Estos fueron los hallazgos de Santa Elena en Tierra Santa
Por María Ximena Rondón
(ACI).- Dice la tradición que en el siglo IV Santa Elena, la madre del emperador Constantino, viajó hasta Tierra Santa para buscar la Santa Cruz.
Los obreros que la acompañaron realizaron excavaciones en el monte Calvario y la encontraron. Sin embargo, este no fue el único hallazgo de esta santa, sino que hubo otras reliquias relacionadas directamente con Jesucristo que mandó enviar a diversos lugares y que hoy se encuentran en lugares como Italia, España y Alemania.
La Santa Cruz
Escritores antiguos como San Crisóstomo y San Ambrosio narraron que, después de realizar muchas excavaciones, se encontraron tres cruces. Como no se podía distinguir cuál era la de Jesús, trajeron hasta el Monte Calvario a una mujer agonizante y al tocarla con dos de las cruces ella empeoró. Pero al tocarla con la tercera cruz, la enferma se recuperó instantáneamente.
Santa Elena, el entonces Obispo de Jerusalén Macario, y miles de fieles llevaron la cruz en procesión por las calles de la ciudad.
Actualmente en la ciudad de Caravaca de la Cruz, ubicada en Murcia (España), se conserva un fragmento del madero donde fue crucificado Jesús.
Otro fragmento de la Vera Cruz se encuentra en la ciudad de Alepo (Siria). Esta reliquia fue un obsequio a la Catedral del Niño Jesús de parte del fallecido Vicario Apostólico Emérito de Alepo, Mons. Giuseppe Nazzaro. Durante todos los viernes de Cuaresma, los fieles tienen la oportunidad de rezar el Vía Crucis con ella.
La Escalera Santa
Santa Elena mandó traer a Roma la Escalera Santa del palacio de Poncio Pilato en Jerusalén. Dice la tradición que Jesús subió por estos peldaños de mármol en Viernes Santo para ser juzgado y que derramó allí gotas de sangre.
Actualmente la Escalera Santa se conserva frente de la Basílica de San Juan de Letrán en Roma. En 1723 fue protegida con madera de nogal para preservarla de los desgastes ya que todos los días miles de peregrinos suben por ella de rodillas. En algunos peldaños se pueden apreciar a través de un cristal las gotas de sangre que derramó Cristo.
La Escalera Santa / Foto: Ximena Rondón (ACI Prensa)
En 1908 el Papa San Pío X concedió la indulgencia plenaria a todos los que asciendan devotamente la escalera, habiendo cumplido además con las condiciones de confesión sacramental, comunión eucarística y la oración por las intenciones del Santo Padre.
Los clavos de Jesús y el “Titulus Crucis”
Santa Elena también encontró los clavos que perforaron las manos y los pies de Cristo. Dice la tradición que para proteger a su hijo Constantino en las batallas, ella colocó uno de los clavos en su caballo y otro en su casco.
La santa también encontró el “Titulus Crucis”, la tablilla donde se leía “Jesús Nazareno Rey de los Judíos", y que fue colgada en la Cruz. Este último objeto fue llevado a Roma por el Papa San Gregorio Magno en el siglo VII.
Uno de los clavos y el "Titulus Crucis" / Foto: Ximena Rondón (ACI Prensa)
El “Titulus Crucis” y uno de los clavos se pueden venerar en la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén. Se cree que los otros clavos están en el altar mayor de la Catedral de Milán, en la llamada Corona de Hierro que está en la Catedral de Monza (Italia) y otro en la Catedral de Colle di Val d´Elsa en la región italiana de Toscana.
La Santa Túnica
Dice la tradición que Santa Elena también consiguió en Jerusalén una parte de la túnica que utilizó Jesús antes de ser crucificado. Ella se la habría entregado al entonces Arzobispo de Tréveris (Alemania), San Agricio.
Esta reliquia se conserva en la Catedral de Tréveris.
La cuna de Jesús
De su viaje a Tierra Santa, la madre del emperador Constantino trajo consigo un fragmento de la cuna donde, según la tradición, reposó el Niño Jesús.
Esta reliquia se encuentra en la Basílica Santa María la Mayor en Roma.
Reliquias de los Reyes Magos
Según narra la Catedral de Colonia (Alemania) en su sitio web, Santa Elena encontró las reliquias de los Reyes de Magos en la ciudad de Saba, ubicada en la Península Arábiga, y las llevó hasta Constantinopla (hoy Estambul), que en ese entonces era la capital del Imperio Romano.
Años más tarde fueron entregadas como obsequio a San Eustorgio, Obispo de Milán (Italia) y en el siglo XII el emperador Federico Barbarroja se las llevó a la Catedral de Colonia, donde permanecen hasta la fecha.
El Santo Sepulcro
En el siglo IV, Santa Elena descubrió e identificó la tumba donde, según la tradición, fue enterrado Jesucristo.
Tras el hallazgo, el emperador Constantino mandó a construir la Iglesia del Santo Sepulcro.
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