martes, 12 de noviembre de 2013

Los Santos de hoy martes 12 de noviembre de 2013

Los Santos de hoy martes 12 de noviembre de 2013
 Emiliano de la Cogolla, Santo
Monje, 12 de noviembre
 Gabriel Ferretti, Beato
Franciscano, 12 Noviembre
 Josafat Kunsevich, Santo
Obispo y mártir, 12 de noviembre
 Margarito Flores García, Santo
Mártir, 12 Noviembre

SAN JOSAFAT KUNSEVICH, OBISPO Y MÁRTIR, 12 DE NOVIEMBRE

Autor: . | Fuente: Corazones.org
Josafat Kunsevich, Santo
Obispo y mártir, 12 de noviembre
 
Josafat Kunsevich, Santo
En Octubre de 1595, el metropolitano de los ortodoxos disidentes de Kiev y otros cinco obispos, que representaban a millones de rutenos (hoy llamados ucranios), hallándose reunidos en Brest-Litovsk, ciudad de Lituania, decidieron someterse al Papa y estar en comunión con la Iglesia católica. Se trata de la histórica Unión de Brest. Esta unificación dio lugar a grandes controversias llegándose hasta la violencia. San Josafat por aquel tiempo era muy jovencito, pero aquellos eventos tendrían un profundo impacto en su vida ya que el mismo daría su vida por la unidad de la Iglesia.

Su nombre de bautismo era Juan Kunsevich. Su padre, que era un católico de buena familia, puso a su hijo en la escuela de su pueblo natal. Después Juan entró a trabajar como aprendiz en una tienda de Vilna, pero en vista de que el comercio no estaba en su corazón, empleaba sus tiempos libres aprendiendo el eslavo eclesiástico para comprender mejor los divinos oficios y poder recitar diariamente el oficio bizantino. Juan conoció por entones a Pedro Arcudius, rector del colegio oriental de Vilna, así como a los jesuitas Valentín Fabricio y Gregorio Gruzevsky, quienes se interesaron por él y le alentaron a seguir adelante. Al principio, el amo de Juan no veía con muy buenos ojos sus inquietudes religiosas, pero el joven supo cumplir tan bien con sus obligaciones, que el comerciante acabó por ofrecerle que se asociase con él y tomase por esposa a una de sus hijas. Juan rehusó ambas proposiciones, pues estaba decidido a hacerse monje.

En 1601 ingresó en el monasterio de la Santísima Trinidad de Vilna. El santo indujo también a seguir su ejemplo a José Benjamín Rutsky, un hombre muy culto, convertido del calvinismo. Los dos jóvenes monjes empezaron juntos a trazar planes para promover la unión y reformar la observancia en los monasterios rutenos. Desde entonces se llamó Josafat, recibió el diaconado, después el sacerdocio y pronto adquirió fama por sus sermones sobre la unión con Roma.

Su vida personal era muy austera, ya que añadía a las penitencias acostumbradas en las reglas monásticas del oriente, otras mortificaciones tan severas, que en más de una ocasión le criticaron los mismos monjes. En el proceso de beatificación el burgomaestre de Vilna declaró que "no había en el pueblo ningún religioso más bueno que el P. Josafat."

Josafat, al notar que su superior, Samuel, el abad del monasterio de la Santísima Trinidad, manifestaba tendencia a separarse de Roma, se lo advirtió a sus superiores. El arzobispo de Kiev sustituyó a Samuel por Josafat. Bajo su gobierno, el monasterio se repobló. Ello movió a sus superiores a retirarle del estudio de los Padres orientales para que fundase otros monasterios en Polonia.

En 1614, Rutsky fue elegido metropolitano de Kiev y Josafat Ie sucedió en el cargo de abad de Vilna. Cuando el nuevo metropolitano fue a tomar posesión de su catedral, Juan le acompañó en el viaje y aprovechó la ocasión para visitar el famoso monasterio de las Cuevas de Kiev. Pero la comunidad de dicho monasterio, que se componía de más de 200 monjes, estaba relajada y el reformador católico estuvo a punto de ser arrojado al río Dnieper. Aunque sus esfuerzos por hacer volver a la unidad a la comunidad fracasaron, su ejemplo y sus exhortaciones consiguieron hacer cambiar un tanto la actitud de los monjes.

Obispo ejemplar
En 1617, el P. Josafat fue consagrado obispo de Vitebsk con derecho de sucesión a la sede de Polotsk. Pocos meses después murió el anciano arzobispo de esa sede y Josafat se halló al frente de una eparquía extensa pero poco fervorosa. Muchos se inclinaban al cisma porque temían que Roma interfiriese en sus ritos y costumbres. Las iglesias estaban en ruinas y se hallaban manos de los laicos. Muchos miembros del clero secular habían contraído matrimonio, algunos varias veces. La vida monástica estaba en decadencia. Josafat pidió ayuda a algunos de sus hermanos de Vilna y emprendió la tarea: reunió sínodos en las ciudades principales, publicó e impuso un texto de catecismo, redactó una serie de ordenaciones sobre la conducta del clero y combatió la interferencia de los "señores" en los asuntos de las iglesias locales. A todo ello añadió el ejemplo de su vida, su celo en la instrucción, la predicación, la administración de sacramentos y la visita a los pobres, a los enfermos, a los prisioneros y a las aldeas más remotas.

Hacia 1620, prácticamente toda la eparquía era ya sólidamente católica, el orden estaba restaurado y el ejemplo de aquel puñado de hombres buenos había producido un renacimiento de la vida cristiana. Pero en ese mismo año, disidentes en la región que se había unido a Roma, establecieron obispos paralelos, contrarios a Roma. Así, un tal Melecio Smotritsky fue nombrado arzobispo de Polotsk, sede de San Josafat, y se dedicó enérgicamente a destruir la obra del arzobispo católico, diciendo que Josafat se había "convertido al latinismo", que iba a obligar a sus fieles a seguir su ejemplo y que el catolicismo no era la forma tradicional del cristianismo ruteno. La nobleza y la mayoría del pueblo estaban por la unión, pero habían zonas disidentes. Un monje llamado Silvestre Smotritsky recorrió las poblaciones de Vitebsk, Mogilev y Orcha sublevando a la gente contra el catolicismo. Cuando el rey de Polonia proclamó un decreto afirmando que Josafat era el único arzobispo legítimo de Polotsk, se produjeron desórdenes no sólo en Vitebsk, sino en la misma Vilna. El decreto fue leído públicamente en presencia del santo y éste estuvo a punto de perder la vida.

El canciller de Lituania, León Sapieha, que era católico, temeroso de los resultados políticos de la inquietud general, prestó oídos a los rumores esparcidos por los disidentes que, fuera de Polonia, acusaban a San Josafat de haber sido el causante de los desórdenes con su política. Así pues, en 1622, Sapieha escribió al santo acusándole de emplear la violencia para mantener la unión, de exponer el reino al peligro de una invasión de los cosacos, de sembrar la discordia entre el pueblo, de haber clausurado por la fuerza ciertas iglesias no católicas y de otras cosas por el estilo. Tan solo era cierto que Josafat había pedido el auxilio del gobierno para recobrar la iglesia de Mogilev, de la que se habían apoderado los disidentes. El arzobispo tuvo que hacer frente también a la oposición, las críticas y la falta de comprensión de algunos católicos. Una de las razones por la que que una parte del pueblo fácilmente se dejó llevar por las falsas acusaciones era para evitar la disciplina y las exigencias morales del renacimiento católico.

En octubre de 1623, sabedor de que Vitebsk era todavía el centro de la oposición, decidió ir allá personalmente. Sus amigos no lograron disuadirle ni convencerle de que llevase una escolta militar. "Si Dios me juzga digno de merecer el martirio, no temo morir´", respondió San Josafat. Así pues, durante dos semanas predicó en las iglesias de Vitebsk y visitó a los fieles sin distinción alguna. Sus enemigos le amenazaban continuamente y provocaban a sus acompañantes para poder asesinarle aprovechando el desorden. El día de la fiesta de San Demetrio, una turba enfurecida rodeó al mártir, el cual les dijo:
"Sé que queréis matarme y que me acecháis en todas partes: en las calles, en los puentes, en los caminos, en la plaza central. Pero yo estoy entre vosotros como vuestro pastor y quiero que sepáis que me consideraría muy feliz de dar la vida por vosotros. Estoy pronto a morir por la sagrada unión, por la
supremacía de San Pedro y del Romano Pontífice."

Martirio
Smotritsky, fomentador de la agitación, probablemente solo pretendía obligar al santo a salir de la ciudad. Pero sus partidarios empezaron a tramar una conspiración para asesinar a Josafat el 12 de noviembre, a no ser que se excusase ante ellos por haber empleado la violencia. Un sacerdote llamado Elías fue el encargado de penetrar en el patio de la casa del arzobispo e insultar a sus criados por su religión y al amo
a quien servían. Como la escena se repitiese varias veces, San Josafat dio permiso a sus criados de arrestar al sacerdote, si volvía a presentarse. En la mañana del 12 de noviembre, cuando el arzobispo se dirigía a la iglesia para el rezo del oficio de la aurora, Elías le salió al encuentro y comenzó a insultarle. El santo dio entonces permiso a su diácono para que mandase encerrar al agresor en un aposento de la casa. Eso era precisamente lo que deseaban sus enemigos que buscaban pretexto para atacarle. Al punto, echaron a vuelo las campanas, y la multitud empezó a clamar que se pusiese en libertad a Elías y se castigase al arzobispo. Después del oficio, San Josafat volvió a su casa y devolvió la libertad a Elías, no sin antes haberle amonestado. A pesar de ello, el pueblo penetró en la casa, exigiendo la muerte de Josafat y golpeando a sus criados. El santo salió al encuentro de la turba y preguntó: "¿Por qué golpeáis a mis criados, hijos míos? Si tenéis algo contra mí, aquí estoy; dejadlos a ellos en paz." (Palabras muy parecidas a las de Santo Tomás Becket en ocasión semejante). La turba comenzó entonces a gritar: "¡Muera el Papista!", y San Josafat cayó atravesado por una alabarda y herido por una bala. Su cuerpo fue arrastrado por las calles y arrojado al río Divna.

El martirio del santo produjo como resultado inmediato un movimiento en favor de la unidad católica. Desgraciadamente, la controversia se prolongó con violencia y los disidentes tuvieron también un mártir, el abad Anastasio de Brest, quien fue ejecutado en 1648. Por otra parte, el arzobispo Melecio Smotritsky se reconcilió más tarde con la Santa Sede.

La gran reunión rutena existió, con altos y bajos, hasta que, después de la repartición de Polonia, los soberanos rusos obligaron por la fuerza a los rutenos católicos a unirse con la Iglesia Ortodoxa de Rusia. El comunismo favoreció la opresión de la fe católica. Hoy como ayer es necesaria la intercesión y el ejemplo de San Josafat a favor de la unión en la verdad y el amor.

San Josafat Kunsevich fue canonizado en 1867 por el Papa Pío IX. Fue el primer santo de la Iglesia de oriente canonizado con proceso formal de la Sagrada Congregación de Ritos. Quince años más tarde, León XIII fijó el 14 de noviembre como fecha de la celebración de su fiesta en toda la Iglesia de occidente. La reforma litúrgica movió la fiesta al 12 de noviembre.

El Papa Pío XI declaró a San Josafat Patrón de la Reunión entre Ortodoxos y Católicos el 12 de noviembre de 1923, III centenario de su martirio.

El 25 de Noviembre de 1963, durante el Concilio Vaticano II y por petición del Papa Juan XXIII, quién estaba muy interesado en la unidad, el cuerpo de San Josafat finalmente encontró su descanso en el altar de San Basilio en la Basílica de San Pedro. 

lunes, 11 de noviembre de 2013

ORACIÓN A SAN MARTÍN DE TOURS


Los Santos de hoy lunes 11 de noviembre de 2013

Los Santos de hoy lunes 11 de noviembre de 2013
 Martín de Tours, Santo
Obispo, 11 de noviembre 
 Bartolome el Joven de Rossano, Santo
Abad, 11 Noviembre
 Verano, Santo
Obispo, 11 de noviembre
 Teodoro el Estudita, Santo
Abad, 11 Noviembre
 Menas de Egipto, Santo
Mártir, 11 Noviembre
 Marina Omura, Santa
Virgen y Mártir, 11 Noviembre
 Vicenta María (Luisa) Poloni, Beata
Cofundadora, 11 de noviembre
 Julio Alameda Camarero y compañeros, Beatos
Religigosos y Mártires, 11 de noviembre 

SAN MARTÍN DE TOURS, OBISPO, 11 DE NOVIEMBRE


San Martín de Tours, obispo (+ 397)
Su fiesta se celebra el 11 de Noviembre.



San Martín de Tours San Martín nació en Panonia, Hungría, el 316. Sus padres eran paganos. Estudia en Pavía, donde conoce el Cristianismo. Su padre, que era tribuno militar, para desviarle del cristianismo, le obliga a ingresar en el ejército. Martín concilia sus deberes militares con sus aspiraciones cristianas. Vida ejemplar de monje y soldado: valentía y vida santa y caritativa.

Siendo militar sucedió el hecho tan tratado en la iconografía. Era invierno, y al entrar en Amiens, encuentra un mendigo casi helado, sin ropa. Divide su capa en dos partes y entrega una al pobre. Esa noche tuvo una visión en la que veía a Cristo con su media capa puesta, que decía a los ángeles: "¡Mirad, este es el manto que me dio Martín el catecúmeno!"

Pronto recibe el bautismo y dos años después, deja la milicia para seguir a Cristo. San Hilario de Poitiers le instruyó en teología, filosofía, Biblia y Santos Padres, con vistas a ordenarle de diácono viendo su capacidad de aprendizaje y su creciente fe. Sin embargo, Martín no quiso oír hablar de ello y se fue a Sabaria, con sus padres. En el camino fue asaltado por un ladrón, al cual perdonó y habló tan bien de Cristo, que el hombre se arrepintió al tiempo y se hizo un buen cristiano. Y él mismo relató el hecho a Sulpicio. Ya Martín en su casa, logró convertir a su madre a la fe católica. Además, predicó contra los arrianos, que cada vez eran más en Panonia, y por este hecho fue azotado y expulsado de la ciudad. De nuevo en Poitiers, funda Ligugé, auténtico monasterio misional. Allí pasa once años, feliz en su ambiente. Preguntado más adelante por qué profesiones había ejercido respondía: "fui soldado por obligación y por deber, y monje por inclinación y para salvar mi alma". Por eso hay quien resume la vida de Martín así: "soldado por fuera, obispo a la fuerza, monje por gusto".

Sulpicio Severo escribió Cartas y Diálogos y sobre todo la Vida de San Martin. Pocos libros habrán sido más leídos que éste, que ha servido de fuente para llevar por todas partes a través de cantares y poemas, representaciones teatrales, la pintura y la escultura la imagen de este Santo "el más popular y conocido de toda Europa".

Un historiador ha contado en Francia 3.667 parroquias dedicadas a él y 487 pueblos que llevan su nombre. Un buen número hay también en Alemania, Italia y España. Es simpático el párrafo en que Don Quijote enseña a Sancho la imagen de San Martín y le explica el caso de la capa.

Martín vivía feliz en Ligugé. Pero Tours se había quedado sin obispo. Un día del año 371, fue invitado a Tours con el pretexto de que lo necesitaba un enfermo grave, pero era que el pueblo quería elegirlo obispo. Apenas estuvo en la catedral toda la multitud lo aclamó como obispo de Tours, y por más que él se declarara indigno de recibir ese cargo, lo obligaron a aceptar. Establece cerca, para su humilde residencia, el monasterio de Marmoutiers, centro misionero de donde saldrán San Patricio y San Paulino de Nola. Desde allí parte para sus agotadoras correrías apostólicas, durante 35 años, por toda la Galia. Nada le retiene. Acusa a emperadores, reprime a los herejes, defiende a los débiles y a los condenados a muerte, realiza innumerables milagros, y entre ellos se le atribuye la resurrección de varios muertos. Su fama es indescriptible. Es llamado "el apóstol de las Galias" nadie hizo tanto como él por Francia católica y San Gregorio de Tours le invoca como "Patrón especial del mundo entero".

Tan intensos viajes apostólicos, tanta obra de caridad, hasta vaciarse totalmente, agotaron sus fuerzas físicas. Se veía morir. Sus discípulos le piden que no les deje huérfanos. Martín contestó: "Señor, si aún soy necesario, no rehúso el trabajo. Sólo quiero tu voluntad". La liturgia comenta: "¡Oh feliz varón, que ni temió morir, ni recusó la vida".

Los discípulos querían colocarle más cómodo. "Dejadme así, les dijo, mirando al cielo, para dirigir mi alma en dirección hacia Dios". El demonio no dejaba de importunarle. "¿Qué haces ahí, gritó Martín, bestia sanguinaria? No hay nada en mí que te pertenezca, maldito. El seno de Abrahán me espera". Y entregó su alma a Dios. Era el 8 de noviembre del año 397.

Martín fue un asceta, un apóstol, un hombre de oración, muy influyente en toda la espiritualidad medieval. Su faceta principal, la caridad. El gesto de Amiens, dar media capa, fue superado, cuando siendo obispo, entregó su túnica entera a un mendigo gesto menos conocido . Sus mismos milagros, como los de Cristo, fueron milagros de caridad. Pasó haciendo el bien.

Autor del texto: Padre Rafael María López-Melús.

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Anécdotas de San Martín de Tours

* San Martín de Tours es el Santo Patrono de la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina.

Según la tradición, se cuenta que el 20 de octubre de 1580, cuando los ediles españoles debían elegir qué santo sería el patrono de Buenos Aires, pusieron en un sombrero papelitos con los nombres de varios santos. El primero que salió fue San Martín de Tours y se decidió realizar de nuevo el sorteo porque ese santo era francés y preferían que el patrono fuese un santo español. No se sabe por qué, el papelito volvió al sombrero. Al realizarse de nuevo el sorteo,  San Martín de Tours volvió a salir dos veces consecutivas más, por lo que decidieron nombrarle como Patrono.

* El medio manto de San Martín (el que cortó con la espada para dárselo al pobre) fue guardado en una urna y se le construyó un pequeño santuario para guardar esa reliquia. Como en latín para decir "medio manto" se dice "capilla", la gente decía: "Vamos a orar donde está la capilla". Y de ahí viene el nombre de capilla, que se da a los pequeños salones que se hacen para orar.

* San Martín de Tours es uno de los santos más populares. Por ejemplo, en Francia, tiene dedicadas 3.667 iglesias que llevan su nombre. Además, 487 pueblos llevan también su nombre.

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Oración a San Martín de Tours

Oh Dios, que conoces que por nuestras fuerzas no podemos subsistir; concédenos benigno que, por la intercesión de tu confesor y pontífice san Martín, seamos fortalecidos contra todos los males que nos cercan. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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Patronazgos de San Martín de Tours

San Martín de Tours es patrono de Hungría, Buenos Aires, Orense, Utrecht y Bucaramanga.

domingo, 10 de noviembre de 2013

ORACIÓN PARA ALCANZAR LA SALUD


ORACIÓN PARA ALCANZAR LA SALUD

Señor y Padre bueno: Así como has estado conmigo en el pasado a la hora de la dificultad, continúa bendiciéndome ahora con tu ayuda. Mira, Señor, con bondad lo que están haciendo en provecho mío. Guía con sabiduría a los médicos y a todos los que me cuidan. Préstales tu fuerza curativa para que me sea devuelta la salud. Yo te daré gracias por tu generoso y solícito amor.
Amén.

Los Santos de hoy domingo 10 de noviembre de 2013

Los Santos de hoy domingo 10 de noviembre de 2013
 León Magno, Santo
XLV Papa, 10 de noviembre
 Justo de Canterbury, Santo
Obispo, 10 de noviembre
 Andrés Avelino, Santo
Sacerdote, Noviembre 10
 Baudolino de Alessandria, Santo
Ermitaño, Noviembre 10
 Otros Santos y Beatos
Completando el santoral de éste día, Noviembre 10
 Mártires de Lübeck, Beatos
Sacerdotes y Mártires, 10 de noviembre 

SAN LEÓN MAGNO, XLV PAPA, 10 DE NOVIEMBRE

Autor: Mario Sgarbossa y Luigi Giovannini | Fuente: Un santo para cada día, Ediciones San Pablo
León Magno, Santo
XLV Papa, 10 de noviembre
 
León Magno, Santo

XLV Papa

Martirologio Romano: Memoria de san León I, papa, doctor de la Iglesia, que, nacido en Etruria, primero fue diácono diligente en la Urbe y después, elevado a la cátedra de Pedro, mereció con todo derecho ser llamado “Magno”, tanto por apacentar a su grey con una exquisita y prudente predicación como por mantener la doctrina ortodoxa sobre la encarnación de Dios, valientemente afirmada por los legados delConcilio Ecuménico de Calcedonia, hasta que descansó en el Señor en Roma, donde en este día tuvo lugar su sepultura en San Pedro del Vaticano (461).

Etimología: León = Aquel hombre audaz, imperioso y valiente, es de origen latino

El Papa León, que nació en Toscana a fines del siglo IV, es recordado en los textos de historia por el prestigio moral y político que demostró ante la amenaza de los Hunos de Atila (a los que logró detener sobre el puente Mincio) y de los Vándalos de Genserico (cuya ferocidad mitigó en el saqueo de Roma del 455). Elevado al solio pontificio en el 440, en sus 21 años de pontificado (murió el 10 de noviembre del 461) llevó a cabo la unidad de toda la Iglesia alrededor de la sede petrina, impidiendo usurpaciones de jurisdicción, arrancando de raíz los abusos de poder, frenando las ambiciones del patriarcado constantinopolitano y del vicariato de Arles.

Desafortunadamente, no existen muchas noticias biográficas de él. Al Papa León no le gustaba hablar mucho de sí en sus escritos. Tenía una idea elevadísima de su función: sabía que encarnaba la dignidad, el poder y la solicitud de Pedro, jefe de los apóstoles. Pero su posición de autoridad y la fama de rigidez y hieratismo no le impedían comunicar el calor humano y el entusiasmo de un hombre de Dios, que se notan por los 96 Sermones y por las 173 cartas que han llegado hasta nosotros. Sobre todo las homilías nos muestran al Papa, uno de los más grandes de la historia de la Iglesia, paternalmente dedicado al bien espiritual de sus hijos, a los que les habla en lenguaje sencillo, traduciendo su pensamiento en fórmulas sobrias y eficaces para la práctica de la vida cristiana.

Sus cartas, por el estilo culto, demuestran su rica personalidad. De espíritu comprensivo y previsor, se destacó también por su impulso doctrinal, participando activamente en la elaboración dogmática del grave problema teológico tratado en el concilio ecuménico de Calcedonia, pedido por el emperador de Oriente para condenar la herejía del monofisismo.

Su famosa Epistola dogmatica ad Flavianum, leída por los delegados romanos que presidían la asamblea, presentó el sentido y también las fórmulas de la definición conciliar, creando así una efectiva unidad y solidaridad con la sede de Roma. León fue el primer Papa que recibió de la posteridad el epíteto de “magno”, grande, no sólo por las cualidades literarias y la firmeza con la que mantuvo en vida al decadente imperio de Occidente, sino por la solidez doctrinal que demuestra en sus cartas, en sus sermones y en las oraciones litúrgicas de la época en donde se ven evidentes su sobriedad y precisión características.

Murió el año 461.

Si quieres más información consulta San León Magno de Jesús Martí Ballester 
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