dicho Jesús: “tu hijo vive”. La fe que ha caminado en la oscuridad y la incertidumbre encuentra la luz y se convierte en pleno asentimiento: “Y creyó él y todos los suyos”. Los temores y las dudas se disiparon y las certezas de la luz brillaron en su corazón y en de los suyos. Una vez más lo que el funcionario había oído de Jesús se realizaba en su hijo, en él y en los suyos.

Este relato –como todos los que nos cuentan los Evangelios- se cumple también hoy, pues la Palabra de Jesús es viva, eficaz y eterna. Es una Palabra que actúa cuando hay una fe profunda y sincera. En la noche de la prueba y del sufrimiento la Palabra de Jesús es lámpara para nuestros pasos y es oración confiada que encuentra su confirmación luminosa. Cuando todo va bien es como el agua que fecunda nuestro corazón y le hace dar frutos buenos y abundantes. Repite hoy con alegría y convicción: “Tu Palabra me da vida, confío en Ti, Señor; tu Palabra es eterna, en ella esperaré”.


José Luis Latorre

Misionero Claretiano

EL PAPA FRANCISCO REZA POR LAS PERSONAS QUE SUFREN PROBLEMAS ECONÓMICOS POR EL CORONAVIRUS


El Papa reza por las personas que sufren problemas económicos por el coronavirus
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El Papa Francisco comenzó la Misa celebrada este lunes 23 de marzo en su residencia de Casa Santa Marta pidiendo rezar por todas las personas que, por causa del confinamiento decretado en muchos países para atajar la pandemia de coronavirus COVID 19, están sufriendo graves consecuencias económicas al no poder trabajar.

“Rezamos hoy por las personas que, por la pandemia están comenzando a sentir problemas económicos, porque no pueden trabajar y todo ello recae sobre la familia. Rezamos por la gente que tiene este problema”, fueron las palabras del Pontífice.

El Santo Padre ha mostrado en varias ocasiones su preocupación por las consecuencias que esta crisis sanitaria puede tener para las familias.

Ayer domingo 22 de marzo ofreció la Misa por aquellos que fallecen por causa del coronavirus, “que mueren solos sin poder despedirse de sus seres queridos”, y por sus familiares, que “no pueden acompañar a sus seres queridos en su fallecimiento” debido a las medidas de confinamiento de la población.

El sábado 21 de marzo pidió rezar por “las familias que no pueden salir de casa”, “para que sepan encontrar el modo de comunicarse bien, de construir relaciones de amor en la familia, para que sepan vencer las angustias de este tiempo, juntos, en familia”.

El lunes 16 de marzo también ofreció la Misa por “las familias encerradas”. “Que el Señor los ayude a descubrir nuevos modos, nuevas expresiones de amor, de convivencia en esta situación de prueba”.

El Papa Francisco también ofreció la Misa por los ancianos que sufren solos la pandemia, por los médicos que luchan contra el coronavirus hasta dar la vida, por los encarcelados y por todos los fallecidos.

SANTORAL DE HOY LUNES 23 DE MARZO DE 2020

Otón Frangipane, SantoOtón Frangipane, Santo
Eremita, 23 de marzo
Pedro de Gubbio, BeatoPedro de Gubbio, Beato
Sacerdote, 23 de marzo
Benito de Campania, SantoBenito de Campania, Santo
Monje Ermitaño, 23 de marzo
Pedro Higgins, BeatoPedro Higgins, Beato
Presbítero y Martir, 23 de marzo
Anunciata Cocchetti, BeataAnunciata Cocchetti, Beata
Virgen, 23 de marzo
Metodio Domingo Trcka, BeatoMetodio Domingo Trcka, Beato
Mártir Redentorista, 23 de marzo
Álvaro del Portillo, BeatoÁlvaro del Portillo, Beato
Obispo, 23 de marzo
Toribio de Mogrovejo, SantoToribio de Mogrovejo, Santo
Obispo, 23 de marzo
José Oriol, SantoJosé Oriol, Santo
Presbítero, 23 de marso

¡QUÉDATE EN CASA!




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