martes, 10 de enero de 2012

San Guillermo de Bourges

Autor:
Guillermo de Bourges, Santo
Abad y Obispo, 10 de enero
Guillermo de Bourges, Santo

Abad y Oispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Bourges, en Aquitania, san Guillermo (Guilelmus Bituricensis), obispo, que, deseoso de soledad y meditación, se hizo monje en el monasterio cisterciense de Pontigny. Más tarde fue abad de Chaalis y, después, elegido obispo de Bourges, no abandonando nunca la austeridad de la vida monástica y distinguiéndose por su amor a los clérigos, a los cautivos y a los desgraciados (1209).
Nació en Nevers, Francia, de familia noble y murió en Bourges, Francia, en 1209.

Fue educado por su tio Pedro el ermitaño. Fue monje en la Abadía cisterciense de Pontigny siendo notable por su humildad y su mortificación.

Más tarde pasó como Abad a la de Fontaine-Saint-Jean; y, en 1187, a Chaalis.

Por su humildad y caridad fue elegido Arzobispo de Bourges en 1200, sede que ocupó hasta su muerte.

En este cargo redobló las austeridades porque tenía que expiar, según decía, sus propios pecados y los de su pueblo.

Tal horror tenía por el pecado, que no podía ver que se ofendiese a Dios sin derramar un torrente de lágrimas
Los Santos de hoy martes 10 de enero de 2012
Gonzalo de Amarante, Beato
Presbìtero Dominico, 10 de enero
Gregorio de Nisa, Santo
Obispo, 10 de enero
Milciades (Melquiades), Santo
XXXII Papa, 10 de enero
Otros Santos y Beatos
Completando el santora de este día, 10 de enero
Gregorio X, Beato
CLXXXIV Papa, 10 de enero
Guillermo de Bourges, Santo
Abad y Obispo, 10 de enero
Agatón, Santo
LXXIX Papa, 10 de enero
Aldo, Santo
Eremita, 10 de enero
Ana de los Ángeles Monteagudo, Beata
Dominica, 10 de enero
Gil de Lorenzana (Bernardino di Bello), Beato
Eremita Frenciscano, 10 de enero
Francisca de Sales (Leonia Aviat), Santa
Fundadora, 10 de enero
María Dolores Rodriguez Sopeña, Beata
Fundadora, 10 de enero
Pablo de Tebas, Santo
Ermitaño, 10 de enero
Pedro Orseolo (Urséolo), Santo
Monje eremita, 10 de enero

lunes, 9 de enero de 2012

Imágenes del Bautismo de Jesús



























ORACIÓN PARA PEDIR TRABAJO A SAN JUDAS TADEO










San Julián -Mártir

Autor: EWTN | Fuente: EWTN
Julián, Santo
Mártir, 9 de enero
 
Julián, Santo
Nació San Julián en la ciudad de Antioquía (en Siria), de una familia que se preocupó por darle una muy buena formación religiosa.

Los papás querían que se casara con una joven muy virtuosa y de familia muy rica, pero Julián tuvo una visión en la cual vio algunos de los premios que Dios reserva para quienes conservan su virginidad y narró su visión a la novia. Y entonces los dos, de común acuerdo, hicieron voto de castidad o sea un juramento de conservarse siempre puros. Los papás creían que ellos formarían un hogar, pero los novios se habían comprometido a conservar para siempre su virginidad. Y poco tiempo después murieron los padres de los dos jóvenes, y entonces Julián y su prometida se fueron cada uno a un desierto a orar, y a hacer penitencia y cada cual fundó un monasterio. Julián un monasterio para hombres y ella uno para mujeres.

Muchos hombres deseosos de conseguir la santidad se fueron a acompañar a Julián en su vida de religioso y lo nombraron superior. El los dirigió con especial cariño y con gran prudencia. Era el que más duro trabajaba, el que mayores favores hacía a todos y el más fervoroso en la oración. Y dedicaba muchas horas a la lectura de libros religiosos y a la meditación.

Su vida fue una continua Cuaresma, o sea un ayunar y guardar abstinencia y orar y meditar, todos los días, sin cansarse.

A los súbditos nunca los reprendía con altanería ni con malos modos o delante de los demás, sino en privado, con frases amables, comprensivas y animadoras, que les demostraban el gran aprecio y amor que les tenía, y que llegaban al fondo del alma y obtenían verdaderas conversiones.

Los religiosos decían que Julián era muy exigente y duro para sí mismo, pero admirablemente comprensivo y amable para con los demás, y que gobernaba con tal prudencia y caridad a los monjes que éstos se sentían en aquél desierto más felices que si estuvieran en el más cómodo convento de la ciudad.

La persecución. Y sucedió que estalló en Antioquía la persecución contra los cristianos, y el gobernador Marciano ordenó apresar a Julián y a todos sus monjes. Centenares de cristianos fueron siendo quemados por proclamar su amor a Jesucristo, y cuando le llegó el turno a nuestro santo, se produjo el siguiente diálogo entre el perseguidor y Julián:

- Le ordenamos que adore la estatua de nuestro emperador.

- Yo no adoro sino única y exclusivamente al Dios del cielo.

- Su Dios y emperador es el Cesar de Roma.

- Mi jefe a quien adoro y obedezco es Nuestro Señor Jesucristo.

- ¿Cómo se le ocurre creer en uno que fue crucificado?

- Es que el crucificado ya resucitó y está sentado a la derecha de Dios Padre.

- ¿Te ríes de nuestros dioses y del emperador? Pues ahora que te atormenten te arrepentirás de haber procedido así.

- Dios ayuda a los que son sus amigos, y Cristo Jesús, que es muchísimo más importante y poderoso que el emperador, me dará las fuerzas y el valor para soportar los tormentos.

El perseguidor, viendo que con amenazas no lo conmueve, se propone cambiar de táctica y ofrecerle a Julián grandes premios si deja la santa religión.

- Tus padres eran personas muy importantes en esta ciudad. Si dejas de ser cristiano y adoras a nuestros dioses, te concederemos puestos de primera clase.

- Mis padres me están observando desde el cielo y se sienten muy contentos y muy honrados de que yo proclame mi fe en Cristo y derrame por El mi sangre.

Empiezan a darle a Julián terribles latigazos, con fuetes que tienen pedacitos de hierro en los extremos, pero uno de los verdugos al retirar rápidamente el fuete, es herido gravemente en un ojo por la punta de hierro del látigo. Julián oye el grito de dolor y llamando al verdugo le coloca sus manos sobre el ojo destrozado y se obtiene inmediatamente la curación.

Los verdugos le cortan la cabeza al santo, pero en ese momento el joven Celso, hijo del perseguidor Marciano, al ver con qué gran valentía y alegría ha ido a la muerte este amigo de Cristo, se declara él también seguidor de Jesús y se hace cristiano. Esta conversión fue considerada como un verdadero milagro espiritual obtenido por el martirio de Julián.

Y los amigos de Jesús queremos proclamar siempre y en todas partes nuestra fe, y preferir mil muertes y diez mil tormentos, antes que dejar nuestra santísima religión por irnos a religiones falsas que ni dan felicidad en esta vida ni consiguen salvación eterna.

San Julián: pídele a Cristo que nosotros logremos perseverar fieles a nuestra santa religión hasta la muerte
 
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