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domingo, 1 de diciembre de 2019

SACERDOTE EXPLICA CUÁL ES EL SENTIDO CRISTIANO DEL ÁRBOL DE LA NAVIDAD - VIDEO


Sacerdote explica cuál es el sentido cristiano del árbol de Navidad
Redacción ACI Prensa



El P. José de Jesús Aguilar, canónigo de la Catedral Metropolitana de México y subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis de México, explicó cuál es el sentido cristiano del tradicional árbol de Navidad.

En un video, el sacerdote mexicano destacó que si bien “todos los árboles y animales son maravillosas creaciones de Dios”, debido a “algunas características particulares, algunos de ellos se han llenado de simbolismo”.

“Por ejemplo, la paloma se ha convertido en símbolo de paz. El roble en símbolo de fuerza y longevidad. El olivo, en símbolo de victoria. O el ciprés, por su forma que parece apuntar al cielo, simboliza la unión entre el cielo y la tierra”.

El P. Aguilar indicó que “también el pino adoptó varios simbolismos, porque a diferencia de los demás árboles, que durante el otoño e invierno se quedan sin hojas y parecen morir, el pino aún en medio de la nieve permanece siempre verde”.

“Esto hizo que en muchas culturas e convirtiera en símbolo de inmortalidad”, dijo, y destacó que “el mundo cristiano lo adoptó como signo de Cristo, que al hacerse hombre, morir y resucitar por la humanidad, nos ofrece la inmortalidad, la vida eterna”.

“También se usó para recordar la profecía de Isaías, que anuncia que Cristo nacería del árbol genealógico de Jesé, padre del Rey David. Así dice el texto: ‘una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces, sobre él reposará el Espíritu de Dios. Espíritu de Sabiduría e Inteligencia, Espíritu de Prudencia y Valentía, Espíritu para conocer a Dios y para respetarlo y para gobernar según Sus preceptos’”.

El sacerdote mexicano indicó que “este tema se representó mucho en el arte cristiano con el título de árbol de Jesé, árbol de David, o árbol genealógico de Jesús, en donde en la cumbre del árbol aparece Jesús o María con el Niño Dios”.

“Finalmente algunos asociaron el pino a Cristo, contrastando el árbol que dio origen al pecado de Adán con el árbol de la Cruz por el que Cristo nos redime del pecado”.

El P. José de Jesús Aguilar señaló que si bien “no podemos negar que para muchos el pino sea un simple adorno”, es verdad que “para muchos más, el árbol de Navidad puede ser un elemento que enriquezca estas fiestas que nos recuerdan el nacimiento de Cristo”.

martes, 25 de diciembre de 2018

HOY SE INICIA LA OCTAVA DE NAVIDAD, CELEBRAMOS EL NACIMIENTO DE JESÚS 8 DÍAS SEGUIDOS


Hoy se inicia la Octava de Navidad, celebramos el nacimiento de Jesús 8 días seguidos
Redacción ACI Prensa





Como es tradición en la Iglesia, la noche del 24 de diciembre se empieza a celebrar de manera solemne la Natividad del Señor y luego siguen ocho días llamados “Octava de Navidad”, que comienza el 25 de diciembre y concluye el 1 de enero, en los que igualmente se festeja el nacimiento del Niño Dios.

La celebración de la “Octava” tiene sus raíces en el Antiguo Testamento, en el que los judíos festejaban las grandes fiestas por ocho días. Asimismo, tal como se lee en el Génesis (17, 9-14), hace muchos siglos Dios hizo una alianza con Abraham y su descendencia cuyo signo es la circuncisión al octavo día después del nacimiento.

Jesús mismo, como todo judío, también fue circuncidado al octavo día y resucitó el “día después del séptimo día de la semana”. Es así que la Octava (ocho días) sigue siendo una tradición muy importante en la Iglesia y por ello se ha establecido sólo dos en el calendario litúrgico: la “Octava de Navidad” y la “Octava de Pascua”.

En la Octava de Navidad también se celebran las siguientes fiestas importantes:

26 de diciembre: San Esteban es el primer mártir del cristianismo y representa a todos los que murieron por Cristo voluntariamente.

27 de diciembre: San Juan Evangelista es el joven y valiente apóstol que permaneció al pie de la cruz con la Virgen María. Es considerado el “discípulo amado” y representa a los que estuvieron dispuestos a morir por Cristo, pero no los mataron.

28 de diciembre: Los Santos inocentes representan a los que murieron por Cristo sin saberlo y a los millones de bebés que mueren hoy día con el aborto.

Domingo después de Navidad: La Sagrada Familia es modelo para todas las familias y símbolo de la unión de la Santísima Trinidad. Este año cae domingo 30 de diciembre.

1 de enero: María Madre de Dios. Todos los títulos atribuidos a la Virgen María tienen su raíz en este dogma de fe.

viernes, 21 de diciembre de 2018

CÓMO REACCIONARÍAS SI EN ESTA NAVIDAD RECIBIERAS ESTA CARTA DEL NIÑO JESÚS?


¿Cómo reaccionarías si en esta Navidad recibieras esta Carta del Niño Jesús?
Redacción ACI Prensa




La Navidad está próxima y con ella los regalos, la cena navideña, las actividades en la parroquia, los viajes, etc. Toda una serie de actividades que podrían hacer olvidar al verdadero agasajado. Por eso, te compartimos esta historia sobre el verdadero sentido de la Navidad titulada “Carta de Jesús”. 

Querido Amigo:  

Hola, te amo mucho. Como sabrás, nos estamos acercando otra vez a la fecha en que festejan mi nacimiento. 

El año pasado hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la impresión que este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas llevan meses haciendo compras para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y avisos sobre lo poco que falta para que llegue. 

La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber que por lo menos un día del año, piensan en mí. Ha transcurrido ya mucho tiempo cuando comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la humanidad. 

Pero hoy en día, da la impresión de que la mayoría de la gente apenas sabe por qué motivo se celebra mi cumpleaños.

Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y me alegra sobre todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que la mayor parte no sabe bien de qué se trata. ¿No te parece?


Como lo que sucedió, por ejemplo, el año pasado. Al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿puedes creer que ni siquiera me invitaron? ¡Imagínate! ¡Yo era el invitado de honor! ¡Pues se olvidaron por completo de mí!

Resulta que habían estado preparándose para las fiestas durante dos meses y cuando llegó el gran día me dejaron al margen. Ya me ha pasado tantísimas veces que lo cierto es que no me sorprendió.

Aunque no me invitaron, se me ocurrió colarme sin hacer ruido. Entré y me quedé en mi rincón. ¿Te imaginas que nadie advirtió siquiera mi presencia? Ni se dieron cuenta de que yo estaba allí.

Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo en grande, cuando de pronto se presentó un hombre gordo, vestido de rojo y barba blanca postiza, gritando: "¡jo, jo, jo!".

Parecía que había bebido más de la cuenta, pero se las arregló para avanzar a tropezones entre los presentes, mientras todos los felicitaban.

Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños, emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: “¡Santa Claus!” Cómo si él hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor.

Aguanté aquella "fiesta" hasta donde pude, pero al final tuve que irme. Caminando por la calle me sentí solitario y triste. Lo que más me asombra de cómo celebra la mayoría de la gente el día de mi cumpleaños es que en vez de hacerme regalos, se obsequian cosas unos a otros y, para colmo, casi siempre son objetos que ni siquiera les hacen falta.

Te voy a hacer una pregunta. ¿A ti no te parecería extraño que al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieron celebrarlo haciéndose regalos unos a otros y no te dieran nada a ti? ¡Pues es lo que me pasa a mí cada año!

Una vez alguien me dijo: "Es que tú no eres como los demás, a ti no se te ve nunca; ¿Cómo es que te vamos a hacer regalos?". Ya te imaginarás lo que le respondí.

Yo siempre he dicho: "pues regala comida y ropa a los pobres, ayuda a quienes lo necesiten. Ve a visitar a los huérfanos, enfermos y a los que estén en prisión. Todo lo que regales a tus semejantes para aliviar su necesidad, lo contaré como si me lo hubieras dado a mí personalmente" (Mateo 25,34-40).


Muchas personas en esta época en vez de pensar en regalar, hacen bazares o ventas de garaje, donde venden hasta lo que ni te imaginas con el fin de recaudar hasta el último centavo para sus nuevas compras de Navidad.

Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las colonias marginadas, a los orfanatorios, asilos, penales o familiares de los presos.

Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños y sólo piensan en las compras, en las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto para nada en todo esto. Además cada año los regalos de Navidad, pinos y adornos son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas tratando con esto de impresionar a sus amistades.

Esto sucede inclusive en los templos. Y pensar que yo nací en un pesebre, rodeado de animales porque no había más.

Me agradaría muchísimo más nacer todos los días en el corazón de mis amigos y que me permitieran morar ahí para ayudarles cada día en todas sus dificultades, para que puedan palpar el gran amor que siento por todos; porque no sé si lo sepas, pero hace más de 2 mil años entregué mi vida para salvarte de la muerte y mostrarte el gran amor que te tengo.

Por eso lo que pido es que me dejes entrar en tu corazón. Llevo años tratando de entrar, pero hasta hoy no me has dejado. "Mira yo estoy llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos". Confía en mí, abandónate en mí. Este será el mejor regalo que me puedas dar. Gracias

Tu amigo,

Jesús.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

EL PAPA FRANCISCO LLAMA A PREPARARSE PARA LA NAVIDAD: EL NACIMIENTO DE JESÚS ES INMINENTE


El Papa llama a prepararse para la Navidad: “El nacimiento de Jesús es inminente”
Redacción ACI Prensa
 Foto: ACI Prensa



El Papa Francisco invitó a los fieles a prepararse para la Navidad, pues “el nacimiento del Señor Jesús es inminente”.

Quedan sólo 6 días para el 25 de diciembre, y el Santo Padre lo ha recordado durante su catequesis pronunciada en la Audiencia General de este miércoles 19 de diciembre.


Durante los saludos en lengua italiana al finalizar su enseñanza, pidió que “la fiesta que celebraremos también este año, en la Noche Santa de su Navidad, despierte en nosotros la ternura de Dios para toda la humanidad”.

Recordó que “Jesús no rechazó asumir, sin ninguna reserva, nuestra naturaleza humana. Confiémonos a María y a José para que nos enseñen a acoger un regalo tan grande como el Emanuel, el Dios con nosotros”.

Además, deseó que “el vivir el misterio del Verbo encarnado ayude a acoger las sorpresas y los desafíos con los cuales Jesús nos llama a salir de los recintos de nuestra comodidad, para estar con Él y con los que ama”.

Subrayó, finalmente, que “para vivir la Navidad debemos transformar, con el amor, nuestros corazones en el pesebre; con la oración, nuestras casas en el pesebre; y con el bien, nuestros caminos en oasis”.

viernes, 22 de diciembre de 2017

QUÉ OFRECERÉ AL NIÑO JESÚS COMO MI REGALO DE NAVIDAD?


¿Qué ofreceré al niño Jesús como mi regalo de Nochebuena?
¿Qué ofreceré al niño Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, como mi regalo de Nochebuena?

Algunas opciones que podrían ser de gran agrado para Jesús, José y María.


Por: Mayra Novelo de Bardo | Fuente: Catholic.net 




Preparar la Navidad sin perder la esencia de esta fiesta hoy es muy difícil. Pues hay muchos compromisos. Pero la Navidad no es sólo comprar, preparar y pensar; también es tener contacto con el Señor, salir a su encuentro. Y es muy importante vivirla desde esta dimensión. El Papa hace unos días con unas palabras improvisadas explico a los niños que san Pablo dice: «Orad sin cesar, es decir, no perdáis el contacto con Dios”.

Sabemos que la Navidad está cerca: la manera más practica de experimentarlo es la preocupación de cómo expresar nuestro afectos a familiares y amigos, a demás de la decoración y la cena de noche buena. Esperemos que la demostración de afecto sea no sólo con los regalos, sino también con nuestro corazón. Pensemos que Cristo, el Señor, está cerca de nosotros, que entra en nuestra vida y nos da luz y alegría.

El papa Benedicto XVI durante este tiempo de adviento nos ha invitado a preparar en nuestro corazón y en nuestra vida la venida del Emmanuel, el Dios-con-nosotros.

El mismo Santo Padre no sólo da ejemplo de oración constante en esta tiempo de espera, también involucra la vida, los actos concretos hechos regalo para Jesús niño, como el de visitar a los detenidos en la cárcel romana de Rebibbia, Roma. Sabemos perfectamente que dondequiera que haya un hambriento, un extranjero, un enfermo, un encarcelado, allí está Cristo mismo.

Otra manera muy concreta de vivir con obras la esencia de la navidad es la plena capacidad de acogida el sinceramente ponerme en escucha de las vicisitudes personales de cada miembro de mi familia, de los amigos o vecinos, pues el mismo Cristo se identifica con cada uno.

Si ya tienes lista tu casa y el corazón para vivir el nacimiento de Cristo tan esperado pero te falta un regalo concreto para ofrecerle, Catholic.net te presenta algunas opciones que podrían ser de gran agrado para Jesús, José y María.

¿Qué ofreceré al niño Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, como mi regalo de Nochebuena?


Lo dejaré nacer en el corazón preparándome con una buena confesión.

Viviré con fervor la Misa de Navidad para abrazar a Cristo hecho Carne en la Sagrada Eucaristía.

Recordaré con el ejemplo o los detalles que El Hijo de Dios se hizo hombre por amor al hombre.

Perdonaré y pediré perdón a aquella persona de la que me aleje por alguna razón.

Le hablaré a alguna persona, familiar o amigo del cual me he desinteresado.

Visitaré a algún familiar, amigo, conocido, vecino enfermo o que viva solo

Colaboración concreta y generosa en algún centro de acogida, asociación de bien.

La austeridad en el modo de vivir, cuidado de lo que uso y tengo

Viviré con especial alegría sabiendo que él es destructor del pecado y de la muerte

Promover todo lo que ayude a engendrar debidamente la vida, a cuidarla, a hacerla crecer

Todo mi ser está dispuesto a acompañarle en estas fiestas, no lo dejaré sólo.


Concluyo con las palabras del Papa: “corramos con alegría hacia Belén, acojamos en nuestros brazos al Niño que María y José nos presentan. Volvamos a partir de Él y con Él, afrontando todas las dificultades y las alegrías que el nuevo año nos reserva” y sobre todo comprometamos la vida pues vale la pena seguir a un Dios niño que se da hasta la muerte y muerte en cruz por amor a nosotros.

lunes, 18 de diciembre de 2017

SI QUITAMOS A JESÚS DE LA NAVIDAD, QUEDA UNA FIESTA VACÍA, ADVIERTE EL PAPA FRANCISCO


Si quitamos a Jesús de la Navidad queda una fiesta vacía, advierte el Papa
 Foto: ACI Prensa




VATICANO, 17 Dic. 17 / 07:35 am (ACI).- Cada tercer Domingo de Adviento, llamado “domingo de la alegría” se congregan en la Plaza de San Pedro miles de niños de los oratorios romanos para la bendición de los “Bambinelli”, las estatuillas del Niño Jesús que luego los pequeños llevarán a sus hogares para esperar el Nacimiento de nuestro Salvador. Este año no podía faltar esta tradición.

El Papa Francisco saludó a todos los niños de los oratorios y los invitó a descubrir el verdadero sentido de la Navidad.

“Ahora saludo con afecto a los niños que vinieron para la bendición de los ‘Bambinelli’, organizada por el Centro Oratorios Romanos. Pero, ¡es bello! Es hermoso que pueda leer desde aquí: ‘el Oratorio es precisamente para cada uno de nosotros, siempre hay un lugar para ti’, dice el cartel; ¡siempre hay un lugar para ti!”, dijo refiriéndose a un gran cartel colocado en la Plaza.

"Cuando recen en casa, ante el pesebre con sus familiares, déjense atraer por la ternura del Niño Jesús, nacido pobre y frágil en medio de nosotros, para darnos su amor. Ésta es la verdadera Navidad. Si quitamos a Jesús, ¿qué queda de la Navidad? Una fiesta vacía. No quitar a Jesús de la Navidad: Jesús es el centro de la Navidad, ¡Jesús es la verdadera Navidad! ¿Entendido?”.

La bendición de los “Bambinelli” es una tradición que comenzó en los años 90, y que este año lleva por lema “Hay un lugar para ti”. 

sábado, 28 de diciembre de 2013

EL FIN DE AÑO, MOMENTO PARA PEDIR PERDÓN Y AGRADECER



Autor: Francisco Fernández Carvajal | Fuente: encuentra.com
El fin de año momento para pedir perdón y agradecer


¡Que tengamos todos un buen año! Que podamos presentarnos delante del Señor con las manos llenas.


El fin de año momento para pedir perdón y agradecer
Un día de balance. Nuestro tiempo es breve. Es parte muy importante de la herencia recibida de Dios.

Actos de contrición por nuestros errores y pecados cometidos en este año que termina. Acciones de gracias por los muchos beneficios recibidos.

Propósitos para el año que comienza

I. Hoy, es un buen momento para hacer balance del año que ha pasado y propósitos para el que comienza. Buena oportunidad para pedir perdón por lo que no hicimos, por el amor que faltó; buena ocasión para dar gracias por todos los beneficios del Señor. La Iglesia nos recuerda que somos peregrinos. Ella misma está presente en el mundo y, sin embargo, es peregrina (1). Se dirige hacia su Señor peregrinando entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Diosƒy (2).

Nuestra vida es también un camino lleno de tribulaciones y de consuelos de Dios. Tenemos una vida en el tiempo, en la cual nos encontramos ahora, y otra más allá del tiempo, en la eternidad, hacia la cual se dirige nuestra peregrinación. El tiempo de cada uno es una parte importante de la herencia recibida de Dios; es la distancia que nos separa de ese momento en el que nos presentaremos ante nuestro Señor con las manos llenas o vacías. Sólo ahora, aquí, en esta vida, podemos merecer para la otra. En realidad, cada día nuestro es un tiempo que Dios nos regala para llenarlo de amor a Él, de caridad con quienes nos rodean, de trabajo bien hecho, de ejercitar las virtudes…, de obras agradables a los ojos de Dios. Ahora es el momento de hacer el tesoro que no envejece. Este es, para cada uno, el tiempo propicio, éste es el día de la salud (3). Pasado este tiempo, ya no habrá otro.

El tiempo del que cada uno de nosotros dispone es corto, pero suficiente para decirle a Dios que le amamos y para dejar terminada la obra que el Señor nos haya encargado a cada uno. Por eso nos advierte San Pablo: andad con prudencia, no como necios, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo (4), pues pronto viene la noche, cuando ya nadie puede trabajar (5). Verdaderamente es corto nuestro tiempo para amar, para dar, para desagraviar. No es justo, por tanto, que lo malgastemos, ni que tiremos ese tesoro irresponsablemente por la ventana: no podemos desbaratar esta etapa del mundo que Dios confía a cada uno(6).

San Pablo, considerando la brevedad de nuestro paso por la tierra y la insignificancia que tienen las cosas en sí mismas, dice: pasa la sombra de este mundo (7). Esta vida, en comparación de la que nos espera, es como su sombra.

La brevedad del tiempo es una llamada continua a sacarle el máximo rendimiento de cara a Dios. Hoy, en nuestra oración, podríamos preguntarnos si Dios está contento con la forma en que hemos vivido el año que ha pasado. Si ha sido bien aprovechado o, por el contrario, ha sido un año de ocasiones perdidas en el trabajo, en el apostolado, en la vida de familia; si hemos abandonado con frecuencia la Cruz, porque nos hemos quejado con facilidad al encontrarnos con la contradicción y con lo inesperado.

Cada año que pasa es una llamada para santificar nuestra vida ordinaria y un aviso de que estamos un poco más cerca del momento definitivo con Dios.
No nos cansemos de hacer el bien, que a su tiempo cosecharemos, si no desfallecemos. Por consiguiente, mientras hay tiempo hagamos el bien a todos (8).

II. Al hacer examen es fácil que encontremos, en este año que termina, omisiones en la caridad, escasa laboriosidad en el trabajo profesional, mediocridad espiritual aceptada, poca limosna, egoísmo, vanidad, faltas de mortificación en las comidas, gracias del Espíritu Santo no correspondidas, intemperancia, mal humor, mal carácter, distracciones más o menos voluntarias en nuestras prácticas de piedad… Son innumerables los motivos para terminar el año pidiendo perdón al Señor, haciendo actos de contrición y de desagravio. Miramos cada uno de los días del año y cada día hemos de pedir perdón, porque cada día hemos ofendido (9). Ni un solo día se escapa a esta realidad: han sido muchas nuestras faltas y nuestros errores. Sin embargo, son incomparablemente mayores los motivos de agradecimiento, en lo humano y en lo sobrenatural. Son incontables las mociones del Espíritu Santo, las gracias recibidas en el sacramento de la Penitencia y en la Comunión eucarística, los cuidados de nuestro Angel Custodio, los méritos alcanzados al ofrecer nuestro trabajo o nuestro dolor por los demás, las numerosas ayudas que de otros hemos recibido. No importa que de esta realidad sólo percibamos ahora una parte muy pequeña. Demos gracias a Dios por todos los beneficios recibidos durante el año.

Es menester sacar fuerzas de nuevo para servir y procurar no ser ingratos, porque con esa condición las da el Señor; que si no usamos bien del tesoro y del gran estado en que nos pone, nos lo tornará a tomar y nos quedaremos muy más pobres, y dará Su Majestad las joyas a quien luzca y aproveche con ellas a sí y a los otros. Pues, cómo aprovechará y gastará con largueza el que no entiende que está rico? Es imposible, conforme a nuestra naturaleza, a mi parecer, tener ánimo para cosas grandes quien no entiende está favorecido de Dios; porque somos tan miserables y tan inclinados a cosas de tierra, que mal podrá aborrecer todo lo de acá de hecho con gran desasimiento, quien no entiende tiene alguna prenda de lo de allá (10).

Terminar el año pidiendo perdón por tantas faltas de correspondencia a la gracia, por tantas veces como Jesús se puso a nuestro lado y no hicimos nada por verle y le dejamos pasar; a la vez, terminar el año agradeciendo al Señor la gran misericordia que ha tenido con nosotros y los innumerables beneficios, muchos de ellos desconocidos por nosotros mismos, que nos ha dado el Señor.

Y junto a la contrición y el agradecimiento, el propósito de amar a Dios y de luchar por adquirir las virtudes y desarraigar nuestros defectos, como si fuera el último año que el Señor nos concede.

III. En estos últimos días del año que termina y en los comienzos del que empieza nos desearemos unos a otros que tengamos un buen año. Al portero, a la farmacéutica, a los vecinos…, les diremos Feliz año nuevo! o algo semejante. Un número parecido de personas nos desearán a nosotros lo mismo, y les daremos las gracias.

Pero, qué es lo que entienden muchas gentes por un año bueno, un año lleno de felicidad, etcétera? Es, a no dudarlo, que no sufráis en este año ninguna enfermedad, ninguna pena, ninguna contrariedad, ninguna preocupación, sino al contrario, que todo os sonría y os sea propicio, que ganéis bastante dinero y que el recaudador no os reclame demasiado, que los salarios se vean incrementados y el precio de los artículos disminuya, que la radio os comunique cada mañana buenas noticias. En pocas palabras, que no experimentéis ningún contratiempo(11).

Es bueno desear estos bienes humanos para nosotros y para los demás, si no nos separan de nuestro fin último. El año nuevo nos traerá, en proporciones desconocidas, alegrías y contrariedades. Un año bueno, para un cristiano, es aquel en el que unas y otras nos han servido para amar un poco más a Dios. Un año bueno para un cristiano no es aquel que viene cargado, en el supuesto de que fuera posible, de una felicidad natural al margen de Dios. Un año bueno es aquel en el que hemos servido mejor a Dios y a los demás, aunque en el plano humano haya sido un completo desastre. Puede ser, por ejemplo, un buen año aquel en el que apareció la grave enfermedad, tantos años latente y desconocida, si supimos santificarnos con ella y santificar a quienes estaban a nuestro alrededor.

Cualquier año puede ser el mejor año si aprovechamos las gracias que Dios nos tiene reservadas y que pueden convertir en bien la mayor de las desgracias. Para este año que comienza Dios nos ha preparado todas las ayudas que necesitamos para que sea un buen año. No desperdiciemos ni un solo día. Y cuando llegue la caída, el error o el desánimo, recomenzar enseguida. En muchas ocasiones, a través del sacramento de la Penitencia.

Que tengamos todos un buen año! Que podamos presentarnos delante del Señor, una vez concluido, con las manos llenas de horas de trabajo ofrecidas a Dios, apostolado con nuestros amigos, incontables muestras de caridad con quienes nos rodean, muchos pequeños vencimientos, encuentros irrepetibles en la Comunión…
Hagamos el propósito de convertir las derrotas en victorias, acudiendo al Señor y recomenzando de nuevo.

Pidamos a la Virgen la gracia de vivir este año que comienza luchando como si fuera el último que el Señor nos concede.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, 25 DE DICIEMBRE


La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.
Manifestación del Verbo de Dios a los hombres, 25 de diciembre



La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.

Con la solemnidad de la Navidad, la Iglesia celebra la manifestación del Verbo de Dios a los hombres”. En efecto, éste es el sentido espiritual más importante y sugerido por la misma liturgia, que en las tres misas celebradas por todo sacerdote ofrece a nuestra meditación “el nacimiento eterno del Verbo en el seno de los esplendores del Padre (primera misa); la aparición temporal en la humildad de la carne (segunda misa); el regreso final en el último juicio (tercera misa)” (Liber Sacramentorum).

Un antiguo documento del año 354 llamado el Cronógrafo confirma la existencia en Roma de esta fiesta el 25 de diciembre, que corresponde a la celebración pagana del solsticio de invierno “Natalis solis invicti”, esto es, el nacimiento del nuevo sol que, después de la noche más large del año, readquiría nuevo vigor.

Al celebrar en este día el nacimiento de quien es el verdadero Sol, la luz del mundo, que surge de la noche del paganismo, se quiso dar un significado totalmente nuevo a una tradición pagana muy sentída por el pueblo, porque coincidía con las ferias de Saturno, durante las cuales los esclavos recibían dones de sus patrones y se los invitaba a sentarse a su mesa, como libres ciudadanos. Sin embargo, con la tradición cristiana, los regalos de Navidad hacen referencia a los dones de los pastores y de los reyes magos al Niño Jesús.

En oriente se celebraba la fiesta del nacimiento de Cristo el 6 de enero, con el nombre de Epifanía, que quiere decir “manifestación”; después la Iglesia oriental acogió la fecha del 25 de diciembre, práctica ya en uso en Antioquía hacia el 376, en tiempo de San Juan Crisóstomo, y en el 380 en Constantinopla. En occidente se introdujo la fiesta de la Epifanía, última del ciclo navideño, para conmemorar la revelación de la divinidad de Cristo al mundo pagano.

Los textos de la liturgia navideña, formulados en una época de reacción contra la herejía trinitaria de Arrio, subrayan con profundidad espiritual y al mismo tiempo con rigor teológico la divinidad y realeza del Niño nacido en el pesebre de Belén, para invitarnos a la adoración del insondable misterio de Dios revestido de carne humana, hijo de la purísima Virgen María. 
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