domingo, 15 de julio de 2018

IMÁGENES Y GIFS DE LA VIRGEN DEL CARMEN
















EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 15 JULIO 2018


Lecturas de hoy Domingo 15º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
Hoy, domingo, 15 de julio de 2018



Primera lectura
Lectura de la profecía de Amós (7,12-15):

En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós: «Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país.» 
Respondió Amós: «No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel."»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 84

R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.

El Señor nos dará lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,3-14):

Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13):

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. 
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.» 
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Palabra del Señor


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Comentario al Evangelio de hoy domingo, 15 de julio de 2018
 Fernando Torres cmf


Una Iglesia en misión

      El Evangelio de hoy nos cuenta cómo Jesús envió a los discípulos de dos en dos a predicar la conversión y le dio autoridad sobre los espíritus que esclavizaban y oprimían a los hombres y mujeres de aquel tiempo. Les pidió que fueran con lo justo para el camino. Apenas un bastón y nada más. Lo más importante era el mensaje que llevarían.

      Esa misión, que comenzó en tiempos de Jesús, sigue hoy en marcha. En estos veinte siglos en la Iglesia siempre ha habido hombres y mujeres dispuestos a salir de su tierra, llevando apenas un bastón, dejando atrás seguridad y comodidades, para ir a anunciar el Evangelio. Estos misioneros no siempre han sido bien recibidos. Algunos han muerto de forma violenta. Pero otros muchos fueron acogidos con el corazón abierto y en los países que les recibieron desgastaron su vida al servicio de sus habitantes, educaron a sus hijos, cuidaron a sus enfermos, liberaron a los oprimidos y dieron alegría a los tristes. 

      Así los misioneros y misioneras han hecho y hacen presente en muchos lugares el Reino de Dios. Hacen muchas cosas y muy diferentes, pero en todo lo que hacen llevan siempre un mensaje único: que Dios nos ha bendecido en Cristo con toda clase de gracias, que en él nos ha elegido para que seamos santos en el amor, que nos ha destinado a que seamos sus hijos, que en él nos ha perdonado todos nuestros pecados. La voluntad de Dios consiste en reunir a todos en Cristo, en hacer de todos nosotros una sola familia. Ése es el mensaje que los misioneros y misioneras llevan no sólo a los lugares lejanos sino también a los más cercanos. Porque aquí, cerca de nosotros, a veces en nuestras mismas familias o casas, hay personas que desconocen ese mensaje de salvación, que se dejan llevar por la tristeza y la falta de esperanza.

      Las lecturas de este domingo nos enseñan que la misión de la Iglesia no afecta sólo a los misioneros y misioneras que dejan su país de origen y se van a países lejanos. Toda la comunidad cristiana, cada uno de los que la forman, debe ser misionera. Todos somos responsables de llevar el anuncio del amor de Dios, del perdón de los pecados, del Reino de salvación a los que no lo conocen, a los que viven sin esperanza. No hace falta saber idiomas ni hacer largos estudios. Basta con vivir siendo testigos del amor de Dios, del amor con que Dios nos ama y regalar ese amor a los que viven con nosotros. Si así vivimos, descubriremos con sorpresa como echaremos a muchos “demonios” que oprimen la vida de las personas que nos rodean.



Para la reflexión

      ¿Crees que hay personas cerca de ti que desconocen el mensaje de la salvación que Jesús nos ofrece? ¿Qué significa en concreto ser testigos del amor de Dios para esas personas? ¿Que actitudes deberíamos tener y que acciones deberíamos realizar para ser testigos de ese amor ante ellos?

SANTORAL DE HOY DOMINGO 15 JULIO 2018

Bernardo de Baden, BeatoBernardo de Baden, Beato
Laico, 15 de julio
Antonio Beszta-Borowski, BeatoAntonio Beszta-Borowski, Beato
Sacerdote y Mártir, 15 de julio
Ceslao de Cracovia, BeatoCeslao de Cracovia, Beato
Presbítero Dominico, 15 de julio
Pompilio María Pirrotti, SantoPompilio María Pirrotti, Santo
Sacerdote Escolapio, 15 de julio
Vladimir I de Kiev, SantoVladimir I de Kiev, Santo
Principe, 15 de julio
Ana María Javouhey, BeataAna María Javouhey, Beata
Fundadora, 15 de julio
Juan de Mayorga, BeatoJuan de Mayorga, Beato
Mártir, 15 de julio
Buenaventura, SantoBuenaventura, Santo
Memoria Litúrgica, 15 de julio

FELIZ DOMINGO




sábado, 14 de julio de 2018

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 14 JULIO 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 14ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 14 de julio de 2018


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (6,1-8):

El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. Y vi serafines en pie junto a él, cada uno con seis alas: con dos alas se cubrían el rostro, con dos alas se cubrían el cuerpo, con dos alas se cernían. Y se gritaban uno a otro, diciendo: «¡Santo, santo, santo, el Señor de los ejércitos, la tierra está llena de su gloria!» Y temblaban los umbrales de las puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo. Yo dije: «¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos.» Y voló hacia mí uno de los serafines, con un ascua en la mano, que había cogido del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo: «Mira: esto ha tocado tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado.» Entonces escuché la voz del Señor, que decía: «¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?» Contesté: «Aquí estoy, mándame.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 92

R/. El Señor reina, vestido de majestad

El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.

Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/.

Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,24-33):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados! No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.» 

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 14 de julio de 2018
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Queridos amigos:

“No tengáis miedo”. Hasta tres veces se repite en un pasaje tan corto. Jesús afirma que nadie nos podrá hacer suficiente daño desde fuera como para perder la calma, como para vencer la protección,  la Providencia de Dios. Y lo está diciendo a quienes van a pasar malos momentos…

No es previsible que a nosotros nos persigan por ser cristianos, luego no deberíamos tener motivos para temer. Pero el “miedo” puede ser “defensivo” (algo me amenaza) o “conservador” (miedo al cambio). Y este es el más extendido hoy día.

No se puede ser cristiano de verdad si no hay una continua tensión de cambio, de mejora, de transformación del mundo. A los apóstoles no los amenazaban por permanecer en casa, sino por predicar el Reino, por hablar del Maestro, por tratar de llevar  la Salvación a los demás. Y, en eso, nuestra situación no es tan distinta. No podemos permanecer de brazos cruzados, el miedo no debe agarrotarnos.

Desterremos, pues, el miedo a complicarnos la vida tratando de ayudar a otros; el miedo a exponernos a los comentarios de los demás por nuestras opiniones coherentes con el Evangelio; el miedo a tener que revisar cada día nuestras actitudes para ver si corresponden a lo que pretendemos vivir; el miedo a leer nuestra vida, nuestros criterios, a la luz de la Palabra; el miedo a sentirnos “bichos raros” en medio de una sociedad que en su mayoría ignora a Dios; el miedo, en definitiva, a ser cristianos “en activo”.

Dios cuida de nosotros.

SANTORAL DE HOY SÁBADO 14 JULIO 2018

Vicente Madelgario, SantoVicente Madelgario, Santo
Monje, 14 de julio
Tuscana, SantaTuscana, Santa
Viuda, 14 de julio
Juan Wang Guixin, SantoJuan Wang Guixin, Santo
Mártir, 14 de julio
Hroznata, BeatoHroznata, Beato
Monje y Mártir, 14 de julio
Ricardo Langhorne, BeatoRicardo Langhorne, Beato
Mártir Laico, 14 de julio
Ghebre Miguel, BeatoGhebre Miguel, Beato
Presbítero y Mártir, 14 de julio
Gaspar de Bono, BeatoGaspar de Bono, Beato
Sacerdote, 14 de julio
Angelina de Marsciano, BeataAngelina de Marsciano, Beata
Fundadora, 14 de julio
Francisco Solano, SantoFrancisco Solano, Santo
Presbítero Franciscano, 14 de julio
Camilo de Lelis, SantoCamilo de Lelis, Santo
Memoria Litúrgica, 14 de julio

FELIZ FIN DE SEMANA




viernes, 13 de julio de 2018

LOS 7 DOLORES QUE MARCARON LA FAMILIA DE SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS


No hay hogar sin cruz: 7 dolores que marcaron la familia de Santa Teresita del Niño Jesús
Redacción ACI Prensa






“En las familias siempre, siempre hay cruz, siempre. Porque el amor de Dios, el Hijo de Dios, nos abrió también ese camino. Pero en las familias también después de la Cruz hay Resurrección”, señaló el Papa Francisco durante el Encuentro Mundial de las Familias - Filadelfia 2015.

Una familia cuya vida fue profundamente marcada por la Cruz fue la de Santa Teresita del Niño Jesús y sus padres, Santos Celia y Luis Martin.

Ellos hicieron de los dolores y las tribulaciones un camino de santidad.

Aquí presentamos siete dolores que marcaron a la familia de Santa Teresita del Niño Jesús, los cuales pueden ayudar y dar esperanza a quienes atraviesan situaciones similares:

1. Extrema exigencia

Luis y Celia fueron hijos de padres militares, cristianos de fe viva.

Sin embargo, Celia fue criada con extrema rudeza, autoritarismo y exigencia. Se sabe que su madre fue una mujer de muy mal carácter.

Por ello, en una de sus cartas la santa afirmó que su infancia y juventud fueron tristes “como un sudario” y que su madre “era demasiado severa; era muy buena pero no sabía darme cariño, así que sufrí mucho”.


2. Rechazados para la vida religiosa

Celia estudió en el internado de las religiosas de la Adoración perpetua y Luis con los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle). Durante su juventud, ella pidió formar parte de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul y él quiso ingresar al Monasterio del Gran San Bernardo. Sin embargo, ambos fueron rechazados.

Luis se dedicó al oficio de relojería y Celia se convirtió en una famosa empresaria con el “punto de Alençon”, un famoso encaje de la época.

En una ocasión, ambos se cruzaron por la calle y Celia quedó impresionada al ver a un joven de noble fisonomía, semblante reservado y dignos modales. Ella sintió una voz que le decía: “Éste es el hombre predestinado para ti”. Se conocieron, se enamoraron y tres meses después de su primer encuentro se casaron.

3. La pérdida de los hijos

Luis y Celia tuvieron nueve hijos, pero sufrieron la muerte prematura de cuatro de ellos.

Entre las cinco hijas que sobrevivieron se encontraban Santa Teresita del Niño Jesús y Leonia, cuya causa de beatificación fue abierta en el 2015.

4. El cáncer

A los 45 años, Celia se enteró de que tenía un tumor en el pecho y vivió su enfermedad con mucha esperanza cristiana hasta su muerte en 1877.

Tras la muerte de su esposa, Luis tuvo que sacar adelante a su familia. Se trasladó a Lisieux, donde residía el hermano de Celia, y la tía Celina lo ayudó a cuidar de las hijas. Años más tarde, las cinco se hicieron religiosas, cuatro en el Carmelo y una en la Visitación.

5. Holocausto para Dios

Luis tenía una enfermedad que lo fue invalidando hasta el punto de perder sus facultades mentales. Fue internado en el sanatorio del Buen Salvador en Caen.

En ocasiones tenía periodos de alivio y tuvo la plena facultad de ofrecerse como víctima de holocausto a Dios. Partió a la Casa del Padre en julio de 1894.

6. Camino de soledad

Santa Teresita sufrió mucho con la muerte de su mamá y escogió a su hermana Paulina como su segunda madre. Tiempo después, Paulina ingresó al Carmelo y la pequeña Teresa cayó gravemente enferma con síntomas alarmantes de regresión infantil, alucinaciones y hasta anorexia.

El 13 de mayo de 1883, después de varios novenarios de Misas y oración, una imagen de la Virgen María sonrió a Teresa y ella quedó curada súbitamente.

La santa también sufrió por la enfermedad de su amado padre, quien la llamaba “su reinecita”.

7. Firmes ante las adversidades

En su libro “Historia de un Alma”, Santa Teresita escribió lo siguiente sobre sus progenitores: “Tuve la dicha de pertenecer a unos padres incomparables, que nos rodearon de los mismos cuidados y cariños… Quería Jesús sin duda, en su amor, hacerme conocer a la madre incomparable que me había dado, y a la que su divina mano quería a toda prisa coronar en el cielo… Mis primeros recuerdos guardan la huella de las más tiernas sonrisas y caricias… Amaba yo mucho a papá y a mamá, y les demostraba de mil maneras mi ternura”.

“Nuestro padre querido bebería la más amarga, la más humillante de todas las copas… El 29 de julio del año pasado, Dios rompió las ataduras mortales de su incomparable servidor, llamándole a la recompensa eterna” (Tomado de “Historia de un alma”).

BEATO MARIANO DE JESUS EUSSE, PRIMER BEATO DE COLOMBIA, 13 JULIO


Hoy es la fiesta del Padre Marianito, primer beato de Colombia
Redacción ACI Prensa






 Hoy es la fiesta del Padre Marianito, primer beato de Colombia
El Beato Jesús Euse Hoyos, más conocido como el “Padre Marianito”, fue un sacerdote diocesano y párroco en Colombia a quien el Papa San Juan Pablo II llamó “don de paz” para su país”.

Aunque la primera persona canonizada de Colombia es Santa Laura Montoya, el Padre Marianito es considerado como el "primer santo totalmente colombiano" por haber sido el primero en ser elevado a los altares.

En la homilía de la Misa de beatificación en el año 2000, San Juan Pablo II dijo que “el ‘Padre Marianito’, como es conocido familiarmente en su patria, se comprometió incansablemente en la evangelización de niños y adultos, especialmente de los campesinos”.


Aseguró que el párroco “no ahorró sacrificios ni penalidades, entregándose durante casi cincuenta años en una modesta parroquia de Angostura, en Antioquia, a la gloria de Dios y al bien de las almas que le fueron encomendadas”.

Mariano de Jesús Euse Hoyos nació en 1845 en Yarumal, un municipio ubicado en el departamento colombiano de Antioquia cuya capital es Medellín.

Se caracterizó por ser un sacerdote rural y humilde, cuya fama de santidad se difundió en toda la región.

Tan grande fue su pobreza que cuando cayó enfermo en su vejez y fueron a cambiarle la ropa, se descubrió que no tenía más prendas.


Nunca tuvo ningún reparo en emplear sus propios bienes para aliviar las penurias y la indigencia de los más pobres. Visitaba con frecuencia a los enfermos a cualquier hora del día o de la noche. También se ocupó de los niños y de los jóvenes para guiarlos por el camino de las buenas costumbres y de la prudencia.

Falleció el 13 de julio de 1926 a los 81 años luego de un ataque de enteritis, una inflamación aguda del intestino.

El milagro que lo llevó a los altares se produjo en 1982, cuando el sacerdote colombiano Rafael Vélez Saldarriaga fue curado de manera inexplicable de un tumor linfático y de la metástasis formada en la columna vertebral y huesos.
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