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lunes, 31 de mayo de 2021

IMÁGENES DE JACULATORIAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 






















LAS 12 PROMESAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 



 Promesas del Sagrado Corazón



Promesas principales hechas por el Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita de Alacoque:


1.- A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.

2.- Daré la paz a las familias.

3.- Las consolaré en todas sus aflicciones.

4.- Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte

5.- Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas

6.- Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia

7.- Las almas tibias se harán fervorosas

8.- Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección

9.- Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.

10.- Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos

11.- Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.

12.- A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.

viernes, 5 de febrero de 2021

LAS 12 PROMESAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 



Las 12 promesas del Sagrado Corazón de Jesús
Jesús promete derramar abundantes bendiciones y con una generosidad verdadera a quien honre a Su Divino Corazón


Por: Rev. Irenaeus Schoenherr, O.F.M. | Fuente: PildorasDeFe.net // Catholicharboroffaithandmorals.com




Santa María Margarita de Alacoque, en sus escritos, insiste una y otra vez en el deseo ardiente que tiene Jesús en derramar bendiciones con una generosidad verdadera a quien honre a Su Divino Corazón

Estas promesas están dirigidas a todo tipo de personas: a las fervorosas, a las tibias y sobre todo a los pecadores. Abraza a todas las condiciones de vida: sacerdotes, religiosos y seglares. Prometen alivio a los afligidos, resistencia a la tentación, consuelo a los afligidos, paz a las familias, bendiciones en el hogar, el éxito en nuestras empresas, la misericordia al pecador, alta santidad a las almas fervorosas, valor para los corazones fríos. También prometen gran poder a los sacerdotes y consagrados para ablandar los corazones más endurecidos. Prometen fuerza y valor en nuestro lecho de muerte, y nos hablan del don inestimable de la perseverancia final y de un refugio en el Corazón de Jesús en el último momento de vida.

En las palabras brillantes de Santa Margarita María las promesas encierran el misterio del amor de Dios:

"Jesús me mostró cómo esta devoción es, por así decirlo, el esfuerzo final de su amor, el último invento de su caridad ilimitada"

A continuación, explicaremos una por una el significado de las 12 promesas que nuestro Señor dejó a los devotos de su Sagrado Corazón




1.- "Daré a las almas devotas, todas las gracias necesarias para su estado de vida".
Los deberes de nuestra vida diaria son numerosas y a menudo bastante difíciles. Dios nos concede, en respuesta a la oracióny la recepción frecuente de los sacramentos, todas las gracias necesarias para nuestro estado de vida. Hay también gracias extraordinarias que se encuentran fuera de la acción normal de la Providencia de Dios, gracias que Él da a sus amigos especiales. Estas son las gracias más eficaces, las más abundantemente dadas a los devotos del Sagrado Corazón.



2.- "Voy a establecer la paz en sus hogares".
"La paz es la tranquilidad del orden, la serenidad de la mente, con sencillez de corazón, es el vínculo de la caridad". (San Agustín) Fue la primera cosa que los ángeles desearon a los hombres en el nacimiento de Jesús. Nuestro Señor mismo ordenó a sus discípulos que dieran la paz: "En cualquier casa donde entréis, decid primero: ¡Paz a esta casa" (Lucas 10,5)

En el Corazón de Jesús se encuentra la verdadera paz, que hace que la casa sea su reflejo y el anticipo de nuestro hogar celestial



3.- "Voy a consolarlos en todas sus aflicciones"
El deseo de consolar a los tristes es la marca de un corazón noble y amable. El Sagrado Corazón es el más noble y generoso de los corazones, tanto humano como divino. ¿Cómo nos consuela? No necesariamente liberándonos de la tristeza y aflicción. Él conoce, el valor inmensurable de la cruz y por medio de ella, tenemos que expiar nuestros pecados. Por su gracia, Él hace lo que lo doloroso sea tolerable.

"Yo siempre les hablo con toda franqueza y tengo sobrados motivos para gloriarme de ustedes. Esto me llena de consuelo y me da una inmensa alegría en medio de todas las tribulaciones" (2 Cor. 7,4)



4.- "Voy a ser su refugio seguro en la vida, y sobre todo en la hora de la muerte".
"Uno de los soldados abrió el costado de Jesús con una lanza, y al instante salió sangre y agua." (Juan 19,34)

El costado de Cristo se abrió para demostrar que la Divina Providencia quiso que todos los hombres encontrasen en su Corazón Divino un refugio seguro contra los enemigos de nuestra salvación. En su Corazón podemos encontrar protección, fuerza en nuestra fragilidad, la perseverancia en nuestra inconstancia, refugio seguro en los peligros, fatigas de la vida y en la hora de la muerte.



5.- "Voy a conceder abundantes bendiciones sobre todo a sus empresas temporales y espirituales".
Dios es amor. Él está dispuesto a dar a sus hijos abundantes bendiciones temporales, siempre que no pongan en peligro nuestros intereses eternos. Su especial Providencia protege y vela por los devotos al Sagrado Corazón con gran amor y ternura. Sin embargo, no debemos desanimarnos si nuestras oraciones, pidiendo favores temporales, no son contestadas siempre, porque Dios siempre pone nuestro bien eterno antes de nuestro bien temporal.



6.- "Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia"
La redención es el drama inmortal de la misericordia de Dios; y nuestro Divino Redentor es, por así decirlo, la Misericordia de Dios Encarnado. "…porque en Él se encuentra la misericordia y la redención en abundancia" (Sal. 129,7)

En la tierra, el Corazón de Jesús estaba lleno de misericordia hacia todos. Ahora en su humanidad glorificada en el cielo, Jesús sigue mostrando Su misericordia sin límites, "viviendo siempre para interceder por nosotros." (Heb. 7,25)


7.- "Las almas tibias se harán fervorosas"
La tibieza es un estado moribundo y lánguido del alma que ha perdido su interés en la religión. El Espíritu Santo expresa disgusto profundo para un alma así:

"Conozco tus obras: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Por eso, porque eres tibio, te vomitaré de mi boca." (Ap 3,15-16)

El único remedio para la tibieza es la devoción al Sagrado Corazón, que vino "a traer fuego sobre la tierra", es decir, para inspirar a los corazones fríos y tibios con un nuevo temor y el amor de Dios.



8.- "Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección".
La mayor perfección es la recompensa que Jesús otorga a los devotos fervientes de su Divino Corazón; esta devoción tiene, como su fruto especial, transformarnos en gran semejanza a Nuestro Señor. Esto enciende en nuestros corazones el fuego del amor divino, que, como dice San Pablo: "es el vínculo de la perfección." (Col 3,14)

A través de la devoción al amor del Sagrado Corazón, se dará paso a un celo ardiente por igualar nuestros intereses a los de Jesús

9.- "Bendeciré a cada lugar en el que se exponga y se venere una imagen de mi sagrado corazón".
Las imágenes religiosas son una poderosa y atractiva fuente de inspiración. El Sagrado Corazón es un libro abierto en el que podemos leer el infinito amor de Jesús hacia nosotros en su pasión y muerte. Nos muestra su Corazón, cortado y abierto por la lanza, todo resplandeciente como un horno ardiente de amor, cuyas llamas aparecerán brotando desde la parte superior. Está rodeado de espinas, el angustiante golpe de amor ignorado. Quizás esto siempre nos impulse a los actos de amor y de generosidad.


10.- "Daré a los sacerdotes y a todos aquellos que se ocupan de la salvación de las almas, el don de tocar los corazones más endurecidos".
La conversión de un pecador ocurre a veces por gracias extraordinarias. Dios nunca va a forzar a la libre voluntad de un ser humano. Pero Él puede otorgar gracias con las cuales impulsa al pecador a vencer la actitud rebelde que tienen las almas pecadoras más obstinadas. Esto, entonces, es lo que ocurre en el caso de los sacerdotes que están animados con gran devoción al Sagrado Corazón.



11.- "Los que propaguen esta devoción tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y nunca serán borrados".
Esta promesa otorga a los promotores de la devoción al Sagrado Corazón una recompensa maravillosa: "tendrán sus nombres escritos en mi Corazón". Estas palabras implican una amistad fuerte y fiel de Cristo mismo, y nos presenta el "Libro de la Vida" de San Juan: "No voy a borrar su nombre del libro de la vida." (Ap 3,5)



12.- "A los que comulguen el primer viernes de cada mes, durante nueve meses consecutivos, le concederé la gracia de la perseverancia final".
Esta promesa contiene una gran recompensa, que es nada más y nada menos que el cielo eterno. "La perseverancia final es un don gratuito de la bondad de Dios, y no puede ser merecido como un derecho adquirido por cualquier acto individual que hagamos" (Concilio de Trento) Se da como la recompensa por una serie de actos continuos hasta el final: "El que persevere hasta el final se salvará" (Mat. 10,22).

martes, 30 de junio de 2020

3 HERMOSAS ORACIONES AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS QUE TODO CATÓLICO DEBE SABER



3 hermosas oraciones al Sagrado Corazón de Jesús que todo católico debe saber


A continuación hay cinco oraciones al Sagrado Corazón de Jesús ¡Dirígete al Sagrado Corazón de Jesús en cualquier momento, y él te ayudará!




La Gran Oración al Sagrado Corazón de Santa Gertrudis 

“Oh Sagrado Corazón de Jesús,
fuente de la vida eterna,
Tu Corazón es un horno brillante de Amor.
eres mi refugio y mi santuario.
Oh mi mi adorado y amado Salvador,
consume mi corazón con la llama
con la que se quema el Tuyo.
Vierte en mi alma esas gracias
que emanan de tu Amor.
Deja que mi corazón se una al Tuyo.
Deja que mi Voluntad se conforme
al Tuyo en todas las cosas.
Que Tu Voluntad sea la norma de
todos mis deseos y acciones”. 



Oración de Gratitud  

“Señor, tu mereces todo honor y gloria,
porque tu amor es perfecto
y Tu Corazón es sublime.
Mi corazón se desborda de gratitud
por todas las bendiciones
y gracias que me has dado
y los cuales amo.
Siempre a tu servicio,
que siempre este yo atento
y nunca considere ganado
los regalos de tu misericordia
y amor que fluyen
tan libre y generosamente de
Tu Sagrado Corazón.
Corazón de Jesús, te adoro.
Corazón de Jesús, te venero.
Corazón de Jesús, te agradezco.
Corazón de Jesús, te amo por siempre”. 



Oración por la paz interior

“Santo Corazón de Jesús, Dulce Santuario de descanso,
dame paz a mi alma y calma mi espíritu,
en especial en cuanto (mencionar petición).
Prometo poner todas mi preocupaciones y miedos
en las heridas de tu Sagrado Corazón,
para que sean atendidos por Ti según tu Voluntad,
que solo me desea lo mejor y el mayor bien.
Solo Tu Amor basta, y me rindo ante este;
me aferro a la esperanza de tener
una respuesta rápida tuya,
y de tener el cumplimiento
de todas tus promesas”. 

Recuerda estas oraciones al Sagrado Corazón.

¡Sagrado Corazón de Jesús, en Ti Confío!

CONOCE LA DEVOCIÓN AL DETENTE DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Conoce la devoción «¡Detente! 
El corazón de Jesús está aquí»



Este emblema puede llevarse en el pecho, el cuello o en la chaqueta, pero lo ideal es llevarlo a la altura del corazón
El «detente» es un pequeño emblema que se lleva sobre el pecho, con la imagen del Sagrado Corazón. Es propio de quien ama llevar consigo un signo de su amado, así el «detente» es signo de nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús y de nuestra confianza en su protección contra las acechanzas del maligno. Le decimos «detente», en nombre de Jesús, al demonio y a toda maldad. 

Se le conoce también como el “Pequeño Escapulario del Sagrado Corazón”, aunque no es, en el sentido estricto de la palabra, un escapulario.


Origen 
Proviene de santa Margarita María Alacoque, como lo atestigua una carta dirigida por ella a la Madre Saumaise el 2 de Marzo de 1686 en la que le dice:

“Él(Jesús) desea que usted mande a hacer unas placas de cobre con la imagen de su Sagrado Corazón para que todos aquellos que quisieran ofrecerle un homenaje las pongan en sus casas, y unas pequeñas para llevarlas puestas.” (Vida y Obras, vol.II, p.306, nota).

Ella misma llevaba una sobre su pecho, debajo del hábito e invitaba a sus novicias a hacer lo mismo. Hizo muchas de estas imágenes y decía que su uso era muy agradable al Sagrado Corazón.


Fue especialmente en el año 1720, durante una terrible plaga en Marsella, Francia (Cf. Hamon, op.cit., vol. III, p. 431) que este pequeño escapulario, o como se le llamó “Salvaguardia,” se difundió entre todos los fieles.

Este “Detente” consistía en un pedazo de tela blanca en la cual la imagen del Sagrado Corazón era bordada, con la leyenda “Oh Corazón de Jesús, abismo de amor y misericordia, en ti confío” (Las palabras: “Detente, el Corazón de Jesús está aquí” corresponden a un período posterior. Hamon, ibid.,Nota).

La forma que hoy tiene el detente fue dada por la Venerable Ana Magdalena Rémuzat, a quien el Señor le había dejado saber de antemano el daño que iba a causar la plaga y también el maravilloso auxilio que la ciudad encontraría en la devoción a Su Sagrado Corazón.

Ella hizo, con la ayuda de sus hermanas en religión, miles de estos emblemas y los repartieron por toda la ciudad y alrededores. La historia nos relata que poco después la plaga cesó. (Cf. Hamon, op. cit., vol III, p.425; Beringer, op. cit., vol I, n. 953, p. 520).

Entre los regalos que el papa Bendicto XIV, en el 1748, envió a la princesa Polaca Mary Lczinska con la ocasión de su matrimonio con el rey de Francia Luis XV, habían, de acuerdo a las memorias de ese tiempo, “muchos escudos del Sagrado Corazón hechos de taffeta roja y bordados en oro.” (De Franciosi, s.j., La dévotion au Sacré-Coeur de Jésus, p. 289).

En el tiempo de la Revolución Francesa se desató una violenta persecución contra la Iglesia. Estos escapularios se tuvieron por “la manifestación viva del fanatismo” y como evidencia de hostilidad al régimen revolucionario.

Durante el juicio de la reina María Antonieta, se produjo en su contra, como evidencia, un pedazo de papel muy fino que se encontró entre sus pertenencias, en el que la imagen del Sagrado Corazón estaba dibujada, con la llaga, la cruz y la corona de espinas, y con la leyenda: “Sagrado Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros.” (Ibid., p. 290).

El uso del detente se extendió grandemente, especialmente desde el 1866, durante los estragos producidos por la epidemia del cólera de Amiens, Roubaix, Cairo y otras partes. Suinfluencia beneficiosa se hizo evidente.

Después de la guerra Franco-Alemana los “Salvaguardia” probaron ser en más de una ocasión, un escudo que protegió a muchos soldados franceses de las balas enemigas. (Cf. Messager du Coeur de Jésus, vol. XIX, p. 180).


Indulgencia
El papa Pío IX le concedió en el año 1872, una indulgencia de 100 días una vez al día a todos los fieles que usaran alrededor de sus cuellos este emblema piadoso y rezaran un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (Preces et pia opera, n. 219).

En un breve de fecha 20 de Junio de 1873 encontramos la respuesta a dos preguntas en referencia al Detente:

1. Como no es un escapulario en el sentido estricto de la palabra, sino más bien un escudo o emblema del Sagrado Corazón, las reglas generales para el escapulario propiamente llamado, no son aplicables a él. Así que no necesita ni una bendición especial, ni una ceremonia o inscripción. Es suficiente con usarlo para que cuelgue en el cuello.

2. La leyenda “Detente, el Corazón de Jesús está aquí” no es requerida.
(Beringer, op. cit., n. 953; Preces et pia opera, n. 219.)




Oración
El papa Pío IX compuso esta oración:

“¡Abridme Vuestro Sagrado Corazón Oh Señor Jesús! …Mostradme Sus Encantos, unidme a Él para siempre. Que todos los movimientos y latidos de mi corazón, incluso durante el sueño, os sean un testimonio de mi amor y os digan sin cesar:

Sí, Señor Jesús, yo Os adoro… aceptad el poco bien que practico… Hacedme la merced de reparar el mal cometido… para que os alabe en el tiempo y os bendiga durante toda la eternidad. Amén”.



En base a un artículo publicado por Corazones.org
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