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domingo, 28 de abril de 2024

HOMILÍA COMPLETA DEL PAPA FRANCISCO EN LA MISA DESDE LA PLAZA DE SAN MARCOS EN VENECIA - ITALIA - 2024

 



Homilía completa del Papa Francisco en la Misa desde la plaza de San Marcos en Venecia

 Crédito: Daniel Ibáñez/ ACI Prensa

28 de abril de 2024



A continuación, la homilía completa del Papa Francisco en la Misa que ha presidido este 28 de abril en la céntrica Plaza de San Marcos en Venecia:

Jesús es la vid, nosotros los sarmientos. Y Dios, Padre misericordioso y bueno, como un agricultor paciente, nos trabaja con esmero para que nuestra vida se llene de frutos. Por eso Jesús nos recomienda que apreciemos el don inestimable que es el vínculo con Él, del que dependen nuestra vida y nuestra fecundidad. Repite con insistencia: “Permaneced en mí y yo en vosotros. “El que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto” (Jn 15,4). Sólo da fruto quien permanece unido a Jesús. Reflexionemos sobre ello.

Jesús está a punto de concluir su misión terrena. En la Última Cena con los que serán sus apóstoles, les da, junto con la Eucaristía, algunas palabras clave. Una de ellas es precisamente ésta: “permaneced”, es decir, mantened vivo el vínculo conmigo, permaneced unidos a mí como los sarmientos a la vid. Con esta imagen, Jesús retoma una metáfora bíblica que la gente conocía bueno y que también encontró en la oración, como en el salmo que dice: '¡Dios de los ejércitos, vuelve!. Mira desde el cielo y ve y visita esta viña” (Sal 80,15).

Israel es la viña que el Señor ha plantado y cuidado. Y cuando el pueblo no da los frutos de amor que el Señor espera, el profeta Isaías formula una acusación utilizando precisamente la parábola de un labrador que ha labrado su viña, la ha limpiado de piedras, ha plantado vides finas esperando que produzca buen vino, pero en cambio sólo da uvas inmaduras. Y el profeta concluye: “Pues bien, la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel;  los habitantes de Judá son su plantación predilecta. Esperaba justicia y he aquí el derramamiento de sangre, esperaba justicia / y he aquí los gritos de los oprimidos" (Is 5,7). Jesús mismo, retomando a Isaías, cuenta la dramática parábola de los viñadores asesinos, subrayando el contraste entre la obra paciente de Dios y el rechazo de su pueblo (cf. Mt 21,33-44).

Así, la metáfora de la vid, a la vez que expresa el cuidado amoroso de Dios por nosotros, por otra parte nos advierte, porque si rompemos este vínculo con el Señor, no podremos generar frutos de buena vida y nosotros mismos corremos el peligro de convertirnos en sarmientos secos que se desechan. Es feo esto, convertirnos en sarmientos secos que se desechan.

Hermanos y hermanas, con el telón de fondo de la imagen utilizada por Jesús, pienso también en la larga historia que une a Venecia con el trabajo de la vid y la producción de vino, en el cuidado de tantos viticultores y en los numerosos viñedos que surgieron en las islas de la Laguna y en los jardines de la ciudad, y en los que comprometían a los monjes en la producción de vino para sus comunidades.

Dentro de este recuerdo, de la vid y del vino, no es difícil captar el mensaje de la parábola de la vid y los sarmientos: la fe en Jesús, el vínculo con Él, no aprisiona nuestra libertad, sino que, al contrario, la unión con Jesús nos abre para recibir la savia del amor de Dios, que multiplica nuestra alegría, nos cuida con el esmero de un buen viñador y hace brotar sarmientos incluso cuando la tierra de nuestra vida se vuelve árida. Tantas veces, nuestro corazón se vuelve árido. 

Pero la metáfora que salió del corazón de Jesús también puede leerse pensando en esta ciudad construida sobre el agua, y reconocida por esta singularidad como uno de los lugares más evocadores del mundo. Venecia es una con las aguas sobre las que se levanta, y sin el cuidado y la protección de este entorno natural podría incluso dejar de existir. Así es también nuestra vida: también nosotros, sumergidos desde tiempos inmemoriales en las fuentes del amor de Dios, hemos sido regenerados en el Bautismo con el agua, renacidos a una vida nueva por el agua y el Espíritu Santo, y colocados en Cristo como sarmientos en la vid. En nosotros fluye la savia de este amor. En nosotros fluye la savia de este amor, sin la cual nos convertimos en sarmientos secos que no dan fruto. 

El Beato Juan Pablo I, cuando era Patriarca de esta ciudad, dijo una vez que Jesús “vino a traer a los hombres la vida eterna [...]. Y continuaba: esa vida está en Él y pasa de Él a sus discípulos, como la savia sube del tronco a los sarmientos de la vid. Es agua fresca, que Él da a sus discípulos. Es el agua fresca que él da, un manantial que brota sin cesar” (A. LUCIANI, Venezia 1975-1976. Opera Omnia. Discorsi, scritti, articoli, vol. VII, Padua 2011, 158).

Hermanos y hermanas, esto es lo que cuenta: permanecer en el Señor, habitar en Él. Pensemos en esto un minuto: permanecer en el Señor, habitar en Él. Y este verbo -habitar- no debe interpretarse como algo estático, como si quisiera decirnos que nos quedemos quietos, aparcados en la pasividad; en realidad, nos invita a ponernos en movimiento, porque permanecer en el Señor significa crecer en la relación con Él, dialogar con Él, acoger su Palabra, seguirle en el camino hacia el Reino de Dios. Por tanto, se trata de ponernos en camino tras Él, dejándonos provocar por su Evangelio y convirtiéndonos en testigos de su amor.

Por eso Jesús dice que el que permanece en Él da fruto. Y no es cualquier fruto. El fruto de los sarmientos en los que fluye la savia es la uva, y de la uva sale el vino, que es el signo mesiánico por excelencia. Porque Jesús, el Mesías enviado por el Padre, lleva el vino del amor de Dios al corazón humano y lo llena de alegría y esperanza.

Queridos hermanos y hermanas, éste es el fruto que estamos llamados a dar en nuestra vida, en nuestras relaciones, en los lugares que frecuentamos cada día, en nuestra sociedad. Si miramos hoy esta ciudad de Venecia, admiramos su encantadora belleza, pero también nos preocupan los numerosos problemas que la amenazan: el cambio climático, que repercute en las aguas de la Laguna y en el territorio; la fragilidad de los edificios, del patrimonio cultural, pero también la de las personas; la dificultad de crear un ambiente a escala humana mediante una gestión adecuada del turismo; y también todo lo que estas realidades corren el riesgo de generar en términos de relaciones sociales deterioradas, individualismo y soledad. 

Nosotros cristianos, que somos sarmientos unidos a la vid, la vid del Dios que cuida de la humanidad y ha creado el mundo como un jardín para que florezcamos en él y lo hagamos florecer, ¿cómo respondemos? Permaneciendo unidos a Cristo, podremos dar los frutos del Evangelio dentro de la realidad que habitamos: frutos de justicia y paz, frutos de solidaridad y cuidado mutuo; opciones de cuidado del medio ambiente, pero también del patrimonio humano: No olvidemos el patrimonio humano, nuestra gran humanidad, la que ha cogido Dios para caminar con nosotros. 

Necesitamos que nuestras comunidades cristianas, nuestros barrios, nuestras ciudades, se conviertan en lugares hospitalarios, acogedores, inclusivos. Y Venecia, que siempre ha sido lugar de encuentro y de intercambio cultural, está llamada a ser signo de belleza accesible a todos, empezando por los últimos, signo de fraternidad y de cuidado de nuestra casa común. Venecia, tierra que hace hermanos.  

FOTOS DE LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A VENECIA - ITALIA - 28 DE ABRIL 2024

 


























Visita del Papa Francisco a Venecia.
El Santo Padre deja la isla de la Giudecca y llega a la Basílica de Santa María de La Salud en lancha motora. Se encuentra con los Jóvenes en la Plaza enfrente de la Basílica de la Salud. Al término del discurso, acompañado por una delegación de jóvenes, el Santo Padre atraviesa el puente de barcos que une con la Plaza de San Marcos. Celbración de la santa Misa en Plaza de San Marcos.
"Usa el celular; pero encuentra a las personas" "Salir al encuentro con los demás" El Papa Francisco a los jóvenes de Venecia.

[Fotos de Daniel Ibáñez].
EWTN en español
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#PapaFrancisco #PapaFranciscoenVenecia #Venecia #VeneciaItalia



 

domingo, 14 de abril de 2024

PAPA FRANCISCO TRAS ATAQUE DE IRÁN A ISRAEL: BASTA CON LA GUERRA, SÍ AL DIALOGO Y SÍ A LA PAZ


El Papa Francisco tras ataque de Irán a Israel: “¡Basta con la guerra! ¡Sí al dialogo y sí a la paz!”
Por Walter Sánchez Silva
14 de abril de 2024



En sus palabras luego del rezo del Regina Caeli este domingo 14 de abril en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco se refirió al ataque que Irán lanzó contra Israel y pidió que pronto cese el fuego en Gaza; y que se ponga fin a la guerra y la violencia en Tierra Santa, a través del diálogo.

“Sigo en la oración, con preocupación y también dolor, las noticias de las últimas horas sobre el agravamiento de la situación en Israel a causa de la intervención de parte de Irán”, dijo el Papa Francisco en el Vaticano.

“Hago un fuerte llamado a que se detenga toda acción que pueda alimentar una espiral de violencia con el riesgo de arrastrar a Medio Oriente a un conflicto bélico aún más grande”, continuó el Santo Padre.

“Ninguno debe amenazar la existencia de otros. Que en cambio todas las naciones se pongan de parte de la paz y ayuden a los israelíes y a los palestinos a vivir en dos estados, lado a lado, con seguridad, es su profundo y licito deseo; y es su derecho, dos estados vecinos”.

El Papa Francisco hizo votos también para “que se llegue pronto a un cese al fuego en Gaza y que se recorra el camino de la negociación, con determinación. Que se ayude a esa población que ha sido precipitada a una catástrofe humanitaria. Que se libere pronto a los rehenes secuestrados hace meses. ¡Cuánto sufrimiento! Rezamos por la paz”.

“¡Basta con la guerra! ¡Basta con los ataques! ¡Basta con la violencia! ¡Sí al diálogo y sí a la paz!”, subrayó el Santo Padre.

Tras recordar luego que el 25 y 26 de mayo se celebrará la I Jornada Mundial de los Niños, el Papa Francisco dijo: “Rezamos por los niños que sufren la guerra, son tantos en Ucrania, en Palestina, en Israel, en otras partes del mundo como Myanmar. Recemos por ellos y por la paz”.

En un mensaje enviado a la cadena de televisión Al Arabiya el viernes 12 de abril, en ocasión del fin del Ramadán musulmán, el Santo Padre señaló: “Dios es paz y quiere la paz. Quien cree en Él no puede sino repudiar la guerra, que nunca resuelve sino que aumenta los conflictos”.

El ataque de Irán contra Israel

El sábado 13 de abril, el ejército de Israel informó que Irán lanzó decenas de misiles y drones desde su territorio, la mayoría de los cuales fueron interceptados fuera del territorio israelí por los sistemas de defensa antiaéreos de este país.

Según refiere CNN en Español, el ejército de Israel indicó que se lanzaron en total más de 200 “amenazas” y que aún sigue interceptando estos ataques.

De acuerdo a diversas autoridades de Irán, como el Ministerio de Asuntos Exteriores, el ataque lanzado contra Israel sería en respuesta a un ataque de Israel contra el consulado de Irán en Damasco (Siria) a inicios de este mes de abril.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, señaló en un comunicado que "consultará con aliados y socios en la región y en todo el mundo en las próximas horas y días" tras el ataque de Irán contra Israel.

"Estados Unidos condena en los términos más enérgicos el ataque de Irán a Israel", precisó.

"Aunque no busquemos una escalada, continuaremos apoyando la defensa de Israel y, como dejó claro el presidente (Joe Biden), defenderemos al personal estadounidense". 

domingo, 7 de abril de 2024

EN EL DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA EL PAPA FRANCISCO ALIENTA A ABRIR EL CORAZÓN DE JESÚS PARA TENER VIDA VERDADERA

 



En el Domingo de la Divina Misericordia el Papa Francisco alienta a abrir el corazón a Jesús para tener vida verdadera

Por Walter Sánchez Silva

7 de abril de 2024




Antes del rezo de la oración mariana del Regina Caeli (Reina del Cielo), que en Pascua sustituye al Ángelus, y recordando que hoy es el Domingo de la Divina Misericordia, el Papa Francisco animó a abrir el corazón a Jesús para tener vida verdadera.

Ante unos 15 mil fieles presentes en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Santo Padre recordó que hoy, segundo domingo de ´Pascua, está dedicado a la Divina Misericordia por un deseo del Papa San Juan Pablo II.

El Papa Francisco meditó en el evangelio de hoy que habla de la vida eterna y explicó qué se puede hacer para tener vida auténtica: “Todos queremos tener vida, pero existen diversos puntos de vista sobre cómo lograrlo. Por ejemplo, hay quien reduce la existencia a una carrera frenética para gozar y poseer muchas cosas: comer y beber, divertirse, acumular dinero y objetos, sentir emociones fuertes y nuevas, etc.”.

Este, advirtió el Papa, “es un camino que a primera vista parece atractivo, pero que no sacia el corazón. No es así como se ‘tiene vida’, porque siguiendo los caminos del placer y del poder no se encuentra la felicidad”.

“De hecho, quedan sin respuesta muchos aspectos de la existencia como, por ejemplo, el amor, las experiencias inevitables del dolor, las limitaciones y la muerte. Y, además, no se hace realidad el sueño que todos tenemos en común: la esperanza de vivir para siempre, de ser amados sin fin”.

“Hoy, el Evangelio dice que esta plenitud de vida, a la que cada uno de nosotros está llamado, se realiza en Jesús: es Él quien nos da la vida plena. Pero, ¿cómo acceder a ella, cómo experimentarla?”, cuestionó el Papa Francisco.

En el caso de los 12 Apóstoles, ellos se dejaron interpelar por Cristo resucitado y recibieron el don del Espíritu Santo, e interrogó a todos: “Les pregunto, ¿tienen esperanza? Que cada uno se pregunte: ¿cómo va mi esperanza?”.

Entonces, continuó el Papa Francisco, para tener vida cada día “basta con fijar la mirada en Jesús crucificado y resucitado, encontrarlo en los sacramentos y en la oración, reconocerlo presente, creer en Él, dejarse tocar por su gracia y guiar por su ejemplo, experimentar la alegría de amar como Él”.

El Santo Padre resaltó entonces que “cada encuentro con Jesús, un encuentro vivo con Él, nos permite tener más vida. Hay que buscar a Jesús, dejarse encontrar –porque Él nos busca–, abrir el corazón al encuentro con Jesús”.

El Papa Francisco también preguntó a todos: “¿creo en el poder de la resurrección de Jesús, creo que ha resucitado? ¿Creo en su victoria sobre el pecado, el miedo y la muerte? ¿Me dejo implicar en la relación con el Señor, con Jesús? ¿Y dejo que Él me empuje a amar a los hermanos y las hermanas, y a tener esperanza todos los días?”.

Para concluir, el Pontífice alentó a que “María nos ayude a crecer cada vez más en la fe en Jesús resucitado, para que ‘tengamos vida’ y difundamos la alegría de la Pascua”. 

domingo, 24 de marzo de 2024

EL PAPA FRANCISCO PRESIDE EN EL VATICANO UNA MISA SIN HOMILÍA EN DOMINGO DE RAMOS 2024

 









El Papa Francisco preside en el Vaticano una Misa sin homilía en Domingo de Ramos

Por Almudena Martínez-Bordiú, Walter Sánchez Silva

24 de marzo de 2024 



Este 24 de marzo el Papa Francisco ha presidido en la Plaza de San Pedro la Misa de Domingo de Ramos, con la que se da inicio a la Semana Santa 2024, en la que no pronunció la homilía y tampoco fue leída por alguno de los concelebrantes presentes.

La celebración comenzó a las 10:00 horas (hora de Roma) y en ella participaron cerca de  25.000 fieles, según informó la Gendarmería del Vaticano.

La Misa fue precedida por la procesión de las palmas de Domingo de Ramos, llevadas por obispos, sacerdotes, religiosos y laicos alrededor del obelisco de la Plaza de San Pedro para recordar el ingreso de Jesús a Jerusalén.

Tras la ceremonia en la que se bendijo las palmas y la procesión de obispos y sacerdotes, el Santo Padre se dirigió al atrio de la basílica vaticana para la Eucaristía con la que se dio inicio a la Semana Santa.

En el momento de la homilía, el Papa Francisco prefirió no leer el texto y continuó con la celebración. 

Aunque la Santa Sede no ha ofrecido mayor información al respecto, el Pontífice podría haber tomado esta decisión debido a su dificultad respiratoria por una persistente gripe que padece desde hace más de un mes. 

ACI Prensa contactó a Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa del Vaticano, para consultar por qué no se leyó la homilía, como se ha hecho en otras ocasiones, pero hasta la publicación de esta nota no ha tenido respuesta.

Como es costumbre, la Oficina de Prensa del Vaticano envió a los periodistas el texto de la homilía que el Papa Francisco tenía programado pronunciar. A esto se conoce como embargo, es decir que no debe publicarse hasta que el Santo Padre efectivamente lo pronuncie.

Alrededor de las 13:20 (hora de Roma) la Oficina de Prensa del Vaticano precisó que "al no haber sido pronunciada, la homilía no existe". Sobre si se ofrecerá alguna explicación adicional, la respuesta ha sido: "no".

En el bolletino de este Domingo de Ramos, el medio oficial de la Oficina de Prensa del Vaticano para informar de las actividades del Papa, se publicó alrededor de las 14:00 (hora de Roma) lo siguiente: “Al término de la proclamación de la Pasión del Señor según Marco hubo un momento de silencio y oración antes de retomar la celebración”. 

domingo, 17 de marzo de 2024

PAPA FRANCISCO: LA GLORIA DE VERDAD ES ENTREGA Y PERDÓN, NO LA FAMA NI LA POPULARIDAD



Papa Francisco: La gloria de verdad es entrega y perdón, no la fama ni la popularidad

 Crédito: Captura Vatican News. - Por Walter Sánchez Silva

17 de marzo de 2024 


El Papa Francisco explicó que la verdadera gloria está hecha de entrega y perdón; y no de fama ni popularidad, al presidir el rezo del Ángelus en este Quinto Domingo de Cuaresma, ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

Al meditar en el Evangelio de Juan de este domingo, en el que se afirma que la gloria de Dios se verá en la cruz, el Santo Padre resaltó que con esto el Señor “quiere decirnos que la gloria, para Dios, no corresponde al éxito humano, a la fama o a la popularidad”.

“La gloria para Dios no tiene nada de autorreferencial, no es una manifestación grandiosa de potencia a la que siguen los aplausos del público”, subrayó.

El Papa Francisco resaltó entonces que “para Dios la gloria es amar hasta dar la vida. Glorificarse, para Él, quiere decir entregarse, hacerse accesible, ofrecer su amor. Y esto sucedió de manera culminante en la cruz, donde Jesús desplegó al máximo el amor de Dios, revelando plenamente su rostro de misericordia, entregándonos la vida y perdonando a quienes lo crucificaron”.

“Desde la Cruz, ‘cátedra de Dios, el Señor nos enseña que la gloria verdadera, la que nunca se desvanece y hace feliz, está hecha de entrega y perdón. Entrega y perdón son la esencia de la gloria de Dios”, destacó el Santo Padre.

En ese sentido, continuó el Papa Francisco, se convierten “para nosotros en el camino de la vida. Entrega y perdón: criterios muy diferentes a lo que vemos a nuestro alrededor, y también en nosotros, cuando pensamos en la gloria como en algo que hay que recibir más que dar; como algo que hay que poseer en vez de ofrecer. No”.

Papa Francisco: La gloria de verdad es entrega y perdón, no la fama ni la popularidad

“La gloria mundana pasa y no deja alegría en el corazón; ni siquiera lleva al bien de todos, sino a la división, a la discordia, a la envidia”, advirtió el Pontífice.

Papa Francisco: “¿Cuál es la gloria que deseo para mí?”

El Santo Padre cuestionó entonces “¿Cuál es la gloria que deseo para mí, para mi vida, la que sueño para mi futuro? ¿La de impresionar a los demás por mi maestría, por mis capacidades o por las cosas que poseo?”.

“¿O la vía de la entrega y del perdón, la de Jesús Crucificado, la vía de quien no se cansa de amar, convencido de que eso da testimonio de Dios en el mundo y hace resplandecer la belleza de la vida? ¿Qué gloria quiero para mí?”.

El Papa Francisco exhortó a recordar que “cuando entregamos y perdonamos, en nosotros resplandece la gloria de Dios. Justo allí, cuando entregamos y perdonamos”.

“Que la Virgen María, que siguió con fe a Jesús en la hora de la Pasión, nos ayude a ser reflejos vivientes del amor de Jesús”, concluyó.  

domingo, 10 de marzo de 2024

PAPA FRANCISCO: JESÚS NO VINO A CONDENAR, SINO A SALVAR AL MUNDO

 



Papa Francisco: Jesús no vino a condenar, sino a salvar al mundo

Por David Ramos

10 de marzo de 2024 



Desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa Francisco alentó a los fieles católicos reunidos para el rezo del Ángelus este domingo en la Plaza de San Pedro a “reflexionar sobre esto: Jesús no vino a condenar, sino a salvar”.

El Santo Padre señaló que el Evangelio de este cuarto Domingo de Cuaresma (Jn 3, 14-21) “nos presenta la figura de Nicodemo, un fariseo, ‘uno de los líderes de los judíos’”, que “vio los signos que Jesús hacía, reconoció en Él a un maestro enviado por Dios y salió a su encuentro de noche, para no ser visto”.

“El Señor lo acoge, dialoga con él y le revela que no ha venido a condenar sino a salvar al mundo”, destacó el Papa.

Francisco resaltó a continuación que “a menudo en el Evangelio vemos a Cristo revelando las intenciones de las personas con las que se encuentra, a veces desenmascarando actitudes falsas, como con los fariseos, o haciéndoles reflexionar sobre el desorden de su vida, como con la samaritana”.

“Ante Jesús no hay secretos: Él lee en el corazón, en el corazón de cada uno de nosotros”, indicó.

El Papa Francisco señaló que esta capacidad de Jesús “podría resultar inquietante porque, si se utiliza incorrectamente, perjudica a las personas, exponiéndolas a juicios sin misericordia. De hecho, nadie es perfecto, todos somos pecadores, todos cometemos errores, y si el Señor usara el conocimiento de nuestras debilidades para condenarnos, nadie podría salvarse”.

Sin embargo, subrayó, “no es así”, y Jesús no utiliza esta capacidad “para señalarnos con el dedo, sino para abrazar nuestra vida, para liberarnos de los pecados y para salvarnos”.

“A Jesús no le interesa juzgarnos ni someternos a sentencia; Él quiere que ninguno de nosotros se pierda”, precisó.

El Santo Padre destacó que “la mirada del Señor sobre cada uno de nosotros no es un faro cegador que deslumbra y nos pone en dificultad, sino la luz suave de una lámpara amiga, que nos ayuda a ver el bien en nosotros mismos y a darnos cuenta del mal, para convertirnos y sanar con el apoyo de su gracia”.

“Jesús no vino a condenar, sino a salvar al mundo”, reiteró el Papa. “Pensemos en nosotros, que tantas veces condenamos a los demás; tantas veces nos gusta cotillear, buscar chismes contra los demás. Pidamos al Señor que nos dé a todos esta mirada de misericordia, que miremos a los demás como Él nos mira a todos”.

“Que María nos ayude a desear el bien unos de otros”, concluyó. 

domingo, 3 de marzo de 2024

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA I JORNADA MUNDIAL DE LOS NIÑOS 2024



 Mensaje del Papa Francisco para la I Jornada Mundial de los Niños

Papa Francisco

Crédito: EWTN News

2 de marzo de 2024 


La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha publicado el mensaje del Papa Francisco para la primera Jornada Mundial de los Niños, que se celebra el 25 y 26 de mayo de 2024 bajo el lema “Yo hago nuevas todas las cosas” (Ap 21,5).

En el escrito, el Santo Padre la recuerda a los niños de todo el mundo que la clave de la felicidad reside en cultivar una vida de oración y una relación personal con Jesús.

A continuación, el mensaje completo del Papa Francisco:

Queridas niñas y queridos niños:

Se acerca su primera Jornada Mundial, que será en Roma los días 25 y 26 del próximo mes de mayo. Por eso me pareció bien enviarles un mensaje. Me alegra que puedan recibirlo y agradezco a todos los que trabajarán para que esto sea posible.

Lo dirijo ante todo a cada uno de ustedes personalmente, a ti querida niña, a ti querido niño, porque «eres valioso» a los ojos de Dios (Is 43,4), como nos lo enseña la Biblia y como Jesús lo demostró tantas veces.

Al mismo tiempo este mensaje lo envío a todos, porque todos ustedes son importantes, y porque juntos —los que están cerca y los que están lejos— manifiestan el deseo de cada uno de nosotros de crecer y renovarse. Ustedes nos recuerdan que todos somos hijos y hermanos, y que nadie puede existir sin alguien que lo traiga al mundo, ni crecer sin tener otras personas para amar y sentirse amado (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 95).

De este modo, todos ustedes, niñas y niños, que son la alegría de sus padres y de sus familias, son también la alegría de la humanidad y de la Iglesia, donde cada uno es como un eslabón de una larguísima cadena, que se extiende del pasado al futuro y que cubre toda la tierra. Por eso les aconsejo que escuchen siempre con atención los relatos de los mayores: de sus mamás y de sus papás, de sus abuelos y de sus bisabuelos. Y al mismo tiempo no olviden a cuántos de entre ustedes que, aun siendo tan pequeños, ya están luchando contra enfermedades y dificultades, en el hospital o en su casa, a quienes son víctimas de la guerra y de la violencia, a quienes sufren el hambre y la sed, a quienes viven en la calle, a quienes se ven obligados a ser soldados o a huir como refugiados, separados de sus padres, a quienes no pueden ir a la escuela, a quienes son víctimas de bandas criminales, de las drogas o de otras formas de esclavitud y de abusos. En definitiva, a todos esos niños a los que todavía hoy se les roba la infancia cruelmente. Escúchenlos, o mejor aún, escuchémoslos, porque con su sufrimiento, con los ojos purificados por las lágrimas y con el constante deseo de bien que nace del corazón de quien ha visto verdaderamente qué terrible es el mal, nos hablan de la realidad.

Mis pequeños amigos, para renovarnos a nosotros l. Él nos infunde mucho valor, porque está siempre a nuestro lado, su Espíritu nos precede y nos acompaña en los caminos del mundo. Jesús nos dice: «Yo hago nuevas todas las cosas» (Ap 21,5); estas son las palabras que elegí como tema para la primera Jornada Mundial. Estas palabras nos invitan a ser ágiles como niños para comprender las novedades que el Espíritu suscita en nosotros y a nuestro alrededor. Con Jesús podemos soñar una humanidad nueva y comprometernos por una sociedad más fraterna y atenta a nuestra casa común, comenzando por las cosas sencillas, como saludar a los demás, pedir permiso, pedir disculpas, decir gracias. El mundo se transforma, ante todo, por medio de las cosas pequeñas, sin avergonzarse de dar sólo pasos pequeños. Es más, nuestra pequeñez nos recuerda que somos frágiles y que necesitamos los unos de los otros, como miembros de un único cuerpo (cf. Rm 12,5; 1 Co 12,26).

Y hay algo más. Queridas niñas y queridos niños, no podemos llegar a ser felices en solitario, porque la felicidad crece en la medida en que se comparte; pues nace con la gratitud por los dones que hemos recibido y que a su vez compartimos con los demás. Cuando aquello que hemos recibido lo guardamos sólo para nosotros, o incluso hacemos berrinches para conseguir este o aquel regalo, en realidad nos olvidamos de que el don más grande somos nosotros mismos, los unos para los otros; nosotros somos el “regalo de Dios”. Los otros dones sirven, sí, pero en la medida en que nos ayudan a estar juntos; si no los usamos para eso estaremos siempre insatisfechos y nunca nos serán suficientes.

En cambio, si estamos juntos todo es diferente. Piensen en sus amigos; qué hermoso es estar con ellos, en casa, en la escuela, en la parroquia, en el oratorio, en todas partes; jugar, cantar, descubrir cosas nuevas, divertirse, todos juntos, sin dejar atrás a nadie. La amistad es hermosísima y sólo crece así, compartiendo y perdonando, con paciencia, valentía, creatividad e imaginación, sin miedo y sin prejuicios.

Y ahora quiero confiarles un secreto importante: para ser realmente felices es necesario rezar, rezar mucho, todos los días, porque la oración nos conecta directamente con Dios, nos llena el corazón de luz y de calor y nos ayuda a hacer todo con confianza y serenidad. También Jesús rezaba siempre al Padre. ¿Y saben cómo lo llamaba? En su lengua le decía sencillamente Abba, que significa Papá (cf. Mc 14,36). Llamémoslo así también nosotros y lo sentiremos siempre cercano. Nos lo prometió el mismo Jesús, cuando nos dijo: «Donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos» (Mt 18,20).

miércoles, 14 de febrero de 2024

CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA ACEDIA, UNA TENTACIÓN POCO CONOCIDA PERO MUY PELIGROSA

 


 Catequesis del Papa Francisco sobre la acedia, una tentación poco conocida pero “muy peligrosa”

El Papa Francisco durante una Audiencia General en el Aula Pablo VI

 Crédito: Vatican Media



El Papa Francisco dedicó su catequesis de hoy a reflexionar sobre la acedia, la que definió como “una tentación muy peligrosa” o “el demonio del mediodía”, que hace que la vida pierda sentido y a la que se debe hacer frente con la paciencia de la fe.

A continuación, la catequesis completa del Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles 14 de febrero:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! 

Entre todos los vicios capitales hay uno que a menudo pasa bajo el silencio, no se habla de él, quizás en virtud de su  nombre, que a muchos les resulta poco comprensible: estoy hablando de la la acedia. Por eso, en el catálogo de los vicios, el término acedia está a menudo sustituido por otro de uso mucho más común: la pereza. En realidad, la pereza es más un efecto que una causa. Cuando una persona se queda inactiva, indolente, apática, nosotros decimos que es perezosa. Pero, como enseña la sabiduría de los antiguos padres del desierto, a  menudo la raíz es la acedia, que literalmente del griego significa “falta de cuidado”. Acedia significa en la raíz griega “falta de cuidado” y es uno de los vicios. 

Se trata de una tentación muy peligrosa, no bromeen con esta. Quien cae víctima de este vicio, es como si fuera  aplastada por un deseo de muerte: todo le disgusta; la relación con Dios se le vuelve aburrida; y también los actos más santos, los que le habían calentado el corazón, ahora, le parecen completamente inútiles. Una persona empieza a lamentar el paso del tiempo, y la juventud que queda irremediablemente atrás.  

La acedia está definida como el “demonio del mediodía”: nos atrapa en mitad del día, cuando la fatiga está en su ápice y las horas que nos esperan nos parecen monótonas, imposibles de vivir. En una celebre descripción el monje Evagrio representa así esta tentación: “El ojo del acedioso se fija en las ventanas continuamente y en su mente imagina visitantes […] Cuando lee, el acedioso bosteza a menudo y se deja llevar fácilmente por el sueño, se frota los ojos, se refriega las manos y, quitando la mirada del libro, la fija en la pared; después, dirigiéndola nuevamente al libro, lee un poco más […]; finalmente, inclinando la cabeza, le coloca el libro debajo y se duerme en un sueño ligero, hasta que el hambre lo despierta y le apremia a atender sus necesidades”; en conclusión, “el acedioso no realiza con solicitud la  obra de Dios”.

 Los lectores contemporáneos advierten en estas descripciones algo que recuerda mucho el mal de  la depresión, tanto desde el punto de vista psicológico como filosófico. En efecto, para los atenazados por  la acedia, la vida pierde su sentido, rezar es aburrido, cada batalla parece carecer de significado. Si  alimentamos pasiones en nuestra juventud, ahora nos parecen ilógicas, sueños que no nos hicieron felices.  Así que nos dejamos llevar y la distracción, al no pensar, parecen ser la única salida: a uno le gustaría  estar aturdido, tener la mente completamente vacía .... es un poco como morir por anticipado. Es feo este vicio, es feo. 

Frente a este vicio, del que nos damos cuenta que es tan peligroso, los maestros de espiritualidad  prevén varios remedios. Me gustaría señalar el que me parece más importante y que yo llamaría la  paciencia de la fe. Aunque bajo el azote de la acedia el deseo del hombre sea estar “en otra parte”, escapar de la realidad, hay que tener en cambio el valor de permanecer y acoger en mi “aquí y ahora”, en  mi situación tal como es, la presencia de Dios. Los monjes dicen que para ellos la celda es la mejor maestra de vida, porque es el lugar que concreta y cotidianamente te habla de tu historia de amor con el  Señor. El demonio de la acedia quiere destruir precisamente esta alegría sencilla del aquí y ahora, este asombro agradecido de la realidad; quiere hacerte creer que todo es en vano, que nada tiene sentido, que no vale la pena preocuparse por nada ni por nadie. 

Recordemos que en la vida, nosotros encontramos a gente que es acediosa. Esta gente que nosotros decimos: “Pero este es aburrido, no nos gusta estar con él”. Incluso tiene una actitud que te contagia el aburrimiento. Esta es la acedia.

Cuántas personas, en las garras de la acedia, movidas por una inquietud sin rostro, han  abandonado tontamente el camino del bien que habían emprendido. La de la acedia es una batalla  decisiva, que hay que ganar a toda costa. Y es una batalla que no ha preservado ni siquiera a los santos, porque en tantos de sus diarios hay algunas páginas que confiesan momentos tremendos, de verdaderas noches de fe, en las que todo parecía oscuro. Estos santos nos enseñan a atravesar la noche con paciencia, aceptando la pobreza de la fe. Recomendaban, bajo la opresión de la pereza, mantener una medida de compromiso más pequeña, fijarse metas más al alcance de la mano, pero al mismo tiempo aguantar,  perseverar apoyándose en Jesús, que nunca nos abandona en la tentación. 

La fe, atormentada por la prueba de la acedia, no pierde su valor. Al contrario, es la fe verdadera, la humanísima fe, que, a pesar de todo, a pesar de las tinieblas que la ciegan, sigue humildemente  creyendo.  Esa fe que permanece en el corazón, como permanecen las brasas bajo las cenizas, siempre permanecen. Si alguno de nosotros cae en este vicio, en la tentación de la acedia, que trate de mirar dentro y custodiar las brasas de la fe. Y así vamos a adelante. Que el Señor les bendiga. 

domingo, 21 de enero de 2024

PAPA FRANCISCO: NO SEAMOS SORDOS A LA PALABRA DE DIOS PARA PONER ANUNCIARLA AL MUNDO

 


 

Papa Francisco: No seamos “sordos” a la Palabra de Dios para poder anunciarla al mundo

Crédito. Daniel Ibáñez / ACI Prensa

Por Walter Sánchez Silva

21 de enero de 2024 


En su homilía de la Misa por el V Domingo de la Palabra de Dios, el Papa Francisco resaltó la importancia de no ser “sordos” ante ella, de darle un lugar privilegiado en la vida para poder ser mensajero y testigo del Señor en un mundo que la ignora, pero que está sediento de ella.

Así lo indicó el Santo Padre al celebrar la Eucaristía en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, en la que reflexionó sobre el pasaje del Evangelio de San Marcos, que narra cómo Jesús le habló a unos pescadores, sus primeros discípulos, que lo dejaron todo y lo siguieron.

En la Misa se confirió también los ministerios de Lector y Catequista a hombres y mujeres laicos provenientes de Brasil, Bolivia, Corea, Chad, Alemania y Antillas.


“La Palabra de Dios despliega la potencia del Espíritu Santo. Es una fuerza que atrae hacia Dios, como les sucedió a los jóvenes pescadores, que quedaron impresionados por las palabras de Jesús”, explicó el Papa en su homilía.

“La Palabra, por tanto, nos atrae hacia Dios y nos envía hacia los demás. Nos atrae hacia Dios y nos envía hacia los demás, ese es su dinamismo. No nos deja encerrados en nosotros mismos, sino que dilata el corazón”, prosiguió.

El Papa Francisco resaltó asimismo que la Palabra de Dios “suscita la misión, nos hace mensajeros y testigos de Dios para un mundo colmado de palabras, pero sediento de esa Palabra que frecuentemente ignora. La Iglesia vive de este dinamismo, es llamada por Cristo, atraída por Él, y enviada al mundo para testimoniarlo”.

El Pontífice señaló luego algunos ejemplos de santos, en cuya historia la Palabra de Dios “ha sido decisiva”, como San Antonio, Santa Teresa del Niño Jesús “que descubrió su vocación leyendo las cartas de San Pablo” o San Francisco de Asís, todas “vidas transformadas por la Palabra de vida, por la Palabra del Señor”.


No ser “sordos” a la Palabra de Dios

“¿Por qué para muchos de nosotros no sucede lo mismo? Muchas veces escuchamos la Palabra de Dios, nos entra por un oído y nos sale por otro, ¿Por qué?”, cuestionó el Papa Francisco.

“Es necesario no ser ‘sordos’ a la Palabra. Es el riesgo que corremos, ya que abrumados por miles de palabras, no damos importancia a la Palabra de Dios, la oímos, pero no la escuchamos; la escuchamos, pero no la custodiamos; la custodiamos, pero no nos dejamos provocar por ella para cambiar; la leemos, pero no la hacemos oración”.

Tras recordar que los primeros discípulos dejaron la vida que llevaron hasta su encuentro con Jesús, el Papa destacó que “quien está en contacto con la Palabra se libera de las ataduras del pasado, porque la Palabra viva descifra la existencia, cura también la memoria herida implantando el recuerdo de Dios y de las obras que ha hecho por nosotros”.

domingo, 14 de enero de 2024

PAPA FRANCISCO: JESÚS NO QUIERE FOLLOWERS SUPERFICIALES SINO DISCÍPULOS CON CORAZÓN ABIERTO



Papa Francisco: Jesús no quiere “followers” superficiales sino discípulos con “corazón abierto”

Papa Francisco en el Ángelus, 14 de enero 2024

Por David Ramos



En sus palabras previas al rezo del Ángelus dominical, el Papa Francisco aseguró que Jesús “no quiere ‘followers’ superficiales”, sino que desea discípulos con “un corazón abierto, en búsqueda, no un corazón saciado o satisfecho”.

Ante los fieles congregados en la Plaza de San Pedro en el Vaticano este 14 de enero, el Santo Padre señaló que “el Evangelio hoy presenta el encuentro de Jesús con los primeros discípulos. Esta escena nos invita a hacer memoria de nuestro primer encuentro con Jesús”.

“¿Cuándo me encontré a Jesús por primera vez?”, preguntó el Papa, animando a los fieles a “hacer un poco de memoria”.

Luego dijo: “¿Qué cosa significa ser discípulos del Señor? Según el Evangelio de hoy podemos tomar tres palabras: buscar a Jesús, habitar con Jesús, anunciar a Jesús”.

El Papa Francisco subrayó más adelante que “el Señor no quiere prosélitos, no quiere ‘followers’ superficiales, el Señor quiere personas que se interroguen y se dejen interpelar por su Palabra”.

“Por lo tanto, para ser discípulos de Jesús es necesario ante todo buscarlo, tener un corazón abierto, en búsqueda, no un corazón saciado o satisfecho”, aseguró.

Los primeros discípulos, subrayó, “no buscaban noticias o informaciones sobre Dios, o señales o milagros, sino que deseaban encontrar al Mesías, hablar con Él, estar con Él, escucharlo”.

“La fe, en suma, no es una teoría, no, es un encuentro, es ir a ver dónde vive el Señor y habita con Él. Encontrar al Señor y habitar con Él”, resaltó.

El Papa señaló que “los discípulos buscaban a Jesús, luego fueron con Él y pasaron toda la tarde con Él. Y luego a anunciar. Regresan y anuncian. Buscar, habitar, anunciar”, reiteró.

Hacia el final de su reflexión, el Santo Padre reiteró su llamado a los fieles a hacer “memoria de nuestro primer encuentro con el Señor”.

Luego exhortó: "Y preguntémonos: ¿somos todavía discípulos enamorados del Señor, buscamos al Señor o nos hemos asentado en una fe hecha de hábitos? ¿Vivimos con Él en oración, sabemos estar en silencio con Él? ¿Sé habitar en oración con el Señor, permanecer en silencio con Él? ¿Y entonces sentimos el deseo de compartir, de anunciar esta belleza del encuentro con el Señor?”.  

sábado, 6 de enero de 2024

PAPA FRANCISCO: LOS REYES MAGOS BUSCAN A DIOS Y LO HALLAN EN UN NIÑO RECOSTADO EN UN PESEBRE



El Papa Francisco: Los Reyes Magos buscan a Dios y lo hallan en un Niño recostado en un pesebre

Por Eduardo Berdejo

6 de enero de 2024 


El Papa Francisco presidió este 6 de enero la Misa por la Solemnidad de la Epifanía del Señor, durante la cual animó a seguir el ejemplo de los Reyes Magos de mantener “los ojos fijos en el cielo, los pies sobre la tierra, el corazón postrado en adoración”.

Desde la Basílica de San Pedro, el Pontífice señaló que los sabios venidos de Oriente “son imagen de los pueblos en camino en busca de Dios”. Los Magos, que son extranjeros, no se quedan encerrados en las cosas terrenales, sino que ven surgir una estrella y “emprenden un viaje en busca del Rey que ha nacido”, explicó el Papa.

“¡Hermanos y hermanas, los ojos fijos en el cielo! Necesitamos tener la mirada levantada hacia lo alto, también para aprender a ver la realidad desde arriba. Lo necesitamos en el camino de la vida, para hacernos acompañar de la amistad del Señor, de su amor que nos sostiene, de la luz de su Palabra que nos guía como estrella en la noche”, expresó.

El Pontífice señaló a los seis mil fieles reunidos en la basílica vaticana que en el camino de la fe también es necesario mantener la mirada en el cielo, “para que no se reduzca a un conjunto de prácticas religiosas o a un hábito exterior, sino que se convierta en un fuego que nos quema por dentro y nos hace buscadores apasionados del rostro del Señor y testigos de su Evangelio”.

“Lo necesitamos en la Iglesia”, para que en lugar de dividirse según sus ideas, los católicos pongan a Dios en el centro, afirmó.

Pero así como miran a lo alto, los Reyes Magos también “tienen los pies sobre la tierra” y se ponen en marcha hacia Jerusalén, donde preguntan: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo”.

“El astro que brilla en el cielo los envía a recorrer los caminos de la tierra; levantando la cabeza hacia lo alto son empujados a descender hacia lo bajo; buscando a Dios son invitados a encontrarlo en el hombre, en un Niño que yace en un pesebre, porque Dios, que es lo infinitamente grande, se ha revelado en este pequeño, infinitamente pequeño”, explicó el Papa Francisco.

El Santo Padre indicó que tener los pies en la tierra e ir en camino significa que el don de la fe no ha sido dado para quedarse mirando el cielo, “sino para avanzar por los senderos del mundo como testigos del Evangelio”, porque la luz del Señor no es sólo “para ser consolados en nuestras noches”, sino para iluminar “las densas tinieblas que envuelven tantas situaciones sociales”.

“El Dios que viene a visitarnos no lo encontramos permaneciendo quietos en alguna bella teoría religiosa, sino poniéndonos en camino, buscando los signos de su presencia en las realidades de cada día y, sobre todo, encontrando y tocando la carne de los hermanos”, añadió.

“Los Magos, en efecto, nos enseñan que el encuentro con Dios nos abre a una esperanza más grande”, afirmó el Pontífice quien, citando a Benedicto XVI, recordó que “si falta la verdadera esperanza, se busca la felicidad en la embriaguez, en lo superfluo, en los excesos, y los hombres se arruinan a sí mismos y al mundo”.

“Por esto, hacen falta hombres que alimenten una gran esperanza y posean por ello una gran valentía. La valentía de los Magos, que emprendieron un largo viaje siguiendo una estrella, y que supieron arrodillarse ante un Niño y ofrecerle sus dones preciosos”, indicó el Papa, citando las palabras que pronunció Benedicto XVI en su homilía del 6 enero 2008.  

domingo, 31 de diciembre de 2023

EN EL ÚLTIMO DÍA DEL 2023, EL PAPA FRANCISCO ANIMA A NO ACOSTUMBRARSE A LO ORDINARIO DE LAS COSAS



En el último día del 2023, el Papa Francisco anima a “no acostumbrarse a lo ordinario de las cosas”

Por David Ramos

31 de diciembre de 2023


En sus palabras previas al rezo del Ángelus este 31 de diciembre, en la fiesta de la Sagrada Familia, el Papa Francisco alentó a los fieles a pedir “la gracia del asombro” y “no acostumbrarse a lo ordinario de las cosas”

En sus palabras previas al rezo del Ángelus este 31 de diciembre, en la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el Papa Francisco alentó a los fieles a pedir “la gracia del asombro” y “no acostumbrarse a lo ordinario de las cosas”.

El Santo Padre recordó que hoy el Evangelio muestra a la Sagrada Familia “en el templo de Jerusalén, para la presentación del Niño al Señor”.

Jesús, María y José, indicó, llegan al templo y presentan “la más humilde y sencilla de las ofrendas como testimonio de su pobreza”, y luego “María recibe una profecía: ‘Una espada traspasará tu alma’”.

“Llegan en’ la pobreza y se van con una carga de sufrimiento. Esto suscita sorpresa: ¡pero cómo, la Familia de Jesús, la única familia en la historia que puede presumir en sí misma de la presencia de Dios en carne y hueso, en lugar de ser rica es pobre! ¡En lugar de ser aliviada, parece ser obstaculizada! ¡En lugar de estar libre de fatiga, está inmersa en un gran dolor!”.

El Papa luego señaló: “¿Qué dice a nuestras familias, este modo de vida, la historia de la Sagrada Familia, pobre, obstaculizada, con gran dolor? Nos dice algo muy bello: Dios, que muchas veces imaginamos que está más allá de los problemas, ha venido a habitar nuestras vidas con sus problemas”. 

Dios, continuó, “nos ha salvado así: no vino adulto, sino muy pequeño; vivía en una familia, hijo de madre y padre; allí pasó la mayor parte de su tiempo, creciendo, aprendiendo, en una vida de cotidianidad, de escondite y de silencio”.

“Y no evitó las dificultades, al contrario, eligiendo una familia, una familia ‘experta en sufrimiento’, y dice a nuestras familias: ‘Si os encontráis en dificultades, sé lo que sentís, lo he vivido: Yo, mi madre y mi padre lo probamos para decírselo también a su familia: ¡no están solos!’”.

El Papa Francisco resaltó que “José y María ‘se asombraban de las cosas que se decían de Jesús’, porque no creían que fueran el anciano Simeón y la profetisa Ana quienes decían estas cosas. Quedaron asombrados”.

“Y quiero centrarme en esto hoy: en la capacidad de asombro. La capacidad de asombro es un secreto para avanzar bien en la familia. No acostumbrarse a lo ordinario de las cosas. Ante todo, saber dejarse asombrar por Dios, que nos acompaña”, alentó.

“Y luego, sorprenderse en familia. Creo que es bueno que una pareja sepa sorprenderse de su propio cónyuge, por ejemplo tomándolo de la mano y mirándolo a los ojos durante algunos momentos por la noche, con ternura: el asombro siempre lleva a la ternura”, señaló el Papa, resaltando que “es bella la ternura en el matrimonio”.

Además, animó a los padres a “maravillarse ante el milagro de la vida, de los hijos, encontrar tiempo para jugar con ellos y escucharlos. Les pregunto a ustedes, padres y madres: ¿encuentran tiempo para jugar con sus hijos? ¿Para sacarlos a pasear? Ayer hablé por teléfono con una persona y le pregunté: ‘¿Dónde estás?’. – ‘Estoy en la plaza, saqué a mis hijos a caminar’. Es una hermosa paternidad y maternidad, esta”.

“Y luego, maravillarse de la sabiduría de los abuelos”, exhortó, y lamentó que “muchas veces sacamos a los abuelos de la vida. No, los abuelos son fuentes de sabiduría. Aprendamos a asombrarnos de la sabiduría de los abuelos, de su historia”.

Tras resaltar que “los abuelos que devuelven la vida a lo esencial”, el Santo Padre animó a los fieles a asombrarse de su “propia historia de amor”, pues “cada uno de nosotros tiene la propia: el Señor nos hizo caminar con amor, asombrarse de esto”.

“Nuestra vida ciertamente tiene aspectos negativos, pero también nos asombra la bondad de Dios al caminar con nosotros, aunque seamos tan inexpertos”, aseguró.

“María, Reina de la familia, ayúdanos a asombrarnos: hoy te pedimos la gracia del asombro. Que Nuestra Señora nos ayude a asombrarnos cada día del bien y a saber enseñar a los demás la belleza del asombro”, concluyó. 

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