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jueves, 16 de noviembre de 2017

SANTA MARGARITA DE ESCOCIA, 16 NOVIEMBRE


Santa Margarita de Escocia
c. 1045- 16 Nov. 1093
16 Noviembre, memorial



Vivió ejemplarmente como madre y como reina.

Día de su fiesta: Santidad del matrimonio y de la familia

Nieta del rey Edmund Ironside de Inglaterra. 
Bisnieta-sobrina de San Esteban de Hungría.

Nació en Hungría alrededor del año 1046 mientras su familia estaba exilada por la invasión danesa de Inglaterra.

Fue dada en matrimonio a los 24 años al rey de Escocia, Malcon III. Tuvo ocho hijos, uno de los cuales fue San Maud, esposa de Enrique I.

Margarita fundó abadías y utilizó su posición para trabajar en favor de la justicia y los pobres.

Su esposo e hijo mayor murieron defendiendo a Escocia de la invasión de Inglaterra. Ella le entregó su profundo dolor a Dios y cuatro días mas tarde murió también. 
 Murió en Edimburgo el año 1093.  Enterrada frente al altar mayor en Dunfermline, Escocia.

Canonizada en 1251 por el Papa Inocencio IV 

jueves, 9 de noviembre de 2017

DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN, 9 NOVIEMBRE


Hoy 9 de noviembre se celebra la Dedicación de la Basílica más antigua de la Iglesia Católica




 (ACI).- Cada 9 de noviembre, la Iglesia celebra la “dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán”, la primera Basílica de la Iglesia en ser construida y donde una imagen de Cristo derramó sangre.

“Esta Basílica fue la primera en ser construida después del edicto del emperador Constantino, el cual, en el año 313, concedió a los cristianos la libertad de practicar su religión”, contó el Papa Emérito Benedicto XVI a los fieles, en noviembre del 2008.

“El mismo emperador donó al Papa Melquíades la antigua propiedad de la familia de los Laterani y allí hizo construir la Basílica, el baptisterio y patriarquio. Es decir, la residencia del Obispo de Roma, donde vivieron los Papas hasta el período aviñonés”, añadió.

Fue consagrada por el Papa San Silvestro un 9 de noviembre del 324. Se le llama Basílica de San Juan (de Letrán) porque tiene dos capillas, una en honor a San Juan Bautista y otra por San Juan Evangelista.

“Basílica del Divino Salvador” es otro nombre por el que se le conoce ya que en el 787, cuando fue nuevamente consagrada, una imagen del Divino Salvador derramó sangre al ser golpeada por un judío.

“Honrando el edificio sagrado, se quiere expresar amor y veneración a la Iglesia romana que, como afirma San Ignacio de Antioquía, “preside en la caridad” a toda la comunión católica”, expresó el Papa Benedicto XVI.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

SAN ADEODATO I, LXVIII PAPA, 8 NOVIEMBRE

Adeodato, Santo
Adeodato, Santo

LXVIII Papa, 8 Noviembre 


Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04 



El Papa Adeodato I, o Deusdedit, fue pontífice en un momento en que se empezaba a sentir cada vez más claro y fuerte el sentimiento de intolerancia y de independencia hacia el poder bizantino.

Hubo levantamientos en Rávena, en Nápoles y en la misma Roma. Los territorios gobernados por los Lombardos. por lo contrario, gozaban de cierta tranquilidad.

Pocas son las noticias históricas: hijo del subdiácono romano Esteban, fue durante cuarenta años sacerdote en Roma antes de suceder en la cátedra pontificia al Papa Bonifacio IV el 19 de octubre del 615.

Murió en noviembre del 618, amado y llorado por los romanos, que pudieron apreciar el buen corazón durante las grandes calamidades que atormentaron a Roma durante los tres años de su pontificado: el terremoto, que dio el golpe de gracia a los marmóreos edificios del Foro, ya desbastados por las continuas invasiones de los bárbaros, y una terrible epidemia llamada elefancía. 

Fue el primer Papa que estableció con testamento donaciones para distribuir al pueblo con ocasión de los funerales del sumo pontífice. En Roma el Papa no sólo era el obispo y el pastor espiritual, sino también el guía civil, el juez, el supremo magistrado, el que garantizaba el orden. A la muerte de todo pontífice los romanos se sentían sin protección, expuestos a las invasiones de los bárbaros nórdicos o a las venganzas del imperio de Oriente. La teoría medieval de los "dos soles", el Papa y el emperador, que deberían gobernar unidos al mundo cristiano, no era aceptada en Constantinopla.

El Papa Adeodato se demostró un hábil mediador y paciente interlocutor con el otro "sol" que en realidad de verdad fue muy poco solícito con Italia, excepción hecha de la vez que envió al exarca Eleuterio a dominar la revolución de Ravena y de Nápoles. Fue la única ocasión en que el Papa Adeodato, ocupado en aliviar la suerte de los habitantes de Roma por las calamidades ya referidas, tuvo un contacto, aunque indirecto, con el emperador. 

Tuvo fama de ser un taumaturgo: curaba las formas más graves de peste con sólo apoyar sus labios sobre las llagas inmundas de los enfermos. Baronio pone en el Martirologio Romano un episodio que confirma la fama de santidad que rodeaba al venerable pontífice "dado por Dios" (como dice la etimología del nombre) como guía de los cristianos en una época tan atormentada: durante una de sus visitas a los enfermos, los más abandonados, esto es lo más atacados por la terrible enfermedad de la lepra, habría curado a uno de estos infelices después de haberlo abrazado y besado cariñosamente.

El Liber pontificalis, recordando dos hechos de su pontificado, afirma que Adeodato amó mucho a su clero, al que defendió respecto del clero monástico o regular, privilegiado desde cuando Gregorio Magno les había confiado a los monjes importantes cargos en el apostolado misionero y en la misma organización eclesial. El segundo hecho se refiere a la facultad de celebrar una segunda misa el mismo día (binación).

De él se conoce el sello de plomo con el que solía marcar los documentos oficiales: el Buen Pastor entre las ovejas y los símbolos cristológicos de alfa y omega. Fue el primero que lo usó. Su forma es redonda, grande como una moneda y en latín se llama bulla, de la que deriva bula. Dejó un regalo de plata a cada clérigo presente en sus funerales.

martes, 7 de noviembre de 2017

BEATO FRANCISCO PALAU, 7 NOVIEMBRE


Beato Francisco Palau
7 noviembre


Francisco Palau y Quer, fundador de las Carmelitas Misioneras, nació en Aytona, Lérida, el 29 de diciembre de 1811. Consciente de su llamada al Carmelo Teresiano, hizo su profesión en momentos difíciles para la vida religiosa; su respuesta fue irrevocable:

a palau sepia"No ignoraba yo el peligro apremiante a que me exponía... me comprometí sin embargo, con votos solemnes, a un estado cuyas reglas creía poder practicar hasta la muerte, independiente de todo humano acontecimiento... De ningún modo temía que las revueltas políticas de la sociedad me hubieran podido ser obstáculo para el cumplimiento de mis votos".


Quién era?
Nace el 29 de diciembre de 1811 en Aytona (Lérida), España. Estudia filosofía y teología en el Seminario de Lérida. Profesa como Carmelita Descalzo el 15 de noviembre de 1833. Por los azares políticos producidos en España, es exiliado a Francia desde 1840 a 1851. En los alrededores del santuario de Nuestra Señora de Livrón lleva una intensa vida solitaria en 1843. Regresa a España en abril de 1851; se incardina en la diócesis de Barcelona; funda la "Escuela de la Virtud" en noviembre del mismo año. Suprimida la "Escuela", es confinado a Ibiza el 9 de abril de 1854, dónde vive profundamente el misterio de la Iglesia. En las islas Baleares funda las congregaciones de los Hermanos y de las Hermanas Carmelitas. En enero-marzo de 1872 redacta y publica las Reglas y Constituciones de la Orden Terciaria de Carmelitas Descalzos, que se imprimen en Barcelona. Muere en Tarragona el 20 de marzo de 1872.


¿Cómo era?
De rasgos fuertes y bien marcados. Mediana estatura y de constitución recia se proyecta como figura adusta y severa. Enamorado del silencio, del retiro y de la soledad, es y se siente a la vez apóstol de actividad múltiple y desbordante. Predicador incansable: Ve la recristianización del ambiente español y europeo como una auténtica obra de evangelización. La dirección fue uno de los cauces por los que transmitió con mayor eficacia y autenticidad su espíritu a los miembros de la familia religiosa del Carmelo Misionero; queda reflejado en sus cartas. Su faceta de catequista y renovador se hizo patente en la gran obra de la "Escuela de la Virtud" de Barcelona.

Fue escritor, más por exigencias pastorales que por vocación o consagración a la pluma. Logró, sin embargo, componer páginas originales que ocupan lugar privilegiado en la literatura religiosa y espiritual del siglo XIX español. Sus obras son: Lucha del alma con Dios; La vida solitaria; Catecismo de las Virtudes; Mes de María; La Escuela de la virtud vindicada; La Iglesia de Dios figurada por el Espíritu Santo; y otras. Mención especial merecen las páginas de índole autobiográfica recogidas modernamente en dos libros: Las Cartas y Mis Relaciones con la Iglesia. Las 169 piezas reunidas en el epistolario son fuente insustituible para conocer y comprender al P. Francisco Palau. Ha sido considerado exorcista por la arriesgada y azarosa actividad en favor de los marginados que acudían a su residencia de Santa Cruz de Vallcarca (Barcelona).

SAN PROSDÓCIMO DE PADUA, OBISPO, 7 NOVIEMBRE

Prosdócimo de Padua, Santo
Obispo, 7 Noviembre 


Por: Xavier Villalta A. | Fuente: Catholic.net 



Primer Obispo de Padua

Martirologio Romano: En Padua, de la región de Venecia, san Prosdócimo, a quien se tiene por el primer obispo de esta Iglesia.
Breve Biografía

Según una piadosa tradición, san Prosdócimo, primer obispo de Padua, fue enviado por el apóstol san Pedro a anunciar la buena nueva en tierras euganeas.

Santo patrón de la ciudad de Euganean, y también, según la opinión de muchos estudiosos, probable evangelizador de la Venecia occidental entera.

Santa Justina, Virgen y Mártir, fue convertida y bautizada por San Prosdocimo, siendo este un claro ejemplo de la labor apostólica del santo Obispo de Padua

domingo, 5 de noviembre de 2017

SAN GUIDO MARÍA CONFORTI, 5 NOVIEMBRE


S. GUIDO M. CONFORTI
5 Noviembre



TODO COMENZÓ EN 1865

Se podría decir que todo comenzó en 1865, cuando Guido María Conforti nace en Casalora de Ravadese (Parma, Italia). Vive una infancia y adolescencia empeñada seriamente en el estudio y ayudando en lo que puede en la hacienda agrícola de la familia. Serio, serenamente jovial, responsable y empeñado en el cumplimiento de sus deberes y en la vivencia de la fe que le había transmitido su madre. A los seis años, Guido se traslada a Parma para estudiar en el colegio de los Hermanos de la Salle y, a los 11 años, ingresa en el seminario de Parma donde será ordenado sacerdote en 1888.

Dos encuentros decisivos

En la trayectoria personal, de fe y vocacional de Guido María Conforti, hay dos momentos, o períodos, destacables que determinaron su vida cristiana y su vocación sacerdotal y misionera. Durante toda su vida, Conforti interpretará estos dos momentos como cruciales y profundamente significativos para el proyecto que el Señor le invitó a hacer realidad.

El encuentro con Cristo

Durante sus primeros años en Parma, camino del colegio, Guido pasaba por delante de la Iglesia de Santa María de la Paz, en ella había un crucifijo de tamaño natural, ante él diariamente hacía Guido un rato de oración. Uno de los días se acercó al altar y se sintió envuelto por una mirada particular: “Yo le miraba y Él me miraba y pareció decirme tantas cosas”, referiría Conforti más tarde. “Tantas cosas” que fueron labrando en su corazón su respuesta sacerdotal y misionera.

Todas las biografías de Conforti y el testimonio de amigos y confidentes coinciden en la importancia y transcendencia de estos encuentros de Guido con este Cristo. En Jesús clavado en la cruz, ve al Señor que ha dado la vida por todos, al Salvador del mundo al que hay que amar, entregarse y darle a conocer a todo el mundo. Este crucifijo acompañó a Conforti durante toda su vida, se lo llevó al palacio episcopal, cuando era obispo de Parma y hoy se encuentra en nuestra Casa madre. Un día le dijo a su amigo y colaborador D. Ormisda Pellegri: “ves este Cristo, a Él le debo mi vocación”.

El encuentro con San Francisco Javier

Estamos aún en los tiempos del seminario, Guido estudia para llegar a la meta del sacerdocio y ejercer su ministerio en la diócesis de Parma. Conforti había leído más de una biografía de San Francisco Javier y varios de sus escritos y cartas en circulación en revistas misioneras italianas.

Durante su permanencia en el seminario menor cae en sus manos otra biografía de Javier. El P. Bonardi, uno de los primeros javerianos, dice: “el rector del seminario regaló a un seminarista una vida de San Francisco Javier, Conforti se la vio y se la pidió prestada, la leyó y esta vez fue una revelación para él”. La primera vez que Conforti nombra a Javier por escrito fue en unos propósitos juveniles, al final de unos ejercicios espirituales en 1884, de aquí hasta su muerte en 1931 hace referencia a él más de cien veces. La figura de Javier estuvo presente en el ánimo y en el corazón de Conforti toda su vida, como ejemplo a imitar y en el cual inspirarse.

De Javier, Conforti admira su fe en Dios, su conversión, su celo apostólico, su capacidad de afrontar las dificultades, su obediencia, su entrega total e incondicional a la difusión del Evangelio, piensa en Javier como el ideal del misionero al que se debe imitar y al que propone como modelo a sus hijos javerianos.

Hombre de encuentro y comunión

Conforti fue un hombre de encuentro y comunión, dos realidades que marcaron su vida personal y pastoral, como sacerdote y obispo, y como fundador de nuestra familia misionera. Encuentro y comunión vividos constantemente, con entrega, cordialidad, poniéndose en el lugar del otro, realizando lo mejor aunque el “perdiera”, haciendo triunfar siempre la caridad. Todo ello desde una profunda y sentida vida de fe y de amor a los demás, a los cercanos y a los lejanos. Desde una profunda, gozosa y esforzada pasión por Cristo y por el hombre al cual deseaba lo mejor: que se encontrara con Cristo y viviera en comunión con Él.

La misión es encuentro con Jesús, con el mundo, con las culturas y pueblos, con las religiones. Conforti nos indica lo necesario para vivir nuestra vocación: fe profunda, ver a Dios en todo, santidad, fraternidad a toda prueba, cultura amplia y variada, estudio de las lenguas, conocimiento de las culturas, cercanía y atención a la gente.

Una Santidad “ordinaria”

“La santidad es posible, ya que no es - lo repito - la grandeza de las hazañas, no es lo elevado del puesto, no son las obras maravillosas y extraordinarias lo que constituye la santidad” (Conforti-1917).

“Mons. Conforti no hizo gestos espectaculares, no pronunció ni escribió frases originales y revolucionarias… No hacía nada de extraordinario y no decía más que verdades ya sabidas. ¿Por qué sus ademanes ponderados, su voz cristalina, tenían un significado y un poder superior a la apariencia de los contenidos?” (V. C. VANZIN s.x., Un pastore, due greggi, p. 6).

En la vida de Mons. Conforti, lo que impacta es el hecho de que en él no hay nadaextraordinario, (no hay milagros, previsiones que se hayan cumplido, penitencias extraordinarias…) sino lo ordinario vivido de manera extraordinaria.

También en su enseñanza, este aspecto es constante. “A veces, pensando en nuestra santificación, elaboramos grandes proyectos para llevarlos a cabo, actos heroicos por cumplir, mientras que la santidad, en cada una de sus partes y elementos, se compone de pequeñas acciones” (Conforti-1923). “Algunos colocan la santidad en las oraciones, otros en las penitencias, otros en los dones extraordinarios. La perfección consiste en una sola cosa, hacer la voluntad de Dios” (Conforti-1926).



NACE UNA FAMILIA PARA EL MUNDO
Nacen los misioneros Javerianos

La trayectoria vocacional y espiritual de Conforti le va impulsando a responder a la llamada a dedicar su vida a la evangelización de los pueblos. Su delicada salud y la obediencia a los obispos que se suceden en Parma van haciendo difícil su deseo de ser misionero. Percibiendo que marchar a misiones no parecía posible va madurando un “audaz proyecto”, como él lo llama, que es el de ser padre de misioneros: fundar una institución que forme misioneros para anunciar a Cristo donde no es conocido.

Diálogo con sus obispos, contactos con la Santa Sede, superación de dificultades e insistencia hacen que Conforti vaya, con lentitud aunque con perseverancia, avanzando en su proyecto. En Marzo de 1894 escribe al Cardenal Ledóchowski, prefecto de la Sagrada Congregación para la Propagación de la Fe. En la carta le describe la situación de su vocación misionera y lo que a este respecto desearía hacer: “Desde mis años más jóvenes siempre he sentido un fortísimo deseo de dedicarme a las misiones extranjeras y no habiendo podido realizar esta santa inclinación, por razones independientes de mí a su debido tiempo, estoy pensando, desde hace varios años, fundar yo mismo un Seminario destinado a este sublime fin”.

El proyecto avanza

Con el parecer favorable del Obispo y la aceptación de la Santa sede, Conforti abre la primera casa de formación misionera en Parma en 1895, pronto irán llegando aspirantes. Mons. Magani, obispo de Parma, inaugurará la modesta sede del Instituto el 3 de diciembre de 1895, durante la Eucaristía de esta celebración los dos primeros javerianos emiten sus votos religiosos y el de dedicarse a misiones, tres meses más tarde partirán para China.

El sueño de Conforti se está haciendo realidad. En 1900 se comienza a construir una casa más grande para el seminario de misiones que va acogiendo cada vez a más jóvenes, en 1987 eran ya 40. Será la casa Madre. En 1906 el Instituto javeriano recibe de la Santa sede el “Decretum Laudis” que declara a los javerianos como Congregación Religiosa Misionera de derecho pontificio. Las Constituciones definitivas serán aprobadas en 1921.

El sueño hecho realidad

Cuando Mons. Conforti muere, a los 66 años de edad, el 5 de noviembre de 1931, lo hacehabiendo vivido plenamente su vocación misionera sin haber trabajado nunca en ninguna misión. La vocación misionera que sintió desde muy joven la vivió con la fundación de los Misioneros Javerianos. Durante su vida abrió cinco casas de formación en Italia: Parma, Vicenza, Poggio san Marcello, Grumone y Vallo Della Lucania.

Conforti quería formar misioneros preferentemente para Asia, si podía ser para China para poder hacer lo que San Francisco Javier no pudo al morir a sus puertas. En 1898 parten los dos primeros javerianos para China. Durante su vida, Mons. Conforti mandará unos 44 javerianos a este país. En 1906 se crea la Prefectura Apostólica de Honan Occidental y en 1929la de Loyang, las dos encomendadas a Prefectos Apostólicos javerianos y atendidas pastoralmente por javerianos. A pesar de las dificultades encontradas, los fracasos, las decepciones y las contrariedades que Mons. Conforti tuvo que afrontar, a la hora de su muerte se puede decir que su sueño se había cumplido durante

Obispo de Parma y misionero del mundo

El 5 de noviembre de 1931 moría en Parma Mons. Guido María Conforti. Dos familias lloraban la despedida: la diócesis de Parma de la cual fue pastor durante 24 años y el Instituto Javeriano que había fundado 36 años antes.

Sus contemporáneos recuerdan su figura apacible y la evocan como si fuese ayer. Su despedida definitiva, ritmada por tantas pequeñas despedidas, subraya su gran humanidad y la admiración que le circundaba.

China: En 1928, Conforti va a China para encontrarse con sus misioneros. La bondad de su rostro había cautivado inmediatamente la imaginación de los chinos a quien habían saludado como “el Gran Obispo”. Mons. Conforti, entrando en la catedral de Cheng Chow, había entonado un Te Deum de agradecimiento a Dios que le concedía ver el trabajo realizado por sus hijos, la coronación de su vocación misionera. Al finalizar aquella visita memorable, murmuró: “Señor, ¡ya he visto! Ahora puedo irme en paz”.


Parma: Existe una fotografía significativa del 1931: el obispo se encuentra en la montaña, a caballo, con una mano levantada en signo de saludo y bendición para la gente que lo recibía en su visita pastoral. De hecho, estaba visitando por quinta vez las 304 parroquias de su diócesis.

En cada aniversario de su muerte, la diócesis de Parma y los Javerianos irán descubriendo con mayor hondura, el gran don que su obispo y fundador había sido para toda la Iglesia. Con el pasar de los años, el carisma y la santidad de Mons. Conforti han adquirido realce y han sido plenamente ratificados mediante la beatificación por parte del Papa Juan Pablo II en 1996, y canonización por parte del Papa Benedicto XVI el 23 de octubre de 2011. El Papa Juan Pablo II resumió el mensaje de vida de Guido María Conforti: “La divina Providencia quiso que él experimentara, por un lado la fuerza y la urgencia de la misión ad gentes y por el otro la responsabilidad en relación con la Iglesia particular de la cual era Pastor. Esta tensión apostólica, por la acción de la gracia, se reveló en él singularmente fecunda, así que la Iglesia entera, puede hoy reconocer en su existencia un luminoso ejemplo de misionariedad que definiríamos como plenamente pastoral y católica, constituida por la cooperación constante y equilibrada entre comunión y misión, entre la preocupación por la comunidad y el impulso hacia cuantos todavía no son parte de ella”.

Obispo y misionero

De varias partes de Italia se miraba con atención hacia las iniciativas del obispo de Parma. Lo que impresionaba era su capacidad de conciliar el servicio pleno a la Iglesia local, con la pasión misionera por la Iglesia universal. Mons. Conforti estaba convencido de que la Iglesia necesitaba renovarse para responder mejor a las nuevas tareas de su misión en el mundo. El obispo de Parma fue como un imán para los que sentían la urgencia de la formación misionera del pueblo de Dios. También lo buscó un joven sacerdote, José Ángel Roncalli, el futuro Papa Juan XXIII, que dirá: “Buscaba a Mons. Conforti como a la más distinguida expresión episcopal de Italia de aquel feliz movimiento misionero, suscitado por la encíclica Maximum Illud del Papa Benedicto XV. Lo buscaba como representante de aquella plenitud del ministerio sagrado de las almas, que asocia el Obispo al Misionero: Obispo de Parma, pero Misionero para el mundo”.

El último viaje

Salió de Marsella el 21 de septiembre de 1928 y regresó a Parma el 28 de diciembre del mismo año. El viaje a China lo hizo por “deber y necesidad del corazón”. Deber de Superior general y necesidad de un Padre que quería encontrarse con sus hijos personalmente y unirlos siempre más entre ellos.

El viaje le confirió un nuevo sentido de las proporciones: “Para China no son suficientes 3.000 misioneros: ¡serían necesarios 50.000!... ¡Llegará un día en que la inmensa China será cristiana!” El proyecto misionero de San Guido María Conforti estaba arraigado en la mirada misericordiosa del Crucifijo y se exaltaba en la visión de los frutos del Evangelio: “La formación de una sola familia que abrace toda la humanidad”.

Animación misionera de la Iglesia

La MISIÓN es la conclusión lógica y gozosa del encuentro con Cristo, por ello Conforti funda un INSTITUTO MISIONERO y por ello trabaja para que la ANIMACIÓN MISIONERA en Italia –y más tarde en el mundo- sea una realidad, comenzando por los sacerdotes, para que sean animadores misioneros en sus parroquias.

Pontificia Unión Misional

La Congregación Misionera ya la había fundado, ahora se empeña en la Animación Misionera de la Iglesia local por medio de la Pontificia Unión Misional que inició con el nombre de Unión Misionera del Clero. Su fundador es el beato Paolo Manna que encontró en Guido María Conforti a un obispo activo en la sensibilización de las iglesias locales para la propagación de la fe a los no cristianos.

El P. Paolo Manna percibe la necesidad de implicar a los sacerdotes diocesanos en la animación de los fieles para sostener la Obra de la Propagación de la Fe (conocida como DOMUND). La idea central de la Unión Misionera del Clero reside en la organización de sacerdotes comprometidos en la animación y la cooperación misionera del pueblo cristiano y el fomento de las vocaciones misioneras.

El P. Manna se percata de que para interesar a los obispos y a la Santa Sede la persona más indicada era Guido María Conforti, obispo de una diócesis italiana, superior y fundador de un Instituto Misionero. Mons. Conforti, una vez informado, se adhiere sin dificultad y con entusiasmo al proyecto.

Actividad de Conforti

En 1916 Conforti, en Roma, hablaría al papa Benedicto XV del proyecto de la Unión Misionera del Clero, el Papa la aprobará el 23 de octubre del mismo año.

En 1917 Conforti escribía una carta al clero de su diócesis para motivar la Unión Misionera del Clero y desarrollar la conciencia del deber que todos tienen en interesarse por la propagación de la Fe. “Italia, escribía Conforti, debería estar a la vanguardia en personal y contribución a las misiones, su generosidad misionera aún era escasa”. Esta situación aún persiste, hoy en día, en muchas Iglesias locales.

Primer presidente

A la Unión Misionera del Clero san Guido dedicará gran empeño, y de ella será nombrado primer presidente. La Unión Misionera del Clero es elevada a Obra Pontificia en 1956 por Pío XII, a la que en 1949 había integrado la vida consagrada. En 1980 se abre a los laicos, se conoce hoy como la PUM (Pontificia Unión Misional).

sábado, 4 de noviembre de 2017

SAN CARLOS BORROMEO, 4 NOVIEMBRE

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4 de noviembre

SAN CARLOS BORROMEO
Obispo



 San Carlos BorromeoSan Carlos cuyo nombre significa "hombre prudente" ha sido uno de los santos extraordinariamente activos a favor de la Iglesia y del pueblo que sobresale admirablemente. San Carlos Borromeo, un santo que tomó muy en serio aquella frase de Jesús: "Quien ahorra su vida, la pierde, pero el que gasta su vida por Mí, la ganará", murió relativamente joven porque desgastó totalmente su vida y sus energías por hacer progresar la religión y por ayudar a los más necesitados. Decía que un obispo demasiado cuidadoso de su salud no consigue llegar a ser santo y que a todo sacerdote y a todo apóstol deben sobrarle trabajos para hacer, en vez de tener tiempo de sobra para perder.

Nació en Arjona (Italia) en 1538. Desde joven dio señales de ser muy consagrado a los estudios y exacto cumplidor de sus deberes de cada día. A los 21 años obtuvo el doctorado en derecho en la Universidad de Milán. Un hermano de su madre, el Cardenal Médicis, fue nombrado Papa con el nombre de Pío IV, y éste admirado de sus cualidades nombró a Carlos como secretario de Estado. Más tarde, renunció a sus riquezas, se ordenó de sacerdote, y luego de obispo y se dedicó por completo a la labor de salvar almas.

San Carlos fundó 740 escuelas de catecismo con 3,000 catequistas y 40,000 alumnos.

Fundó además 6 seminarios para formar sacerdotes bien preparados, y redactó para esos institutos unos reglamentos tan sabios, que muchos obispos los copiaron para organizar según ellos sus propios seminarios. Fue amigo de San Pío V, San Francisco de Borja, San Felipe Neri, San Félix de Cantalicio y San Andrés Avelino y de varios santos más.

Murió cuando tenía apenas 46 años, el 4 de noviembre de 1584. En Arona, su pueblo natal, le fue levantada una inmensa estatua que todavía existe.

viernes, 3 de noviembre de 2017

SAN MARTÍN DE PORRES, 3 NOVIEMBRE

SAN MARTÍN DE PORRES
3 noviembre




El santo mulato nació en Lima en 1579 de padre español y madre panameña. De caballero y mulata nació el santo. Tardó su padre en reconocerlo pero al final asintió, teniendo de todas formas que partir dejando al pequeño al cuidado de su madre. Son misteriosos los caminos del Señor: no fue sino un santo quien lo confirmó en la fe de sus padres. Fue Santo Toribio Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima y actual patrono del Episcopado Latinoamericano, quien hizo descender el Espíritu sobre su moreno corazón, corazón que el Señor fue haciendo manso y humilde como el de su Madre. Martín aprendió el oficio de barbero y también algo de medicina. El muchacho era inteligente, y fue tal su amor por los hermanos que no tardó en aprender para poderlos servir mejor. Desde niño sentía predilección por los enfermos y los pobres en quienes reconocía sin duda el rostro sufriente de su Señor. A los quince años la gracia recibida y el ardor por vivir más cerca de Dios en servicio completo a sus hermanos humanos lo impulsó a pedir ser admitido como donado en el convento de los dominicos que había en Lima.

Pronto la virtud del moreno dejó de ser un secreto. Su servicio como enfermero se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía encontrar en la calle. Su humildad fue probada en el dolor de la injuria, incluso de parte de algunos religiosos dominicos. Incomprensión y envidias: camino de contradicciones que fue asemejando al mulato a su Reconciliador. En 1603 le fue concedida la profesión religiosa y pronunció los votos de pobreza, obediencia y castidad. Hombre de gran caridad, unía a su incesante oración las penitencias más duras. Era mucho el amor, eran poco el sueño y la comida, lo sostenía la oración, la infinita misericordia de Dios. Es muy probable que haya conocido a Santa Rosa de Lima. El Señor tiene sus caminos, y los tuvo de dolor y alegría para nuestro mulato. Así nos ama el Señor, como a su Madre.

La virtud del santo, su intensa vida espiritual, sostenían su entrega, pero sin duda alguna, aquello que más recuerda el pueblo de Lima son sus numerosos milagros. A veces se trataba de curaciones instantáneas, en otras bastaba tan sólo su presencia para que el enfermo desahuciado iniciara un sorprendente y firme proceso de recuperación. Muchos lo vieron entrar y salir de recintos estando las puertas cerradas. Otros lo vieron en dos lugares distintos a un mismo tiempo. Todos, grandes señores y hombres sencillos, no tardaban en recurrir al socorro del santo mulato: "yo te curo, Dios te sana" decía Martín con grande conciencia del inmenso amor del Señor que ha gustado siempre de tocar el corazón de los hombres con manos humanas.

Enfermero y hortelano herbolario, Fray Martín cultivaba las plantas medicinales que aliviaban a sus enfermos. Su amor humilde y generoso lo abarcaba todo: su amabilidad con los animales era fruto de su inmenso amor por el Creador de todas las cosas. El pueblo de Lima venera hoy su dulce y sencilla imagen, con su escoba en la mano dando de comer, de un mismo plato, a perro, ratón y gato.

Tras una vida de honda respuesta a la gracia de Dios, de intensa y perseverante entrega vividas al calor de la caridad y el sacrificio, ya a los sesenta años de edad, Fray Martín cayó enfermo y supo de inmediato que había llegado la hora de encontrarse con el Señor. El pueblo se conmovió, y mientras en la calle toda Lima lloraba, el mismo virrey fue a verlo a su lecho de muerte para besar la mano de quien decía de sí mismo ser un perro mulato, tal era la veneración que todos le tenían. Poco después, mientras se le rezaba el credo, besando el crucifijo con profunda alegría, el santo partió. Pero esta partida no lo alejó de su pueblo quien esperanzado le reza a diario aguardando su tierna intercesión y agradeciendo sus milagros. Fray Martín de Porres, el mulato "santo de la escoba" fue canonizado el 6 de mayo de 1962 por el Papa Juan XXIII.

martes, 31 de octubre de 2017

SAN QUINTÍN, MÁRTIR, 31 OCTUBRE


31 de Octubre
San Quintín
Mártir
Año 287

Fue Quintín hijo de un senador romano muy apreciado de la gente.
Se hizo amigo del Papa San Marcelino, quién lo bautizó.

El más grande deseo de Quintín era hacer que muchas personas conocieran y amaran a Jesucristo, y poder derramar su sangre por defender la religión.

Cuando el Papa San Cayo organizó una expedición de misioneros para ir a evangelizar a Francia, Quintín fue escogido para formar parte de ese grupo de evangelizadores.

Dirigido por el jefe de la misión, San Luciano, fue enviado Quintín a la ciudad de Amiens, la cual ya había sido evangelizada en otro tiempo por San Fermín, por lo cual hubo un nutrido grupo de cristianos que le ayudaron allí a extender la religión. Quintín y sus compañeros se dedicaron con tan grande entusiasmo a predicar, que muy pronto ya en Amiens hubo una de las iglesias locales más fervorosas del país.

Nuestro santo había recibido de Dios el don de sanación, y así al imponer las manos lograba la curación de ciegos, mudos, paralíticos y demás enfermos. Había recibido también de Nuestro Señor un poder especial para alejar los malos espíritus, y eran muchas las personas que se veían libres de los ataques del diablo al recibir la bendición de San Quintín. Esto atraía más y más fieles a la religión verdadera. Los templos paganos se quedaban vacíos, los sacerdotes de los ídolos ya no tenían oficio, mientras que los templos de los seguidores de Jesucristo se llenaban cada vez más y más.

Los sacerdotes paganos se quejaron ante el gobernador Riciovaro, diciéndole que la religión de los dioses de Roma se iba a quedar sin seguidores si Quintín seguía predicado y haciendo prodigios. Riciovaro, que conocía a la noble familia de nuestro santo, lo llamó y le echó en cara que un hijo de tan famoso senador romano se dedicara a propagar la religión de un crucificado. Quintín le dijo que ese crucificado ya había resucitado y que ahora era el rey y Señor de cielos y tierra, y que por lo tanto para él era un honor mucho más grande ser seguidor de Jesucristo que ser hijo de un senador romano.

El gobernador hizo azotar muy cruelmente a Quintín y encerrarlo en un oscuro calabozo, amarrado con fuertes cadenas. Pero por la noche se le soltaron las cadenas y sin saber cómo, el santo se encontró libre, en la calle. Al día siguiente estaba de nuevo predicando a la gente.

Entonces el gobernador lo mandó poner preso otra vez y después de atormentarlo con terribles torturas, mandó que le cortaran la cabeza, y voló al cielo a recibir el premio que Cristo ha prometido para quienes se declaran a favor de Él en la tierra. 

Hay que ser: Pronto para escuchar y lento para responder (S. Biblia Ec. 5,11).

SAN ALONSO RODRÍGUEZ, RELIGIOSO, 31 OCTUBRE

Alonso Rodríguez, Santo
Religioso, 31 de octubre 


Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid 



Religioso

Martirologio Romano: En Palma, Mallorca, España, san Alonso Rodríguez, que al perder a su esposa e hijos entró como religioso en la Orden de la Compañía de Jesús y estuvo como portero del colegio de aquella ciudad durante largos años, mostrando una gran humildad, obediencia y constancia en una vida penitente. ( 1617)
Fecha de canonización: 15 de enero de 1888, por el Papa León XIII.
Breve Biografía

Estaba un día enfermo y le llevó el enfermero la comida a la cama con un mandato de parte del Padre Superior: «que se coma todo el plato». Cuando regresa el enfermero, le encuentra deshaciendo el plato y comiéndolo pulverizado. El santo se impuso a sí mismo una obediencia ciega; se exigió a sí mismo tanto que uno de los padres le dijo un buen día «que obedecía a lo asno».

Nació en Segovia en el año 1533, segundo de los once hijos del matrimonio formado por Diego Rodríguez y María Gómez que vivían del comercio de paños.

Su niñez y juventud estuvieron ligadas a la Compañía de Jesús.

A la muerte de su padre se encarga de sacar adelante el negocio familiar, pero su incompetencia es notable para el negocio de los paños.

Contrae matrimonio con María Juárez con quien tiene dos hijos. Pero la mala fortuna parece que le persigue: muere uno de sus hijos y su mujer y el negocio va de mal en peor; luego fallece su otro hijo y su madre. Alonso se ha quedado solo.

Se produce entonces una crisis fuerte que resuelve con confesión general y con el deseo de comenzar una nueva vida tomando un impresionante ritmo interior de trato con Dios y que mantiene por seis años. Cede a sus hermanos sus bienes y marcha a Valencia en 1569 con el propósito de ingresar en la Compañía; pero no contaba con insalvables obstáculos: su edad, la falta de estudios y escasa salud.

Trabaja entonces en comercio y de ayo.

Por fin es admitido en el Colegio Monte Sión en el año 1571; desde el año 1572 ocupa el cargo de portero hasta el 1610 que hacen casi cuarenta años.

Es considerado en la Compañía como modelo para los hermanos legos por su ejercicio permanente para lograr auténtica familiaridad con Dios, por su obediencia absoluta y por su amor y deseo de tribulación.

Este humilde y santo portero fue durante su vida un foco radiante de espiritualidad de la que se beneficiaron tanto los superiores que le trataron como los novicios con los que tuvo contacto; un ejemplo representativo está en San Pedro Claver, el apóstol de los esclavos.

Con sus cartas ejerce un verdadero magisterio. Su lenguaje es sencillo y el popular de la época, pero logra páginas de singular belleza al tratar temas de mayor entusiasmo. La santidad que describe en sus escritos no es aprendida en los libros, es fruto de su experiencia espiritual.

Fue canonizado por el papa León XIII junto con san Pedro Claver.
 

Autor: Isabel Orellana Vilches
Fuente: Zenit.org
Este santo portero del convento mallorquino de Montesión de los padres jesuitas, nació en Segovia, España, el 25 de julio de 1531. Fue el tercero de los once hijos habidos en el matrimonio compuesto por Diego Rodríguez y María Gómez de Alvarado, prósperos comerciantes de paños. La característica principal de su niñez fue su amor a la Virgen, con la que mantuvo celestiales coloquios. Siempre mostró una devoción singular por el misterio de la Inmaculada, y rezaba el Oficio Parvo dedicado a Ella. Comenzó a formarse con los padres franciscanos, pero a los 10 años escuchó predicar al beato jesuita Pedro Fabro, que entabló una entrañable relación con toda su familia, y se ocupó de prepararle para su primera comunión.

A los 14 años se hallaba estudiando con los jesuitas de Alcalá cuando murió su padre y tuvo que regresar para ayudar a su madre en los asuntos de la familia. Luego quedó solo al frente de la gestión de los negocios, una misión para la que realmente no tenía cualidades, y se casó con María Juárez, hija de un acomodado ganadero. Se afincaron en Segovia y fueron viniendo los hijos. Pero los perdió a todos. La niña murió nada más nacer; luego lo hizo su esposa al dar a luz a un niño. Por si fuera poco, un año más tarde, falleció su madre y, a continuación, su último hijo. Ya no tenía nada. Al haber vendido su negocio con anterioridad, convivió junto a dos hermanas solteras y aprendió a dialogar con Dios. Ellas le ayudaron en este difícil momento que atravesó abrumado por sus pecados a los que culpaba de tantas tragedias.

En una visión vislumbró el gozo del cielo y se arrepintió de su vida pasada. Se centró en la oración convirtiéndose en un severo penitente; confesaba y comulgaba todas las semanas. Se planteó ser jesuita, pero tenía en su contra la edad, una frágil salud y falta de formación. Luís de Santander, rector del colegio que los jesuitas tenían en Segovia, no le disuadió formalmente. Pero sí le recomendó que prosiguiese estudiando.Por eso, en 1569 se trasladó a Valencia. Comenzó a cursar latín con vías a una posible ordenación sacerdotal costeándose los gastos con su trabajo en casa de una marquesa. Hubo un momento en que había tenido que mendigar. No sin cierto pudor, que tuvo que vencer, estudiaba junto a unos niños. Luego fue en pos de un ermitaño que entabló amistad con él y quiso disuadirle de su empeño de ser jesuita. Vio que estaba sucumbiendo a una tentación y lo dejó. Regresó a Valencia, dejando nuevamente en suspenso sus estudios, para iniciar otro intento de ingreso en la Compañía. Se puso a merced del P. Santander, quien le hizo ver que hasta ese momento parecía seguir sus dictados y no los de Dios. Entonces Alonso respondió: "Os prometo que jamás en mi vida volveré a hacer mi propia voluntad. Haced de mí lo que queráis". Con ayuda del religioso acometió el sueño que le guiaba de ser jesuita, aunque no pudiera ser sacerdote. La negativa de quienes dilucidaban qué hacer con él estaba en el aire, cuando el superior P. Antonio Cordesses terció rotundo: "Recibámoslo para santo".

En 1571 fue aceptado como "hermano lego" por el provincial y tras finalizar el noviciado partió a Palma de Mallorca. Le encomendaron la portería del colegio de Montesión y desempeñó esta misión durante casi cuarenta años, hasta que sus fuerzas se lo impidieron. Nadie podría haber imaginado que el ángel de bondad que franqueaba la puerta a todos, viendo en ellos a Cristo, sufría aridez, era escrupuloso y padecía violentas tentaciones contra la castidad de las que en alguna ocasión le rescató la Virgen. "En las tentaciones he sido más de doscientas veces mártir", reconocía.Experimentaba desolación y el mero hecho de meditar le generaba muchos dolores. Es como si los sufrimientos y mortificaciones que realizaba desde hacía años no dieran su fruto. "El demonio –afirmaba– es un gran bachiller". Pero no se desesperó, ni se desanimó. Haciendo acopio de paciencia seguía perseverando y sirviendo humildemente en la misión que tenía: abrir la puerta. Y al final experimentó una intensísima presencia de Jesús y de María que le colmaban de místicos consuelos.

En 1585 profesó los últimos votos. En 1604 inició sus Memorias autobiográficas a demanda de sus superiores que culminó en 1616. Su obediencia seguía intacta. Cuando, cumplidos más de 70 años y hallándose muy enfermo, para probar su virtud lo destinaron a la India, automáticamente se dirigió a la puerta diciendo: "Tengo orden de partir a las Indias", ante lo cual el superior intervino, de lo contrario se habría ido. Así era su obediencia y disposición, tan literal que asombraba. Humildemente decía que "obedecía a lo asno". Y el juicio de sus hermanos era: "Este hermano no es un hombre, sino un ángel". Nunca reparó en la actitud de aquellos a los que abría la puerta, que no siempre era correcta, y les entregaba lo mejor de sí: "Es que a Jesús que se disfraza de prójimo, nunca lo podemos tratar con aspereza o mala educación". Cuando escuchaba el sonido de la campana, profería un gozoso: "¡Ya voy, Señor!". Y engarzaba sus jornadas de trabajo y oración cincelando a conciencia en su corazón una hermosa filigrana de caridad con la que íntimamente coronaba a quienes pasaban por el convento: "Allí viene el humilde. Ahí, el obediente. Allá viene el que jamás se enoja. Ese es el que vive en viva fe. Viene el de gran pobreza. Ese es prudente. Hacia acá viene el piadoso".

Tan intensa llegó a ser la presencia continua de Dios para él, que era de todo punto imposible alejarlo por un momento de sí, como una vez le sugirió su superior para dejar descansar su mente, cuando ya era de avanzada edad.Estuvo adornado de diversos carismas, entre otros, visiones, discernimiento y milagros. Falleció el 31 de octubre de 1617. León XII lo beatificó el 25 de mayo de 1825. León XIII lo canonizó el 15 de enero de 1888. Ese día era elevado a los altares junto a Juan Berchamns, y Pedro Claver uno de sus dilectos discípulos.

lunes, 30 de octubre de 2017

SAN MARCELO DE TÁNGER, MÁRTIR, 30

Marcelo de Tánger, Santo
Mártir, 30 de octubre 


Por: n/a | Fuente: Archidiócesis de Madrid 



Mártir

Martirologio Romano: En Tánger, ciudad de Mauritania, pasión de san Marcelo, centurión, que el día del cumpleaños del emperador. mientras los demás ofrecían sacrificios, se quitó las insignias de su función y las arrojó al pie de los estandartes, afirmando que por ser cristiano no podía seguir manteniendo el juramento militar, pues debía obedecer solamente a Cristo, y así consumó su martirio al ser inmediatamente decapitado († c. 298).
Breve Biografía

Se conservan actas con bastantes rasgos de historicidad.

Marcelo es un Centurión que, según parece, pertenecía a la Legio VII Gemina y el lugar de los hechos bien pudo ser la ciudad de León.
Su proceso tuvo lugar en dos pasos: primero en España, ante el presidente o gobernador Fortunato (28 de Julio del 298) y en Tánger el definitivo, ante Aurelio Agricolano (30 de Octubre del mismo año).
Fortunato envió a Agricolano el siguiente texto causa del juicio contra Marcelo: "Manilio Fortunato a Agricolano, su señor, salud. En el felicísimo día en que en todo el orbe celebramos solemnemente el cumpleaños de nuestros señores augustos césares, señor Aurelio Agricolano, Marcelo, centurión ordinario, como si se hubiese vuelto loco, se quitó espontáneamente el cinto militar y arrojó la espada y el bastón de centurión delante de las tropas de nuestros señores".
Ante Fortunato, Marcelo explica su actitud diciendo que era cristiano y no podía militar en más ejército que en el de Jesucristo, hijo de Dios omnipotente.
Fortunato, ante un hecho de tanta gravedad, creyó necesario notificarlo a los emperadores y césares y enviar a Marcelo para que lo juzgase su superior, el viceprefecto Agricolano. En Tánger, y ante Agricolano, se lee a Marcelo el acta de acusación, que él confirma y acepta, por lo que es condenado a la decapitación.
La historia es así de escueta a la distancia de casi dieciocho siglos.
La leyenda -no necesariamente falsa- abunda en algunos detalles que, si bien no son necesarios para el esclarecimiento del hecho, sí lo explicita, o al menos lo sublima para estímulo de los cristianos. Así, se añade la puntualización de que se trataba de un acto oficial y solemne en que toda la tropa militar estaba dispuesta para ofrecer sacrificios a los dioses paganos e invocar su protección sobre el Emperador.
Los descreídos probablemente aseveren que un acto así es propio de un loco; sí, una locura. Perder la vida... por nada. Ya lo dijo también el jefe romano.
Los cobardes, con su ánimo pusilánime, probablemente afirmen que Marcelo hizo el tonto; en fin, que algunas veces, en situaciones delicadas, es preciso contemporizar cuando los tiempos vienen así, que hay que saber adaptarse y que... lo importante es creer en Dios.
Los fanáticos, dejándose llevar de la temeridad impulsiva que los caracteriza, quizá digan que un hombre con fe, en una situación como esa, debía haberse liado a sablazos con los jefes y con los demás soldados. Fue... un miserable blando.
La Iglesia ve en Marcelo... a un mártir.
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