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lunes, 23 de diciembre de 2019

RECIBE LA NAVIDAD CON ESTOS 10 ALEGRES VILLANCICOS


Recibe la Navidad con estos 10 alegres villancicos
Redacción ACI Prensa




Los villancicos son melodías que ayudan a crear un ambiente esperanzador en Navidad. Ellos narran episodios sobre el nacimiento de Jesús, “anécdotas” de los personajes del pesebre, hablan de amor, esperanza y paz. 

A continuación dejamos una lista con hermosos y conocidos villancicos:


1. Campana sobre campana
LETRA:

Campana sobre campana
y sobre campana una,
asómate a la ventana,
verás al Niño en la cuna.

CORO: 

BELÉN, CAMPANAS DE BELÉN
QUE LOS ÁNGELES TOCAN,
¿QUÉ NUEVAS ME TRAÉIS?

Recogido tu rebaño,
¿Adónde vas, pastorcillo?
Voy a llevar al portal
requesón, manteca y vino.

Campana sobre campana
y sobre campana dos,
asómate a la ventana,
porque está naciendo Dios.

(CORO)

Caminando a medianoche,
¿Dónde caminas, pastor?
Le llevo al Niño que nace,
como a Dios, mi corazón.

(CORO)

Campana sobre campana,
y sobre campana tres,
en una cruz a esta hora,
el Niño va a padecer.

(CORO)




2. Noche de Paz

LETRA:

Noche de paz
Noche de amor
Todo duerme alrededor
Entre los astros que esparcen su luz
Biene anunciando al niñito Jesús
Brilla la estrella de paz
Brilla la estrella de paz

Noche de paz
Noche de amor
Todo duerme de alredor
Luz en el rostro del niño Jesús
En el pesebre del mundo la luz
Astros de eterno fulgor
Astros de eterno fulgor

Noche de paz
Noche de amor
Oye humilde el fiel pastor
Coros celestes que aclaman salud
Gracias y glorias en gran plenitud
Brilla la estrella de paz
Brilla la estrella de paz




3. Con mi burrito sabanero

LETRA:

Con mi burrito sabanero
voy camino de Belén,
con mi burrito sabanero
voy camino de Belén.

CORO:

Si me ven, si me ven, voy camino de Belén,
si me ven, si me ven, voy camino de Belén.

El lucerito mañanero ilumina mi sendero,
el lucerito mañanero ilumina mi sendero.
Si me ven, si me ven voy camino de Belén,
si me ven, si me ven voy camino de Belén.

Con mi burrito voy cantando,
mi burrito va trotando,
Con mi burrito voy cantando,
mi burrito va trotando.

CORO:

Si me ven, si me ven, voy camino de Belén,
si me ven si me ven, voy camino de Belén .

Tuki tuki tuki tuki,tuki tuki tuki ta.
Apurate mi burrito que ya vamos a llegar.
Tuki tuki tuki tuki,tuki tuki tuki  duu.
Apurate mi burrito vamos a ver a Jesús.




4. La Marimorena

LETRA:

En el portal de Belén hay estrellas, sol y luna,
la Virgen y San José y el Niño que está en la cuna.

CORO: 

ANDE, ANDE, ANDE LA MARIMORENA,
ANDE, ANDE, ANDE, QUE ES LA NOCHEBUENA. (2v)

Y si quieres comprar pan más blanco que la azucena
en el portal de Belén la Virgen es panadera

(CORO)

Un pastor comiendo sopas en el aire divisó
un ángel que le decía ha nacido el Redentor.

(CORO)

De Oriente salen tres Reyes para adorar al Dios Niño
una estrella les guiaba para seguir el camino.

(CORO)

A esta puerta hemos llegado
cuatrocientos en cuadrilla
si quieres que nos sentemos
saca cuatrocientas sillas

(CORO)

Saca una para mí
y otra "pa" mi compañero
y los que vengan detrás
que se sienten en el suelo

(CORO)

En el portal de Belén
han entrado los ratones
y al bueno de San José
le han roído los calzones

(CORO)

En el Portal de Belén hay un hombre haciendo gachas
con la cuchara en la mano repartiendo a las muchachas

(CORO)

Una estrella se ha perdido y en el cielo no aparece,
se ha metido en el portal y en Su rostro resplandece.

(CORO)

En el Portal de Belén hacen luna los pastores
para calentar al niño que ha nacido entre las flores.




5. El Tamborilero

LETRA:

El camino que lleva a Belén
baja hasta el valle que la nieve cubrió;
los pastorcillos quieren ver a su Rey,
le traen regalos en su humilde zurrón,
ropompompom, ropompompom.

Ha nacido en un portal de Belén
el Niño Dios.
Yo quisiera poner a tus pies
algún presente que te agrade, Señor,
mas Tú ya sabes que soy pobre también
y no poseo más que un viejo tambor,
ropompompom, ropompompom.

En tu honor frente al portal tocaré
con mi tambor.
El camino que lleva a Belén
yo voy marcando con mi viejo tambor,
nada mejor hay que te pueda ofrecer,
su ronco acento es un canto de amor,
ropompompom, ropompompom

Cuando Dios me vio tocando ante Él,
me sonrió.





6. Los peces en el río

LETRA:

La Virgen se está peinando
entre cortina y cortina,
los cabellos son de oro,
el peine de plata fina.

CORO:

PERO MIRA COMO BEBEN LOS PECES EN EL RÍO,
PERO MIRA COMO BEBEN POR VER A DIOS NACIDO,
BEBEN Y BEBEN Y VUELVEN A BEBER
LOS PECES EN EL RÍO POR VER A DIOS NACER.

La Virgen está lavando
y tendiendo en el romero,
los pajarillos cantando,
y el romero florecido.

(CORO)

La Virgen va caminando,
va caminando solita,
y va llevando al portal
al Niño de la manita.

(CORO)




7. La Ronda de la Estrella

Una estrellita pasó
caminando pa´ Belén
era tan linda y tan joven
que el niño la quiso ver.

El buey le dijo que no
el gallo dijo nosé
pero el burrito de pascua
quiso seguirla con él.

Así partieron los dos
el niño en regio corcel
hasta llegar a una tierra
copia feliz del edén. (bis)

Cuando del burro bajó
la estrella no pudo ver
y al preguntar a otro niño
logró saber el porqué.

La estrella cuando pasó
por esta tierra de edén
entre el mar y las montañas
del cielo quiso caer.

Pues al fin pudo encontrar
en Chile gente de bien
y se quedó en su bandera
para aprender a querer.

Pues al fin pudo encontrar
en Chile gente de bien
y se quedó en su bandera
para aprender a querer.




8. Vamos pastores vamos

LETRA:

CORO:

VAMOS, PASTORES, VAMOS,
VAMOS A BELÉN.
A VER EN AQUEL NIÑO

LA GLORIA DEL EDÉN, (2v)
LA GLORIA DEL EDÉN. (2v)

¡Oh, qué precioso Niño!,
yo me muero por él,
su boquita me encanta,
sus ojitos también.

El padre lo acaricia,
la madre mira en él,
y los dos, extasiados,
contemplan a aquel ser,
contemplan a aquel ser, sí...

(CORO)

Es tan lindo el chiquito,
que nunca podrá ser,
que su belleza copien,
el lápiz y el pincel,
pues el eterno Padre,
con su inmenso poder,
quiso que el Hijo fuera,
inmenso como Él,
inmenso como Él, sí...




9. Ay del Chiquirritín

LETRA:

CORO:
AY DEL CHIQUIRRITÍN,
QUE HA NACIDO ENTRE PAJAS,

AY DEL CHIQUIRRITÍN, ¡CHIQUIRRITÍN!
QUERI QUERIDÍN QUERIDITO DEL ALMA.

Por debajo del arco del portalito
se descubre a María, José y el Niño.

(CORO)

Entre el buey y la mula Dios ha nacido
y en un pobre Pesebre lo han recogido.




10. Regalos a Jesús

LETRA:

CORO:
VAMOS A BELÉN A ADORAR AL NIÑO DIOS,
A LLEVARLE UNOS REGALOS, YO LE DOY MI CORAZÓN. (2v)

A ver al Niño Jesús he venido de Ayacucho,
cuatro quesos le he traído porque yo lo quiero mucho.

Y yo desde el Cuzco vengo para ver a mi Niñito,
con amor le he traído un ponchito y un chullito.

(CORO)

De los pies del Misti vengo a adorar al Rey eterno,
he traído unos buñuelos, también rocotos rellenos.

Caminando muy de prisa desde Chincha he venido.
a Jesús le he traído tejas, uvas y un buen vino.

(CORO)

Desde Lima he traído mazamorra para el Niño,
pa' María y pa' José: miel turrón y camotillo.

Los chalacos tempranito salimos en bote al mar.
Pesca y pesca con la red, pa' ofrecerle al Emmanuel.

domingo, 22 de diciembre de 2019

¿CÓMO HACER FELIZ A TU PRÓJIMO EN ESTA NAVIDAD?


¿Cómo hacer feliz a tu prójimo en esta Navidad?
Navidad es una gran oportunidad que tenemos para hacer el mundo mejor y prepararnos para la llegada de Jesús


Por: Lorena Garza | Fuente: Catoliscopio.com




¡Hola! Es un gusto saludarte hoy. !uiero compartirte algunos consejos en los que puedes alegrar a las personas que te rodean y haciendo eso, alegrar también tu corazón.

Navidad no es la única temporada donde estamos llamados a compartir y a generar alegría, pero es una oportunidad que tenemos para hacer el mundo mejor y donde podemos prepararnos con tiempo para la llegada de Jesús, al mundo y a nuestros corazones.

1 Clóset callejero.
Ten la iniciativa de colocar en la calle una chamarra colgada de un gancho para que alguna persona que la necesite se cubra del frío, recuerda poner un cartel con la frase que tu prefieras, para que también invites a más personas a poner chamarras o ropa para apoyar, sólo es cuestión de empezar.



2. Posada
¿Apoco no estaría increíble reanudar las tradicionales posadas? Ahora la posada es más similar a una fiesta en lugar de un recuerdo de la Sagrada Familia buscando donde hospedarse. Recuerda que el rosario, la piñata, y los cantos son parte escencial de ella. Pueden turnarse tú y tus vecinos para que sea un día en cada casa.

3. Detente para ayudar
A tu alrededor siempre habrá alguein que necesite ayuda, estate atento a quien te rodea, no te vayas muy lejos, que puedes empezar desde casa.

4. Nacimiento en un parque
Reutilizando materiales de cartón y paja puedes armar un nacimiento junto con tus amigos y juntos llevarlo al parque del vecindario, seguro alegrará a mas de uno, y todos los días te recordará el verdadero motivo de la Navidad.


5. Pastorela
Aunque en las parroquias es algo muy común, hay mucha gente que va a misa pero no está activa en ningún grupo, puedes organizar la pastorela con los niños del vecindario o invitar a la parroquia a llevar la pastorela -representación teatral en la que se escenifica el nacimiento del Niño Jesús.- a las calles. Recuerda que el llamado del Papa Francisco es salir y llevar a Jesús a los corazones que aún no se acercan.

6. Dona Sangre
No es el único momento para hacerlo, pero probablemente por ser vacaciones haya baja en la donación de sangre. Si cumples con los requisitos, ve al hospital más cercano y comparte tu sangre para alguien que seguro está luchando por su vida, será un maravilloso regalo.

Ojalá puedas poner en práctica más de uno, estamos seguros que tu corazón de ensanchará de alegría.

¿QUÉ SENTIDO TIENE LA NAVIDAD?


¿Qué sentido tiene la Navidad?
Comparte el verdadero significado de las fiestas con los niños


Por: Mtr. Pilar de Peré | Fuente: Revista Vive!




Ya estamos próximos a la Navidad y se empieza a sentir en el ambiente: hay luces y las decoraciones en los hogares, los centros comerciales se preparan y nos invade la publicidad de juguetes. El aparato comercial está en movimiento y con él las consabidas preocupaciones de los compromisos familiares y sociales. Si bien es cierto, que el ambiente de fiesta nos contagia a todos y nos envuelve en un sentimiento de celebración, debemos de recapacitar sobre lo que ésto ocasiona en los más pequeños. De por sí, para nosotros es difícil enfocarnos en el verdadero sentido de la Navidad, ¡imaginémonos lo que debe de ser para ellos!

Como maestra, madre y ahora como abuela, me he visto muchas veces envuelta en el dilema de tener que hablar con los niños y explicarles cuál es el verdadero significado de esta maravillosa fecha. Entendamos que para ellos esta es una época de regalos y juguetes, pero no por eso debemos eludir la responsabilidad y de enseñarles que las cosas materiales, como los juguetes, pasan a un plano secundario cuando descubrimos que la verdadera Navidad está en nosotros. Llenémonos de la alegría y festejemos el advenimiento de Jesús, el Salvador del mundo, el Dios hecho hombre que vino a la tierra a morir por nosotros.

¿Por qué celebramos la Navidad?

No es tarea fácil poder llegar a un niño y sembrar en él ese sentimiento de amor a Dios y al prójimo, por lo que les cuento un poco sobre lo que me ha dado resultado a mí:

Hablar con ellos a través de historias y cuentos.
Enseñarles videos relacionados con el nacimiento de Jesús
Narrarles sobre el advenimiento de Jesús. Contarles sobre María y cómo el ángel le dio la noticia a ella y a José. Que oigan sobre las peripecias del viaje a Belén, mientras buscaban posada.
Reflexionemos con ellos para que sepan e interioricen que el Rey del Mundo, de la forma más humilde, nos da una lección: nació en un pesebre para que entendamos que las cosas materiales no son importantes y que el verdadero tesoro nace del amor.

Discutamos juntos por qué no hay mayor prueba de afecto y de desprendimiento que aquel que da la vida por los demás. Así ellos mismos pueden darnos su opinión sobre qué consideran que es el amor por el otro.

Todos tenemos la responsabilidad de inculcar en esas mentes pequeñitas valores verdaderos, el desprendimiento de lo material pero sobre todo, el amor a Dios. Propongámonos en esta fecha dedicarles tiempo a los chiquitos, para contarles de una manera entretenida la verdadera historia de la Navidad. Aquella historia que empezó hace poco más de 2000 años y que cambió el mundo para siempre. Así también entenderán por qué hasta el día de hoy seguimos celebrando esta importante ocasión.

sábado, 21 de diciembre de 2019

6 CLAVES GENIALES PARA HACER EL REGALO APROPIADO EN NAVIDAD


6 claves geniales para hacer el regalo apropiado en estas fiestas
¿Cómo saber si estoy eligiendo un regalo bueno, bonito y barato para Navidad?


Por: María Belén Andrade | Fuente: Catholic-link.com




“¿Qué puedo regalar?” es la pregunta que más nos repetimos en esta época. Celebramos el nacimiento de Jesús y así como los Reyes Magos le llevaron ofrendas al Niño, nosotros mostramos el amor hacia nuestros seres queridos con un regalo.

A continuación comparto algunos consejos, que a mi parecer, pueden direccionarte a realizar un regalo bueno, apropiado y que transmita la alegría y el cariño que queremos compartir en estas fiestas.

1. Pensar a quién vas a regalar
¿A quién quieres dar el regalo? Piensa en eso, piensa en esa persona: ¿qué le gusta?, ¿qué es importante para ella?, ¿qué le hace gracia?, ¿qué recuerdo te viene a la mente cuando piensas en ella? Hazte estas preguntas y otras similares y vas a dirigirte hacia el regalo ideal. Uno que sea un verdadero acto de amor, una muestra de cuánto conoces a esta persona y una oportunidad para sacar toda la creatividad que tienes escondida.

2. Pensar en algo útil
Quizás se pueda aprovechar el intercambio de regalos para dar a alguien aquello que necesita, que le será útil. Aunque esto no tiene por qué significar algo grande o costoso, sino un detalle que a la otra persona le vendría muy bien. Esto además, es una manera de estar pendiente de los gustos y las necesidades de los demás, de estar presente en las cosas pequeñas de todos los días.

3. No caer en el consumismo
Dejarse llevar por las tendencias consumistas que nos prometen “lucirnos” con “el mejor regalo”, puede cegar a muchos que quieren quedar como el amigo, el tío o el papá más “cool”, llevándoles a comprar algo muy costoso… y muy impersonal. Personalmente, aprecio mucho más un regalo pequeño, que refleje que mis seres queridos realmente me conocen, entienden de mis gustos, están al tanto de alguna necesidad mía, y por esto me regalan algo que podría no ser lo más nuevo, lo más caro o moderno, pero que tiene un altísimo valor sentimental.





4. Explotar tu talento
Todos tienen una habilidad especial de la cual pueden servirse para hacer un regalo personalizado, íntimo, sentido. ¿Sabes dibujar?, ¿cantar?, ¿escribir?, ¿cocinar? Una buena idea puede ser entonces realizar una tarjeta, personalizar algún objeto, escribir una carta, dedicar una canción, cocinar un pan dulce. Si no estás familiarizado con ninguno de estos talentos, ¡tranquilo! Piensa qué tienes que te haga único, y cómo eso lo puedes compartir con quienes te importan.

5. Llevar la fe
¿Alguna vez se te ocurrió que puedes regalar algo que, al mismo tiempo sirva para compartir la fe? Por ejemplo: pienso en mi abuela que todos los años nos regala a cada familia –es decir, a mis tíos y a mis papás– un librito que contiene el Evangelio diario de todo el año comentado. Pero, si bien puede ser una buena idea regalar algún libro de espiritualidad a alguien a quien quieras ayudar a profundizar su fe, para llevar la fe a tus amigos no es necesario gastar. Simplemente hablándoles del verdadero sentido de la Navidad, contándoles más sobre lo que sucedió hace más de 2000 años en una pequeña ciudad, en un pesebre de Belén, les estarás haciendo un regalo invaluable.

6. Regalar algo que no se puede comprar
Creo que el mercado puede ofrecernos un sinfín de opciones para regalar, tanto así que es prácticamente imposible no encontrar un regalo bueno, bonito e incluso barato. Pero puede ser que no atendamos a lo más significativo que podríamos entregar: aquello que no se encuentra en las tiendas. Por ejemplo, ¿cuánto tiempo le puedo dedicar a mi familia estas fiestas?, ¿hace cuánto no hablo con algún amigo? ¿Y si disculpo a las personas a quienes guardo rencor? ¿O pido perdón a los que de alguna u otra forma ofendí o lastimé? En síntesis, el mayor regalo que Dios nos hizo en la Navidad fue el Amor. El mejor regalo que podemos hacer nosotros, es llevar un poco de cariño a los demás,  a los que queremos, y especialmente a los que necesitan un poco de afecto.

Lo más importante… ¿qué le regalamos a Jesús?
Entre tanto “loquerío”, en el vaivén de organizar la cena de Navidad, reunir a la familia, tener listos los regalos, etc., podemos perder de vista que no estamos festejando otra cosa sino el Nacimiento de Jesús. ¡Él es el Cumpleañero! Y, lastimosamente, quizás sea el más olvidado de la fiesta. Pero, este año todos podemos proponernos festejar la Navidad de otra manera, recordando que Él es el agasajado, y por tanto, a quien debemos llevar también algún regalo. ¿Qué, por ejemplo?

Podemos aprovechar este tiempo para rezar un poquito más, al menos para tener alguna oración especial adicional. Aunque sea breve, pero que nos ayude a recordar a Quién estamos esperando. Según San Josemaría Escrivá, la mortificación es la oración de los sentidos, entonces podríamos también ofrecer a Dios algún pequeño sacrificio. Todo esto podemos, al mismo tiempo que lo entregamos a Dios, ofrecerlo por la paz que hoy más que nunca necesita de nuestras oraciones y sacrificios.

El servicio a los demás también es un lindo obsequio que, además de poner contento a Jesús, alegra a los demás contagiando la fe y la felicidad propia de la época.

¿CÓMO DEBEMOS VIVIR LA NAVIDAD?



EL PORQUÉ DE LA NAVIDAD


EL PORQUÉ DE LA NAVIDAD


Érase una vez un hombre que no creía en Dios. No tenía reparos en decir lo que pensaba de la religión y de las festividades religiosas, como la Navidad.

Su mujer, en cambio, era creyente y criaba a sus hijos en la fe en Dios y en Jesucristo, a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido.

Una Nochebuena en que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos al oficio navideño de la parroquia de la localidad agrícola donde vivían. Le pidió al marido que los acompañara, pero él se negó.

-¡Qué tonterías! -arguyó-. ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la Tierra adoptando la forma de hombre? ¡Qué ridiculez!

Los niños y la esposa se marcharon y él se quedó en casa.

Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veía era una cegadora tormenta de nieve. Y decidió relajarse sentado ante la chimenea.

Al cabo de un rato, oyó un gran golpe; algo había golpeado la ventana. Luego, oyó un segundo golpe fuerte. Miró hacia afuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando empezó a amainar la nevada, se aventuró a salir para averiguar qué había golpeado la ventana. En un campo cercano descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo en círculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par de aquellas aves habían chocado con su ventana.

Sintió lástima de los gansos y quiso ayudarlos.

-Sería ideal que se quedaran en el granero -pensó-. Ahí estarán al abrigo y a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta.

Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observó y aguardó, con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran. Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero y de lo que podría significar en sus circunstancias. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero solo consiguió asustarlas y que se alejaran más.

Entró a la casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo, los gansos no entendieron.

El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero. Lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estarían abrigados y seguros.

-¿Por qué no me seguirán? -exclamó- ¿Es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevada?

Reflexionando por unos instantes, cayó en la cuenta de que las aves no seguirían a un ser humano.

-Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría salvarlos -dijo pensando en voz alta.

Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso doméstico de su propiedad y lo llevó en brazos, paseándolo entre sus congéneres salvajes. A continuación, lo soltó. Su ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo.

El campesino se quedó en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes aún le resonaban en la cabeza:

-Si yo fuera uno de ellos, ¡entonces sí que podría salvarlos!

Reflexionó luego en lo que le había dicho a su mujer aquel día:

-¿Por qué iba Dios a querer ser como nosotros? ¡Qué ridiculez!

De pronto, todo empezó a cobrar sentido. Entendió que eso era precisamente lo que había hecho Dios. Diríase que nosotros éramos como aquellos gansos: estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios hizo que Su Hijo se volviera como nosotros a fin de indicarnos el camino y, por consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusión de que ese había sido ni más ni menos el objeto de la Natividad.

Cuando amainaron los vientos y cesó la cegadora nevada, su alma quedó en quietud y meditó en tan maravillosa idea. De pronto comprendió el sentido de la Navidad y por qué había venido Cristo a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hincándose de rodillas en la nieve, elevó su primera plegaria: "¡Gracias, Señor, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta!"

Con este relato, les deseo con cariño una felicísima Navidad en la que el Niño Jesús les colme de bendiciones.


Javier López
Web Católico de Javier

domingo, 15 de diciembre de 2019

¿LISTO PARA NAVIDAD?


¿Listo para navidad?
¿Seguro? Aquí un examen de conciencia para averiguarlo


Por: n/a | Fuente: Catoliscopio.com




Cuando nos confesamos buscamos encontrar nuevamente la gracia para estar en amistad con nuestro Dios que nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Para hacer una buena confesión el primer paso es hacer un buen examen de conciencia.

El examen de conciencia consiste en revisar detenidamente toda nuestra vida y descubrir cómo estamos viviendo, para saber si lo estamos haciendo de acuerdo al estilo de vida que Jesús nos propone. Que mejor oportunidad que hacerlo en esta época de adviento, mientras nos preparamos para la llegada del niño Jesús al pesebre de nuestro corazón.

Te invito a que con honestidad hagas este examen de conciencia y descubras que tan preparado estas para navidad, ¿Listo?… Comencemos

En mi Relación con Dios…
¿Estoy confesado o planeo ir a confesarme pronto?
¿Planeo asistir a misa todos los domingos previos a la navidad y Comulgar?
¿Estoy procurando orar más para esta navidad?
¿Hago presente a Dios en mi día al bendecir los alimentos, visitar al Santísimo?
¿Cuándo fue la última vez que leí la Biblia o Rece el rosario?
¿Estoy preparando un regalo para Dios en esta navidad?

En mi relación conmigo mismo
¿Hago mi mayor esfuerzo por sacar adelante mi escuela o mis estudios?
¿Me preocupo y me doy tiempo para mi crecimiento espiritual?
¿Busco pertenecer a algún grupo parroquial o servir en algún ministerio?
¿Procuro hacer mis obligaciones o responsabilidades bien y a tiempo?
¿La flojera o pereza son constantes en mi vida?
¿Estoy viviendo la castidad?
¿Trato de vivir la humildad y la sencillez de corazón?


En mi relación con los demás
¿Tengo algún rencor o resentimiento que tenga que dejar ir?
¿Hay alguna relación que haya sido dañada y que tenga que tratar de reparar?
¿Soy amable y respetuoso con las personas con las que convivo diariamente?
¿Procuro acercar a las personas a mi alrededor a Jesús y a su buena nueva?
¿Suelo criticar o hablar mal de las personas, o usar palabras ofensivas con ellos?
¿Siento envidia de las otras personas por sus logros, cualidades o por alguna cosa?
Cuando me molesto ¿Exploto lleno de ira o se manejar mi reacción y mis palabras?
¿Procuro ser paciente con las personas o situaciones que me molestan?
¿Soy honesto al hablar y procuro nunca mentir?
¿Les hago saber a las personas importantes, que los quiero y estimo?
¿Suelo ver en la otra persona a Jesús y entregarle lo mejor de mí?

En mi relación con las cosas del mundo
¿Me preocupo demasiado por las cosas materiales, regalos, ropa y cena?
¿Paso más tiempo en el internet, celular, televisión que con mis seres queridos?
¿Es común que me exceda al comer o al beber?
¿Puedo ser desprendido con mis bienes materiales para compartirlos con los demás?

Finalmente
¿Busco preparar de la mejor forma mi corazón, para que sea Cristo quien nazca en mí?
¡Ánimo! ¡Aún estas a tiempo!
Lo más importante no es cuales hayan sido tus respuestas a este examen de conciencia, sino cual sea tu respuesta en estos días que faltan para que llegue la Navidad.

El Señor desea que nos preparemos para recibirlo, que sepamos escuchar su voz que toca la puerta de nuestros corazones, como dice su Palabra en Apocalipsis 3,20:
“Mira que estoy a la puerta y llamo, si alguno escucha mi voz y abre la puerta, entrare a él y cenare Yo con él y el conmigo”

Hace dos mil años nos cuenta la Biblia que no había lugar para José y María cuando ya estaba por nacer el niño Jesús (Lc. 2,7). Ojalá y en esta navidad, cuando toquen a la puerta de nuestro corazón, les hagamos saber que aquí les tenemos un lugar preparado especialmente para ellos y para ese hermoso niño Jesús, quien es el festejado, y la razón verdadera de la Navidad.

LOS ORÍGENES DE LA CELEBRACIÓN DE LA NAVIDAD


Los orígenes de la celebración de la Navidad
Es bastante difundida la versión de que ese día se celebraba en Roma la victoria de la luz sobre la oscuridad


Por: Francisco Vaaro | Fuente: www.primeroscristianos.com




Los cristianos de la primera generación, es decir, aquellos que escucharon directamente la predicación de los Apóstoles, conocían bien y meditaban con frecuencia la vida de Jesús. Especialmente los momentos decisivos: su pasión, muerte redentora y resurrección gloriosa.

También recordaban sus milagros, sus parábolas y muchos detalles de su predicación. Era lo que habían oído contar a aquellos que habían seguido al Maestro durante su vida pública, que habían sido testigos directos de todos aquellos acontecimientos.

Acerca de su infancia sólo conocían algunos detalles que tal vez narrara el propio Jesús o su Madre, aunque la mayor parte de ellos María los conservaba en su corazón

Cuando se escriben los evangelios sólo se deja constancia en ellos de lo más significativo acerca del nacimiento de Jesús. Desde perspectivas diferentes, Mateo y Lucas recuerdan los mismos hechos esenciales: que Jesús nació en Belén de Judá, de la Virgen María, desposada con  José, pero sin que Ella hubiese conocido varón. Además, hacia el final de los relatos sobre la infancia de Jesús, ambos señalan que después fueron a vivir a Nazaret.

Mateo subraya que Jesús es el Mesías descendiente de David, el Salvador en el que se han cumplido las promesas de Dios al antiguo pueblo de Israel. Por eso, como la pertenencia de Jesús al linaje de David viene dada por ser hijo legal de José, Mateo narra los hechos fijándose especialmente en el cometido del Santo Patriarca.

Por su parte,  Lucas, centrándose en la Virgen -que representa también a la humanidad fiel a Dios-, enseña que el Niño que nace en Belén es el Salvador prometido, el Mesías y Señor, que ha venido al mundo para salvar a todos los hombres.

En el siglo II el deseo de saber más sobre el nacimiento de Jesús y su infancia hizo que algunas personas piadosas, pero sin una información histórica precisa, inventaran relatos fantásticos y llenos de imaginación. Se conocen algunos a través de los evangelios apócrifos. Uno de los relatos más desarrollados sobre el nacimiento de Jesús contenido en los apócrifos es el que se presenta en el llamado Protoevangelio de Santiago, según otros manuscritos, Natividad de María, escrito a mediados del siglo II.

En las primeras generaciones de cristianos la fiesta por excelencia era la Pascua, conmemoración de la Resurrección del Señor. Todos sabían bien en qué fechas había sido crucificado Jesús y cuándo había resucitado: en los días centrales de la celebración de la fiesta judía de la Pascua, en torno al día 15 de Nisán, es decir, el día de luna llena del primer mes de primavera.

Sin embargo, posiblemente no conocían con la misma certeza el momento de su nacimiento. No formaba parte de las costumbres de los primeros cristianos la celebración del cumpleaños, y no se había instituido una fiesta particular para conmemorar el cumpleaños de Jesús.

¿Por qué se celebra el 25 de diciembre?

Hasta el siglo III no tenemos noticias sobre el día del nacimiento de Jesús. Los primeros testimonios de Padres y escritores eclesiásticos señalan diversas fechas. El primer testimonio indirecto de que la natividad de Cristo fuese el 25 de diciembre lo ofrece Sexto Julio Africano el año 221. La primera referencia directa de su celebración es la del calendario litúrgico filocaliano del año 354 (MGH, IX,I, 13-196): VIII kal. Ian. natus Christus in Betleem Iudeae ("el 25 de diciembre nació Cristo en Belén de Judea"). A partir del siglo IV los testimonios de este día como fecha del nacimiento de Cristo son comunes en la tradición occidental, mientras que en la oriental prevalece la fecha del 6 de enero.

Una explicación bastante difundida es que los cristianos optaron por ese día porque, a partir del año 274, el 25 de diciembre se celebraba en Roma el dies natalis Solis invicti, el día del nacimiento del Sol invicto, la victoria de la luz sobre la noche más larga del año.

Esta explicación se apoya en que la liturgia de Navidad y los Padres de la época establecen un paralelismo entre el nacimiento de Jesucristo y expresiones bíblicas como "sol de justicia" (Ma 4,2) y "luz del mundo" (Jn 1,4ss.).

Sin embargo, no hay pruebas de que esto fuera así y parece difícil imaginarse que los cristianos de aquel entonces quisieran adaptar fiestas paganas al calendario litúrgico, especialmente cuando acababan de experimentar la persecución.

Otra explicación más plausible hace depender la fecha del nacimiento de Jesús de la fecha de su encarnación, que a su vez se relacionaba con la fecha de su muerte. En un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirma que "nuestro Señor fue concebido el 8 de las kalendas de Abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día que murió" (B. Botte, Les Origenes de la Noël et de l’Epiphanie, Louvain 1932, l. 230-33). En la tradición oriental, apoyándose en otro calendario, la pasión y la encarnación del Señor se celebraban el 6 de abril, fecha que concuerda con la celebración de la Navidad el 6 de enero.

La relación entre pasión y encarnación es una idea que está en consonancia con la mentalidad antigua y medieval, que admiraba la perfección del universo como un todo, donde las grandes intervenciones de Dios estaban vinculadas entre sí.

Se trata de una concepción que también encuentra sus raíces en el judaísmo, donde creación y salvación se relacionaban con el mes de Nisán.

El arte cristiano ha reflejado esta misma idea a lo largo de la historia al pintar en la Anunciación de la Virgen al niño Jesús descendiendo del cielo con una cruz.

Así pues, es posible que los cristianos vincularan la redención obrada por Cristo con su concepción, y ésta determinara la fecha del nacimiento. "Lo más decisivo fue la relación existente entre la creación y la cruz, entre la creación y la concepción de Cristo" (J. Ratzinger, El espíritu de la liturgia, 131).

La difusión de la celebración litúrgica de la Navidad fue rápida. En la segunda mitad del siglo IV se va extendiendo por todo el mundo cristiano: por el norte de Africa (año 360), por Constantinopla (año 380), por España (año 384) o por Antioquía (año 386). En el siglo V la Navidad es una fiesta casi universal.
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