Mostrando entradas con la etiqueta El Evangelio del día - 2016. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta El Evangelio del día - 2016. Mostrar todas las entradas

sábado, 10 de diciembre de 2016

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 10 DE DICIEMBRE DEL 2016


Un profeta que existió
Mateo 17, 10-13. II Sábado de Adviento. Ciclo A. Harán padecer al Hijo del hombre


Por: H. Iván Yoed González Aréchiga LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, la perfección consiste en ser aquello que Tú quieres que yo sea. Enséñame a andar este camino de sencillez. Así sea.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 17, 10-13
En aquel tiempo, los discípulos le preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?".
Él les respondió: “Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él cuanto les vino en gana. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos".
Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de Juan el Bautista.
Palabra del Señor. 
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Cuando leo el Evangelio, cuando lo escucho en la misa, por ejemplo, ¿me dejo interpelar por él? Tantas veces ni siquiera  me pasa por la cabeza que lo que escucho es tu palabra, y si ni siquiera lo recibo en mi «cabeza», mucho menos entrará en mi corazón.
Ojalá comprendiera la profundidad de cada frase pronunciada por Ti. Vivo en un cristianismo de demasiada tradición (tan lleno de rutina). Tanto así, que tus palabras suelen causar más impacto en los no-cristianos que en quienes profesamos ser tus discípulos. Muchos de ellos reconocen una luz nueva de verdad; nosotros estamos demasiado acostumbrados a vivir «dentro» de ella, pero a veces tan afuera en realidad…
Debería detenerme con seriedad en Juan Bautista. ¿Quién era ese hombre en realidad? Porque fue un hombre, existió y de hecho murió decapitado. A tal punto llegó su convicción por Ti. ¿Y yo? Me pregunto por qué no me interpela su testimonio. Morir por la verdad… ¿Hay testimonio más grande? Entonces toman sentido los gritos del último profeta, sus gritos en el desierto, su vida sobria y llena de sacrificio, de penitencia, su apelación a la conversión, su «preparen los caminos del Señor».
Creía de verdad en Ti. Preparó su corazón en cada instante de su vida. Creyó en Ti en el primer instante en que te vio. Y supo recibirte en su corazón, en el que nació un amor que le llevó a aceptar la cárcel, la privación de todo bien y dignidad, de la misma vida, por tu amor.
«El Señor le tiene alergia a las rigideces.  Cultivemos esta experiencia de misericordia, de paz y de esperanza, durante el camino de adviento que estamos recorriendo. Anunciar la Buena noticia a los pobres, como Juan Bautista, realizando obras de misericordia, es una buena manera de esperar la venida de Jesús en la Navidad. Es imitarlo a Él que dio todo, se dio todo. Esa es su misericordia sin esperar nada en cambio.»
(Cf Homilía de S.S. Francisco, 12 de diciembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Me propondré escuchar el Evangelio de la siguiente misa con atención, y buscaré acogerlo en mi corazón para encontrar unaaplicación concreta para mi vida diaria.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

viernes, 9 de diciembre de 2016

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 9 DE DICIEMBRE DEL 2016


Dejarse sorprender.
Mateo 11, 16-19, Viernes II de Adviento. Ciclo A. Hemos tocamos la flauta y no han bailado



Por: H. Cristian Gutiérrez LC | Fuente: www.missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias Señor por este nuevo día que me das y que me permites acercarme a tu presencia. Gracias por la vida, la salud, la comida, el vestido y los miles de detalles que tienes conmigo. Te pido me des una fe firme y resistente a los ataques del enemigo, un confianza cierta en tu amor y tu misericordia y un amor desinteresado y operante. Madre mía, acompáñame en este rato de oración.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 11, 16-19
En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿Con qué podré comparar a esta gente? Es semejante a los niños que se sientan en las plazas y se vuelven a sus compañeros para gritarles: 'Tocamos la flauta y no han bailado; cantamos canciones tristes y no han llorado'.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron: 'Tiene un demonio'. Viene el Hijo del hombre, y dicen: 'Ese es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y gente de mal vivir'. Pero la sabiduría de Dios se justifica así misma por sus obras".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Creo que en este Evangelio me hablas de saber reconocer los signos con los que hablas a mi vida. Eran muchos los signos de tu amor hacia la gente de aquel tiempo, pero ellos no los descubrían. Eran demasiado exigentes al pedir signos. Querían signos poderosos, indudables, certeros… Eran gente difícil de complacer.
Eran gente que no podían recibir el don de Dios como venía, siempre le buscaban el «pero». Querían que los signos fueran a su modo, como ellos lo pensaban o anhelaban, en el tiempo que ellos creían el mejor, en las personas que consideraban las más razonables. En definitiva, era gente que se resistía a dejarse sorprender. Todo lo venido de Ti lo juzgaban críticamente.
Puede pasar también así en mi vida. Tú que me amas y envías miles de signos para demostrarme tu amor. Y yo que no los descubro; los dejo pasar e incluso a veces me doy el descaro de juzgarlos o exigirlos… o se han hecho rutina. Quiero que actúes según mis planes y deseos.
Dame la gracia Señor de dejarme sorprender por Ti. Sorprenderme de mi vida, de mi cuerpo que trabaja sin que yo lo mande ni lo piense, del color azul o gris del cielo, del cantar de un pájaro, del crecer de una flor. Sorprenderme del lenguaje con el que me comunico, de la tecnología que poseo, del afecto de los míos, de la vida de los que me rodean.
Este período de adviento es el momento para dejarme asombrar. Por ejemplo, contemplar cómo Tú siendo un Dios poderoso decidiste bajar a esta tierra y hacerte niño. ¡Hacerte un bebé! Este sí que es un signo maravilloso, pero al que tal vez ya me he acostumbrado.
En verdad que la sabiduría de Dios se justifica por sus obras… Tú, Dios, que te haces un niño como otro. Tú que sientes frío como yo lo he sentido, que lloras como yo he llorado, que duerme, que tirita, que sueña, que necesita de cuidado, de afecto, de calor humano. ¡Este es el mayor signo de amor que me has podido dar! Dame Señor el don del asombro y la humildad necesaria para acoger tu amor.
«Los Magos: escrutaban los cielos, vieron una nueva estrella, interpretaron el signo y se pusieron en camino, desde lejos. Los pastores y los Magos nos enseñan que para encontrar a Jesús es necesario saber levantar la mirada hacia el cielo, no estar replegados sobre sí mismos, en el propio egoísmo, sino tener el corazón y la mente abiertos al horizonte de Dios, que siempre nos sorprende, saber acoger sus mensajes y responder con prontitud y generosidad.»
(Homilía de S.S. Francisco, 6de enero de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En este día agradeceré a Dios por los alimentos que consuma y por las personas que me ayudan a crecer en la fe y el amor.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

jueves, 8 de diciembre de 2016

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 8 DE DICIEMBRE DEL 2016


Hoy, jueves, 8 de diciembre de 2016



Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (3,9-15.20):

Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: «¿Dónde estás?»
Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.»
El Señor le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?»
Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí.»
El Señor dijo a la mujer: «¿Qué es lo que has hecho?»
Ella respondió: «La serpiente me engañó, y comí.»
El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón.»
El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Palabra de Dios



Salmo
Sal 97,1.2-3ab.3c-4

R/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas

Cantad al Señor un cántico nuevo, 
porque ha hecho maravillas: 
su diestra le ha dado la victoria, 
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su victoria, 
revela a las naciones su justicia: 
se acordó de su misericordia y su fidelidad 
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado 
la victoria de nuestro Dios. 
Aclama al Señor, tierra entera; 
gritad, vitoread, tocad. R/.



Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 
(1,3-6.11-12):

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.


Palabra de Dios



Lectura del santo evangelio según san Lucas (1.26-38):


En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy jueves,
 8 de diciembre de 2016


Querido amigo/a:

La Virgen María, la Madre de Dios, nuestra Madre, es otra de las protagonistas del Adviento, como no podía ser menos. Nos volveremos a encontrar con ella el próximo día 12 de este mes, bajo la advocación de Ntra. Sra. de Guadalupe, muy venerada en el continente americano. Hoy la contemplamos bajo el misterio de su Inmaculada Concepción, recordando su disponibilidad a Dios, su sí a Él, y la puerta que esta aceptación y entrega supuso y supone para todos los creyentes: nada más y nada menos que el nacimiento de nuestro Salvador, que dentro de poco celebraremos.

Dos ideas por si te ayudan a vivir esta jornada de la mano de María.

1ª Si el cristianismo fuera una ideología, una ideología no necesita de una madre. Pero como el cristianismo es fundamentalmente el encuentro con la persona de Jesucristo, para dicho encuentro sí necesitamos de la Madre de “ese” con quien nos queremos encontrar, porque ella nos lleva a su encuentro. Por eso, cada vez que oramos a Dios con María, le estamos diciendo: “María, muéstranos a tu Hijo”. Pídeselo hoy. Pídele a nuestra Madre que te ayude a conocer más a Jesús, para amarlo más y seguirle mejor.

2º. De las lecturas de hoy, me quedo con el imperativo que el Arcángel le dice a María de parte de Dios: ¡alégrate! Es la primera palabra, es el saludo, es el resumen de todo su mensaje. Alégrate porque eres llena de Gracia, porque el Señor está contigo. El pueblo cristiano tiene la bonita costumbre, que mucha gente mantiene, de rezar el Ángelus a las doce del mediodía, en silencio, interiormente, en medio del trabajo. Y esta bella oración  recoge esta secuencia de la Anunciación que hoy meditamos de la mano del evangelista San Lucas. Deberíamos recordar más a menudo, cuando rezáramos el Ángelus y oráramos con María lo que el Arcángel le mandó: ¡alégrate!; y lo que ella supo vivir incluso en medio de la oscuridad de la incomprensión en el momento más duro de su vida al pié de la cruz. Una alegría interna que la ayudó a esperar y no desesperar, a mantenerse en pié.

Celebrar a María es recordarnos que tenemos una Madre en el camino del seguimiento de Jesús, que no estamos solos. Es recordarnos que la fe es un camino de alegría, porque el Señor está con nosotros. Y cuando lo olvidemos, basta con mirar a la Madre, cómo ella lo vivió; su sí fue plenificado, su confianza no quedó defraudada. Ella nos recuerda que este camino, que esta apuesta es, incluso cuando todo parece perdido en medio de la noche, de ganadores.

¡Inmaculado Corazón de María, aviva nuestra esperanza!

Vuestro hermano en la fe. 
Juan Lozano, cmf.



miércoles, 7 de diciembre de 2016

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 7 DE DICIEMBRE DEL 2016



Ven y aprende
Mateo 11, 28-30. Miércoles II de Adviento. Ciclo A. Mi yugo es suave y mi carga es ligera


Por: H. Rubén Tornero, LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, te agradezco de todo corazón por todo lo que Tú me has dado. Creo en Ti, pero aumenta mi fe para que realmente te trate como la persona más importante de mi vida. Espero en Ti, pero ayúdame a abandonarme a tus brazos amorosos. Te amo, pero ayúdame a que mi amor se traduzca en obras concretas a fin de establecer tu reino y hacer que más personas te conozcan.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús, Tú me conoces mejor que nadie. Sabes cuáles son mis problemas, mis preocupaciones, mis tristezas. Tengo tantas heridas en mi corazón, Jesús, tantos sueños rotos, tantos pecados que me duelen y te ofenden.
Perdóname, Jesús, porque soy esa oveja que se ha apartado de Ti por seguir sus caprichos. He caminado mucho persiguiendo mis pasiones, efímeros espejismos, que cuando parecía que por fin los iba a alcanzar, se han alejado dejándome rodeado de espinas y cardos. Me he alejado tanto de Ti… y ahora estoy cansado de caminar, de tanto cargar con mis pecados.
Tú bien podrías rechazarme, pues soy yo quien te ha ofendido y no al revés. Podrías abandonarme a mi suerte o simplemente esperar a que yo vuelva a Ti y luego imponerme grandes castigos por mis pecados, pero no es así…
Tú vienes hasta mí, me buscas sin descanso y, una vez que me has encontrado, me dices:
«Ven. Ven, tú que estás cansado de tanto caminar por esta vida, que yo te llevaré en mis brazos. Ven, tú que estás agobiado por la carga de tus problemas, de tus pecados, de todo eso que te hace sufrir… Ven, deja que yo te alivie con mi perdón; cambia el áspero y rudo leño de todo lo que te lastima y toma el yugo ligero de mi gracia que te hará plantar semillas de amor y esperanza por donde quiera que vayas.
Ven y aprende de mí que soy manso y humilde, ya que no he venido hasta aquí para regañarte o golpearte, sino para curarte y darte todo mi amor. Ven y aprende esto, para que tú también seas manso y humilde con tus hermanos, a fin que también ellos puedan encontrarme en ti.»
«El yugo de Jesús es yugo de amor y, por tanto, garantía de descanso. A veces nos pesa la soledad de nuestras fatigas, y estamos tan cargados del yugo que ya no nos acordamos de haberlo recibido del Señor. Nos parece solamente nuestro y, por tanto, nos arrastramos como bueyes cansados en el campo árido, abrumados por la sensación de haber trabajado en vano, olvidando la plenitud del descanso vinculado indisolublemente a Aquel que hizo la promesa.»
 (Homilía de S.S. Francisco, 23 de septiembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a imitar la humildad de Cristo pidiendo perdón a las personas que me rodean, sobre todo a aquella que no me cae bien.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!       
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

martes, 6 de diciembre de 2016

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 6 DE DICIEMBRE DEL 2016


Cuando estoy y no estoy
Mateo 18, 12-14. II Martes de Adviento. Ciclo A. El Buen Pastor


Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
El buen pastor se preocupa por sus ovejas; da su vida por ellas. Y ellas reconocen la voz de su pastor…. Jesús, eres el Buen Pastor y conoces a cada oveja por su nombre. Yo quiero conocerte cada día más, Señor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 18, 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Yo también he sido esa oveja por la que has tenido que salir muchas veces.
Irónicamente es en aquellos lugares perdidos en donde te he conocido más profundamente…; en donde te he necesitado y, como siempre, me has encontrado.
Aunque también conozco muy bien a las otras noventa y nueve ovejas. Conozco su felicidad por disfrutar el amor y cuidados de su pastor. No sé cómo pero aun en ese lugar tan privilegiado… me he extraviado, me he perdido… Me he acostumbrado.
Sé que el peor lugar es aquél en el que se está con el cuerpo, pero no con el corazón. Sin embargo, también en ese lugar sales a mi encuentro; me buscas en las profundidades de mí mismo, de mis pensamientos, de la rutina, de mis costumbres. Al final me vuelves a abrazar y tu alegría es cada vez más grande, pues el que yo esté verdaderamente contigo, cuerpo y corazón, es tu mayor querer.
Jesús, gracias por siempre buscarme y llevarme hacia Ti, aun cuando estoy y no estoy… Cuando estoy perdido, y también simplemente cuando te necesito. Dame la gracia de no acostumbrarme ante las manifestaciones más sencillas y las más grandes de tu amor. Dame la gracia de valorar lo que tengo: La fe, la esperanza y el amor, ya que sin esto lo demás no es nada.
«Jesús quiere hacer entender que Dios Padre es el primero en tener una actitud acogedora y misericordiosa hacia los pecadores. Dios tiene esta actitud. En la primera parábola Dios es presentado como un pastor que deja las noventa y nueve ovejas para ir en busca de la que se ha perdido.»
(Homilía de S.S. Francisco, 11 de septiembre de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En una actividad de las más cotidianas (comer, manejar, levantarme…) pedir el cuidado de Cristo, mi Buen Pastor,  mediante un padrenuestro, rezándolo sin prisas, tratando de estar verdaderamente en su presencia.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!       
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

lunes, 5 de diciembre de 2016

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 5 DE DICIEMBRE DEL 2016


«Levántate y anda».
Lucas 5, 17-26. Lunes II de Adviento. Ciclo A. Jesus cura a un paralítico


Por: H. Hiram Galán LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, ayúdame a vivir el momento presente en plenitud; que las preocupaciones del futuro no perturben mi paz, y que sepa abandonar los errores del pasado en tu infinita misericordia, pues no puedo cambiarlos en nada.Quiero confiar más en Ti, Señor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 5, 17-26
Un día Jesús estaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con Él para que hiciera curaciones.
Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de entrar, para colocarlo delante de Él; pero como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús. Cuando Él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: «Amigo mío, se te perdonan tus pecados».
Entonces los escribas y fariseos comenzaron a pensar: «¿Quién es este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino sólo Dios, puede perdonar los pecados?» Jesús, conociendo sus pensamientos, les replicó: «¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil decir: “Se te perdonan tus pecados” o “Levántate y anda”? Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados —dijo entonces al paralítico—: Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».
El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos, tomó la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa glorificando a Dios. Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto maravillas».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Cuán grande era la fe de los que acompañaban al paralítico. Jesús, aquellos hombres en verdad estaban convencidos que Tú lo sanarías, pues no dudaron en acercarlo a Ti, aun cuando eso implicara meterlo por el techo ¿No habrán sentido vergüenza, respeto humano o temor?  ¿No se habrán preguntado qué dirían los demás?
Creo que amaban mucho al paralítico como para detenerse por vergüenza.
Maldito respeto humano que tantas veces me impide hacer el bien, que aunque veo la necesidad de los demás y les quiero ayudar, el miedo al qué dirán me lo impide. Veo, Señor, que no amo de verdad, pues cuando se ama en verdad no importan las fronteras de espacio ni tiempo.
Ayúdame, Señor, a amar de verdad. Cambia mi corazón de piedra en un corazón de carne.
Jesús, en algún momento en mi vida, yo fui ese paralítico, al cual le dijiste «Levántate y anda» y lo sacaste de sus miserias. Debo devolver el favor.Ahora veo con claridad que me pides ser el camillero que lleva a otros al encuentro contigo, para que se sanen, para que los levantes de sus miserias. Pero no me siento capaz, me da pena, temo al qué dirán….
Ayúdame, Jesús, a no pensar tanto en mí, a no hacer cálculos egoístas, incluso al momento de querer ayudar. Que mi entrega sea generosa y desinteresada, así como fue la de los que me llevaron a Ti cuando yo era el paralítico.
«La gente más simple, los pecadores, los enfermos, los endemoniados…, son exaltados inmediatamente por el Señor, que los hace pasar de la exclusión a la inclusión plena, de la distancia a la fiesta. Y esto no se entiende si no es en clave de esperanza, en clave apostólica, en clave del que es misericordiado para misericordiar.»
 (Homilía de S.S. Francisco, 2 de junio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Trataré de pensar en una de esas personas que siempre he sentido el deseo de ayudar pero nunca lo he hecho. Por amor a Ti, la ayudaré aunque eso implique invertir tiempo, dinero o esfuerzos.
Viviré la misericordia de obra y no sólo de palabra.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...