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domingo, 31 de mayo de 2020

HOY ES PENTECOSTÉS, SOLEMNIDAD DEL ESPÍRITU SANTO Y NACIMIENTO DE LA IGLESIA


Hoy es Pentecostés, Solemnidad del Espíritu Santo y nacimiento de la Iglesia [VIDEO]
Redacción ACI Prensa




Hoy se celebra la Solemnidad de Pentecostés, que conmemora la Venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles, cincuenta días después de la Resurrección de Jesucristo.

El capítulo dos del libro de los Hechos de los Apóstoles describe que “de repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo”.

San Juan Pablo II al reflexionar sobre este acontecimiento en su encíclica "Dominum et Vivificantem" señaló que “el Concilio Vaticano II habla del nacimiento de la Iglesia el día de Pentecostés. Tal acontecimiento constituye la manifestación definitiva de lo que se había realizado en el mismo Cenáculo el domingo de Pascua”.

“Cristo resucitado vino y ‘trajo’ a los apóstoles el Espíritu Santo. Se lo dio diciendo: ‘Recibid el Espíritu Santo’. Lo que había sucedido entonces en el interior del Cenáculo, ‘estando las puertas cerradas’, más tarde, el día de Pentecostés es manifestado también al exterior, ante los hombres”.

Posteriormente, el Papa de la familia cita el documento conciliar “Lumen Gentium”, en el que se resalta que “el Espíritu habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo (cf. 1 Co 3,16; 6,19), y en ellos ora y da testimonio de su adopción como hijos (cf. Ga 4,6; Rm 8,15-16 y 26). Guía la Iglesia a toda la verdad (cf. Jn 16, 13), la unifica en comunión y ministerio, la provee y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos y la embellece con sus frutos (cf. Ef 4,11-12; 1 Co 12,4; Ga5,22)”.

jueves, 28 de mayo de 2020

IMÁGENES Y GIFS DE PENTECOSTÉS





















































5 CONSEJOS DEL PAPA FRANCISCO COMO PREPARACIÓN PARA PENTECOSTÉS


5 consejos del Papa Francisco como preparación para Pentecostés
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Marina Testino (ACI)




El Papa Francisco dio cinco recomendaciones para vivir la preparación a la Solemnidad de Pentecostés, que la Iglesia Católica Universal celebrará el próximo domingo 31 de mayo.

Así lo indicó el Santo Padre este miércoles durante la Audiencia General que se presidió todavía desde la Biblioteca del Palacio Apostólico sin público, solamente con algunos de sus colaboradores.

En concreto, el Pontífice mencionó en cinco ocasiones la Solemnidad de Pentecostés y exhortó a los católicos a invocar al Espíritu Santo a los fieles de diferentes idiomas:


1. Franceses: “Recemos al Espíritu Santo para que nos haga hombres de paz y de fraternidad y done al mundo confianza y esperanza” ¡Dios les bendiga!

2. Italianos: “Los invito a ser siempre dóciles a la acción del Espíritu Santo” para que su vida esté siempre “encendida e iluminada por el amor que el Espíritu Santo derrama en los corazones”.

3. Ingleses: “Invoco sobre ustedes y sobre sus familias la abundancia de los dones del Espíritu Santo”

4. Polacos: “Estamos viviendo los días de la novena de Pentecostés: imploremos la presencia del Espíritu Santo en nosotros, para que sus dones, tan necesarios, nos ayude a progresar en la vida cristiana” y añadió que “en este tiempo difícil, rezamos con las palabras que San Juan Pablo II pronunció en Varsovia: ‘¡Descienda tu Espíritu y renueve la faz de la tierra!”.

5. Alemanes: “Sigamos el ejemplo de la beata Virgen María, que Ella, con su frecuente oración se parezca a los Apóstoles, invocó al Espíritu Santo para la Iglesia, quien renueva a los hombres en el amor a Cristo” y concluyó “que el Espíritu de Caridad colme nuestros corazones para se dirijan continuamente hacia el Señor en la oración”.

viernes, 22 de mayo de 2020

CREAN GUÍA PARA REALIZAR LA NOVENA DE PENTECOSTÉS JUNTO A MARÍA


Crean guía para realizar la novena de Pentecostés junto a María
Redacción ACI Prensa





La Fraternidad Mariana de la Reconciliación ha lanzado una guía para realizar la novena de Pentecostés, para “unirnos a María en el Cenáculo” y preparar los corazones para la venida del Espíritu Santo.

Mediante un evento de Facebook, las Fraternas, nombre con el que se conoce a esta sociedad de vida apostólica, han compartido un documento que guía a las personas en la realización de la novena, donde incluyen las letanías al Espíritu Santo y sugerencias para la organización de la Vigilia de Pentecostés.

Las Fraternas indican que, así como “los discípulos se reunieron junto a María en el Cenáculo, y por nueve días se dedicaron todos juntos a la oración”, los fieles son invitados todos los años a reunirse con la Virgen y rezar por la venida del Espíritu Santo.

“Como dijo San Pablo VI, ‘la primera necesidad de una Iglesia en movimiento es vivir siempre Pentecostés’”, señalan.


Para ello, indican que los fieles deben preparar sus corazones en estos días, y al ejemplo de la Virgen María, ser dóciles al Espíritu Santo.

“Al acoger esta Unción Divina, dejemos que Él transforme verdaderamente nuestros corazones para que así podamos avanzar en nuestra misión con renovado fervor”, agregan.

En la guía se encuentran detalladas las oraciones correspondientes a cada día de la novena, con el fin de hacer más práctica la vivencia de este tiempo de oración.

La estructura contempla por día un tema específico, las intenciones diarias, la invocación al Espíritu Santo, una lectura bíblica, la meditación de una pregunta, la oración a la Virgen, un verso del himno Veni Creator Spiritus (Ven Espíritu Santo) y una canción opcional para ayudar a la reflexión.

Sin embargo, señalan que cada persona puede agregar o quitar partes de la estructura de acuerdo a lo que el Espíritu Santo les inspire.


“Recuerden que el primer objetivo de esta novena es renovarnos en la experiencia personal del Espíritu Santo a través de la intercesión de María”, concluyeron.

Al final, la guía da sugerencias para la organización de la Vigilia de Pentecostés, que se realiza el último día de la novena, e incluye las letanías al Espíritu Santo que pueden ser rezadas al final de cada día de la novena o durante la Vigilia.

Puede encontrar la guía AQUÍ.

domingo, 9 de junio de 2019

PAPA FRANCISCO EN LA VIGILIA DE PENTECOSTÉS 2019


El Papa en vigilia de Pentecostés: Con el Espíritu escuchemos el grito de los hermanos
Redacción ACI Prensa





El Papa Francisco alentó a escuchar con el corazón y de la mano del Espíritu Santo, el grito y el gemido de tantos hermanos que tienen sed de Dios, durante la homilía de la Misa celebrada en la Plaza de San Pedro en el Vaticano este sábado 8 de junio,

Ante miles de fieles presentes, el Santo Padre resaltó que “esta tarde, en la vigilia del último día del tiempo de Pascua, fiesta de Pentecostés, Jesús está en medio de nosotros y proclama en voz alta: Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba quien crea en mí”.

El Papa dijo asimismo que el Espíritu Santo “brota desde el vientre de la misericordia de Jesús resucitado” que a su vez nos “transforma” en Iglesia de misericordia. Es decir, en una “madre del corazón abierto” para todos.

“Cuánto me gustaría que la gente que vive en Roma reconociera a la Iglesia, nos reconociera ‘por más’ misericordia, ‘por más’ humanidad y ternura, de la cual hay tanta necesidad y no por otras cosas”, subrayó el Papa y añadió que, de ese modo, la gente se sentiría “como en casa, la ‘casa materna’ en donde siempre se es bienvenido y a donde se puede siempre regresar”.

Por ello, el Pontífice indicó que con esta Iglesia las personas podrían sentirse siempre “acogidas, escuchadas, bien interpretadas, ayudadas a dar un paso hacia adelante en la dirección del Reino de Dios. Como sabe hacer una madre, también con los hijos cuando ya están grandes”.


"Este pensamiento sobre la maternidad de la Iglesia, me recuerda que hace 75 años, el 11 de junio de 1944, el Papa Pío XII hizo un acto especial de acción de gracias y súplica a la Virgen María para la protección de la ciudad de Roma. Lo hizo en la iglesia de San Ignacio, donde había sido traída la venerada imagen de Nuestra Señora del Divino Amor".

El Papa Francisco resaltó asimismo que “el amor divino es el Espíritu Santo, que brota del Corazón de Cristo. Él es la ‘roca espiritual’ que acompaña al pueblo de Dios en el desierto, para que bebiendo el agua viva puede calmar su sed en el camino”.

“En la zarza que no se consume, imagen de la Virgen María y la Madre, está Cristo resucitado que nos habla, nos comunica el fuego del Espíritu Santo, nos invita a descender entre la gente para escuchar el grito, nos envía a abrir el paso para los caminos de libertad que llevan a las tierras prometidas por Dios”.

El Santo Padre advirtió luego que “si el orgullo y la presunta superioridad moral entorpecen nuestro oído, nos daremos cuenta de que bajo el grito de tantas personas no hay nada más que un genuino gemido del Espíritu Santo. Es el Espíritu el que empuja, una vez más, a no estar satisfecho, a intentar volver al camino; es el Espíritu el que nos salvará”.

“Dejémonos entonces tomar de la mano del Espíritu y llevar en medio del corazón de la ciudad para escuchar el grito, el gemido como Moisés escuchó el grito escondido del Pueblo y Dios decidió intervenir enviando a Moisés para suscitar y alimentar el sueño de la libertad de los israelitas y revelarles que este sueño es su misma voluntad: hacer de Israel un Pueblo libre, su Pueblo, unido a Él por una alianza de amor, llamado a testimoniar la fidelidad del Señor ante todas las personas”.

De este modo, el Pontífice animó a imitar a Moisés quien “para realizar su misión, Dios quiere que ‘descienda’ con Él en medio de los israelitas”.


“El corazón de Moisés debe ser como el de Dios, atento y sensible a los sufrimientos y a los sueños de los hombres, a aquello que gritan a escondidas cuando alzan las manos hacia el Cielo, porque ya no tienen asideros en la tierra. Es el gemido del Espíritu, y Moisés debe escuchar con su corazón”, afirmó.

“Queridísimos, para meternos en escucha del grito de la ciudad de Roma, también nosotros necesitamos que el Señor nos lleve de la mano y nos haga ‘descender’ en medio a los hermanos que viven en nuestra ciudad, para escuchar su necesidad de salvación, el grito que llega hacia Él y que nosotros habitualmente no escuchamos”, exclamó el Papa.

En este sentido, el Santo Padre señaló que “se trata de abrir los ojos y los oídos, pero sobre todo el corazón, escuchar con el corazón” y de este modo “nos pondremos en camino de verdad”.

“Escucharemos dentro de nosotros el fuego de Pentecostés, que nos empuja a gritar a los hombres y a las mujeres de esta ciudad que terminó la esclavitud y que Jesús es el camino que lleva a la ciudad del Cielo”, resaltó

“Para esto –concluyó el Papa Francisco– necesitamos el don de la fe. Pidamos hoy el don de la fe para ir hoy en este camino”.

EXPLICACIÓN SOBRE EL ESPÍRITU SANTO Y PENTECOSTÉS


Pentecostés
La Fiesta de Pentecostés


Por: Redacción | Fuente: aciprensa.com y iglesia.cl 




“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo”.
Hechos de los Apóstoles 2, 1-5




Fiesta de Pentecostés

Originalmente se denominaba “fiesta de las semanas” y tenía lugar siete semanas después de la fiesta de los primeros frutos (Lv 23 15-21; Dt 169). Siete semanas son cincuenta días; de ahí el nombre de Pentecostés (= cincuenta) que recibió más tarde. Según Ex 34 22 se celebraba al término de la cosecha de la cebada y antes de comenzar la del trigo; era una fiesta movible pues dependía de cuándo llegaba cada año la cosecha a su sazón, pero tendría lugar casi siempre durante el mes judío de Siván, equivalente a nuestro Mayo/Junio. En su origen tenía un sentido fundamental de acción de gracias por la cosecha recogida, pero pronto se le añadió un sentido histórico: se celebraba en esta fiesta el hecho de la alianza y el don de la ley.

En el marco de esta fiesta judía, el libro de los Hechos coloca la efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles (Hch 2 1.4). A partir de este acontecimiento, Pentecostés se convierte también en fiesta cristiana de primera categoría (Hch 20 16; 1 Cor 168).



¿Quién es el Espíritu Santo?

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en su Evangelio.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. El Señor Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal.



El Espíritu Santo, el don de Dios

"Dios es Amor" (Jn 4,8-16) y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado". (Rom 5,5).

Puesto que hemos muerto, o al menos, hemos sido heridos por el pecado, el primer efecto del don del Amor es la remisión de nuestros pecados. La Comunión con el Espíritu Santo, "La gracia del Señor Jesucristo, y la caridad de Dios, y la comunicación del Espíritu Santo sean con todos vosotros." 2 Co 13,13; es la que, en la Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado. Por el Espíritu Santo nosotros podemos decir que "Jesús es el Señor ", es decir para entrar en contacto con Cisto es necesario haber sido atraído por el Espíritu Santo.

Mediante el Bautismo se nos da la gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo. Porque los que son portadores del Espíritu de Dios son conducidos al Hijo; pero el Hijo los presenta al Padre, y el Padre les concede la incorruptibilidad. Por tanto, sin el Espíritu no es posible ver al Hijo de Dios, y, sin el Hijo, nadie puede acercarse al Padre, porque el conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios se logra por el Espíritu Santo.

Vida de fe. El Espíritu Santo con su gracia es el "primero" que nos despierta en la fe y nos inicia en la vida nueva. El es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Sin embargo, es el "último" en la revelación de las personas de la Santísima Trinidad.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo del Designio de nuestra salvación y hasta su consumación. Sólo en los "últimos tiempos", inaugurados con la Encarnación redentora del Hijo, es cuando el Espíritu se revela y se nos da, y se le reconoce y acoge como Persona.

El Paráclito. Palabra del griego "parakletos", que literalmente significa "aquel que es invocado", es por tanto el abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al Espíritu Santo diciendo: "El Padre os dará otro Paráclito" (Jn 14,16). El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado "otro paráclito" porque continúa haciendo operante la redención con la que Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna.

Espíritu de la Verdad: Jesús afirma de sí mismo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6). Y al prometer al Espíritu Santo en aquel "discurso de despedida" con sus apóstoles en la Última Cena, dice que será quien después de su partida, mantendrá entre los discípulos la misma verdad que Él ha anunciado y revelado.

El Paráclito, es la verdad, como lo es Cristo. Los campos de acción en que actúa el Espíritu Santo, son el espíritu humano y la historia del mundo. La distinción entre la verdad y el error es el primer momento de dicha actuación.

Permanecer y obrar en la verdad es el problema esencial para los Apóstoles y para los discípulos de Cristo, desde los primeros años de la Iglesia hasta el final de los tiempos, y es el Espíritu Santo quien hace posible que la verdad a cerca de Dios, del hombre y de su destino, llegue hasta nuestros días sin alteraciones.



Símbolos

Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas:

Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.

Unción: Simboliza la fuerza. La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.

Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.

Nube y luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para "cubrirla con su sombra". En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.

Sello: Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.

La Mano: Mediante la imposición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el "don del Espíritu".
La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.





El Espíritu Santo y la vida cristiana

A partir del Bautismo, el Espíritu divino habita en el cristiano como en su templo. Gracias a la fuerza del Espíritu que habita en nosotros, el Padre y el Hijo vienen también a habitar en cada uno de nosotros.

El don del Espíritu Santo es el que:

- nos eleva y asimila a Dios en nuestro ser y en nuestro obrar;

- nos permite conocerlo y amarlo;

- hace que nos abramos a las divinas personas y que se queden en nosotros.
La vida del cristiano es una existencia espiritual, una vida animada y guiada por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad. Gracias al Espíritu Santo y guiado por Él, el cristiano tiene la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que se opone a la voluntad de Dios.



Dones

Para que el cristiano pueda luchar, el Espíritu Santo le regala sus siete dones, que son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu. Estos dones son:

Don de Ciencia: es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.

Don de consejo: saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.

Don de Fortaleza: es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.

Don de Inteligencia: es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.

Don de Piedad: el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.

Don de Sabiduría: es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.

Don de Temor: es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina.



Por otro lado, los frutos del Espíritu Santo son:

Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.
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