sábado, 23 de julio de 2016

LOS SANTOS DE HOY SÁBADO 23 DE AGOSTO 2016

Apolinar de Rávena, SantoApolinar de Rávena, Santo
Obispo y Mártir, 23 de julio
Pedro Ruiz de los Paños y 8 compañeros, BeatosPedro Ruiz de los Paños y 8 compañeros, Beatos
Sacerdotes y Mártires, 23 de julio
José Sala Pico, BeatoJosé Sala Pico, Beato
Sacerdote y Mártir, 23 de julio
Juan Huguet y Cardona, BeatoJuan Huguet y Cardona, Beato
Sacerdote y Mártir, 23 de julio
Juan Casiano, SantoJuan Casiano, Santo
Sacerdote, 23 de julio
Pedro Ruiz de los Paños y Ángel, BeatoPedro Ruiz de los Paños y Ángel, Beato
Presbítero, Mártir y Fundador, 23 de julio
Cristino Gondek, BeatoCristino Gondek, Beato
Sacerdote y Mártir, 23 de julio
Basilio Hopko, BeatoBasilio Hopko, Beato
Obispo y Mártir, 23 de julio
Ezequiel, SantoEzequiel, Santo
Profeta, 23 de julio
Brígida de Suecia, SantaBrígida de Suecia, Santa
Memoria Litúrgica, 23 de julio

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 23 DE JULIO 2016



Dejad que ambos crezcan juntos hasta la cosecha
Tiempo Ordinario



Mateo 13, 24-30. Nosotros también somos tierra fértil donde se puede sembrar trigo y... cizaña. 


Por: Luis Felipe Nájar | Fuente: es.catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 13, 24-30
En aquel tiempo, Jesús les propuso otra parábola diciendo: El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: "Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?" Él les contestó: "Algún enemigo ha hecho esto." Le dijeron los siervos: "¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?" Jesús le dijo: "No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.

Oración introductoria
Señor, inicio mi oración pidiendo perdón por no corresponder a tu amor. Tú sabes que en mi vida hay mucha cizaña pero, gracias a tu misericordia, también hay buen trigo. Concédeme en esta oración purificar mi corazón, mis hábitos, defectos y debilidades, para ser un cristiano más auténtico y un verdadero apóstol de tu Reino.

Petición
Señor, vence con tu misericordia mi malicia y dame la gracia de amarte más cada día.

Meditación del Papa
Jesús compara el Reino de los cielos con un campo de trigo para darnos a entender que dentro de nosotros se ha sembrado algo pequeño y escondido, que sin embargo tiene una fuerza vital que no puede suprimirse. A pesar de los obstáculos, la semilla se desarrollará y el fruto madurará. Este fruto será bueno sólo si se cultiva el terreno de la vida según la voluntad divina. Por eso, en la parábola de la cizaña, Jesús advierte que, después de la siembra del dueño, "mientras todos dormían", aparece "su enemigo", que siembra la cizaña. Esto significa que tenemos que estar preparados para custodiar la gracia recibida desde el día del bautismo, alimentando la fe en el Señor, que impide que el mal eche raíces. San Agustín, comentando esta parábola, observa que "primero muchos son cizaña y luego se convierten en grano bueno". Y agrega: "si éstos, cuando son malos, no fueran tolerados con paciencia, no lograrían el laudable cambio".Benedicto XVI, 17 de julio de 2011.

Reflexión
En el mundo se ven siempre dos tipos de hombre, el bueno o el malo. El campo es la tierra donde viven juntos los hombres buenos con los malos. Si vemos los campos la forma del trigo es casi la misma que la forma de la cizaña, pero están tan juntos que es peligroso arrancar una sin hacer daño a otra. La cizaña roba agua y minerales de la tierra destinados al trigo.

Es una parábola que se refiere nuestro mundo. Aquí las apariencias engañan. Nosotros también somos tierra fértil donde se puede sembrar cizaña, viene el enemigo cuando no lo esperamos, a veces sutilmente envuelto en medias verdades o para nuestro bien aparente. Sin embargo, estos dos campos diferentes, el mundo y nosotros mismos, están continuamente guardados por el Sembrador. Él quita las yerbas que crecen en nuestra tierra, nos protege como plantas débiles.

Pero podemos dejar todo el trabajo a Él, como dice san Agustín el que te creó sin ti no te salvará sin ti. Por eso debemos orar y velar para que no sembremos con una mano trigo y con la otra cizaña. Debemos dar fruto de conversión para escuchar estas palabras del sembrador: la podaré y pondré abono para que dé más fruto.

Propósito
Que todo lo que haga, lea, vea o escuche hoy, sea digno del Espíritu Santo quien quiero que viva en mí.

Diálogo con Cristo
Jesús, gracias por tu paciencia y comprensión ante mi debilidad. Dame la fuerza de tu Espíritu Santo para que sea capaz de arrancar enérgicamente toda la cizaña que disimuladamente he dejado crecer en mi vida. Me ofrezco a Ti con todo lo que soy, porque no quiero que haya nada en mí que no te pertenezca. Quiero vivir mi fe con autenticidad y con un espíritu puro y nuevo.

jueves, 21 de julio de 2016

IMÁGENES DE LA DIVINA MISERICORDIA







IMÁGENES DE LA VIRGEN MARÍA
















ORACIONES AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS










EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 21 DE JULIO 2016



A quien tiene, se le dará más y tendrá en abundancia

Tiempo Ordinario




Mateo 13, 10-17. Tiempo Ordinario. A Cristo hay que entenderle con el corazón y desde el verdadero amor. 



Por: Óscar Ramírez | Fuente: es.catholic.net 





Del santo Evangelio según san Mateo 13, 10 - 17
Los discípulos se acercaron y le dijeron: «¿Por qué les hablas por medio de parábolas?».Él les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: "Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán, Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure". Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron». 

Oración introductoria
Señor, concédeme la gracia de conocer los misterios del Reino que me has revelado, y puesto que me lo has dado a conocer a mí, no permitas que sea indiferente a la predilección de tu amor. Hazme ser consciente de que mi felicidad solo puede venir de la experiencia de tu amor.

Meditación del Papa Francisco
Pero este Evangelio insiste también en el “método” de la predicación de Jesús, es decir, precisamente, en el uso de las parábolas. “¿Por qué les hablas en parábolas?”, preguntan los discípulos.
Y Jesús responde poniendo una distinción entre ellos y la multitud: a los discípulos, es decir, a los que ya se han decidido por él, les puede hablar del reino de Dios abiertamente; en cambio, a los demás debe anunciarlo en parábolas, para estimularprecisamente la decisión, la conversión del corazón; de hecho, las parábolas, por su naturaleza, requieren un esfuerzo de interpretación, interpelan la inteligencia pero también la libertad.
Explica san Juan Crisóstomo: “Jesús pronunció estas palabras con la intención de atraer a sí a sus oyentes y solicitarlos asegurando que, si se dirigen a él, los sanará”. En el fondo, la verdadera “Parábola” de Dios es Jesús mismo, su Persona, que, en el signo de la humanidad, oculta y al mismo tiempo revela la divinidad. De esta manera Dios no nos obliga a creer en él, sino que nos atrae hacia sí con la verdad y la bondad de su Hijo encarnado: de hecho, el amor respeta siempre la libertad. (Homilía de S.S. Francisco, 10 de julio de 2011 2014, en Santa Marta).
Reflexión 
Es abrumador considerar que Dios nos ha escogido a nosotros, humanos, para conocer los misterios del Reino, es decir, conocer el amor de un Dios que ha llegado a hacerse hombre para alcanzarnos la redención. Pero no a todos se nos ha dado a conocer este amor: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no». Estas personas que no conocen el amor de Dios son las que «miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden», porque sus corazones se han endurecido.

Sí, hoy en el mundo hay quizás millones de personas que no quieren oír, ni ver, ni experimentar el amor de Dios en sus vidas y que, por tanto, no serán curadas. El amor de Dios es rechazado por muchos corazones, es excluido de la vida de muchas personas y es incluso ofendido por el desprecio irreverente de quienes quieren vivir al margen de los mandamientos.

Y ante este panorama conviene preguntarnos: ¿Quiénes somos nosotros para contarnos entre los que, al menos un poco, sí hemos experimentado el amor de Dios? Nosotros conocemos, escuchamos y experimentamos en nuestra vida el amor de Dios y, poco o mucho, procuramos corresponderlo. Como católicos hemos sido contados entre el número de los felices que ven y escuchan lo que muchos profetas y justos desearon ver: el amor de un Dios hecho hombre para salvarnos, para acompañarnos en nuestras alegrías, luchas y tristezas; el amor de un Dios que se ha quedado en el Sagrario hasta el final de los tiempos para ser el alimento y el consuelo de nuestra vida;el amor de un Dios que para desatarnos de los lazos del pecado se ha atado a sí mismo a una cruz.
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¿Quiénes somos nosotros para que podamos conocer los misterios del Reino de Dios?Todo es don, todo es gracia, nosotros no merecemos nada por nuestras obras, es Dios el que se ha fijado en nosotros y ha querido darnos el don de la fe y de la experiencia de su amor. No podemos quedar indiferentes ante tal predilección, debemos corresponder al amor de Dios mediante el cumplimiento incondicional de su voluntad en nuestra vida ordinaria. Si nos ha hecho sus predilectos, es para que al menos nosotros podamos corresponder y amar.

Propósito
Hacer una visita a Cristo Eucaristía para agradecerle el don de la fe y de su amor.

Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por hacerme conocedor de tus misterios, que se sintetizan en tu amor por mí. Dame la gracia de corresponder a tu amor llevándolo también a tantas personas que no lo conocen o que simplemente lo rechazan. Dame la gracia de vivir con el ardiente deseo y el firme propósito de conocerte, de amarte y de imitarte cada día más en la realidad de mi vida diaria.

«Ayudad al hombre moderno a experimentar el amor misericordioso de Dios» (Juan Pablo II).


IMÁGENES DE LA EUCARISTÍA










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