Alfonsa Clerici, Beata
Religiosa, 14 de enero
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Devasahayam (Lázaro) Pillai, Beato
Mártir Laico, 14 de enero
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Odorico de Pordenone, Beato
Misionero Franciscano, Enero 14
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Fulgencio de Écija, Santo
Obispo, Enero 14
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Potito, Santo
Mártir Adolescente, Enero 14
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Pedro Donders, Beato
Presbítero Redentorista, Enero 14
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Odón de Novara, Beato
Monje Cartujo, Enero 14
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Macrina La Mayor, Santa
Confesora de la fe, 14 de enero
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Dacio de Milán, Santo
Obispo, Enero 14
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Nino (Nina, Cristiana) de Georgia, Santa
Virgen, Enero 14
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Félix de Nola, Santo
Confesor de la fe, Enero 14
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jueves, 14 de enero de 2016
LOS SANTOS DE HOY: JUEVES 14 DE ENERO DEL 2016
SANTA MACRINA LA MAYOR, CONFESORA DE LA FE, 14 DE ENERO
Macrina La Mayor, Santa
Confesora de la fe, 14 de enero
Fuente: ACI Prensa
Nuestro conocimiento de la vida de Macrina la Mayor proviene principalmente del testimonio de los grandes Padres Capadocios de la Iglesia, especialmente de sus nietos : Basilio, Gregorio de Nisa, y el panegírico de St. Gregorio Nacianzeno, en San Basilio.
Ella era la madre de Basilio el Mayor, padre de Basilio, de Gregorio, y de otros hijos cuyos nombres nos son familiares, incluyendo a Macrina la Joven.
Su hogar estaba en Neocaesarea en Ponto. Durante su infancia conoció a San. Gregorio Taumaturgo, primer obispo de su ciudad natal.
Como este venerable doctor, que había ganado Neocaesarea casi totalmente para el cristianismo, murió entre el año 270 y 275, se supone que Santa. Macrina debió haber nacido antes del año 270.
Macrina y su esposo sufrieron mucho en la persecución de Galerio y Máximo, hasta el grado de verse forzados a huir y ocultarse delos perseguidores en los bosques de Ponto, durante siete años. Con frecuencia padecieron hambres, y San Gregorio Nazianceno afirma que, en ocasiones sólo sobrevivieron comiéndose a las fieras que, por un milagro de la Providencia, se dejaban cazar dócilmente.
Ella fue por lo tanto un confesor de la fe durante la violenta tormenta que estalló sobre la Iglesia.
En cuanto a la formación intelectual y religiosa de San Basilio y de sus hermanos y hermanas mayores, ella ejerció una gran influencia, sembrando en sus mentes las semillas de la piedad y ese ardiente deseo por la perfección cristiana que más tarde alcanzó un auge tan importante.
Como San Basilio nació probablemente hacia el año 331, Santa. Macrina debió morir pronto, en la cuarta década del cuarto siglo.
Su santo se celebra el 14 de enero.
EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 14 DE ENERO DEL 2016
Señor, si quieres, puedes limpiarme
Milagros
Marcos 1, 40-45. Tiempo Ordinario. El leproso sabía que Cristo lo amaba y por eso le pide su curación.
Por: Vicente David Yanes | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45
Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio». Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. Le despidió al instante prohibiéndole severamente: «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio». Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.
Oración introductoria
Señor, si Tú quieres esta meditación puede hacer la diferencia en mi día, y en mi vida. Vengo ante Ti como el leproso, necesito de tu gracia. Tócame y sáname de todas mis iniquidades, de mi egoísmo, de mi soberbia, de mi vanidad, de mi indiferencia.
Petición
Ayúdame, Jesús, a vivir tu Evangelio al convertirme en un apóstol fiel y esforzado de tu Reino.
Meditación del Papa Francisco
Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio». Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. Le despidió al instante prohibiéndole severamente: «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio». Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.
Oración introductoria
Señor, si Tú quieres esta meditación puede hacer la diferencia en mi día, y en mi vida. Vengo ante Ti como el leproso, necesito de tu gracia. Tócame y sáname de todas mis iniquidades, de mi egoísmo, de mi soberbia, de mi vanidad, de mi indiferencia.
Petición
Ayúdame, Jesús, a vivir tu Evangelio al convertirme en un apóstol fiel y esforzado de tu Reino.
Meditación del Papa Francisco
Señor, si quieres, puedes limpiarme…” Jesús, sintiendo lástima; extendió la mano y lo tocó diciendo: “Quiero: queda limpio”. La compasión de Jesús. Ese padecer con que lo acercaba a cada persona que sufre. Jesús, se da completamente, se involucra en el dolor y la necesidad de la gente… simplemente, porque Él sabe y quiere padecer con, porque tiene un corazón que no se avergüenza de tener compasión.
“No podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado”. Esto significa que, además de curar al leproso, Jesús ha tomado sobre sí la marginación que la ley de Moisés imponía. Jesús no tiene miedo del riesgo que supone asumir el sufrimiento de otro, pero paga el precio con todas las consecuencias.
La compasión lleva a Jesús a actuar concretamente: a reintegrar al marginado. Y éstos son los tres conceptos claves que la Iglesia nos propone hoy en la liturgia de la palabra: la compasión de Jesús ante la marginación y su voluntad de integración.
Marginación: Moisés, tratando jurídicamente la cuestión de los leprosos, pide que sean alejados y marginados por la comunidad, mientras dure su mal, y los declara: “Impuros”. Imaginen cuánto sufrimiento y cuánta vergüenza debía de sentir un leproso: físicamente, socialmente, psicológicamente y espiritualmente. No es sólo víctima de una enfermedad, sino que también se siente culpable, castigado por sus pecados. Es un muerto viviente, como "si su padre le hubiera escupido en la cara". (Homilía de S.S. Francisco, 15 de febrero de 2015).
Reflexión
El Evangelio nos presenta una vez más a uno de esos hombres que se acercó a Jesús para que le curase. Como los demás, reconoció en Cristo al Salvador. Pasó por su vida y creyó en él como en él único que podía remediar sus males. En esta ocasión se trata de un leproso. Para Jesús el caso no presentaba novedad. Lo que sí impresiona es que el leproso se expresa en unos términos inauditos: "Si quieres, puedes curarme". ¿Sería posible que Cristo no quisiese? Si así sucediera estaríamos perdidos. Fuera de Cristo, ¿dónde puede encontrarse la salud?
El leproso no se presentó con su petición con las torcidas intenciones de los fariseos. "Tu puedes curarme, porque todo te es posible. Si no me curas es porque no quieres. Si no quieres no eres bueno. Y si no eres bueno, ¿cómo haces milagros? Con el poder de los demonios..." Nada de esto. Él conoce a Cristo, profundamente. Sabe lo que hay en su corazón. Por eso se arrodilla. Por eso dice "si quieres". Porque cree plenamente en que Cristo le ama. ¿Creemos nosotros esto? De nuestra confianza depende nuestra curación.
Propósito
Revisar mi programa de vida espiritual para concretar medios que me acerquen más a Cristo.
Diálogo con Cristo
Jesús, ¡cuánto podrías hacer conmigo si me dejara transformar por Ti! ¡Sería un instrumento que Tú podrías usar para comunicar a los hombres tus tesoros y tus gracias! Jesús, ayúdame a vivir tu Evangelio y a sentir el apremio de cumplir con tu mandato misionero.
El Evangelio nos presenta una vez más a uno de esos hombres que se acercó a Jesús para que le curase. Como los demás, reconoció en Cristo al Salvador. Pasó por su vida y creyó en él como en él único que podía remediar sus males. En esta ocasión se trata de un leproso. Para Jesús el caso no presentaba novedad. Lo que sí impresiona es que el leproso se expresa en unos términos inauditos: "Si quieres, puedes curarme". ¿Sería posible que Cristo no quisiese? Si así sucediera estaríamos perdidos. Fuera de Cristo, ¿dónde puede encontrarse la salud?
El leproso no se presentó con su petición con las torcidas intenciones de los fariseos. "Tu puedes curarme, porque todo te es posible. Si no me curas es porque no quieres. Si no quieres no eres bueno. Y si no eres bueno, ¿cómo haces milagros? Con el poder de los demonios..." Nada de esto. Él conoce a Cristo, profundamente. Sabe lo que hay en su corazón. Por eso se arrodilla. Por eso dice "si quieres". Porque cree plenamente en que Cristo le ama. ¿Creemos nosotros esto? De nuestra confianza depende nuestra curación.
Propósito
Revisar mi programa de vida espiritual para concretar medios que me acerquen más a Cristo.
Diálogo con Cristo
Jesús, ¡cuánto podrías hacer conmigo si me dejara transformar por Ti! ¡Sería un instrumento que Tú podrías usar para comunicar a los hombres tus tesoros y tus gracias! Jesús, ayúdame a vivir tu Evangelio y a sentir el apremio de cumplir con tu mandato misionero.
miércoles, 13 de enero de 2016
LOS SANTOS DE HOY: MIÉRCOLES 13 DE ENERO DEL 2016
Francisca de la Encarnación, Beata
Mártir, 13 de enero
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Victoria de Jesús (Francisca) Valverde González, Beata
Religiosa y Mártir, 13 de enero
|
Kentigerno (Mungo), Santo
Obispo y Abad, Enero 13
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Agricio de Tréveris, Santo
Obispo, Enero 13
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Godofredo de Cappenberg, Santo
Conde y Religioso, Enero 13
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Verónica de Binasco, Beata
Virgen Agustina, Enero 13
|
Hildemar de Arrouaise, Beato
Mártir, Enero 13
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Remigio de Reims, Santo
Obispo, Enero 13
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Hilario de Poitiers, Santo
Obispo y Doctor de la Iglesia, 13 de enero
|
EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 13 DE ENERO DEL 2016
Curación de la suegra de Pedro
Milagros
Marcos 1, 29-39. Tiempo Ordinario. Cada uno de nosotros está llamado a llevar la luz del evangelio y la fuerza de la gracia a quienes sufren.
Por: José Rodrigo Escorza | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39
Cuando salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles. Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan». El les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido». Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.
Oración introductoria
Jesús, Tú si sabías darle el lugar que le corresponde a tu Padre en tu vida. Ni los milagros, ni la atención a tus discípulos te hacían olvidar lo fundamental: la oración. Permite que yo sepa vivir tu estilo de vida, quiero enamorarme más de Ti en esta oración para poder ser fiel a mi vida de oración y, así, convertirme en un propagador de tu amor entre todos los hombres.
Petición
Señor, ayúdame a orar y a dialogar con tu Padre como Tú lo hacías.
Meditación del Papa Francisco
Cuando salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles. Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan». El les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido». Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.
Oración introductoria
Jesús, Tú si sabías darle el lugar que le corresponde a tu Padre en tu vida. Ni los milagros, ni la atención a tus discípulos te hacían olvidar lo fundamental: la oración. Permite que yo sepa vivir tu estilo de vida, quiero enamorarme más de Ti en esta oración para poder ser fiel a mi vida de oración y, así, convertirme en un propagador de tu amor entre todos los hombres.
Petición
Señor, ayúdame a orar y a dialogar con tu Padre como Tú lo hacías.
Meditación del Papa Francisco
La obra salvadora de Cristo, no se agota con su persona durante su vida terrena; ésta prosigue mediante la Iglesia, sacramento del amor y de la ternura de Dios hacia los hombres.
Al enviar en misión a sus discípulos, Jesús les confiere una doble misión: anunciar el Evangelio de la salvación y sanar a los enfermos. Fiel a esta enseñanza, la Iglesia siempre ha considerado la asistencia a los enfermos como parte integrante de su misión.
“Los pobres y los que sufren, los tendrán siempre”, advierte Jesús. Y la Iglesia continuamente les encuentra en la calle, considerando a las personas enfermas como una vía privilegiada para encontrar a Cristo, para acogerlo y servirlo.
Curar a un enfermo, acogerlo y servirlo es servir a Cristo, el enfermo es la carne de Cristo.
Esto sucede en nuestro tiempo, cuando a pesar de las diversas adquisiciones de la ciencia, el sufrimiento interior y físico de las personas despierta fuertes interrogantes sobre el sentido de la enfermedad y del dolor, y sobre el porqué de la muerte.
Son preguntas existenciales a las cuales la acción pastoral de la Iglesia debe responder a la luz de la fe, teniendo delante de los ojos al Crucifico, en el cual aparece todo el misterio de salvación de Dios padre, que por amor de los hombres no escatimó a su propio Hijo.
Por lo tanto cada uno de nosotros está llamado a llevar la luz del evangelio y la fuerza de la gracia a quienes sufren y a todos aquellos que los asisten, familiares, médicos, enfermeros, para que el servicio al enfermo sea realizado cada vez con más humanidad, con dedicación generosa, con amor evangélico, y con ternura. (Homilía de S.S. Francisco, 8 de febrero de 2015).
Reflexión
Jesús nunca se ha cansado de servir a los hombres. Hoy aún sigue siendo el hombre más servidor de todos. Él mismo nos lo dijo: "no he venido a ser servido, sino a servir". Pero de vez en cuando Él buscaba momentos de tranquilidad al lado de sus discípulos. Hoy es uno de esos días.
Han llegado a la casa de Simón, y encuentra a la suegra de éste enferma. Jesús, no sabiendo cómo no salvar un alma más en ese día, la toma de la mano y la cura. Parece que Dios, hecho hombre para servir no quiera hacer otra cosa. Él todo poderoso; Él conocedor de los sufrimientos humanos; Él que tanto ha amado al mundo, ¿se iba a quedar tranquilo viendo a los hombres perderse? No, hay que salvarlos a toda costa. Por eso allí está, sirviendo en los momentos de mayor intimidad con sus discípulos. La suegra aprendió muy bien la lección de ese día: "En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles". ¿Cuántas lecciones tenemos que sacar de este pequeño acto de donación? Se dice que arrastra más un ejemplo que muchas palabras. Aquí lo tienen. El ejemplo está claro: Cristo, servidor de los hombres para salvarlos.
Aunque haya pasado toda una tarde de enseñanzas con sus discípulos, Él al atardecer sirvió a los demás, para darles la Vida y que la tuvieran en abundancia. No sólo actuó en ese pueblo, sino que su amor se extendió, durante su vida terrena, a los judíos, pero ahora sigue haciendo el bien, a través de un ejemplo de uno de sus consagrados, a través de la oración abnegada de todos los días de una madre de familia, o la sencillez de corazón de un jovencito que hace un acto de amor para con el viejito que está cruzando la calle. El actúa hoy de muchas formas en el mundo, principalmente a través de la oración.
Propósito
Oración confiada para no dejar que la duda o la angustia me domine cuando surjan los problemas de la vida.
Diálogo con Cristo
¡Cuánto me enseña este pasaje del Evangelio! Ahora comprendo la importancia de la oración y el cómo vivir los acontecimientos difíciles de la vida: con paciencia, ánimo y esperanza. Gracias, Señor, por llevarme de tu mano y permite que, al igual que la suegra de Pedro, me ponga a servir a los demás. Dame la gracia de identificarme contigo para pensar como Tú, sentir como Tú, amar como Tú y vivir como Tú.
Jesús nunca se ha cansado de servir a los hombres. Hoy aún sigue siendo el hombre más servidor de todos. Él mismo nos lo dijo: "no he venido a ser servido, sino a servir". Pero de vez en cuando Él buscaba momentos de tranquilidad al lado de sus discípulos. Hoy es uno de esos días.
Han llegado a la casa de Simón, y encuentra a la suegra de éste enferma. Jesús, no sabiendo cómo no salvar un alma más en ese día, la toma de la mano y la cura. Parece que Dios, hecho hombre para servir no quiera hacer otra cosa. Él todo poderoso; Él conocedor de los sufrimientos humanos; Él que tanto ha amado al mundo, ¿se iba a quedar tranquilo viendo a los hombres perderse? No, hay que salvarlos a toda costa. Por eso allí está, sirviendo en los momentos de mayor intimidad con sus discípulos. La suegra aprendió muy bien la lección de ese día: "En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles". ¿Cuántas lecciones tenemos que sacar de este pequeño acto de donación? Se dice que arrastra más un ejemplo que muchas palabras. Aquí lo tienen. El ejemplo está claro: Cristo, servidor de los hombres para salvarlos.
Aunque haya pasado toda una tarde de enseñanzas con sus discípulos, Él al atardecer sirvió a los demás, para darles la Vida y que la tuvieran en abundancia. No sólo actuó en ese pueblo, sino que su amor se extendió, durante su vida terrena, a los judíos, pero ahora sigue haciendo el bien, a través de un ejemplo de uno de sus consagrados, a través de la oración abnegada de todos los días de una madre de familia, o la sencillez de corazón de un jovencito que hace un acto de amor para con el viejito que está cruzando la calle. El actúa hoy de muchas formas en el mundo, principalmente a través de la oración.
Propósito
Oración confiada para no dejar que la duda o la angustia me domine cuando surjan los problemas de la vida.
Diálogo con Cristo
¡Cuánto me enseña este pasaje del Evangelio! Ahora comprendo la importancia de la oración y el cómo vivir los acontecimientos difíciles de la vida: con paciencia, ánimo y esperanza. Gracias, Señor, por llevarme de tu mano y permite que, al igual que la suegra de Pedro, me ponga a servir a los demás. Dame la gracia de identificarme contigo para pensar como Tú, sentir como Tú, amar como Tú y vivir como Tú.
SAN HILARIO DE POITIERS, DOCTOR DE LA IGLESIA, 13 DE ENERO
Hoy es la fiesta de San Hilario de Poitiers, Doctor de la Iglesia
13 de Enero
(ACI).- “Dios sólo sabe ser amor, y sólo sabe ser Padre. Y quien ama no es envidioso, y quien es Padre lo es totalmente”, decía San Hilario de Poitiers, Doctor de la Iglesia y gran defensor de la divinidad de Cristo. Su fiesta es cada 13 de enero.
San Hilario nació en Poitiers, Francia, a inicios del siglo IV, en una familia acomodada y recibió formación literaria. Al parecer no se formó en un ambiente cristiano. Fue bautizado hacia el 345 y elegido Obispo de su ciudad natal entre el 353 al 354.
Su primera obra “Comentario al Evangelio”, es el comentario más antiguo en latín que ha llegado de este Evangelio. En el 356 participó como Obispo en el Sínodo de Béziers, al sur de Francia.
Esta reunión fue llamada por el santo mismo como “el sínodo de los falsos apóstoles” porque la asamblea estaba dominada por Obispos filo-arrianos, que negaban la divinidad de Jesucristo.
Estos “falsos apóstoles” solicitaron al emperador Constancio que el Obispo de Poitiers fuera condenado al exilio. Es así que San Hilario tuvo que abandonar Galia para irse a vivir a Frigia, en la actual Turquía, donde se insertó en un contexto religioso dominado por el arrianismo.
De esta manera y buscando el restablecimiento de la unidad de la Iglesia, redacta su obra dogmática más importante y conocida como “De Trinitate” (sobre la Trinidad), la cual defiende la doctrina del Concilio de Nicea y demuestra que las Sagradas Escrituras testimonian claramente la divinidad del Hijo.
Hacia el 360 ó 361, San Hilario regresa del exilio a su tierra y en el Sínodo celebrado en París por esos mismos años se retomó el lenguaje del Concilio de Nicea.
En los últimos años de su vida elaboró los “Tratados sobre los Salmos”, comentario a 58 Salmos y es que el Santo encontraba en todos los Salmos la transparencia del misterio de Cristo y de su Cuerpo que es la Iglesia. Partió a la Casa del Padre en el 367. En 1851, el Beato Pío IX lo proclamó Doctor de la Iglesia.
“Haz, Señor -reza Hilario movido por la inspiración- que me mantenga siempre fiel a lo que profesé en el símbolo de mi regeneración, cuando fui bautizado en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Que te adore, Padre nuestro, y junto a ti, a tu Hijo; que sea merecedor de tu Espíritu Santo, que procede de ti a través de tu Unigénito… Amén” (“De Trinitate” 12, 57).
martes, 12 de enero de 2016
LOS SANTOS DE HOY: MARTES 12 DE ENERO DEL 2016
Nicolás Bunkerd, Beato
Sacerdote y Mártir, Enero 12
|
Pedro Francisco Jamet, Beato
Presbítero, Enero 12
|
Bernardo de Corleone (Filippo Latini), Santo
Laico Capuchino, Enero 12
|
Antonio María Pucci, Santo
Presbítero Servita, Enero 12
|
Elredo de Rievaulx, Santo
Abad, Enero 12
|
Arcadio de Mauritania, Santo
Mártir, 12 de enero
|
Margarita Bourgeoys, Santa
Virgen Fundadora, Enero 12
|
Benito Biscop, Santo
Abad, 12 de Enero
|
SAN ARCADIO DE MAURITANIA, MÁRTIR, 12 DE ENERO
Arcadio de Mauritania, Santo
Mártir, 12 de enero
Fuente: ACI Prensa
Mártir
Martirologio Romano: En Cesarea de Mauritania (hoy Argelia), san Arcadio, mártir, que se escondió en tiempo de persecución, pero, al ser detenido un familiar suyo se presentó espontáneamente al juez y, por negarse a sacrificar a los dioses, sufrió dolorosos tormentos hasta consumar su martirio (c. 304).
Etimología: Arcadio = Aquel que es venturoso, es de origen griego.
Breve Biografía
Se desconoce la fecha exacta de su martirio, pero parece que tuvo lugar en alguna ciudad de Mauritania, probablemente en Cesarea, la capital.
Las persecuciones estaban en todo su furor y miles de cristianos eran torturados por los soldados romanos sin esperar la sentencia del juez.
En tan terribles circunstancias, San Arcadio se retiró a la soledad.
Sin embargo, el gobernador de la ciudad al saber que no se había presentado a los sacrificios públicos, capturó a un pariente y lo mantuvo como rehén hasta que el prófugo se presentara. Al saberlo, el mártir volvió a la ciudad y se entregó al juez quien lo obligó a que se sacrificase a los dioses.
Ante su negativa, el juez lo condenó a muerte, cortando cada uno de sus miembros de manera lenta.
Al encontrarse totalmente mutilado, el mártir se dirigió a la comunidad pagana, exhortándolos a abandonar a sus dioses falsos y a adorar al único Dios verdadero, el Señor Jesús.
Los paganos se quedaron maravillados de tanto valor y los cristianos recogieron su cadaver y empezaron a honrarlo como a un gran santo.
EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 12 DE ENERO DEL 2016
Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen
Milagros
Marcos 1, 21-28. Tiempo Ordinario. Que la fama de Jesús se extienda también a nuestros corazones.
Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28
Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.
Oración introductoria
Señor, son muchas las inmundicias que rodean mi entorno social. No debo, inocentemente, pensar que mi familia y yo estamos exentos a su influencia ni que no contribuímos, un poco o un mucho, a esta triste realidad. Por ello te pido que ilumines mi mente y mi corazón para que este momento de oración me haga crecer en el amor.
Petición
Señor, dame la gracia de conocer y vivir tu doctrina del amor para entregarme a los demás con total desinterés y donación.
Meditación del Papa Francisco
Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.
Oración introductoria
Señor, son muchas las inmundicias que rodean mi entorno social. No debo, inocentemente, pensar que mi familia y yo estamos exentos a su influencia ni que no contribuímos, un poco o un mucho, a esta triste realidad. Por ello te pido que ilumines mi mente y mi corazón para que este momento de oración me haga crecer en el amor.
Petición
Señor, dame la gracia de conocer y vivir tu doctrina del amor para entregarme a los demás con total desinterés y donación.
Meditación del Papa Francisco
El pasaje evangélico presenta a Jesús que, con su pequeña comunidad de discípulos, entra en Cafarnaún, la ciudad en la que vivía Pedro y que en aquellos tiempos era la más grande de Galilea. Y Él entra en aquella ciudad.
El evangelista Marcos relata que Jesús, siendo aquel día un sábado, fue inmediatamente a la sinagoga y se puso a enseñar. Esto hace pensar en la primacía de la Palabra de Dios, Palabra que hay que escuchar, Palabra que hay que acoger, Palabra que hay que anunciar.
Al llegar a Cafarnaún, Jesús no posterga el anuncio del Evangelio, no piensa primero en la disposición logística, ciertamente necesaria, de su pequeña comunidad, no se detiene en la organización. Su preocupación principal es la de comunicar la Palabra de Dios con la fuerza del Espíritu Santo. Y la gente en la sinagoga permanece asombrada, porque Jesús "les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas".
¿Qué significa "con autoridad"? Quiere decir que en las palabras humanas de Jesús se sentía toda la fuerza de la Palabra de Dios, se sentía la misma autoridad de Dios, inspirador de las Sagradas Escrituras. Y una de las características de la Palabra de Dios es que realiza lo que dice. Porque la Palabra de Dios corresponde a su voluntad. En cambio, nosotros con frecuencia pronunciamos palabras vacías, sin raíz, o palabras superfluas, palabras que no corresponden a la verdad. (Angelus, S.S. Francisco, 1 de febrero de 2015).
Reflexión
Jesús inicia su predicación anunciando la llegada del Reino. Interpela al mundo con la necesidad de la conversión. Recluta a sus primeros seguidores... Reino, conversión y llamada, son realidades inseparables que desde entonces vivimos en la Iglesia.
Desde que Cristo nace, se ha cumplido el tiempo. Dios interviene en la historia del hombre fundando su Reino en el corazón de cada discípulo. Y desde entonces hasta hoy, el mensaje, no ha sido otro sino la preparación para le llegada definitiva del Reino de Dios. Para ello, se ha querido valer de tantas almas consagradas a su servicio. Los sacerdotes, los diáconos, obispos y papas, las religiosas y religiosos dedicados a la vida contemplativa o al apostolado, a la educación o a las misiones en tierras lejanas... Todos ellos han sido la prolongación de las obras de Nuestro Señor.
Pero la hora aún no ha llegado, ni parece venir pronto. Es obvio que no conoceremos el día ni la hora del final de los tiempos. Y por eso mismo, es necesario vivir preparados. Debemos entender, que cuando Cristo proclama el Reino, como un tiempo cumplido, se trata igualmente del tiempo concedido a cada uno de nosotros. El tiempo de nuestra vida, en la que debemos obrar siempre el bien. Pero no un bien ideal. El bien que tiene el rostro de cuantos nos rodean: hermanos, amigos, hijos, esposo, empleados y compañeros de trabajo; pobres y enfermos... Darse a sí mismo para procurar el bien de los demás. De ésto se nos pedirán cuentas al final de nuestra vida.
El evangelio nos muestra a Cristo como el Maestro poderoso. Y no sólo porque enseña en la sinagoga, como lo hacían en sus tiempos tantos otros judíos piadosos, sino porque va a obrar uno de tantos prodigios: expulsar un demonio. Así, el simple maestro Galileo, se presenta como el profeta poderoso. No en vano decía la gente que enseñaba con autoridad, y no como los escribas y fariseos, que sólo cargaban al pueblo con los preceptos de la ley. Cristo es el hombre más impactante que haya conocido la humanidad en toda su historia.
De Él se ha escrito, muchísimo más que de cualquier otro tema. Su vida y sus milagros han sido admirados o negados, creídos o refutados, durante los veinte siglos que le han seguido. Y su persona se plantea como el máximo representante de cuantos han sabido remar contra corriente.
Cristo sigue interpelando al hombre de todos los tiempos, para que se coloque con él, o contra él. Desafortunadamente no hay más posiciones. Y siempre tendremos que decidir: Cristo o nuestro egoísmo. Cristo o nuestra sensualidad. Jesús mismo hablaba de que no se puede servir a dos señores. Es imposible encender una vela a Dios y otra al diablo...
Vemos que no es fácil mantenerse fiel a las enseñanzas del Maestro, y que por más buenas intenciones que tenemos en hacer el bien y ayudar a los demás, no siempre conquistamos nuestras metas. Sin embargo, no tenemos que amilanarnos. Hay que confiar y pedir a Cristo la fuerza para dar la cara por Él y por su Reino, del mismo modo que Él dio la vida por nosotros...
Dar la cara es no dejarse confundir por las sectas, ni dejar que otros se dejen. Dar la cara es estudiar la propia fe, para dar respuestas convincentes, a cuantos atacan al Papa, al Magisterio y la moral cristiana, sabiendo que sólo en Cristo está la Verdad. Y que sólo Cristo salva...
Propósito
Ante el dolor y situaciones difíciles, identificarme con Cristo al vivirlas con serenidad y confianza.
Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por enseñarme que lo fundamental en mi vida es la caridad. Ayúdame a amar a mi prójimo con el mismo amor con que te amo a Ti. Dame la gracia de descubrirte y servirte en los demás, porque eso es la verdadera fe cristiana. El milagro de la curación del hombre poseído por un espíritu inmundo me recuerda que quieres hacer conmigo el mayor de los milagros: mi santidad.
Jesús inicia su predicación anunciando la llegada del Reino. Interpela al mundo con la necesidad de la conversión. Recluta a sus primeros seguidores... Reino, conversión y llamada, son realidades inseparables que desde entonces vivimos en la Iglesia.
Desde que Cristo nace, se ha cumplido el tiempo. Dios interviene en la historia del hombre fundando su Reino en el corazón de cada discípulo. Y desde entonces hasta hoy, el mensaje, no ha sido otro sino la preparación para le llegada definitiva del Reino de Dios. Para ello, se ha querido valer de tantas almas consagradas a su servicio. Los sacerdotes, los diáconos, obispos y papas, las religiosas y religiosos dedicados a la vida contemplativa o al apostolado, a la educación o a las misiones en tierras lejanas... Todos ellos han sido la prolongación de las obras de Nuestro Señor.
Pero la hora aún no ha llegado, ni parece venir pronto. Es obvio que no conoceremos el día ni la hora del final de los tiempos. Y por eso mismo, es necesario vivir preparados. Debemos entender, que cuando Cristo proclama el Reino, como un tiempo cumplido, se trata igualmente del tiempo concedido a cada uno de nosotros. El tiempo de nuestra vida, en la que debemos obrar siempre el bien. Pero no un bien ideal. El bien que tiene el rostro de cuantos nos rodean: hermanos, amigos, hijos, esposo, empleados y compañeros de trabajo; pobres y enfermos... Darse a sí mismo para procurar el bien de los demás. De ésto se nos pedirán cuentas al final de nuestra vida.
El evangelio nos muestra a Cristo como el Maestro poderoso. Y no sólo porque enseña en la sinagoga, como lo hacían en sus tiempos tantos otros judíos piadosos, sino porque va a obrar uno de tantos prodigios: expulsar un demonio. Así, el simple maestro Galileo, se presenta como el profeta poderoso. No en vano decía la gente que enseñaba con autoridad, y no como los escribas y fariseos, que sólo cargaban al pueblo con los preceptos de la ley. Cristo es el hombre más impactante que haya conocido la humanidad en toda su historia.
De Él se ha escrito, muchísimo más que de cualquier otro tema. Su vida y sus milagros han sido admirados o negados, creídos o refutados, durante los veinte siglos que le han seguido. Y su persona se plantea como el máximo representante de cuantos han sabido remar contra corriente.
Cristo sigue interpelando al hombre de todos los tiempos, para que se coloque con él, o contra él. Desafortunadamente no hay más posiciones. Y siempre tendremos que decidir: Cristo o nuestro egoísmo. Cristo o nuestra sensualidad. Jesús mismo hablaba de que no se puede servir a dos señores. Es imposible encender una vela a Dios y otra al diablo...
Vemos que no es fácil mantenerse fiel a las enseñanzas del Maestro, y que por más buenas intenciones que tenemos en hacer el bien y ayudar a los demás, no siempre conquistamos nuestras metas. Sin embargo, no tenemos que amilanarnos. Hay que confiar y pedir a Cristo la fuerza para dar la cara por Él y por su Reino, del mismo modo que Él dio la vida por nosotros...
Dar la cara es no dejarse confundir por las sectas, ni dejar que otros se dejen. Dar la cara es estudiar la propia fe, para dar respuestas convincentes, a cuantos atacan al Papa, al Magisterio y la moral cristiana, sabiendo que sólo en Cristo está la Verdad. Y que sólo Cristo salva...
Propósito
Ante el dolor y situaciones difíciles, identificarme con Cristo al vivirlas con serenidad y confianza.
Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por enseñarme que lo fundamental en mi vida es la caridad. Ayúdame a amar a mi prójimo con el mismo amor con que te amo a Ti. Dame la gracia de descubrirte y servirte en los demás, porque eso es la verdadera fe cristiana. El milagro de la curación del hombre poseído por un espíritu inmundo me recuerda que quieres hacer conmigo el mayor de los milagros: mi santidad.
domingo, 10 de enero de 2016
LOS SANTOS DE HOY: DOMINGO 10 DE ENERO 2016
Pedro Orseolo (Urséolo), Santo
Monje eremita, 10 de enero
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Pablo de Tebas, Santo
Ermitaño, 10 de enero
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María Dolores Rodriguez Sopeña, Beata
Fundadora, 10 de enero
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Francisca de Sales (Leonia Aviat), Santa
Fundadora, 10 de enero
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Gil de Lorenzana (Bernardino di Bello), Beato
Eremita Frenciscano, 10 de enero
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Ana de los Ángeles Monteagudo, Beata
Dominica, 10 de enero
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Aldo, Santo
Eremita, 10 de enero
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Agatón, Santo
LXXIX Papa, 10 de enero
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Guillermo de Bourges, Santo
Abad y Obispo, 10 de enero
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Gregorio X, Beato
CLXXXIV Papa, 10 de enero
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Milciades (Melquiades), Santo
XXXII Papa, 10 de enero
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Gregorio de Nisa, Santo
Obispo, 10 de enero
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Gonzalo de Amarante, Beato
Presbìtero Dominico, 10 de enero
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