miércoles, 22 de julio de 2015

SANTA MARÍA MAGDALENA, DISCÍPULA DEL SEÑOR, 22 DE JULIO


María Magdalena, Santa
Discípula del Señor, 22 de julio


Por: Alejandro E. Pomar | Fuente: La Biblia Online 




Discípula del Señor

Martirologio Romano: Memoria de santa María Magdalena, que, liberada por el Señor de siete demonios y convertida en su discípula, le siguió hasta el monte Calvario y mereció ser la primera que vio al Señor resucitado en la mañana de Pascua y la que se lo comunicó a los demás discípulos (s. I).

Breve Biografía

Hoy celebramos a Santa María Magdalen, debemos referirnos a tres personajes bíblicos, que algunos identifican en una sola persona: María Magdalena, María la hermana de Lázaro y Marta, y la pecadora anónima que unge los pies de Jesús.

Tres personajes para una historia

María Magdalena, así, con su nombre completo, aparece en varias escenas evangélicas. Ocupa el primer lugar entre las mujeres que acompañan a Jesús (Mt 27, 56; Mc 15, 47; Lc 8, 2); está presente durante la Pasión (Mc 15, 40) y al pie de la cruz con la Madre de Jesús (Jn 19, 25); observa cómo sepultan al Señor (Mc 15, 47); llega antes que Pedro y que Juan al sepulcro, en la mañana de la Pascua (Jn 20, 1-2); es la primera a quien se aparece Jesús resucitado (Mt 28, 1-10; Mc 16, 9; Jn 20, 14), aunque no lo reconoce y lo confunde con el hortelano (Jn 20, 15); es enviada a ser apóstol de los apóstoles (Jn 20, 18). Tanto Marcos como Lucas nos informan que Jesús había expulsado de ella «siete demonios». (Lc 8, 2; Mc 16, 9)

María de Betania es la hermana de Marta y de Lázaro; aparece en el episodio de la resurrección de su hermano (Jn 11); derrama perfume sobre el Señor y le seca los pies con sus cabellos (Jn 11, 1; 12, 3); escucha al Señor sentada a sus pies y se lleva «la mejor parte» (Lc 10, 38-42) mientras su hermana trabaja.

Finalmente, hay un tercer personaje, la pecadora anónima que unge los pies de Jesús (Lc 7, 36-50) en casa de Simón el Fariseo.

Dos en una, tres en una

No era difícil, leyendo todos estos fragmentos, establecer una relación entre la unción de la pecadora y la de María de Betania, es decir, suponer que se trata de una misma unción (aunque las circunstancias difieren), y por lo tanto de una misma persona.

Por otra parte, los «siete demonios» de Magdalena podían significar un grave pecado del que Jesús la habría liberado. No hay que olvidar que Lucas presenta a María Magdalena (Lc 8, 1-2) a renglón seguido del relato de la pecadora arrepentida y perdonada (Lc 7, 36-50).

San Juan, al presentar a los tres hermanos de Betania (Marta, María y Lázaro), dice que «María era la que ungió al Señor con perfumes y le secó los pies con sus cabellos». El lector atento piensa: "Conozco a este personaje: es la pecadora de Lucas 7". Además, en el mismo evangelio de Lucas, inmediatamente después del episodio de la unción, se nos presenta a María Magdalena, de la que habían salido «siete demonios». El lector ratifica su impresión: "María Magdalena es la pecadora que ungió a Jesús". Y por último, en el mismo evangelio de San Lucas, pocos capítulos después (Lc 10), María, hermana de Marta, aparece escuchando al Señor sentada a sus pies. El lector concluye: "María Magdalena y esta María son una misma persona, la pecadora penitente y perdonada, que Juan también menciona por su nombre aclarándonos que vivía en Betania".

Pero esta conclusión no es necesaria porque:

no hay por qué relacionar a Juan con Lucas; los relatos difieren en varios detalles. Así, por ejemplo, la unción, según Lucas, tiene lugar en casa de Simón el Fariseo; su relato hace explícita referencia a los pecados de la mujer que unge a Jesús. Pero Mateo, Marcos y Juan, por su parte, hablan de la unción en Betania en casa de un tal Simón (Juan no aclara el nombre del dueño de casa, sólo señala que Marta servía y que Lázaro estaba presente), y mencionan el gesto hipócrita de Judas en relación con el precio del perfume, sin sugerir que la mujer fuese una pecadora. Sólo Juan nos ofrece el nombre de la mujer, que los demás no mencionan.

los «siete demonios» no significan un gran número de pecados, sino -como lo aclara allí mismo Lucas- «espíritus malignos y enfermedades»; este significado es más conforme con el uso habitual en los evangelios.

Dos teorías

Los argumentos a favor de la identificación de los tres personajes, como vemos, son débiles. Sin embargo, tal identificación cuenta a su favor con una larga tradición, como se ha mencionado. Hay que decir también que los argumentos a favor de la distinción entre las tres mujeres tampoco son totalmente concluyentes. Es decir que ambas teorías cuentan con razones a favor y en contra, y de hecho, a lo largo de la historia, ambas interpretaciones han sido sostenidas por los exégetas: así, por ejemplo, los latinos estuvieron siempre más de acuerdo en identificar a las tres mujeres, y los griegos en distinguirlas.

Una respuesta "oficial"

A pesar de que ambas posturas cuentan con argumentos, hoy en día la Iglesia Católica se ha inclinado claramente por la distinción entre las tres mujeres. Concretamente, en los textos litúrgicos, ya no se hace ninguna referencia -como sí ocurría antes del Concilio- a los pecados de María Magdalena o a su condición de "penitente", ni a las demás características que le provendrían de ser también María de Betania, hermana de Lázaro y de Marta. En efecto, la Iglesia ha considerado oportuno atenerse sólo a los datos seguros que ofrece el evangelio.

Por ello, actualmente se considera que la identificación entre Magdalena, la pecadora y María es más bien una confusión "sin ningún fundamento", como dice la nota al pie en Lc 7, 37 de "El Libro del Pueblo de Dios". No hay dudas de que la Iglesia, a través de su Liturgia, ha optado por la distinción entre la Magdalena, María de Betania y la pecadora, de modo que hoy podemos asegurar que María Magdalena, por lo que nos cuenta la Escritura y por lo que nos afirma la Liturgia, no fue "pecadora pública", "adúltera" ni "prostituta", sino sólo seguidora de Cristo, de cuyo amor ardiente fue contagiada, para anunciar el gozo pascual a los mismos Apóstoles.

La liturgia de su fiesta

Los textos bíblicos que se proclaman en su Memoria (que se celebra el 22 de julio) hablan de la búsqueda del «amado de mi alma» (Cant 3, 1-4a) o de la muerte y resurrección de Jesús como misterio de amor que nos apremia a vivir para «Aquel que murió y resucitó» por nosotros (2 Cor 5, 14-17). Ell evangelio que se proclama en la Misa es Jn 20, 1-2.11-18, es decir, el relato pascual en que Magdalena aparece como primera testigo de la Resurrección de Jesús, lo proclama «¡Maestro!» y va a anunciar a todos que ha visto al Señor. Como se ve, ninguna alusión a sus pecados ni a su supuesta identificación con María de Betania. Sólo pervive de esta supuesta identificación el hecho de que la Memoria litúrgica de Santa Marta se celebra justamente en la Octava de Santa Magdalena, es decir, una semana después, el 29 de julio. Santa María de Betania aun no tiene fiesta propia en el Calendario Litúrgico oficial.

Los textos eucológicos de la Misa de la Memoria de Santa María Magdalena nos dicen, por su parte, que a ella el Hijo de Dios le «confió, antes que a nadie... la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual» (Oración Colecta). Magdalena es aquella «cuya ofrenda de amor aceptó con tanta misericordia tu Hijo Jesucristo» (Oración sobre las Ofrendas) y es modelo de «aquel amor que [la] impulsó a entregarse por siempre a Cristo» (Oración Postcomunión).

En la Liturgia de las Horas ocurre otro tanto, ya que los nuevos himnos compuestos después de la reforma litúrgica (Aurora surgit lúcida para Laudes y Mágdalæ sidus para Vísperas) hacen hincapié en los mismos aspectos: María Magdalena como testigo privilegiado de la Resurrección, primera en anunciar a Cristo resucitado, y fiel e intrépida seguidora de su Maestro. Algo similar se verifica en los demás elementos del Oficio Divino, en los que -nuevamente- no hay alusión ninguna a los supuestos pecados de la Magdalena ni a su condición de hermana de Marta y Lázaro.

Como claro contraste, cabe señalar que en la liturgia previa al Concilio, la Memoria del 22 de julio se llamaba «Santa María Magdalena, penitente», y abundaban las referencias a su pecado perdonado por Jesús y a su condición de hermana de Lázaro. El evangelio que se proclamaba era justamente Lc 7, 36-50, es decir, la unción de Jesús a cargo de «una mujer pecadora que había en la ciudad»: "in civitate peccatrix".

Finalmente, mencionemos que el culto a Santa María Magdalena es muy antiguo, ya que la Iglesia siempre veneró de modo especial a los personajes evangélicos más cercanos a Jesús. La fecha del 22 de julio como su fiesta ya existía antes del siglo X en Oriente, pero en Occidente su culto no se difundió hasta el siglo XII, reuniendo en una sola persona a las tres mujeres que los Orientales consideraban distintas y veneraban en diversas fechas. A partir de la Contrarreforma, el culto a María Magdalena, "pecadora perdonada", adquiere aun más fuerza.

La leyenda oriental señala que después de la Ascensión habría vivido en Éfeso, con María y San Juan; allí habría muerto y sus reliquias habrían sido trasladadas a Constantinopla a fines del siglo IX y depositadas en el monasterio de San Lázaro.

Otra tradición -que prevalece en Occidente- cuenta que los tres "hermanos" (Marta, María "Magdalena" y Lázaro) viajaron a Marsella (en un barco sin velas y sin timón). Allí, en la Provenza, los tres convirtieron a una multitud; luego Magdalena se retiró por treinta años a una gruta (del "Santo Bálsamo") a hacer penitencia. Magdalena muere en Aix-en-Provence, adonde los ángeles la habían llevado para su última comunión, que le da San Máximo. Diversos avatares sufren sus reliquias y su sepulcro a lo largo de los siglos.

Estas leyendas, naturalmente, no tienen ningún fundamento histórico y, como otras tantas, fueron forjadas en la Edad Media para explicar y autentificar la presencia, en una iglesia del lugar, de las supuestas reliquias de Magdalena, meta de innumerables peregrinajes.

Finalmente, cabe consignar que el apelativo "Magdalena" significa "de Magdala", ciudad que ha sido identificada con la actual Taricheai, al norte de Tiberíades, junto al lago de Galilea.

martes, 21 de julio de 2015

SAN DANIEL, PROFETA DEL ANTIGUO TESTAMENTO, 21 DE JULIIO


Daniel, Santo

Profeta del A.T., Marzo 20 
Por: . | Fuente: EWTN 



Profeta del Antiguo Testamento

Etimológicamente: Daniel = Aquel que Dios es su juez, es de origen hebreo.
Los datos acerca de este santo los sabemos por el libro de Daniel, en la S. Biblia.

Pertenecía a una familia importante de Jerusalem. Era muy inteligente y estudioso y de agradable presencia. Cuando el rey Nabucodonosor invadió a Jerusalem se lo llevó prisionero a Babilonia junto con otros jóvenes. Al darse cuenta de las cualidades de este adolescente, Nabucodonosor lo hace instruir en todas las ciencias políticas y sociales de su país.

Siendo este profeta todavía muy joven, unos jueces quisieron hacer pecar a una mujer casada y como ella no aceptó las infames pretensiones de ellos, la calumniaron inventando que la habían visto pecar con un joven. La gente creyó la calumnia y la llevaban para matarla a pedradas, cuando apareció Daniel. Llamó a los dos jueces y los interrogó uno por uno, por separado, y les preguntó: "¿Dónde estaba Susana cuando ella cometió la falta?" Uno respondió: "Debajo de una acacia". Y el otro dijo: "Debajo de una encina." Entonces Daniel les dijo: "Ustedes estaban acostumbrados a hacer pecar a mujeres sin fe y sin valor, pero ahora se encontraron a una mujer que cree y es valiente. Su hermosura los sedujo y creyeron poder hacer que ella ofendiera a Dios, pero no lo lograron. Ahora tendrán el pago de su delito". Y el pueblo condenó a muerte a estos dos impuros calumniadores y alabó a Dios por la sabiduría que le había concedido a Daniel.

Los enemigos de la religión acusaron a Daniel porque tres veces cada día se arrodillaba en la azotea de su casa a adorar y rezar a Dios. En castigo fue echado al foso donde había leones sin comer. Pero Dios hizo el milagro de que los leones no lo atacaran, y esto hizo que el rey creyera en el verdadero Dios.

El joven se abstenía de tomar bebidas alcohólicas y de consumir alimentos prohibidos por la Ley de Moisés, y Dios en cambio le concedió una inmensa sabiduría, con la cual logró escalar los más altos puestos de gobierno hasta llegar a ser primer ministro bajo los gobiernos de Nabucodonosor, Baltasar, Darío y Ciro. A su gran sabiduría, a su habilidad para gobernar y a su santidad debe él que a pesar de los cambios de gobierno lograra conservar su cargo durante el reinado de cuatro reyes.

Daniel recibió de Dios la gracia de revelar sueños y visiones. Soñó Nabucodonosor que estaba viendo una estatua inmensa con cabeza de oro, pecho de plata, piernas de hierro y pies de barro y que una piedrecita se desprendía del monte e iba creciendo hasta llegar y chocar con la estatua y volverla polvo. Y Daniel le explicó que este sueño significaba que vendrían varios reinos en el mundo, uno muy rico, como de oro, otro menos rico, como de plata, y un tercero muy fuerte como de hierro y otro más débil como de barro, y que la verdadera religión, que al principio sería muy pequeña, iría creciendo hasta lograr dominar todos los reinos. Esto se ha cumplido con la religión de Cristo que empezó siendo tan pequeñita y ahora está extendida por todo el mundo y es más poderosa que cualquier reino de la tierra.

Dios anunció que al rey Nabucodonosor por haber cometido maldades y ser orgulloso, lo iba a volver loco. Nabucodonosor le pidió a Daniel que le rogara a Dios que le cambiara el castigo por alguna obra buena, y el Señor le dijo que para librarse de los castigos tenía que dar limosnas a los pobres.

El rey Baltasar cometió el pecado de emplear los cálices sagrados del altar de Dios para tomar licor en una fiesta, y estando en esto apareció una mano misteriosa que escribía tres palabras en la pared: Mene, Tequel, Uparsin. El rey se asustó mucho y el profeta Daniel le explicó: "Mene significa pesado. Es que Dios ha pesado sus obras y han resultado faltas de peso para recibir premios. Tequel significa medido. Dios midió sus obras y no dan la medida para recibir gloria. Uparsin significa dividido. Es que su reino será dividido y pasado a otros".

Y esa misma noche llegaron los enemigos del reino y mataron a Baltasar y dividieron su reino y lo pasaron a los persas.

Daniel fue un profeta tan estimado que pudo corregir a los mismos jefes de gobierno de su tiempo y sus correcciones fueron recibidas con buena voluntad. Ante el pueblo apareció siempre como un hombre iluminado por Dios y de una conducta ejemplar y como un creyente de una profunda piedad y devoción.

En algunos santorales su fiesta se la señala para el 21 de julio, en otros para el 20 de marzo. 

SANTA PRÁXEDES, VIRGEN Y MÁRTIR, 21 DE JULIO



Práxedes, Santa


Virgen y Mártir, Julio 21






Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de santa Práxedes, con cuyo nombre se dedicó a Dios una iglesia en el Esquilino (antes de 491).

Etimología: Práxedes = activa, emprendedora, del lengua griego.

Una bondad sin límites puede irradiar en el corazón decidido a amar, y quisiera aliviar los sufrimientos que atormentan a quienes están cerca y lejos.

Los santos han sido personas de esta categoría humana y espiritual.

Práxedes. Perteneció al siglo II de la era cristiana. Prudencio era el gobernador de Roma y, cosa rara, se distinguía por su virtud. Fue uno de los primeros conversos al cristianismo a pesar del cargo que ocupaba.

Eran los tiempos en que Pedro predicaba en Roma abiertamente ante todo el mundo sin temer a nadie.
Dicen que había recibido la catequesis del mismo san Pedro.

Convirtió su casa en un verdadero templo, y los fieles acudían allá para celebrar los sagrados misterios de la fe. Práxedes recibió una profunda formación cristiana de manos del Papa Pío I.

Tenía pretendientes para casarse, pero ella había ofrecido a Dios su virginidad por toda la vida.
Todo el mundo la quería. Hasta los propios paganos. Después de la paz que vino con Antonio Pío, empezó la persecución de nuevo.

Ella se dedicó a visitar a los encarcelados y a hablar con la gente por la calle y el mismo Foro de Cristo. Su casa era un verdadero templo en el que fue acogida “in fraganti” por los verdugos del emperador. Le dieron muerte a ella y a 23 más. 

Era tal día como hoy del año 159.

LOS SANTOS DE HOY: MARTES 21 DE JULIO DEL 2015

Víctor, SanVíctor, San
Mártir, Julio 21







Práxedes, SantaPráxedes, Santa
Virgen y Mártir, Julio 21







Alberico Crescitelli, SantoAlberico Crescitelli, Santo
Mártir, Julio 21







Daniel, SantoDaniel, Santo
Profeta del A.T., Marzo 20



Lorenzo de Brindisi, SantoLorenzo de Brindisi, Santo
Doctor de la Iglesia, Julio 21

SAN LORENZO DE BRINDISI, DOCTOR DE LA IGLESIA, 21 DE JULIO


Lorenzo de Brindisi, Santo
Doctor de la Iglesia, Julio 21 
Fuente: Corazones.org 


Sacerdote capuchino
Doctor de la Iglesia


Martirologio Romano: San Lorenzo de Brindisi, presbítero y doctor de la Iglesia, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, predicador incansable por varias naciones de Europa, que de caracter sencillo y humilde, cumplió fielmente todas las misiones que se le encomendaron, como la defensa de la Iglesia ante los turcos que intentaban dominar Europa, la reconciliación de príncipes enfrentados y el gobierno de su Orden religiosa. Murió en Lisboa, en Portugal, el veintidós de julio de 1619.

Etimolgía: Lorenzo = laurel, de la lengua latina.

Cesar de Rossi nació en Brindis, ciudad del reino de Nápoles, en 1559. Pertenecía a una familia veneciana de cierto renombre. A los seis años ya asombraba a todos por la facilidad de aprender de memoria páginas enteras, que declamaba en público.

Primero se educó en el convento de los franciscanos de su ciudad natal y, después, bajo la dirección de un tío suyo en el colegio de San Marcos de Venecia. Hizo rápidos progresos, tanto desde el punto de vista intelectual como espiritual y a los dieciséis años ingresó en el convento de los capuchinos de Verona. Cuando pidió ser admitido, el superior le advirtió que le iba a ser muy difícil soportar aquella vida tan dura y tan austera. El joven le preguntó: "Padre, ¿en mi celda habrá un crucifijo?." "Sí, lo habrá", respondió el superior. "Pues eso me basta. Al mirar a Cristo Crucificado tendré fuerzas para sufrir por amor a El, cualquier padecimiento". Con el hábito religioso recibió el nombre de Lorenzo.

Durante sus estudios de filosofía y teología en la Universidad de Padua, se distinguió por su extraordinario dominio de lenguas: aprendió el griego, el hebreo, el alemán, el bohemio, el francés, el español y llegó a conocer muy a fondo el texto de la Biblia.

Por su gran don de prédica, siendo diácono, le fue encomendado el predicar los 40 días de Cuaresma en la Catedral de Venecia por dos años consecutivos. La gente vibraba de emoción al oír sus sermones, y muchas eran las conversiones.

Después de su ordenación sacerdotal, predicó con gran fruto en Padua, Verona, Vicenza y otras ciudades del norte de Italia. En 1596, pasó a Roma a ejercer el cargo de definidor de su orden, y el Papa Clemente VIII le pidió que trabajase especialmente por la conversión de los judíos. Tuvo en ello gran éxito, ya que a su erudición y santidad de vida unía un profundo conocimiento del hebreo.

Un sacerdote le preguntó: "Frai Lorenzo, ¿a qué se debe su facilidad para predicar? ¿A su formidable memoria?" Y él respondió: "En buena parte se debe a mi buena memoria. En otra buena parte a que dedico muchas horas a prepararme. Pero la causa principal es que encomiendo mucho a Dios mis predicaciones, y cuando empiezo a predicar se me olvida todo el plan que tenía y empiezo a hablar como si estuviera leyendo en un libro misterioso venido del cielo".

Dormía sobre tablas. Se levantaba por la noche a rezar salmos. Ayunaba con frecuencia comiendo casi siempre pan y verduras. Huía de recibir honores, y se esforzaba por mantenerse siempre alegre y de buen humor con todos.

Cuando Lorenzo era vicario general, el emperador Rodolfo II le envió en misión diplomática a conseguir la ayuda de los príncipes alemanes contra los turcos, cuya amenaza se cernía sobre toda Hungría. El santo tuvo éxito en su misión y fue nombrado capellán general del ejército que se había formado gracias a sus esfuerzos. En algunas ocasiones, San Lorenzo fue prácticamente general en jefe del ejército; por ejemplo, antes de la batalla de Szekes-Fehervar, en 1601, los generales le consultaron, el santo les aconsejó que atacasen, arengó personalmente a las tropas y partió al frente de las fuerzas de ataque, sin más armas que un crucifijo. La aplastante derrota que sufrieron los turcos fue atribuida por todos a San Lorenzo. Se cuenta que, al volver de la campaña, se detuvo en el convento de Gorizia, donde el Señor se le apareció en el coro y le dio la comunión por su propia mano.

Los príncipes y gobernantes, por muy irreligiosos que sean, suelen apreciar los servicios de los hombres verdaderamente santos. Los principales señores de Nápoles acudían a San Lorenzo para presentarle sus quejas por la tiranía del virrey español, duque de Osuna y le pedían que fuese a la corte del rey Felipe para evitar que el pueblo se levantase en armas. El santo no era aún muy viejo, pero estaba enfermo y achacoso. Cuando llegó a Madrid, supo que el rey no estaba en la ciudad, sino en Lisboa. Así pues, prosiguió su camino a Portugal, en pleno calor del estío. Usó de toda su elocuencia y su poder de persuasión y logró que el monarca prometiese relevar del cargo de virrey al duque de Osuna.

San Lorenzo regresó entonces a su convento y ahí falleció el día de su cumpleaños, 22 de julio de 1619. Cumplía 60 años. Fue sepultado en el cementerio de las Clarisas Pobres de Villafranca.

Lo canonizó León XIII en 1881. Juan XXIII lo declaró Doctor de la Iglesia en 1959, con el título de Doctor Evangélico, por lo elevado de su inspiración evangélica.

Iconografía: con hábito, un libro, la hostia alusiva a su veneración a la Eucaristía y la imagen de María Santísima, por la especial devoción que le manifestó.

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 21 DE JULIO DEL 2015


Mi madre y hermanos cumplen la voluntad de Dios
Tiempo Ordinario



Mateo 12, 46-50. Tiempo Ordinario. Cristo quiere que seamos sus verdaderos hermanos o madres, distinguiéndonos por nuestra docilidad al Padre. 


Por: P. Francisco Javier Arriola LC | Fuente: Catholic.net 



Del 20 al 26 de Julio 2015
__________________
 
Del Evangelio según san Mateo 12, 46 - 50
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte». Jesús le respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre».

Oración Introductoria
"Corazón de Jesús traspasado de amor por mí, haz mi corazón semejante al tuyo". Abre, Señor, mi entendimiento para recibir tus palabras y hacerlas fructificar en mi vida. Renueva mis oídos del alma para escuchar tu mensaje, y concede a mi voluntad la fortaleza y decisión para cumplir tus designios de amor. Aumenta mi fe para verte en la oración; aumenta mi esperanza para entusiasmarme con el día en que pueda gozar eternamente de ti en el cielo y amarte sin fin.

Petición
Jesús, Señor de Misericordia, ayúdame a incrementar mi familiaridad contigo por la fe, de tal modo que te conozca cada vez más; y conociéndote, te ame más; y amándote, te imite más; e imitándote te siga y me entregue todo a ti sin reservas.

Meditación del Papa Benedicto XVI
"Quien acoge a Cristo en la intimidad de su casa se sacia con las alegrías más grandes". El Señor Jesús fue su gran atractivo, el tema principal de su reflexión y de su predicación, y sobre todo el término de un amor vivo e íntimo. Sin duda, el amor a Jesús vale para todos los cristianos, pero adquiere un significado singular para el sacerdote célibe y para quien ha respondido a la vocación a la vida consagrada: sólo y siempre en Cristo se encuentra la fuente y el modelo para repetir a diario el "sí" a la voluntad de Dios. "¿Qué lazos tenía Cristo?", se preguntaba san Ambrosio, que con intensidad sorprendente predicó y cultivó la virginidad en la Iglesia, promoviendo también la dignidad de la mujer. A esa pregunta respondía: "No tiene lazos de cuerda, sino vínculos de amor y afecto del alma". Y, precisamente en un célebre sermón a las vírgenes, dijo: "Cristo es todo para nosotros. Si tú quieres curar tus heridas, él es médico; si estás ardiendo de fiebre, él es fuente refrescante; si estás oprimido por la iniquidad, él es justicia; si tienes necesidad de ayuda, él es vigor; si temes la muerte, él es la vida; si deseas el cielo, él es el camino; si huyes de las tinieblas, él es la luz; si buscas comida, él es alimento". (Benedicto XVI, 2 de junio de 2012).

Reflexión 
En esta meditación no nos detendremos a elucubrar pensamientos sobre si Jesús tuvo hermanos o no, porque somos conscientes de que la palabra -hermano- y se usaba para designar a un rango muy amplio de familiares, parientes y cercanos. La virginidad de María, por gracia y designio de Dios, estuvo siempre intacta y San José fue siempre, con palabras del Evangelio, un justo y santo varón, el casto esposo de María.
Lo más importante es comprender que las palabras de Jesús no fueron ningún desaire para su Madre la Virgen Santísima. A primera vista puede parecer un rechazo o un desprecio hacia María. Pero hay que advertir que se trata de uno de los halagos y piropos más bellos a la Virgen María. El Señor les dice que la que le busca fuera del recinto no es sólo quien lo ha engendrado, sino quien más se ha destacado por cumplir la Voluntad de Dios. Es como darse cuenta de que no hay que reducir a su madre como a un simple hecho biológico, sino que Ella es el ser más excelso de la creación, la mujer que mejor ha obedecido a Dios reflejándolo en su incondicional "fiat", "hágase". De este modo, cualquiera que pretenda ser madre, hermano o hermana de Jesús, tiene que serlo primero por el fiel cumplimiento de la Voluntad de su Padre que está en los cielos.

Cristo quiere que seamos sus verdaderos hermanos o madres, pero distinguiéndonos principalmente por nuestra docilidad al Padre. Todos deseamos tener el beneplácito del Señor, que Él nos mire y nos diga que nos conoce porque cumplimos la voluntad de Dios. ¿Dónde encontramos su voluntad? En nuestro deber diario según nuestra condición de vida, en los mandamientos, en hacer el bien, en transmitirlo a los demás, en vivir de cara a Dios.
-----
María, antes de concebir a Dios en su seno, lo concibió en la fe. Dicen los santos padres que Cristo elogia a su Santísima Madre en este pasaje, para elevarla más aún sobre todo parentesco meramente humano a la maternidad espiritual. Todos estamos llamados a ser cercanos a Jesús, familiares, parientes, pero sobre todo hermanos porque con el bautismo hemos sido recibidos en adopción divina y Él nos ha rescatado con su muerte para hacernos hermanos.

María es una persona muy importante en la misión de Cristo, y en Ella, nosotros estamos llamados a ser piezas clave para la continuación de la misión de Cristo en el mundo. Por este motivo, no podemos ser extraños o ajenos al Señor, pues no nos sentiríamos interpelados con el encargo, por ejemplo, de ir y proclamar el Evangelio a todas las naciones. Hay que conocer, amar a Cristo como un hermano, hermana o madre. Sólo desde el amor los lazos humano-divinos se fortalecen.

Propósito
Rezaré un misterio del rosario para pedir a María que me enseñe a valorar a Cristo y a descubrirlo en los demás, de modo que vea a las personas como hermanos a quienes puedo ayudar.

Diálogo con Cristo
Padre Santo, tú que te manifestaste en Cristo para que nos reconociéramos como hermanos, hijos tuyos, concédeme la gracia de comprender que el mejor modo de comportarnos como miembros de esta familia santa es cumpliendo tu voluntad. Ilumina mi mente para descubrir lo que quieres de mí y para ver el camino que debo seguir para encontrarte a ti. Mira mi debilidad, mis rencores, desánimos, errores y pecados, y bórralos con el fuego de tu amor para que sea un digno miembro de tu Iglesia.

«Toda la pedagogía de la liturgia cuaresmal concreta este imperativo fundamental. Seguir a Cristo significa, ante todo, ponernos a la escucha de su palabra. La participación en la liturgia dominical, semana tras semana, es necesaria para todo cristiano precisamente para entrar en una verdadera familiaridad con la palabra divina: el hombre no sólo vive de pan, o de dinero, o de la carrera; vive de la palabra de Dios, que nos corrige, nos renueva y nos muestra los verdaderos valores fundamentales del mundo y de la sociedad.» Joseph Ratzinger, 26 de marzo de 2005EL 

lunes, 20 de julio de 2015

LOS SANTOS DE HOY: LUNES 20 DE JULIO DEL 2015

Margarita de Antioquia, Santa
Patrona de los nacimientos, 20 de julio
Rosa de Wang-Hoei, Santa
Catequista, 20 de julio
Aurelio, Santo
Obispo, 20 de julio
Luis Novarese, BeatoLuis Novarese, Beato
Sacerdote y Fundador, 20 de julio
Apolinar de Rávena, SantoApolinar de Rávena, Santo
Obispo y Mártir, 20 de julio
Eliseo, SantoEliseo, Santo
Profeta, Julio 20
Liberata, SantaLiberata, Santa
Virgen y Mártir, 20 Julio
Elías, SantoElías, Santo
Profeta, Julio 20

SAN APOLINAR DE RÁVENA, OBISPO Y MÁRTIR, 20 DE JULIO


Apolinar de Rávena, Santo

Apolinar de Rávena, Santo



Obispo y Mártir, 20 de julio 



Fuente: Catholic.net 




Obispo y Mártir


Martirologio Romano: En Classe, cerca de la ciudad de Rávena, en la vía Flaminia, conmemoración de san Apolinar, obispo, cuya memoria litúrgica se celebra el veinte de julio (c. s. II).

San Apolinar, obispo, que al mismo tiempo que propagaba entre los gentiles las insondables riquezas de Cristo, iba delante de sus ovejas como buen pastor, y es tradición que honró con su ilustre martirio a la iglesia de Classe, cerca de Rávena, en la vía Flaminia, pasando al banquete eterno el día veintitrés de julio (c. s. II)Etimológicamente:

Breve Biografía

SAN APOLINAR DE RÁVENA nació probablemente en Antioquía, en la actual Turquía, en la época de mayor auge del Imperio Romano, apenas después de la muerte de Jesús.

Según la tradición, San Apolinar fue uno de los principales discípulos del Apóstol San Pedro. Cuando San Pedro se trasladó a Roma para fundar ahí la Iglesia, San Apolinar lo habría acompañado hasta la capital del Imperio.

Durante el reinado del emperador Claudio, San Apolinar recibió la comisión de viajar al norte de Italia como embajador de la fe para empezar a evangelizar y a ganar adeptos para el cristianismo.

San Apolinar se convirtió así en el primer obispo de Rávena, cargo que ejerció durante veinte años. Se le ha atribuido el poder de curar a los enfermos en el nombre de Cristo, y de haber realizado otros milagros.

La relativa tranquilidad de su labor apostólica cambió con el ascenso al trono imperial de Vespasiano, en 69, quien cuenta con el dudoso honor de haber organizado las primeras persecuciones con lujo de crueldad contra los cristianos.

Por su cargo y sus actividades en Rávena, San Apolinar fue perseguido inmediatamente. Algunas fuentes cuentan que fue capaz de escapar hacia Dalmacia, donde habría predicado el Evangelio y habría puesto fin milagrosamente a una hambruna.

Sin embargo, al final San Apolinar fue apresado, torturado y martirizado.

Sobre su tumba, en Rávena, se edificó siglos más tarde la célebre Basílica de San Apollinare in Classe, de tres naves, consagrada en 549. Más tarde, en el siglo nueve, fue construida también ahí la iglesia de San Apollinare Nuovo.

SAN APOLINAR DE RÁVENA nos ofrece un ejemplo de la cruenta vida que tuvieron que padecer los santos fundadores del cristianismo.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 20 DE JULIO DEL 2015


Escribas y fariseos piden una señal
Tiempo Ordinario



Mateo 12, 38-42. Tiempo Ordinario. ¡Cuántas veces nosotros también pedimos signos a Dios! Reclamamos una señal del cielo. 


Por: H. Benoit Terrenoir | Fuente: Catholic.net 



Del Evangelio según san Mateo 12, 38-42
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos que nos hagas ver un signo». El les respondió: «Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día de Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón».

Oración preparatoria
Señor, por un momento dejo de lado mis ocupaciones. Quiero pasar estos minutos a solas contigo. Durante los tres años de tu vida pública, muchas veces te ibas de noche a rezar a tu Padre en algún lugar retirado y allí te pasabas la noche. Hoy quiero hacer lo mismo. Te confío todas mis intenciones, te entrego todos mis deseos, te doy todo mi ser. María, ¡ayúdame a rezar bien, a hacer una oración que le dé gusto a tu Hijo!

Petición
Señor, ¡ayúdame a aceptar siempre tu voluntad en mi vida!

Meditación del Papa Francisco
La vida es un camino hacia la plenitud de Jesucristo, cuando vendrá por segunda vez. Esta generación busca un signo, pero, dice el Señor, no se le dará ningún signo, como no sea el signo de Jonás, es decir, el signo de la Resurrección, de la Gloria, de esa escatología hacia la que nos dirigimos. Y estos doctores estaban encerrados en sí mismos, no abiertos al Dios de las sorpresas, no conocían el camino y menos esta escatología.
Así, cuando en el Sanedrín Jesús afirma ser el Hijo de Dios, se rasgaron las vestiduras, se escandalizaron diciendo que había blasfemado. El signo que Jesús les da era una blasfemia. Y por este motivo, Jesús dice: generación malvada.
Estos no han entendido que la ley que ellos custodian y aman era una pedagogía hacia Jesucristo. Si la ley no lleva a Jesucristo, si no nos acerca a Jesucristo, está muerta. Y por esto Jesús les reprende por estar cerrados, por no ser capaces de reconocer los signos de los tiempos, por no estar abiertos al Dios de las sorpresas.  (Cf Homilía de S.S. Francisco, 13 de octubre de 2014, en Santa Marta).
Reflexión 
Los fariseos reclaman un signo a Jesús. Pero Jesús no quiere satisfacer su curiosidad, se niega a darles un signo, excepto el de Jonás. ¡Cuántas veces nosotros también pedimos signos a Dios! Le decimos que no queremos ir a misa el domingo, que no nos interesa confesarnos, a no ser que nos lo pida de manera clara. Reclamamos una señal del cielo.

Cristo quiere purificar nuestra intención, nos pide hacer el salto de la fe, confiar en su palabra y entregarnos a su voluntad. Él, cuando estaba sufriendo en la Cruz, no vio ningún signo del Padre, no escuchó ninguna voz celeste que le decía “¡Ánimo! ¡Sólo te faltan unos minutos!”. Y, sin embargo, perseveró hasta el final.

Por otro lado, los signos no nos van a servir si no queremos seguir a Cristo. Los fariseos habían visto muchos milagros y no se dejaron convencer. Es también el caso de los hermanos del rico epulón en la parábola del pobre Lázaro (Lc 16, 27-31).


Cristo no quiere darnos signos, pero nos llama a ser signos de su amor en el mundo. El profeta Jonás fue un signo de conversión para los habitantes de Nínive. Se arrepintieron y cambiaron de vida al escuchar su predicación. Nuestra sociedad se parece a la de Nínive del Antiguo Testamento, poblada por pecadores y gente que no conoce a Dios. Cristo nos manda como sus embajadores en el mundo.

Propósito

Entrar en una iglesia y visitar a Cristo para renovarle nuestra adhesión a su voluntad.

Diálogo final
Señor, ¡soy todo tuyo! Tú me has dado todo lo que tengo y todo lo que soy, el don de la vida, de la gracia bautismal y de mi vocación particular. ¡Hazme entender tu misericordia, que tu amor sea el único signo que necesite para creer en ti!


«Desde mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió; desde el seno del Abismo, pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz. […] Cuando mi alma desfallecía, me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo. […] yo, en acción de gracias, te ofreceré sacrificios y cumpliré mis votos: ¡La salvación viene del Señor!» (Jonás 2, 3-10).

domingo, 19 de julio de 2015

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...