viernes, 11 de enero de 2013

San Vital de Gaza

Autor: P. Felipe Santos
Vital de Gaza, Santo
Emitaño, 11 de enero
 
Vital de Gaza, Santo
Vital de Gaza, Santo

Ermitaño

Etimológicamente: Vital = Aquel que está lleno de via, viene de la lengua latina.
Vital tenía nada menos que sesenta años cuando descubrió la riqueza del Evangelio de Jesús de Nazaret.

Se dio cuenta de que Dios invita a las "mujeres de mala vida" a que entren en su reino.

El vivía tranquilo como ermitaño en su ermita de Gaza en Palestina, tan actual en nuestros días por motivos políticos y bélicos, no por cuestiones religiosas.

Dejó su vida apacible y se marchó a Alejandría, célebre por su barrio chino al lado del puerto.

Allí se construyó su ermita. Se dedicó a hacer dos cosas importantes: una, pedir limosna de puerta en puerta; otra fue la dedicación completa al mundo de la prostitución.

Estas mujeres le tomaron en seguida un gran afecto, y entablaron con él una seria amistad porque estimaban en mucho sus palabras y sus sanos juicios acerca de sus vidas.

A pesar de ser un trabajo difícil, tenía las puertas de su ermita abierta para que fueran a hablar con él cuando quisieran. Les hablaba de la felicidad que da la honestidad de costumbres.

Gracias a sus palabras y al amor sincero y puro que les tenía, además de ser su paño de lágrimas, muchas se convertían y dejaban su mala vida.

Pero como suele ocurrir, había “beatos y beatas” que veían con malos ojos que se dedicara a este trabajo. Lo denunciaron al obispo y lo encerraron.

Las chicas prostitutas pasaban cada noche frente al palacio episcopal gritando y reclamando la libertad de su amigo Vital. El obispo lo comprendió.

Pero días más tarde lo mataron los “beatos o santones cumplidores farisaicos”.
 
Los Santos de hoy viernes 11 de enero de 2013
Tomás de Cori, Santo
Presbítero Franciscano, 11 de enero
Higinio, Santo
IX Papa, 11 de enero
Vital de Gaza, Santo
Emitaño, 11 de enero
Bernardo Scammacca, Beato
Presbítero Dominico, 11 de enero
Francisco Rogaczewski, Beato
Presbítero y Mártir, 11 de enero
Teodosio el Cenobita, Santo
Monje, 11 de enero
Paulino de Aquileya, Santo
Obispo, 11 de enero
 

jueves, 10 de enero de 2013

Imágenes de San Guillermo de Bourges


San Guillermo de Bourges

Autor: Alban Butler | Fuente: "Vidas de los Santos" de Alban Butler
Guillermo de Bourges, Santo
Abad y Obispo, 10 de enero
 
Guillermo de Bourges, Santo

Abad y Oispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Bourges, en Aquitania, san Guillermo (Guilelmus Bituricensis), obispo, que, deseoso de soledad y meditación, se hizo monje en el monasterio cisterciense de Pontigny. Más tarde fue abad de Chaalis y, después, elegido obispo de Bourges, no abandonando nunca la austeridad de la vida monástica y distinguiéndose por su amor a los clérigos, a los cautivos y a los desgraciados (1209).
Guillermo de Donjeon, que pertenecía a una ilustre familia de Nevers, nació en Nevers, Francia. Fue educado por su tío Pedro, archidiácono de Soissons. Muy joven fue hecho canónigo, primero dé Soissons y luego de París. Pero pronto decidió abandonar totalmente el mundo, y se retiró a la soledad en la abadía de Grandmont. Allí vivió con gran regularidad la vida de esa austera orden, hasta que una disputa entre los monjes de coro y los otros turbó la paz.

Guillermo pasó entonces a la orden cisterciense, que se distinguía por su fama de santidad. Tomó el hábito en la abadía de Pontigny. Poco después fue elegido abad, primero de Fontaine-Jean, en la diócesis de Sens, y después, del monasterio de Chalis, mucho más importante, que había sido construido por Luis el Gordo, en 1136. San Guillermo se consideró siempre como el último de los monjes. La mansedumbre de su palabra daba testimonio del gozo y la paz de su alma. La virtud era atractiva en él, a pesar de sus crueles austeridades.

A la muerte de Enrique de Sully, arzobispo de Bourges, el clero de la ciudad pidió a Eudo, obispo de París, que le ayudase a elegir un pastor. Como todos querían a un abad del Cister, depositaron sobre el altar el nombre de tres abades. Esta elección por sorteo hubiera sido una superstición, si los electores hubieran esperado un milagro. En realidad era muy razonable, ya que todas las personas propuestas para el cargo parecían igualmente dotadas, y se encomendaba la elección a Dios, poniendo toda la confianza en su Providencia ordinaria. Después de haber orado, Eudo leyó el nombre de Guillermo, a quien, por otra parte, habían favorecido casi todos los votos de los presentes. Era el 23 de noviembre del año 1200. La noticia abrumó a Guillermo, quien jamás hubiera aceptado el cargo, si el papa Inocencio III y el abad de Citeaux, no se lo hubieran mandado. Guillermo abandonó la soledad con lágrimas en los ojos, y fue consagrado obispo poco después.

El primer cuidado de san Guillermo fue elevar su vida interior y exterior a la altura de su dignidad, pues estaba persuadido de que el primer deber de un hombre es honrar a Dios en su corazón. Redobló, pues sus penitencias, diciendo que su cargo le obligaba a sacrificarse por los otros tanto o más, que por sí mismo. Bajo el hábito religioso llevaba una áspera camisa, y ni en el invierno, ni en el verano, cambiaba de manera de vestir. Jamás comía carne, aunque sus huéspedes encontraban buena mesa en su casa. No menos digna de encomio era su solicitud por su rebaño. Se preocupaba especialmente por los pobres, a quienes prestaba socorro espiritual y material, pues decía que Dios le había enviado sobre todo para ellos. Era muy indulgente con los pecadores arrepentidos; en cambio se mostraba inflexible con los impenitentes, aunque nunca invocó contra ellos el poder civil, como se acostumbraba entonces. Tal actitud le ganó más de una conversión.

Algunos nobles, abusando de su bondad, usurparon los derechos de su iglesia; pero Guillermo no se amilanó ante la amenaza de confiscación de bienes y llevó el caso ante el rey. Su humildad y paciencia triunfaron en varias ocasiones de la oposición de su capítulo y su clero. Guillermo convirtió a muchos albigenses, y su última enfermedad le sorprendió cuando estaba preparando una misión para esos herejes. A pesar de su padecimiento, decidió predicar un sermón de despedida. Esto hizo que la fiebre aumentara y que Guillermo tuviese que posponer su viaje. La noche siguiente, previendo que se acercaba el fin, Guillermo insistió en adelantar el canto de los nocturnos, que tiene lugar a medianoche; pero, habiendo trazado sobre sus labios la señal de la cruz, sólo pudo pronunciar las dos primeras palabras. Entonces dio la señal a los presentes de que le colocaran sobre un lecho de ceniza, y murió al amancer del 10 de enero de 1209. Su cuerpo fue sepultado en la catedral de Bourges. En 1217, después de numerosos milagros, sus restos fueron depositados en un relicario. El papa Honorio III le canonizó al año siguiente.
 
Los Santos de hoy jueves 10 de enero de 2013
Gonzalo de Amarante, Beato
Presbìtero Dominico, 10 de enero
Gregorio de Nisa, Santo
Obispo, 10 de enero
Milciades (Melquiades), Santo
XXXII Papa, 10 de enero
Otros Santos y Beatos
Completando el santora de este día, 10 de enero
Gregorio X, Beato
CLXXXIV Papa, 10 de enero
Guillermo de Bourges, Santo
Abad y Obispo, 10 de enero
Agatón, Santo
LXXIX Papa, 10 de enero
Aldo, Santo
Eremita, 10 de enero
Ana de los Ángeles Monteagudo, Beata
Dominica, 10 de enero
Gil de Lorenzana (Bernardino di Bello), Beato
Eremita Frenciscano, 10 de enero
Francisca de Sales (Leonia Aviat), Santa
Fundadora, 10 de enero
María Dolores Rodriguez Sopeña, Beata
Fundadora, 10 de enero
Pablo de Tebas, Santo
Ermitaño, 10 de enero
Pedro Orseolo (Urséolo), Santo
Monje eremita, 10 de enero
 
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