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martes, 31 de diciembre de 2019

¿QUÉ DESEO EN UN AÑO NUEVO?


¿Qué deseo en un año nuevo?
Este año será distinto si te abres a Dios, si rompes con tu egoísmo, si empiezas a vivir no para ti mismo, sino para tantos corazones que te encontrarás este año.


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net




La pregunta me deja un poco inquieto. Porque sé que el "año nuevo" es simplemente una hoja de calendario, un cambio en los números, una simple tradición humana. Porque el tiempo escapa a nuestro control, y fluye sin cesar.

Pero casi todos, al llegar el año nuevo, damos una mirada al año que termina y soñamos en el año que comienza.

Lo pasado queda allí: fijo, inmodificable, casi pétreo. Con sus momentos buenos y sus fracasos, con sus sueños realizados y con los sueños que se evaporaron en el vacío, con las ayudas que me ofrecieron y con las ayudas que pude ofrecer a otros, con mis omisiones y mis cobardías.

Lo futuro inicia, como inició ayer, como inició hace un mes, como iniciará mañana.

Cada instante se presenta como una oportunidad que en parte depende de mi prudencia y de mis decisiones. En otra buena parte, depende de las decisiones de otros. En los dos casos, y aunque no siempre nos demos cuenta, depende de Dios.

De nuevo, ¿qué deseo en un año nuevo? Desearía la paz en Tierra Santa. Para que nadie privase a nadie de su tierra, de su casa, de su familia. Para que las religiones fueran vividas como lo que son: un camino para unir a los hombres bajo la luz de Dios. Para que la tierra donde vivió, murió y resucitó Cristo testimoniase con un estilo de vida nuevo la gran belleza del Evangelio.

Luego, desearía la paz en tantos lugares del planeta. Especialmente en África, donde todavía unos poderosos venden armas para la muerte pero no ofrecen comida para los hambrientos.

Querría, además, que desapareciese el aborto en todos los países del mundo. Lo cual no es ningún sueño imposible: basta con aprender a vivir responsablemente la vocación al amor para que ningún hijo sea visto como un “enemigo” o un obstáculo en el camino de la propia vida. Porque lo mejor que podemos hacer es vivir para los demás. Porque cada niño pide un poquito de amor y de respeto. Porque cada madre que ha empezado a serlo merece ayuda y apoyo, para que no le falten las cosas que más necesite durante los meses de embarazo y los primeros años de su hijo.

En este nuevo año me gustaría dialogar con quien piensa de modo distinto en un clima de respeto, sin insultos, sin desprecios, sin zancadillas. Porque si él y si yo somos humanos, porque si él y si yo queremos encontrar la verdad, podemos ayudarnos precisamente con una palabra nacida desde los corazones que saben escucharse y, más a fondo, que saben amarse...

El año que inicia querría tener más energías, más entusiasmo, más convicción, para enseñar a los otros lo que para mí es el tesoro verdadero: mi fe católica. Enseñarla, sobre todo, con mi vida. Querría ser, en ese sentido, más coherente, más bueno, más abierto, más disponible, más cercano. Especialmente cuando me encuentre con un pobre, con un enfermo, con una persona triste o desesperada, con quien llora porque sabe lo que muchos no se atreven a reconocer: que ha pecado. Porque sólo cuando me pongo ante mis faltas con honestidad clara y completa, descubro mi miseria y comprendo la de los otros. Y porque cuando reconozco mi miseria y la ajena puedo entender que necesitamos al único que puede limpiarnos con su palabra llena de perdón y de esperanza: Dios.

¿Qué deseo en un año nuevo? Quizá deseo demasiado. Quizá he soñado despierto. Quizá me he dejado llevar por una emoción inconsistente. Mientras, el reloj sigue su marcha, y, sin saberlo, me dice: este año será un poco distinto si te abres a Dios, si rompes con tu egoísmo, si empiezas a vivir no para ti mismo, sino para tantos corazones que encontrarás en los mil cruces de camino de este año que está iniciando...

¿CÓMO CELEBRAR CATÓLICAMENTE EL AÑO NUEVO?



¿Cómo celebrar católicamente el Año Nuevo? Esto aconseja sacerdote
Redacción ACI Prensa



¿Cómo podemos celebrar los católicos el Año Nuevo sin caer en supersticiones? El P. Mario Arroyo, doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y catedrático de la Universidad Panamericana en Ciudad de México, da algunos consejos.

A través de su canal de YouTube Teología para Millenials, el P. Arroyo animó a los católicos a no caer en supersticiones y rituales, pues “no es cristiano” actuar así. En vez de eso, dijo, debemos “poner el año que comienza bajo la protección de Dios Nuestro Señor, bajo el amparo de Nuestra Madre, Santa María”.


“Y también hacer un examen de conciencia del año que termina para darle gracias a Dios por tantas cosas buenas, para pedirle perdón a Dios también por las cosas que no hayamos sabido hacer bien o que podríamos haber hecho mejor y para poderle también dar gracias el año entrante, y pedirle ayuda de forma que el año entrante lo vivamos mejor de lo que hemos vivido este”, dijo.

El sacerdote mexicano destacó que frente a las supersticiones por año nuevo, “lo cristiano es la confianza en la providencia de Dios, es decir saber que nuestra vida está en las manos de Dios, que son las mejores manos, que lo que viene de las manos de Dios es lo mejor para nosotros aunque a veces no lo entendamos”.

“Cuando uno se sabe hijo de Dios, confía, descansa en esa voluntad de Dios y si alguna vez le cuesta trabajo le pide ayuda a Dios para poderla sacar adelante, para reafirmar con esa oración que cree que lo que Dios nos ha destinado es lo mejor”, indicó.

“Hasta que en algún momento, a todos nos sucederá, lo mejor para nosotros será que Dios nos llame a su presencia. También al final del año es un buen momento para recordar a aquellos que ya no están con nosotros y pedir por ellos”, añadió.

Al finalizar su mensaje, el P. Mario Arroyo expresó su deseo de que “el nuevo año que comienza, 2020, esté lleno de bendiciones para todos y cada uno”.

lunes, 30 de diciembre de 2019

UNA FORMA REALMENTE CATÓLICA DE DESPEDIR EL AÑO 2019


Una forma realmente católica de despedir el año
Una respuesta llena de fe a las supersticiones y ritos con las muchos inician el año


Fuente: tengoseddeti.org




Una de las cosas más divertidas de la despedida del año viejo –o el recibimiento del nuevo, depende de cómo se mire– es ver la cantidad de rituales que hace la gente. Que si andar con una maleta… o darse un baño de rosas… o vestirse de tal o cual color… o comer 12 uvas… o poner una moneda dentro de tu calzado… todo esto para “despojarse” de la mala suerte y “atraer” la “energía” positiva. ¡Hay que ver las cosas que cree la gente…!!!

Lamento darte la noticia, pero esto no funciona… y, encima de eso, en lugar de comenzar el año “despojado”, lo que haces es añadirle a tu alma el pecado de poner tu confianza en supersticiones en lugar de ponerla en Dios.

Lo sé, el año que termina ha estado duro. Mucha gente perdió sus trabajos y la economía anda por el piso. La violencia y la criminalidad nos arropan. Los gobiernos, en lugar de aliviar la crisis, parecen agravarla. Y la actitud general de la mayoría va desde la desesperanza hasta la desesperación. Ante tal panorama, no en balde se busca algo de qué aferrarse.

Por eso quiero darte la receta del mejor ritual para despedir este año que termina y comenzar el nuevo:

Comienza por ir a visitar al Señor… Muchas Iglesias tienen hoy una Hora Santa para dar gracias por el año que pasó. También puedes ir a visitarlo al Sagrario, Él siempre está allí esperándonos. 

Si puedes asistir a Misa y recibirlo en la Eucaristía, ¡mejor!
Un examen de conciencia exhaustivo te vendría bien. Si puedes completarlo con una buena Confesión, ¡perfecto! Así comienzas el próximo año en gracia y con el alma limpiecita. 
(Recuerda que si estás en pecado, la Confesión debe venir primero que la Comunión.)

Ten fe… y junto con la fe vienen la confianza, la esperanza y la caridad. Cree en Dios y, sobre todo, créele a Dios. Las Escrituras están llenas de Palabras maravillosas que van dirigidas a ti. ¡Créelas! Dios te ama, te conoce desde el vientre de tu madre, te tiene tatuado en la palma de su mano, no cae uno de tus cabellos sin que Él lo permita… abandónate en Él y proponte hacer su Voluntad. Te prometo que todo marchará sobre ruedas si lo haces.
Abraza a tu esposa/o, a tus hijos, a tus padres, a tus amigos… abrázales y diles que los amas. Que tus palabras broten del fondo de tu corazón, que sean tan sólidas que casi puedan cogerse con la mano. Y no olvides sonreír. La alegría es contagiosa y si tú estás alegre, las personas a tu alrededor también lo estarán.
Hazte el propósito de ser mejor en el próximo año… pero, al contrario de la sociedad que nos rodea, este próximo año no será mejor si progresamos económicamente, sino si hemos crecido en el amor a Dios… si hemos sido mejores esposos, mejores padres, mejores hijos, mejores amigos: en fin, será un año bueno si al final podemos decir que somos mejores seres humanos.
¡Muchas felicidades… y que Dios te bendiga!

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