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lunes, 31 de julio de 2017

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 31 DE JULIO DEL 2017


Un día colocaste una semilla muy pequeña en mí, Señor
Santo Evangelio según San Mateo 13,31-35. XVII Lunes de Tiempo Ordinario.


Por: H. Iván González, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Tu gracia me basta, Señor. Si no me siento capaz de orar, capaz de ponerme en este instante en tu presencia, me basta tu gracia. La acojo con mi corazón sincero, sencillo y lleno de confianza en Ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 13,31-35
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la muchedumbre: "El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en su huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas".
Les dijo también otra parábola: ‘El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar".
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Un día colocaste una semilla muy pequeña en mí, Señor.
Muchos sembradores han pasado por mi vida. Tantas semillas han caído en mi corazón. Algunas han crecido sin yo darme cuenta. Otras las he cultivado yo mismo. Otras más han sido otros quienes las han hecho crecer. A veces son semillas de virtud, semillas de ilusiones, semillas de miedos, de traumas, de deseos. Unas han dado árboles frondosos, otras espinas. Algunas han muerto ya, otras están naciendo. De entre todas las semillas, sin embargo, hay una especial. Es la mejor. Incluso si aún es pequeña. Se llama la semilla del Reino. De un Reino de amor. Del Reino de Cristo. Ella no es sólo deseo, no es sólo ilusión, no es sólo incertidumbre; es todo eso y mucho más. Es aquella que da vida. Es aquella que pide mucha agua, mucho esfuerzo, mucho espacio en el corazón... pues es la única que lo llenará plenamente. La semilla es verdadera. Existe en mí, Dios la ha colocado.
Señor, ¿cómo la he cultivado?, ¿cómo te he dejado cultivarla? Una vez más renuevo mi confianza en Ti y me entrego nuevamente a Ti sabiendo que harás fructificar la semilla del Reino que has sembrado en mí.
"Somos pecadores, viene de ahí, pero tenemos un horizonte grande- [esta actitud] es precisamente el acto de fe en la potencia del Señor: el Señor puede, el Señor es capaz. Y nuestra pequeñez es la semilla, la pequeña semilla, que después germina, crece, el Señor la riega y sale adelante. Pero el sentido de pequeñez es precisamente el primer paso de confianza en la potencia de Dios. Id, seguid adelante por este camino."
(Homilía de S.S. Francisco, 18 de febrero de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haré una revisión de mis actitudes ante la gracia de Dios para descubrir algún deseo en mi corazón que quizá no corresponde al Amor. Si descubro en mí algún deseo noble y bueno, ¿lo puedo llevar adelante y hacer crecer? Te pido la gracia, Señor, de poder mirar mi corazón con sinceridad y confianza.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

domingo, 30 de julio de 2017

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 30 DE JULIO 2017


Lecturas de hoy Domingo 17º del Tiempo Ordinario - Ciclo A





Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (3,5.7-12):

En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pideme lo que quieras.»
Respondió Salomón: «Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?» 
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti.»

Palabra de Dios



Salmo
Sal 118,57.72.76-77.127-128.129-130

R/. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

Mi porción es el Señor; 
he resuelto guardar tus palabras. 
Más estimo yo los preceptos de tu boca 
que miles de monedas de oro y plata. R/. 

Que tu bondad me consuele, 
según la promesa hecha a tu siervo; 
cuando me alcance tu compasión, 
viviré, y mis delicias serán tu voluntad. R/. 

Yo amo tus mandatos 
más que el oro purísimo;
por eso aprecio tus decretos 
y detesto el camino de la mentira. R/. 

Tus preceptos son admirables, 
por eso los guarda mi alma; 
la explicación de tus palabras ilumina, 
da inteligencia a los ignorantes. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,28-30):

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,44-52):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra. El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?» 
Ellos le contestaron: «Sí.» 
Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 30 de julio de 2017



      El Reino de los Cielos, dice Jesús, se parece a un hombre que encuentra un tesoro en el campo y vende todo lo que tiene para comprar el campo. Hace una comparación parecida con el comerciante de perlas finas. Tanto el hombre del campo como el comerciante de perlas finas andaban buscando algo. La cuestión que nos podemos plantear es: ¿estamos buscando nosotros algo? ¿Nos creemos de verdad que hay un tesoro escondido o una perla preciosa? Dicho en otras palabras, ¿estamos dispuestos a venderlo todo a cambio de ese tesoro o de esa perla?

      De nuestra sociedad se ha dicho muchas veces que vive en un tiempo de desencanto, de desilusión. Si hubo un tiempo en el que soñamos que otro mundo era posible, hoy parece que a muchos la perspectiva se nos ha hecho más corta y no pensamos sino en cómo sobrevivir, en cómo ir tirando. Nada más. Es como si hubiésemos descubierto que no hay nada por lo que valga la pena “venderlo todo”. Y de hecho no estamos dispuestos a sacrificar nada de lo poco que tenemos. No estamos seguros de que exista ningún tesoro escondido ni ninguna perla preciosa. No estamos seguros de que valga la pena luchar por el Reino de los cielos. ¿Qué reino es ése? Después de años de lucha y de esfuerzo, ¿qué hemos logrado? Nos hemos quedado decepcionados. No hay nada por lo que luchar. ¡Dejémonos de sueños!

      Pero Jesús sigue proponiendo un ideal absoluto. Por el Reino de los cielos vale la pena “dejarlo todo”. ¿Qué es todo? “Todo” es la seguridad económica, la buena fama, las expectativas de la familia. “Dejarlo todo” significa vivir al estilo de Jesús, tratar de actuar como Jesús lo haría, ser portadores y mensajeros del amor de Dios para con los pobres y necesitados de todo tipo. ”Dejarlo todo” significa no guiarse por los criterios egoístas de este mundo, dejar de acaparar y comenzar a compartir, relacionarse con los demás de forma gratuita y no ponerle precio a todo lo que hacemos. Para “dejarlo todo” no hace falta abandonar materialmente a la familia o meterse en un convento. Se puede seguir en el mismo trabajo y vivir en la misma casa. La diferencia es que uno se guía por los criterios del Evangelio para vivir. Entonces se empieza a ser ciudadano del Reino. Se adquiere una nueva identidad: la de hijo/hija de Dios Padre y hermanos en Jesús de todos los hombres y mujeres. 

      Pero para llegar ahí es necesario creer firmemente que hay un tesoro y que ese tesoro es lo mejor que nos podemos encontrar en la vida, que por ese tesoro vale la pena dejarlo todo. Que Dios nos dé discernimiento y sabiduría como a Salomón para conocer lo que es justo y bueno. 



Para la reflexión

      ¿Qué es lo que valoro más en mi vida? ¿De qué estaría hecho mi tesoro? ¿Es el Evangelio mi verdadero tesoro? ¿Qué es lo que me cuesta mas dejar para seguir a Jesús del todo?

sábado, 29 de julio de 2017

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 29 DE JULIO DEL 2017


En medio de la tormenta
Santo Evangelio según San Juan 11,19-27. Festividad de Santa Marta.



Por: H. Balam Loza, L.C. | Fuente: missionkits.org 





En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, aumenta mi fe. Quiero creer con sencillez, pero con firmeza, que Tú eres mi Dios y que estás realmente presente en el Sagrario. Mi fe es débil porque, si por un lado la teoría no me falta, muchas veces la rutina hace que me olvide del gran misterio de la Eucaristía. Te pido que me des la gracia de tener una fe por lo menos como un grano de mostaza.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 11,19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo a Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas".
Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta respondió: "Ya sé que resucitará en la resurrección del último día". Jesús le dijo: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?". Ella le contestó: "Sí, Señor. Creo firmemente que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo".
Palabra de Dios.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

"Creo firmemente que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo". Marta en este momento está pasando por una prueba muy dura pues su hermano hace unos días que ha muerto. Sabe que Jesús, pudiendo haber hecho algo, ha preferido no hacer nada. Y en medio de estas circunstancias adversas pronuncia esta frase con convicción total, pero con sencillez impresionante.
Pensemos en Pedro cuando la barca estaba por huirse. Grita y se desespera. Y se da cuenta cuando el Maestro los saca de la tempestad. Poco a poco Pedro aprende que a veces hay que ser más fuertes y tener fe. Después el ladrón que estaba al lado de la cruz de Jesús le gritaba "Si eres Dios sálvate a Ti y a nosotros". Es decir, muchas veces la fe está puesta en los milagros o en los hechos asombrosos. Pero ¿qué pasa cuando llega el dolor irreversible y no hay milagros?
Marta nos enseña dos cosas. Lo primero es pedir. Pide con confianza a Jesús la curación de su hermano. Cuando estamos sufriendo acudamos a Jesús, Él, muchas veces, es el único que puede ayudarnos, consolarnos, curarnos. Lo segundo es la fe profunda. Cuando ve que no recibe la respuesta que quería del Maestro permanece tranquila y dice esas palabras que revelan el corazón creyente de la mujer sencilla.
Lázaro llevaba muerto tres días cuando llegó Jesús. Y a sus hermanas, Marta y María, les dijo palabras que se han grabado para siempre en la memoria de la comunidad cristiana. Así dice Jesús: "Yo soy la resurrección y la vida; Quien cree en mí, aunque muera, vivirá; El que vive y cree en mí no morirá eternamente.
Considerando esta palabra del Señor, nosotros creemos que la vida de aquel que cree en Jesús y sigue sus mandamientos, después de la muerte se transformará en una vida nueva, plena e inmortal. Como Jesús ha resucitado con su propio cuerpo, pero no ha regresado a una vida terrenal, así nosotros resucitaremos con nuestros cuerpos que serán transfigurados en cuerpos gloriosos. Él nos espera junto al Padre. Y la fuerza del Espíritu Santo, que Le ha resucitado, resucitará también a quien está con Él.
(Ángelus de S.S. Francisco, 6 de abril de 2014).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a ir a Misa con un espíritu de profunda fe. Voy a poner, durante el ofertorio, todo lo que llevo dentro, mis problemas y sufrimientos con la certeza de que, aunque tal vez no sienta nada y mi vida siga igual, el Señor conoce mi sufrimiento y está a mi lado.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

viernes, 28 de julio de 2017

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 28 DE JULIO DEL 2017


La tierra buena
Santo Evangelio según San Mateo 13,18-23. XVI Viernes de Tiempo Ordinario.


Por: H. Rubén Tornero, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, gracias porque me has querido traer hoy a este momento de intimidad contigo. Tú me conoces mejor que nadie. Sabes lo débil y frágil que soy. Ayúdame. Creo en Ti, Jesús, pero ayúdame a creer cada día más y que esa fe se traduzca en obras concretas que me lleven a parecerme más a Ti. Confío en Ti, pero ayúdame a entender que puedo abandonarme en tus manos sin temor alguno; dame la confianza que necesito para saber ver tu amor también en los momentos difíciles y confiar que lo que Tú quieres para mí, realmente es lo mejor. Te amo, Jesús, pero ayúdame a dejarme amar por Ti. Enséñame a recibir tu amor y a transmitirlo a los demás; que todo aquél que se cruce conmigo, pueda ver en mí un poco del amor que nos tienes. Gracias, Jesús.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 13,18-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen ustedes lo que significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la Palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino.
Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la Palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la Palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la Palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas, la sofocan y queda sin fruto.
En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen la Palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta".
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Jesús, hoy en este evangelio me explicas el significado de la parábola del sembrador. Tú hablas de los tipos de corazón con los que se puede acoger tu palabra. Lo que se me hace curioso Jesús, es que quieras sembrar también en terrenos que pueden parecer poco propicios. Aunque el sembrador sepa que es muy difícil que crezca su semilla en esos terrenos duros, pedregosos y llenos de espinas, aun así no deja de esparcir la semilla. A pesar de todo, el sembrador confía en que esa tierra, que hoy no es más que piedras y abrojos, algún día, con trabajo y amor, puede llegar a ser un hermoso vergel.
Mi corazón es una tierra compuesta de piedras, espinas, pájaros y tierra fértil. Sabes que me tiran los placeres, que soy más propenso a la ira que al perdón, que tengo muchos defectos contra los he luchado por largo tiempo sin haber conseguido apenas nada... pero Tú eres el mejor hortelano y confías en mí. Tú puedes transformar mi corazón de piedra en uno de carne; Tú puedes saciar toda la sed de felicidad que tiene mi corazón, Tú puedes hacer de mí un santo. Confías en mí. No esperas a que mi vida sea perfecta para comenzar a sembrar en mi alma tu maravilloso amor. Me quieres y confías en mí. Gracias, Jesús, por tu inmenso amor y tu infinita confianza. Ayúdame a no defraudarte, Jesús. No quiero estorbar tu obra en mí. Dame la gracia de no estorbar tu trabajo en mi alma para que pueda dar los frutos de santidad que esperas de mí.
"Es un corazón misericordiado y misericordioso". Es así: experimenta los beneficios que la gracia tiene sobre su herida y su pecado, siente cómo la misericordia pacifica su culpa, inunda con amor su sequedad, reaviva su esperanza. Por eso, cuando, al mismo tiempo y con la misma gracia, perdona al que tiene alguna deuda con él y se compadece de los que también son pecadores, esta misericordia arraiga en una tierra buena, en la que el agua no se escurre sino que da vida. En el ejercicio de esta misericordia que repara el mal ajeno, nadie mejor que el que tiene fresca la sensación de haber sido misericordiado en el mismo mal para ayudar a curarlo. Mírate a ti mismo; recuérdate de tu historia; cuenta tu historia, y en ella encontrarás tanta misericordia.
(Homilía de S.S. Francisco, 2 de junio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a ser sembrador de la alegría del evangelio entre los que me rodean.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 27 de julio de 2017

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 27 DE JULIO 2017


¿Qué quieres hoy de mí Señor?
Santo Evangelio según San Mateo 13, 10-17. XVI Jueves de Tiempo Ordinario.


Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Aquí esto Señor…. Vengo ante Ti… Abre mi corazón.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 13, 10-17
En aquel tiempo se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron: "¿Por qué les hablas en parábolas?". Él les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos; pero a ellos no. Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Ustedes oirán una y otra vez y no entenderán; miraran y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y ha tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Solemos decir en el lenguaje cotidiano: "Dios me lo dijo", escuché a Dios, Dios me lo mostró… Dios me llamó… ¿Es una metáfora?, ¿una forma de decir?, ¿una imagen que me sirve sólo para explicar?...
Recurro a mi memoria y me encuentro con momentos, circunstancias… ocasiones en donde no sé cómo; no sé cuándo… ahí en lo profundo de mi conciencia, me lo dijo, escuché, me mostró, me llamó…
Encontré consuelo, aridez; descanso, vértigo…; miedo, confianza, sentido…encontré amor. Es una extraña seguridad.
Es un verdadero don, pues hay personas que ven lo que yo veo…escuchan lo que yo escucho y viven lo que yo vivo pero, al final, es como si fueran cuadros distintos. Sin embargo este don que me has querido dar… es, definitivamente un designio de bondad que trae mucha responsabilidad.
Un don que hay que agradecer, donde la pregunta correcta no es: ¿por qué… por qué a mí? Sino ¿para qué Señor? ¿Qué quieres que haga con todo esto que me das?
No permitas que cierre mi corazón ante el don de tu amor; que cierre mis oídos ante tu voz.
¿Qué quieres hoy de mí, Señor?...
"Formarse supone ser capaces de acercarse con humildad al Señor y preguntarle: ¿Cuál es tu voluntad? ¿Qué quieres de mí? Sabemos la respuesta, pero tal vez nos haga bien recordarla, y para ello les propongo las tres palabras del Shemá con las que Jesús respondió al Levita: "amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas"."
(Homilía de S.S. Francisco, 1 de abril de 2017).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ir a visitar al Santísimo y pedir, de una manera especial, por las vocaciones, para que todos sepan escuchar su llamado.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

miércoles, 26 de julio de 2017

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 26 DE JULIO 2017


Para dar fruto: dejarse amar
Santo Evangelio según San Mateo 13, 1-9. XVI Miércoles de Tiempo Ordinario.


Por: H. Hiram Samir Galán Jaime, L.C. | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey Nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Toca mi alma, Señor; renuévame por dentro; no permitas que siga en el fango de la indiferencia espiritual; enciende mi corazón de amor por Ti para que sea capaz de buscar tu rostro en mis hermanos.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 13, 1-9
Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que Él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:
"Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Cuántas veces hemos escuchado este pasaje y sabemos con certeza que podremos ser algunos de los tres terrenos que no dan frutos que permanecen, pero no aquel terreno de tierra buena que da frutos al treinta, al sesenta y al cien por ciento. Pero esto, ¿se debe a una verdadera humildad, o a una falsa imagen de nosotros mismos cargada de autoconfianza y desconfianza en el poder de Dios?
Si reflexionamos con profundidad, ¿quién es el verdadero artífice de la santidad? El Espíritu Santo evidentemente. Es por ello que primero que nada tenemos que creer que Él puede y quiere transformar nuestras vidas. Porque si bien es cierto que necesita de nuestra colaboración, esa colaboración corresponde al uno por ciento del camino de santidad que Dios tiene destinado para nosotros. El otro noventa y nueve por ciento lo pone ÉL. Por ello es más un abandonarse en Dios que hacer muchas cosas y poner muchos medios humanos.
Enséñanos, Señor, que el verdadero camino hacia Ti es el amor. Ese amor que consiste en dejarse amar por Ti y que todo lo demás se da por añadidura.
"El verdadero amor es amar y dejarme amar. Es más difícil dejarse amar que amar. Por eso es tan difícil llegar al amor perfecto de Dios. Porque podemos amarlo, pero lo importante es dejarnos amar por él. El verdadero amor es abrirse a ese amor que está primero, y que nos provoca una sorpresa. Si ustedes tienen solo toda la información, estás cerrado a la sorpresa. El amor te abre a la sorpresa. El amor siempre es una sorpresa, porque supone un diálogo entre dos: entre el que ama y el que es amado. Y a Dios decimos que es el Dios de las sorpresas, porque él siempre nos amó primero, y nos espera con una sorpresa. Dios nos sorprende. Dejémonos sorprender por Dios."
(Mensaje de SS Francisco, 18 de enero de 2015)

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración. Disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré una persona que considere, prudente, espiritual y sabia, y le pediré que sea mi director espiritual. Y si ya tengo uno, buscaré hacer un programa de vida que me ayude a dejarme amar por Dios, a dejarme sorprender por su amor.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
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