sábado, 7 de abril de 2018

IMÁGENES DE LA DIVINA MISERICORDIA
















EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 7 ABRIL 2018


Lecturas de hoy Sábado de la Octava de Pascua
Hoy, sábado, 7 de abril de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (4,13-21):

EN aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, estaban sorprendidos. Reconocían que habían sido compañeros de Jesús, pero, viendo de pie junto a ellos al hombre que había sido curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín y se pusieron a deliberar entre ellos, diciendo:
«¿Qué haremos con estos hombres? Es evidente que todo Jerusalén conoce el milagro realizado por ellos, no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos con amenazas que vuelvan a hablar a nadie de ese nombre».
Y habiéndolos llamado, les prohibieron severamente predicar y enseñar en el nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan les replicaron diciendo:
«¿Es justo ante Dios que os obedezcamos a vosotros más que a él? Juzgadlo vosotros. Por nuestra parte no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído».
Pero ellos, repitiendo la prohibición, los soltaron, sin encontrar la manera de castigarlos a causa del pueblo, porque todos daban gloria a Dios por lo sucedido.

Palabra de Dios

**************
Salmo
Salmo responsorial Sal 117,1.14-15.16-18.19-21

R/. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
El Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos R/.

«La diestra del Señor es poderosa.
La diestra del Señor es excelsa».
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte. R/.

Abridme las puertas de la salvación,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación. R/.

Secuencia
(Opcional)

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia 
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.

**********
Lectura del santo evangelio según san Marcos (16,9-15):

JESÚS, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando.
Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.
Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando al campo.
También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado.
Y les dijo:
«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación».

Palabra del Señor

********

Comentario al Evangelio de hoy sábado, 7 de abril de 2018
 José Luis Latorre, misionero claretiano


Queridos amigos. ¡ALELUYA. CRISTO HA RESUCITADO. ALELUYA!

Nos cuenta el libro de los Hechos que las jerarquías del pueblo judío (jefes, ancianos y escribas) les prohibieron severamente a Pedro y Juan predicar y enseñar en nombre de Jesús, y éstos les respondieron: “¿Es justo ante Dios que os obedezcamos a vosotros más que a él? Este es el criterio fundamental a la hora de estar y actuar en el mundo, que por todos los medios intenta minar los fundamentos de la fe cristiana y hacernos creer que todo da igual, todo es bueno, todo es normal…

Con cuanta frecuencia obedecemos en realidad más a los hombres que a Dios, cuán contaminados estamos por la mentalidad de este mundo, qué fácilmente nos dejamos seducir y cómo las sirenas de este mundo nos fascinan. A veces nos ocurre que sin darnos cuenta, de hecho, estamos pensando y juzgando según los criterios del mundo, y no según los de Dios. Descubrimos que nos inclinamos a los ídolos fáciles, ligeros, envolventes y omnipresentes del mundo: poder, tener, placer. Insensiblemente nos vamos acomodando a lo que el mundo nos ofrece y dice, y nos resulta difícil saber dónde está la verdad y el bien, y desenmascarar la falsedad de lo que todo el mundo piensa y hace. No es fácil vivir aquello de que el cristiano está en el mundo pero no es del mundo.

Podemos preguntarnos: ¿pensamos y actuamos en conciencia como cristianos? ¿Nuestro ánimo se inspira en la verdad de Cristo? ¿No estamos más bien inclinados a tomar como guía de nuestros juicios, de nuestras acciones nuestro estado de ánimo personal con una autonomía que muchas veces no admite consejos ni comparaciones? ¿Podemos afirmar que somos verdaderamente libres a la hora de pensar y actuar? ¿No es cierto que hay muchas cosas que se sobreponen a nuestro juicio consciente para forjar nuestros criterios? Nos tendremos que preguntar muchas veces: ¿es cristiano mi forma de pensar y proceder? El cristiano es una persona nueva, original, libre y feliz

Como dice el Beato Pablo VI: “Nosotros hombres de hoy, aunque nos consideremos en comunión con la religión cristiana –una comunión que muy a menudo se calla, se minimiza o se seculariza- poseemos rara vez o de forma incompleta el sentido de la novedad de nuestro estilo de vida. A menudo nos mostramos conformistas. El miedo al “qué dirán” nos impide presentarnos por lo que somos, esto es, como cristianos, como personas que libremente han optado por un estilo de vida…Cristiano, sé consciente, coherente, fiel y fuerte”.

SANTORAL DE HOY SÁBADO 7 ABRIL 2018

Juan Bautista de la Salle, Santo
Memoria Litúrgica, 7 de abril...

BUENOS DÍAS




viernes, 6 de abril de 2018

SANTORAL DE HOY VIERNES 6 ABRIL 2018

Pedro de Verona, Santo
Sacerdote y Mártir, 6 de abril...

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 6 ABRIL 2018


Lecturas de hoy Viernes de la Octava de Pascua
Hoy, viernes, 6 de abril de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (4,1-12):

EN aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, después de que el paralítico fuese sanado, se les presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran en Jesús la resurrección de los muertos. Los apresaron y los metieron en la cárcel hasta el día siguiente, pues ya era tarde. Muchos de los que habían oído el discurso creyeron; eran unos cinco mil hombres.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, junto con el sumo sacerdote Más, y con Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes, Hicieron comparecer en medio de ellos a Pedro y a Juan y se pusieron a interrogarlos:
«¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso vosotros?».
Entonces Pedro, lleno de Espíritu Santo, les dijo:
«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el Nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por este Nombre, se presenta este sano ante vosotros. Él es “la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular”; no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos».

Palabra de Dios

*********
Salmo
Sal 117,1-2.4.22-24.25-27a

R/. La piedra que desecharon los arquitectos 
es ahora la piedra angular

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia. R/.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día que hizo el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.

Secuencia
(Opcional)

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia 
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.

¨************
Lectura del santo evangelio según san Juan (21,1-14):

EN aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
«Me voy a pescar».
Ellos contestan:
«Vamos también nosotros contigo».
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice:
«Muchachos, ¿tenéis pescado?».
Ellos contestaron:
«No».
Él les dice:
«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro:
«Es el Señor».
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque río distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice:
«Traed de los peces que acabáis de coger».
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice:
«Vamos, almorzad».
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor

***********

Comentario al Evangelio de hoy viernes, 6 de abril de 2018
 José Luis Latorre, misionero claretiano


Queridos amigos. ¡ALELUYA. CRISTO HA RESUCITADO. ALELUYA!

La “pesca milagrosa” es la tercera aparición de Jesús a Pedro y otros discípulos reunidos junto al lago de Tiberíades. En este relato el evangelista describe simbólicamente la misión de toda comunidad cristiana.

Este reducido grupo de discípulos representa a la Iglesia “en misión”. Sin Jesús en la barca el fracaso de la “pesca” (=misión) es total –no pescaron nada-, y anda a tientas en la noche. Frente a la conciencia de no triunfar por si solos en la empresa, interviene Jesús –“al clarear el día”- con el don de su Palabra premiando a la comunidad que ha perseverado unida en el trabajo misionero. “Echad la red a la derecha de la barca y pescaréis”. La obediencia a la Palabra produce una pesca abundante. Los discípulos se fiaron de Jesús y experimentaron con el Señor la desconcertante novedad de su vida de fe. Y luego Jesús les invita a comer, símbolo de la Eucaristía.

¡Qué diferente es la pesca de Pedro trabajando toda la noche en el lago de Tiberíades de la de su discurso en Jerusalén! Allí no pescó nada, aquí “muchos de los que habían oído el discurso creyeron y el número de hombres era cinco mil”. En Tiberíades era el Pedro que amaba sí al Señor, pero todavía no se había encontrado plenamente con el Cristo Resucitado ni había experimentado en sí mismo la fuerza renovadora del Espíritu, y en Jerusalén era el Pedro transformado por el Señor y su Espíritu. La seguridad de Pedro al hablar es fruto de la certeza interior de que Jesús es el único Salvador. Y esta certeza le hace fuerte, intrépido, misionero e irresistible. Cuando un cristiano y una comunidad tienen esta conciencia profunda del Resucitado son imparables y son capaces de realizar grandes y heroicas epopeyas misioneras mientras se interesen por la salvación del prójimo a la luz de Cristo Salvador.

El anuncio del Evangelio supone siempre el testimonio de vida del que lo proclama. La incoherencia aleja a los hombres. La vivencia personal del evangelizador dará veracidad a las palabras y a los actos. Pero también tenemos la tentación del cansancio al no ver los frutos de nuestro trabajo misionero y poco a poco empezamos a apoyarnos en otras cosas que habíamos dejado. Es difícil creer sin ver y vivir de lo invisible. En esos momentos aparece Jesús y se manifiesta de alguna forma y nos vuelve a llamar e invitar a comenzar de nuevo. Y aparece la pesca abundante.

BIENVENIDOS





jueves, 5 de abril de 2018

SANTORAL DE HOY JUEVES 5 ABRIL 2018

Catalina de María (Josefa Saturnina Rodriguez), BeataCatalina de María (Josefa Saturnina Rodriguez), Beata
Fundadora, 5 de abril





Vicente Ferrer, Santo
Memoria Litúrgica, 5 de abril..

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 5 ABRIL 2018


Lecturas de hoy Jueves de la Octava de Pascua
Hoy, jueves, 5 de abril de 2018




Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (3,11-26):

EN aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, todo el pueblo, asombrado, acudió corriendo al pórtico llamado de Salomón, donde estaban ellos.
Al verlo, Pedro dirigió la palabra a la gente:
«Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a este con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y de quien renegasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo.
Vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios Jo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello.
Por la fe en su nombre, este, que veis aquí y que conocéis, ha recobrado el vigor por medio de su nombre; la fe que viene por medio de él le ha restituido completamente la salud, a la vista de todos vosotros.
Ahora bien, hermanos, sé que Jo hicisteis por ignorancia, al igual que vuestras autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; para que vengan tiempos de consuelo de parte de Dios, y envíe a Jesús, el Mesías que os estaba destinado, al que debe recibir el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de la que Dios habló desde antiguo por boca de sus santos profetas.
Moisés dijo: “El Señor Dios vuestro hará surgir de entre vuestros hermanos un profeta como yo: escuchadle todo lo que os diga; y quien no escuche a ese profeta será excluido del pueblo”. Y, desde Samuel en adelante, todos los profetas que hablaron anunciaron también estos días.
Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: “En tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra”. Dios resucitó a su Siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros para que os traiga la bendición, apartándoos a cada uno de vuestras maldades».

Palabra de Dios

*************
Salmo
Sal 8,2a.5.6-7.8-9

R/. Señor, dueño nuestro 
¡que admirable es tu nombre en toda la tierra!

Señor, Dios nuestro,
¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el ser humano, para mirar por él? R/.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos.
Todo lo sometiste bajo sus pies. R/. 

Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R/.

Secuencia
(Opcional)

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia 
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.

**************
Lectura del santo evangelio según san Lucas (24,35-48):

EN aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice:
«Paz a vosotros».
Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu.
Y él les dijo:
«¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo».
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
«¿Tenéis ahí algo de comer?».
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.
Y les dijo:
«Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí».
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.
Y les dijo:
«Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto».

Palabra del Señor


*************


Comentario al Evangelio de hoy jueves, 5 de abril de 2018
José Luis Latorre, misionero claretiano



Queridos amigos. ¡ALELUYA, CRISTO HA RESUCITADO. ALELUYA!

El Evangelio comienza presentando a los discípulos conversando sobre la experiencia de Emaús. Y “estaban hablando de esta cosas cuando Él (Jesús) se presentó de nuevo”, pero ellos se aterrorizaron, se llenaron de miedo, creían ver un fantasma… Les costaba aceptar la novedad de la Resurrección. Tenían la sensación de que con la Muerte de Jesús se les habían caído todas las esperanzas; ellos se habían forjado unas ilusiones muy grandes sobre el Maestro y todo había terminado en fracaso y en nada. Se les hundió su mundo interior. Se sentían como personas a la deriva y sin horizonte. La desilusión se apoderó de ellos.Para levantar a aquellos discípulos fue preciso que Jesús les dijera con cariño y ternura “palpadme”. Y aun así seguían atónitos ante lo que escuchaban y veían. Fue preciso que Jesús hiciera otro gesto “comer un pedazo de pez asado delante de ellos”.

¿Qué nos ocurre a nosotros cuando hemos vivido un gran sufrimiento (un fracaso personal, sentimental o profesional). Creemos que todo se hundió y terminó. Se nos hace difícil volver a empezar, pues nos resistimos a emprender una vida nueva. Y así como los discípulos necesitaron la pedagogía de los gestos de Jesús, también nosotros necesitamos de ese amigo, ese sacerdote, ese Sagrario que nos diga una palabra o nos coja de las manos o nos dé una palmadita en la espalda o ese momento de oración profunda ante el Sagrario donde está “El Amigo que nunca falla” y que nos dice “si me abres la puerta, entraré y cenaremos juntos”.

Los discípulos tuvieron que recorrer un largo camino hasta llegar a convencerse de que Jesús había resucitado y estaba vivo y era el mismo con quien antes habían compartido la vida. Necesitaron un tiempo de conversión profunda. Igual nos ocurre a nosotros: pasar de una fe de niños y heredada a una fe personal, adulta y responsable es un largo camino que tenemos que recorrer. Como los dos de Emaús y los otros discípulos necesitamos también escuchar la Palabra de Dios y comer el pan de la Eucaristía para que nuestros ojos se vayan abriendo a la novedad del Jesús Resucitado y así podamos dar testimonio del Señor como hizo Pedro según nos cuenta la lectura de Hechos de hoy.

BUENOS DÍAS




martes, 3 de abril de 2018

SANTORAL DE HOY MARTES 3 ABRIL 2018

Sixto I, Santo
VII Papa, 3 de abril...

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 3 ABRIL 2018


Lecturas de hoy Martes de la Octava de Pascua
Hoy, martes, 3 de abril de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (2,36-41):

EL día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos:
«Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».
Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?».
Pedro les contestó:
«Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, y para los que están lejos, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro».
Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:
«Salvaos de esta generación perversa».
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas.

Palabra de Dios

************
Salmo
Sal 32,4-5.18-19.20.22

R/. La misericordia del Señor llena la tierra

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esteran su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.

************
Secuencia
(Opcional)

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia 
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.


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Lectura del santo evangelio según san Juan (20,11-18):

EN aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice.
«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, ande, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».
Palabra del Señor

*********


Comentario al Evangelio de hoy martes, 3 de abril de 2018
 José Luis Latorre, misionero claretiano


Queridos amigo. ¡ALELUYA. CRISTO HA RESSUCITADO. ALELUYA!

El libro de los Hechos nos sigue contando cómo el testimonio de Pedro toca los corazones y se inicia una larga cadena de conversiones. La primera pesca del “pescador de hombres” fue verdaderamente milagrosa: tres mil personas recibieron sus palabras y entraron en sus redes.

El Evangelio nos presenta a María que, una vez ha reconocido al “Rabboni”, es invitada por Jesús a anunciar a los otros discípulos el acontecimiento de la Resurrección-

Pedro, confirmada su fe en Jesús Resucitado, es movido por el Espíritu a anunciar el Mensaje. El mismo Espíritu que obra en él, actúa también en el corazón de los oyentes convirtiéndolos a la fe. María, después de este encuentro con el Resucitado, se convierte en el símbolo de la fe plena haciéndose misionera y evangelizadora de la Palabra de Jesús: “fue corriendo a donde estaban los discípulos y les anunció: he visto al Señor” (v. 18)

Para hablar de Jesús, primero es necesario encontrarse con Él. Ya lo dice San Juan en su primera carta: “Lo que hemos visto, oído y experimentado, os lo anunciamos”. Y es el Espíritu el que nos lleva al encuentro con Jesús. El Espíritu el que nos hace testigos y evangelizadores. Sin Él no somos ni podemos hacer nada; Él siempre nos precede, acompaña y da el incremento a nuestro trabajo misionero. El Espíritu está siempre presente y actuante aunque el Evangelio tenga dificultades para ser recibido por los hombres y los pueblos. El Espíritu siembra siempre por medio de los evangelizadores y sólo Él recoge los frutos a su tiempo. Al evangelizador le corresponde ser consciente de que es un instrumento del Espíritu y que debe hacer su trabajo lo mejor posible. Si el evangelizador vive una vida profunda de unión con Jesús, será mejor instrumento. El Papa Francisco habla en “La alegría del Evangelio” de “evangelizadores con Espíritu”.

Hoy se habla de Nueva Evangelización: una evangelización que incluye a todos los bautizados sin excepción. Ya no podemos decir “eso es cosa de curas, religiosos y religiosas”. Todo bautizado es evangelizador y ha sido ungido en el Bautismo para ser como Jesús “sacerdote, profeta y rey”. El Espíritu da a cada bautizado dones y carismas para el bien común, no para que cada uno se los guarde para sí. No dejemos dormir los dones recibidos, sino pongámoslos a trabajar. Todos somos importantes y nos necesitamos, como los miembros del cuerpo.

BIENVENIDOS






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