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domingo, 14 de mayo de 2017

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 14 DE MAYO DEL 2017


V Domingo de Pascua – Ciclo A
Domingo 14 de Mayo de 2017




Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 1-7:

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, porque en el servicio diario no se atendía a sus viudas. Los Doce, convocando a la asamblea de los discípulos, dijeron:
«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos del servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea; nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra».
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo; a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba creciendo y en Jerusalén se multiplicaba el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 32,1-2.4-5.18-19


R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti


Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

______________________

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 2,4-9:


Queridos hermanos:
Acercándoos al Señor, piedra viva rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa para Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.
Por eso se dice en la Escritura:
«Mira, pongo en Sion una piedra angular, elegida y preciosa;
quien cree en ella no queda defraudado».
Para vosotros, pues, los creyentes, ella es el honor, pero para los incrédulos «la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular», y también «piedra de choque y roca de estrellarse»; y ellos chocan al despreciar la palabra. A eso precisamente estaban expuestos.
Vosotros, en cambio, sois un linaje elegido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.

Palabra de Dios

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Lectura del santo Evangelio según san Juan 14,1-12:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre».

Palabra del Señor


**************


EL CAMINO

Al final de la última cena, los discípulos comienzan a intuir que Jesús ya no estará mucho tiempo con ellos. La salida precipitada de Judas, el anuncio de que Pedro le negará muy pronto, las palabras de Jesús hablando de su próxima partida, han dejado a todos desconcertados y abatidos. ¿Qué va a ser de ellos?

Jesús capta su tristeza y su turbación. Su corazón se conmueve. Olvidándose de sí mismo y de lo que le espera, Jesús trata de animarlos: «No os inquietéis. Confiad en Dios y confiad también en mí». Más tarde, en el curso de la conversación, Jesús les hace esta confesión: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre sino por mí». No lo hemos de olvidar nunca.

«Yo soy el camino»

El problema de muchos no es que vivan extraviados o descaminados. Sencillamente viven sin camino, perdidos en una especie de laberinto: andando y desandando los mil caminos que, desde fuera, les van indicando las consignas y modas del momento.

¿Y qué puede hacer un hombre o una mujer cuando se encuentra sin camino? ¿A quién se puede dirigir? ¿Adónde puede acudir? El que camina tras los pasos de Jesús podrá seguir encontrándose con problemas y dificultades, pero está en el camino acertado que conduce al Padre. Esta es la promesa de Jesús.

«Yo soy la verdad»

Estas palabras encierran una invitación escandalosa a los oídos modernos. Y, sin embargo, también hoy hemos de escuchar a Jesús. No todo se reduce a la razón. El desarrollo de la ciencia no contiene toda la verdad. El misterio último de la realidad no se deja atrapar por los análisis más sofisticados. El ser humano ha de vivir ante el misterio último de su existencia.

Jesús se presenta como camino que conduce y acerca a ese Misterio último. Dios no se impone. No fuerza a nadie con pruebas ni evidencias. El Misterio último es silencio y atracción respetuosa. Jesús es el camino que nos puede conducir a confiar en su bondad.

«Yo soy la vida»

Jesús puede ir transformando nuestra vida. No como el maestro lejano que ha dejado un legado de sabiduría admirable a la humanidad, sino como alguien vivo que, desde lo más profundo de nuestro ser, infunde en nosotros un germen de vida nueva.

Esta acción de Jesús en nosotros se produce casi siempre de forma discreta y callada. El mismo creyente solo intuye una presencia imperceptible. A veces, sin embargo, nos invade la certeza, la alegría incontenible, la confianza total: Dios existe, nos ama, todo es posible, incluso la vida eterna. Nunca entenderemos la fe cristiana si no acogemos a Jesús como el camino, la verdad y la vida.



Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Jn 14, 1-12

sábado, 13 de mayo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY 13 DE MAYO DEL 2017


Día litúrgico: 13 de Mayo: La Virgen de Fátima


Texto del Evangelio (Mt 12,46-50): En aquel tiempo, mientras Jesús estaba hablando a la muchedumbre, su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con Él. Alguien le dijo: «¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte». Pero Él respondió al que se lo decía: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre».

«Todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre»

*********************

Hoy celebramos la fiesta de la Virgen de Fátima, recodando las apariciones de la Virgen María a los tres pequeños pastores: Lucía, Jacinta y Francisco. Podríamos decir que aquellas manifestaciones —paradigmáticas en la historia de la Iglesia— son como “horas extras” que, en los últimos tiempos, ha hecho Santa María.

¡Y no es para menos! Tal como Pío XII advirtió, el gran pecado de la modernidad es la pérdida del sentido del pecado. ¡Esto no sale gratis! En efecto, el mundo ha sufrido recientemente las peores guerras de toda la historia de la humanidad: nunca se había matado y maltratado a tanta gente en este mundo como en el siglo XX. La descripción que trazó Joseph Ratzinger —después, Benedicto XVI— es elocuente: «Ninguna época ha librado guerras tan crueles, tan sangrientas, como la nuestra. Han sucedido cosas peores que todo cuanto haya acaecido antes».

Pero Dios es misericordioso, Padre de bondad que no nos abandona, ni que los hombres nos hayamos alejado mucho de su voluntad. Precisamente en este siglo de los “horrores y holocaustos” (en expresión de san Juan Pablo II), Dios ha querido consolar a la humanidad de diversas maneras. Una de ellas han sido las apariciones de María Santísima.

A finales del siglo XIX destaca Lourdes; a comienzos del XX, sobresalen las apariciones de Fátima. Los hechos muestran unos paralelismos providenciales. Por un lado, los interlocutores de la Virgen María han sido muy jóvenes —de condición sencilla, incluso analfabetos—, pero dispuestos a hacer la voluntad del Padre del cielo: a éstos Jesús los reconoce como «mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mt 12,50). En segundo lugar, el tema de la petición de María era la reparación por los pecados de los hombres, la penitencia y la oración por los pecadores.

Roguemos, hoy especialmente, para que los hombres y mujeres de este mundo hagamos la voluntad del Padre del cielo y, así, lleguemos a ser más hermanos de Cristo, más hijos del Padre y más hermanos entre nosotros.



Rev. D. Antoni CAROL i Hostench 
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

viernes, 12 de mayo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 12 DE MAYO DEL 2017


¿Cómo esta mi confianza en Dios?
San Juan 14, 1-6. IV Viernes de Pascua


Por: H. Hiram Galán LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey Nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, te agradezco por un nuevo día en el que me das la gracia de ser testigo de tu amor. Hoy, como ayer, me doy cuenta que sigo siendo débil y mis deseos de ser mejor para Ti no corresponden muchas veces a la realidad. Sin embargo, no me dejes olvidar que mi debilidad y mi flaqueza son siempre objeto de tu misericordia y de tu infinito amor.


Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me vaya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy".
Entonces Tomás le dijo: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?". Jesús le respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Es muy fácil decir: "cálmate, no pierdas la paz" a quien se encuentra en una tribulación o problema. Pero todo cambia cuando se trata de nosotros. Sí, cuando estamos pasando por un mal momento o tenemos una necesidad grave, no escuchamos consejo alguno sobre permanecer en paz y confiados. Más bien frenéticamente buscamos solucionar nuestro problema a toda costa, incluso a veces sin importarnos utilizar medios inadecuados.
Esto se debe a que como decía santa Teresa de Jesús, "el corazón del hombre es como una veleta". Bastan un poco de cambios es nuestro mundo organizado y programado, o algo de volubilidad anímica para estresarnos y perder la paz. Pero en realidad esto se debe a que nuestra supuesta "paz" está fundamentada en una confianza efímera y superflua, que tiene como base a las creaturas. En resumen, una paz fuera de Dios no puede durar mucho porque no es verdadera paz del corazón.
Sólo en Dios, sólo en Él descansa nuestra alma. Sólo en el podemos conservar la paz a pesar de toda adversidad.
"Jesús que dice a Tomás: "Yo soy el Camino". Es la respuesta a la angustia, a la tristeza, a la tristeza de los discípulos por esta despedida de Jesús: ellos no comprendían mucho, pero estaban tristes por esto. Esta expresión de Jesús nos hace pensar en la vida cristiana, que es un camino: comenzamos a caminar con el bautismo, y camino, camino, camino. Se puede decir que la vida cristiana es un camino y el camino justo es Jesús".
(Homilía de S.S. P. Francisco, 3 de mayo de 2016, en santa Marta)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración. Disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Durante un momento junto a Jesús Eucaristía, pondré todas mis necesidades y problemas confiando en que mi Padre que está en los cielos, ya sabe lo que necesito.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 11 de mayo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 11 DE MAYO DEL 2017


El puesto del servidor
San Juan 13, 16-20. IV Jueves de Pascua


Por: H. Javier Castellanos LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
María, llévame hacia el Corazón de tu Hijo y enséñame a escuchar sus latidos. Tú conoces mejor que nadie a Cristo: ayúdame a imprimir su imagen en mí para transmitir su amor a mis hermanos. Así sea.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 13, 16-20
En aquel tiempo, después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: "Yo les aseguro: el sirviente no es más importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía. Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán dichosos.
No lo digo por todos ustedes, porque Yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla el pasaje de la Escritura, que dice: El que comparte mi pan me ha traicionado. Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, crean que Yo soy.
Yo les aseguro: el que recibe al que Yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Termina la cena y alguien tiene que levantarse a lavar los platos. Esto es lo ordinario en casa. Pero Cristo va más allá: se levanta, se quita el manto –signo de su dignidad– pero no lava platos: lava pies… Toma el puesto del sirviente. Quiere llegar al fondo de la humildad.
"Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón." (Mt 11, 29) Tú, Jesús, me enseñas con tu ejemplo. Así puedo conocer lo que de verdad hace dichoso. Porque sólo es dichoso el que se entrega sin reservas, el que ama hasta dar la vida, el que vive para servir. Alguien tenía que redimir al ser humano y Tú has tomado este puesto. Alguien tenía que expiar el pecado del mundo y Tú has aceptado la cruz.
Me has escogido, Señor, para enseñar esto a los demás con mis palabras y mis obras. Desde el momento del bautismo soy un enviado, un apóstol para que otros puedan descubrir tu amor y tu entrega. Actúa en mí este día. Entra en mi corazón y ayúdame a manifestar la Buena Noticia. Tal vez se me presenten oportunidades sencillas, pero cada gesto de amor sincero lleva tu imagen. Por eso te pido que me acompañes hoy, Señor, para que allá donde me envíes los demás puedan recibirte.
"Es el ejemplo del Señor: Él es el más importante y lava los pies porque, entre nosotros, el que está más en alto debe estar al servicio de los otros. Y esto es un símbolo, es un signo, ¿no? Lavar los pies es: "yo estoy a tu servicio". Y también nosotros, entre nosotros, no es que debamos lavarnos los pies todos los días los unos a los otros, pero entonces, ¿qué significa? Que debemos ayudarnos, los unos a los otros. A veces estoy enfadado con uno, o con una... pero... olvídalo, olvídalo, y si te pide un favor, hazlo. Ayudarse unos a otros: esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo que yo hago, y lo hago de corazón, porque es mi deber. Como sacerdote y como obispo debo estar a vuestro servicio. Pero es un deber que viene del corazón: lo amo. Amo esto y amo hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñado."
(Homilía de S.S. Francisco, 28 de marzo 2013).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré servir de algún modo durante la comida.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.


miércoles, 10 de mayo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 10 DE MAYO DEL 2017


Solo para salvarte vine al mundo
San Juan 12, 44-50. IV Miércoles de Pascua.


Por: H. Iván Yoed González Aréchiga LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Quiero siempre serte fiel, Señor. ¿Por qué me alejo de Ti en tantas ocasiones cuando mi deseo no es sino amarte? Soy débil y Tú misericordioso. ¿Me alejé de Ti otra vez? Heme aquí. Para estar contigo, heme aquí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 12, 44-50
En aquel tiempo, exclamó Jesús con fuerte voz: "El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquél que me ha enviado; el que me ve a mí, ve aquél que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en mí no siga en tinieblas.
Si alguno oye mis palabras y no las pone en práctica, yo no lo voy a condenar; porque no he venido al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.
El que me rechaza y no acepta mis palabras, tiene ya quien lo condene: las palabras que yo he hablado lo condenarán en el último día. Porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que mi Padre, que me envió, me ha mandado lo que tengo que decir y hablar. Y yo sé que su mandamiento es vida eterna. Así, pues, lo que hablo, lo digo como el Padre me lo ha dicho".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
¿Cuál es el sentido de mi fe?, ¿cuál es el sentido de ser cristiano?, ¿es tan sólo una forma de vivir, Señor?  ¿Qué viniste a darme?, ¿qué trajiste que no pudiese yo encontrar por mis propias fuerzas?, ¿qué trajiste de nuevo? ¿O debería  preguntarte qué viniste a hacer nuevo?
Tantas preguntas surgen en mi corazón, y tantas veces no logro convertirlas en palabras. Como estas preguntas, tantas otras más andan por allí en mi corazón, sin saber ser dichas por mi boca. ¡Cómo quisiera exponértelas todas, Señor! Sí, soy un cristiano con tantos deseos en su interior, con sus crisis, con sus ilusiones, y que camina tantas veces a tientas en los caminos que Tú le muestras.
A veces puedo llegar a sentirme solo, sola, en medio de tantos problemas en el mundo, en donde quizá muchos me reclaman, casi como si fuese yo el culpable, qué es lo que vino Cristo a traer a este mundo.
Hoy me has respondido una vez más. Pero es una respuesta que no aclara todos los misterios. Tantas veces he escuchado que Tú eres un caballero y que jamás te entrometerás en mi corazón. Viniste a abrirme las puertas del cielo, el acceso a la presencia de tu Padre, pero el andar corresponde a mis pies.
Si alguna vez el hombre dudó de su propia salvación, de su permanecer en la eternidad, de trascender a la eterna felicidad; si alguna vez el hombre dudó si viviría después de la muerte; si alguna vez el hombre deseó encontrar un verdadero puente hacia la luz sin fin; finalmente la respuesta llegó: Tú.
Pero viniste a los hombres para llevártelos como hombres; viniste y me abriste las puertas de tu presencia, pero no me quitaste la libertad; me conservaste la capacidad de amar. No viniste a deshacer al hombre de lo que es sino a renovarlo y elevarlo, enseñándolo a donarse plenamente –y siempre libre.
Ese venir no fue tan sólo para pronunciar discursos, transmitir ideologías. Para compartir ideas no habría sido necesario hacerte carne. Viniste a encontrarte conmigo y por ello te hiciste semejante a mí hasta en lo más profundo de mi ser. Puedo afirmar con gratitud, y sólo gratitud, que mi vocación como cristiano no es una forma más de vida, sino el fruto del encuentro con el mismo Dios.
"Dios no nos clava a nuestro pecado, no nos identifica con el mal que hemos cometido. Tenemos un nombre y Dios no identifica este nombre con el pecado que hemos cometido. Nos quiere liberar y quiere que también nosotros lo queramos con Él. Quiere que nuestra libertad se convierta del mal al bien, y esto es posible -¡es posible!- con su gracia.
Que la Virgen María nos ayude a confiarnos completamente a la misericordia de Dios, para convertirnos en criaturas nuevas."
(Ángelus de S.S. Francisco, 13 de marzo de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
¿Qué tanto dirijo mi vida según mi vocación de cristiano? ¿Hay algo que pueda hacer para poder amar más libremente?
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

martes, 9 de mayo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 9 DE MAYO DEL 2017


¿Se escucharte cuando me llamas?
San Juan 10, 22-30. IV Martes de Pascua


Por: H. Cristian Gutiérrez LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, te doy gracias por el don de mi vida. Gracias por haberme hecho hijo tuyo. Gracias por todos los dones que día a día me das. Perdona las veces que no he correspondido a tu amor. Ayúdame a amarte cada vez más y más. Te pido aumentes mi fe, mi esperanza y mi caridad. Inflama mi corazón de un celo ardiente por la salvación de las almas y por la extensión de tu Reino.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30
Por aquellos días, se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación del templo. Era invierno. Jesús se paseaba por el templo, bajo el pórtico de Salomón. Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron: "¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si Tú eres el Mesías, dínoslo claramente".
Jesús les respondió: "Ya se los he dicho y no me creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y Yo somos uno".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Son tres las características que pones a las ovejas que son de tu rebaño. La primera es que ellas escuchan tu voz, la segunda es que Tú las conoces, la tercera es que ellas te siguen. Hoy quisiera preguntarme delante de Ti si soy, según estas características, oveja de tu rebaño. Yo quiero, Señor, ser una de tus ovejas. Ésa de la que te preocupas, la cuidas, la alimentas, la proteges. Dame la gracia de ser oveja de tu redil y jamás salirme de allí.
¿Sé escucharte en mi vida? Obviamente que no me hablas con una voz física, con apariciones espectaculares, o grandes visiones. No. Tú generalmente hablas de otra manera. Pero siempre hablas. Tal vez, soy yo quien no te escucha. Tú me hablas a través de las Sagradas Escrituras, del sacerdote, de mis padres, de mis superiores. Me puedes hablar también por medio del buen consejo de un amigo, de un bello paisaje de la naturaleza o incluso en aquel suceso que puedo considerar casualidad. Siempre me hablas, sólo necesito escucharte.
¿Me conoces, Señor? Sobre esto creo que no hay dudas. Nadie me conoce mejor que Tú. Me conoces incluso más que yo mismo. En otro pasaje que hablas de las ovejas, dices que las llamas por el nombre. Esto me ilumina. Me conoces por mi nombre. No hay confusión de personas en tus designios. Me conoces por mi nombre, por lo más mío de mí. No me conoces por un número, por mis cualidades o pecados, por mis obras buenas o las malas. Tampoco me conoces por la ropa que llevo, el trabajo que tengo o las cosas que uso. Me conoces en lo más íntimo, me conoces tal y como soy, y no en las apariencias.
¿Te estoy siguiendo? Una cosa es escucharte, Señor, y otra es dar el paso, dejarlo todo y seguirte. No basta con escuchar, es necesario ponerse en marcha. Seguirte es imitarte, conocerte, amarte. Seguirte es ir contigo, acompañarte, sufrir contigo, tomar la cruz. Seguirte es amar al prójimo, cuidar tus dones, cumplir tus consejos. Seguirte es ver a quien camina adelante limpiando el camino, protegiendo, guiando.
Dame la gracia, Jesús de confiar en Ti porque Tú has dicho que nadie puede arrebatarme de tu mano. Cuida siempre de mí y jamás permitas que me salga de tu redil.
"Estas palabras nos ayudan a comprender que nadie puede decirse seguidor de Jesús si no escucha su voz. Y este "escuchar" no hay que entenderlo de una manera superficial, sino comprometedora, al punto que vuelve posible un verdadero conocimiento recíproco, del cual pueden surgir un seguimiento generoso, expresada en las palabras "y ellas me siguen". Se trata de un escuchar no solamente con el oído, sino ¡una escucha del corazón! Por lo tanto, la imagen del pastor y de las ovejas indica la estrecha relación que Jesús quiere establecer con cada uno de nosotros. Él es nuestra guía, nuestro maestro, nuestro amigo, nuestro modelo, pero sobre todo es nuestro salvador."
(Regina Coeli de S.S. Francisco, 17 de abril de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy rezaré un Padrenuestro por la conversión de los pecadores.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
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