miércoles, 30 de agosto de 2017

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 30 DE AGOSTO 2017


Vigésimo primera Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Miércoles 30 de agosto 2017



Primera lectura
Primera lectura: I Tesalonicenses 2,9-13

Recordad, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. Vosotros sois testigos, y Dios también, de lo leal, recto e irreprochable que fue nuestro proceder con vosotros, los creyentes; sabéis perfectamente que tratamos con cada uno de vosotros personalmente, como un padre con sus hijos, animándoos con tono suave y enérgico a vivir como se merece Dios, que os ha llamado a su reino y gloria. Ésa es la razón por la que no cesarnos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los creyentes.


Salmo
Sal 138,7-8.9-10.11-12ab R/. Señor, tú me sondeas y me conoces

¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.

Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R/.

Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día. R/.


Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 23,27-32

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas"! Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!»



Reflexión del Evangelio de hoy
Proclamé entre vosotros el Reino de Dios

Pablo hace memoria de su misión apostólica en Tesalónica, en cuyo desempeño se ha mostrado como un verdadero servidor de la comunidad cristiana, muy próximo a todos, disponible siempre, y ávido de entregar no sólo el Evangelio sino su propia vida, como lo haría una mamá por cada uno de sus hijos. Son palabras de una emoción incontenible y exponentes de un servicio evangelizador valiente y desinteresado. La mejor prueba que ninguna dificultad impedirá que se predique la Buena Noticia ni que ningún misionero se arrugue a la hora de defender la causa de Dios. Porque de lo que se trata no es de agradar a los hombres, sino de proclamar el Evangelio de Jesús de la cruz a la fecha. La actitud limpia y servicial de Pablo se manifiesta también en el dato de que el apóstol no ha querido ser oneroso para nadie, por lo que ha trabajado con sus manos para su propia manutención. Solo le mueve el predicar el Reino de Dios y, con alegría, constata que la comunidad le ha respondido con fe y fraterna acogida; por eso manifiesta Pablo su gratitud porque su predicación fue recibida como Palabra de Dios que es la que mueve el corazón del creyente.

Parecéis justos, pero podridos por dentro

Abundan en el evangelio los momentos en los que Jesús no sólo critica el perfil religioso de los fariseos, sino que se enfrenta sin reservas a su doctrina y actitud. En este texto, los asimila a sepulcros enyesados, que es lo mismo que decir que blasonan de bondad cuando su interior abunda en maligna podredumbre. Parece que éstos se preocupan con exclusividad del comportamiento externo, lo que es patente hipocresía. Y similar argumento al del seguimiento de la ley, lo aplica a su conducta con los enviados de Dios: matan primero a los justos y después le construyen grandes mausoleos. Jesús les hace ver que los fariseos de su tiempo no son muy distintos a los históricos que mataron a los profetas. No es que no sea adecuada la rectificación de los fariseos, pero el Maestro les hace ver que su actitud es idéntica a la de sus padres. Por eso, no solo son linaje físico, sino también espiritual y afectivo, de los que mataron a los antiguos profetas. ¿Línea de continuidad? Evidente que sí, ya que el rechazo que expresan a Jesús de Nazaret y su proyecto del Reino de los Cielos así lo manifiesta. Hasta podemos decir que es el fruto granado de su acendrada hipocresía. 

LOS SANTOS DE HOY MIÉRCOLES 30 DE AGOSTO 2017

Ángel Alonso Escribano y 9 compañeros, Beatos
Sacerdotes y Mártires, 30 de agosto
Alfredo Ildefonso Schuster, BeatoAlfredo Ildefonso Schuster, Beato
Obispo, 30 de agosto
Juan Juvenal Ancina, BeatoJuan Juvenal Ancina, Beato
Obispo, 30 de agosto
Tomás Kempis, BeatoTomás Kempis, Beato
Sacerdote y Escritor, 30 de agosto
María Rafols Bruna, BeataMaría Rafols Bruna, Beata
Fundadora, 30 de agosto
Esteban (José) Nehmé, BeatoEsteban (José) Nehmé, Beato
Monje Maronita, 30 de agosto
Diego Ventaja Milán, BeatoDiego Ventaja Milán, Beato
Obispo y Mártir, 30 de agosto
Manuel Medina Olmos, BeatoManuel Medina Olmos, Beato
Obispo y Mártir, 30 de agosto
Vicente Cabanes Badenas, BeatoVicente Cabanes Badenas, Beato
Presbítero y Mártir, 30 de agosto
Eustaquio van Lieshout, BeatoEustaquio van Lieshout, Beato
Sacerdote, 30 de agosto
Fiacrio, SantoFiacrio, Santo
Eremita, 30 de agosto
Pammaquio, SantoPammaquio, Santo
Laico, 30 de agosto
Rosa de Lima, SantaRosa de Lima, Santa
Virgen Terciaria Dominica, 30 de agosto

BUENOS DÍAS




martes, 29 de agosto de 2017

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 29 DE AGOSTO DEL 2017


Vigésimo primera Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Hoy es: Martirio de San Juan Bautista (29 de Agosto)
Martes 29 de agosto 2017


“ Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos ”



Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 1-8

Sabéis muy bien, hermanos, que nuestra visita no fue inútil.
A pesar de los sufrimientos e injurias padecidos en Filipos, que ya conocéis, tuvimos valor -apoyados en nuestro Dios- para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha aprobado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos, no para contentar a los hombres, sino a Dios, que aprueba nuestras intenciones.
Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada. Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado autoritariamente; por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos.
Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.



Salmo
Sal 138, 1-3. 4-6 R. Señor, tú me sondeas y me conoces.

Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos; 
distingues mi camino y mi descanso, 
todas mis sendas te son familiares. R.

No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda. 
Me estrechas detrás y delante, 
me cubres con tu palma. 
Tanto saber me sobrepasa, 
es sublime, y no lo abarco. R.


Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 17-29

En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo habla metido en la cárcel, encadenado.
El motivo era que Herodes se habla casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano.
Herodías aborrecia a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
-«Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»
Y le juró:
-«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre:
-«¿Qué le pido?»
La madre le contestó:
-«La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
-«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.




Reflexión del Evangelio de hoy

Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos
Contemplamos a San Pablo desahogando su tierno corazón con los tesalonicenses. Les expresa sus verdades y sus sentimientos. La predicación del evangelio entre ellos no fue fácil, sino “entre frecuentes luchas”. Y lo hizo limpiamente, con la única pretensión de presentarles el auténtico evangelio de Jesús. Sin desfigurarlo, sin buscar agradarles con adulaciones, ni conseguir su aplauso y reconocimiento. Sin imponerles su autoridad como apóstol de Cristo. Fue tan amable y cariñoso con ellos como lo es una madre con sus hijos. Su única pretensión fue entregarles el gran tesoro que es el evangelio de Jesús, el que nos salva e ilumina nuestra vida, donde Jesús, su vida, muerte y resurrección es el protagonista.

Curioso este pasaje donde el casi siempre fuerte, e incluso, a veces, duro, San Pablo muestra su parte más tierna, cariñosa.

¿Qué quieres que pida? La cabeza de Juan el Bautista
Nos encontramos ante el martirio de Juan el Bautista, el precursor de Jesús, el que también le precedió en una muerte injusta.

Todo este episodio está presidido por la injusticia. El texto nos dice que Herodes sabía que Juan “era un hombre honrado y santo y lo defendía”. Sin embargo, por instigación de Herodías y porque Juan, anteponiendo, como todo verdadero profeta, la verdad a su vida, no aprobaba el nuevo matrimonio de Herodes “lo había metido en la cárcel encadenado”. Un acto de injusticia y abuso de poder.

Otro acto de injusticia y de claro abuso de poder es la decisión de Hedores de matar a Juan después del baile de la hija de Herodías y su petición de la cabeza de Juan.

En el día de su martirio, tengamos presentes a tantas personas que a lo largo de la historia han muerto y siguen muriendo de manera injusta por el abuso del poder del más fuerte. Nos consuela profundamente saber que la última palabra no la tienen los más fuertes, sino nuestro Dios. Esa es nuestra esperanza.


Fray Manuel Santos Sánchez
Real Convento de Predicadores (Valencia)

MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA, 29 DE AGOSTO


29 de Agosto
El martirio de San Juan Bautista
Año 30



Señor: te rogamos por tantas parejas que viven sin casarse y en pecado. Perdónales y concédeles la verdadera conversión. Y te suplicamos que nunca dejes de enviarnos valientes predicadores, que como Juan Bautista no dejen a los pecadores estar tranquilos en su vida de pecado por que los puede llevar a la perdición, y que despierten las conciencias de sus oyentes para que cada uno prefiera morir antes que pecar.

Martirio de San Juan BautistaEl evangelio de San Marcos nos narra de la siguiente manera la muerte del gran precursor, San Juan Bautista: "Herodes había mandado poner preso a Juan Bautista, y lo había llevado encadenado a la prisión, por causa de Herodías, esposa de su hermano Filipos, con la cual Herodes se había ido a vivir en unión libre. Porque Juan le decía a Herodes: "No le está permitido irse a vivir con la mujer de su hermano". Herodías le tenía un gran odio por esto a Juan Bautista y quería hacerlo matar, pero no podía porque Herodes le tenía un profundo respeto a Juan y lo consideraba un hombre santo, y lo protegía y al oírlo hablar se quedaba pensativo y temeroso, y lo escuchaba con gusto".
"Pero llegó el día oportuno, cuando Herodes en su cumpleaños dio un gran banquete a todos los principales de la ciudad. Entró a la fiesta la hija de Herodías y bailó, el baile le gustó mucho a Herodes, y le prometió con juramento: "Pídeme lo que quieras y te lo daré, aunque sea la mitad de mi reino".

La muchacha fue donde su madre y le preguntó: "¿Qué debo pedir?". Ella le dijo: "Pida la cabeza de Juan Bautista". Ella entró corriendo a donde estaba el rey y le dijo: "Quiero que ahora mismo me des en una bandeja, la cabeza de Juan Bautista".

El rey se llenó de tristeza, pero para no contrariar a la muchacha y porque se imaginaba que debía cumplir ese vano juramento, mandó a uno de su guardia a que fuera a la cárcel y le trajera la cabeza de Juan. El otro fue a la prisión, le cortó la cabeza y la trajo en una bandeja y se la dio a la muchacha y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse los discípulos de Juan vinieron y le dieron sepultura (S. Marcos 6,17).

Herodes Antipas había cometido un pecado que escandalizaba a los judíos porque esta muy prohibido por la Santa Biblia y por la ley moral. Se había ido a vivir con la esposa de su hermano. Juan Bautista lo denunció públicamente. Se necesitaba mucho valor para hacer una denuncia como esta porque esos reyes de oriente eran muy déspotas y mandaban matar sin más ni más a quien se atrevía a echarles en cara sus errores.

Herodes al principio se contentó solamente con poner preso a Juan, porque sentía un gran respeto por él. Pero la adúltera Herodías estaba alerta para mandar matar en la primera ocasión que se le presentara, al que le decía a su concubino que era pecado esa vida que estaban llevando.

Cuando pidieron la cabeza de Juan Bautista el rey sintió enorme tristeza porque estimaba mucho a Juan y estaba convencido de que era un santo y cada vez que le oía hablar de Dios y del alma se sentía profundamente conmovido. Pero por no quedar mal con sus compinches que le habían oído su tonto juramento (que en verdad no le podía obligar, porque al que jura hacer algo malo, nunca le obliga a cumplir eso que ha jurado) y por no disgustar a esa malvada, mandó matar al santo precursor.

Este es un caso típico de cómo un pecado lleva a cometer otro pecado. Herodes y Herodías empezaron siendo adúlteros y terminaron siendo asesinos. El pecado del adulterio los llevó al crimen, al asesinato de un santo.

Juan murió mártir de su deber, porque él había leído la recomendación que el profeta Isaías hace a los predicadores: "Cuidado: no vayan a ser perros mudos que no ladran cuando llegan los ladrones a robar". El Bautista vio que llegaban los enemigos del alma a robarse la salvación de Herodes y de su concubina y habló fuertemente. Ese era su deber. Y tuvo la enorme dicha de morir por proclamar que es necesario cumplir las leyes de Dios y de la moral. Fue un verdadero mártir.

Una antigua tradición cuenta que Herodías años más tarde estaba caminando sobre un río congelado y el hielo se abrió y ella se consumió hasta el cuello y el hielo se cerró y la mató. Puede haber sido así o no. Pero lo que sí es histórico es que Herodes Antipas fue desterrado después a un país lejano, con su concubina. Y que el padre de su primera esposa (a la cual él había alejado para quedarse con Herodías) invadió con sus Nabateos el territorio de Antipas y le hizo enormes daños. Es que no hay pecado que se quede sin su respectivo castigo.

LOS SANTOS DE HOY MARTES 29 DE AGOSTO 2017

José Almunia López-Teruel, BeatoJosé Almunia López-Teruel, Beato
Sacerdote y Mártir, 29 de agosto
Teresa Bracco, BeataTeresa Bracco, Beata
Virgen y Mártir, 29 de agosto
Edmundo Ignacio Rice, BeatoEdmundo Ignacio Rice, Beato
Fundador, 29 de agusto
Flaviano Michele Melki, BeatoFlaviano Michele Melki, Beato
Obispo y Mártir, 29 de agosto
Fidela Oller y compañeras, BeatasFidela Oller y compañeras, Beatas
Religiosas y mártires, 29 de agosto
Pedro de Asúa  y Mendía, BeatoPedro de Asúa y Mendía, Beato
Sacerdote y Mártir, 29 de agosto
Sancja Szymkowiak, BeataSancja Szymkowiak, Beata
Religiosa, 29 de agosto
María de la Cruz (Juana) Jugan, SantaMaría de la Cruz (Juana) Jugan, Santa
Fundadora, 29 de agosto
Sabina de Roma, SantaSabina de Roma, Santa
Mártir, 29 de agosto
Martirio de San Juan el BautistaMartirio de San Juan el Bautista
Memoria Litúrgica, 29 de agosto

BUENOS DÍAS!!!





lunes, 28 de agosto de 2017

BEATO PIER GIORGIO FRASSATI, LAICO, 4 DE JULIO

Pier Giorgio Frassati, Beato
Laico, 4 de julio 


Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net 



Laico

Martirologio Romano: En Turín, Italia, beato Pedro Jorge Frassati, joven militante en varias asociaciones de seglares católicos y gran deportista, que se entregó alegremente y con toda su energía a las obras de caridad en favor de pobres y enfermos, hasta que, afectado por una parálisis fulminante, descansó en el Señor. ( 1925)

Fecha de beatificación: 20 de mayo de 1990 por el Papa Juan Pablo II

Breve Biografía

“Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir tirando...”

“Cada día comprendo mejor la gracia de ser católico. Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir tirando... Incluso a través de cada desilusión tenemos que recordar que somos los únicos que poseemos la verdad”.

Quizá sean pocos los que se atrevan a escribir hoy día, con grandes letras, el párrafo anterior. Escribirlo no sólo con las palabras, sino, sobre todo, con la vida. Como lo hizo un joven decidido e intrépido que se llamaba Pier Giorgio Frassati.

Pier Giorgio había nacido el 6 de abril de 1901 de una rica familia de Turín. Su padre, Alfredo, era el fundador del periódico La Stampa, en el que se divulgaban ideas liberales, no ciertamente favorables a la Iglesia. Alfredo llegó a ser embajador de Italia ante Alemania, lo cual permitió a la familia el vivir y establecer amistades en el mundo alemán.

Pier Giorgio recibió en casa una educación correcta, pero sin una fe vivida. Al iniciar la adolescencia sintió una fuerte necesidad de zambullirse en el Evangelio, de ser un cristiano al cien por ciento. Por eso fue miembro de un gran número de asociaciones católicas: tenía un gran anhelo de conocer más su fe, de crecer en la vida de oración, de vivir en un sincero compromiso por los demás, sea en la asistencia social, sea en el enseñar y dar testimonio de sus convicciones cristianas.

Cuando llega a la Universidad, percibe un ambiente hostil contra todo lo que huela a católico. Pier Giorgio no duda en promover actividades espirituales entre los universitarios. A veces a riesgo de más de algún choque violento con grupos intolerantes (esos que presumían de “liberales”, de “libertadores comunistas”, o de “patriotas” en las filas del fascismo).

En el panel de anuncios de la universidad de Turín pone un día, entre las muchas hojas y folletos que hablan de fiestas y diversiones, un cartel para invitar a los estudiantes a la adoración nocturna. Los “anticlericales” deciden intervenir para arrancar la “provocación” de Pier Giorgio. Al llegar, se encuentran allí delante al joven, que defiende enérgicamente su derecho a expresar las propias convicciones. Al final el panel queda completamente destruido, y el anuncio de Pier Giorgio acaba hecho pedazos...

Además del trabajo con los jóvenes universitarios, Pier Giorgio quiere dedicarse a los más necesitados, a los pobres, a los enfermos. Encuentra también tiempo para acompañar a un sacerdote dominico que da catequesis a los niños de un barrio obrero para defenderle ante los insultos y agresiones de algunos comunistas amenazadores, y no pocas veces se llega a los golpes...

Cuando el fascismo llega a su apogeo, Pier Giorgio intuye el carácter anticatólico (y antihumano) de la nueva ideología, y no duda en enfrentarse con los nuevos enemigos. Se irrita especialmente cuando ve cómo algunos católicos muestran su simpatía hacia los fascistas. Su fama de enemigo del nuevo poder llega a ser conocida. Hasta tal punto, que un domingo, cuando Pier Giorgio come en casa con su madre, un escuadrón de fascistas entra para destrozarlo todo. Nuestro joven aparece en el vestíbulo de ingreso, arranca un bastón a uno de los agresores y, con el bastón en mano, pone en fuga a los fascistas.

Es una vida apasionante: compromiso social, compromiso político, compromiso militante en numerosas organizaciones católicas, especialmente en los grupos de universitarios católicos. Compromiso, como dijimos, entre los más necesitados.

A muchos impresiona ver al hijo de los Frassati por las calles con un carro con los bártulos de gente pobre que busca una casa, o mientras visita a los hijos de los obreros para darles catequesis. En su familia lo tienen por loco. Casi siempre llega tarde, muchas veces sin dinero. No duda en prescindir del tranvía para dar lo ahorrado a quien pueda necesitar una limosna.

Un día invita a uno de sus amigos a un mayor compromiso de caridad, a visitar y atender a los pobres. El amigo le dice que tiene miedo, que no se atreve a entrar en casas miserables, donde todo es suciedad, donde las enfermedades contagiosas dominan por doquier. Pier Giorgio le responde con sencillez y convicción: visitar a los pobres es ¡visitar a Jesús!

Entre los pobres la providencia tenía prevista la llegada de la hora definitiva. Un día de finales de junio de 1925, el peligro se hace realidad. Pier Giorgio contrae, después de una de sus visitas, una poliomielitis fulminante.

Empieza a sentir fuertes dolores de cabeza y pierde el apetito. En su casa, sin embargo, no le hacen mucho caso, pues apenas tiene 24 años y es un joven robusto. Además, la abuela se encuentra muy grave, y todos están volcados sobre ella.

Pier Giorgio siente cómo el mal va avanzando, sin que se le atienda debidamente. Sólo cuando ya se encuentra en una situación dramática, sus padres se dan cuenta y reaccionan. Demasiado tarde. Desesperados, piden un suero especial al instituto Pasteur de París, pero ya no queda nada por hacer.

Con la humildad y el desapego con el cual había vivido se enfrentaba ahora, en plena juventud, a la muerte. O, mejor, al encuentro con aquel Jesús que tanto había amado, por el cual había luchado en la universidad y en la calle, entre los pobres o entre jóvenes de clase media poco activos en su fe.

Por eso no resultó extraño su último gesto. Pidió a su hermana Luciana que tomase de su habitación una caja con inyecciones, y escribió encima de ella la dirección de la persona a la cual había que llevar la medicina.

La muerte llega el 4 de julio de 1925. Los funerales se tienen dos días después. Son una explosión de cariño y afecto hacia un joven que había vivido para los demás. Son también el momento en el cual los padres de Pier Giorgio descubren realmente quién era su hijo, cuánta gente lo quería, lo mucho que había hecho, sencillamente, sin aspavientos, en las largas horas que pasaba fuera de casa.

“Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir tirando...”. La vida de Pier Giorgio fue, realmente, vida. Porque amó su fe, y porque su fe le llevó a amar y a servir a Jesús en sus hermanos.

Pier Giorgio Frassati fue declarado beato por Juan Pablo II el 20 de mayo de 1990. Sobre su personalidad, Benedicto XVI comentaba:

"Joven como vosotros, vivió con gran compromiso su formación cristiana y dio su testimonio de fe, sencillo y eficaz. Fue un muchacho fascinado por la belleza del Evangelio de las Bienaventuranzas, que experimentó toda la alegría de ser amigo de Cristo, de seguirle, de sentirse de manera viva parte de la Iglesia" (a los jóvenes, Turín 2 de mayo de 2010).

(Esta breve biografía se inspira en un trabajo de Antonio Sicari, Retratos de santos, vol. 2, Editorial Encuentro, Madrid 1996).

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 28 DE AGOSTO 2017



Vigésimo primera Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Lunes 28 de agosto 2017


Hoy es: San Agustín de Hipona (28 de Agosto)
“ Ni entráis ni dejáis entrar a los que lo intentan ”




Primera lectura
Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,1-5.8b-10):
Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordarnos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda. Sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la acogida que nos hicisteis: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.


Salmo
Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b R/. El Señor ama a su pueblo


Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R/.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R/.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R/.



Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 23,13-22

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: "Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga!" ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: "Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga." ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él.»





Reflexión del Evangelio de hoy
Hipócrita incoherencia


Pocas veces en la historia de la humanidad se ha hablado tanto, y con tanta razón, de corrupción. La Iglesia, Reino de Dios, no ha sido ajena, por desgracia, a este problema. ¿Ahora más que otras veces? No lo sé, pero no lo creo. Lo que sí pienso es que, al menos parte del actual desprestigio de la Iglesia, puede deberse a la incoherencia de algunos de sus representantes, muy pocos, pero suficientes, entre vida y fe, entre lo que decimos creer y lo que practicamos.

Hoy, en la fiesta de San Agustín, el soporte evangélico de su celebración nos habla de este problema, personalizado en los escribas y fariseos, en su hipocresía e incoherencia. Tenían una formación cuidadísima, y eran tenidos por maestros e intérpretes autorizados de la Ley. Eran cumplidores acabados, no ya de las leyes, sino hasta de los detalles más insignificantes. Pero se lo tenían tan creído que despreciaban a los demás, juzgándolos muy duramente; y ellos se sentían tan a gusto con su forma de ser que se creían no sólo perfectos sino los únicos amigos auténticos de Dios.

Jesús, hablando a los que le seguían y a sus discípulos, dice refiriéndose a los fariseos y escribas: “Haced y guardad lo que os digan, pero no los imitéis en las obras, porque ellos no hacen lo que dicen”. Tampoco, según Jesús, son sinceros: “Hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres”. Y, con ese mismo fin, “ensanchan sus filacterias y alargan los flecos, buscando los primeros puestos en las sinagogas y en los banquetes”.

Jesús fue muy duro con ellos, pensando en los sencillos y en los que no tenían la formación ni el poder que ellos ostentaban. Y lo dijo también por nosotros, para que imitemos su formación y cumplimiento y, evitando sus defectos, añadamos los valores y actitudes que brillan en San Agustín.

Honradez y Transparencia
Agustín fue un hombre muy dotado, tanto que a los 19 años ya tenía su propia Escuela de Lengua y Literatura, en la modalidad de Retórica y Dialéctica; escuela que llevó, luego, a Cartago, y, más tarde, a Roma. Pero, su vida personal no era acorde con la profesional. Hasta que, fruto de la reflexión, de la ayuda y oración de su madre, Santa Mónica, que le acompañó en el camino de la conversión, junto con el trato de San Ambrosio, Obispo de Milán, donde Agustín había sido contratado como profesor de Retórica, se produjo el milagro de su conversión. Y se convirtió en el Santo y Sabio Obispo y Padre de la Iglesia que hoy celebramos. Esquemáticamente, tres notas en San Agustín:

Honradez: Dándose cuenta de la ayuda de su madre, tiene para ella las palabras más tiernas y agradecidas que puede tener un hijo. Se equivocó en la vida que llevó, y lo reconoce y lamenta en sus Confesiones; y, convertido, empleó todas sus cualidades en escribir, enseñar y orientar, como Obispo, a sus diocesanos.

Verdad. Tuvo auténtica pasión por la verdad, buscándola en Dios, en su Palabra, en la vida y en sus hermanos. Fruto de esta pasión, nos dejó un legado inmenso: libros, sermones, cartas, etc.

Amor. No fue un frío pensador, sino alguien que supo sazonar su vida y sus escritos con el mandamiento primero y último de Jesús a sus discípulos: “Amaos”, no de cualquier forma, “como yo os he amado” (Jn 13,34).

“¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!

Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba... Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas mismas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían... Pero ahora te anhelo. Gusté de ti y ahora siento hambre y sed de ti. Me tocaste y deseé con ansia la paz que procede de ti” (Confesiones, VIl, 10.18-19; X 27).


Fray Hermelindo Fernández Rodríguez
La Virgen del Camino
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