jueves, 19 de abril de 2018

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 19 ABRIL 2018



Lecturas de hoy Jueves de la 3ª semana de Pascua
Hoy, jueves, 19 de abril de 2018




Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (8,26-40):

EN aquellos días, un ángel del Señor habló a Felipe y le dijo:
«Levántate y marcha hacia el sur, por el camino de Jerusalén a Gaza, que está desierto».
Se levantó, se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido a Jerusalén para adorar. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo al profeta Isaías.
El Espíritu dijo a Felipe:
«Acércate y pégate a la carroza».
Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó:
«¿Entiendes lo que estás leyendo?».
Contestó:
«Y cómo voy a entenderlo si nadie me guía?».
E invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era este:
«Como cordero fue llevado al matadero,
como oveja muda ante el esquilador,
así no abre su boca.
En su humillación no se le hizo justicia.
¿Quién podrá contar su descendencia?
Pues su vida ha sido arrancada de la tierra».
El eunuco preguntó a Felipe:
«Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?».
Felipe se puso a hablarle y, tomando píe de este pasaje, le anunció la Buena Nueva de Jesús. Continuando el camino, llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco:
«Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?».
Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su camino lleno de alegría.
Felipe se encontró en Azoto y fue anunciando la Buena Nueva en todos los poblados hasta que llegó a Cesarea.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 65,8-9.16-17.20

R/. Aclamad al Señor, tierra entera

Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas,
porque él nos ha devuelto la vida
y no dejó que tropezaran nuestros pies. R/.

Los que teméis a Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua. R/.

Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica
ni me retiró su favor. R/.

___________

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (6,44-51):

EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, Y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».

Palabra del Señor

_____________


Comentario al Evangelio de hoy jueves, 19 de abril de 2018
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf



IMPREVISTA CONVERSIÓN. 
TODOS PUEDEN SER DISCÍPULOS


    Qué sugerente y emocionante me resulta este pasaje de los Hechos. Su autor sigue describiéndonos la expansión del Evangelio por zonas cada vez más alejadas (periferias, que diría hoy nuestro Papa) del judaísmo oficial, en manos de aquellos «heterodoxos» diáconos que tuvieron que salir huyendo del «centro», tras la muerte de Esteban. 

     El «ángel del Señor» quiere ir llevando a su Iglesia hacia el Sur, ese que también existe (JM Serrat), y Felipe, que ya se había movido por Samaría, va a ser el encargado de tal tarea. No parece una estrategia evangelizadora muy apropiada tomar el camino del desierto: ¿qué se puede encontrar por ahí? No cayó en la tentación de la eficacia o de los números, que a nosotros tanto nos puede. Ni le va a parecer una pérdida de tiempo entretenerse con un personaje tan particular, difícil y poco interesante a muchos ojos.

    El Diácono Felipe se «tropieza» con un etíope (un africano). Se trataba de un «prosélito», a veces también llamados «temerosos de Dios». Se refiere a los que se sentían atraídos por el judaísmo, pero que no estaban totalmente integrados o considerados como el resto. En el judaísmo había «niveles de pertenencia», por decirlo de algún modo, y personajes como éste, por más que fueran de alta alcurnia, eran de «segunda clase». En este caso, por dos razones: por ser extranjero y por ser eunuco (=impuro, excluido del acceso al Templo ).

    Sin embargo, -qué estupendo descubrir esto ya en la Iglesia primitiva-, Felipe no se hace problema de ello. En las comunidades cristianas helenistas no había diferencias (aunque esto será motivo de conflicto entre Pablo y algunos miembros de la comunidad de Jerusalem, que sí pretendían establecer esas diferencias, al estilo judío): ni de raza, ni de impureza, ni de condición social... El Evangelio era para todos. 

    Y Felipe no regatea esfuerzos. Se acerca, se monta en la carroza, se sienta con el eunuco y entra en conversación con él. El etíope va leyendo las Escrituras (no cualquiera disponía de ellas, y no cualquiera sabía leer). Pero no las entendía. Como les ocurre a tantos hermanos nuestros para quienes el Antiguo Testamento (o buena parte de él) es una especie de galimatías y no encuentran «guías». Y parecido podría decir del Nuevo Testamento.

    Pero se ve que nuestro diácono sí que tiene formación escriturística, pero no le suelta ningún discurso, ni discute. Como había hecho Jesús con los dos de Emaús, le deja que hable, que formule sus dudas, le escucha, mientras siguen juntos el viaje... 

    Y luego, partiendo de lo que ha escuchado, le va anunciando el Evangelio de Jesús. El punto de llegada será que decide bautizarse: «¿Qué dificultad hay en que me bautice?». Ninguna. Y así ocurre.

    Todo un ejemplo de catequesis, todo un ejemplo de «guía» espiritual, de acompañamiento en la fe, todo un modelo de evangelización, todo un modelo de hacer Iglesia.

     Felipe tiene ocasión de experimentar personalmente aquello que estaba escrito en los profetas, y que Jesús retoma en el Evangelio de hoy: Serán todos discípulos de Dios. Todo el que viene a él, todo el que escucha y aprende de él, todo el que come el Pan vivo bajado del cielo será discípulo. Esta es la definición de discípulo. Vale para Felipe, y vale para el ministro de la reina Candaces, que viajaba con la Escritura en la mano. 

     Cuesta entender que el paso del tiempo acabara reservando el nombre de «discípulo» y la responsabilidad de evangelizar a un grupo reducido del Pueblo cristiano. Ojalá que todo cristiano tuviera el empuje misionero, el conocimiento de la Biblia y la preparación teológica de Felipe. El Concilio Vaticano II quiso recuperar y potenciar la vocación apostólica de todo bautizado, de todo el que ha recibido el Espíritu de Pentecostés, así como darle el lugar que corresponde a la Palabra de Dios en la espiritualidad cristiana y en la Liturgia. Pero aún queda mucho por hacer. 

    Que Felipe nos guíe y acompañe. Que se multipliquen en la Iglesia los «guías»/acompañantes que tantos necesitan y buscan, y que todos los que tienen inquietud (los que el Padre atrae) encuentren su sitio entre nosotros, sea cual sea su condición, situación y origen.

Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf 

BUENOS DÍAS




miércoles, 18 de abril de 2018

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 18 ABRIL 2018


Lecturas de hoy Miércoles de la 3ª semana de Pascua
, miércoles, 18 de abril de 2018


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (8,1-8):

AQUEL día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaría.
Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él.
Saulo, por su parte, se ensañaba con la Iglesia, penetrando en las casas y arrastrando a la cárcel a hombres y mujeres.
Los que habían sido dispersados iban de un lugar a otro anunciando la Buena Nueva de la Palabra. Felipe bajó a la ciudad de Samaría y les predicaba a Cristo. El gentío unánimemente escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.

Palabra de Dios

__________

Salmo
Sal 65,1-3a.4-5.6-7a

R/. Aclamad al Señor, tierra entera

Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». R/.

«Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre».
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R/.

Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos en él,
que con su poder gobierna enteramente. R/.

________

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (6,35-40):

EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis.
Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.
Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.
Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 18 de abril de 2018
 Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf


CRECER EN LAS DIFICULTADES


   Los Hechos nos relatan la primera persecución contra la Iglesia. No nos indican una causa especial para que la persigan, pero resulta significativo que los que salen huyendo son «todos menos los apóstoles». Tendremos que interpretar que los perseguidos fueron sobre todo los compañeros de Esteban, los que tenían más inquietud misionera, los que habían hecho la adaptación de la Buena Nueva de Jesús a la cultura helenista.

Se nombra expresamente a uno de ellos, uno de los Siete Diáconos: Felipe. 

    El autor de Hechos intentó «disimular» el conflicto dentro de la Comunidad entre este sector helenista y el grupo de los apóstoles, «reduciéndolo» a un problema de atención a las viudas helenistas (Hech 6). Parece que fue bastante más que eso, porque seguidamente aparecen predicando y difundiendo la Palabra de Dios... si el problema era la atención a las viudas.... «Algo más harían» para que fueran objeto de la primera persecución (algo además de ocuparse de la comida de las viudas). Esteban había sido la primera víctima.

    Los discípulos, por su parte, debían estar convencidos de que podrían resolver los problemas planteados con la religión judía fuera y dentro de la comunidad. Se toman más tiempo, seguramente quieren ser «prudentes» y tomar las decisiones con más calma. Les cuesta asumir las «adaptaciones» y «libertades» que se ha tomado el sector helenista (y que han llevado a Esteban a sufrir el martirio), y por lo tanto romper definitivamente con las tradiciones judías que los helenistas creían que encorsetaban el Evangelio y excluían a muchos para que lo aceptaran. A Pedro y al resto de los apóstoles les costará bastante asumir estos cambios, pero terminarán por aceptarlo, porque no se puede ir en contra del Espíritu Santo, como justificará más adelante este mismo Saulo que ahora persigue a este sector «heterodoxo», y que tiene como centro geográfico de referencia las ciudades de Damasco y Antioquía.

    Precisamente las dificultades en que se vio la primera Iglesia serán el origen de la expansión misionera y de la universalidad del Evangelio. Todo ello nos invita a mirar con esperanza las dificultades que, en cada tiempo y también hoy, afectan a la Iglesia. Pueden y deben ser ocasiones de purificación, de profundización en la teología, de ser creativos y decididos en la pastoral. Hoy, como entonces, hace falta escuchar las voces de los que piden cambios a fondo, de los que están más metidos en la realidad pastoral, en las periferias... 

Seguramente, hoy como entonces, los que viven en «Jerusalem» vayan más despacio y les cueste decidir.

   Pero el duelo causado por las dificultades y persecuciones, al final, eso esperamos, llenarán «la ciudad» de alegría. El grano de trigo que es la Iglesia tendrá que morir muchas veces para que sea posible que aparezca el trigo y el pan que los hombres necesitan como alimento. Estamos, pues, ante una llamada a la esperanza, al discernimiento y a la purificación.

          En el Evangelio encontramos una queja de Jesús, que nos hace recordar el final del mismo, cuando Tomás necesita ver para creer. Aquí hay quienes han visto (y oído) y no creen, es decir, no acogen a Jesús como revelación del Padre. «Verle» y «creer», empezar a vivir como él, convertirse en discípulo significa tener vida eterna. Ya, ahora; y ser resucitado después, en «el último día», que para el Evangelio de Juan es el día de la Pascua, y el día final de nuestra historia. 

         Jesús no quiere «echar fuera» a nadie. Está aludiendo a la expulsión de Adán del paraíso, cuando  dejó de estar a su alcance el «Árbol de la Vida» y Adán y Eva fueron echados fuera. La cruz será el nuevo Árbol de la Vida del que hay que comer/alimentarse para que «no se pierda nadie», ésta es la voluntad del Padre, una salvación universal. 

        Dicen los especialistas que la expresión «Yo soy el pan de vida» se refiere simultáneamente a la revelación de Jesús (el «Yo Soy» de la zarza ardiente: se conoce quién es Dios «mirando» a Jesucristo) y a la consiguiente respuesta de fe («creer en él»), y también al cuerpo eucarístico de Jesús que hay que comer. 

       Ojala que Jesús no tenga que quejarse de nosotros porque vemos y no creemos. La voluntad del Padre es que nadie se pierda, sí, pero no nos puede salvar si nos empeñamos en ser «ciegos» culpablemente, porque no queremos alimentarnos de él, creer en él, hacer nuestro su estilo de vida.

Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf 



SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 18 ABRIL 2018

Ursmaro de Lobbes, SantoUrsmaro de Lobbes, Santo
Obispo y Abad, 18 de abril
Atanasia o Anastasia, SantaAtanasia o Anastasia, Santa
Abadesa, 18 de abril
Lucas Passi, BeatoLucas Passi, Beato
Sacerdote y Fundador, 18 de abril
Laisren de Leighlin, SantoLaisren de Leighlin, Santo
Abad, 18 de abril
Antusa, SantaAntusa, Santa
Virgen, 18 de abril
Idesbaldo, BeatoIdesbaldo, Beato
Abad, 18 de abril
Galdino de Milán, SantoGaldino de Milán, Santo
Obispo, 18 de abril
Savina Petrilli, BeataSavina Petrilli, Beata
Fundadora, 18 de abril
Román Archutowski, BeatoRomán Archutowski, Beato
Sacerdote y Mártir, 18 de abril
Andrés de Montereale, BeatoAndrés de Montereale, Beato
Presbítero Agustino, 18 de abril
Andrés Hibernón, BeatoAndrés Hibernón, Beato
Religioso Franciscano, 18 de abril
María de la Encarnación Avrillot, BeataMaría de la Encarnación Avrillot, Beata
Madre y fundadora del Carmelo Teresiano en Francia, 18 de abril
Perfecto de Córdoba, SantoPerfecto de Córdoba, Santo
Presbítero y Mártir, 18 de abril

BIENVENIDOS





martes, 17 de abril de 2018

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 17 ABRIL 2018


Lecturas de hoy Martes de la 3ª semana de Pascua
Hoy, martes, 17 de abril de 2018





Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (7,51–8,1a):

EN aquellos días, dijo Esteban al pueblo y a los ancianos y escribas:
«¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la ley por mediación de ángeles y no la habéis observado».
Oyendo sus palabras se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo:
«Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios».
Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación:
«Señor Jesús, recibe mi espíritu».
Luego, cayendo de rodillas y clamando con voz potente, dijo:
«Señor, no les tengas en cuenta este pecado».
Y, con estas palabras, murió.
Saulo aprobaba su ejecución.

Palabra de Dios

***********
Salmo
Sal 30,3cd-4.6ab.7b.8a.17.21ab

R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R/.

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Yo confío en el Señor.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R/.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas. R/.

***********
Lectura del santo evangelio según san Juan (6,30-35):

EN aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús:
«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”». 
Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».
Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan».
Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy martes, 17 de abril de 2018
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf


SOMOS TESTARUDOS,
NOS RESISTIMOS AL ESPÍRITU SANTO


     Esteban no está simplemente cuestionando la Ley de Moisés, o algún aspecto concreto de la misma. Como Jesús, va al centro. Si el signo exterior de que se pertenecía al pueblo de Dios era la «circuncisión» (según la alianza con Abraham, Génesis 17, 10-14), Esteban les reprocha que el signo se ha quedado en algo puramente externo y falso. Porque lo que había que «circuncidarse» eran el oído y el corazón.

     Ya sabemos que en la cultura bíblica, el corazón representaba el centro de la persona, el yo, la propia identidad. Pero podemos andar con una «coraza» puesta, de modo que nos «protegemos» contra la voluntad de Dios, no permitimos que la Palabra de Dios afecte, transforme y se incorpore a lo que somos, pensamos, hacemos y sentimos. Por muchas palabras que digamos, o muchos signos exteriores que nos pongamos. La voluntad de Dios nos rebota. Es lo que Jesús y Esteban echan en cara al pueblo,  a los ancianos y escribas. Con palabras muy duras: «Siempre os resistís al Espíritu Santo».

    Y en cuanto al oído: Israel se ha llamado el «pueblo de la escucha». Un texto fundamental, que es a la vez la plegaria más sagrada del judaísmo y que repiten diariamente, se encuentra en Deuteronomio  6, 4-9, empieza así: Escucha Israel...

    Pero es frecuente que, al escuchar, pongamos como unos filtros en las orejas, de modo que escuchamos selectivamente: lo que está de acuerdo con nuestras ideas, lo que no nos inquieta, lo que nos interesa, lo que nos da tranquilidad, lo que confirma nuestras ideas... Con respecto a los demás, ¡y con respecto a Dios y su Palabra! Tener circuncidado el oído significa dejarse juzgar, cuestionar, afectar, alterar, cambiar los criterios y la mente... conforme a lo que nos va «diciendo» Dios. 

    Es más: el pueblo, los ancianos y los escribas no habían sido capaces (o no les daba la gana) de reconocer la Palabra de Dios que venía por boca de sus profetas, así que los perseguían y eliminaban. Con tal de no cambiar la vida, los comportamientos erróneos, con tal de no dejarse cuestionar y exigir, se cerraba la boca de los mensajeros persiguiéndolos y eliminándolos. Esto es lo que hicieron con Jesús, y lo que Esteban sabe que van a hacer con él. Si persiguieron al Maestro, también perseguirán a sus discípulos. El propio Jesús ya lo había advertido. 

El Papa Francisco (17 de Abril de 2013), hablando del Concilio Vaticano II, se preguntaba:  ¿Hemos hecho todo lo que nos dijo el Espíritu Santo en el Concilio?». «No», fue su respuesta. 

«Festejamos este aniversario» casi levantando «un monumento» al Concilio, pero nos preocupamos sobre todo de «que no nos dé fastidio. No queremos cambiar». Y hay algo más: existen voces que quieren retroceder. Esto se llama “ser testarudos”, esto se llama querer “domesticar al Espíritu Santo”, esto se llama convertirse en necios y lentos de corazón».

También entre nosotros se manifiesta esa resistencia al Espíritu Santo. Para decirlo claramente: el Espíritu Santo nos da fastidio. Porque nos mueve, nos hace caminar, impulsa a la Iglesia a ir adelante. Y nosotros somos como Pedro en la Transfiguración: “Ah, que bueno es que estemos aquí, todos juntos”. Pero que no nos dé fastidio. Queremos que el Espíritu Santo se amodorre. Queremos domesticar al Espíritu Santo. Y esto no funciona. Porque Él es Dios y Él es ese viento que va y viene, y tú no sabes de dónde. Es la fuerza de Dios; es quien nos da la consolación y la fuerza para seguir adelante. ¡Pero sigamos adelante! Y esto incomoda. La comodidad es más bonita. 

«También en nuestra vida personal, en la vida privada sucede lo mismo: el Espíritu nos impulsa a seguir un camino más evangélico, y nosotros: “Pero no, es así, Señor...”». 



Pues sí: sigue habiendo quienes le echan la culpa a aquella «reunión» de casi todos los males de la Iglesia de hoy, y quisieran dar marcha atrás al tiempo, recuperar lo que «perdieron», reivindicar las sacrosantas tradiciones y modos de tiempos pretéritos, sin «creerse» que el Espíritu sigue hablando y guiándonos hoy.  

    En otro momento, decía el Papa: "el hombre debe tener el corazón siempre abierto. El «siempre se ha hecho así» es un corazón cerrado y Jesús nos ha dicho: ‘os enviaré el Espíritu Santo y Él os conducirá a la verdad plena’. Si tienes el corazón cerrado a la novedad del Espíritu Santo, ¡nunca llegarás a la verdad plena! Y tu vida será una vida mitad y mitad, una vida remendada con cosas nuevas, pero sobre una estructura que no está abierta a la voz del Señor. Un corazón cerrado, porque no eres capaz de cambiar los odres". Cerrado o incircunciso.

Y atentos también a nuestra propia vida personal: por dónde nos empeñamos en ir, estar o hacer... y por dónde quisiera llevarnos el Espíritu Santo.

           Por eso, concluimos esta reflexión, con los deseos del Papa: «esta es la gracia que hoy quisiera que todos nosotros pidiéramos al Señor; la docilidad al Espíritu Santo, al Espíritu que viene a nosotros y nos hace seguir adelante por el camino de la santidad, esa santidad tan bella de la Iglesia. La gracia de la docilidad al Espíritu Santo».

(¿Qué más voy a añadir yo, si mejor que el Papa no soy capaz de decirlo? La cosa es... hacerlo, ponerlo en práctica).

Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf 

SANTORAL DE HOY MARTES 17 ABRIL 2018

Lucien Botovasoa, BeatoLucien Botovasoa, Beato
Mártir Laico, 17 de abril
Jacobo de Cerqueto, BeatoJacobo de Cerqueto, Beato
Presbítero, 17 de abril
Inocencio de Tortona, SantoInocencio de Tortona, Santo
Obispo, 17 de abril
Donnan y compañeros, SantosDonnan y compañeros, Santos
Mártires, 17 de abril
Otros Santos y Beatos del 17 de abrilOtros Santos y Beatos del 17 de abril
Completando el santoral de este día
Esteban Harding, SantoEsteban Harding, Santo
Abad, 17 de abril
Elías, Pablo e Isidoro, SantosElías, Pablo e Isidoro, Santos
Mártires, 17 de abril
Enrique Heath, BeatoEnrique Heath, Beato
Presbítero y Mártir, 17 de abril
Acacio de Melitene, SantoAcacio de Melitene, Santo
Obispo, 17 de abril
Kateri (Catalina) Tekakwitha, SantaKateri (Catalina) Tekakwitha, Santa
Indígena Americana, 17 de abril
Robert de Chaise-Dieu, SantoRobert de Chaise-Dieu, Santo
Abad, 17 de abril
Clara Gambacorti, BeataClara Gambacorti, Beata
Abadesa Dominica, 17 de abril
Maria Ana de Jesús Navarro, BeataMaria Ana de Jesús Navarro, Beata
Religiosa Mercedaria, 17 de abril

BUENOS DÍAS




lunes, 16 de abril de 2018

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