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jueves, 16 de noviembre de 2017

SANTA MARGARITA DE ESCOCIA, 16 NOVIEMBRE


Santa Margarita de Escocia
c. 1045- 16 Nov. 1093
16 Noviembre, memorial



Vivió ejemplarmente como madre y como reina.

Día de su fiesta: Santidad del matrimonio y de la familia

Nieta del rey Edmund Ironside de Inglaterra. 
Bisnieta-sobrina de San Esteban de Hungría.

Nació en Hungría alrededor del año 1046 mientras su familia estaba exilada por la invasión danesa de Inglaterra.

Fue dada en matrimonio a los 24 años al rey de Escocia, Malcon III. Tuvo ocho hijos, uno de los cuales fue San Maud, esposa de Enrique I.

Margarita fundó abadías y utilizó su posición para trabajar en favor de la justicia y los pobres.

Su esposo e hijo mayor murieron defendiendo a Escocia de la invasión de Inglaterra. Ella le entregó su profundo dolor a Dios y cuatro días mas tarde murió también. 
 Murió en Edimburgo el año 1093.  Enterrada frente al altar mayor en Dunfermline, Escocia.

Canonizada en 1251 por el Papa Inocencio IV 

miércoles, 16 de noviembre de 2016

SANTA MARGARITA DE ESCOCIA, MADRE Y REINA, 16 DE NOVIEMBRE


Hoy 16 de noviembre celebramos a Santa Margarita de Escocia, reina y madre de familia

 (ACI).- Santa Margarita de Escocia nació en Hungría por el 1046, cuando su familia se encontraba exiliada por la invasión danesa de Inglaterra y por ello creció en la corte del rey San Esteban.

A los 11 años, San Eduardo “el confesor”, hermanastro de su padre, se hizo del trono inglés. La familia pudo retornar al país, pero debido al conflicto entre ingleses y daneses y como su papá murió por muerte natural, entonces tuvieron que vivir en Escocia.


A los 24 años se casó con el entonces rey de Escocia, Malcom III, con quien tuvo ocho hijos. La reina era sabia y con cierta cultura por lo que transformó la corte del esposo con el ejemplo en la caridad.


Todos los días la Santa daba de comer a los pobres y a algunos de ellos les lavaba los pies. Se preocupó por la educación de su pueblo y muchas veces agotó el tesoro real para socorrer a los necesitados.

Educó a sus hijos con los valores cristianos e influyó en la Iglesia de Escocia. Hizo convocar a un concilio en ese territorio que extirpó ciertos ritos paganos que se realizaban en plena celebración Eucarística.

Santa Margarita tuvo una intensa vida de oración, participaba de varias Misas diarias y practicaba la austeridad. Pedía que le dijeran sus defectos para corregirlos, repartía limosnas, rescataba a los prisioneros ingleses detenidos en Escocia, cuidaba a los viajeros y construía monasterios, iglesias y albergues.

En 1093 su esposo Malcom III con sus hijos Eduardo y Edgardo se fueron a la batalla para recuperar un castillo y fallecieron el monarca con su primogénito. La Santa durante ese tiempo enfermó y al regreso de su hijo Edgardo, Margarita agradeció a Dios por la paciencia para soportar tantas desgracias juntas.

Le ofreció todo su dolor a Dios y partió a la Casa del Padre el 16 de noviembre de 1093. Se dice que al fallecer, su rostro recuperó la calma, el color y la belleza que había tenido.

domingo, 16 de noviembre de 2014

SANTA MARGARITA DE ESCOCIA, REINA, NOVIEMBRE 16


6 de Noviembre
Santa Margarita de Escocia
Año 1093

Quiera Dios que todas las esposas de los jefes de las naciones 
sean tan fervorosas y generosas como Santa Margarita de Escocia, 
y que las demás esposas lo sean también.

 Jesús en la CruzMargarita era hija del rey San Eduardo. Su padre tuvo que salir huyendo de Inglaterra cuando el rey Canuto de Dinamarca invadió el país. Luego de caer Inglaterra en poder de Guillermo el Conquistador, Margarita y sus hermanos se refugiaron en Escocia, donde era rey Malcon III, el cual al darse cuenta de las cualidades de bondad y caridad que tenía la joven, se casó con ella. Y así Margarita, a los 24 años llegó a ser reina de Escocia.

Para ella lo principal en la vida era ayudar a los pobres. Cada día antes de ir a almorzar servía personalmente el almuerzo a nueve niños huérfanos (y a veces les servía de rodillas, al recordar que los favores que hacemos al pobre los recibe Jesucristo como hechos a Él mismo). En su palacio de reina se atendía diariamente a centenares de pobres, y cuando ella salía por las calles volvía a la casa sin dinero, sin joyas y hasta sin el manto, porque todo lo regalaba a los necesitados. Era estimadísima entre el pueblo por la inmensa compasión que demostraba hacia los más miserables.

Tuvo seis hijos y dos hijas. Su esposo Malcon III era cruel y rudo, pero la amabilidad de Margarita lo fue volviendo amable y caritativo, tanto que él mismo le ayudaba a servir el almuerzo a los centenares de pobres que llegaban a pedir alimentos. De los hijos de Margarita, dos llegaron a ser santos y tres fueron reyes, y del esposo de una hija de ella, Enrique I, proviene la actual familia real de Inglaterra.

Costeó la construcción de conventos y templos y organizó una asociación de señoras para dedicarse con ellas a tejer y bordar ornamentos para las iglesias, a sus hijos los educó muy cuidadosamente en la religión católica y se esmeró porque aprendieran muy bien el catecismo y la doctrina cristiana. En su casa y entre la gente del pueblo hacía leer las vidas de santos. Se esmeraba en conseguir sacerdotes fervorosos para las parroquias. A su esposo el rey, lo entusiasmaba continuamente para que hiciera obras a favor de la Iglesia y de los pobres, y para que fuera compasivo con sus enemigos.

Construyó una hermosísima catedral. Insistía mucho a la gente en el deber de santificar el domingo. En Cuaresma y en Adviento (las cuatro semanas anteriores a la Navidad) ayunaba cada día. Le gustaba mucho leer los Evangelios y pasaba varias horas de la noche en oración.

Su esposo y su hijo mayor murieron batallando contra los ingleses que querían invadir el territorio de Escocia. Santa Margarita sufrió inmensamente al saber tan trágica noticia. Exclamó entonces: "Te doy gracias Dios mío, porque al mandarme tan dolorosas noticias me purificas de mis pecados", y cuatro días después ella también murió, el 16 de noviembre del año 1093.

Inmediatamente el pueblo empezó a honrarla como santa, y su popularidad ha sido inmensa en Escocia y en otros países. Es recordada sobre todo por su admirable generosidad para con los pobres y afligidos.

sábado, 16 de noviembre de 2013

SANTA MARGARITA DE ESCOCIA, REINA, 16 DE NOVIEMBRE



Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Margarita de Escocia, Santa
Reina, noviembre 16


Margarita de Escocia, Santa


De estirpe regia y de santos. Por parte de padre emparenta con la realeza inglesa y por parte de madre con la de Hungría. Los santos son, por parte de padre, san Eduardo —llamado el "Confesor"— que era su bisabuelo y, por parte de madre, san Esteban, rey de Hungría.

Nació del matrimonio habido entre Eduardo y Agata, en Hungría, con fecha difícil de determinar. Su padre nunca llegó a reinar, porque al ser llamado por la nobleza inglesa para ello, resulta que el normando Guillermo el Conquistador invade sus tierras, se corona rey e impone el juramento de fidelidad; al poco tiempo murió Eduardo de muerte natural.

Pero esta situación fue la que hizo que Margarita llegara a ser reina de Escocia por casarse con el rey. Su madre había previsto y dispuesto que la familia regresara al continente al quedarse viuda tras la muerte de su esposo y, bien sea por necesidad de puerto a causa de tempestades, bien por la confianza en la buena acogida de la casa real escocesa, el caso es que atracaron en Escocia y allí se enamoró el rey Malcon III de Margarita y se casó con ella.

Es una mujer ejemplar en la corte y con la gente paño de lágrimas. Se la conoce delicada en el cumplimiento de sus obligaciones de esposa; esmerada en la educación de los hijos, les dedica todo el tiempo que cada uno necesita; sabe estar en el sitio que como a reina le corresponde en el trato con la nobleza y asume responsabilidades cristianas que le llenan el día. Señalan sus hagiógrafos las continuas preocupaciones por los más necesitados: visita y consuela enfermos llegando a limpiar sus heridas y a besar sus llagas; ayuda habitualmente a familias pobres y numerosas; socorre a los indigentes con bienes propios y de palacio hasta vender sus joyas. Lee a diario los Libros Santos, los medita y lo que es mejor ¡se esfuerza por cumplir las enseñanzas de Jesús! De ellos saca las luces y las fuerzas. De hecho, su libro de rezos, un precioso códice decorado con primor —milagrosamente recuperado sin sufrir daño del lecho del río en que cayó— se conserva en la biblioteca bodleiana de Oxford (Inglaterra).

También se ocupó de restaurar iglesias y levantar templos, destacando la edificación de la abadía de Dunferline.

Puso también empeño en eliminar del reino los abusos que se cometían en materia religiosa y se esforzó en poner fin a las abundantes supersticiones; para ello, convocó concilios con la intención de que los obispos determinaran el modo práctico de exponer todo y sólo lo que manda la Iglesia y las enseñanzas de los Padres.

"Gracias, Dios mío, porque me das paciencia para soportar tantas desgracias juntas". Esta fue su frase cuando le comunicaron la muerte de su esposo y de su hijo Eduardo en una acción bélica. Fue cuando marcharon a recuperar el castillo de Aluwick, en Northumberland, del que se había apoderado el usurpador Guillermo. Ella soportaba en aquellos momentos la larga y penosísima enfermedad que le llevó a la muerte el año 1093, en Edimburgo.

Es la reina Margarita la patrona de Escocia, canonizada por el papa Inociencio IV en el año 1250. Pero no pueden venerarse sus reliquias por desconocerse el lugar donde reposan. Por la manía que tenían los antiguos de desarmar los esqueletos de los santos, su cráneo —que perteneció a María Estuardo— se perdió con la Revolución francesa, porque lo tenían los jesuitas en Douai y, desde luego, no salieron muy bien parados sus bienes. El cuerpo tampoco se pudo encontrar cuando lo pidió Gelliers, arzobispo de Edimburgo, a Pío XI, aunque se sabe que se trasladó a España por empeño de Felipe II quien mandó tallar un sepulcro en El Escorial para los restos de Margarita y de su esposo.

Aunque les duela esa carencia de reliquias a los escoceses, tienen sin embargo el orgullo de disfrutar en su historia de las grandes virtudes de una mujer que supo primar su condición cristiana a su condición de reina. O mejor, que ser reina no fue dificultad para vivir hasta lo más hondo su responsabilidad de cristiana. O aún más, supo desde la posición más alta ser testigo de Cristo. Y eso es mucho en cualquier momento de la Historia. ¿No será la gente como ella los que se llaman pobres de espíritu?
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