miércoles, 10 de agosto de 2016

SIETE DATOS SOBRE SAN LORENZO, MÁRTIR, 10 DE AGOSTO


7 datos curiosos sobre San Lorenzo, martirizado en una parrilla en el siglo III
Por Diego López Marina


 (ACI).- Este 10 de agosto se celebra a San Lorenzo, uno de los 7 diáconos de Roma del Papa Sixto II y ciertamente uno de los más famosos de la antigüedad.

Aquí algunos datos curiosos de la vida de este importante santo.

1. Es patrono de los cocineros

San Lorenzo de Roma es el Santo patrón de los cocineros. El Santo fue condenado a morir quemado en una hoguera, específicamente en una parrilla de hierro.

Según la tradición, después de un rato de estarse quemando en la parrilla dijo al juez: "Ya estoy asado por un lado. Ahora que me vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo". El verdugo mandó que lo voltearan y así se quemó por completo.

2. Una Basílica de Roma está dedicada a él

La Basílica de San Lorenzo Extramuros, donde se encuentra la tumba del Santo, es una de las cinco basílicas patriarcales o papales y una de las iglesias que se deben de visitar en el peregrinaje de las 7 iglesias de Roma para alcanzar la indulgencia plenaria del Año Santo.

Al interior de la Basílica se encuentra una piedra de mármol donde según la tradición, fue colocado el cuerpo del San Lorenzo inmediatamente después de su martirio, quedando impresa parte de su silueta.


Cada año se realiza una peregrinación en el barrio de San Lorenzo precedida por una Santa Misa. La romería es acompañada por una reliquia del Santo llevada en una pequeña custodia.


3. En Roma es el Santo más importante después 
de Pedro y Pablo

Con una tranquilidad que nadie había imaginado, durante su martirio rezó por la conversión de Roma y la difusión de la religión de Cristo en todo el mundo, hasta exhalar el último suspiro.

El profesor de teología sistemática, Don Francesco Moraglia, explica en un artículo que “la ciudad, que le atribuía la victoria definitiva sobre el paganismo, lo eligió como su tercer patrono y celebra su fiesta desde el siglo IV, como segunda fiesta en orden de importancia después de la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo”.

Asimismo se elevó en su honor “34 iglesias y capillas, signo tangible de gratitud hacia aquel que, fiel a su ministerio, había sido entre ellos un verdadero ministro y servidor de la caridad”.

4. Su martirio fue vaticinado por el Papa San Sixto II

San Lorenzo era uno de los diáconos que ayudaba al Papa San Sixto II, quien fue asesinado por la policía del emperador mientras estaba celebrando Misa en un cementerio de Roma. La antigua tradición dice que cuando Lorenzo vio que al Sumo Pontífice lo iban a matar, este último dijo:

“A nosotros, porque somos viejos, se nos ha asignado el recorrido de una carrera más fácil; a ti, porque eres joven, te corresponde un triunfo más glorioso sobre el tirano. Pronto vendrás, deja de llorar: dentro de tres días me seguirás. Entre un obispo y un levita es conveniente que exista este intervalo" (San Ambrosio, De Officiis, n. 206).

5. El Papa San León Magno le dedicó una bella homilía

En el siglo V, el Doctor de la Iglesia y Papa, San León Magno, dijo sobre el San Lorenzo que "las llamas no pudieron vencer la caridad de Cristo; y el fuego que lo quemaba por fuera era más débil del que ardía dentro de él".

Añadió: "El Señor quiso exaltar hasta tal punto su nombre glorioso en todo el mundo que, desde Oriente hasta Occidente, en el resplandor vivísimo de la luz irradiada por los más grandes diáconos, la misma gloria que recibió Jerusalén por Esteban tocó también a Roma por los méritos de Lorenzo" (Homilía 85, 4: PL 54, 486).

6. Un fenómeno astronómico lleva su nombre  

"Lágrimas de San Lorenzo" es el nombre popular con que se conoce a una lluvia de estrellas fugaces (las Perseidas) visibles cada año en torno al 11 y 12; o 12 y 13 de agosto. El nombre comenzó a utilizarse en memoria del diácono martirizado, mucho después en la Europa medieval.

7. Un club de fútbol lleva su nombre

El nombre del equipo de fútbol favorito del Papa Francisco, el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, es en honor al diácono mártir. Tal como fue el deseo del salesiano P. Lorenzo Massa, en los inicios de fundación del equipo.

lunes, 8 de agosto de 2016

LOS SANTOS DE HOY LUNES 8 DE AGOSTO 2016

Mariano Pina Turón, BeatoMariano Pina Turón, Beato
Sacerdote y Mártir, 8 de agosto
Manuel Aranda Espejo, BeatoManuel Aranda Espejo, Beato
Seminarista Mártir, 8 de agosto
Eladio (Leoncio) López Ramos, BeatoEladio (Leoncio) López Ramos, Beato
Sacerdote y Mártir, 8 de agosto
Antero Mateo García, BeatoAntero Mateo García, Beato
Laico Mártir, 8 de agosto
Fernando Español Berdié, BeatoFernando Español Berdié, Beato
Presbítero y Mártir, 8 de agosto
Cruz Laplana y Laguna, BeatoCruz Laplana y Laguna, Beato
Obispo y Mártir, 8 de agosto
Juan Felton, BeatoJuan Felton, Beato
Mártir Laico, 8 de agosto
Bonifacia Rodríguez Castro, SantaBonifacia Rodríguez Castro, Santa
Virgen y Fundadora, 8 de agosto
Gregorio el Sinaita, SantoGregorio el Sinaita, Santo
Biografía, 8 de agosto
Domingo de Guzmán, SantoDomingo de Guzmán, Santo
Fundador de los Dominicos, 8 de agosto

SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, FUNDADOR DE LOS DOMINICOS, 8 DE AGOSTO


Hoy 8 de agosto es Fiesta de Santo Domingo de Guzmán, a quien la Virgen le entregó el Rosario
Por Abel Camasca



 (ACI).- Santo Domingo de Guzmán nació en Caleruega (España) alrededor del año 1170 en una familia noble. Su madre fue la Beata Juana de Aza. En Palencia recibió una buena educación en diversas materias y se entregó de lleno al estudio de teología.

En aquel entonces se vivía en continuas guerras contra los moros (musulmanes) e incluso entre los mismos príncipes cristianos. Lo que llevó a una terrible hambruna en aquella región. Domingo se compadeció de los necesitados y los ayudaba entregándoles sus pertenencias.

Cierto día llegó ante Domingo una mujer llorando que le dijo que su hermano había caído prisionero de los moros y el joven al no tener nada que darle se ofreció como esclavo para rescatarlo. Este acto impresionó a toda la ciudad y se produjeron tales movimientos de caridad que hicieron innecesario que Domingo se entregara.

Con 24 años de edad fue llamado por el Obispo de Osma para ser canónigo de la Catedral y a los 25 fue ordenado sacerdote. Más adelante el Prelado tuvo que viajar a Dinamarca por encargo del rey Alfonso VIII y se llevó consigo a Domingo. En el viaje, el Santo quedó preocupado al constatar las herejías en que vivían los diversos pueblos.

En 1207, Santo Domingo, junto a algunos compañeros como el Obispo de Osma, se entregó a la vida apostólica, renunciando a toda comodidad y viviendo de limosnas. Al comprender más de la necesidad de una buena formación cristiana de los fieles, fundó la Orden de Predicadores (dominicos) dispuesta a llevar la luz del Evangelio por todas partes.

El Santo fundó centros de apostolado al sur de Francia y encontró grandes dificultades en toda la misión que había emprendido.

Según la tradición, respaldada por numerosos documentos pontificios, cierta noche Santo Domingo, mientras se encontraba en oración, tuvo una revelación en la que la Virgen fue en su auxilio y le entregó el Rosario como un arma poderosa para ganar almas.

La Virgen a su vez le enseñó a recitarlo y le pidió que lo predicara por todo el mundo para que se obtengan abundantes gracias. El Santo salió de la capilla lleno de entusiasmo con el rosario en la mano y, efectivamente, lo impulsó por todas partes, obteniendo muchas conversiones.

Dentro de sus prácticas de penitencia habituales estaban las temporadas de 40 días de ayuno a pan y agua, el dormir sobre tablas duras, caminar descalzo por caminos irisados de piedras  y senderos cubiertos de nieve, soportar insultos sin responder palabra alguna, predicar a pesar de estar enfermo y nunca mostrar desánimo. Era el hombre de la alegría y buen humor.

Santo Domingo, gran amigo de San Francisco de Asís, partió a la Casa del Padre en Boloña el 6 de agosto de 1221. Fue canonizado en 1234 por el Papa Gregorio IX, quien dijo que “de la santidad de este hombre estoy tan seguro, como de la santidad de San Pedro y San Pablo”. Su fiesta se celebra cada 8 de agosto.

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Biografía de Santo Domingo de Guzmán


A los 14 años se fue a vivir con un tío sacerdote en Palencia en cuya casa trabajaba y estudiaba. La gente decía que en edad era un jovencito pero que en seriedad parecía un anciano. Su goce especial era leer libros religiosos, y hacer caridad a los pobres.

Por aquel tiempo vino por la región una gran hambre y las gentes suplicaban alguna ayuda para sobrevivir. Domingo repartió en su casa todo lo que tenía y hasta el mobiliario. Luego, cuando ya no le quedaba nada más con qué ayudar a los hambrientos, vendió lo que más amaba y apreciaba, sus libros (que en ese tiempo eran copiados a mano y costosísimos y muy difíciles de conseguir) y con el precio de la venta ayudó a los menesterosos. A quienes lo criticaban por este desprendimiento, les decía: "No puede ser que Cristo sufra hambre en los pobres, mientras yo guarde en mi casa algo con lo cual podía socorrerlos".

En un viaje que hizo, acompañando a su obispo por el sur de Francia, se dio cuenta de que los herejes habían invadido regiones enteras y estaban haciendo un gran mal a las almas. Y el método que los misioneros católicos estaban empleando era totalmente inadecuado. Los predicadores llegaban en carruajes elegantes, con ayudantes y secretarios, y se hospedaban en los mejores hoteles, y su vida no era ciertamente un modelo de la mejor santidad. Y así de esa manera las conversiones de herejes que conseguían, eran mínimas. Domingo se propuso un modo de misionar totalmente diferente.

Vio que a las gentes les impresionaba que el misionero fuera pobre como el pueblo. Que viviera una vida de verdadero buen ejemplo en todo. Y que se dedicara con todas sus energías a enseñarles la verdadera religión. Se consiguió un grupo de compañeros y con una vida de total pobreza, y con una santidad de conducta impresionante, empezaron a evangelizar con grandes éxitos apostólicos.

Sus armas para convertir eran la oración, la paciencia, la penitencia, y muchas horas dedicadas a instruir a los ignorantes en religión. Cuando algunos católicos trataron de acabar con los herejes por medio de las armas, o de atemorizarlos para que se convirtieran, les dijo: "Es inútil tratar de convertir a la gente con la violencia. La oración hace más efecto que todas las armas guerreras. No crean que los oyentes se van a conmover y a volver mejores por que nos ven muy elegantemente vestidos. En cambio con la humildad sí se ganan los corazones".

Domingo llevaba ya diez años predicando al sur de Francia y convirtiendo herejes y enfervorizando católicos, y a su alrededor había reunido un grupo de predicadores que él mismo había ido organizando e instruyendo de la mejor manera posible. Entonces pensó en formar con ellos una comunidad de religiosos, y acompañado de su obispo consultó al Sumo Pontífice Inocencio III.

Al principio el Pontífice estaba dudoso de si conceder o no el permiso para fundar la nueva comunidad religiosa. Pero dicen que en un sueño vio que el edificio de la Iglesia estaba ladeándose y con peligro de venirse abajo y que llegaban dos hombres, Santo Domingo y San Francisco, y le ponían el hombro y lo volvían a levantar. Después de esa visión ya el Papa no tuvo dudas en que sí debía aprobar las ideas de nuestro santo.

Y cuentan las antiguas tradiciones que Santo Domingo vio en sueños que la ira de Dios iba a enviar castigos sobre el mundo, pero que la Virgen Santísima señalaba a dos hombres que con sus obras iban a interceder ante Dios y lo calmaban. El uno era Domingo y el otro era un desconocido, vestido casi como un pordiosero. Y al día siguiente estando orando en el templo vio llegar al que vestía como un mendigo, y era nada menos que San Francisco de Asís. Nuestro santo lo abrazó y le dijo: "Los dos tenemos que trabajar muy unidos, para conseguir el Reino de Dios". Y desde hace siglos ha existido la bella costumbre de que cada año, el día de la fiesta de San Francisco, los Padres dominicos van a los conventos de los franciscanos y celebran con ellos muy fraternalmente la fiesta, y el día de la fiesta de Santo Domingo, los padres franciscanos van a los conventos de los dominicos y hacen juntos una alegre celebración de buenos hermanos.

En agosto de 1216 fundó Santo Domingo su Comunidad de predicadores, con 16 compañeros que lo querían y le obedecían como al mejor de los padres. Ocho eran franceses, siete españoles y uno inglés. Los preparó de la mejor manera que le fue posible y los envió a predicar, y la nueva comunidad tuvo una bendición de Dios tan grande que a los pocos años ya los conventos de los dominicos eran más de setenta, y se hicieron famosos en las grandes universidades, especialmente en la de París y en la de Bolonia.

El gran fundador le dio a sus religiosos unas normas que les han hecho un bien inmenso por muchos siglos.
Por ejemplo estas:

Primero contemplar, y después enseñar. O sea: antes dedicar mucho tiempo y muchos esfuerzos a estudiar y meditar las enseñanzas de Jesucristo y de su Iglesia, y después sí dedicarse a predicar con todo el entusiasmo posible.
Predicar siempre y en todas partes. Santo Domingo quiere que el oficio principalísimo de sus religiosos sea predicar, catequizar, tratar de propagar las enseñanzas católicas por todos los medios posibles. Y él mismo daba el ejemplo: donde quiera que llegaba empleaba la mayor parte de su tiempo en predicar y enseñar catecismo.

La experiencia le había demostrado que las almas se ganan con la caridad. Por eso todos los días pedía a Nuestro Señor la gracia de crecer en el amor hacia Dios y en la caridad hacia los demás y tener un gran deseo de salvar almas. Esto mismo recomendaba a sus discípulos que pidieran a Dios constantemente.

Los santos han dominado su cuerpo con unas mortificaciones que en muchos casos son más para admirar que para imitar. Recordemos algunas de las que hacía este hombre de Dios.

Cada año hacía varias cuaresmas, o sea, pasaba varias temporadas de a 40 días ayunando a pan y agua.

Siempre dormía sobre duras tablas. Caminaba descalzo por caminos irisados de piedras y por senderos cubiertos de nieve. No se colocaba nada en la cabeza ni para defenderse del sol, ni para guarecerse contra los aguaceros. Soportaba los más terribles insultos sin responder ni una sola palabra. Cuando llegaban de un viaje empapados por los terribles aguaceros mientras los demás se iban junto al fuego a calentarse un poco, el santo se iba al templo a rezar. Un día en que por venganza los enemigos los hicieron caminar descalzos por un camino con demasiadas piedrecitas afiladas, el santo exclamaba: "la próxima predicación tendrá grandes frutos, porque los hemos ganado con estos sufrimientos". Y así sucedió en verdad. Sufría de muchas enfermedades, pero sin embargo seguía predicando y enseñando catecismo sin cansarse ni demostrar desánimo.

Era el hombre de la alegría, y del buen humor. La gente lo veía siempre con rostro alegre, gozoso y amable. Sus compañeros decían: "De día nadie más comunicativo y alegre. De noche, nadie más dedicado a la oración y a la meditación". Pasaba noches enteras en oración.

Era de pocas palabras cuando se hablaba de temas mundanos, pero cuando había que hablar de Nuestro Señor y de temas religiosos entonces sí que charlaba con verdadero entusiasmo.

Sus libros favoritos eran el Evangelio de San Mateo y las Cartas de San Pablo. Siempre los llevaba consigo para leerlos día por día y prácticamente se los sabía de memoria. A sus discípulos les recomendaba que no pasaran ningún día sin leer alguna página del Nuevo Testamento o del Antiguo.

Los que trataron con él afirmaban que estaban seguros de que este santo conservó siempre la inocencia bautismal y que no cometió jamás un pecado grave.

Totalmente desgastado de tanto trabajar y sacrificarse por el Reino de Dios a principios de agosto del año 1221 se sintió falto de fuerzas, estando en Bolonia, la ciudad donde había vivido sus últimos años. Tuvieron que prestarle un colchón porque no tenía. Y el 6 de agosto de 1221, mientras le rezaban las oraciones por los agonizantes cuando le decían: "Que todos los ángeles y santos salgan a recibirte", dijo: "¡Qué hermoso, qué hermoso!" y expiró.

A los 13 años de haber muerto, el Sumo Pontífice lo declaró santo y exclamó al proclamar el decreto de su canonización: "De la santidad de este hombre estoy tan seguro, como de la santidad de San Pedro y San Pablo".

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 8 DE AGOSTO 2016

El tributo del templo
Tiempo Ordinario

Mateo 17, 22-27. Tiempo Ordinario. Cristo nos invita a dar todo de nuestra parte, para no quedarnos a medias.


Por: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 17, 22-27
En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la Galilea, les dijo Jesús: Al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día. Ellos se pusieron muy tristes. Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? Contestó: Sí. Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños? Contestó: A los extraños. Jesús le dijo: Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti.

Oración introductoria
Señor, inicio mi oración con la señal de la cruz, puesto que en ella está la síntesis de mi fe. En este gesto quiero manifestarte que creo en la santísima Trinidad, espero y confío en tu gracia y misericordia y te amo con todo mi corazón.

Petición
Jesús, que mi amor por ti se manifieste en mi amor y servicio a los demás.

 
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Cristo nos marca el camino a seguir.
Cuando Dios me llama a caminar por su sendero, es hermoso contemplar con cuánto amor me quiere en Él. Me ha preparado una senda para mí,, un camino rico en luchas, en esfuerzos, en temores, derrotas, triunfos; un camino que en definitiva, no debo nunca olvidarlo, es mi felicidad. No la meta solamente, no ciertos momentos simplemente, sino cada paso, cada instante, hasta aquellos que se van mientras duermo.
Si Dios me mostrara, sin embargo, lo que habría de vivir, los dolores por sufrir, las indecisiones, las incertidumbres y tantas cosas por las cuales padecer, quizá temería andarlo y no en pocas ocasiones lo abandonaría. Pensaría que me faltan las fuerzas, y que tal designio, tal cruz, en realidad, no es para mí. Y no obstante Dios no se detiene en ofrecerme el camino para amarle y para amar a los demás, a imitación de Cristo.
Tú, Señor, no te detuviste ni siquiera al contemplar el monte en que vendrías a ser crucificado. Tu mirada no se hallaba en la muerte, sino en la redención. Y aunque temías la tortura, los escarnios de la gente, tu amor «encandilaba» los dolores por los que pasarías. Si alguna vez las dudas te asechaban, te bastaba contemplar a tus discípulos, contemplar a cada alma y mirarla con amor. Así era tu corazón y nada lo detenía para continuar con su misión.


Señor, si yo tengo miedos, hoy quiero ponerlos nuevamente en Ti. Quizá no desaparecerán, pero al menos están en tus manos. Quiero acoger mi vida, mi realidad presente como una ocasión invaluable para agradarte. Hazme entender con la fe, que incluso entre las espinas de la vida hay frutos bellos que jamás se marchitarán. Más aún: que incluso los momentos que serían «dignos» de olvidar, pueden convertirse, con tu gracia, en enseñanzas y experiencias para engrandecer el corazón y caminar hacia la eternidad. Hoy pongo en tus manos mi corazón, para caminar mi vida como Tú.
«Hay otra vía, contraria al camino de Cristo: la mundanidad. La mundanidad nos ofrece el camino de la vanidad, del orgullo, del éxito... Es la otra vía. […], Emprendamos también nosotros con decisión este camino de la humildad, con mucho amor a Él, nuestro Señor y Salvador. El amor nos guiará y nos dará fuerza. Y, donde está él, estaremos también nosotros».
 (Homilía de S.S. Francisco, 29 de marzo de 2015).

Reflexión
Si nos pusiéramos a contar los sueños irrealizados, los proyectos personales sin concluir, las ideas que no han tomado forma, llenaríamos muchas cajas.

El joven que no concluye sus estudios, la chica que no se decide a formar un hogar, el empresario que no se atreve con un negocio, el profesor que no se actualiza, son ejemplos de personas que no llegan a realizarse en sus vidas.

Y tú, ¿quieres conseguir el ideal que te has propuesto en la vida? ¿estás dispuesto a pagar el impuesto que supone el sacrificio de luchar hasta lograr el objetivo?

Gracias a Dios, hay muchos hombres y mujeres que lo han conseguido antes que nosotros. Inventores como Bell, científicos como Pasteur, santos como San Javier, pagaron en su vida con el dinero justo, la moneda precisa.

Cristo nos invita a dar lo necesario de nuestra parte, para no quedarnos a medias, entre sueños e ilusiones, sino que nos ofrece el camino de su cruz, que es el sacrificio, para llevar nuestro ideal de vida hasta el fin.

Propósito
Revisar cómo estoy inculcando en mi familia el cumplimiento de los deberes como ciudadano.

Diálogo con Cristo 
Jesús, ayúdame a entregar mi vida en el servicio y en el amor a los demás, como Tú lo hiciste. Ése es el único camino con el que puedo corresponder a tantos dones con los que has enriquecido mi vida. Las excusas abundan, las tentaciones se multiplican, pero tu gracia es superior a todo.

domingo, 7 de agosto de 2016

LOS SANTOS DE HOY DOMINGO 7 DE AGOSTO DEL 2016

Donato de Arezzo, SantoDonato de Arezzo, Santo
Obispo y mártir, 7 de agosto
Leoncio (Ramón Rusell Laboria), BeatoLeoncio (Ramón Rusell Laboria), Beato
Religioso y Mártir, 7 de agosto
Jaime (Armando Oscar Valdés), BeatoJaime (Armando Oscar Valdés), Beato
Religioso y Mártir, 7 de agosto
Manuel Sancho Aguilar, BeatoManuel Sancho Aguilar, Beato
Sacerdote y Mártir, 7 de agosto
Francisco Gargallo Gascón, BeatoFrancisco Gargallo Gascón, Beato
Sacerdote y Mártir, 7 de agosto
Alberto degli Abbati, SantoAlberto degli Abbati, Santo
Presbítero Carmelita, 7 de agosto
Miguel de la Mora de la Mora, SantoMiguel de la Mora de la Mora, Santo
Sacerdote y Mártir, 7 de agosto
Afra de Augsburgo, SantaAfra de Augsburgo, Santa
Mártir, 7 de agosto
Edmundo Bojanowski, BeatoEdmundo Bojanowski, Beato
Fundador, 7 de agosto
Jordán Forzaté, BeatoJordán Forzaté, Beato
Abad, 7 de agosto
Vicente de L´Aquila, BeatoVicente de L´Aquila, Beato
Religioso Franciscano, 7 de agosto
Cayetano de Thiene, SantoCayetano de Thiene, Santo
Presbítero y Fundador, 7 de agosto

SAN CAYETANO, PATRONO DEL PAN Y DEL TRABAJO, 7 DE AGOSTO


Hoy 7 de agosto la Iglesia celebra a San Cayetano, Patrono del pan y del trabajo
Por Abel Camasca



 (ACI).- “En el oratorio rendimos a Dios el homenaje de la adoración, en el hospital le encontramos personalmente", solía decir San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, cuya fiesta se celebra cada 7 de agosto.

San Cayetano nació en Vicenza (Italia) en 1480. Estudió en la Universidad de Padua, distinguiéndose en la teología y doctorándose en derecho civil y canónico.

Su inquietud vocacional lo llevó a Roma, donde al poco tiempo fue nombrado secretario del Papa Julio II. A la muerte del Pontífice quiso prepararse para el sacerdocio y es ordenado en 1516, a los 36 años.

Fundó en Roma la “Cofradía del Amor Divino”, asociación de clérigos que promovía la gloria de Dios. Luego ingresó en el Oratorio de San Jerónimo que seguía la misma línea de la obra que había fundado, pero que incluía además a laicos pobres.


Sus amigos se molestaron por esta decisión ya que consideraban que no debía estar allí alguien de alcurnia como él, pero el Santo siguió adelante, atendiendo incluso a pacientes con enfermedades que muchos despreciaban.

Estando en Venecia implantó la bendición con el Santísimo Sacramento y animó a la comunión frecuente. Una vez escribió: "no estaré satisfecho sino hasta que vea a los cristianos acercarse al banquete celestial con sencillez de niños hambrientos y gozosos, y no llenos de miedo y falsa vergüenza".

Por aquel entonces la cristiandad pasaba por un periodo de crisis. San Cayetano, contemporáneo de Lutero, incentivaba una verdadera reforma de vida y costumbres en la Iglesia, pero sin dividirla.

En Roma, junto a algunos compañeros, funda la Orden de Clérigos Regulares Teatinos que buscaba la renovación del clero, la predicación de la doctrina, el cuidado de los enfermos y la restauración del uso frecuente de los sacramentos.

San Cayetano tuvo que sufrir incomprensiones y rechazos por la misión renovadora que había emprendido. Más adelante, con el Beato Juan Marinoni, el Santo fundó los “Montes de Piedad” para liberar de la miseria a pobres y marginados.

Al final de su vida, abrió hospicios para ancianos y hospitales. Cuando cae muy enfermo, los médicos le sugirieron que ponga un colchón sobre su cama de tablas, pero el Santo respondió: “Mi salvador murió en la cruz; dejadme pues morir también sobre un madero". Partió a la Casa del Padre en Nápoles el 7 de agosto de 1547 a los 77 años.

El Papa Francisco, incluso desde que era Cardenal, le tiene un cariño especial y en Argentina el santo es muy querido. Son numerosos los peregrinos que van a venerarlo en el templo en honor de San Cayetano del barrio porteño de Liniers (Buenos Aires).

Allí los fieles y devotos, cada año, le piden pan y trabajo y le agradecen lo que se les ha dado por su intercesión ante Dios.

LECTURAS BÍBLICAS Y MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 7 DE AGOSTO 2016


XIX del Tiempo Ordinario – Ciclo C
Domingo 7 de Agosto de 2016

”Donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón“

"Jesús es el tesoro de mi corazón"



Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (18,6-9):

La noche de la liberación se les anunció de antemano a nuestros padres, para que tuvieran ánimo, al conocer con certeza la promesa de que se fiaban. Tu pueblo esperaba ya la salvación de los inocentes y la perdición de los culpables, pues con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos a ti. Los hijos piadosos de un pueblo justo ofrecían sacrificios a escondidas y, de común acuerdo, se imponían esta ley sagrada: que todos los santos serían solidarios en los peligros y en los bienes; y empezaron a entonar los himnos tradicionales.

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 32,1.12.18-19.20.22

R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R/.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.

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Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (11,1-2.8-19):

La fe es la garantía de las cosas que se esperan, la prueba de aquellas que no se ven. Por ella recibieron testimonio de admiración los antiguos. Por la fe Abrahán, obedeciendo la llamada divina, partió para un país que recibiría en posesión, y partió sin saber a dónde iba. Por la fe vino a habitar en la tierra prometida como en un país extranjero, viviendo en tiendas de campaña, con Isaac y Jacob, herederos con él de la misma promesa. Porque él esperaba la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por la fe recibió también Sara el poder de concebir, fuera de la edad propicia, porque creyó; en la fidelidad de aquel que se lo había prometido. Precisamente por esto, de un solo hombre, ya casi muerto, nació una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo y como los incontables granos de arena que hay en las playas del mar. Todos éstos murieron en la fe sin haber obtenido la realización de las promesas, pero habiéndolas visto y saludado de lejos y reconociendo que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Ahora bien, aquellos que hablan así demuestran claramente que buscan la patria. Y si ellos hubiesen pensado en aquella de la que habían salido, hubiesen tenido oportunidad para volver a ella. Ellos, en cambio, aspiraban a una patria mejor, es decir, celeste. Por eso Dios no se avergüenza de ellos, de llamarse «su Dios», porque les ha preparado una ciudad. Por la fe Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; e inmolaba a su hijo único a aquel que había recibido las promesas, a aquel de quien le había sido dicho: De Isaac saldrá una descendencia que llevará tu nombre. Porque pensaba que Dios tiene poder incluso para resucitar a los muertos. Por eso recobró a su hijo. Esto es un símbolo para nosotros.

Palabra de Dios

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Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (12,32-48)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón. Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
Pedro le preguntó: «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?»
El Señor le respondió: «¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: “Mi amo tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»

Palabra del Señor

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LOS NECESITAMOS MÁS QUE NUNCA



Las primeras generaciones cristianas se vieron muy pronto obligadas a plantearse una cuestión decisiva. La venida de Cristo resucitado se retrasaba más de lo que habían pensado en un comienzo. La espera se les hacía larga.¿Cómo mantener viva la esperanza? ¿Cómo no caer en la frustración, el cansancio o el desaliento?

En los evangelios encontramos diversas exhortaciones, parábolas y llamadas que solo tienen un objetivo: mantener viva la responsabilidad de las comunidades cristianas. Una de las llamadas más conocidas dice así: «Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas». ¿Qué sentido pueden tener estas palabras para nosotros, después de veinte siglos de cristianismo?

Las dos imágenes son muy expresivas. Indican la actitud que han de tener los criados que están esperando de noche a que regrese su señor, para abrirle el portón de la casa en cuanto llame. Han de estar con «la cintura ceñida», es decir, con la túnica arremangada para poder moverse y actuar con agilidad. Han de estar con «las lámparas encendidas» para tener la casa iluminada y mantenerse despiertos.

Estas palabras de Jesús son también hoy una llamada a vivir con lucidez y responsabilidad, sin caer en la pasividad o el letargo. En la historia de la Iglesia hay momentos en que se hace de noche. Sin embargo, no es la hora de apagar las luces y echarnos a dormir. Es la hora de reaccionar, despertar nuestra fe y seguir caminando hacia el futuro, incluso en una Iglesia vieja y cansada.

Uno de los obstáculos más importantes para impulsar la transformación que necesita hoy la Iglesia es la pasividad generalizada de los cristianos. Desgraciadamente, durante muchos siglos los hemos educado, sobre todo, para la sumisión y la pasividad. Todavía hoy, a veces parece que no los necesitamos para pensar, proyectar y promover caminos nuevos de fidelidad hacia Jesucristo.

Por eso, hemos de valorar, cuidar y agradecer tanto el despertar de una nueva conciencia en muchos laicos y laicas que viven hoy su adhesión a Cristo y su pertenencia a la Iglesia de un modo lúcido y responsable. Es, sin duda, uno de los frutos más valiosos del Vaticano II, primer concilio que se ha ocupado directa y explícitamente de ellos.

Estos creyentes pueden ser hoy el fermento de unas parroquias y comunidades renovadas en torno al seguimiento fiel a Jesús. Son el mayor potencial del cristianismo. Los necesitamos más que nunca para construir una Iglesia abierta a los problemas del mundo actual, y cercana a los hombres y mujeres de hoy.


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola

Lc 12,32-48

sábado, 6 de agosto de 2016

SANTOS JUSTO Y PASTOR, NIÑOS MÁRTIRES, 6 DE AGOSTO

Justo y Pastor, Santos
Niños Mártires, 6 de agosto 



Fuente: Archidiócesis de Madrid 




Niños Mártires

Martirologio Romano: En Compluto (hoy Alcalá de Henares), en la Hispania Cartaginense, santos mártires Justo y Pastor. Todavía niños, corrieron voluntariamente al martirio, abandonando en la escuela sus tablillas de escolar y, detenidos por orden del juez e inmediatamente azotados, animándose y exhortándose mutuamente fueron degollados por su amor a Cristo (304).
Breve Reseña

Convencieron los de la tetrarquía a Diocleciano que los verdaderos enemigos a exterminar del Imperio eran los que se profesaban cristianos y que ya estaban por todas partes. Fueron capaces de convencerlo porque había datos que de ningún modo necesitaban probarse por su evidencia: los cristianos no daban culto a los dioses romanos, se mostraban ausentes en el circo y ponían auténtico reparo a verse en las termas; su matrimonio les dura para toda la vida y a los hijos concebidos no los exponen jamás a la muerte; comparten el pan y las casas, pero no la cama. Estas cosas podrían perdonárseles porque son honestas, pero realizan extrañas prácticas religiosas sólo accesibles a los iniciados y como no ceden en la adoración a los dioses dándoles incienso, y como adoran a un Cristo o Cresto más que a su propia vida son una fuerza potencial inmensa que puede volverse contra el Imperio si se lo propusieran. Son fanáticos que escapan a la influencia y autoridad del César y es precisa su destrucción. El César Galerio ha triunfado en su intento exterminador. Decretos y más decretos promulga Diocleciano que está representado por su gobernador o prefecto Daciano en el extremo occidental del Imperio. La persecución se ha desatado fuerte y cruel desde los Pirineos hacia el sur, dejando un rastro de sangre cristiana: Vicente, Eulalia, tantos y tantos. También los niños Justo y Pastor.

Prudencio, que en su Peristefhanon cantará la gloria de los mártires y de las ciudades que los poseyeron, incluye a los dos niños mártires entre los que forman su corona, afirmando que son la "gloria para Alcalá"; luego serán mencionados por Venancio Fortunato y estarán presentes con veneración en los Santorales y Calendarios visigóticos con san Isidoro en su obra De viris Illustribus y san Ildefonso que retoca, en apéndice, el diálogo entre los hermanos; también en la liturgia Mozárabe aparecen sus nombres al celebrar las fiestas, y son cantados por la literatura posterior como en el soneto de Lope: "Dos corderos al cielo sacrifica, primicias ya de innumerables santos". Llegan con el tiempo a ser nombrados Justo y Pastor los Patronos de Alcalá y de toda la archidiócesis de Madrid.

Las actas son tardías, no auténticas y nada creíbles. Sólo recogen la tradición oral de los hechos transmitidos a lo largo de las generaciones; un autor anónimo los pone por escrito adaptándolos a las necesidades de sus destinatarios o inventándolos para dar una buena catequesis presentándolos adornados con elementos estéticos más o menos plausibles.

Sólo sabemos de Justo y Pastor que eran dos niños, como de siete y nueve años, y que murieron degollados por presentarse espontáneamente ante Daciano, manifestando su condición de discípulos de Cristo; sufrieron martirio los dos hermanos al ser degollados probablemente en las afueras de la ciudad llamada entonces Complutum y ahora Alcalá de Henares.

No quiso Asturio, el obispo de Toledo, dejar ya la ciudad complutense después del hallazgo de sus restos. Así llegó Complutum a ser sede episcopal y él su obispo primero. Allí mismo edificó en su honor la primera basílica.

Pronto se difundió su culto a toda la piel de toro cristiana e incluso más allá de los Pirineos; de hecho, el que en Barcelona se pusiera la diócesis recién erigida bajo su advocación, allá por el siglo IV, es un testimonio bien claro de cómo se comentó el suceso de la muerte de los intrépidos inocentes, de cuánto estimuló su ejemplo a ser leales a la fe y de dónde se sitúa el término o medida del amor a Jesucristo para no decir nunca "basta" a sus exigencias.

En 1567, san Pío V promulgó una bula papal, en la que ordenaba que fuesen trasladadas parte de las reliquias de los santos Justo y Pastor desde Huesca a Alcalá de Henares, ciudad de su cuna y martirio. En noviembre de ese mismo año, Felipe II y su hijo el príncipe Carlos, enviaron una carta cada uno dirigida al Obispo de Huesca para que cumpliese con lo ordenado por el Papa. Así fue, como parte de las reliquias de los santos Justo y Pastor, fueron remitidas a la ciudad de Alcalá de Henares de la que son patronos los "Santos Niños". 
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