martes, 28 de enero de 2020

7 PRENDAS DE VESTIR QUE DEBES EVITAR PARA ASISTIR A MISA

7 prendas de vestir que debes evitar para asistir a Misa
¿Está bien si voy a misa usando esto?


Por: H. Edgar Henríquez Carrasco, LC. | Fuente: Catholic-link.com



«La moda no incomoda» dicen por ahí, pero hay “modas”que son ciertamente inoportunas dependiendo del lugar, del ambiente y de las personas. ¡Cuánto más cuidado pondremos en un ambiente cristiano!
Quisiera a través de este artículo darles a conocer las 7 prendas más inadecuadas para asistir a la Santa Misa. Se podrían enumerar más, pero quisiera que estas siete quedaran en nuestra memoria para evitarlas en un futuro. Algunos se sorprenderán (no es mi intención causar revuelo), pero sí quisiera dar algunas pautas para vestirse mejor durante la celebración Eucarística. Se trata principalmente de formar un criterio general para ayudar, sobretodo a quienes deben catequizar a otros sobre el respeto y el amor que tenemos los católicos a la Eucaristía.
¡Ojo! Antes de mencionarlos, es importante resaltar que estos son algunos criterios básicos, corresponde a cada uno hacer un discernimiento maduro de lo que es más adecuado dependiendo de las circunstancias que cada uno viva

¿Qué debemos evitar vestir cuando vamos a Misa?

1. Camisas deportivas (equipos de fútbol)

camiseta
Si quiero ir al estadio a ver fútbol, permitido. Si quiero pasear por el parque, permitido. Pero, ¿para ir a encontrarme con el Señor? Imagínense una exhibición de camisetas deportivas en la Iglesia, colores y equipos por doquier, viendo a “Messi” o “Vidal” decenas de veces cuando miro hacia el altar porque están en las espaldas de mis hermanos. Esto puede crear rivalidad, disgusto, distracción o molestias en la asamblea. Además es bien sabido que una prenda deportiva se usa en un ambiente deportivo, por ende debemos evitar llevarlo a Misa.

2. Short muy corto o minifalda

mini
Para la playa está bien. El sol cuando calienta puede ser insoportable, pero ¿en la iglesia? El calor no es excusa para vestir como queramos, es más, si tenemos calor, podremos ofrecerlo al Señor como muestra de amor por Él. Un short o una minifalda (en el caso de una dama) es una prenda que llama bastante la atención en un grupo humano, ¡cuánto más dentro de la iglesia! Ya me podrán decir ustedes sobre diseños, tamaños o colores, eso no importa tanto. Vestir una falda esta bien, pero una mini-falda, no.

 3. Chanclas de playa

chanclas
Aunque muchos no lo crean, sucede. Sobre todo en ambientes veraniegos donde ir a Misa está de paso entre mi casa y la playa. ¡Siempre dignos! No lo olvidemos. Aunque me lleve más tiempo cambiarme de ropa y calzado, lo haré por amor al Señor. Las chanclas de verano son para la playa, no para la iglesia. Te pones un calzado más discreto para ir a Misa y luego te los quitas para ir a la playa, ¿cuál es el problema? Que la pereza o la comodidad no intervengan en la dignidad y sobriedad que predomina en un templo católico.

 4. Sombreros o gorras

sombrero

Mi madre decía: «dentro de la casa no se usa gorra», y ahí va de nuevo, ¡cuánto más en la casa de Dios! Además de evitar tapar la vista a los demás hermanos es un gran signo de respeto. Cuando se está con alguien importante nos sacamos el sombrero o la gorra y saludamos, por lo menos así era antes y es algo que no podemos perder. Los sombreros son para protegerse del sol, pero dentro de una iglesia, ¿de qué querríamos protegernos? Es mejor evitarlo. Te lo puedes quitar y dejarlo a un lado de tu asiento o bajo el reclinatorio. Llevarlos a la iglesia está bien, usarlos dentro es inapropiado.

 5. Escotes o camisas abiertas

destapado
Esto es parte de la moda de este siglo. Al parecer la premisa es que «mientras más muestres tu cuerpo, mejor»No es así entre cristianos. Sabemos que el cuerpo es un don de Dios, es el templo del Espíritu Santo, por lo tanto lo protegemos con cautela. No andamos mostrándonos a todo el mundo, esto podría incitar distracción y provocación en los demás. Sinceramente disgusta un poco ver por la calle desfiles de jóvenes vestidos así, ¡cuanto más en la iglesia!. Vamos bien arreglados, pero dignos. Ropa abierta, medio transparente, es mejor dejarla en casa. Nuestra premisa es «mientras más dignos, mejor».

 6. Joyas, lujos y anillos exuberantes

Joyas
Esto casi no habría que explicarlo. Sabemos todos que a la iglesia no vamos a exhibir nuestros bienes o a aparentar un cierto status social. ¡Nosotros vamos a encontrarnos con Jesús! por ende todas las joyas y ornamentos exuberantes sobran en la Misa. Mientras más sobrios mejor. Algunos me dirán: «para Dios lo mejor», claro que sí ¡pero para Dios!, no para que tú hagas alarde de tus posesiones. Es admirable ver cómo grandes empresarios van a Misa, a veces, incluso pasando desapercibidos por su forma de vestir o de tratar a los demás. Tener o no tener dinero no te va llevar al cielo. La caridad con los hermanos y el amor a Dios ¡eso sí!. Así que ya sabes, las joyas en la casa bien guardadas. Así, además de evitar posibles robos, nos hacemos uno más en la asamblea de Dios, donde nadie tiene preferencias, todos somos hijos de Dios. Santiago, en su carta, nos da más luz acerca de este punto: «Supongamos que entra en vuestra asamblea un hombre con un anillo de oro y un vestido espléndido; y entra también un pobre con un vestido sucio; y que dirigís vuestra mirada al que lleva el vestido espléndido y le decís: “Tú, siéntate aquí, en un buen lugar”; y en cambio al pobre le decís: “Tú, quédate ahí de pie”, o “Siéntate a mis pies”. ¿No sería esto hacer distinciones entre vosotros y ser jueces con criterios malos?» (Santiago 2,2-4).

7. Zapatos de fútbol 

zapatos
Todos sabemos el concepto de calzado deportivo. Aquí vamos de nuevo, es deportivo. Como ya sabemos lo deportivo se usa en un contexto de deporte, pero ¿en la iglesia?, ¿para qué? Cuando organicemos un partido de fútbol parroquial, permitido. Pero para la santa misa es inadecuado. Mejor usar calzado formal y discreto. Porque ir con zapatos de montaña a jugar fútbol es inútil, lo mismo en la iglesia, asistir a Misa con zapatos deportivos es inútil.
Estas medidas no son para “encajar en un ambiente social”, como muchos podrán creer, sino para hacer de la Santa Misa un verdadero encuentro con el Señor, un lugar digno de recibirle, un lugar santo. Como cristianos y católicos estamos llamados a buscar la perfección, por ende el vestido no debería constituir ocasión para retroceder en la virtud y en la identificación con Cristo. La limpieza, el decoro, los modales y la distinción son hábitos básicos que debemos ir inculcando a las futuras generaciones, más aún en un mundo muchas veces permisivo.
«Cada Santa Misa tiene un valor infinito, inmenso, que nosotros no podemos comprender del todo: alegra a toda la corte celestial, alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda suerte de bendiciones y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que las penitencias de todos los santos, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y todo lo que hagan hasta el fin de los siglos» (Santo Cura de Ars).
¡Vayamos dignos al Encuentro del Señor!

SANTO TOMÁS DE AQUINO, 28 DE ENERO



Santo Tomás de Aquino
El Doctor Angélico
Presbítero y Doctor de la Iglesia
(+1274)
28 de enero


Dios le concedió una sabiduría e inteligencia extraordinarias,
en las que profundizó portentosamente y comunicó luego
con generosidad.


SU VIDA
Nace en el Castillo de Rocaseca, cerca de Nápoles, Italia, en 1225.

Es el último hijo varón de una numerosa familia de doce hijos. Su padre se llamaba Landulfo de Aquino.

Alto, grueso, bien proporcionado, frente despejada, porte distinguido, una gran amabilidad en el trato, y mucha delicadeza de sentimientos.

Cerca del Castillo donde nació estaba el famoso convento de los monjes Benedictinos llamado Monte Casino. Allí lo llevaron a hacer sus primeros años de estudios.

Los monjes le enseñaron a meditar en silencio. Es el más piadoso, meditabundo y silencioso de todos los alumnos del convento. Lo que lee o estudia lo aprende de memoria con una facilidad portentosa.

Continúa sus estudios por cinco años en la Universidad de Nápoles. Allí supera a todos sus compañeros en memoria e inteligencia. Conoce a los Padres Dominicos y se entusiasma por esa Comunidad. Quiere entrar de religioso pero su familia se opone. El religiosos huye hacia Alemania, pero por el camino lo sorprenden sus hermanos que viajan acompañados de un escuadrón de militares y lo ponen preso. No logran quitarle el hábito de dominico, pero lo encierran en una prisión del castillo de Rocaseca.

Tomás aprovecha su encierro de dos años en la prisión para aprenderse de memoria muchísimas frases de la S. Biblia y para estudiar muy a fondo el mejor tratado de Teología que había en ese tiempo, y que después él explicará muy bien en la Universidad.

Sus hermanos al ver que por más que le ruegan y lo amenazan no logran quitarle la idea de seguir de religioso, le envían a una mujer de mala vida para que lo haga pecar. Tomás toma en sus manos un tizón encendido y se lanza contra la mala mujer, amenazándola con quemarle el rostro si se atreve a acercársele. Ella sale huyendo y así al vencer él las pasiones de la carne, logró la Iglesia Católica conseguir un gran santo. Si este joven no hubiera sabido vencer la tentación de la impureza, no tendríamos hoy a este gran Doctor de la Iglesia.

Esa noche contempló en sueños una visión Celestial que venía a felicitarlo y le traía una estola o banda blanca, en señal de la virtud, de la pureza que le concedía Nuestro Señor.

Liberado ya de la prisión lo enviaron a Colonia, Alemania, a estudiar con el más sabio Padre Dominico de ese tiempo: San Alberto Magno. Al principio los compañeros no imaginaban la inteligencia que tenía Tomás, y al verlo tan robusto y siempre tan silencioso en las discusiones le pusieron de apodo: "El buey mudo". Pero un día uno de sus compañeros leyó los apuntes de este joven estudiante y se los presentó al sabio profesor. San Alberto al leerlos les dijo a los demás estudiantes: "Ustedes lo llaman el buey mudo. Pero este buey llenará un día con sus mugidos el mundo entero". Y así sucedió en verdad después.

Sus compañeros de ese tiempo dejaron este comentario: "La ciencia de Tomás es muy grande, pero su piedad es más grande todavía. Pasa horas y horas rezando, y en la Misa, después de la elevación, parece que estuviera en el Paraíso. Y hasta se le llena el rostro de resplandores de vez en cuando mientras celebra la Eucaristía.

A los 27 años, en 1252, ya es profesor de la famosísima Universidad de París. Sus clases de teología y filosofía son las más concurridas de la Universidad. El rey San Luis lo estima tanto que lo consulta en todos los asuntos de importancia. Y en la Universidad es tan grande el prestigio que tiene y su ascendiente sobre los demás, que cuando se traba una enorme discusión acerca de la Eucaristía y no logran ponerse de acuerdo, al fin los bandos aceptan que sea Tomás de Aquino el que haga de árbitro y diga la última palabra, y lo que él dice es aceptado por todos sin excepción.

En 1259 el Sumo Pontífice lo llama a Italia y por siete años recorre el país predicando y enseñando, y es encargado de dirigir el colegio Pontificio de Roma para jóvenes que se preparan para puestos de importancia especial.

En 4 años escribe su obra más famosa: "La Suma Teológica", obra portentosa en 14 tomos, donde a base de Sagrada Escritura, de filosofía y teología y doctrina de los santos va explicando todas las enseñanzas católicas. Es lo más profundo que se haya escrito en la Iglesia Católica.

En Italia la gente se agolpaba para escucharle con gran respeto como a un enviado de Dios, y lloraban de emoción al oírle predicar acerca de la Pasión de Cristo, y se emocionaban de alegría cuando les hablaba de la Resurrección de Jesús y de la Vida Eterna que nos espera.

El Romano Pontífice le encargó que escribiera los himnos para la Fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo, y compuso entonces el Pangelingua y el Tantumergo y varios otros bellísimos cantos de la Eucaristía (dicen que el Santo Padre encargó a Santo Tomás y a San Buenaventura que cada uno escribiera unos himnos, pero que mientras oía leer los himnos tan bellos que había compuesto Santo Tomás, San Buenaventrua fue rompiendo los que él mismo había redactado, porque los otros le parecían más hermosos). Después de haber escrito tratados hermosísimos acerca de Jesús en la Eucaristía, sintió Tomás que Jesús le decía en una visión: "Tomás, has hablado bien de Mi. ¿Qué quieres a cambio?". Y el santo le respondió: "Señor: lo único que yo quiero es amarte, amarte mucho, y agradarte cada vez más".

De tal manera se concentraba en los temas que tenía que tratar, que un día estando almorzando con el rey, de pronto dio un puñetazo a la mesa y exclamó: "Ya encontré la respuesta para tal y tal pregunta". Después tuvo que presentar excusas al rey por estar pensando en otros temas distintos a los que estaban tratando los demás en la conversación.

Pocos meses antes de morir tuvo una visión acerca de lo sobrenatural y celestial, y desde entonces dejó de escribir. Preguntado por el Hermano Reginaldo acerca de la causa por la cual ya no escribía más, exclamó: "Es que, comparando con lo que vi en aquella visión, lo que he escrito es muy poca cosa".

Santo Tomás logró que la filosofía de Aristóteles llegara a ser parte de las enseñanzas de los católicos. Este santo ha sido el más famoso profesor de filosofía que ha tenido la Iglesia.

Tan importantes son sus escritos que en el Concilio de Trento (o sea la reunión de los obispos del mundo), los tres libros de consulta que había sobre la mesa principal eran: la Sagrada Biblia, los Decretos de los Papas, y la Suma Teológica de Santo Tomás.

Decía nuestro santo que él había aprendido más, arrodillándose delante del crucifijo, que en la lectura de los libros. Su secretario Reginaldo afirmaba que la admirable ciencia de Santo Tomás provenía más de sus oraciones que de su ingenio. Este hombre de Dios rezaba mucho y con gran fervor para que Dios le iluminara y le hiciera conocer las verdades que debía explicar al pueblo.

Su humildad: Cumplía exactamente aquel consejo de San Pablo: "Consideren superiores a los demás". Siempre consideraba que los otros eran mejores que él. Aun en las más acaloradas discusiones exponía sus ideas con total calma; jamás se dejó llevar por la cólera aunque los adversarios lo ofendieran fuertemente y nunca se le oyó decir alguna cosa que pudiera ofender a alguno. Su lema en el trato era aquel mandato de Jesús: "Tratad a los demás como deseáis que los demás os traten a vosotros".

Su devoción por la Virgen María era muy grande. En el margen de sus cuadernos escribía: "Dios te salve María". Y compuso un tratado acerca del Ave María.

SU MUERTE
El Sumo Pontífice lo envió al Concilio de Lyon, pero por el camino se sintió mal y fue recibido en el monasterio de los monjes cistercienses de Fosanova. Cuando le llevaron por última vez la Sagrada Comunión exclamó: "Ahora te recibo a Ti mi Jesús, que pagaste con tu sangre el precio de la redención de mi alma. Todas las enseñanzas que escribí manifiestan mi fe en Jesucristo y mi amor por la Santa Iglesia Católica, de quien me profeso hijo obediente".

Murió el 7 de marzo de 1274 a la edad de 49 años.

Fue declarado santo en 1323 apenas 50 años después de muerto. Y sus restos fueron llevados solemnemente a la Catedral de Tolouse un 28 de enero. Por eso se celebra en este día su fiesta.



ORACIÓN A SANTO TOMÁS DE AQUINO

Angélico doctor Santo Tomás, gloria inmortal de la religión, columna firmísima de la Iglesia, varón santísimo y sapientísimo, que por los admirables ejemplos de tu inocente vida fuiste elevado a la cumbre de una perfección consumada, y con tus prodigiosos escritos eres martillo de los herejes, luz de maestros y doctores, y milagro estupendo de sabiduría;
¡Oh! quien acertara, Santo mío, a ser en virtud y letras verdadero discípulo, aprendiendo en el libro de vuestras virtudes y en las obras que con tanto acierto escribiste la ciencia de los santos, que es la verdadera y única sabiduría. 
¡Quién supiera hermanar, como vos, la doctrina con la modestia, y la alta inteligencia con la profunda humildad! Alcanzadme del Señor esta gracia, junto con el inestimable don de la pureza y haced que, practicando tu doctrina y siguiendo tus ejemplos, consiga la eterna bienaventuranza. Amén.

SANTORAL DE HOY MARTES 28 DE ENERO DE 2020

Moisés Tovini, BeatoMoisés Tovini, Beato
Sacerdote, 28 de enero
Olympia (Olga) Bidá, BeataOlympia (Olga) Bidá, Beata
Religiosa y Mártir, 28 de enero
María Luisa Montesinos Orduña, BeataMaría Luisa Montesinos Orduña, Beata
Virgen y mártir, 28 de enero
Julián Maunoir, BeatoJulián Maunoir, Beato
Sacerdote Jesuita, 28 de enero
Bartolomé Aiutamicristo de Pisa, BeatoBartolomé Aiutamicristo de Pisa, Beato
Religioso Camaldulense, 28 de enero
José Freinademetz, SantoJosé Freinademetz, Santo
Presbítero Misionero, 28 de enero
Julián de Cuenca, SantoJulián de Cuenca, Santo
Obispo, 28 de enero
Tomás de Aquino, SantoTomás de Aquino, Santo
Memoria litúrgica, 28 de enero

ESTOS 5 SANTOS Y BEATOS VIVIERON EL TERROR DEL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE AUSCHWITZ


Estos 5 santos y beatos vivieron el terror del campo de concentración de Auschwitz
Redacción ACI Prensa




Este 27 de enero se conmemora los 75 años de la liberación del campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau (Polonia), donde más de un millón de personas fueron víctimas del genocidio dirigido por el régimen nazi.

Entre tantas personas que sufrieron persecución, podemos encontrar vidas ejemplares de católicos que decidieron entregar sus vidas para defender su fe y sus principios. Conoce la historia de cinco santos, beatos y mártires que nos enseñan cómo ser luz en medio de la oscuridad de la crueldad humana.

1. San Maximiliano Kolbe
Maximiliano Kolbe nació un 8 de enero de 1894 en la ciudad polaca de Zundska Wola, que en ese momento se encontraba ocupada por Rusia.

Estando como estudiante en Roma, funda la “Milicia de la Inmaculada” con la finalidad de promover el amor y el servicio a la Virgen María y la conversión de las almas a Cristo. De regreso a Polonia, publica la revista mensual “Caballero de la Inmaculada”.

En 1929 funda la "Ciudad de la Inmaculada" en el convento franciscano de Niepokalanów, a 40 kilómetros de Varsovia. Tiempo después se ofrece como voluntario para ir al Japón.

Regresa a Polonia en plena Segunda Guerra Mundial, es apresado, liberado y nuevamente apresado. Fue enviado al campo de concentración de Auschwitz. Cierto día se escapó un prisionero y los alemanes, para dar muestra de severidad, escogen a 10 prisioneros que son condenados a morir de hambre. El décimo número le tocó al sargento Franciszek Gajowniczek, polaco también, quien exclamó: “Dios mío, yo tengo esposa e hijos”.

Ante esto, el P. Maximiliano ofrece intercambiarse por el condenado. El sacerdote es llevado a un subterráneo, donde alienta constantemente a los demás presos a seguir unidos en la oración. Todos mueren y solo él queda vivo. Al final, le aplican una inyección letal que acaba con su vida el 14 de agosto de 1941.

2. Santa Edith Stein
Edith Stein, luego Sor Teresa Benedicta de la Cruz, nació en Breslau (1891), ciudad que perteneció a Alemania y que luego pasó a Polonia. En la adolescencia dejó la religión judía porque no encontraba en ella sentido a su vida.

Más adelante llegó a ser una brillante estudiante de fenomenología en la Universidad de Gottiengen y el filósofo Husserl la escogió antes que a Martín Heidegger (uno de los filósofos más importantes del siglo XX) como asistente de cátedra. Finalmente Edith recibió el título de Filosofía de la Universidad de Friburgo.

Entró en un estado de crisis profunda y a la vez de purificación hasta que meses después decide ser bautizada. Busca la ayuda de un sacerdote y recibe el sacramento en 1922. Poco a poco va brotando la inquietud vocacional en ella, mientras es acompañada por su director espiritual. El 15 de abril de 1934 toma el hábito carmelitano y cambia su nombre a Teresa Benedicta de la Cruz.

Las fuerzas nazis de ocupación declaran a todos los católicos-judíos como “apátridas”, un cuerpo militar nazi ingresa al convento carmelita y se lleva a Edith con Rosa, su hermana, al campo de concentración de Auschwitz, junto a unos mil judíos.

Inmediatamente los prisioneros son conducidos a la cámara de gas y Santa Edith parte a la Casa del Padre el 9 de agosto de 1942, ofreciendo su vida por la salvación de las almas, la liberación de su pueblo y la conversión de Alemania.

Santa Edith Stein fue canonizada por San Juan Pablo II en 1998, quien le dio el título de “mártir por amor” y en octubre de 1999 fue declarada co-patrona de Europa.

3. Beato P. José Kowalski
José Kowalski nació el 13 de marzo de 1911 en Siedliska (Polonia), un pequeño pueblo campesino. Perteneció a una familia profundamente católica, por lo cual fue bautizado el 19 de marzo, día en el que se celebra la fiesta de San José.

El beato se destacaba por su servicio, atención y trabajo arduo, así como por su disposición para apoyar a los jóvenes y en el servicio de confesiones. Su celo por acercar a más personas a Cristo llamó la atención del ejército nazi, que lo arrestó junto a otros once salesianos el 23 de mayo de 1941.

Sin embargo, a pesar de los riesgos el P. José realizó su pastoral en el campo de concentración de Auschwitz. De acuerdo con los testimonios, el beato organizaba la oración cotidiana en el campo.

El P. José Kowalski falleció la madrugada del 4 de julio de 1942, ahogado en la cloaca del campo, luego de haber sido torturado. Fue beatificado el 13 de junio de 1999.

“Con pleno conocimiento, con voluntad decidida y dispuesta a todas las consecuencias, abrazo la dulce cruz de la llamada de Cristo y quiero llevarla hasta el final, hasta la muerte”, dijo el beato, quien siguiendo el llamado de Dios se unió a la congregación salesiana en 1927.

4. Sierva de Dios Stanislawa Leszczynska
Stanislawa Leszczynska nació el 8 de mayo de 1896 en Polonia dentro de un matrimonio católico. En 1922, años en los que las mujeres solían dar a luz en sus casas, se recibió de matrona (partera) en la Universidad de Varsovia.

En 1916 se casó con Bronislaw Leszczynski, con quien tuvo dos hijos y una hija. Sin embargo, fue separada de los varones de su familia cuando Alemania invadió Polonia en 1939.

Tras ser capturada por los nazis, es enviada junto a su hija al campo de concentración de Auschwitz, donde como parte de las prácticas de los nazis, las mujeres que quedaban embarazadas eran asesinadas, pues consideraban que los bebés eran “inútiles” y retrasaban las labores de las madres en el campo de concentración.

Por ese motivo, “Mutti” (Madre) como apodaron a Stanislawa en el campo, tuvo que improvisar una “sala de maternidad” en las barracas que se encontraban junto a las calderas, que estaban infestadas de toda clase de insectos y humedad. Sin embargo, ese lugar se convirtió en la salvación de miles de madres y niños por nacer. La profunda fe católica de la matrona la llevó a bautizar a cada recién nacido con la señal de la cruz en la frente.

“Mutti” estuvo en Auschwitz hasta su liberación por las tropas soviéticas el 26 de enero de 1945, falleció en 1974 y su causa de canonización se ha introducido en la Diócesis de Lodz.

5. Sierva de Dios María Cecilia Autsch
María Cecilia Autsch, bautizada bajo el nombre de Ángela del Sagrado Corazón, nació en Röllecken (Alemania) en 1900.

El 26 de octubre de 1933, el mismo año en que Adolfo Hitler subió al poder, María comenzó el postulantado en el convento de las trinitarias de Mötz (Austria), pequeña población del Tirol austriaco.

Fue detenida por la Gestapo por “un comentario que hizo mientras hacía la compra para su convento en el que manifestó que 'Hitler es un azote para Europa’”, según se revela en la documentación incorporada a su causa.

Fue llevada al campo de concentración de Ravensbrück (Alemania) y después al de Auschwitz (Polonia), donde por ser alemana y enfermera fue destinada al dispensario médico, donde se las ingenió para dar a escondidas más raciones de comida o jabón a las mujeres enfermas.

En 1944, la religiosa murió tras ser alcanzada por un proyectil durante un bombardeo en el campo de concentración, mientras ayudaba a los enfermos a refugiarse.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 28 DE ENERO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 3ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, martes, 28 de enero de 2020


Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (6,12b-15.17-19):

En aquellos días, fue David y llevó el arca de Dios desde la casa de Obededom a la Ciudad de David, haciendo fiesta. Cuando los portadores del arca del Señor avanzaron seis pasos, sacrificó un toro y un ternero cebado. E iba danzando ante el Señor con todo entusiasmo, vestido sólo con un roquete de lino. Así iban llevando David y los israelitas el arca del Señor entre vítores y al sonido de las trompetas. Metieron el arca del Señor y la instalaron en su sitio, en el centro de la tienda que David le había preparado. David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión al Señor y, cuando terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los ejércitos; luego repartió a todos, hombres y mujeres de la multitud israelita, un bollo de pan, una tajada de carne y un pastel de uvas pasas a cada uno. Después se marcharon todos, cada cual a su casa.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 23,7.8.9.10

R/. ¿Quién es ese Rey de la gloria?
Es el Señor en persona

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra. R/.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,31-35):

En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dijo: «Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.»
Les contestó: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?»
Y, paseando la mirada por el corro, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy martes, 28 de enero de 2020
Severiano Blanco, cmf


Queridos hermanos:

“Vosotros sois santuario de Dios, y el espíritu de Dios habita en vosotros”, decía Pablo a los corintios (1Co 3,16). Y la primera carta de Pedro llama a los cristianos “piedras vivas”, con las que ese templo se construye (1Pe 2,5). Pero se tardó mucho en llegar a esa identificación del templo con la comunidad creyente; antes se tratabas de un edificio, especialmente el templo de Jerusalén, lugar de encuentro con Dios para el judío piadoso: “Qué alegría… vamos a la casa del Señor” (Sal 121,1), o “una cosa pido al señor, habitar en su templo” (Sal 27,4).

El precedente del templo fue el arca de la alianza. Ante ella David danzaba de gozo y ofrecía sacrificios, porque la veía como el lugar privilegiado de la presencia de Yahvé en medio de su pueblo. Pero ya los profetas zaherían a los que cifraban su religiosidad en decir “templo de Yahvé, templo de Yahvé” (Jr 7,4), y Dios mismo preguntaba: “¿qué templo podréis construirme o qué lugar para mi descanso?” (Is 66,1). Jesús no fue especialmente devoto del templo; y el IV evangelista considera que el templo definitivo es Jesús mismo (Jn 2,21), nuestro lugar de encuentro con la divinidad. En adelante, “los verdaderos adoradores de Dios lo harían en espíritu y en verdad” (Jn 4,23), prescindiendo de Jerusalén y del Garizín. El Dios inabarcable se hace inmediatamente accesible en el hombre. No es extraño que a un miembro preeminente de la Iglesia, a María, se la invoque como “arca de la alianza”. David, venerando aquel templo rudimentario, nos enseña a buscar a Dios, a festejarlo; pero el NT puntualiza que el templo más auténtico de Dios son los hermanos. Nuestros templos de piedra poseen una gran dignidad justamente por ser el lugar de encuentro de la comunidad creyente.

El pasaje evangélico de hoy nos es bien conocido. La adhesión a Jesús establece entre él y nosotros el parentesco más noble: el de la fe. Él tenía motivo muy especial para esa opción, pues, según Mc 3,21, “los suyos habían ido a llevárselo porque le consideraban trastornado”, y Jn 7,5 se afirma que “sus hermanos no creían en él”.

Sabemos poco de la familia de Jesús; y nuestras lucubraciones sobre ella han estado envueltas en polémicas doctrinales, v. gr. cómo compatibilizar a los “hermanos de Jesús” con la comúnmente admitida virginidad perpetua de María. El asunto no ocupó el interés de los evangelistas; no se esmeraron en aclarárnoslo. Lo que ellos subrayan es que quien opta por una vida profética, totalmente consagrada a la causa de Dios, suele chocar con incomprensiones, incluso entre los más allegados.

Jesús lo dijo en términos radicales: “Quien no pospone (“odia”) a su padre, a su madre, esposa, hijos, hermanos… no puede ser discípulo mío” (Lc 14,26). Son textos que tienen mucho de autobiográficos, y Jesús desearía que se convirtiesen en biografía de sus adeptos. A nosotros nos obligan a preguntarnos por nuestro grado de adhesión a Él. ¿Es Él el primero en todo, o ponemos otras cosas, proyectos… por delante del suyo?

Vuestro hermano

Severiano Blanco cmf

BUENOS DÍAS




lunes, 27 de enero de 2020

LA FE CATÓLICA DE KOBE BRYANT, DESCANSA EN PAZ!!


La fe católica de Kobe Bryant
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Keith Allison (CC BY-SA 2.0).




La superestrella de básquet Kobe Bryant falleció este domingo 26 de enero en un accidente de helicóptero al sur de California (Estados Unidos). Con 41 años, era el padre de cuatro hijas.

La hija de Kobe, Gianna Bryant, de 13 años, también habría muerto en el accidente de helicóptero, junto con otra adolescente, su padre y el piloto del vehículo. Habrían estado viajando a un juego de básquet.

Bryant es considerado uno de los más grandes jugadores de básquet de todos los tiempos. Se retiró en 2016 tras una carrera de 20 años con Los Angeles Lakers, donde ganó cinco campeonatos de la National Basketball Association (NBA), un premio del Jugador Más Valioso (MVP, por sus siglas en inglés), dos campeonatos de puntuación y muchos otros reconocimientos.

Más allá del básquet, Bryant era esposo y padre que en 2015 dijo que su fe católica lo ayudó a superar un periodo difícil en su vida y la de su familia.

Bryant fue criado en una familia católica, y pasó mucho tiempo de su niñez viviendo en Italia. Se casó en 2001 en una parroquia del sur de California.

En 2003, Bryant fue arrestado tras ser acusado de violar a una mujer en una habitación de hotel, en el estado de Colorado.

Bryant admitió que tuvo un encuentro sexual con la mujer, pero negó que la haya violado. Cuando la denuncia se hizo pública, Bryant perdió patrocinadores y enfrentó acusaciones criminales, que finalmente fueron retirados.

Bryant publicó una disculpa a su acusadora, con quien también llegó a un acuerdo en una denuncia civil.

“Aunque verdaderamente creo que este encuentro entre nosotros fue consensual, reconozco que ella no vio y no ve este incidente de la misma forma en la que yo lo vi. Después de meses de revisar los hallazgos, escuchar a su abogado, e incluso su testimonio en persona, ahora entiendo cómo se siente y que ella no consintió con este encuentro”, dijo el basquetbolista en su disculpa del 2004.

En 2015, el jugador de básquet dijo a la revista GQ que luego de que el tema se resolvió, decidió dejar atrás algo de la superficialidad que él sentía que había construido en su persona pública.

“Lo que llegué a entender, saliendo de Colorado, es que yo tenía que ser yo, en lugar de dónde estaba en ese momento”.

Bryant dijo que fue un sacerdote quien lo ayudó a hacer algunos importantes descubrimientos personales durante la dura prueba.

Describiendo su temor de ser enviado a prisión por un crimen que él creía que no había cometido, Bryant dijo a GQ que “lo único que realmente me ayudó durante ese proceso –soy católico, fui criado católico, mis hijas son católicas– fue hablar con un sacerdote”.

“De hecho fue algo gracioso: él me mira y dice ‘¿lo hiciste?’. Y yo digo ‘por supuesto que no’. Entonces me pregunta ‘¿tienes un buen abogado?’. Y yo estoy como que ‘uh, sí, él es fenomenal’. Así que entonces él dijo ‘déjalo ir. Sigue adelante. Dios no te va a dar nada que no puedas manejar, y está en sus manos ahora. Esto es algo que no puedes controlar. Así que déjalo ir’. Y ese fue un punto de inflexión”, dijo Bryant.

Una decisión de 2004 de depositar una confianza más profunda en Dios no significó que la vida de la estrella de básquet estuviera después libre de dificultades, o definida por la virtud.

En 2011, Vanessa Bryant pidió el divorcio a Kobe, alegando diferencias irreconciliables. Pero Bryant dijo que decidió no rendirse en su matrimonio, y dos años después su esposa retiró su solicitud de divorcio.

“No voy a decir que nuestro matrimonio es perfecto”, dijo Bryant a GQ en 2015.

“Aún peleamos, como toda pareja casada. Pero sabes, mi reputación como atleta es que soy extremadamente decidido, y que trabajaré duro. ¿Cómo podría hacer eso en mi vida profesional si no era así en mi vida personal, cuando eso afecta a mis hijas? No tendría ningún sentido”, añadió.

Bryant y su esposa habrían asistido regularmente a una parroquia de Orange County, California.

Además, el basquetbolista había conectado su fe católica con un compromiso familiar de ayudar a los pobres, a través de la Fundación Familiar Kobe & Vanessa Bryant. La fundación ayudó a financiar refugios para jóvenes sin techo, así como otros proyectos dirigidos a servir a los más pobres.

“Tienes que hacer algo que tenga un poco más de peso, un poco más de significado, un poco más de propósito”, dijo en 2012, de acuerdo a Los Angeles Times.

La falta de hogar, dijo, “es algo que se deja de lado porque es fácil culpar a quienes no tienen hogar y decir ‘bien, tú tomaste esa mala decisión. Esto es donde estás. Es tu culpa’”.

“En la vida todos cometemos errores y dar un paso atrás y permitir que alguien viva de esa forma y de alguna manera lavarte las manos… eso no es correcto”, señaló.

Los arreglos para el funeral de Bryant aún no han sido anunciados.

Traducido y adaptado por David Ramos. Publicado originalmente en CNA.

HOY SE CELEBRA A SANTA ÁNGELA DE MERICI, FUNDADORA DE LAS URSULINAS, 27 DE ENERO


Hoy se celebra a Santa Ángela de Merici, fundadora de las Ursulinas
Redacción ACI Prensa





"Si alguna persona, por su estado de vida, no puede vivir sin riquezas y posición, que al menos mantenga su corazón vacío del amor a estas", solía decir Santa Ángela de Merici, fundadora de la primera orden de mujeres dedicada a la enseñanza y llamada las Ursulinas. Su fiesta se celebra cada 27 de enero.

Santa Ángela, nació en Desenzano, cerca de Brescia al norte de Italia, por el 1470 o el 1474. A los 10 años quedó huérfana, entonces ella, su hermana y hermano fueron criados por un tío con mucho dinero.

Su hermana mayor falleció de repente y se quedó muy preocupada porque había muerto sin los sacramentos. Es así que cierto día tuvo su primera experiencia de éxtasis en la que se le apareció la Virgen María.

A los 13 años se hace terciaria franciscana y vivió con mucha austeridad, en ocasiones alimentándose sólo de pan y vegetales. No quería tener bienes, ni siquiera una cama, así como Jesús, que no tenía dónde recostar su cabeza.

Cuando tenía 20 años, muere su tío y Santa Ángela vuelve a su tierra natal, donde da catecismo a los pobres. Su baja estatura no le impidió servir a Dios con gran amor. En una ocasión viajó a Tierra Santa y perdió la vista en Creta, pero mantuvo su devoción en el viaje, y la recuperó en el mismo lugar que la perdió.

En 1525 fue a Roma y se encontró con el Papa Clemente VII. El Pontífice le pidió que se encargara de un grupo de enfermeras en Roma, pero la santa le reveló que había tenido una visión donde doncellas ascendían al cielo en una escalera de luz. Esto la inspiró a formar un noviciado informal.

En la visión, las santas vírgenes estaban acompañadas por ángeles que tocaban dulces melodías con arpas doradas. Todas portaban coronas con piedras preciosas. Pero de pronto, la música cesó y Jesús en persona la llamó por su nombre y le dijo que creara una sociedad de mujeres.

De esta manera el Santo Padre le otorgó el permiso para formar la comunidad. Santa Úrsula se le aparece y Santa Ángela la nombra patrona de la comunidad.

Un 25 de noviembre de 1535, en la Iglesia de San Afra en Brescia, Ángela y 28 compañeras más jóvenes se unieron ante Dios para entregar sus vidas al servicio de la educación de las niñas. Es así que surge la Compañía de las Ursulinas.

Las de la orden no usaban hábito, salvo un sencillo vestido negro, no hacían votos, ni vida de clausura, ni vida comunitaria. Se dedicaban a la educación religiosa de niñas, especialmente de las pobres, y al cuidado de los enfermos. Las ursulinas fueron reconocidas por el Papa Pablo III en 1544 y se organizaron como Congregación en 1565.


Santa Ángela partió a la Casa del Padre en 1540, cuatro años después de la fundación y no lograría ver mucho de la expansión, pero su ejemplo de paciencia y amabilidad con los pobres, enfermos y los de poca o casi nula instrucción quedaría para siempre en la historia.

Al morir, sus últimas palabras fueron el nombre de “Jesús” y un rayo de luz brilló sobre la santa. En 1568, San Carlos Borromeo llamó a las Ursulinas a Milán y las persuadió de ingresar a la vida de clausura.

San Borromeo, en un sínodo provincial, dijo a sus Obispos vecinos que no conocía una mejor forma de reformar una diócesis que introducir a las Ursulinas en las comunidades pobladas.


Biografía de Santa Ángela de Merici



El nombre de Santa Ángela de Merici es de los que mayor celebridad ha alcanzado en la historia de la Iglesia. En pleno Renacimiento, cuando se está elaborando un mundo nuevo, en el momento en que la herejía de Lutero empieza sus estragos, esta humilde creyente sin letras comprende que la ignorancia es la gran plaga de la Iglesia, y organiza para la educación de las niñas lo que San Ignacio de Loyola en favor de los jóvenes. Por donde se ve cómo Dios sabe escoger a su debido tiempo instrumentos dóciles para realizar sus designios providenciales.

Funda la Compañía de Santa Úrsula, primera Congregación de mujeres dedicadas a la enseñanza. Para cumplir su misión, las primeras Ursulinas vivirán en medio del mundo; transformarán el ideal de la vida religiosa, que para las mujeres no pasaba del claustro y del hábito monacal.

Por otra parte, la fundadora determina que, dócil a la autoridad eclesiástica, el Instituto se adapte a los tiempos y lugares. «A estas dos Compañías de Ursulinas y Jesuitas, deben principalmente muchas naciones de Europa haber conservado la verdadera doctrina católica»

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